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La psicología es la ciencia que estudia la mente y el comportamiento humano. Examina cómo las personas piensan, sienten, aprenden, interactúan con su entorno y se desarrollan. Su objetivo principal es comprender y explicar los procesos mentales y comportamientos, tanto individuales como sociales.
Typology: Summaries
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República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular Para La Salud
Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos
Valle de la Pascua, Estado Guárico
3 Año Sección 4
Asignatura: Psicología
Facilitadora: Integrantes:
Lcda. Lammoglia Álvarez Anyie C.I 26.944.
Mezones Junior C.I 27.171.
Ramírez Yohelith C.I 19.702.
Morales Verónica C.I 31.665.
Matos Miguel C.I 31.774.
Jiménez Estefani C.I 30.264.
Sanchez Milena C.I 32.561.
Garrido Anyel 31.730.
Marrero Glenymar C.I 30.627.
Jhosmely Mendez 31.550.
Introducción
El sistema nervioso central es un componente fundamental en el estudio de la psicología, ya que desempeña un papel crucial en nuestras experiencias, emociones, pensamientos y comportamientos. Comprender cómo funciona el sistema nervioso central nos permite explorar la complejidad de la mente humana y su relación con el cuerpo.
El sistema nervioso central está compuesto por el cerebro y la médula espinal, y actúa como centro de control de todas las funciones del organismo. Desde una perspectiva psicológica, el análisis del sistema nervioso central nos brinda información valiosa sobre cómo procesamos la información, cómo experimentamos y regulamos nuestras emociones, cómo tomamos decisiones y cómo interactuamos con el mundo que nos rodea.
El Sistema Nervioso Central (SNC) es el encargado de controlar tanto los actos voluntarios, como los involuntarios. Esto abarca no solamente las expresiones físicas, sino también lo referente a los actos del pensamiento.
Gracias a este sistema somos capaces de responder de maneras diferentes ante los estímulos siempre cambiantes que recibe nuestro organismo, así como coordinar los diferentes procesos fisiológicos que nos mantienen con vida. Se compone de dos secciones: el cerebro y la médula espinal. La función principal del sistema nervioso es controlar todos los procesos vitales del organismo. El cerebro es responsable del pensamiento, el habla y la coordinación. Facilita el trabajo de todos los sentidos, desde la simple sensación de temperatura hasta la vista y el oído. La médula espinal regula el trabajo de los órganos internos, asegura la coordinación de sus actividades e impulsa la movilidad del cuerpo (bajo el control del cerebro).
Células del cerebro y la médula espinal
El cerebro y la médula espinal están formados por células cuyos nombres y características están determinados por sus funciones. Las células exclusivas del sistema nervioso son las neuronas y la neuroglia.
Las neuronas son los caballos de batalla del sistema nervioso. Envían y reciben señales desde y hacia el cerebro a través de una red de interconexiones tan numerosas y complejas que es absolutamente imposible contarlas o hacer su esquema completo. En el mejor de los casos, podemos decir aproximadamente que hay cientos de miles de millones de neuronas en el cerebro y muchas veces más conexiones entre ellas.
Partes del Sistema Nervioso Central
El Sistema Nervioso Central está compuesto por dos estructuras indispensables no solamente para el correcto funcionamiento del organismo, sino para la vida de este. Dichas estructuras son el cerebro (entendido como encéfalo, no solo la corteza cerebral) y la médula espinal. La primera estructura está dentro del cráneo e incluye partes como el cerebelo, el cortex cerebral, el diencéfalo, y otros elementos indispensables para nuestra supervivencia. Por su parte, la médula espinal se proyecta a lo largo de la columna vertebral, y comunica el encéfalo y los nervios del Sistema Nervioso Periférico, los cuales no están contenidos en piezas óseas y recorren todo el cuerpo.
El Cerebro
El cerebro tiene una estructura muy compleja. Hay varias secciones grandes: los hemisferios, el cerebelo y el tronco cerebral: médula oblonga, puente de Varolio y el cerebro medio. Dicho órgano es sin dudarlo el más complejo del cuerpo humano en cuanto a su nivel de funcionamiento. Según las investigaciones referentes al campo de las neurociencias, el cerebro
humano se compone de aproximadamente unas 100 mil millones de neuronas, que interactúan entre ellas estableciendo una cantidad inconmensurable de conexiones. Por otro lado, la mayor parte de las células nerviosas del cerebro no son neuronas, sino células gliales. El cerebro consume aproximadamente el 20% de todo el oxígeno que respiramos. Su peso apenas representa un mínimo 2% referente al total de un ser humano promedio.
Los hemisferios cerebrales son los responsables de procesar la información de los sentidos, así como del pensamiento, la lógica, el aprendizaje y la memoria, es decir, de las funciones que llamamos mente.
Varios surcos grandes dividen cada hemisferio en cuatro lóbulos:
frontal temporal parietal occipital
Los lóbulos frontales: Proporcionan el pensamiento creativo o abstracto, la expresión de las emociones, la expresividad del habla y el control de los movimientos voluntarios. Son responsables en gran medida del intelecto y el comportamiento social de una persona. Sus funciones incluyen la planificación de la acción, el establecimiento de prioridades, la concentración, el recuerdo y el control del comportamiento.
Los lóbulos parietales: Son responsables del sentido del tacto, la percepción de la presión, el dolor, el calor y el frío, así como de las habilidades de cálculo y del habla y la orientación del cuerpo en el espacio.
Los lóbulos temporales : Son en gran parte responsables de la memoria, la audición y la capacidad de absorber información verbal o escrita. También contienen objetos complejos adicionales.
Los lóbulos occipitales: Son el centro visual del cerebro que analiza la información que proviene de los ojos. El lóbulo occipital izquierdo recibe información del campo visual derecho y el lóbulo derecho recibe información del campo visual izquierdo.
El cerebelo
Es una estructura más pequeña que se encuentra en la parte posterior inferior del cerebro, por debajo de los grandes hemisferios, y está separado de ellos por una excrecencia de la duramadre, la llamada tienda del cerebelo (tentorium). Es aproximadamente ocho veces más pequeño que el cerebro anterior. El cerebelo realiza de forma continua y automática la regulación fina de la coordinación del movimiento y el equilibrio corporal.
El tronco cerebral: Se extiende hacia abajo desde el centro del cerebro y pasa por delante del cerebelo antes de fusionarse con la parte superior de la médula espinal.
Sistema nervioso autónomo
El sistema nervioso autónomo, vegetativo o involuntario está compuesto por fibras sensitivas y motoras que conectan el sistema nervioso central con la musculatura lisa y la cardiaca, así como con las glándulas exocrinas, que se encuentran en todo el organismo y cumplen funciones idiosincráticas.
Los músculos lisos se localizan en los ojos, donde se asocian a la dilatación y la contracción de la pupila y a la acomodación del cristalino, en los folículos pilosos de la piel, en los vasos sanguíneos, en las paredes del sistema digestivo y en los esfínteres de la vesícula urinaria y de la biliar.
A través de la acción del sistema nervioso autónomo se produce el control de la la digestión, de la frecuencia cardiaca y de la respiratoria, de la micción, de la respuesta sexual y de la reacción de lucha-huida. Este proceso, también conocido como “respuesta de estrés agudo”, consiste en una descarga de neurotransmisores con función protectora ante amenazas.
También dependen del sistema vegetativo los reflejos autónomos o viscerales, una serie de respuestas automáticas que aparecen como consecuencia de determinados tipos de estimulación. Entre estos encontramos los reflejos oculares, los cardiovasculares, los glandulares, los urogenitales y los gastrointestinales, principalmente el peristaltismo.
Las ramas simpática, parasimpática y entérica
Es muy conocida la subdivisión del sistema nervioso autónomo en dos ramas: la simpática y la parasimpática, responsables del mantenimiento de la homeostasis o equilibrio del medio interno del organismo. Sin embargo existe una tercera rama que se deja de lado con frecuencia: el sistema nervioso entérico, encargado del funcionamiento del tracto intestinal.
La activación del sistema nervioso simpático se relaciona con la respuesta de lucha-huida: aumenta el consumo de energía por parte del organismo para permitir funciones como la liberación de catecolaminas, la broncodilatación o la midriasis (dilatación pupilar). El sistema parasimpático controla la relajación de los esfínteres, la digestión o la miosis (contracción pupilar).
Estas dos ramas del sistema nervioso autónomo siempre actúan de forma conjunta; sin embargo, distintos estímulos y señales fisiológicas pueden hacer que se desequilibren por tal de que las funciones de una de ellas predominen sobre las de la otra. Por ejemplo, las respuestas de excitación sexual se asocian a la activación del sistema parasimpático.
Por su parte, el sistema nervioso entérico se ocupa de la inervación (tanto sensitiva como motora) del tubo digestivo, del páncreas y de la vesícula biliar, y por tanto del control de la musculatura lisa, de los vasos sanguíneos y de las mucosas que se sitúan en estas regiones.
El sistema nervioso somático
El sistema nervioso somático está compuesto por nervios y ganglios con funciones sensoriales y motoras que permiten la conexión entre el sistema nervioso central y el resto del cuerpo. Los nervios son conjuntos de fibras nerviosas, es decir, de axones neuronales, por lo que se especializan en la transmisión de impulsos electroquímicos. Los ganglios nerviosos están compuestos por los somas o cuerpos celulares de las neuronas del sistema nervioso periférico; en ellos tiene lugar el relevo de señales entre las distintas estructuras del sistema nervioso.
Esta subdivisión del sistema nervioso periférico se relaciona con el control voluntario de la contracción de la musculatura esquelética, así como con el de los arcos reflejos, que permiten la ejecución de respuestas automáticas por parte de las propias motoneuronas, antes de que el sistema nervioso central reciba las aferencias sensitivas correspondientes.
Los nervios craneales y espinales
Los 43 pares de nervios del cuerpo humano constituyen el sistema nervioso somático. De estos, 12 se encuentran en el tronco del encéfalo y 31 en la médula espinal, tanto en su raíz dorsal como en la ventral. Los primeros son denominados “nervios craneales” y los segundos los “nervios espinales o raquídeos”.
La transmisión de información entre el encéfalo y el sistema nervioso periférico se produce a través de los 12 pares craneales: el olfatorio (I), el óptico (II), el oculomotor (III), el patético o troclear (IV), el trigémino (V), el abducens (VI), el facial (VII), el vestibulococlear o auditivo (VIII), el glosofaríngeo (IX), el vago o neumogástrico (X), el accesorio (XI) y el hipogloso (XII).
Los nervios raquídeos o espinales conectan la médula espinal con el resto del cuerpo. Mientras que los nervios que envían información sensitiva aferente al sistema nervioso central se encuentran en la raíz dorsal o posterior de la médula, los somas de las neuronas motoras o eferentes se localizan en sus astas ventrales.
El sistema límbico es una de las redes de neuronas más interesantes e importantes a la hora de estudiar el comportamiento humano, ya que es una de las partes del cerebro con un papel más relevante en la aparición de los estados de ánimo.
Es por eso que a veces es llamado "el cerebro emocional".
El sistema límbico en el aprendizaje
Hace más de 200 años, un filósofo inglés llamado Jeremy Bentham, uno de los padres del utilitarismo, propuso la idea de una manera de calcular la felicidad basándose en una clasificación
Corteza orbitofrontal
En los límites del sistema límbico se encuentra la corteza orbitofrontal, que es la válvula de salida de las órdenes "emocionales" hacia zonas del lóbulo frontal encargadas de la planificación y creación de estrategias. Por tanto, tiene un importante papel a la hora de aplacar los "impulsos irracionales" que llegan del sistema límbico y hacer pasar solo parte de estas señales, aquellas que servirán para definir bien los objetivos de las acciones con metas a medio o largo plazo.
Funciones principales del sistema límbico
El sistema límbico está involucrado en una variedad de actividades vitales. Para asociar sus funciones, podemos resumir en las cinco “C”:
Comer: Regula el hambre y la saciedad.
Conmemorar: Asociado con la memoria a largo plazo (hipocampo)
Comportarse: Influye en nuestras respuestas emocionales y estados de ánimo.
Clan: Relacionado con la reproducción sexual y los instintos maternos.
Copular: Asociado con la excitación e Impulso sexual.
Respuesta al miedo y la ansiedad:
La amígdala está especialmente involucrada en la respuesta al miedo .Cuando percibimos una amenaza, la amígdala activa una serie de respuestas fisiológicas, como el aumento del ritmo cardíaco y la liberación de hormonas del estrés.
Memoria emocional:
La amígdala contribuye a la formación de recuerdos emocionales. Por ejemplo, si experimentamos una situación aterradora, la amígdala se asocia con esa experiencia y la almacena en la memoria.
Córtex límbico y formación hipocampal:
El córtex límbico procesa información emocional y está conectado al hipocampo. El hipocampo, a su vez, está involucrado en la formación de la memoria a largo plazo y la consolidación de experiencias emocionales.
Córtex límbico y amígdala:
El córtex límbico y la amígdala interactúan para procesar y regular las emociones. La amígdala, especialmente, desempeña un papel crucial en la respuesta emocional, especialmente en situaciones de miedo y ansiedad.
Amígdala y hipotálamo:
La amígdala se comunica con el hipotálamo. La amígdala puede activar respuestas hormonales y autonómicas (como el aumento del ritmo cardíaco) a través del hipotálamo. Esta conexión es importante para la expresión emocional y la regulación del sistema nervioso autónomo.
Hipotálamo y motivación: El hipotálamo está involucrado en la regulación de funciones vitales como el hambre, la sed y la temperatura corporal. También influye en la motivación y la conducta. Por ejemplo, cuando sentimos hambre, el hipotálamo nos motiva a buscar alimento.
El hipocampo y la amígdala: Desempeñan un papel crucial en la formación de recuerdos emocionales y en la conexión con las estructuras olfativas.
El sistema nervioso simpático participa en la preparación del cuerpo para las actividades relacionadas con el estrés y ralentiza los procesos corporales que son menos importantes en situaciones de emergencias. También es un activador de energía que provoca excitación y movimiento. Se relaciona con las situaciones de lucha/huida.
El sistema nervioso simpático es una de las ramas del sistema nervioso autónomo, siendo este el elemento que controla las reacciones y reflejos viscerales. Dicho sistema autónomo está conformado tanto por el sistema simpático como por dos divisiones más, el sistema parasimpático y el sistema entérico.
Funciones principales del sistema nervioso simpático
Mientras que el sistema parasimpático se encarga de realizar procesos que suponen al organismo un ahorro energético y el entérico se centra en la gestión habitual del tubo digestivo, el sistema simpático tiene como principal función el de preparar al organismo para responder con velocidad a la estimulación externa, provocando procesos que suponen el consumo de una gran cantidad de energía con el fin de asegurar la supervivencia.
Así pues, el sistema simpático provoca una serie de reacciones fisiológicas enérgicas que permiten la supervivencia, siendo permitir la reacción lucha-huída la más importante de sus funciones. Estas reacciones serán posteriormente combatidas por el sistema parasimpático, habiendo un equilibrio homeostático que mantiene el organismo en un estado óptimo de funcionamiento según la estimulación externa.
Cuando el simpático se activa: reacciones que provoca
La función principal del sistema simpático es activar al organismo para facilitar la reacción a los estímulos. Para ello, activa una serie de reacciones fisiológicas que nos preparan para responder. Se ha de tener en cuenta que esta activación del sistema simpático facilita la lucha o
Eyaculación y orgasmo
El sistema simpático no se activa únicamente en situaciones de peligro, sino que participa en múltiples procesos fisiológicos. Un ejemplo de ello es su participación en las relaciones sexuales, provocando la eyaculación en el hombre y el orgasmo en ambos sexos.
Recorrido del sistema nervioso simpático
El sistema simpático se configura a partir de dos cadenas de veintitrés ganglios que circulan a lo largo y a ambos lados de la columna vertebral, inervando en su recorrido diferentes órganos y sistemas.
Punto de origen: Bulbo raquídeo
El sistema simpático, junto con el conjunto de redes del sistema nervioso autónomo empieza en el bulbo raquídeo, núcleo cerebral situado en el tronco del encéfalo que controla el conjunto de funciones vitales inconscientes y en el que se origina dicho sistema.
Región cervical
La primera gran región donde podemos encontrar los primeros ganglios se sitúa en la zona cervical. En este tronco cervical podemos encontrar tres ganglios, cervical superior, medio e inferior, que conectan con regiones tales como los músculos oculares, las meninges, la hipófisis, y los nervios vago, glosofaríngeo e hipogloso, con lo que se vincula con la capacidad controlar la intensidad de luz que captan los ojos, la emisión de hormonas y la capacidad de deglutir.
Región torácica
En el tórax el sistema simpático puede encontrarse una docena de ganglios, que inervan los órganos situados en las zonas correspondientes. Pulmones, corazón y tubo digestivo son los elementos más importantes.
Región lumbar
La parte del sistema nervioso simpático que transcurre en la región lumbar tiene una gran importancia, debido a la gran cantidad de órganos que inerva. En condiciones normales pueden encontrarse cinco ganglios en esta zona, desde los cuales surgen fibras nerviosas que llegan al plexo solar y su continuación, el plexo aórticoabdominal.
Región pélvica
Se trata de la parte más caudal del sistema simpático, que transcurre en la pelvis. La dos cadenas de ganglios se unen en esta zona en el ganglio coccígeo. En esta zona, el plexo pélvico, se pueden encontrar cuatro ganglios que inervan recto y vejiga. De estos salen otros plexos secundarios, los cuales controlan la vesícula, próstata y pene/ vagina y clítoris.
El SNP representa una parte fundamental del sistema nervioso autónomo, se dedica a las funciones involuntarias que regulan el modo de descanso y digestión. Contrarresta las respuestas del sistema nervioso simpático, promoviendo la relajación y el equilibrio fisiológico.
Sistema Nervioso Periférico
Es la parte del Sistema Nervioso que está formado por neuronas que conectan el Sistema Nervioso Central y la Médula Espinal con el resto del cuerpo.
Funciones principales del sistema nervioso parasimpático
La principal función del sistema nervioso parasimpático es la de generar un estado de reposo que permita al organismo ahorrar o recuperar energía, provocando una relajación del cuerpo y recuperando su estado tras la presencia de estímulos activadores. En este sentido, al margen de inducir relajación también participa en la realización de la digestión y en la respuesta reproductiva.
Situación neuroanatómica
El sistema nervioso simpático tiene una gran cantidad de inervaciones nerviosas a muy diferentes alturas de la médula, en el caso del sistema nervioso parasimpático dicha distribución es más concentrada, pudiendo localizarse especialmente en localizaciones intracraneales concretas y en región sacra de la médula espinal.
Así, típicamente se pueden encontrar dos divisiones, craneal y sacra.
Región craneal
Dentro de esta región podemos encontrar conexiones con diferentes regiones, tanto a nivel de de hipotálamo (en que destaca la presencia de os nervios supraóptico-hipofisario, paraventricular-hipofisario y tubero-hipofisario), mesencéfalo (encontramos el ganglio ciliar, desde el que nacen conexiones nerviosas que producen el movimiento y ajuste del ojo a la luz, pudiendo contraer el iris gracias a él) y romboencéfalo (se situan en él gran cantidad de pares craneales).
Región sacra
En la parte más inferior de la médula espinal encontramos las vértebras sacras, estando en adultos fusionadas en una única estructura ósea. En esta región, podemos encontrar una de las pocas conexiones del sistema nervioso parasimpático que no se encuentran a nivel intracraneal.
Sistema genital
El parasimpático también tiene una importante vinculación con la sexualidad humana. Y es que estando el organismo en estado de reposo permite la excitación sexual, causando la erección (tanto del pene como del clítoris).
Conclusión
En la psicología, el sistema nervioso central, periférico, límbico, simpático y parasimpático juegan un papel fundamental en la regulación de nuestras emociones, pensamientos y conductas.
El sistema nervioso central, compuesto por el cerebro y la médula espinal, es responsable de procesar la información sensorial y controlar nuestras funciones cognitivas y comportamentales. El sistema nervioso periférico, por otro lado, se encarga de transmitir información entre el sistema nervioso central y el resto del cuerpo.
El sistema límbico, también conocido como el "cerebro emocional", está involucrado en la regulación de nuestras emociones y respuestas emocionales. Por su parte, el sistema nervioso simpático y parasimpático son dos ramas del sistema nervioso autónomo que controlan las respuestas involuntarias del cuerpo, como la frecuencia cardíaca, la respiración y la digestión.
En conjunto, estos sistemas nerviosos desempeñan un papel crucial en la forma en que percibimos y respondemos al mundo que nos rodea, y son fundamentales para entender y abordar diversos trastornos psicológicos y emocionales.
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