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análisis de la información como una de las bases de la sociedad en la que vivimos, por tanto, es una de las vías de conocimiento y aprendizaje. Reflexionar acerca dela escuela, uno de los principales agentes educativos, que también está inmersa en todo lo que caracteriza a esta sociedad
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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26 de febrero de 2015
Análida Beatriz Carvajal Monterrosa. Docente en la Escuela Normal Superior del Distrito de Barranquilla, Colombia. IBERCIENCIA. Comunidad de Educadores para la Cultura Científica.
Palabras cables: Hacer un análisis de la información como una de las bases de la sociedad en la que vivimos, por tanto, es una de las vías de conocimiento y aprendizaje. Reflexionar acerca dela escuela, uno de los principales agentes educativos, que también está inmersa en todo lo que caracteriza a esta sociedad. El por qué el ser humano de la sociedad del conocimiento tiene que ser muy diferente: tiene que ser capaz de diferenciar entre información y comunicación; las personas no se pueden educar para y mediante la sociedad del conocimiento con modelos organizativos del pasado.
Según el foro de la sociedad de la información en 1996, la sociedad de la información debe convertirse en la sociedad del aprendizaje permanente, lo que significa que las fuentes de educación y la formación deben extenderse fuera de las instituciones educativas tradicionales hacia el hogar, la comunidad, las empresas y las colectividades sociales. Las profesiones de la enseñanza necesitan ayuda para adaptarse a la nueva situación y aprovechar plenamente estas nuevas posibilidades.
Los ciudadanos de la sociedad de la información, demandan instituciones educativas flexibles y sistemas formativos innovadores y de calidad, para poder ejercer eficazmente como miembros de un colectivo en el que el conocimiento y la preparación son la base esencial para afrontar los constantes procesos de cambio a los que están sometidos. Aprender en esta era implica dotar a las personas de nuevas habilidades que las capaciten para poder vivir un constante aprender, desaprender y reaprender.
La diferencia radica en que la sociedad de la información considera a los seres humanos como sujetos receptores, y por esto en buena parte agentes pasivos del sistema comunicativo imperante. El ser humano de la sociedad del conocimiento tiene que ser muy diferente: tiene que ser capaz de diferenciar entre información y comunicación, impulsar su espíritu crítico y sobre todo desarrollar capacidad de discernimiento para poder estar en condiciones de escoger. Saber elegir es, sin duda, lo que define a la sociedad del conocimiento.
La información es un producto del trabajo intelectual que procede del procesamiento, interpretación y organización de los datos, producidos a su vez por la investigación; esto es, por el conocimiento que se genera. Por ello es que la información adquiere valor de uso, pues es uno de los objetos que contienen y permiten la transmisión del conocimiento en presencia de un sujeto: el usuario.
En la sociedad de la información ese valor se ha traducido en poder, pues al reforzarse la relación del ser humano con el conocimiento, ese objeto, que es su soporte tangible, se toma valioso como mercancía al ocupar el lugar que anteriormente ocupó la máquina y aún más atrás, la naturaleza. El sector información es el medio a través del cual una sociedad se expresa cultural, educativa y científicamente.
Para transformarse en conocimiento, la información debe ser evaluada como verdadera o falsa, pertinente o irrelevante, práctica o impráctica, interesante o tediosa. Se puede decir que la construcción del conocimiento es en realidad un proceso de elaboración, en el sentido de que se selecciona, organiza y transforma la información que se recibe de muy diversas fuentes, estableciendo relaciones entre dicha información y las ideas o conocimientos previos.
Así, aprender un contenidoquiere decir que se le atribuye un significado, se construye una representación mental a través de imágenes o proposiciones verbales, o bien elaborase una especie de teoría o modelo mental como marco explicativo de dicho conocimiento.
Construir significados nuevos implica un cambio en los esquemas de conocimiento que se poseen previamente, esto se logra introduciendo nuevos elementos o estableciendo nuevas relaciones entre dichos elementos. Así, se podrá ampliar o ajustar dichos esquemas o reestructurarlos a profundidad como resultado de su participación en un proceso de aprendizaje.
En este sentido es que el estudiante más bien reconstruye un conocimiento preexistente en la sociedad, pero lo construye en el plano personal desde el momento que se acerca en forma progresiva y comprehensiva a lo que significan y representan los contenidos curriculares como saberes culturales.
Ahora, la generación de conocimiento tiene lugar cuando un individuo interactúa y se relaciona con la información. Además, el factor humano en los proyectos de gestión del conocimiento es un elemento clave para su desarrollo, ya que a partir del conocimiento y las actitudes que aporte cada individuo se crea y enriquece el conocimiento de los demás.
Cada vez resulta más fácil acceder a todo tipo de información, pero precisamente la abundancia de datos que tenemos a nuestro alcance (no todos ellos fiables y bien actualizados) nos hace difícil seleccionar en cada caso la información más adecuada. Esta competencia de saber buscar, valorar y seleccionar, estructurar y aplicar, la información para elaborar conocimiento útil con el que afrontar las problemáticas que se presentan, es un valor característico de la sociedad del conocimiento. Es una sociedad que tiene continuos avances científicos y tecnológicos en todos los campos del saber. El conocimiento se renueva continuamente y velozmente.
La nueva sociedad se desenvuelve en un contexto global. Facilitar el acceso al conocimiento para quienquiera que sea, desde cualquier lugar y en cualquier momento, debe ser característica esencial. Este planteamiento adquiere mayor relevancia, si lo asociamos a la obsolescencia a corto plazo de la mayoría de los conocimientos adquiridos. De ahí la importancia de aprender a desaprender y a reaprender, y de disponer de sistemas de formación que permitan que el acceso al proceso de aprendizaje se haga según los intereses y al ritmo que cada cual desee o requiera.
Si bien las tecnologías de la información y la comunicación permiten concebir nuevos modelos de enseñanza, no se debe caer en el error de considerar a la tecnología como un objetivo en sí misma. El objetivo no es el canal, la herramienta o el medio ¡el objetivo es la función! Es ésta la que da sentido a lo que pretendemos hacer: formar y hacer que se aprenda. Es un modelo que, superando barreras de tiempo y espacio, ha de permitir replantearnos el proceso mismo mediante un aprendizaje interactivo y personalizado.
Hay factores que hoy determinan una nueva valoración de la educación por medio de un nuevo estilo de relación educativa. En primer lugar, porque la educación se manifiesta sobre todo por la acogida de la persona. El educador ha perdido su rol fundamental de ser el depositario del saber: hoy frente a Internet con Google, las mejores bibliotecas y los mejores medios de comunicación masiva, la información está en todas partes, disponible en cualquier momento para el que la quiera o la necesite.
Según algunos autores, la escuela debe ejercer una función mediadora que ayude a la construcción de la mente de la persona. Es decir, el educador ya no es el depositario del saber, sino el constructor de la mente que posibilita que la persona aprenda a aprender. La mejor tendencia no es un conductivismo, no un planteamiento de la escuela tradicional en que el alumno lo que hace es repetir, asimilar un libro de texto para examinarse: la escuela lo que tiene que hacer es crear personas autónomas que sepan hacer frente a la incertidumbre, a los cambios de aprendizajes, que aprendan a aprender, a pensar y a ser críticas.
El ser humano se enfrenta de hecho a retos diversos. Debe prepararse para la Sociedad del Conocimiento, es decir en la capacidad de adaptación a un entorno fluido y en evolución permanente. Se trata de ayudar a abrir la mente de personas y organizaciones, flexibilizando certidumbres y haciéndolos inmunes a la sensación de desasosiego que pueden provocar la evolución y los cambios constantes del entorno.
Desde la perspectiva de la aceptación del manejo de la información que aportan las nuevas tecnologías se puede llegar a que realmente la inclusión de éstas en la escuela sirva para contribuir a un enriquecimiento cultural. Aportando "un granito de arena" que junto con otros más lleve de una sociedad de la información a una sociedad del conocimiento.
De esta manera hay que orientar al desarrollo de competencias claves en el individuo, que lo posibiliten para su participación productiva en la sociedad de la información, y basarse en la idea de que la educación debe apuntar a formar en los estudiantes una visión científica del mundo en que viven y de su papel en él.
Además, debe ser relevante, por tanto, íntimamente ligada a la vida personal y a la producción, tanto para entenderlas como para transformarlas. Debe propiciar el entendimiento y manejo de la lógica abstracta de los lenguajes, articulado y matemático. Debe alentar la creatividad, el desarrollo intelectual y físico. En fin, debe propender por la formación de un individuo capaz de manejar información suficiente y adecuada, así como las fuentes de esa información
El conocimiento se da a través de la relación entre el objeto de estudio y el sujeto en un proceso fundamentalmente interactivo. Conforme el sujeto madura, una especie de intercambio va conformando los esquemas de pensamiento y por ello el conocimiento se construye bajo estos dos principios básicos de la teoría piagetiana: la asimilación y acomodación de la información.
Una asimilación de información que se obtiene de los medios y la tecnología dentro de las circunstancias ambientales de cada uno, pero dándole acomodo al conocimiento a la vez que se le utiliza para modificar el entorno y crear nuevas obras, ya que lo verdaderamente inteligente, en términos piagetianos, es adaptarse a este nuevo contexto tecnificado, pero a la vez para que se dirija hacia las rutas del desarrollo humano.
La adquisición del conocimiento tiene influencias exógenas. La producción del conocimiento se realiza en contextos determinados, por lo que la influencia del exterior es determinante para el aprendizaje, y por ello propone educar tomando en cuenta la cultura, pertenencia y valores del educando.
En realidad, la adquisición del conocimiento es un proceso que se da tanto de manera interna como por influencia del exterior. La idea esencial de la tesis constructivista que subyace al concepto de aprendizaje significativo es, que el aprendizaje que lleva a cabo el alumno no puede entenderse únicamente a partir de un análisis externo y objetivo de lo que se enseña de cómo se enseña, sino que es necesario tener en cuenta, además, las interpretaciones subjetivas que el propio estudiante construye al respecto.
La construcción del conocimiento es un proceso de reestructuración y reconstrucción, en el cual todo conocimiento nuevo se genera a partir de otros previos trascendiéndolo. Ya que retomando los lenguajes audiovisuales de los medios que son parte del acervo cultural de la sociedad mediatizada y muy disfrutados sobre todo por la juventud, al introducirlos al aula permite que sean reutilizados y analizados en nuevas propuestas curriculares o dando libre expresión a las inquietudes creativas de los educandos.
Se aprende en cualquier momento y lugar. La adquisición de conocimientos se da no sólo en la escuela, sino también a través de los medios y de las nuevas tecnologías, lo que hace necesario integrar y retomar esa información en el proceso formativo.
El conocimiento no se da en solitario, sino que el sujeto recibe gran influencia de la información de su medio ambiente. En el que están incluidos los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, y por ello no sólo hay que tener en cuenta la información que aportan, sino que los utilicen como objetos de estudio y valorar el intercambio que pueda darse entre el alumno y el maestro, pero también entre el primero y sus compañeros, dando gran valor al trabajo del grupo, el intercambio de ideas y el respeto a la discrepancia, fomentando actitudes democráticas.
Se debe enfatizar la enseñanza de los procesos que generan la adquisición de conocimientos, más que la transmisión de información. El objetivo es favorecer la construcción de estructuras de pensamiento que permitan una mejor comprensión de los contenidos mediáticos, y sobre todo, se busca generar procesos críticos y enseñar a pensar y a discernir sobre los mensajes que cada día son impuestos.
Una educación que utilice la información del contexto, que analice cambios a través de la percepción de la realidad. La escuela es una vía de entrada a la cultura y ayuda a los niños y jóvenes a la comprensión del mundo. Enseñar utilizando la información significa explorar su lenguaje como maneras de nombrar y de organizar la realidad, y entender los mensajes de los medios como lecturas que intentan explicar cómo es la sociedad y por qué funciona como funciona.
Evidentemente, la convergencia digital supondría no sólo la integración de los medios o tecnologías de información y comunicación en la vida cotidiana del ser humano, sino también una mayor interacción y automatización en su utilización y aplicación en cualquier parte, cuando sea y desde cualquier dispositivo.
Hay que tener en cuenta que en los ámbitos cultural y académico de las sociedades de la información se están generando una serie de conflictos e inconvenientes que están afectando tanto a la situación de las personas a las que se dirige el proceso educativo como al sistema de formación en el que se sustenta.
Ante este panorama educativo se precisa de una estructura formativa que se adecue al estudiante de la sociedad de la información: por un lado serán alumnos que necesitan formarse para asumir las transformaciones, y por otro, serán alumnos que necesitan formarse desde las estructuras, tecnologías y códigos del nuevo contexto. Es decir, se requiere de una estrategia educativa que lleve a cabo una enseñanza para y desde el cambio.
La formación debe preparar para el cambio ya que las continuas modificaciones de la vida actual (mercado laboral, sistemas de comunicación y conocimiento, nuevos entornos sociales,...) obligan a que los ciudadanos estén preparados para adaptarse a distintos contextos: hacer uso de nuevas herramientas, medios, entornos, estructuras... (Comercio electrónico, multinacionales, teletrabajo,...)
La educación como cambio o desde el cambio hace referencia a que los patrones de formación deben integrar las innovaciones del mundo actual; la flexibilidad organizativa, los adelantos tecnológicos, los modelos socioculturales... en las estructuras y desarrollos educativos. En este sentido se apunta hacia aquellas transformaciones en todos los ámbitos de la organización educativa (metas, estructuras, procesos,...) que implican un proceso de enseñanza-aprendizaje más cercano y adaptable a las características de los distintos actores educativos (alumnos, profesores, familias,...)
Teniendo en cuenta esta distinción así como las nuevas dificultades a las que las organizaciones formativas han de hacer frente, se pueden apuntar una serie de elementos y condiciones generales que regularían la educación en la sociedad del siglo XXI.
libertad. Sobre esta modificación el sistema educativo desarrollará los pilares sobre los cuales debe organizarse la educación, tal como señala el Informe para la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI: Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir, aprender a colaborar y aprender a ser.