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Antología de Textos Literarios para Tercer Grado, Study notes of Marketing Business-to-business (B2B)

Esta antología es una recopilación de ocho textos cortos seleccionados para que los estudiantes de tercer grado desarrollen habilidades comunicativas. Los textos incluyen leyendas, mitos, cuentos y fábulas que les permitirán aprender sobre diferentes formas de expresar conocimientos, sentimientos y emociones, así como explorar mundos a través de la imaginación. La antología presenta una variedad de actividades y ejercicios que ayudarán a los estudiantes a comprender y analizar los textos de manera profunda. Esta obra es un recurso valioso para fomentar el interés y el gusto por la lectura en los estudiantes de tercer grado.

Typology: Study notes

2023/2024

Uploaded on 08/28/2024

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Primera edición: febrero de 2024.

Cuidado de la edición: Academia de comunicación y lenguaje.

Corrección de estilo: Academia de comunicación y lenguaje.

Editorial tlacuache.

Formación: Tlacuache editorial.

BT 024

Presentación de la antología La presente antología es una recopilación de ocho textos cortos seleccionados para que el estudiante de tercer grado desarrolle la habilidad comunicativa, al leerlos podrán aprender sobre distintas for- mas de expresar nuestros conocimientos, sentimientos, emociones, así mismo los llevarán hacia mundos no explorados a través de la imaginación. En la literatura existen varios géneros de los cuales los más conocidos: poesía, narrativa, teatro. A través de éstos, el mundo ha conocido países, personas, tiempos y hasta épocas que ni siquiera han existido. En cada uno de los textos localizarás información novedosa que puede ser de tu interés para conocer el mundo literario. También incluye una serie de actividades para la comprensión y análisis de las lecturas. Alma Delia Gomar Ortiz.

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NARRATIVA

CLAVES PARA LEER “LA TELESITA”

La leyenda “La Telesita” es originaria de Santiago del Estero. La danza típica de esta provincia es la chacarera; por eso, no es extraño que exista una leyenda sobre un personaje que baila chacareras. Este personaje, la niña Telésfora Castillo, conocida como la Telesita, es presentado como real Al morir sus padres, la Telesita muestra los dos rasgos de su personalidad que luego adquirirán carácter mágico: la generosidad y el gusto por el baile. Después de su muerte trágica, sobre la que hay distintas versiones más o menos fantásticas, esos dos rasgos principales aparecen en el relato sobrenatural: la Telesita, ya muerta, es generosa en milagros a cambio de que le ofrezcan bailes y bebida. Como en muchas leyendas y otros relatos populares, el destino fatal del personaje se transforma, para la comunidad, en representación de la alegría, de la fiesta y la pureza de alma. Por eso, no es raro que existan chacareras dedicadas a la Telesita, como la que leerán a continuación de la leyenda. LA TELESITA Cuentan que hace años, en el interior de la provincia de Santiago del Estero (CD Argentina), vivía una niña llamada Telésfora Castillo pero que todos conocían como la Telesita. Había sido hija única, dicen, de padres muy ricos. Murieron los dos, y como la niña era inocente, ella empezó a dar todo. Las prendas de oro, de plata, la hacienda que ella tenía, todo se le fue. Entonces, se quedó viviendo sola en el espeso monte santiagueño, de árboles, de arbustos; seco monte, rojo cuando cae el sol, negro y sonoro de noche, monte de los pájaros perdidos. Dicen que esto era cerca del río Salado, en poblados modestos, pura tierra y pasturas breves. Y cuentan que allí, para consolar la pena, a la niña le entró por empezar a cantar y a bailar. La Telesita no había quedado muy bien de la cabeza, así que se le dio por eso, el baile. La niña se fue transformando en una muchacha muy hermosa y un poco adivina. Cuando decían que en alguna parte iba a haber un baile, ella ya lo sabía y se aparecía por allá, como atraída por el sonar de guitarras, violines, bombos y cajas que más tarde iban a tocar. A veces, se presentaba con un cantarito de agua sobre la cabeza; otras, con un manojo de leña. Pero siempre vestida casi en harapos y descalza, la Telesita, pobre. Ella era toda música y danza, pollerita remolino de tanto girar. En las fiestas bailaba sola, acompañando los compases de la música con golpes sobre su cantarito, y marcando los pasos de la danza con pies que no parecían tocar la tierra, levantaba polvo de chacarera. En las trincheras, como llaman en los pagos a las afueras del patio de bailar, ahí amanecía la Telesita. Había que verla ahí sólita y tirada. Y después se levantaba y se iba cantando esa chacarera que ella cantaba. Y he aquí que algunos cuentan que una noche en que se hizo un baile, la Telesita no llegó. A todos les hizo falta porque era un gusto verla bailar, y porque habían aprendido a quererla. La Telesita buena. Bai-

LEYENDA

Antologia de textos literarios para 3er grado...

larina callada y linda. Los músicos tocaron fuerte, esperando que escuchara el violín y el bombo legüero cruzar hasta el monte y por fin viniera desde allí, bajando de los tunares hasta el patio. Pero fue inútil. Recién al otro día, la gente del pueblo encontró su cuerpo ya sin vida, quemado junto a un fogón al que seguramente se había arrimado porque tenía frío. Otros, en cambio, dicen que una noche de fiesta la Telesita cayó a una fogata mientras bailaba como hechizada. Dicen que el fuego le consumió su vestido, su cuerpo y sus piecitos descalzos. La Telesita ardió como estrella fugaz. Y nadie pudo ayudarla. Cuentan también que una señora del lugar, que ya era vieja, la recogió y la sepultó. Como la Telesita había sido tan buena y tan linda, le empezó a hacer promesas. Una vez, la señora tenía un caballito zaino para trabajar y se lo robaron. Así que ella le pidió a su Telesita que se lo hiciera aparecer y le prometió un baile. Le dijo que iba a tomar siete cañas y a bailarle siete chacareras. Y el zaino apareció. Entonces, en casa de la señora, hicieron un baile con estruendos para agradecerle a la Telesita. Así empezó la tradición. Cuando alguien quería recuperar algo robado o cuando a los hombres de campo les faltaba pasto para sus ganados y agua para sobrevivir, invocaban el nombre de la Telesita y hacían un gran baile y una comidpara ella. Y esa fiesta aún continúa celebrándose: los promesantes ofrecen siete chacareras seguidas y siete copas de caña para alegrar el espíritu y ruegan a la Telesita que les dé lo que perdieron o les robaron, igual que cuando ella regaló las cositas de sus padres, o que envíe el agua que no tuvo para apagar el fuego que la hizo arder; que envíe la lluvia para los montes de Santiago. En la fiesta, se representa a la Telesita con una figura de masa y se la pone en un altarcito. Algunos la vis - ten con papeles de seda. Otros le ponen una ropita. Y ahí, cuidando la fiesta, está la Telesita hasta que ter - mina el baile y se la comen. También algunos hacen el muñequito que rodean de velas y después del baile lo queman, para recordar la suerte de la pobre muchacha. A esa fiesta santiagueña se la llama telesiada. Versión de Lorenza Blanc, Laura No e Isabel Vassallo. ACTIVIDADES 1.- Después de leer “La Telesita”, responde las siguientes preguntas: a.- Según la leyenda, ¿cuál es el primer cambio que sufre la Telesita en su vida? b.- ¿Por qué la Telesita empieza a cantar y a bailar? c.- La Telesita no baila igual que las demás personas del pueblo. ¿Por qué? ¿Qué tiene de diferente su forma de danzar? Apoyen su respuesta con citas del relato. d.- ¿Cómo les parece que la gente del pueblo trata a la Telesita mientras vive? Por ejemplo, ¿hacen algo por ella?, ¿la ayudan?, ¿la desprecian? 2.- Marquen con una cruz las afirmaciones con las que estén de acuerdo. __ La Telesita sufre porque es pobre. __ La Telesita baila para olvidar su sufrimiento. __ Desde que se hace muchacha, la Telesita es un personaje casi mágico. __ Cuando ella desaparece, el pueblo busca a la Telesita porque había sido buena y les había regalado sus cosas. __ La gente comienza a pedirle cosas y a hacerle promesas porque la Telesita murió quemada. 3.- La leyenda da dos explicaciones sobre la muerte de la Telesita. ¿Cuál les parece más vinculada con lo mágico, con lo sobrenatural? ¿Por qué? 4.- Marquen con una cruz las opciones más apropiadas.

Antologia de textos literarios para 3er grado...

MITO

Perseo un héroe griego y a Medusa, una gorgona. Perseo era un semidios hijo de Zeus y de la mortal Danae. Perseo fue uno de los héroes más importantes de la mitología griega considerado un semidios, y quien llevó a cabo diferentes tareas sobrenaturales incluyendo el asesinato de la Medusa y la liberación de Andrómeda. Este semidios velaba por el bienestar de los buenos, honraba siempre a los dioses, era humilde y sensible todo un ejemplo a seguir. Las Gorgonas eran tres monstruos y se llamaban Esteno, Euríale y Medusa. Las tres eran hijas de las divinidades marinas Forcis y Ceto. La cabeza de estos monstruos estaba rodeada de serpientes, tenían grandes colmillos, manos de bronce y alas de oro. Su mirada era tan penetrante que el que osaba mirarlas a los ojos quedaba convertido en piedra. Lee el siguiente texto y luego responde las preguntas. Perseo y MedusaHace muchísimo tiempo vivían en la región del monte Atlas unas hermanas espantosas, conocidas con el nombre de Gorgonas. Una de ellas –la más terrible– se llamaba Medusa. Tenía serpientes en lugar de cabellos y todo aquel que la mirara directamente a los ojos quedaba convertido en estatua de piedra. Durante años, muchos héroes valientes y bien armados habían llegado a la región del monte Atlas para destruir a Medusa sin resultado: todos fueron petrificados por la horrible criatura. Hasta que una vez, Perseo, hijo de Zeus, recibió el encargo de destruirla. Para llevar adelante la hazaña, el joven contó con las sandalias del dios Hermes, con las cuales podía volar, y con la capa de Hades, que lo volvía invisible. También llevaba una espada y un escudo de bronce, tan liso y pulido como un espejo. Así llegó a la región donde habitaba Medusa. Cuando Medusa advirtió la presencia del joven comenzó a moverse de un lado a otro, agitada. Le gritaba cosas espantosas, mientras las culebras de su cabeza se agitaban y silbaban con furia. Sin embargo, por más esfuerzos que hizo, no logró que Perseo la mirara a la cara. Agotada, Medusa se quedó dormida. Entonces, Perseo se acercó sigilosamente y aproximó al rostro de Medusa el escudo de bronce. De esta manera, cuando el horrible ser abrió los ojos, lo primero que vio fue su propio rostro reflejado en el escudo y quedó petri - ficada. Y así, Perseo usando su espada pudo cortarle la cabeza y dar fin a la temida Medusa. De la sangre de Medusa nació Pegaso, el más fiel corcel con alas que lo ayudaría en sus próximas hazañas. Mito griego. Versión equipo editorial Completa el siguiente cuadro con las características principales de la narración leída.

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1.- ¿Cómo derrotó Perseo a Medusa? A. Usando su escudo, reflejó su imagen y logró petrificarla. B. Mirándola directamente a la cara, la petrificó al instante. C. Enterrando su espada en la cabeza de Medusa. D. Engañándola para que se quedara dormida. 2.- ¿Qué propiedad tienen las sandalias del dios Hermes? A. Hacen invisible. B. Parecen un espejo. C. Permiten volar. D. Dan valor y fuerza. 3.- Según el texto, ¿qué significa la palabra petrificados? A. Asustados por la horrenda criatura. B. Convertidos en estatuas de sal. C. Transformados en piedra. D. Paralizados por el miedo. Complementa en um organizador gráficoque muestre las características del mito.

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—¡Sí!… ¡Sí! —asentía Mazzini—. Pero dígame: ¿Usted cree que es herencia, que…? —En cuanto a la herencia paterna, ya le dije lo que creía cuando vi a su hijo. Respecto a la madre, hay allí un pulmón que no sopla bien. No veo nada más, pero hay un soplo un poco rudo. Hágala examinar detenidamente. Con el alma destrozada de remordimiento, Mazzini redobló el amor a su hijo, el pequeño idiota que pagaba los excesos del abuelo. Tuvo asimismo que consolar, sostener sin tregua a Berta, her- ida en lo más profundo por aquel fracaso de su joven maternidad. Como es natural, el matrimonio puso todo su amor en la esperanza de otro hijo. Nació éste, y su salud y limpidez de risa reencendieron el porvenir extinguido. Pero a los dieciocho meses las convulsiones del primogénito se repetían, y al día siguiente el segundo hijo amanecía idiota. Esta vez los padres cayeron en honda desesperación. ¡Luego su sangre, su amor estaban maldi- tos! ¡Su amor, sobre todo! Veintiocho años él, veintidós ella, y toda su apasionada ternura no alcanzaba a crear un átomo de vida normal. Ya no pedían más belleza e inteligencia como en el primogénito; ¡pero un hijo, un hijo como todos! Del nuevo desastre brotaron nuevas llamaradas del dolorido amor, un loco anhelo de redimir de una vez para siempre la santidad de su ternura. Sobrevinieron mellizos, y punto por punto repi- tióse el proceso de los dos mayores. Mas por encima de su inmensa amargura quedaba a Mazzini y Berta gran compasión por sus cuatro hijos. Hubo que arrancar del limbo de la más honda animalidad, no ya sus almas, sino el instinto mismo, abolido. No sabían deglutir, cambiar de sitio, ni aun sentarse. Aprendieron al fin a caminar, pero chocaban contra todo, por no darse cuenta de los obstáculos. Cuando los lavaban mugían hasta inyectarse de sangre el rostro. Animábanse sólo al comer, o cuando veían colores brillantes u oían truenos. Se reían entonces, echando afuera lengua y ríos de baba, radiantes de frenesí bestial. Tenían, en cambio, cierta facultad imitativa; pero no se pudo obtener nada más. Con los mellizos pareció haber concluido la aterradora descendencia. Pero pasados tres años de - searon de nuevo ardientemente otro hijo, confiando en que el largo tiempo transcurrido hubiera aplacado a la fatalidad. No satisfacían sus esperanzas. Y en ese ardiente anhelo que se exasperaba en razón de su in- fructuosidad, se agriaron. Hasta ese momento cada cual había tomado sobre sí la parte que le correspondía en la miseria de sus hijos; pero la desesperanza de redención ante las cuatro bestias que habían nacido de ellos echó afuera esa imperiosa necesidad de culpar a los otros, que es pa- trimonio específico de los corazones inferiores. Iniciáronse con el cambio de pronombre: tus hijos. Y como a más del insulto había la insidia, la atmósfera se cargaba. —Me parece —díjole una noche Mazzini, que acababa de entrar y se lavaba las manos—que po- drías tener más limpios a los muchachos. Berta continuó leyendo como si no hubiera oído.

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—Es la primera vez —repuso al rato— que te veo inquietarte por el estado de tus hijos. Mazzini volvió un poco la cara a ella con una sonrisa forzada: —De nuestros hijos, ¿me parece? —Bueno, de nuestros hijos. ¿Te gusta así? —alzó ella los ojos. Esta vez Mazzini se expresó clara- mente: —¿Creo que no vas a decir que yo tenga la culpa, no? —¡Ah, no! —se sonrió Berta, muy pálida— ¡pero yo tampoco, supongo!… ¡No faltaba más!… — murmuró. —¿Qué no faltaba más? —¡Que si alguien tiene la culpa, no soy yo, entiéndelo bien! Eso es lo que te quería decir. Su mari - do la miró un momento, con brutal deseo de insultarla. —¡Dejemos! —articuló, secándose por fin las manos. —Como quieras; pero si quieres decir… —¡Berta! —¡Como quieras! Éste fue el primer choque y le sucedieron otros. Pero en las inevitables reconciliaciones, sus almas se unían con doble arrebato y locura por otro hijo. Nació así una niña. Vivieron dos años con la angustia a flor de alma, esperando siempre otro desastre. Nada acaeció, sin embargo, y los padres pusieron en ella toda su complacencia, que la pequeña llevaba a los más extremos límites del mimo y la mala crianza. Si aún en los últimos tiempos Berta cuidaba siempre de sus hijos, al nacer Bertita olvidóse casi del todo de los otros. Su solo recuerdo la horrorizaba, como algo atroz que la hubieran obligado a cometer. A Mazzini, bien que en menor grado, pasábale lo mismo. No por eso la paz había llegado a sus almas. La menor indisposición de su hija echaba ahora afuera, con el terror de per- derla, los rencores de su descendencia podrida. Habían acumulado hiel sobrado tiempo para que el vaso no quedara distendido, y al menor contacto el veneno se vertía afuera. Desde el primer disgusto emponzoñado habíanse perdido el respeto; y si hay algo a que el hombre se siente ar- rastrado con cruel fruición es, cuando ya se comenzó, a humillar del todo a una persona. Antes se contenían por la mutua falta de éxito; ahora que éste había llegado, cada cual, atribuyéndolo a sí mismo, sentía mayor la infamia de los cuatro engendros que el otro habíale forzado a crear. Con estos sentimientos, no hubo ya para los cuatro hijos mayores afecto posible. La sirvienta los vestía, les daba de comer, los acostaba, con visible brutalidad. No los lavaban casi nunca. Pasaban todo el día sentados frente al cerco, abandonados de toda remota caricia. De este modo Bertita cumplió cuatro años, y esa noche, resultado de las golosinas que era a los padres absolu- tamente imposible negarle, la criatura tuvo algún escalofrío y fiebre. Y el temor a verla morir o quedar idiota, tornó a reabrir la eterna llaga. Hacía tres horas que no hablaban, y el motivo fue, como casi siempre, los fuertes pasos de Mazz- ini. —¡Mi Dios! ¿No puedes caminar más despacio? ¿Cuántas veces…? —Bueno, es que me olvido; ¡se acabó! No lo hago a propósito. Ella se sonrió, desdeñosa: —¡No, no te creo tanto! —Ni yo jamás te hubiera creído tanto a ti… ¡tisiquilla! —¡Qué! ¿Qué dijiste?…

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De pronto algo se interpuso entre su mirada y el cerco. Su hermana, cansada de cinco horas pater- nales, quería observar por su cuenta. Detenida al pie del cerco, miraba pensativa la cresta. Quería trepar, eso no ofrecía duda. Al fin decidióse por una silla desfondada, pero aun no alcanzaba. Re - currió entonces a un cajón de kerosene, y su instinto topográfico hízole colocar vertical el mueble, con lo cual triunfó. Los cuatro idiotas, la mirada indiferente, vieron cómo su hermana lograba pacientemente domi- nar el equilibrio, y cómo en puntas de pie apoyaba la garganta sobre la cresta del cerco, entre sus manos tirantes. Viéronla mirar a todos lados, y buscar apoyo con el pie para alzarse más. Pero la mirada de los idiotas se había animado; una misma luz insistente estaba fija en sus pupi - las. No apartaban los ojos de su hermana mientras creciente sensación de gula bestial iba cambi- ando cada línea de sus rostros. Lentamente avanzaron hacia el cerco. La pequeña, que habiendo logrado calzar el pie iba ya a montar a horcajadas y a caerse del otro lado, seguramente sintióse cogida de la pierna. Debajo de ella, los ocho ojos clavados en los suyos le dieron miedo. —¡Soltáme! ¡Déjame! —gritó sacudiendo la pierna. Pero fue atraída —¡Mamá! ¡Ay, mamá! ¡Mamá, papá! —lloró imperiosamente. Trató aún de sujetarse del borde, pero sintióse arrancada y cayó. —Mamá, ¡ay! Ma... —No pudo gritar más. Uno de ellos le apretó el cuello, apartando los bucles como si fueran plumas, y los otros la arrastraron de una sola pierna hasta la cocina, donde esa mañana se había desangrado a la gallina, bien sujeta, arrancándole la vida segundo por segundo. Mazzini, en la casa de enfrente, creyó oír la voz de su hija. —Me parece que te llama—le dijo a Berta. Prestaron oído, inquietos, pero no oyeron más. Con todo, un momento después se despidieron, y mientras Berta iba dejar su sombrero, Mazzini avanzó en el patio. —¡Bertita! Nadie respondió. —¡Bertita! —alzó más la voz, ya alterada. Y el silencio fue tan fúnebre para su corazón siempre aterrado, que la espalda se le heló de hor- rible presentimiento. —¡Mi hija, mi hija! —corrió ya desesperado hacia el fondo. Pero al pasar frente a la cocina vio en el piso un mar de sangre. Empujó violentamente la puerta entornada, y lanzó un grito de horror. Berta, que ya se había lanzado corriendo a su vez al oír el angustioso llamado del padre, oyó el grito y respondió con otro. Pero al precipitarse en la cocina, Mazzini, lívido como la muerte, se interpuso, conteniéndola: —¡No entres! ¡No entres! Berta alcanzó a ver el piso inundado de sangre. Sólo pudo echar sus brazos sobre la cabeza y hundirse a lo largo de él con un ronco suspiro. FIN

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CONTEXTO DE PRODUCCIÓN DE UN CUENTO DE HORACIO QUI - ROGA: “LA GALLINA DEGOLLADA” La gallina degollada es un cuento de terror del escritor uruguayo-argentino Horacio Quiroga, publicado por primera vez en su obra “La gallina degollada y otros cuentos”, en 1925. Horacio Quiroga fue un notable poeta, dramaturgo y cuentista uruguayo. Seguidor del modernismo lati - noamericano (cuyo principal exponente es el poeta nicaragüense Rubén Darío), fue muy influido por la lectura de Edgar Allan Poe y Guy de Maupassant, por lo que sus textos se pueden vincular claramente con la corriente literaria conocida como naturalismo. Asimismo, no sólo se lo com- para a Poe por su magistral composición del relato de terror, sino también por los avatares de su tormentosa vida, marcada por la enfermedad, la tragedia y la muerte final. Actividad n° CONSTESTA LAS SIGUIENTES PREGUNTAS:

  1. ¿Por qué lleva ese título el cuento? A) Porque es un simbolismo relacionado con la muerte de Bertita B) Porque los niños mataban gallinas y las degollaban C) Porque es un simbolismo relacionado con la violencia de sus padres D) Porque eran sometidos a violencia los cuatro hijos
  2. ¿Qué tenían en común esos niños? A) Eran un par de mellizos B) El odio hacia su hermana C)Eran considerados estúpidos D) Eran violentos con todo el mundo
  3. ¿Qué es lo que ocurre finalmente en el texto? ¿Cuál es el desenlace? Explique

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AHORA CONOCERÁS LA BIOGRAFÍA DE QUIROGA , YA QUE, PARA COMPRENDER SU CONTEXTO DE PRODUC- CIÓN LITERARIA ES FUNDAMENTAL SABER LOS ANTECEDENES DE SU TRÁGICA VIDA: HORACIO QUIROGA Horacio Quiroga nació en salto, Uruguay el 31 de diciembre de 1879 1899-1900- Fundó y coordinó La Revista del Salto promocionando ideas y conceptos del modernismo; abandonándolo prontamente. Posteriormente adoptó ideas realistas y naturalistas. 1901-Se trasladó a Argentina y publicó su primer libro. “ Los Arrecifes de Coral” Fue colono el Chacao y Mis- iones, en medio de la selva Uruguaya. Pertenecía a una familia burguesa. Su padre fue vicecónsul de Argentina en Uruguay. Conoció a Rubén Darío y Leopoldo Lugones. Se caracterizó por ser un hombre muy aventurero. Se desempeñó en muchos trabajos como agricultor, juez, funcionario consular… UNA VIDA PRESIDIDA POR LA TRAGEDIA: La muerte accidental de su padre La muerte de dos hermanas por la fiebre tifoidea Quiroga mató accidentalmente de un disparo a su amigo Fernando El suicidio de su padrastro , quien también había matado a su amigo de forma accidental 5-Su primera es- posa fue envenenada 6-Su hija se quitaría la vida un año después de su muerte 7-Su segunda esposa lo abandonó y se llevó a su hija

Antologia de textos literarios para 3er grado...

Actividad n° 2 ESCRIBE UN COMETARIO CRÍTICO RESPECTO A “LA GALLINA DEGOLLADA”. MEN - CIONA SI HAY RELACIÓN ENTRE LA OBRA Y LA VIDA DEL AUTOR HORACIO QUIRO - GA. (5 líneas mínimas y 8 máximas.)