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Apuntes sobre las Repoblaciones Forestales Parte1, Apuntes de Ingeniería de montes

Apuntes de Ingeniería de Montes sobre las Repoblaciones Forestales, Ventajas e inconvenientes de los métodos, Factores que condicionan la elección del método, Tratamiento de la vegetación existente.

Tipo: Apuntes

2013/2014

Subido el 21/01/2014

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Repoblaciones Forestales
por cortesía de ihidalgo@iies.es (Ingeniero de Montes)
Métodos
Hay dos métodos básicos de introducir la nueva o nuevas especies, que se denominan siembra o plantación.
La siembra consiste en colocar directamente sobre el terreno a repoblar semillas de las nuevas especies que se
quiere introducir. El método de plantación consiste en colocar plantas forestales (a raíz desnuda o en envase)
mediante enterramiento adecuado del sistema radical.
En cada repoblación forestal habrá que decidir razonadamente sobre la elección del método, después de
evaluar las ventajas e inconvenientes de los dos métodos, y teniendo en cuenta sus condicionantes.
Ventajas e inconvenientes de los métodos.
Ventajas de la siembra:
− Se obtiene una elevada densidad en la masa creada.
− Al ser mayor la espesura, la poda natural será mas precoz y eficaz, y habrá mayor libertad en la ejecución de
claras.
− Masas mejor adaptadas a las variaciones de calidad del suelo, por la distribución aleatoria de los pies.
Inconvenientes de la siembra:
− Mayores costos de las operaciones silvícolas (si no se ejecutan a tiempo, riesgo de decaimiento vegetativo).
− La preparación del suelo ha de ser cuidadosa, para asegurar el contacto de la semilla con el terreno).
− Es necesaria disponer de grandes cantidades de semilla.
− Riesgos para las plántulas elevadas (heladas tardías, sequías estivales, daños por animales).
− Resultado irregular en su distribución superficial, con una consiguiente dificultad en la reposición de
marras.
Ventajas de la plantación:
− Las plantas de 1, 2 o 3 savias son más resistentes: mayor posibilidad de éxito.
− Ganancia de tiempo, ocupación más rápida y regular del terreno.
− Es más fácil mezclar especies.
− Menor costo de los cuidados culturales (se pueden retrasar las primeras claras).
− Menor riesgo de plagas y enfermedades.
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¡Descarga Apuntes sobre las Repoblaciones Forestales Parte1 y más Apuntes en PDF de Ingeniería de montes solo en Docsity!

Repoblaciones Forestales

por cortesía de ihidalgo@iies.es (Ingeniero de Montes)

Métodos

Hay dos métodos básicos de introducir la nueva o nuevas especies, que se denominan siembra o plantación.

La siembra consiste en colocar directamente sobre el terreno a repoblar semillas de las nuevas especies que se quiere introducir. El método de plantación consiste en colocar plantas forestales (a raíz desnuda o en envase) mediante enterramiento adecuado del sistema radical.

En cada repoblación forestal habrá que decidir razonadamente sobre la elección del método, después de evaluar las ventajas e inconvenientes de los dos métodos, y teniendo en cuenta sus condicionantes.

Ventajas e inconvenientes de los métodos.

Ventajas de la siembra:

− Se obtiene una elevada densidad en la masa creada.

− Al ser mayor la espesura, la poda natural será mas precoz y eficaz, y habrá mayor libertad en la ejecución de claras.

− Masas mejor adaptadas a las variaciones de calidad del suelo, por la distribución aleatoria de los pies.

Inconvenientes de la siembra:

− Mayores costos de las operaciones silvícolas (si no se ejecutan a tiempo, riesgo de decaimiento vegetativo).

− La preparación del suelo ha de ser cuidadosa, para asegurar el contacto de la semilla con el terreno).

− Es necesaria disponer de grandes cantidades de semilla.

− Riesgos para las plántulas elevadas (heladas tardías, sequías estivales, daños por animales).

− Resultado irregular en su distribución superficial, con una consiguiente dificultad en la reposición de marras.

Ventajas de la plantación:

− Las plantas de 1, 2 o 3 savias son más resistentes: mayor posibilidad de éxito.

− Ganancia de tiempo, ocupación más rápida y regular del terreno.

− Es más fácil mezclar especies.

− Menor costo de los cuidados culturales (se pueden retrasar las primeras claras).

− Menor riesgo de plagas y enfermedades.

Inconvenientes de la plantación:

− Difícil de aplicar en algunas especies, por se complicada la producción de planta.

− Mayor gasto en podas (poda natural más tardía, peor calidad de madera).

− Hay que disponer de mano de obra especializada y en mayor cantidad.

Factores que condicionan la elección del método.

Para decidir lo más conveniente en cada caso, se procede analizando los factores y condicionantes de cada uno de los métodos: factores estacionales, culturales, sociales y económicos.

  1. Factores referentes a la estación

En relación a la siembra:

− No deben existir riesgos de daños meteorológicos como heladas tardías, sequías estivales,... estación adecuada a la especie.

− Condiciones edáficas favorables al desarrollo de la radícula.

− La predación sobre la semilla debe ser reducida.

En relación a la plantación:

− Es el método más adecuado para estaciones climáticamente difíciles y el que mejor aprovecha las labores de corrección.

  1. Factores referentes a aspectos culturales:

En relación a la siembra:

− Deberán ser especies con semilla de tamaño grande que facilite su manejo y la vida de la plántula tras la germinación.

− Debe haber poca competencia con el matorral, pos escasez de este o por el temperamento delicado de las especies a introducir. Si no existe nada de vegetación debe ser una especie robusta.

− Las altas espesuras serán ventajosas en relación a la poda natural y no serán inconveniente por riesgo de incendio.

En relación a la plantación:

− No existen limitaciones, salvo que la misma producción de planta sea muy difícil.

− Las espesuras iniciales se garantizan con seguridad, la masa tendrá poda natural tardía.

  1. Factores de tipo social:

Relativos a la siembra:

Tratamiento de la vegetación existente

La vegetación presente en un terreno puede comprometer el éxito de la forestación, al competir por el agua, la luz y los nutrientes con las plantas recién instaladas. Los principales tratamientos de control de la vegetación son:

A. Vegetación leñosa

− Roza manual

− Laboreo

− Desbrozadoras

− Roza al aire

B. Vegetación herbácea

− Laboreo

− Herbicidas

La vegetación existente en un terreno antes de realizar la plantación supone, en la mayoría de los casos, un problema para el éxito de la misma debido a que:

  1. Limita la realización de las actividades de preparación del suelo y por tanto, supone su encarecimiento y una peor ejecución de las mismas.
  2. Cuando la altura de la vegetación presente es mucho mayor que la de la planta en sus primeros años, se produce una competencia por luz que puede ser muy perjudicial para la vegetación recién instalada, creándose además en algunos casos un sobrecalentamiento de la planta en verano.
  3. Se crea una competencia por el agua entre el repoblado y la vegetación existente. Por las condiciones climáticas en la mayor parte Andalucía, el agua será casi siempre el principal factor limitante para el éxito de las repoblaciones.
  4. Esta vegetación también ejercerá una fuerte competencia por nutrientes ya que tendrán un sistema radicular mucho más desarrollado que las pequeñas plantas recién establecidas. Esto será mucho más problemático en terrenos de poca fertilidad donde ya de por sí, es bajo el contenido de nutrientes.
  5. Cuando la repoblación se hace por siembra directa puede impedir la germinación de las semillas.
  6. La presencia de vegetación más o menos densa o con cierta continuidad espacial, aumentará de forma apreciable el riesgo de incendio , así como las consecuencias del mismo sobre el repoblado.

Tratamiento de la vegetación leñosa

La vegetación leñosa que se puede encontrar en terrenos agrícolas presenta densidades y portes muy variables. Aunque en principio pueda pensarse que ésta será de baja densidad y formada por especies de matorral no muy fuerte, puede ocurrir que en zonas que hayan tenido un aprovechamiento ganadero extensivo se haya desarrollado una masa de matorral casi impenetrable.

Los métodos principales de desbroce que pueden utilizarse en estas circunstancias son:

1. Roza manual

Consiste en la eliminación de la parte aérea del matorral mediante su corte a ras del suelo con herramientas manejadas a brazo. Este método es el más costoso por la mano de obra que requiere, pero es el que tiene mayor flexibilidad en la ejecución, permitiendo tratamientos puntuales y selectivos sobre la vegetación. Actualmente se tiende al uso de motodesbrozadoras de sierra circular que aumentan considerablemente el rendimiento y hacen el trabajo menos penoso.

Este método se utilizará cuando no sea posible la mecanización por limitaciones de pendiente o pedregosidad o cuando existe vegetación que debe ser conservada. Normalmente se recurrirá a un tratamiento puntual en superficies superiores a 1m2 en los lugares de plantación y excepcionalmente a tratamientos por fajas o a hecho.

2. Desbroce por laboreo

Consiste en el paso de gradas convencionales, o gradas de monte que arrancan y trituran parcialmente la vegetación. Es un procedimiento que permite la mecanización de las labores y emplea aperos a disposición de la mayor parte de los agricultores aunque presenta limitaciones cuando se trate de matorral muy fuerte, por lo que su uso estará más restringido a terrenos agrícolas cubiertos de vegetación leñosa de porte bajo, salvo que se recurra a equipos forestales de mayor potencia. Suelen hacerse tratamientos por fajas en matorral fuerte y a hecho cuando son terrenos de pendiente suave y vegetación leñosa de pequeño porte.

3. Desbroce mecanizado por trituración

El tratamiento de la vegetación puede realizarse mediante el uso de desbrozadoras o trituradoras. Se trata de equipos diseñados especialmente para estos trabajos y que consisten en un sistema de martillos, cuchillas o cadenas que giran sobre un eje y que cortan y trituran la vegetación. Estos equipos pueden montarse sobre tractores agrícolas cuando se van a utilizar en terrenos de pendientes suaves o bien sobre tractores forestales lo que permitirá utilizarlos en pendientes de hasta el 40%, si trabajan por línea de máxima pendiente. Es un método bastante eficaz, de muy buen rendimiento, que puede emplearse por fajas o a hecho y que favorece la incorporación de los residuos al suelo, por lo que es muy recomendable para vegetación de porte medio o alto y siempre que pueda disponerse de equipos adecuados.

4. Roza al aire y decapado

Consiste en la eliminación por fajas de la vegetación mediante la cuchilla angledozer de un tractor de cadenas. La roza al aire supone sólo el arranque de la vegetación por la acción de la cuchilla cuando ésta no toca la superficie del suelo. Si la cuchilla penetra en el suelo, se produce el arranque simultáneamente a la remoción de una delgada capa superficial que va dando lugar a un caballón en la parte inferior de la labor.

Estos tratamientos no serán de uso frecuente en terrenos agrícolas, ya que son más propios de suelos de vocación forestal cubiertos por matorral fuerte y que requieren preparaciones intensas del suelo. No obstante, en algunos casos su uso puede ser recomendable.

La quema no será recomendable como método de desbroce por el alto riesgo de incendio existente durante la mayor parte del año en Andalucía, pero tomando las debidas precauciones puede utilizarse en combinación con desbroces manuales para la eliminación de residuos.

Por último la utilización de desbroces químicos para la eliminación de vegetación leñosa es desaconsejable actualmente ya que son procedimientos caros y su empleo está condicionado a poder disponer del

  1. Eliminar las "suelas de labor" o "pie de arado" en los suelos donde existan. Este fenómeno se produce frecuentemente en suelos cultivados durante mucho tiempo mediante arado a la misma profundidad y consiste en la formación de una capa endurecida que impide la penetración de las raíces y del agua.
  2. Aumentar la capacidad de retención de agua en los suelos mediante una mejora en la infiltración, disminución de la escorrentía superficial y aumento de la profundidad efectiva del suelo.
  3. Aumentar el volumen de suelo útil para las raíces de las plantas mediante el incremento de la profundidad y mejora de la estructura.
  4. Aireación de las capas del suelo mediante el mullido.
  5. Facilitar las labores de plantación o siembra.

La preparación del suelo es una labor que condiciona en gran medida el éxito de la forestación, sobre todo en los terrenos donde las deficiencias que se pretenden corregir con la preparación son especialmente notables.

Al igual que en el tratamiento de la vegetación existente, la preparación del suelo puede realizarse a hecho, afectando a toda la superficie, de forma lineal o en fajas, o de forma puntual. La elección de una u otra opción vendrá condicionada por los requerimientos y carencias del suelo (que obligan a aumentar la intensidad de las preparaciones conforme disminuye la calidad del suelo), por la pendiente y por el método de repoblación (siembra o plantación).

Otro criterio de clasificación de los métodos de preparación de suelos es la profundidad. De esta forma se considera profundidad baja a la comprendida entre 0 y 20 cm, profundidad media entre 20 y 40 cm y profundidad alta entre 40 y 60 cm. La elección de uno u otro depende de la calidad del suelo, del método de repoblación, tipo de planta (envase o raíz desnuda) y régimen hídrico de la estación. Las preparaciones serán tanto más profundas donde existan mayores sequías estivales y donde los suelos presentan limitaciones especiales (horizontes impermeables, compactación, pedregosidad, etc.)

Las preparaciones a hecho y lineales, por su coste e intensidad, serán siempre mecanizadas. Las preparaciones manuales del terreno se limitaran sólo a los métodos de preparación puntual, aunque también conviene que se mecanicen.

De cualquier forma, las preparaciones mecanizadas siempre dan mejor resultado en el establecimiento del repoblado que las preparaciones manuales. El menor rendimiento de estas últimas las hace más costosas y más lentas, pero además el efecto de la preparación sobre el suelo es mucho menor, limitando considerablemente los beneficios que supone esta labor.

A continuación se describen los principales métodos de preparación de suelos en terrenos agrícolas. Existen más métodos de preparación, desarrollados en el ámbito forestal para repoblaciones en terrenos de características que difícilmente pueden encontrarse en tierras susceptibles de acogerse al decreto de forestación, y que por tanto se omiten.

Métodos puntuales de preparación del suelo.

1. Casillas

Esta preparación del suelo consiste en una cava de profundidad baja o media realizada con pico o azada, sin extraer la tierra del agujero. Las casillas suelen ser de 40 cm. x 40 cm. en superficie, y con una profundidad de 10 cm. (casilla somera) o de 30 cm. (casilla picada). Es una preparación propia de siembras, sobre todo en zonas con fuertes sequías y de difícil acceso. Actualmente su uso esta muy limitado y solo se justifica en

terrenos que no permitan otro tipo de preparación.

Una innovación sobre este sistema es el empleo de cabezales mullidores, que consisten en un sistema de cuchillas rotatorias montadas sobre un brazo articulado a un tractor agrícola o de cadenas. Este apero prepara una casilla en forma de media luna de unos 20 cm. de profundidad. Su empleo está poco extendido en Andalucía.

Las casillas, sólo son recomendables en terrenos de difícil acceso, con pendientes superiores al 40 %, con matorral no muy fuerte, y para repoblaciones mediante siembra.

2. Ahoyado con barrena helicoidal

Consiste en la preparación de hoyos de profundidad de media a alta y anchura variable, mediante el empleo de barrenas helicoidales. La labor que se hace es un hoyo de sección circular, y con extracción parcial de la tierra. Es una practica frecuente en algunos cultivos leñosos, por ejemplo en las plantaciones de almendros, de donde se adaptó a trabajos forestales. No obstante, su uso no ha sido muy generalizado por las limitaciones de los suelos de monte, sobre todo por su pedregosidad, lo que dificulta considerablemente su empleo. Sólo en el caso de plantaciones de densificación o enriquecimiento, donde no conviene alterar la vegetación existente, puede tener más aplicación, por ejemplo en plantaciones de ribera.

En el caso de terrenos agrícolas puede emplearse en zonas de poca pendiente, en general menor del 30%, acoplando la barrena sobre un tractor agrícola o de cadenas y en suelos no pedregosos. En el caso de suelos arenosos, las paredes del hoyo tienden a desmoronarse, y por el contrario en suelos pesados, se puede producir la compactación de la pared por el roce de las hélices de la barrena, por lo que debe tomarse la precaución de picarlas con una azada previamente a la plantación.

3. Ahoyado con retroexcavadora

Esta preparación consiste en la remoción del suelo con el cazo de una retroexcavadora, bien sin extraer la tierra, como se viene haciendo en las plantaciones forestales en terreno de monte, o extrayéndola y posteriormente depositándola en el hoyo en el momento de la plantación, como ocurre en el caso de choperas. La preparación con retroexcavadora proporciona una excelente labor al suelo, tanto por la profundidad, como por el volumen de tierra que es removido. Las dimensiones mínimas aconsejables de los hoyos son 0,6 m. de largo por 0,5 m. de ancho, y 0,5 de profundidad, lo que se consigue utilizando cazos de 40 a 50 cm.

Conviene realizar un marcado previo de los puntos donde han de ir las plantas si quiere lograrse una adecuada densidad y distribución de la plantación.

Esta labor puede completarse en terrenos con pendiente, mediante la formación de microcuencas, que consiste en la apertura de unas regueras laterales que recogen y dirigen el agua hacia el hoyo. Es una práctica eficaz pero costosa, ya que debe hacerse de forma manual, aunque puede simultanearse con la plantación.

Metodos lineales de preparación del suelo.

1. Subsolado lineal

El subsolado lineal consiste en la preparación del suelo mediante la ruptura de las capas profundas por el paso de un subsolador, que puede llevar uno, dos o tres rejones de profundidad variable entre 40 y 60 cm. Esta labor permite aumentar la profundidad útil del suelo, mejora la infiltración y capacidad de retención de agua y rompe las rocas fácilmente disgregables (pizarras, esquistos, etc.). En zonas de pendiente, cuando se realiza según curvas de nivel, produce además un efecto muy beneficioso sobre el control de la escorrentía superficial, lo cual es especialmente notable con los subsoladores dotados de aletas que forman pequeños

superiores al 15% se utilizarán tractores de cadenas y se hará la preparación por fajas. Nunca se trabajarán mediante este sistema zonas de pendiente superior al 30%.

Este tipo de preparación será muy recomendable en suelos de poca pendiente, sin problemas de pedregosidad y en general con cultivo agrícola previo. Cuando existen capas impermeables será necesario un laboreo profundo con desfonde, en caso contrario bastará con un laboreo pleno.

Los acaballonados pueden realizarse directamente en terrenos poco compactos o con un suboslado previo, en aquellos otros que dificultan la labor directa de los arados.

3. Acaballonado superficial

Consiste en una labor combinada de decapado y subsolado lineal, que da lugar a la formación de un caballón por acumulación de la tierra superficial y un subsolado posterior en la banda decapada.

Se trata de una preparación bastante extendida, sobre todo en zonas semiáridas, en terrenos de fuerte pendiente con problemas de escorrentía. Es, por tanto, una labor propia de terrenos de vocación forestal, pero que puede emplearse con buenos resultados en eriales, principalmente cuando están cubiertos por matorral de poco porte.

Se utilizan tractores de cadenas de más de 120 CV, con pala angledozer y subsolador con dos o tres rejones. Primero se hace un pase decapando con la pala frontal, con lo que se va eliminando la vegetación y formando simultáneamente un caballón en la parte inferior. El tractor gira y vuelve subsolando la faja decapada. En el caso de que la vegetación sea muy fuerte, puede ser recomendable, aunque costoso, un desbrozado previo con trituradora para evitar la acumulación de mucha vegetación muerta en la entrefaja.

Se trata de una labor bastante eficaz pero propia de terrenos forestales por lo que su empleo será recomendable en zonas de pendiente superior al 20%, cubiertos de matorral de baja calidad y sobre todo en aquellas zonas con procesos de erosión en marcha.

Plantación

Tipo de planta

Las plantas forestales pueden encontrarse en los viveros en una gran variedad de tipos y tamaños y en un amplio rango de precios. Es importante hacer la elección de forma adecuada, teniendo presente el lugar donde vamos a plantar, el objetivo de la repoblación y la relación coste−calidad. La elección de la planta forestal nunca debe guiarse por criterios de mínimo coste salvo en condiciones de igualdad de calidad. En plantaciones forestales se utiliza en general planta de pequeño tamaño (15−40 cm) ya que son las que han demostrado una mayor capacidad para superar el estrés de plantación. La edad de una planta de vivero se mide en numero de savias, es decir por el número de períodos vegetativos que ha pasado en el vivero. Básicamente se suministran dos tipos de planta para repoblación:

  1. Planta a raíz desnuda. − Son plantas producidas directamente en las eras de cultivo del vivero, en general con una o dos savias (por ejemplo, pino negral) y en algunos casos de más de dos savias (por ejemplo, el arce). Este sistema favorece un desarrollo adecuado de la raíz con numerosas raíces secundarias y en equilibrio con la parte aérea.
  2. Planta en contenedor .− Este tipo de plantas se refiere a aquellas que han crecido en contenedores especiales, los cuales se llenan de una mezcla adecuada que forma un cepellón alrededor de la raíz. Este sistema se utiliza con un gran número de especies y tamaños de planta, aunque en el caso de los envases más frecuentes (bandejas de alveolos), por el volumen de los alveolos y la densidad de plantación, no debe

superarse más de dos savias. Actualmente se están utilizando una gran variedad de envases, pero en general pueden agruparse en dos grandes grupos: los envases reutilizables (bandejas plásticas rígidas de alvéolos individuales) y los no reutilizables (bandejas plásticas de un solo uso, paper−pot, root−trainers, etc.).

Por las condiciones climáticas de la zona mediterránea, se tiende a utilizar principalmente envases, pero eso no quiere decir que todas las especies respondan mejor a este sistema de producción, siendo recomendable en algunos casos la producción de planta a raíz desnuda (Ver ANEJO IV).

Ambos sistemas presentan ventajas e inconvenientes, por lo que deben definirse criterios mínimos de calidad. Toda persona que se dispone a comprar planta forestal debe exigir unas condiciones adecuadas de calidad y desechar cualquier partida de plantas que no las reúna, ya que de lo contrario se arriesga al fracaso de la repoblación con los consiguientes costes económicos y de tiempo.

Hay una serie de factores que deben tenerse en cuenta a la hora de adquirir planta:

Recomendaciones de carácter general

1.− Desechar plantas con heridas no cicatrizadas , daños en las yemas, rotura de guías y cualquier tipo de daño mecánico que pueda comprometer su viabilidad.

2.− Desechar plantas que presenten pudriciones, sobre todo si afectan al cuello de la raíz.

3.− Desechar plantas que presenten desecaciones totales o parciales.

4.− Desechar plantas que estén malformadas , tanto por fuertes curvaturas como por excesiva ramificación, falta de ramificación en especies que deberían tenerla o presencia de tallos múltiples.

5.− Desechar plantas que aparentemente puedan estar atacadas por enfermedades.

6.− Desechar plantas que presenten enrrollamiento o fuertes torceduras en las raíces principales.

7.− Desechar plantas que no tengan un abundante desarrollo de raíces secundarias.

8.− Desechar plantas excesivamente pequeñas o excesivamente grandes.

9.− Desconfiar de plantas que presenten poca elasticidad ya que podría deberse al comienzo de un proceso de desecación.

10.− Una planta correctamente lignificada debería de recuperar su forma rápidamente si es doblada. De lo contrario puede presentar un deficiente grado de lignificación debido a un crecimiento anormal por exceso de fertilización.

11.− Tallo y ramas con parada invernal incompleta

12.− Tallo desprovisto de una yema terminal sana

13.− Cuello de la raíz dañado

14.− Si la especie o especies de planta que se van a comprar tienen alguna finalidad productiva como objetivo principal o secundario (pino piñonero, chopos, eucaliptos, alcornoques,...), el comprador debe asegurarse de que las plantas proceden de semilla certificada o semillas de progenie controlada, pidiendo documentos acreditativos al viverista.