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Las Cinco Fases del Duelo en Enfermos Terminales: Un Enfoque Holístico, Apuntes de Psicología

aportes de la psicología en la salud

Tipo: Apuntes

2020/2021

Subido el 19/09/2021

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ortopedia-martin-coronado 🇦🇷

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1a Fase: Negación y Aislamiento
La mayoría al enterarse de su enfermedad mortal reaccionan diciendo, “no, yo no,
no puede ser verdad “. Esta negación es común tanto en aquellos a los que se les
comunica directamente desde un principio su enfermedad, y a aquellos a los que
no se les decía explícitamente y que llegaban a aquella conclusión por si mismos.
La negación, por lo menos la negación parcial, es habitual en casi todos los
pacientes, no sólo durante las primeras fases de la enfermedad o al enterarse del
diagnóstico, sino también más adelante, de vez en cuando. La negación funciona
como un amortiguador después de una noticia inesperada e impresionante,
permite recobrarse al paciente y, con el tiempo, movilizar otras defensas menos
radicales.
La necesidad de negación existe en todos los pacientes alguna vez, luego, la
necesidad va y viene, y el oyente sensible y perceptivo reconocerá esto y
respetará las defensas del paciente sin hacerle consciente de sus contradicciones.
Cuando estén dispuestos a hablar se abrirán, y compartirán su soledad, unas
veces con palabras, otras con pequeños gestos o comunicaciones no orales.
2a Fase: Ira
Cuando no se puede seguir manteniendo la primera fase de negación, es
sustituida por sentimientos de ira, envidia, y resentimiento. Les surge la siguiente
pregunta: “¿Por qué yo? “. Esta fase de ira a diferencia de la anterior es muy difícil
de afrontar para la familia y el personal. Esto se debe a que la ira se desplaza en
todas las direcciones y se proyecta contra lo que les rodea, a veces casi al azar.
3a Fase: Pacto
En realidad, el pacto es un intento de posponer los hechos; incluye un premio “a la
buena conducta “, además fija un plazo de “vencimiento “impuesto por uno mismo
y la promesa implícita de que el paciente no pedirá nada más si se le concede
este aplazamiento.
4a Fase: Depresión
Cuando el paciente desahuciado no puede seguir negando su enfermedad, su
insensibilidad o estoicismo, su ira y su rabia serán pronto sustituidas por una gran
sensación de pérdida. Todas estas circunstancias y otras añadidas son razones
de depresión para el paciente moribundo que va causar un dolor preparatorio por
el que ha de pasar el paciente desahuciado para disponerse a salir de este
mundo. Cuando la depresión es un instrumento para prepararse a la pérdida
inminente de todos los objetos de amor, entonces los ánimos y las seguridades no
tienen tanto sentido para facilitar el estado de aceptación. Y si se les permite
expresar su dolor en este tipo de depresión, encontrará mucho más fácil la
aceptación final. En el dolor preparatorio no se necesitan palabras o se necesitan
muy pocas. Es mucho más un sentimiento que puede expresarse mutuamente y a
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¡Descarga Las Cinco Fases del Duelo en Enfermos Terminales: Un Enfoque Holístico y más Apuntes en PDF de Psicología solo en Docsity!

1a Fase: Negación y Aislamiento La mayoría al enterarse de su enfermedad mortal reaccionan diciendo, “no, yo no, no puede ser verdad “. Esta negación es común tanto en aquellos a los que se les comunica directamente desde un principio su enfermedad, y a aquellos a los que no se les decía explícitamente y que llegaban a aquella conclusión por si mismos. La negación, por lo menos la negación parcial, es habitual en casi todos los pacientes, no sólo durante las primeras fases de la enfermedad o al enterarse del diagnóstico, sino también más adelante, de vez en cuando. La negación funciona como un amortiguador después de una noticia inesperada e impresionante, permite recobrarse al paciente y, con el tiempo, movilizar otras defensas menos radicales. La necesidad de negación existe en todos los pacientes alguna vez, luego, la necesidad va y viene, y el oyente sensible y perceptivo reconocerá esto y respetará las defensas del paciente sin hacerle consciente de sus contradicciones. Cuando estén dispuestos a hablar se abrirán, y compartirán su soledad, unas veces con palabras, otras con pequeños gestos o comunicaciones no orales. 2a Fase: Ira Cuando no se puede seguir manteniendo la primera fase de negación, es sustituida por sentimientos de ira, envidia, y resentimiento. Les surge la siguiente pregunta: “¿Por qué yo? “. Esta fase de ira a diferencia de la anterior es muy difícil de afrontar para la familia y el personal. Esto se debe a que la ira se desplaza en todas las direcciones y se proyecta contra lo que les rodea, a veces casi al azar. 3a Fase: Pacto En realidad, el pacto es un intento de posponer los hechos; incluye un premio “a la buena conducta “, además fija un plazo de “vencimiento “impuesto por uno mismo y la promesa implícita de que el paciente no pedirá nada más si se le concede este aplazamiento. 4a Fase: Depresión Cuando el paciente desahuciado no puede seguir negando su enfermedad, su insensibilidad o estoicismo, su ira y su rabia serán pronto sustituidas por una gran sensación de pérdida. Todas estas circunstancias y otras añadidas son razones de depresión para el paciente moribundo que va causar un dolor preparatorio por el que ha de pasar el paciente desahuciado para disponerse a salir de este mundo. Cuando la depresión es un instrumento para prepararse a la pérdida inminente de todos los objetos de amor, entonces los ánimos y las seguridades no tienen tanto sentido para facilitar el estado de aceptación. Y si se les permite expresar su dolor en este tipo de depresión, encontrará mucho más fácil la aceptación final. En el dolor preparatorio no se necesitan palabras o se necesitan muy pocas. Es mucho más un sentimiento que puede expresarse mutuamente y a

menudo se hace mejor tocando una mano, acariciando el cabello, o sencillamente, sentándose en la cama en silencio. 5a Fase: Aceptación Cuando el paciente ha tenido tiempo para asumir su situación y se le ha ayudado a pasar por las fases antes descritas llegará una fase en la que su destino no le deprimirá ni le enojará. Se sentirá cansado, y débil o sentirá la necesidad de dormitar a menudo. No hay que confundir esta fase con una fase feliz. Para el paciente, esta fase está desprovista de sentimientos y es la familia quien necesita más apoyo. El paciente lo único que necesita es la presencia de alguien a su lado, aunque no haya comunicación oral, simplemente el silencio, el contacto entre las manos pueden ser las comunicaciones más llenas de sentido. Tenemos que saber que las fases en el proceso del enfermo terminal no son hieráticas, sino un proceso dinámico y por tanto no tenemos que obligar a nadie a pasar por todas y cada una de ellas, según la persona puede pasar de una fase a otra saltándose alguna de ellas o no contemplarlas. Lo que si conocemos es que el pase por estas fases facilita la aceptación de la muerte como algo natural y hace de este proceso algo idóneo, para aceptar nuestro fin, así como ayuda a la recuperación del duelo en la familia. Durante todas estas fases el único sentimiento común que siempre persiste es la esperanza. Aún los enfermos más realistas, y los que aceptan de mejor manera su situación, mantienen una chispa de esperanza para su curación o para la aparición de un medicamento nuevo. Esta chispa de esperanza les sostiene durante días, semanas o incluso meses de sufrimiento. El papel del D. U. E. en este caso, no se trata de decirles mentiras, pero es importante compartir con el paciente su esperanza. La reacción de la familia ante la enfermedad del paciente contribuirá en mucho a la respuesta de éste. Es muy importante para el enfermo y la familia, ver que la enfermedad no rompe totalmente un hogar, ni priva completamente a todos los miembros de cualquier actividad placentera. IV.- RECOMENDACIONES las actitudes y conductas del personal sanitario tienen consecuencias directas para el enfermo. Este principio de partida justifica la necesidad de que asimilemos correctamente estos criterios:

  1. Asumir que la profesión de Enfermería brinda a sus profesionales la oportunidad especial de ayudar y confortar al moribundo, así como de proporcionar consuelo y comprensión a sus familiares, en un momento muy difícil y de acuciante necesidad de apoyo humano.
  2. Que el Equipo de Salud se proporcione respaldo y comprensión mutuamente, ya que el asumir los profesionales de la salud (y especialmente los de Enfermería) la responsabilidad de un proceso terminal puede resultar sumamente estresante. Este “espíritu de equipo” incidirá directamente en la calidad de los cuidados al paciente terminal, optimizando por ello la satisfacción de sus necesidades.