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Este documento explora la visión de la organización internacional del trabajo (oit) sobre el trabajo decente como un objetivo global. Se analiza la evolución del mundo del trabajo, los desafíos que enfrenta y la importancia de la gobernanza del mercado laboral para lograr un trabajo decente para todos. Se destaca la necesidad de políticas que promuevan la igualdad de oportunidades, la seguridad social y la reducción de la pobreza a través del trabajo.
Typology: Summaries
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CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO v
Prefacio
Como todos sabemos, el trabajo ocupa un lugar fundamental en nues- tras vidas: nos da un sentido de propósito e identidad, y nos permite obtener ingresos para satisfacer nuestras necesidades materiales. El trabajo es uno de los principales mecanismos que usamos para relacionarnos con los demás. Se trata a la vez de una responsabilidad individual y de una actividad social, que a menudo requiere la colaboración en el seno de un equipo. Puede ser fuente de dignidad y de satisfacción. Pero también puede ser fuente de ex- plotación y frustración. Para las familias y las comunidades, el hecho de dis- poner de un trabajo decente es un elemento fundamental para la estabilidad y el progreso social.
El mundo del trabajo presenta una enorme diversidad. Pero uno de los elementos que se repite en la experiencia de los hombres y mujeres de todo el mundo es la simple realidad del trabajo para vivir. Una de las primeras preguntas que formulamos para informarnos cuando nos encontramos con un extraño es «¿a qué te dedicas?». Supone un punto de referencia compar- tido que nos permite conocernos unos a otros.
El objetivo de esta Memoria es ayudarnos a todos a situar en la actual perspectiva global nuestras propias experiencias y conocimientos respecto del trabajo. En ella se describe un período de oportunidades e incertidum- bres, en el que están desapareciendo algunas de las barreras que han impe- dido a los hombres y mujeres realizar plenamente sus capacidades, pero en el que escasean cada vez más los empleos de calidad que proporcionan una seguridad fundamental para mejorar nuestras vidas.
Existe un sentimiento creciente de devaluación de la dignidad del trabajo; el pensamiento económico imperante lo considera como un mero factor de la producción — una mercancía — olvidándose del significado in- dividual, familiar, comunitario y nacional del trabajo del ser humano. Y la gente está reaccionando en sus conversaciones en casa, en el secreto de la cabina de votación y, cuando es necesario, expresando con vigor sus quejas en las calles.
La falta de trabajo; la calidad del trabajo; la voz en el trabajo; la discri- minación continua por razón de género, y unas tasas inaceptablemente elevadas de desempleo de los jóvenes son todas cuestiones esenciales de la política actual. Quienes ejercen la autoridad pública y privada y tienen poder
PREFACIO
vi CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO
para cambiar las cosas son objeto de críticas crecientes por no aportar las so- luciones adecuadas.
El mandato de la OIT está conectado con esta realidad. Mis anteriores Memorias a la Conferencia Internacional del Trabajo 1 han estimulado una discusión entre los mandantes que formularon y posteriormente profundiza- ron en el Programa de Trabajo Decente con miras a una globalización justa. Este enfoque ha sido refrendado en los planos regional y mundial, y consti- tuye ahora el fundamento del desarrollo progresivo de nuestros programas de trabajo decente por país.
Esta Memoria difiere de las anteriores. Se trata de una investigación so- bre la propia base de conocimientos de la OIT para abordar la cuestión de la demanda creciente de nuestros servicios. Es producto de un esfuerzo desa- rrollado por el personal de la OIT para reunir la gama de conocimientos que ha acumulado a través de su experiencia internacional. Como miembros de la Secretaría de la única organización internacional de carácter tripartito, el personal de la OIT tiene el privilegio de acceder regularmente a intercam- bios con representantes gubernamentales, de empleadores, de los trabajado- res y otros actores sociales, que son los que más saben del trabajo en sus países. Esto produce un gran número de percepciones respecto de lo que está ocurriendo en el mundo del trabajo y el porqué. La discusión entablada entre el personal de la OIT al reunir estos conocimientos es una herramienta importante en el proceso continuo de desarrollo profesional de la Oficina, y ha propiciado una convergencia de experiencias que, creemos, reforzará nuestra capacidad para servir a los mandantes 2. Este proceso nos permite conocer mejor las áreas en las que hemos de reforzar nuestras capacidades.
Espero que este anticipo de la Memoria resulte de utilidad para los mandantes de la OIT, en el contexto de las discusiones en curso relativas a la manera de alcanzar nuestro objetivo estratégico de convertir el trabajo de- cente en un objetivo global y en una realidad nacional, y de este modo, con- tribuir a una globalización justa. Espero que esta Memoria suscite tantas preguntas como respuestas.
Para alentar las discusiones durante la reunión de la Conferencia Inter- nacional del Trabajo y posteriormente, permítanme poner de relieve algunas de las preguntas y mensajes que he extraído de la Memoria.
En primer lugar, incluimos en esta Memoria nuestra manera de enten- der el término «trabajo», el trabajo no remunerado en la familia y la comu- nidad, y que se ignora, a menudo, en la actual reflexión sobre la economía y la sociedad. Las fuentes de información para cuantificar y valorar este tra- bajo son muy escasas, pero lo que sí sabemos es que gran parte de este tipo de trabajo lo realizan las mujeres, y que éste resulta esencial para el bienes- tar no sólo de los jóvenes, de las personas de edad o de los enfermos, sino también para los que tienen un trabajo remunerado. Este trabajo también se realiza, a menudo, junto a un trabajo remunerado. Uno de los mensajes que considero tenemos que conservar después de la lectura de esta Memoria es
(^1) Trabajo decente , 87.ª reunión (1999); Reducir el déficit de trabajo decente: un desafío global , 89.ª reunión (2001); Superar la pobreza mediante el trabajo , 91.ª reunión (2003), Por una globalización justa: el papel de la OIT , 92.ª reunión (2004). (^2) El método empleado era nuevo: solicité los comentarios del personal sobre el primer borrador. Todo el mundo tuvo la posibilidad de presentar sus ideas. Sobre esta base, se preparó un segundo borrador destinado a una consulta más oficial con los distintos sectores y regiones. El resultado fue un informe de amplio alcance. La presente Memoria es una síntesis que se les presenta a fin de facilitar sus discu- siones. El texto final de la versión extensa estará disponible en unos meses.
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viii CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO
sos están cruzando fronteras en busca de oportunidades laborales que no pueden encontrar en su propio país. No obstante, el trabajo y la vida en las economías informales de las ciudades que crecen rápidamente en el mundo en desarrollo están a menudo mal remunerados, resultan peligrosos e insegu- ros. El espíritu empresarial, que resulta esencial para el desarrollo social y económico, se ve con demasiada frecuencia minado por la lucha para sobre- vivir. Resulta esencial que la creación de oportunidades de trabajo decente forme parte de las estrategias de desarrollo locales, nacionales, regionales y mundiales. Ofrecer a la gente una posibilidad equitativa de aprovechar opor- tunidades reales a través de la educación, la salud, el alojamiento y un trabajo decente es lo que da sentido al desarrollo y a la democracia.
También tenemos que mostrarnos claros en cuanto a lo que no es tra- bajo decente: el trabajo infantil, el trabajo forzoso, el trabajo en régimen de servidumbre, el trabajo sin oportunidad de expresarse o libertad para orga- nizarse, las diversas modalidades de explotación y discriminación, el trabajo de subsistencia y las muchas maneras en que la dignidad humana puede verse menoscabada por la mera necesidad de sobrevivir.
La cuarta pregunta, que subyace en gran parte de la Memoria, es la si- guiente: ¿cómo podemos crear para los mercados laborales un marco insti- tucional que permita a los hombres y mujeres que trabajan considerar el cambio más como una oportunidad y menos como un riesgo? El título de esta Memoria, «Cambios en el mundo del trabajo», trata de presentar una imagen similar a las formas que pueden verse a través de un caleidoscopio. Siempre existe un modelo, distinto pero relacionado con el que le precede, que cambiará de nuevo con un giro del cilindro. Varios de los poderosos fac- tores que impulsan el cambio hacen que todos los actores del mercado labo- ral global tengan que prever una adaptación constante, y tienen como finalidad configurar el proceso de modo que aumenten las oportunidades de trabajo decente. Pero, para muchos hombres y mujeres que trabajan tanto en el mundo en desarrollo como en los países desarrollados, el cambio repre- senta una amenaza. La escasa seguridad que han obtenido es frágil, y la pér- dida de un empleo entraña un riesgo elevado de no poder encontrar otro comparable.
La cuestión no es determinar cuánta reforma estructural e incertidum- bre puede aguantar la gente, sino más bien cómo desarrollar unas economías justas y flexibles, en las que la creación de trabajo decente sea un elemento fundamental de las políticas económicas, sociales y medioambientales. Como sabemos todos, esta es una de las principales exigencias democráticas en todo el mundo. Pero también se enfrenta a grandes obstáculos. Avanzar hacia el logro del objetivo del trabajo decente para todos exige cambiar una situación que resulta insostenible desde los puntos de vista moral, social, económico y político.
La quinta cuestión es la importancia de los derechos humanos en el tra- bajo como un pilar de valores en la confusión que entraña la rápida evolu- ción de la situación económica y social. Gestionar el cambio en millones de lugares de trabajo, grandes y pequeños, en todo el mundo — granjas, fábri- cas, talleres, oficinas y el mundo de los servicios — dependerá en último tér- mino de la calidad de la organización del trabajo, desde el plano de las microempresas hasta el de las mayores empresas multinacionales y los servi- cios públicos. De uno u otro modo, la práctica totalidad del trabajo entraña una colaboración que requiere coordinación en el seno de un equipo y, en consecuencia, una buena comprensión de los cometidos, las responsabilida- des y las compensaciones. En consecuencia, el fundamento del trabajo de-
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CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO ix
cente es la existencia de un marco de derechos en el trabajo que fomente el respeto mutuo y el diálogo, y que limite la coacción y la discriminación. La OIT cuenta con amplios recursos normativos laborales acordados en el plano internacional, desarrollados a través de amplias discusiones tripartitas, en los que pueden apoyarse la diversidad de instituciones y modalidades nacionales del diálogo social. Equilibrar la necesidad de flexibilidad y de se- guridad en un período de oportunidades e incertidumbres exige una gober- nanza de los mercados laborales que cuente con un firme enfoque basado en derechos y que fomente el diálogo social.
La sexta y última cuestión que deseo plantear en este breve prefacio es el hecho de que cuando no hay trabajo no existen derechos en el trabajo. En consecuencia, la creación de trabajo es el elemento fundamental del pro- grama de la OIT. El camino hacia el trabajo decente pasa por el crecimiento, la inversión y la creación de empresas. Para conseguir y compartir los bene- ficios de las nuevas tecnologías, es indispensable desplegar un mayor es- fuerzo en materia de desarrollo de las calificaciones de los trabajadores y los gestores. Una de las claves del trabajo del futuro es promover un entorno propicio y competitivo para la iniciativa privada, con una concepción amplia del espíritu empresarial que abarque desde la ayuda a la gente para que se organice a fin de escapar progresivamente a la economía informal hasta la mejor manera de combinar los intereses nacionales con las inversiones ex- tranjeras.
El telón de fondo de esta Memoria es la creciente crisis global del em- pleo. Los avances que se están logrando a la hora de crear oportunidades de trabajo decente para la mitad de los trabajadores del mundo, que viven en el seno de familias que sobreviven con menos de 2 dólares diarios por persona, son desesperadamente lentos. Y, en muchos países, el amplio sector infor- mal en el que trabajan sin gozar de prestaciones, seguridad social o atención de la salud, sigue creciendo.
El desempleo, entendido como el conjunto de las personas que no tra- bajan en absoluto, ha alcanzado el nivel más elevado de la historia y se man- tiene en cerca de 192 millones de personas en todo el mundo, es decir, el 6 por ciento de la fuerza laboral mundial. De estos desempleados, la OIT cal- cula que unos 86 millones, es decir, cerca de la mitad del total mundial, son jóvenes de entre 15 y 24 años de edad. Cuando la gente no puede encontrar trabajo en sus comunidades y sociedades, tratan de buscarlo en otros lugares. En el entorno actual, la migración laboral se convierte con facilidad en una fuente de tensión, por no hablar de la trata de seres humanos y de otras ac- tividades similares.
A pesar de un robusto crecimiento económico del 4,3 por ciento en 2005, que aumentó el valor de la producción mundial en cerca de 2,5 billones de dólares de los Estados Unidos, la economía global no consigue crear su- ficientes puestos de trabajo nuevos para quienes acceden al mercado de tra- bajo.
Estas tendencias acarrean importantes consecuencias políticas, entre las cuales cabe destacar las siguientes:
● Dado que la economía global no está creando suficientes puestos de trabajo, los países se ven cada vez más envueltos en una «lucha» para conseguir los que se crean.
● La demanda de equidad en el funcionamiento de los mercados globales y de normas justas para la globalización está creciendo rápidamente.
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CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO xi
recopilación de datos es muy incompleta, y tenemos que resolver esta carencia. Que todos los actores implicados partan de la misma descrip- ción de la realidad resulta esencial para lograr una gobernanza apropia- da del mercado de trabajo. No sólo necesitamos un mayor volumen de estadísticas, sino que también necesitamos que éstas sean mejores. Por ejemplo, es obvio que la actual definición del desempleo 3 elaborada por la Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo resulta en una subestimación de la verdadera dimensión de la falta de empleo en el mundo actual. No cabe duda de que podemos hacerlo mejor.
Todo esto resulta especialmente importante porque nos acercamos rápidamente al nonagésimo aniversario de la OIT. Tenemos que prepa- rarnos ya para ese importante acto en la vida de una institución. En 2009 deberíamos ser capaces de afirmar con gran confianza la validez contempo- ránea de nuestro mandato; la renovada capacidad de desempeñarlo sobre la base del proceso de reformas que hemos emprendido; nuestro sólido con- senso interno respecto del Programa de Trabajo Decente de la OIT; y el co- metido especial que desempeñan el diálogo social y el tripartismo en la gobernanza del mercado de trabajo y, en términos más generales, en el fo- mento de la estabilidad social. Acogeremos con entusiasmo sus opiniones respecto de la mejor manera de dar resonancia a este momento álgido en la historia de la OIT.
La Cumbre de los dirigentes mundiales celebrada en las Naciones Uni- das en septiembre de 2005 respaldó enérgicamente la visión que tiene la OIT del trabajo decente como un objetivo global, al afirmar «apoyamos firme- mente una globalización justa y resolvemos que los objetivos del empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, en particular las mujeres, serán una meta fundamental de nuestras políticas nacionales e internaciona- les y nuestras estrategias nacionales de desarrollo, incluidas las estrategias de reducción de la pobreza, como parte de nuestro esfuerzo por alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Esas medidas deberían abarcar tam- bién la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, según la defini- ción del Convenio núm. 182 de la Organización Internacional del Trabajo, y el trabajo forzoso. También resolvemos garantizar el pleno respeto de los principios y derechos fundamentales en el trabajo» 4.
Seguimos adelante con los programas de trabajo decente por país como el principal mecanismo práctico para lograr este objetivo. Las reacciones a la lectura de la presente Memoria ofrecerán a la Oficina una orientación de valor incalculable en lo que atañe a nuestra aplicación del Programa en curso y al inicio de la planificación para el próximo. El tripartismo ha demostrado en repetidas ocasiones su utilidad como mecanismo para crear consenso y compromisos prácticos. El desafío que ahora se plantea a la OIT es demos-
(^3) Se entiende por «desempleado» a toda persona cuya edad supera un determinado límite y que, du- rante un breve período reciente de referencia, se encontraba sin trabajo, estaba dispuesta a trabajar y buscaba un trabajo. El breve período reciente de referencia se interpreta a menudo como una o dos semanas, y la búsqueda de un trabajo como un trabajo de al menos una hora. Esta definición estricta del desempleo no mide el desempleo típico en las economías informales de muchos países en desarro- llo, en las que la mayoría de los hombres y mujeres tienen que encontrar un trabajo para poder sobre- vivir. Son escasos los países en desarrollo que han sido capaces de recopilar datos para medir el subempleo que podría dar una idea de la extensión de este tipo de desempleo (véanse las resoluciones adoptadas por la decimotercera y la decimosexta reuniones de la Conferencia Internacional de Esta- dísticos del Trabajo www.ilo.org/public/spanish/bureau/stat/download/res/ecacpop.pdf). (^4) Naciones Unidas: Documento Final de la Cumbre Mundial , Asamblea General, 60.º período de se- siones, septiembre de 2005.
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xii CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO
trar una vez más la fuerza innovadora del tripartismo en un mundo del tra- bajo que evoluciona rápidamente.
Juan Somavia, Director General.
INDICE
xiv CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO
C. Desafíos para el futuro de la seguridad social............... 45
CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO 1
Tiempos de oportunidad, tiempos de
incertidumbre
Tiempos de oportunidad, tiempos de incertidumbre ¿Qué está ocurriendo en el mundo del trabajo?
Una creciente incertidumbre
El trabajo cumple una función central en lo social y lo económico
La OIT reúne a los principales actores del mundo del trabajo...
TIEMPOS DE OPORTUNIDAD, TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE
CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO 3
con que tropieza el desarrollo de los sistemas de seguridad social. En la cuarta, se examinan las instituciones de gobernanza de los mercados de tra- bajo y la forma en que éstas se están adaptando al nuevo contexto social y económico. La sección final se proyecta al futuro y esboza algunas de las nuevas cuestiones que la OIT y sus mandantes tendrán probablemente que abordar en el próximo decenio 1.
(^1) La presente Memoria es una versión abreviada de un estudio más extenso que la OIT publicará opor- tunamente.
4 CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO
A. Motores del cambio
Motores del cambio Fuerzas que están remodelando el mundo del trabajo
Necesidad de una vía de desarrollo mundial más justa
6 CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO
MOTORES DEL CAMBIO
Con todo, la reducción de la pobreza en China atenuó las estadísticas sobre desigualdad mundial calculadas ponderando la población
Aumenta la desigualdad del ingreso en los países
(^5) PNUD: Informe sobre Desarrollo Humano 2005 (Nueva York, 2005), pág. 41. (^6) Ibíd., pág. 62. (^7) OIT: Economically active population estimates and projections (http://laborsta.ilo.org/eapep.html), y Na- ciones Unidas: World Population Prospects: The 2004 Revision Population Database (Nueva York, 2005). (^8) Naciones Unidas: The World Fertility Report 2003 (Nueva York, Departamento de Asuntos Económi- cos y Sociales de Naciones Unidas, División de Población, 2004), y UNFPA: Estado de la Población Mun- dial 2004 (Nueva York, 2004).
MOTORES DEL CAMBIO
CAMBIOS EN EL MUNDO DEL TRABAJO 7
incluidos en la población activa se conoce como tasa de dependencia 9. Dicha tasa indica cuántas son las personas no ocupadas en un empleo remunerado que dependen de cada trabajador. En los últimos años, casi sin excepción, las tasas de dependencia han estado bajando, y lo seguirán haciendo en la mayor parte del mundo en desarrollo durante algún tiempo. No obstante, el fenó- meno del aumento de las tasas de dependencia está apareciendo en algunos países industrializados y se extenderá paulatinamente a los países en desa- rrollo en el curso de los próximos decenios. Por ejemplo, China registró una tasa estimada de dependencia de 48 por ciento en 2000; dicha tasa debería bajar a 40 por ciento en 2015, para luego volver a crecer hasta 50 por ciento en 2030 10.
El empleo de los jóvenes: alta prioridad del empleo mundial
Los países más ricos y el envejecimiento de su fuerza de trabajo
El auge de las TIC impulsa la transformación tecnológica mundial
(^9) Los principales indicadores de la presión demográfica que soportan los sistemas nacionales de transfe- rencia social son las tasas de dependencia. El contexto demográfico de un sistema de protección social, que incluye la estructura de morbilidad de la población que debe atender el sistema sanitario, contribuye a determinar la tasa de dependencia del sistema; concretamente, influye sobre la relación entre el núme- ro de beneficiarios (es decir, los beneficiarios de la transferencia) comprendidos en el sistema y el número de personas que financian las transferencias o que perciben el ingreso nacional con cargo al cual se deben financiar las transferencias. (^10) Banco Mundial: Base de datos estadísticos sobre salud, nutrición y población (HNPStats - http://dev- data.worldbank.org/hnpstats/HNPDemographic/dependency.pdf).