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Análisis de la obra de Ibsen: El pato salvaje y la fragilidad del deseo, Apuntes de Psicología

Este documento explora la obra de henrik ibsen, particularmente "el pato salvaje", a través de un análisis de la fragilidad del deseo y la relación entre el amor y la pulsión de muerte. Se examinan las relaciones amorosas en la obra de ibsen, destacando la complejidad y el carácter inquisidor de las mismas. Se analizan las relaciones padre-hijo, la búsqueda de satisfacción y las consecuencias imprevisibles del deseo. El documento también explora la obra de otros autores como kafka, deleuze, guattarí, kundera, graham greene, lacan, blanchot, ariés y le brun, estableciendo conexiones entre sus ideas y la obra de ibsen.

Tipo: Apuntes

2023/2024

Subido el 30/09/2024

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I. Introducción
Este trabajo se propone indagar la relación entre el amor, el sentimiento de culpa y
lo trágico que envuelve la acción de algunas mujeres en la literatura dramática.
Encender a llamaradas trémulas un deseo por momentos frágil y evanescente que se
puede transformar en un imperativo implacable, suelen ser móviles intensos que
precipitan una acción trágica. En ésta ocasión, voy a intentar un trabajo de lectura sobre
algunos fragmentos literarios, donde el papel protagónico de algunas mujeres nos
permitirá el análisis de la tensión entre el deseo y el desenlace trágico, que precipita
acciones imprevisibles y dolorosas. Los atributos del honor, el coraje y la deuda son
aristas que convergen en la temática que nos convoca, aunque en esta oportunidad, me
interesa privilegiar las fluctuaciones que se deslizan en torno al amor. En sintonía con
el planteo precedente, el enigma de la femineidad y su implicancia más allá del placer
son los móviles de este trabajo, donde el goce de lo trágico permitirá con algunos
fragmentos literarios anudar el sentimiento de culpa con la necesidad de castigo. Por
último, es necesario aclarar que en esta oportunidad las cuestiones inherentes al
diagnóstico y a las estructuras clínicas las dejaré en suspenso, porque ocuparme de esos
enunciados claves exigiría otro tiempo y un recorrido de lectura diferente al que me
propongo en esta oportunidad.
El trabajo constará de tres enunciados claves que operan al modo de bisagra al
interior del tema de la femineidad. En primer lugar la implicancia entre la mujer y la
dinámica del deseo, en segunda instancia, la culpa y la necesidad de castigo en el campo
fértil de las relaciones amorosas, para terminar con una lectura sobre el goce de lo
trágico, donde el desenlace está marcado por el dolor, la tristeza y la muerte.
En términos de Freud, es recurrente la pregunta en relación a la mujer. Was vill
das weib. ¿Qué quiere la mujer? Más precisamente: ¿Qué es lo que ella desea? Esa
pregunta se deslizará a fin de articular el enigma del deseo y distintas miradas de
algunos fragmentos literarios.
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¡Descarga Análisis de la obra de Ibsen: El pato salvaje y la fragilidad del deseo y más Apuntes en PDF de Psicología solo en Docsity!

I. Introducción Este trabajo se propone indagar la relación entre el amor, el sentimiento de culpa y lo trágico que envuelve la acción de algunas mujeres en la literatura dramática. Encender a llamaradas trémulas un deseo por momentos frágil y evanescente que se puede transformar en un imperativo implacable, suelen ser móviles intensos que precipitan una acción trágica. En ésta ocasión, voy a intentar un trabajo de lectura sobre algunos fragmentos literarios, donde el papel protagónico de algunas mujeres nos permitirá el análisis de la tensión entre el deseo y el desenlace trágico, que precipita acciones imprevisibles y dolorosas. Los atributos del honor, el coraje y la deuda son aristas que convergen en la temática que nos convoca, aunque en esta oportunidad, me interesa privilegiar las fluctuaciones que se deslizan en torno al amor. En sintonía con el planteo precedente, el enigma de la femineidad y su implicancia más allá del placer son los móviles de este trabajo, donde el goce de lo trágico permitirá con algunos fragmentos literarios anudar el sentimiento de culpa con la necesidad de castigo. Por último, es necesario aclarar que en esta oportunidad las cuestiones inherentes al diagnóstico y a las estructuras clínicas las dejaré en suspenso, porque ocuparme de esos enunciados claves exigiría otro tiempo y un recorrido de lectura diferente al que me propongo en esta oportunidad. El trabajo constará de tres enunciados claves que operan al modo de bisagra al interior del tema de la femineidad. En primer lugar la implicancia entre la mujer y la dinámica del deseo, en segunda instancia, la culpa y la necesidad de castigo en el campo fértil de las relaciones amorosas, para terminar con una lectura sobre el goce de lo trágico, donde el desenlace está marcado por el dolor, la tristeza y la muerte. En términos de Freud, es recurrente la pregunta en relación a la mujer. Was vill das weib. ¿Qué quiere la mujer? Más precisamente: ¿Qué es lo que ella desea? Esa pregunta se deslizará a fin de articular el enigma del deseo y distintas miradas de algunos fragmentos literarios.

I. La mujer, el deseo y la acción trágica La literatura invita a descubrir matices de alto tenor dramático, representados por mujeres, donde el honor y el coraje suelen enfrentarse al poder de la ley^1 , sin lograr evitar consecuencias trágicas y dolorosas. La pérdida de la razón y el sentimiento de culpa anticipan un castigo que se asocia a la consumación de un nuevo acto, donde la abolición del deseo lleva implícita una pérdida o destrucción fatal. ¿Abolición o consumación del deseo^2? Retomo el eje de interés en algunas escenas de Ibsen y Racine, entre otros, donde la voluntad de poder suele ligarse a una verdad inaceptable e insensata, donde la satisfacción es tan efímera como categórica. En principio las mujeres heroínas de la obra de Ibsen invitan a descubrir la fragilidad del deseo^3 hasta la fuerza de un sentimiento de culpa que no permite sostener la armonía y precipita la muerte. Ya no es la muerte común lo que garantiza esa pureza, sino la segunda y definitiva muerte eterna, ya que todo objeto de deseo, suscita una devolución para sí, por ende una propiedad, recompensa del amor, en el sentido de un intercambio provechoso^4. La íntima relación entre el deseo y el sentimiento de culpa no logra atenuar el desasociego y la muerte es la única respuesta posible para abolir un deseo prohibido. (^1) El deseo aparece bien como un partido opuesto a otro partido (el deseo contra la ley), bien como presente en los dos lados bajo el efecto de una ley superior que controlaría su distribución y su combinación Hay dos lados, dos partidos, uno quizás favorable al deseo, el otro a la ley y su distribución remite a una ley superior. No hay nada que juzgar en el deseo, él mismo es el juez completamente saturado de deseo. La justicia sólo es un proceso, un desarrollo inmanente del deseo. La obra de Kafka, sobre todo “El proceso” es un claro ejemplo, donde la ley se opone al deseo como el espíritu al cuerpo..en “ Kafka, por una literatura menor ” de Deleuze, Gilles y Félix Guattarí, pag. 75- . (^2) El final adaptado en la última película de Darren Aronofsky, lleva implícita la idea que la perfección tiene un costo alto e irreversible. Por suerte la actriz Mila Kunis le da un matiz de alegría y audacia a sus encantos femeninos, caso contrario Natalie Portman, rinde tributo al oscuro objeto de su deseo de manera tan tímida y consternada, que sólo por un sueño o una fantasia puede llegar a un orgasmo.¡Qué costoso es que el cisne negro pueda volar y desplegar alas de audacia, libertad y alegría! (^3) La frágil consistencia del deseo se enfrenta a su poder absoluto, que puede imponer pero al mismo tiempo evitar o destruir, una manera de hacer referencia a la condición trágica de todo deseo. (^4) Jacques Le Brun, en El Amor Puro de Platón a Lacán. Buenos Aires, Ediciones Literales en coedición con El cuenco de plata, pag.

El modo singular en que se descubren la frágil consistencia del deseo y el inevitable costo de pagar un precio alto por amores prohibidos, es una de las cualidades que distinguen a las mujeres de Ibsen. El fuerte impulso de derribar pudores, miedos e inseguridades no logran evitar consecuencias trágicas, donde la desolación y la muerte son consecuencias de un fuerte sentimiento de culpa que impide la plenitud y la constancia en el campo de los afectos. Las mujeres de Ibsen, que con su gesto frecuente de “retorcerse las manos” pareciera constituirse en una metáfora donde la vacilación, y el desconcierto anticipan un escenario trágico e imprevisible. No saben lo que quieren, aunque se mueven y actúan por una fuerza de amor desafiante y prohibido. Ahí están Rebecca West, Hedda Gabler, Elida Wangel. También en esa línea ubicamos a Fedra de Racine, quién se pregunta con mucha claridad por qué los dioses le arrebataron su espíritu y sus deseos, y por qué conserva esa sensación de molestia y aflicción, como si todos se empeñaran en dañarla. Fedra fijó la fatal inconstancia de sus deseos y adjudica la responsabilidad a los Dioses. “Perdí la razón: los Dioses me la arrebataron.” Los ataques más peligrosos a la razón y a la vida no proceden del exterior, sino que son móviles que invaden la intimidad de los personajes, donde la muerte nunca es en vano, y enciende la llama de un dolor que revela la grandeza del espíritu^6 Surgen en el alma inestable: Ibsen se basa en la noción moderna de que hay rivalidad y desequilibrio en la psiquis individual. La audacia y el coraje de algunos personajes persiguen un ideal con vocación silenciosa que concluye con la pérdida de la vida, cuál si fuese el precio a pagar por algunos amores prohibidos^7. Como dice Kafka, el problema no es el de la libertad, sino el de una salida. El problema con el padre no es cómo volverse libre en relación a él (problema edípico por excelencia), sino cómo encontrar un camino donde él no lo encontró. En otras palabras, la fuerza del deseo ya sometido y que busca comunicar su propia sumisión, la que produce a Edipo. Abrir el callejón sin salida, desbloquearlo, y el riesgo es que al abrir “esas puertas”, tocan al (^6) Rescato el último planteo de Gregorio, protagonista de “El pato salvaje” de Ibsen, donde el dolor y la conmoción provocada por la muerte de la hija de Hjalmar, llamdada Hedvigia, se refiere en estos términos…”Nadie sabría decir como ha podido ocurrir tamaña catástrofe, y sin embargo, la certeza de pensar que no ha muerto en vano. ¿Ha visto usted como el dolor ha revelado la grandeza de espíritu en ella?

principio las potencias diabólicas que se alegran sin medida de poder irrumpir en nosotros^8 Por lo cual esas acciones de algunas mujeres que se enfrentan a la vacilación entre el deseo y la transgresión, entre la audacia y lo no permitido, invita a deslizar la mirada no sólo en relación al amor y al deseo, sino también a interrogar la posición subjetiva de éstas mujeres en relación a la verdad y a la libertad. Sobretodo porque la hipocresía y la sumisión se enfrentan al poder del coraje, donde el honor, la culpa y los deberes imponen una lógica enigmática, que por un lado imponen su voluntad, y por otro lado, el precio de tal audacia siempre tiene consecuencias dolorosas y tristes. En la literatura y en la vida, ante la negativa de un amor correspondido, pueden precipitarse acciones imprevisibles y no menos dolorosas. Es más, el precio de algunas voluntades imponen un ritmo y un movimiento cuya cualidad distintiva es la transgresión, y después culmina con un castigo de consecuencias trágicas. (^7) El sábado 29 de Enero de 2011, Matías Schepp, pasó a buscar a sus dos hijas, Alessia y Livia, de la casa donde vivían con su ex mujer, Irina Lucidi, en Lausana, Suiza, debía regresar dos días después, sin embargo la justicia y las investigaciones recientes sospechan que el padre habría decidido matarlas como un plan previo a su propio suicidio, llevado a cabo el 3 de Febrero cuando Scheepp se tiró bajo el tren en Cerignola, en el sur de Italia. El testimonio de varias misivas enviadas a su ex esposa, dan cuenta que estaba desesperado y que no podía vivir sin ella. “Hoy ya hice morir a las niñas, no han sufrido y ahora reposan en un lugar tranquilo. No las verás más, escribió en una de las últimas misivas que dio a conocer el Diario italiano La Repúbblica La venganza, y la dificultad de sobrellevar una vida signada por la separación y el alejamiento forzado o impuesto cobró la vida de un padre y de sus dos hijas, donde un hombre decidió llevarse consigo a sus dos hijas a fin de alimentar la certeza que su ex mujer no podría nunca más con ellas. Un precio alto por una eventual separación conyugal, donde el amor se terminó y culminó con todo, mejor dicho con casi todo, porque aún hoy vive una mujer que es la madre de éstas dos niñas ,cuyas consecuencias son inevitables y también desconocidas. ¿Una mujer que le prohíbe el amor a un hombre y recibe esta catástrofe psíquica qué consecuencias tendrá? Fuente: Diario Página 12, de fecha sábado 12 de Febrero de 2011 (^8) Ob,cit. Pag. 23

nada sabía de la relación amorosa con el doctor West, así como ella no sabía nada de su filiación. Ese no saber de Rebeca, propio de un grado de ignorancia se asocia al fuerte sentimiento de sentirse indigna de ser su mujer. Una vez más la literatura facilita descubrir que la renuncia de Rebeca esconde un secreto que le impide contraer matrimonio con el Señor Rosmer. El valor de los secretos, la fuerte intensidad con la que se esconden algunos afectos, quedan oprimidos a la luz de la conciencia y forman parte de las capas más profundas que se resisten a volver a las superficies. En otras palabras, tengo presente el valor metafórico que Ibsen le otorga al poder de las profundidades, tan claramente descripto y aludido en una obra donde la persuasión, la incomodidad y el desprecio son de la partida. Me refiero a “El pato salvaje”. La descripción es la siguiente: .. “siempre hacen lo mismo, se van al fondo, lo más abajo que pueden. Se agarran con el pico a las algas y a todas las excrecencias que encuentran en el fango y no vuelven a la superficie. Brillante analogía con el secreto que se esconde en el umbral del inconsciente. Ahora bien, el motivo genuino de su conciencia de culpa, que la hace fracasar cuando triunfa, permanece en secreto. La conciencia de culpa es solidaria a renunciar en una ganancia plena, por el contrario se activa en ella antes de conocer su crimen capital^11 Es claro que el rechazo de parte de Rebeca ante el ofrecimiento de matrimonio a cargo del Sr. Rosmer se produce antes de la segunda visita de Kroll y, por ende antes que descubra su nacimiento bastardo, cuando todavía nada sabe de su incesto^12. La conducta de Rebeca frente a la comunicación del rector, su reacción inmediata por vía de la confesión, no dejan ninguna duda de que sólo ahora interviene el motivo más fuerte y decisivo para la renuncia. Una vez más la obra de Ibsen se tensa en diferentes niveles, dejando traslucir un grado de profundidad, a veces implícita y no voluntaria, que es la causante de verdaderas conmociones. La verdad, se sustrae a la fácil lectura y percepción, como en “ El pato salvaje ”, donde una herida los sumerge en la profundidad, y sin embargo, desde allí, construyen verdaderas resistencias para salir a la superficie. Una metáfora donde lo oculto cobra valor y rinde tributo al poder (^11) Ob.cit. pag. 335 (^12) Ob.cit .pag. 335

del inconsciente. A cada paso que daba, según el autor, Rebeca recibía una orden de detenerse, de parar, y sin embargo no podía dejar de dar otro paso^13 En la obra “El pato salvaje^14 ” de Ibsen, voy a rescatar dos expresiones que me provocaron un singular interés. La primera a cargo de Gregorio, hijo del Sr. Werle, que con una mirada aguda y sin vacilar le recrimina al hijo, su desprecio, su bronca y su resentimiento hacia él. En palabras del autor: “No creo que haya hombre en el mundo a quién desprecies más que a mí ” .Y, agrega: “ siempre me has visto con los ojos de tu madre ”. Clara alusión a la mujer del Sr. Werle, madre del joven Gregorio, con una afirmación elocuente que pone en evidencia tanto su apego como la causa del desprecio y el resentimiento a la figura del padre. La conciencia moral, se asocia al poder anímico heredado en las letras de Ibsen, en clara alusión al complejo de Edipo. La respuesta de Gregorio, con voz temblorosa, no se hizo esperar: ¿ Quién tiene la culpa de aquella flaqueza de mi madre? Otra referencia en la conflictiva relación padre-hijo, fue la expresión de Gregorio, quién le dice a su padre: “ Es a ti a quién debo agradecer los remordimientos de conciencia que me persiguen y me roen. Es un planteo de conciencia ”. Para concluir con esta breve referencia a la obra de Ibsen, voy a rescatar el planteo de Gregorio ante la conmoción provocada por la muerte de Hedvigia, la hija de Hjalmar, que padecía una afección en uno de sus ojos, que peligraba su vista. Afecciones, en el sentido de afectos, donde el sufrimiento silencioso culmina con un pasaje al acto imprevisible. En un contexto de fuerte contenido emotivo, donde el dolor y la tristeza perturban a los padres de la joven, Gregorio no sale del asombro y la conmoción que le provocó semejante catástrofe. En ese contexto con estas palabras Gregorio, se dirije al padre de la joven: (^13) Milán Kundera en “ La insoportable levedad del ser ”, uno de sus protagonistas también recibe una orden, con un poder convincente y poderoso, del cual no era posible evitar su ejecución. En este caso, la imposibilidad de frenar su ímpetuoso deseo de estar con otra mujer, se traduce en las siguientes palabras: It’s must sein!! Lo debes hacer, una orden imposible de desoir, con un correlato que se desliza más allá del placer. (^14) …”Los patos salvajes siempre hacen lo mismo se van al fondo, lo más abajo que pueden. Se agarran con el pico a las algas y a todas las excrecencias que encuentran en el fango y no vuelven a la superficie”. A mi criterio en honor al título de la obra, puede ser pensado como una metáfora sobre el amor. Un amor donde el dolor y la pena se agarran con el pico a las alas del deseo y precipitan una caída imprevisible, como si fuese una catástrofe.

enigmática e imprevisible, suele estar impregnada con una fuerza destructiva inevitable. En sintonía con este planteo, el joven Gregorio en “El pato salvaje”, con un odio imposible de medir se dirije a su padre en éstos términos. “Es a ti a quién debo agradecer los remordimientos de conciencia que me persiguen y me roen.”. El reproche y la molestia no demoran en aparecer, cuando el Sr. Werle, padre de Gregorio se dirije a su hijo con éstas palabras: “siempre me has visto con los ojos de tu madre…” La magnitud del dolor, se une al remordimiento en el campo fértil de los reproches. Graham Greene propone en uno de sus libros: “La última palabra”, uno de los cuentos sintetiza la importancia que revisten los afectos, con la singular cualidad de pensar, que sólo su inscripción es posible en tanto entra por el cauce de la magnitud del dolor y la desolación. Me refiero al cuento “El fin de la aventura”. En alusión al poder enigmático de los afectos, donde el fracaso irrumpe al unísono de transgresiones, traiciones y falsificaciones, que pueden sintetizarse en una literatura de la máscara, es apasionante la obra de Patricia Highsmith. Esta autora norteamericana, logra con su trama y sus personajes interrogar el precio y el valor de la falsificación, donde la sorpresa y los crímenes forjan^15 una trama apasionante. En definitiva se trata de forjar ilusiones y engaños propios de un trabajo psíquico por excelencia. Esta obra es una trama narrativa que interroga la pregunta por la mujer, sin lograr sustraerse de pensar en el deseo, el castigo y el éxito. El éxito en el sentido de una salida posible. A la pregunta por el deseo de la mujer, le sigue ¿Cómo triunfa una mujer? ¿El éxito es una salida frente al sentimiento de culpa? La ambición, el engaño y la traición suelen ser móviles fuertes para un castigo inminente, donde la muerte no sólo es causante de amenazas. A propósito de la cercanía de la muerte con un crimen, viene a mi memoria un personaje de Graham Green en “La última palabra”, donde Arthur Burton, es un hombre que trabaja en un restaurante de Kensington, llamado “Chez Auguste”. En ese cuento, cuyo título es “La hora de la verdad”, el autor plantea la cercanía de la muerte con un crimen. Arthur se desayuna por un diagnóstico médico (^15) Falsificar, del francés, forge, forja, faber, artífice, trabajador.

que padece de cáncer y debe ser sometido a una intervención en forma urgente. El protagonista pensó en hacer partícipe a dos clientes afables y simpáticos que frecuentan el lugar, la señora Higminster y el Sr. Higminster. Para Arthur, era la mujer precisa para confiarle ese secreto, él lo había leído en sus ojos, su mirada, su trato, sin embargo nunca pudo confiarle su secreto criminal. Mientras estaba en el hospital, recibió una carta de agradecimiento, del matrimonio por las sugerencias de tiendas, platos exquisitos, entre otras cosas, mientras Arthur Burton, permaneció en silencio con su obstinada compañía: la incurable enfermedad. Tal vez, una óptima metáfora para dar cuenta que si bien era la mujer precisa, él fracasó en su intento de poner en palabras parte de su padecimiento. Decidió sumergirlo en su profunda soledad, donde descubre que con esa mujer podía contar, y sin embargo nunca lo pudo decir. ¡Cuántas cosas que uno sabe el impacto liberador que puede ocasionar, y sin embargo, el secreto lo retiene en un lugar recóndito, como si le impidiera que triunfe….! Tengo el recuerdo reciente de una escritora de lengua inglesa, Katherine Mansfield, que describe con calidez los preparativos de una fiesta, donde el brillo de la alegría y el bienestar anticipan una gran velada. Los preparativos y predomina un estado de ánimo optimista y entusiasta. Sin embargo, con una frecuencia inesperada el clima se torna destructivo y angustiante. Se trata de “La fiesta en el jardín”, una historia donde la madre y dos hijas principalmente organizan una fiesta, y repentinamente se anotician de la muerte de un lugareño, motivo por el cual la madre decide que una de sus hijas, Laura, le lleve a la familia del infortunado una canasta llena de dulces que sobraron de la fiesta. Después de llevar esos dones a la familia del joven fallecido, irrumpió en llanto ante la sorpresa de encontrarse con su hermano Laurie, desde las sombras. “ No llores le dijo”, su hermano mientras la seguía mirando fijamente y sólo atinó a decirle: No es la vida. No es la vida, más no pudo explicar que era la vida. No importaba, él había entendido el estado de su hermana, por lo cual no eran necesarias más palabras. IV El amor, los dones y el goce. Una lectura de la trilogía de Paul Claudel.

Escribimos: dos maneras de “morir”: mejor sería, siguiendo a Blanchot, distinguir la muerte y el morir, la primera es “poder e incluso potencia”, aunque corresponda a la pérdida, el segundo es “no poder” y excluye cualquier término, cualquier fin, es “empujado por lo imposible indeseable hasta en el deseo^17 Es de interés plantear que el incumplimiento, y la insatisfacción anticipan la relación con la muerte, esa vida se le presenta como atractiva, en lo que tiene de inacabado e insatisfecho, es decir todos los móviles que impiden realizar ese deseo postergado suelen precipitar una muerte. Por ej. La muerte de la Sra. Rosmer constituye una pérdida que inaugura una secuencia donde la culpa y la insatisfacción pueden concluir en verdad, no sólo en impedir un nuevo matrimonio sino en sentir de modo latente una amenaza perdurable en el tiempo hasta precipitar otras muertes. Philippe Ariés denominó “la muerte invertida” y nosotros llamamos muerte seca para subrayar cómo el devenir salvaje de la muerte se acompaña de una transformación de la relación con la muerte, en adelante, cada una de sus intervenciones constituye para el deudo, una pérdida a secas^18. VI A modo de conclusión: En algunos de los fragmentos seleccionados es posible realizar una lectura en dirección a la demanda de amor, esa necesidad imperiosa de responder con actos, gestos (^17) Hay un juego de palabras debido a la similitud de las expresiones pur amour ( puro amor) y amour-pour (amor por) en Jacques Le Brun, El amor puro de Platón a Lacan , pag. 50. (^18) Allouch, Jean en Erotica del duelo en tiempos de la muerte seca , Buenos Aires, Ediciones Literales, 2006

y acciones frente a la presencia del Otro. Esa distancia entre la satisfacción, en el orden del placer y ese imperativo que “da órdenes”, de manera implacable, interroga el campo de las relaciones afectivas. Cuando el “ideal” se apropia de algunos de los personajes de Ibsen lo lleva a la ruina psicológica y material. Cuando el señor Rosmer y Rebeca West han alcanzado la capacidad para hacer frente a la vida, se encuentran al borde del abismo. Esa sensible distancia entre la satisfacción y lo imprevisible agita tempestades tanto en la literatura como en el psiquismo, parecen enseñarnos que no se pueden anticipar los desenlaces. El azar y el fracaso se unen en el momento más inoportuno. Fiel tributo a un deseo tangible y distante, o acaso el deseo no es inoportuno e ingobernable? La pregunta recurrente: ¿Por qué ha sucedido esto? Se asocia a otra que conlleva la necesidad de una caída. ¿Por qué se cayó todo lo que costó tanto conseguir? La hipocresía y la simulación se asocian al poder del engaño, y los personajes esconden en su fuero más intimo una verdad costosa, que pugna por triunfar. En ese sentido, uno de los derrotados más frecuentes son la satisfacción duradera y los ideales. En otras palabras, dan la sensación que así como se impulsan son los verdaderos núcleos de desenlaces imprevisibles, dejando traslucir una metáfora de la vida signada por el desconcierto y la imposibilidad. En otro nivel de análisis, se pone en juego la caída de la potencia, y la alteridad del Otro, porque toda demanda de amor no tiene con que satisfacer la necesidad y lo que da es una falta. Por lo cual, el don de la falta, el atributo de la culpa y su correlato de castigo se desliza en un laberinto donde el deseo interroga a la ley, a la ley del deseo. En otras palabras, estos fragmentos seleccionados son propicios para descubrir la intensidad del deseo, la fragilidad del placer y la repentina caída de la potencia y de la alteridad del Otro. Esta caída de la potencia del Otro se desliza por distintos grados en una relación signada por el amor. Ese fuerte mandato que legitima un deseo deja un resto, una pérdida, que constituye la condición absoluta del deseo. Ahora bien, esa condición también está signada por el vacío, el desasociego y la brutal irrupción de lo imprevisible que precipita la violencia de un acto o acción trágica.

los principales vectores para descubrir el “resto” y la “pérdida”, solidarias del sentimiento de culpa y proclives a pagar un precio con la destrucción o la acción trágica. Hay escenas que no es posible otro precio que no sea la muerte, cual si fuese el costo de un amor prohibido o del tormento de llevar una vida signada por la insatisfacción y recurrentes frustraciones. Tal es el caso del Sr. Tom Ripley, una de las creaciones literarias más brillantes de Patricia Highsmith, donde el protagonista debe recurrir a un asesinato, y siendo indiferente al sufrimiento ajeno, parece constituirse en un “médium” para poder soportar la vida. Un precio alto, irracional e imposible de eludir, cuál si fuese el único modo de conciliar la última palabra que el sujeto articula sin saber. La muerte es la última palabra, la verdad sin esperanza del discurso del inconsciente. Me resulta muy apropiado la referencia precedente, porque es una manera la última palabra de la relación del hombre con este discurso que no conoce es la muerte. ..Develamiento que no entraña un más allá y que acalla toda palabra^20 No hay dudas que la noción de goce ha sido propuesta en relación directa con el más allá del principio del placer y, en este sentido con la pulsión de muerte. Por último, una breve referencia a la trilogía de la obra de Claudel. El personaje Sygne de Coûfontaine condensa dos figuras relevantes: la mística del amor puro y héroe trágico: el sí absoluto al Dios de la fe, más allá de la vida y el no último a Dios emparentado con el maleficio, o la maldición. Una figura trágica y también una figura convincente de puro amor. Para los místicos insisten: el amor es asunto de voluntad, no de sentimiento, de acto y no de afecto. Su camino es una suerte de cruz, de desapropiación. Lacan en el Seminario VIII La Transferencia, hace mención al verbo y designa claramente que es el acontecimiento crístico de la encarnación como ya había sucedido en La ética^21 - La trilogía recorre tres generaciones, las de la familia Coufontaine y evoca la supresión de privilegios y confiscación de bienes y pérdidas de vida a cargo de la Revolución Francesa. El amor, expresado en un sentido propio del cristianismo mismo, el escándalo de la cruz, la pasión y la muerte de Cristo, el ¿Por qué me has abandonado? (^20) Balmès, François en “Dios, el sexo y la verdad”, Buenos Aires. Ediciones Nueva Visión (^21) Es cuando el verbo se encarna cuando la cosa empieza a andar muy pero muy mal. Ya no es para nada feliz, está devastado por el verbo.

Voy a concluir con un aporte valioso que encontré en la obra de Jacques Le Brun cuando rescata la expresión: “el amor puro se presenta como pensamiento de una experiencia, y muchos son quienes han vivido y padecido la pureza del amor, místicos, poetas, aquellos que se han perdido voluntariamente y que, a partir de esa feliz pérdida, no han cesado de cantar la nostalgia o la esperanza renovada^22 Bibliografía: -Balmès, François “ Dios, el sexo y la verdad ”. Buenos Aires, Nueva Visión, 2008- (^22) Le Brun, Jacques , ob.cit. pag. 342