



Study with the several resources on Docsity
Earn points by helping other students or get them with a premium plan
Prepare for your exams
Study with the several resources on Docsity
Earn points to download
Earn points by helping other students or get them with a premium plan
Community
Ask the community for help and clear up your study doubts
Discover the best universities in your country according to Docsity users
Free resources
Download our free guides on studying techniques, anxiety management strategies, and thesis advice from Docsity tutors
Este cuento infantil, "lecciones entre ladrillos y paja", narra la historia de tres cerditos hermanos que aprenden la importancia de la cooperación y el esfuerzo al construir sus casas. A través de la interacción con un pixi del bosque, los cerditos descubren que la unión y el trabajo en equipo son esenciales para superar los desafíos y lograr el éxito. El cuento también destaca la importancia de la responsabilidad individual y la superación de la testarudez para alcanzar metas comunes.
Typology: Lecture notes
1 / 5
This page cannot be seen from the preview
Don't miss anything!
CENTRO DE EDUCACION NORMAL
Había una vez, en un bosque muy lejano, tres cerditos que eran hermanos. Vivían tranquilamente junto a su madre, quien era una figura protectora y dedicada que siempre cuidaba con esmero de sus hijos. El tiempo pasó, y los cerditos crecieron. Al llegar a la adultez, su madre notó que había criado a tres hijos con personalidades muy diferentes. El cerdito menor, el "bebé" de la familia, siempre había sido el protegido de su madre. Este constante cuidado lo llevó a convertirse en un adulto perezoso y descuidado, acostumbrado a que tanto su madre como sus hermanos resolvieran todo por él. El cerdito del medio era más prudente que el menor, pero tampoco entendía del todo el valor del trabajo y el esfuerzo. Había crecido confiando en que el hermano mayor se encargara de la mayoría de los deberes del hogar. A pesar de su actitud más cuidadosa y responsable en comparación con el menor, todavía le faltaba aprender sobre disciplina y compromiso. Por último, estaba el hermano mayor, el primero en nacer. Este cerdito, desde pequeño, había sido un ejemplo para sus hermanos: trabajador, previsor y responsable. Sin embargo, ser el mayor le generaba una gran presión, puesto que su madre constantemente lo ponía como referencia para corregir y guiar a sus hermanos más pequeños. Un día, como cualquier otro, la madre cerdito estaba ocupada con los quehaceres del hogar cuando comenzó a reflexionar sobre las actitudes de sus hijos. Fue entonces cuando, con gran pesar, tomó una decisión que marcaría un antes y un después en la vida de sus hijos: decidió que era momento de que sus hijos dejaran el hogar. Habían llegado a un punto en el que se habían convertido en una carga para ella, y pensó que esta sería la mejor manera de impulsarlos a crecer. La madre comenzó a despedirse de cada uno, entregándoles sus pertenencias y deseándoles lo mejor. El hijo mayor fue el primero en irse, y también el más fácil de convencer. Comprendió de inmediato la decisión de su madre y aceptó que era necesario dejar el hogar para madurar. Sin protestar, recogió sus cosas y se despidió con calma. El cerdito de en medio, aunque más difícil de persuadir, finalmente también dejó la casa. Aunque ayudaba en ciertas tareas y era más responsable que el menor, no entendía del todo las razones de su madre. A regañadientes y algo confundido, terminó obedeciendo y salió de casa. Sin embargo, el menor fue el más complicado de expulsar. Incapaz de aceptar la decisión de su madre, se resistió entre lágrimas y protestas, haciendo pucheros y suplicando quedarse. Pero la madre cerdito, firme en su actuar, logró que el pequeño finalmente saliera del hogar. Antes de cerrar la puerta, la madre les dio un último consejo. “Pequeños cerditos podrán regresar a casa cuando sea el momento, pero ahora les deseo lo mejor y les recomiendo encontrar un lugar donde refugiarse, ya que sin un techo pasarán frío durante la noche.”. Con estas palabras, los despidió, esperando que esta acción les ayudara a encontrar su propio camino en la vida.
con Pili sobre sus acciones pasadas. El Pixi tomo las disculpas y le dio una lección de vida al cerdito con las siguientes palabras “oh cerdito menor, siempre has sido el más consentido y más mimado de los 3, ¿acaso no te das cuenta de lo que hacen tus hermanos por ti?". El cerdito a punto de lagrimear comenzó a reflexionar, sin embargo, testarudo a su idea siguió con su cometido de recolectar la paja. Estaba obsesionado con demostrar que su idea era la correcta. Al último cerdito que visitó, pero no por ello menos importante fue al mayor. Propio de él, trabajaría sin descanso hasta lograr su cometido. El cerdito mayor ni se inmutó con la llegada del Pixi, a lo cual la única manera que tuvo el Pixi Pili para captar su atención fue mediante un pinchazo en su trasero. ¿Gritando de dolor el cerdito mayor dijo “quien me ha picado?". El Pixi entre risa menciono "oh gran cerdito obsesionado, ¿Que no te das cuenta de la labor que hacen tus hermanos?, ellos requieren tu guía". El cerdito mayor con enojo dijo " ya estoy cansado de ser el líder, es por ello que nuestra madre nos expulsó de la casa. Porque ellos no hacen el trabajo que yo realizo cada día". El Pixi con decepción se retiró de la ubicación del cerdito mayor, lo único que le quedaba era observar cómo terminaría este problema. Al irse el Pixi, el cerdito mayor comenzó a reflexionar para el solo, no quería mostrar flaqueza ante otra persona. Con cara larga el cerdito siguió su cometido, pero teniendo en mente el error de sus acciones. Al concluir la recolección, todos los cerditos volvieron al punto donde todo inicio. Cada cerdito con cara larga y con materiales en su espalda comenzaron a construir sus casas. El primero en terminar fue el menor. Todos perplejos de su culminación. Una casa pequeña pero acogedora fue la que mostró. La casa era débil y blanda pero suficiente para este cerdito. Orgulloso de su obra el cerdito descanso mientras sus demás hermanos seguían trabajaban. El siguiente en terminar fue el cerdito de en medio, propio de sus habilidades. Logro terminar con dificultad una casa inestable pero habitable. En cambio, el mayor, con una fuerte visión comenzó la construcción con gran esfuerzo, con pico y pala logro terminar de último una casa con fuertes cimientos. Al culminar, todos contentos estaban con su creación, cada uno se acomodó en sus casas, pero en la lejanía acercándose se encontraba un lobo feroz que salía de las sombras del bosque. El Pixi observando a la lejanía a los hermanos cerditos noto la presencia del lobo. Pili consciente de la seriedad del asunto quiso avisarles a los cerditos. Sin embargo, el Pixi era consiente que la única forma de que aprendieran una lección los 3 hermanos era no intervenir en la situación.
Rápidamente el lobo feroz se acercó a las casas, al primero que visitó fue al menor. El lobo dijo "déjame entrar pequeño cerdito, te haré compañía". El cerdito le negó el acceso diciendo "no te dejare entrar", a lo cual el lobo feroz exclamo "entonces soplare y soplare y tu casa derribare". Al soplar el lobo derribo la casa y rápidamente el cerdito tomo lo que pudo de su casa y recurrió al hermano de en medio. Al llegar a la casa de su hermano cerró la puerta con todo lo que pudo. El lobo pidió el acceso, pero al recibir la negativa repitió la frase "entonces soplare y soplare y tu casa derribare". Toda la casa de madera fue derrumbada, con prisa y desesperación tomaron lo que pudieron y ambos cerditos ni lentos ni perezosos fueron con el hermano mayor. Ya en casa del mayor atrancaron la puerta con todo lo que pudieron. Al unisonó los 3 cerditos dijeron "no te dejaremos entrar oh gran lobo feroz", a lo cual el lobo respondió "entonces soplare y soplare y tu casa derribare". El lobo soplo y soplo, pero no logro derribar la casa. gracias a las reflexiones que les había inspirado el Pixi, entendieron que juntos lograrían salir de este embrollo. Fue entonces que con los pocos materiales que pudieron rescatar de sus creaciones lograron reforzar la casa del mayor para que resistiera los soplidos del lobo feroz. Ante la negativa el lobo exhausto y mareado, finalmente desistió de su labor. El lobo no lo había conseguido, mareado y con poca saliva que le quedaba decidió poner fin a sus acciones. Con la boca seca y sin energías el lobo se retiró y los 3 cerditos en un acto de defensa, le lanzaron piedras para asegurarse de que no regresara. Con el problema evadido los 3 cerditos felices se pusieron. El Pixi Pili volvió con ellos y gracias a sus sabias palabras lograron evitar el problema un día más. El pixi con voz de madre les dijo "han aprendido el valor de la cooperación y la unidad familiar". Al final los hermanos cerditos se abrazaron y con el esfuerzo en conjunto de todos repararon los destrozos generados por el lobo. Tiempo después los cerditos ya establecidos en su nueva casa fueron visitados por la mamá cerdito acompañada por la Pixi Pili, la mamá cerdito sorprendida gratamente observo que todos sus hijos trabajaban y mantenían en conjunto todas las imperfecciones de su casa. La mamá cerdito felicito a sus hijos y dijo " niños míos, por fin han aprendido lo que significa el trabajo y esfuerzo propio. Espero que hayan entendido la razón de mis acciones pasada. Es hora de volver a casa". Ninguno de los hermanos cerditos hizo movimiento alguno, la madre pasmada no entendía la reacción de sus hijos. Fue entonces cuando el menor dijo "mama, cuando nos expulsaste de casa yo no entendía el motivo y hasta llegué a pensar lo peor, pero hoy me doy cuenta del motivo." Todos los hermanos abrazaron a la madre cerdito y al unisonó dijeron "gracias mamá, pero no podemos regresar a casa, porque ya estamos en ella". Al termino de esta frase la mamá cerdito se retiró del lugar con una sonrisa sin igual, la mamá cerdito sabía que estarían bien y de ahora en adelante los extrañaría cada día.