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Bases del liderazgo, Tesis de Formación y Orientación Laboral

Una necesidad en el mundo de hoy

Tipo: Tesis

2018/2019

Subido el 15/05/2019

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EL LIDERAZGO
Una necesidad del mundo de hoy
Dr. David Casares A.
Vivimos empos diciles, tanto en nuestro país como en el mundo entero, los valores y las costumbres,
así como los religiosos, están en una crisis profunda que reclaman con urgencia la necesidad de hombres
y mujeres que señalen un nuevo rumbo y cristalicen los nuevos valores y formas de la futura sociedad
que está en gestación.
En el mismo seno de las familias, parece ser que se ha perdido la autoridad moral de los padres. En las
escuelas aparecen los valores en una danza caóca y anárquica; nuestras organizaciones están llenas de
confusión y contradicciones, muchas de ellas en peligro de sucumbir. Los polícos y gobernantes pierden
credibilidad y hasta los sacerdotes y pastores han perdido seguidores. Esta crisis de autoridad moral
exige la aparición de líderes que sepan llevar a esta generación hacia un futuro de mayor claridad y
congruencia.
La historia nos ofrece ejemplos extraordinarios de líderes que supieron responder a las necesidades de
su época y proponer grandes retos que hicieron trascendente la misión de sus países o de sus
generaciones. En los grandes momentos de crisis, es cuando surgen estos hombres que aceptan la
vocación de guías y maestros; de héroes, de visionarios. Podemos recordar a un Moisés que en los
momentos de mayor pérdida de la fe y de la idendad, encuentra una nueva ruta para su pueblo. Un
Winston Churchill que en los empos de mayor amenaza y destrucción manene viva la esperanza de
Inglaterra. También recordamos a un hombre extraordinario, cuyo liderazgo derrotó al imperio de
Inglaterra con solo la fuerza de sus ideales y la congruencia con su credo: Mahatma Gandhi. Pero quizá,
nunca como en este momento histórico se ha necesitado personas capaces de proponer una estrategia
total e integradora de liderazgo.
En nuestro país, hemos confundido a veces el ser líder con el control políco de cabecillas sindicales,
pero esta imagen del direcvo o controlador sindical, está lejos de señalar el concepto que estamos
exponiendo. El liderazgo a que nos referimos es a la capacidad de señalar rumbos, de crear nuevas
promesas de reto y superación; nuevos pactos llenos de energía y esperanza. Armación a la proposición
de metas y valores que trasciendan el presente y nos ofrezcan nuevas alternavas de desarrollo material
y espiritual, políco y social.
El liderazgo al que nos referimos, muestra la fuerza transformadora que está detrás de toda organización
o instución que ene éxito; es la energía que hace que los pueblos y los países establezcan nuevos
pactos, y descubran nuevas potencialidades y nuevos desnos que respondan a las nuevas
circunstancias.
Al revisar la literatura sobre liderazgo, descubrimos varias caracteríscas que nos describen a estos
hombres y mujeres que necesitamos formar y descubrir para que llenen ese vacío del que hemos
hablado.
Es bueno recordar e inspirarnos en los grandes líderes de la historia para revisar los puntos comunes de
los extraordinarios guías que ha tenido la humanidad, la grandeza de un Pericles, de Julio César,
Jesucristo, Gandhi, Demóstenes; Confucio, Lincoln, Mao Tse Tung, Marn Luter King, etc; todos enen en
común que han estado dispuestos a morir por lo que profesaban, el riesgo ha estado cerca de estos
hombres: su misión no ha sido fácil, ha exigido de ellos un alto grado de entrega y compromiso.
También encontramos un alto grado de liderazgo en nuestras empresas actuales que han transformado
el mundo de los negocios Henry Ford; Deming y Jouran en la nueva gerencia japonesa; Lee Iacocca en la
Chrysler, Peter Druker…. Pero más aún, atrás de cada organización o instución de éxito, podemos
encontrar algo del liderazgo del que estamos hablando y necesitando.
¿Qué caracteríscas comunes enen estos hombres y mujeres? ¿Qué los hace tomar el món de sus
empresas o de sus países? ¿Cómo se hacen estos líderes y se promueven sus caracteríscas?
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EL LIDERAZGO

Una necesidad del mundo de hoy Dr. David Casares A.

Vivimos �empos di�ciles, tanto en nuestro país como en el mundo entero, los valores y las costumbres, así como los religiosos, están en una crisis profunda que reclaman con urgencia la necesidad de hombres y mujeres que señalen un nuevo rumbo y cristalicen los nuevos valores y formas de la futura sociedad que está en gestación.

En el mismo seno de las familias, parece ser que se ha perdido la autoridad moral de los padres. En las escuelas aparecen los valores en una danza caó�ca y anárquica; nuestras organizaciones están llenas de confusión y contradicciones, muchas de ellas en peligro de sucumbir. Los polí�cos y gobernantes pierden credibilidad y hasta los sacerdotes y pastores han perdido seguidores. Esta crisis de autoridad moral exige la aparición de líderes que sepan llevar a esta generación hacia un futuro de mayor claridad y congruencia.

La historia nos ofrece ejemplos extraordinarios de líderes que supieron responder a las necesidades de su época y proponer grandes retos que hicieron trascendente la misión de sus países o de sus generaciones. En los grandes momentos de crisis, es cuando surgen estos hombres que aceptan la vocación de guías y maestros; de héroes, de visionarios. Podemos recordar a un Moisés que en los momentos de mayor pérdida de la fe y de la iden�dad, encuentra una nueva ruta para su pueblo. Un Winston Churchill que en los �empos de mayor amenaza y destrucción man�ene viva la esperanza de Inglaterra. También recordamos a un hombre extraordinario, cuyo liderazgo derrotó al imperio de Inglaterra con solo la fuerza de sus ideales y la congruencia con su credo: Mahatma Gandhi. Pero quizá, nunca como en este momento histórico se ha necesitado personas capaces de proponer una estrategia total e integradora de liderazgo.

En nuestro país, hemos confundido a veces el ser líder con el control polí�co de cabecillas sindicales, pero esta imagen del direc�vo o controlador sindical, está lejos de señalar el concepto que estamos exponiendo. El liderazgo a que nos referimos es a la capacidad de señalar rumbos, de crear nuevas promesas de reto y superación; nuevos pactos llenos de energía y esperanza. Afirmación a la proposición de metas y valores que trasciendan el presente y nos ofrezcan nuevas alterna�vas de desarrollo material y espiritual, polí�co y social.

El liderazgo al que nos referimos, muestra la fuerza transformadora que está detrás de toda organización o ins�tución que �ene éxito; es la energía que hace que los pueblos y los países establezcan nuevos pactos, y descubran nuevas potencialidades y nuevos des�nos que respondan a las nuevas circunstancias. Al revisar la literatura sobre liderazgo, descubrimos varias caracterís�cas que nos describen a estos hombres y mujeres que necesitamos formar y descubrir para que llenen ese vacío del que hemos hablado.

Es bueno recordar e inspirarnos en los grandes líderes de la historia para revisar los puntos comunes de los extraordinarios guías que ha tenido la humanidad, la grandeza de un Pericles, de Julio César, Jesucristo, Gandhi, Demóstenes; Confucio, Lincoln, Mao Tse Tung, Mar�n Luter King, etc; todos �enen en común que han estado dispuestos a morir por lo que profesaban, el riesgo ha estado cerca de estos hombres: su misión no ha sido fácil, ha exigido de ellos un alto grado de entrega y compromiso.

También encontramos un alto grado de liderazgo en nuestras empresas actuales que han transformado el mundo de los negocios Henry Ford; Deming y Jouran en la nueva gerencia japonesa; Lee Iacocca en la Chrysler, Peter Druker…. Pero más aún, atrás de cada organización o ins�tución de éxito, podemos encontrar algo del liderazgo del que estamos hablando y necesitando.

¿Qué caracterís�cas comunes �enen estos hombres y mujeres? ¿Qué los hace tomar el �món de sus empresas o de sus países? ¿Cómo se hacen estos líderes y se promueven sus caracterís�cas?

Miles de estudios han tratado de dar luz a estas preguntas pero sólo han originado teorías diversas que han generado cientos de definiciones y poca integración de los conocimientos sobre el tema, quizá ahora, en una revisión de la literatura y especialmente inspirados en Warren Bennis y Burt Nanus en su úl�mo libro sobre liderazgo, podamos comenzar a responder inequívocamente a estas preguntas.

Sabemos que algún sen�do, la herencia determina caracterís�cas importantes que son la base de un buen liderazgo, más no lo es todo. Sabemos que las circunstancias y la historia propician la aparición del líder que, de otra forma no hubiera aparecido. Y también, sabemos que la educación produce a estos líderes, que con sus caracterís�cas personales y la formación recibida, hace que los momentos históricos los eleven a la categoría de pro-hombre. A con�nuación mencionamos las caracterís�cas esenciales del liderazgo.

I.- Caracterís�cas Personales Aunque las caracterís�cas personales son la base de todo líder, sabemos que estas, están distribuidas en la sociedad mucho más de lo que imaginamos. El trabajador subordinado en la fábrica, se convierte en el líder de su sección sindical o en el líder de su grupo religioso de base; el sumiso empleado de la empresa se transforma en el líder de su comunidad, de su condominio o de su propio negocio.

Peters y Waterman en su libro “En búsqueda de la excelencia”, amplían sobre el tema de las empresas más sobresalientes que, en todos los niveles de la organización, propician líderes innovadores a través de sistemas permanentes que premian y refuerzan este liderazgo que de otra forma no aparecería.

Estas caracterís�cas personales se refieren a las cualidades de imagen, crea�vidad, sensibilidad para captar las necesidades de su grupo, seguridad personal, fe en su des�no, capacidad de comprometerse y entregarse a un ideal. Es interesante que Bennis y Nanus al entrevistar a los 96 líderes sobresalientes de su inves�gación, se encontraron personas muy inteligentes y no tan inteligentes, obesos, delgados, bajos, altos; ves�dos para triunfar y no; con facilidad de palabra y �midos, con dificultad para ar�cular un diálogo fluido.

En nuestra historia un Benito Juárez o un Lázaro Cárdenas no tenían una gran facilidad de palabra, ni eran personas altamente atrac�vas. “En su persona y forma de ser” pero las caracterís�cas personales, si están altamente relacionadas con la congruencia personal, la fe en los ideales y la entrega a la vocación con una buena y extraordinaria dosis de perseverancia.

II. Capacidad de guiar, evaluar y formar a su gente. Antes de que el Cris�anismo conquistara carta de ciudadanía en el Imperio Romano, Jesucristo se dedico a formar a sus discípulos; formó un grupo de doce apóstoles.

Gandhi fue formándose a sí mismo y a sus allegados antes de tener una fuerza nacional en la India. Los seguidores de los grandes líderes le sirven de entrenamiento y pueden a través de ellos poner a prueba sus ideas, y al mismo �empo, medir la eficacia de sus convicciones y su asimilación de los demás.

Los líderes dedican gran parte de su �empo a formar, evaluar, conducir y corregir a sus seguidores más cercanos. Los grandes líderes establecen un parámetro de retroalimentación con�nua con su gente. Esta evaluación no es una forma fría y lejana del juicio, sino una información cálida y exigente de mayor congruencia y eficacia sobre sus seguidores, es una permanente guía y formación de sus allegados, que son la fuerza y la prolongación del líder mismo.

El efecto Pigmalión tan difundido en nuestros días, enriquece este concepto que estamos analizando. No sólo el líder evalúa y forma, sino que �ene alta fe en su gente, les señala retos altos y exigencias excepcionales. El líder es un transformador de las personas que a su vez, serán líderes plenos de energía y llenos de poder personal con un fuerte espíritu de superación

III. Capacidad de compromiso. Ya mencionábamos que la credibilidad de estos líderes por parte de sus seguidores, descansa en la capacidad de arriesgar la propia vida por los ideales que profesan. Los grandes líderes parecen

La confianza es lo que hace posible que las organizaciones funcionen. La predic�bilidad y la confiabilidad es lo que vende los productos y man�ene a las organizaciones, es lo que man�ene funcionando y creciendo las economías de los países más allá de las explicaciones puramente económicas. Confiamos en la gente que es predic�ble, en los líderes que toman posturas claras y firmes; que son de una sola pieza y que se dan a conocer bajo múl�ples situaciones dentro de la congruencia que los iden�fica. Los líderes han escogido una dirección y se man�enen en ella. Todos saben el rumbo y saben a qué atenerse.

VI. Constructores de su propio des�no y fe en los demás. Bennis y Nanus refieren estas caracterís�cas a los líderes que entrevistaron en su inves�gación. El liderazgo es ante todo un asunto humano. El líder es un guía de hombres y mujeres concretos. Ante todo, es un constructor de sí mismo. Tiene fe en su propia capacidad de ser líder y en la visión que lo trasciende a pesar de sus debilidades y errores. El 90% del �empo de los altos ejecu�vos está dedicado a tratar con personas a las cuales respetan y en las que con�an, reconocen las fuerzas y compensan las debilidades propias y ajenas. Como diría Peter Druker, “Tienen la sabiduría de crear sus organizaciones sobre las habilidades y las fuerzas básicas de poner gran énfasis en el desarrollo personal y en el de su gente”. Tienen una al�sima confianza en que las cosas van a salir bien y ante los errores conservan la fe y los toman como oportunidades de aprender y fortalecerse, aceptan a la gente tal como es y sobre sus fuerzas construyen.

Plantean los problemas en términos del presente y del futuro más que del pasado, no se lamentan de las fallas sino que fijan su atención en el futuro.

Tratan a la gente que los rodea con la cortesía que dispensan a los extraños sin que se desgaste el respeto a través del trato con�nuo. La confianza, el respeto y la visión de reto es lo que man�ene la relación sinérgica del líder con sus seguidores.

VII. La capacidad de acumular, generar y canalizar poder. El poder es a las ciencias sociales lo que la energía a las ciencias �sicas. Sin poder, los mejores proyectos quedan en los escritorios de los ejecu�vos y las mejores ideas se marchitan. El líder es el hombre que �ene la sabiduría para manejar el poder, que es su arma, su instrumento, la fuerza que derriba obstáculos y que transforma desiertos. El poder mueve montañas.

El líder sabe atraer el poder y la fuerza. Sabe aglu�nar las fuerzas de arriba abajo, así como atraer la colaboración de los colegas. El poder es el apoyo esencial para conseguir la visión. Desde el poder personal que ha descrito Carl Rogers hasta el poder social y polí�co. El poder es el elemento esencial de las organizaciones humanas, en las familias, en la vida sexual y ocupacional, en los pueblos y en las naciones.

El poder es el elemento más necesario que paradójicamente puede ser construc�vo o destruc�vo, ya que puede matar, controlar o deprimir, pero también, liberar, organizar, administrar y unir.

La visión del líder y sus valores orientan el poder hacia los cambios sociales y organizacionales construc�vos. Es lo que llaman los europeos, “habilidad sociopolí�ca” que debe tener todo ejecu�vo. Los líderes que necesita nuestro mundo de hoy deberán tener estas caracterís�cas que hemos analizado. Necesitamos hombres y mujeres con visiones poderosas que nos permitan encontrar una nueva era de paz y progreso sustentable. Los necesitamos en todas las ins�tuciones grandes y pequeñas, los necesitamos en las gerencias y jefaturas, en clubs y en escuelas, en los talleres y en los comercios. Hombres y mujeres para grandes masas y para pequeños grupos. Necesitamos formar a esos hombres y mujeres para que ayuden a crear el puente hacia el futuro. Los griegos, padres de nuestra civilización occidental, ponían gran énfasis en formar a sus líderes futuros. La formación de hombres y mujeres que se comprome�eran en el arte y en la guerra, en la paz y en el deporte a buscar la armonía y la belleza; la excelencia diríamos ahora, donde los valores trascendentes enriquecieran la materia, donde los hombres y las mujeres encontrarán la perfección más allá de la vida co�diana; donde el esfuerzo y el sacrificio encuentren sen�do, en el compromiso y la entrega a la nueva visión del hombre, del mundo y de la vida, esta es la visión que urge para nuestro mundo de hoy.

Sobre el autor: consultor de empresas, conferencista, escritor de entre otros libros de: “Planeación de vida y carrera”, “Liderazgo; capacidades para dirigir” y “líderes y educadores”.