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breve informe monografico de la botanica sistematica en el peru.
Tipo: Apuntes
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CUSCO – PERU 2020
expedición en el tom. 3 de la Relación histórica del viaje a la América meridional. Dignos de atención son sus datos sobre el clima de la costa, aunque incurre en errores en su intento de explicar estos fenómenos. Sin importancia para la ciencia han sido 2 viajes posteriores, que realizaron ambos hombres de ciencia entre Quito y Lima. Ha sido Jussieu quien indujo a investigaciones en el campo de las ciencias naturales al peruano Gabriel Moreno , v éste a su vez a Hipólito Unanue.
El final del siglo XVIII dio mucho impulso a la investigación botánica del Perú, inclusive podemos decir que significa propiamente su comienzo. Los más antiguos historiadores de la naturaleza se habían ocupado exclusivamente de aquellas plantas, que crecen en las costas o despertaban el interés por sus cualidades útiles, y las colecciones de Jussieu traídas del interior se habían perdido casi por completo. Pero ahora, debido a la actividad valiosa de los españoles Ruiz y Pavón y apoyados por el francés Dombey , se obtuvo una representación amplia de la flora peruana. El Rey Carlos III de España, aquel propulsor celoso de expediciones científicas, resolvió enviar una expedición científica a Chile y al Perú, encargando al botánico Ortega escoger hombres adecuados entre sus alumnos. Ortega señaló a Hipólito Ruiz (nacido el 8 de Agosto de 1754 en Baldorado en la Castilla vieja, muerto 1815 en Madrid) y José Pavón. Ambos partieron de España. el 4 de Noviembre de 1777, acompañados por el médico y botánico francés Joseph Dombey , a quien su gobierno había enviado con el cargo de buscar plantas peruanas aptas para la aclimatación en Europa. Los tres botánicos desembarcaron en el Callao, el 8 de Abril de 1778, esto es un poco antes del tiempo en que aparece en la costa peruana la vegetación de las lomas. De esta suerte comenzaban su trabajo en la región de la costa, en las provincias de Lima y Chancay, cuya flora formó el contenido de la primera colección que fué enviada a Europa. Luego pasaron al lado Este de los Andes e investigaron la región de Tarma y Jauja, separándose a menudo por un tiempo para tomar distintos rumbos. Trajeron a Lima un material abundante. La meta de su próximo viaje fue Huanuco, el punto de partida para largas expediciones a la región del río Huallaga, en su recorrido superior, hasta las apartadas aldeas de Chinchao y Cuchero. Regresando a la costa emplearon otros dos meses para una segunda excursión a la provincia de Chancay; esta vez quedó Dombev en Lima. Luego emprendieron los tres juntos una expedición a Chile que duró dos años. Todas las colecciones científicas que trajeron de allí a Lima y todo el material obtenido en Tarma, Huánuco y en su segunda estada en la provincia de Chancay se perdió en la costa de Portugal cuando naufragó el buque (febrero de 1786). Sin embargo, Dombey que abandonó el Perú en 1784 llevó por lo menos los duplicados a España. Ruiz y Pavón habían visitado entre tanto por segunda vez la provincia de Huánuco, coleccionando tres meses en el Pozuzo y sobre el río Huancabamba, utilizando al fin como campamento la hacienda Macora, situada cerca de la ciudad de Huánuco, durante dos meses, acompañados por sus alumnos,
Tallada el botánico y Pulgar el dibujante. Más un incendio destruyó sus colecciones, manuscritos y dibujos, en agosto de 1785. Muy afectados por esta desgracia recuperaron sin embargo pronto su ánimo para comenzar de nuevo su trabajo. Realizaron dos grandes viajes más desde Huánuco, la primera a Muña, y la segunda, en 1787, a Pillao y Chacahuassi. Con estos terminaron las expediciones peruanas. Ruiz y Pavón se embarcaron en el Callao, el primero de abril de 1788 y llegaron a España en Setiembre. Su actividad común continuó ahora en la reunión y la publicación de los resultados de su trabajo. En 1794 se publicó un tomo en folio bajo el título "Florae peruvianae et chilensis prodromus", que contenía las nuevas especies, sus descripciones con grabados de sus flores y frutos así como de sus partes. En 1798 a 1802 aparecieron los tres tomos en folio de la "Florae peruviana et chilensis"; contiene esta obra una descripción de las nuevas especies junto con algunas ya conocidas ordenadas según el sistema de Linné y 325 láminas con grabados; las descripciones de las especies con~ tienen también datos sobre las regiones climáticas, las condiciones de sus lugares, de los tiempos de flor, los nombres vulgares y pro~ piedades útiles. La Biblioteca de Kew posee 100 láminas inéditas, aparecen citadas en el índice bajo los números 326 a 425 y son consideradas como pertenecientes al tomo IV. Fue publicado, en 1798, inmediatamente después de la aparición del primer tomo de la Flora un libro pequeño en octavo, el tomo 1 del "sistema vegetabilium Flora e peruvianae et chilensis", los autores lo llaman un compendio, con el objeto de resumir el contenido del prodromus y de la flora, brevemente y sin material gráfico. La primera parte de este tomo contiene las especies nuevas y conocidas deficientemente hasta ahora, junto con sus clases; la segunda parte las clases de las especies bien conocidas hasta la cuarta clase de Linné inclusive. Las citas en "sistema" indican que los auto~ res intentaron publicar en total 8 tomos para la flora. Ambas obras quedaron incompletas. Se deberá principalmente a los costos considerables y a las guerras de aquel tiempo, que Ruiz y Pavón podían publicar solamente en parte los ricos resultados de sus viajes de once años. Desde luego sus investigaciones no se extendieron sobre todo el Perú, sino consideraron principalmente la parte central, las vertientes orientales entre los grados 9 y 12 de latitud sur, las regiones altas de los Andes, sobre cuya flora llegamos a saber solamente poco, en la región de Cerro de Pasco, los vertientes occidentales y la costa en las regiones de Obrajillo, Canta, Chancay y Lima. Ruiz y Pavón, ya de regreso en España, recibían de su alumno Juan Tafalla todavía algunos envíos de plantas de otras regiones del Perú, especialmente de Atiquipa, provincia de Camaná, en la costa sur. A pesar de no ser completas las obras de los dos botánicos españoles constituyen uno de los fundamentos más valiosos para la investigación botánica de los Andes del Perú y de Chile. Muchas plantas, coleccionadas por Ruiz y Pavón, pero no descritos, fueron utilizadas más tarde en las obras monográficas de otros investigadores. La colección de Ruiz está representada ante todo en el Jardín botánico de Madrid, en el British Museum de Londres y el Museo Botánico de Berlín; La colección de Pavón en el Museo de Florencia, en el Herbar BoissierBarbey de Ginebra, etc. Dombey, al llegar a España, tuvo que entregar la mitad de sus colecciones al gobierno español para compensar las pérdidas sufridas por Ruiz y Pavón. Además tuvo que obligarse a no publicar nada sobre la expedición antes del regreso de sus compañeros de viaje.
Huancabamba y a su parte baja, al Chamaya, llegaron al Marañón y bajaron sobre él en balsas hasta las cataratas de Rentema (377,50 m.) El objeto principal de este viaje consistió en determinar en Tomependa ( 403m) la diferencia de longitud entre Quito y la desembocadura del Chinchipe en el Marañón, confirmando de este modo una conservación antigua de Condamine. De aquí regresaron a la sierra, pasaron por Jaén para dirigirse al valle del Río Chota y a la Hacienda Montán, Micuipampa (llamada ahora Hualgayoc) y Cajamarca. Bajaron sobre Magdalena y Contumazá a la ciudad de Trujillo; viajando de aquí por tierra a Lima. Humboldt tuvo la suerte de observar el paso del mercurio, en el Callao, el 9 de noviembre, consiguiendo así por lo menos el objeto principal de su viaje peruano. Humboldt y Bonpland abandonaron el Perú, a fines de diciembre de 1802, para dirigirse al puerto mexicano de Acapulco, haciendo escala en Guayaquil. Resulta que Humboldt conoció solamente la parte norte de los Andes peruanos, donde, por la poca altura de la sierra, la vegetación no alcanza la rica variación como en el sur. Sus impresiones que recibía allá lo inspiraron para una descripción magnífica, "Das Hochland van Caxamarca" (La sierra de Caxamarca) como se titula un capítulo en su obra "Ansichten der Natur" (Panoramas de la naturaleza). Humboldt relacionó el clima fresco de la costa, que se intentaba explicar entonces de la cercanía de la Cordillera nevada, con la baja temperatura del agua del mar que hasta ahora había escapado a la observación. Humboldt dice a este respecto: "Como me extrañé al descubrir que la temperatura del mar importó en latitudes, donde alcanza fuera de las corrientes 26 a 28,5°, en Trujillo, a fines de setiembre 16,0°, en el Callao, a comienzo de noviembre 15,5°. La temperatura del aire alcanzó en la primera época 17,8° y en la segunda 22,7°, esto es, resulta por lo más caliente que el Océano en la corriente (lo que es muy importante de notar). De allí resultó, que el aire no podía haber enfriado el mar; y todavía sin tener conocimiento del clima de Lima o de la época en que domina la garúa, esto es, en la cual el sol estaba cubierto por una capa de neblina, ofreciendo durante meses un disco a semejanza de la luna bien limitado y de color rojo amarillo, opiné ya en Trujillo, al aproximarme por primera vez a la costa, que la corriente peruana es una corriente polar, opinión confirmada desde entonces por muchos navegantes; pensé que esta corriente va de altas latitudes a bajas, siguiendo en dirección NO a las divisiones principales de la costa, y que la gran templanza del clima de la costa del Perú, inclusive se podría decir el frío sensible que se siente en medio de la zona tropical y a unos pocos pies sobre el nivel del mar, en el llamado desierto del bajo Perú, tiene su causa en el poco calor del mar y del efecto interrumpido de los rayos del sol durante la garúa (la neblina que cubre durante tres o cuatro meses el cielo). Es sabido por nuevas investigaciones, que la corriente peruana o de Humboldt contribuye solamente muy poco al enfriamiento de las aguas de la costa. Humboldt observó en el Ecuador la grandiosa graduación de la vegetación desde la ubérrima selva tropical hasta la nieve eterna de la cumbre del Chimborazo. Allí ha sido donde recibió las más fecundas inspiraciones para sus obras sobre geografía botánica, y lo que llegamos a saber de sus "Ideen zueiner Geographie der Pflanzen nebst einem Naturgemaelde der Tropenlaender". Tübingen 1807, (ideas para una geografía de las plantas con un cuadro de la naturaleza de los países tropicales) y de "De distributione geográfica plantarum secundum coeli temperiem et altitudinem Montium, prolegomena", París 1817, de la distribución de la vegetación andina del Ecuador, vale en los puntos
principales también para muchas regiones del oriente del Perú. El material botánico, coleccionado en común por Humboldt y Bonpland, fue descrito en un gran número de tomos en folio y enriquecidos con bellas láminas. Humboldt dejó estos trabajos sistemáticos a otros investigadores. Bonpland publicó las "plantas équinoxiales" ( 2 tomos fol. con 140 cobres), París 1806 a 23, y la "Monographie de Melastome et autres genles de meme ordre" (2 tm. en folio con 120 cobres coloridos, París 1806 a 23). Hooker , las "Plantae cryptogamicae (London 1816). Kanth editó la obra principal, que había comenzado Willdenow , la "Nova genera et species plantarum" (7 tomos en folio con 700 cobres, París 1815-25), además los "Mimoses et dutres plantes légumineuses du nouveau continent" (tomo en folio con 60 cobres, París 1819 a 24), luego un resumen y complemento de las obras mencionadas, los cuatro tomos en octavo de la "Synopsis plantarum quas in itinere ad plagam aequinoctialem orbis novi collegerunt A. de Humboldt et A. Bonpland" (Estrasburgo y Paris 1822 a 26) y al fin la "Revision des graminées publiées dans les Nova genera et especies plantarum" 2 tomos en folio con 100 cobres, París 1826 a 34). Humboldt escribió como introducción de Jos "Nova genera" el ensayo ya mencionado y publicado también separadamente "De distributione geographica plantarum, etc.". Kunth publicó al final de la "Nova genera" y de la "Synopsis" índices de la flora de las diversas zonas. Las plantas peruanas se distribuyen en dos capítulos, la "Flora quitensis" y la "Flora an~ dium peruvianorum ab oppido Caxamarcae usque ad littora aceani pacifici". La colección principal de Humboldt y de Bonpland se encuentra en el Museo de París, los duplicados adquirió el Museo botánico de Berlín William Jameson , El autor inglés de la "Synopsis Plantarum Aequatoriensium" ( tom. Quito 1865), que residió en Quito, de 1826 a 1870, desempeñando el puesto de catedrático de química y botánica en la Universidad de dicha villa, estuvo en Lima entre 1820 y 22. En los Museos se encuentran muchas plantas peruanas coleccionadas por Jameson. Duperrey , Entre 1822 y 1825, dirigió un viaje alrededor del mundo con fines científicos sobre la corveta "Coquille", enviado por el gobierno francés, tocó la costa del Perú, llevando de aquí a su patria una colección de objetos pertenecientes al campo de las Ciencias Naturales. Pentland exploró como geólogo y botánico Bolivia y el sur del Perú, especialmente la meseta del lago Titicaca, entre 1826 y 1828, regresó luego a Europa, volviendo a residir en Bolivia como cónsul británico, de 1836 a 1839. Eduard Friederich Poeppig (nació el 16 de julio de 1798 en Plauen, Sajonia, muerto el 4 de setiembre de 1868 en Wahren cerca de Leipzig), estudió medicina y ciencias naturales en la Universidad de Leipzig, graduándose allí de doctor. Amplió sus conocimientos botánicos por viajes a través de algunos países de Europa. Su deseo de conocer regiones poco conocidas, especialmente las zonas tropicales, se realizó en 1822. Su primera meta fue la ciudad de Habana. Se trasladó de Cuba a los Estados Unidos, en
1834-47; de los nueve tomos los tres primeros contienen la descripción del viaje, mientras que el sétimo está dedicado a los Kryptogameas y palmeras. El Museo de ciencias naturales de París tiene las colecciones de D'Orbigny, los duplicados el herbario De Candolles. Hugh Cuming inglés, visitó fugazmente la costa peruana, en 1831, coleccionando, además de objetos zoológicos, también plantas. Charles Gaudichaud Beaupré permaneció sólo por corto tiempo en el Perú, durante sus tres grandes viajes de exploración, limitándose a la región de la costa. Coleccionó en la región del Callao, entre 1831 a 1832. N o pudo realizar su proyecto de explorar el interior del país y de conocer ante todo las especies Chinchona, que tienen especialmente importancia para la medicina. Gaudichaud volvió al Callao y a Paita, en julio de 1836. F. J. F. Meyen acompañó como médico y naturalista una expedición de fines comerciales enviada a América del sur y a la China por la real Seehandlung de Prusia, en los años de 1830-32. Llegado a Valparaíso en el buque velero "Princesa Luisa" que estaba bajo el mando del capitán Wendt, se detuvo dos meses en Chile, siguiendo luego viaje con rumbo al Perú. El 26 de marzo de 1831, Meyen desembarcó en el puerto de Arica, que perteneció entonces al Perú. Aquí tuvo ocasión de hacer una excursión a la región Andina. Meyen se dirigió a la sierra desde Tacna y Hegó, cruzando el Paso de Guatillas, a las aldeas de Tacora, Pisacoma y Chucuito, y de aquí hasta Puno y el Lago Titicaca. Y a el día siguiente regresó a la costa, tomando el camino que conduce sobre el Paso de Altos de Toledo a Arequipa. Meyen intentó en Arequipa la ascensión del Misti, pero, debilitado por el soroche tuvo que volver después de haber llegado casi hasta la cumbre. Su viaje terminó en el puerto de Islay, donde había anclado la "Princesa Luisa", el 23 de abril. El próximo destino fue el puerto del Ca11ao y la capital Lima. Desde aquí no pudo emprender un viaje a la Cordillera, aunque permaneció en Lima tres semanas y las excursiones botánicas se limitaron a los alrededores de la ciudad. Meyen abandonó el Perú, el 21 de mayo. Publicó en dos tomos ("Reise um die Erde", Berlín 1834 y 1835) "Viaje alrededor del mundo", muchas observaciones referentes a la población de los países visitados, a la zoología, botánica, geología, mineralogía y condiciones climáticas. Describe en esta información de viaje al~ gunas de las plantas coleccionadas en el camino, es verdad con diagnósticos muy cortos. Meyen prestó gran interés en sus trabajos botánicos también a problemas de la geografía botánica, obteniendo de esta suerte el material para su libro valioso "Grundriss der Pflanzengeographie" (Fundamento de la geografía de las plantas), Berlín 1836, en que se refiere con mucha frecuencia a la vegetación de los Andes peruanos. Andrew Mathews , inglés de profesión jardinero, coleccionó en Chile y en el Perú. En 1833 había comenzado ya hace mucho tiempo su actividad botánica en el Perú, pues en este tiempo regreso de un viaje que había comprendido las regiones de Cerro de Paseo, Huánuco, Huarás, Tarma, Jauja y Huancayo. Después se dirigió al va11e de Pariahuanca, que conduce al Apurímac y luego al Pangoa, un río al este de Jauja y a la base
oriental de los Andes. Estallaron entonces perturbaciones políticas en Ayacucho que lo obligaron a cambiar su ruta. Se encontró en Lima en agosto de 1833 y de noviembre 1833 hasta abril de 1934 en Casapi, una aldea más abajo de Huánuco, en las proximidades del río Hua11aga, en la región donde Ruiz y Pavón obtuvieron la parte más interesante de su colección. De aquí siguió al río Huallaga abajo, cruzó en parte la selva a pie y llegó a Juana del Río, que hoy se llama Tingo María, en abril de 1834. Aquí se reúne el río Huallaga con el Río Monzón, que desemboca en su ribera izquierda, siendo navegable ahora para canoas. Luego llegó a Juan Guerra, situado sobre el Río Mayo, a poca distancia de su unión con el Río Huallaga y a la ciudad de Tarapoto. Después de haber permanecido dos meses en Moyobamba y Chachapoyas, regresó a la costa, llegando a Lima, en noviembre de 1934, pasando por Trujillo. Estos viajes pesados afectaron al fin su salud. Cayó enfermo de una grave terciana, que le obligó a cuidar la cama, durante 4 meses. En julio de 1839 abandonó Lima para dirigirse al norte y para investigar en Chachapoyas y Moyobamba. Pero Mathews no estaba curado; los ataques de la fiebre y del reumatismo se repetían, obligándolo a menudo a estar inactivo durante meses. Mathews murió en Chachapoyas a consecuencia de su enfermedad, el 24 de noviembre de 1841. Su colección, la más rica desde la de Ruiz y Pavón, comprende alrededor de 10,000 números. En sus etiquetas están mencionados especialmente frecuente, además de Chachapoyas, Purrochuco, Huamantanga y Obrajillo, tres aldeas situadas en las vertientes occidentales de los Andes, en el camino de Lima a Cerro de Paseo. Se conserva sus plantas en Kew y numerosos duplicados llegaron a otros Museos. Muchos botánicos aprovecharon su colección en diversas monografías, y aún en nuestros días no está concluida aún la elaboración de tan abundante material. En el viaje alrededor del mundo, que se realizó bajo el mando del capitán Fitzroy en el buque inglés "Beagle", Charles Darwin hizo observaciones importantes sobre las condiciones geológicas de la costa peruana, en 1835. El suizo J. J. von Tschudi estuvo en la costa de Perú, entre lea y Huacho, y además en el valle superior del Rímac, en Cerro de Paseo y en el alto Huallaga, entre 1838 y 1842 y volvió al Perú en 1858. Dedicó sus estudios predominantemente a la zoología y antropología; sin embargo sus "Untersuchungen über die Fauna pe~ ruana" (Investigaciones sobre la fauna peruana). St. Gallen 1844- 46 y "Perú, apuntes de viaje de los años 1938A2", 2 tom. St. Ga~ llen 1846, libro muy bien escrito, contiene descripciones muy precisas sobre el clima y la vegetación. M. Claude Gay , nacido en Francia, había elegido como objeto de sus estudio.· la exploración geográfica de Chile, y en el campo de las ciencias naturales especialmente la de sus condiciones botánicas, dedicándose a ésta en los años de 1828 a 1832 y 1834 a
provincia de Caraba ya), en el Cuzco; bajó al valle del Urubamba hasta Echarate y Cocabambilla, estando también en Arequipa. Durante su estada en esta ciudad logró ascender hasta la cumbre y el cráter del Misti. Llegado al Callao y Lima desde lslay, en 1847, regresó el mes siguiente a Francia. Weddel volvió a América en 1851 (abril), enviado para dirigir una expedición al río boliviano Tipuani, muy rico en oro. De Lima se dirigió a Arica, siguiendo camino sobre Tacna y Tacara a Bolivia, regresando de allí al Lago Titicaca, Arequipa y el puerto de Islay y de aquí regresó a Francia (octubre de 1851). Después de su primer viaje publicó Weddel una información sobre las condiciones generales de la vegetación de los países visitados bajo el título "Additions a la flore de I'Amérique du Sud. Introducción. (Annales des Sciences naturelles, tercer serie, tom. 13, París 1849, pág. 40 a 113). Su "Voyage dans le pord de la Bolivie et dans les parties voisines du Pérou" (París 1853), libro que trata de la segunda expedición, es sobre todo una descripción popular de viaje, pero contiene también algunas observaciones sobre la geografía botánica de dichos países. Weddel ocupa un sitio de honor entre los investigadores de Sudamérica por su "Histoire naturelle de Quinquinas" (París 1849) y en virtud de la obra "Chloris andina" (París 1855-57). La obra citada en primer lugar, un tomo en folio dedicado al estudio de los árboles "Cinchona", trata de las investigaciones anteriores sobre este tópico, sobre el modo de cómo se obtiene la corteza en los países andinos, la estructura anatómica y su empleo para la distinción de las clases, de la difusión geográfica y de la clasificación sistemática de la especie "Cinchona" y de especies emparentadas; el texto está acompañado de 30 láminas, un mapa de difusión y un cuadro de vegetación de la región Cinchona de la provincia peruana de Sandía. La parte sistemática fue completada más tarde por los "Notes sur les Quinquinas" (Ann. se. nat. 5 sér. tom. XI. pág. 346-363 y tom. XII, pág. 24~79, París 1869). El autor considera la "Chloris andina" como un ensayo de representar la región alpina de la Cordillera de Sudamérica, desde el punto de vista de su flora. Es verdad, no ha logrado delimitar aquellas zonas por cifras que indican las alturas. Además, consideró deliberadamente de vez en cuando la flora de alturas medianas. Le sirvieron como base en parte observaciones propias, que abarcaron los Andes de Bolivia y el sur del Perú y 10 grados de latitud, en parte las colecciones y obras de otros investigadores. El valor de la "Chloris andina" consiste ante todo en las descripciones amplias, los excelentes grabados y en el cuidado empleado para la indicación de las regiones altas y las condiciones de los lugares de hallazgo; representa una de las obras más :importantes en el campo de la botánica y de la geografía botánica sudamericanas. Por desgracia fueron considerados en ambos tomos solamente los dicotyles, menos los crucíferos. Un pequeño resumen de las especies Calamogrostis de la zona alta de los Andes se publicó en 1875 ("Les Calamagrostis des Hautes Andes" (Bulletin de la Societé Botaniques de France, tom. XXII, pág. 173~180). Las plantas coleccionadas por Weddel están en el Museo de Ciencias Naturales de París, estando representadas por duplicados en el herbario De Candolle. Castelnau llegó al Perú simultáneamente con los demás participantes de su expedición. Su viaje de Lima al valle del Urubamba, sobre Cerro de Paseo, Huancayo, Abancay y Cuzco, y su viaje sobre el Urubamba y Pcayali al Amazonas ( 1846) tuvo principalmente fines geográficos generales.
Antonio de Raimondi ocupa un sitio de honor entre aquellos hombres que perseguían en el país de los Incas fines científicos. La investigación de las condiciones naturales y de la geografía del Perú le llegó a ser el objeto de su vida, dedicándose durante 40 años indescansablemente a esta tarea. De nacimiento italiano parece haber obtenido su educación científica principalmente en Milán. Las obras de los viajeros famosos, las colecciones de los Museos de Ciencia Natural, las plantas exóticas en los jardines botánicos despertaron en el joven el deseo de conocer los países tropicales, especialmente los de América del Sur y de colaborar en la exploración de estas zonas. Meditando sobre la elección del destino de su viaje, se decidió por el Perú, país que reúne, en espacio pequeño, arenales desiertos, estepas, cumbres cubiertas de nieve eterna y la selva tropical exuberante. Raimondi desembarcó en el Callao, en 1850. Su actividad-al comienzo pensó dedicarse al estudio de este país durante diez años-abarcaba primeramente todas las ramas de la ciencia natural, incluyendo más tarde también la geografía y etnología. Hasta nuestros días ningún hombre de la ciencia conoce el Perú tan profundamente como Raimondi lo ha llegado a conocer. Recorrió todo el país, desde 1851 a 1869. Obtuvo de este modo el material para la confección de su "mapa del Perú", mapa, publicado sucesivamente en unas 30 hojas. De su obra "El Perú", proyectada como obra monumental, pudo publicar solamente los tres primeros tomos (Lima 1874-1879). Con~ tiene dicha obra la historia de la exploración como también un resumen de sus propios viajes. Después de su muerte, la Sociedad Geográfica publicó otro tomo (Lima 1902), que trata ante todo de los minerales y piedras, conteniendo además algunos ensayos pequeños. La botánica ha sido el campo predilecto de Raimondi. Por desgracia se conoce solamente una muy pequeña parte de sus trabajos en este terreno. Para los estudiantes a los cuales introdujo en las ciencias naturales como profesor en la Universidad de Lima escribió sus "Elementos de botánica" (Lima 1857); al final de este trabajo ofrece un resumen de la división de la geografía botánica del Perú. Además encuéntrense datos botánicos en los "Apuntes sobre la provincia litoral de Loreto" (Lima 1862). El Museo Raimondi conserva aproximadamente 300 dibujos polícromos de plantas junto con sus colecciones naturales y etnográficas. Estas se componen de plantas de herbario, cuyo número se calcula en 20,000, maderas, cortezas, frutos, semillas, resinas, etc. Raimondi murió en San Pedro cerca de Pacasmayo, el 26 de octubre de 1890, sinceramente deplorado por los hijos del país que le llegó a ser una segunda patria y al cual prestó servicios tan importantes. Hasskarl , encargado por el gobierno de Holanda a llevar árboles de Cinchona de los Andes sudamericanos a Java, recorrió en los años de 1853 y 1854 primero los valles de los ríos Vitoc, Monobamba y Uchubamba, que pertenecen a la región del Chanchamayo y que están situados entre los grados de latitud sur 11° y 11" 40°, más tarde la zona de Sandía. Después de repetidos fracasos realizó al fin su difícil tarea. Entre las especies de
Ricardo Pearce y Gustav Wallis , inglés y alemán respectivamente, buscaban en el Perú ante todo plantas decorativas para jardines europeos. El primero permaneció en diversos países de la América tropical durante 8 o 9 años, muriendo en Panamá, en 1868. El último visitó el Amazonas y el bajo Huallaga, tanto como las regiones de Moyobamba, Chachapoyas y Jaén, en 1865 y 1866. Luego se trasladó al Ecuador. Wawra tomó parte en una expedición del buque austriaco "Donau", coleccionando en el Perú, en 1870. Wilhelm Reiss y Alphons Stübel geólogos alemanes, llegaron a Lima sobre Paita, en 1874, después de haber estudiado durante seis años los volcanes de Colombia y del Ecuador, dedicándose primero a la investigación del cementerio de Ancón. En 1875 cruzaron los Andes del norte del Perú en la ruta Pacasmayo-Cajamarca-Celendín- Chachapoyas-Moyobamba-Tarapoto, bajando el Huallaga y el Amazonas hasta Pará. Después de que los dos viajeros habían tocado diversos puntos de la costa del Brasil y habían llegado hasta Río de Janeiro, Reiss se vió obligado a regresar a Europa por razones de salud. Stübel, en cambio, se dirigió al sur del Brasil, las provincias de La Plata, cruzó los Andes para llegar a Chile. A fines de 1876, partió de Tacna, dirigiéndose sobre Tacara a los Andes de La Paz, y a comienzo de 1877 alcanzó otra vez la costa del Pacífico, pasando por Puno y Arequipa. Todavía en el mismo año regresó a Alemania. Una pequeña colección de plantas de Stübel se encuentra en el Museo botánico de Berlín. Su elaboración se ha realizado tan solo en parte (véase Hieronymus, Plantae Stuebelianae, etc. en Englers Botanischen Jahrbüchern, tom. 21 (1896), pág. 306 a 378; además Hedwigia tom. 45 (1906), pág. 215-238, tom. 46 (1906~07), pág. 322-364, tom. 47 (1908), pág. 215-224. Edouard André botánico francés, contribuyó algunos pequeños trabajos a la exploración botánica del norte del Perú y de la región de Lima, después de haber realizado sus conocidos viajes en Colombia y el Ecuador. Charles Wiener recorrió el país en los años 1875 y 1876, obteniendo el material para su famosa obra "Pérou et Bolivie" (París 1880) dedicado principal pero no exclusivamente a la arqueología. A. Werthemann (1876-1879) se ganó méritos por la exploración de los ríos del oriente. Constantin von Jelski coleccionó en el norte del Perú en la región de Chota y Cutervo, en 1878 y 1879. Su colección llegó a Lemberg en posesión del profesor Von Szyszylowicz, algo de ésta también a los Museos de Berlín y Viena; elaboraciones están publicadas en el tomo VII ( 1892) de los Anales del Hofmuseum de Ciencias Naturales de Viena (géneros de diversas familias por Zahlbruckner); en Oiss. Cl. Math.-Phys. Acad. litt. Cracow. 29, 1884 (géneros de diversas familias por Szyslowicz) y en Engler' s J ahrbüchern, tom. 36, 1905 ( Composites de Hieronymus).
John Ball (nacido el 20 de agosto de 1818 en Lublin, Escocia; muerto el 21 de octubre en Londres) visitó el Perú en abril de 1882 y coleccionó en el puerto de Paita durante su estada de dos horas las pocas plantas del arenal y luego en el valle del Rímac a lo largo de ferrocarril Lima-Oroya, desde Matucana hasta Casapalca. Sobre los doce géneros encontrados cerca de Paita informa en sus "Notes on the Botany of Western South America" (Journal of the Linnean Society, vol. XXII, 1886, pág. 137-168. Al Perú se refieren solamente las páginas 148-158). Otro trabajo es de mayor importancia, pues aquél que trata de la excursión al valle del Rímac: "Contributions to the Flora of the Peruvian with Remarks on the History and Origin of the Andean Flora" (Journal of the Linnean Society, vol. XXII, 1885, pág. 1-64. Este trabajo nos proporciona por primera vez una visión clara de la distribución vegetal en las laderas occidentales de los Andes peruanos; luego, el autor explica la composición y el origen de la flora andina, ofreciendo al fin un índice de las 224 especies de su colección, entre las cuales 18 se describen como nuevas. El herbario de Kew posee las plantas peruanas de Ball y el Museo botánico de Berlín un número de duplicados. Exploraciones geográficas generales, a las cuales Alfred Hettner se dedicó durante un año y medio (de junio de 1888 hasta enero de 1890) contribuyeron valerosamente al conocimiento de la complicada estructura de la sierra del sur del Perú. Después de corta permanencia en Lima, durante la cual realizó también una excursión en el ferrocarril de Oroya, el geógrafo alemán se dirigió a la meseta del Titicaca, pasando por Moliendo y Arequipa; más tarde al Cuzco; al valle del Urubamba en la región de Santa Ana; a los valles de los ríos Yanatile, Marcapata y Paucartambo y de aquí volvió a la costa, al puerto de Chala, pasando por Abancay y Coracora. De Chala alcanzó otra vez Arequipa, pasando por Chuquibamba y cruzando los valles de varios ríos de la costa. En la ruta ascendió al Sarasara ( 5,000 m.) y cerca de Arequipa al Chachani (más ·de 6.000m.) Hettner volvió a visitar la ciudad de Cuzco, tomando ahora otra ruta, pues pasando por Cilloma, Santo Tomás, Colquemarca y Ccapi. Terminó su viaje peruano con una excursión al puerto de Arica sobre la meseta del Titicaca, Moquegua y Tacna. Informaciones sobre este viaje existen en los tomos XV, XVI y XVII de las sesiones de la Sociedad Geográfica de Berlín (1888, 1889 y 1890). El trabajo de Hettner "Regenverteilung, Pflanzendecke und Besiedlung der tropischen Anden (La distribución de la lluvia, la vegetación y la población de los Andes tropicales), Berlín 1893 (Homenaje a Richthofen) ofrece una visión corta y clara de las condiciones de la vegetación. La exploración botánica del Perú sufrió entonces una interrupción, tomando nuevos impulsos tan solo en el siglo XX. Ernst Ule , uno de los investigadores más conocidos de la flora brasilera, coleccionó en las faldas orientales de los Andes del norte del Perú, cerca de Yurimaguas y especialmente en los alrededores de Tarapoto, desde agosto de 1902 hasta abril de 1903. Su trabajo "Die Pflanzenformationen des Amazonasgebietes 11" (Las formaciones vegetales de la regióun amazónica 11) en Engler's Botanische Jahr hücher, tom. 40, pág. 398-443, con 3 láminas, Leipzig 1908 trata de las condiciones vegetales generales de esta
otra fastuosa, pródiga, exuberante naturaleza que crecía en la vertiente oriental de los Andes. Weberbauer realizó también numerosas excursiones a la Amazonía, habiendo llegado a Chachapoyas, Tarapoto, Yurimaguas e Iquitos. Estando en Huancabamba sufrió un ataque de malaria que lo puso al borde de la muerte. Ya en 1925, Weberbauer prácticamente había logrado levantar el Mapa Fitogeográfico del Perú. Vale decir que ubicó en cada centímetro del vasto, complejo, diverso, territorio del Perú, la especie botánica que allí crecía. Por eso sobre esta gesta científica Basadre escribió: “Su paciencia de hormiga llevó a Weberbauer a construir fragmento por fragmento, una obra de gigante”. Los estudios que hizo para dictar clases de Fitogeografía en Breslau le indujeron a visitar los andes peruanos. La Real Academia Prusiana de Ciencias cubrió parte de sus gastos y la universidad a la que pertenecía le dio licencia por cuatro años para hacer uso de la beca que le había conseguido su maestro, el famoso botánico Adolfo Engler. Llega al Callao el 11 de Noviembre de 1901. Viajó primero por los alrededores de Lima, ciudad donde trabajó después varias veces en las vertientes occidentales de los Andes. Se incorporó a una expedición enviada por el Gobierno a Sandia de marzo a julio de 1902 y así tomo contacto con esa zona y con las de Puno y Arequipa. Recorrió luego La Oroya, Tarma, La Merced y los lugares aledaños. Pasó a los departamentos de Ancash y Huánuco y después de visitar las cordilleras Blanca y Negra, se traslada al Oriente por el valle del Marañón. Más tarde trabajó nuevamente en la ruta Lima La Oroya para visitar la zona alto-andina y continuó luego por el norte peruano. Era abril de 1904 y aquella zona estaba azotada por la peste bubónica. El valle de Chicama y parte de Cajamarca también fueron estudiados por el sabio alemán. A estos lugares le siguieron Chachapoyas, Moyobamba, Iquitos, Yurimaguas y Tarapoto. Retorna a Lima y nuevamente emprende viaje, pero esta vez hacia el sur, Cusco, la ciudad imperial. En septiembre de 1905 regresaba a su patria para proseguir otra etapa de sus investigaciones. Se dedica entonces, a la descripción técnica de cada una de las plantas integrantes de su valioso herbario que pasó a formar parte del Museo Botánico de Berlín. En Alemania editó estudios anatómicos y biológicos sobre la vegetación andina. Al año siguiente, 1906, publica una contribución sobre el clima y la distribución de las plantas en los Andes peruanos, basándose en los trabajos del botánico Alfred Hettner. En la primavera de 1908, Weberbauer retorna al Perú. Es contratado por el Gobierno como Director del Parque Zoológico y Botánico de Lima. Dos años después obtuvo una licencia y continuó viajando por los departamentos de Ica, Huancavelica, Ayacucho y
Junín, para analizar la flora de estos lugares. Su colección tenía 5,200 números de campo, material suficiente para publicar la monumental obra “El Mundo Vegetal de los Andes Peruanos”, editada en 1911 en Leipzig, en versión alemana. En 1912 examinó en la Costa y en las vertientes occidentales de los Andes, la transición que se realiza entre los tipos de vegetación peruana y ecuatoriana y exploró la vegetación xerofítica del Marañón. Así pasó por Paita, Piura, Chulucanas, Morropón, Jaén, Bellavista, Ayabaca y otros lugares. Al año siguiente, el Gobierno le otorgó una subvención destinada a explorar tres regiones: la del bajo Mantaro (Huancayo), la del Pangoa y la de Huánuco. PROFESOR Durante 1914 recorrió los departamentos de Arequipa, Cusco y La Libertad. Al estallar la Primera Guerra Mundial tuvo que soportar situaciones muy difíciles, pues fue removido de su cargo. Empieza entonces a dibujar su Mapa fitogeográfico de los Andes peruanos y, con sus pequeños ahorros, el mismo se financia sus expediciones siguientes a Lambayeque, Huancabamba (zona donde contrajo La Malaria), Luya, Lamud y Cutervo. En 1916 la situación económica empeoró, de tal suerte a que tuvo que emplearse como explorador minero en la compañía Wolfram, que operaba en Pasto Bueno, Pallasca. En 1920, la empresa quebró y Weberbauer tuvo que regresar a Lima. Ese mismo año se incorpora a una expedición universitaria sueco peruana que investiga la zona del Perené y del Bajo Pangoa. En 1921 de nuevo retorna a la carrera docente pues lo nombran profesor del Instituto Lima, plantel secundario (que al año siguiente cambió por el Colegio Alemán) y trabaja también como Catedrático de Botánica Farmacéutica en la Facultad de Ciencias de la Universidad de San Marcos. Con su propio peculio publicó al año siguiente, su Mapa fitogeográfico de los Andes peruanos. Paralelamente, opta el grado de doctor presentando un trabajo sobre las relaciones entre la estructura anatómica de las hojas y la altura sobre el nivel del mar. VACIO En 1925 siendo catedrático de Botánica Sistemática celebra un convenio con el Field Museum of Natural History de Chicago, para coleccionar plantas y recorrer durante dos años más la Costa y la Sierra peruanas. En 1928 viaja a Bolivia y Argentina por gentil invitación del médico Esteban Campodónico. En 1929 viaja por seis meses a Alemania para consultar la bibliografía del Museo Botánico de Berlín y que era inhallable en Lima. Regresa al Perú en 1930. Dos años después, el Gobierno lo nombra Botánico. Adscrito de la Estación Experimental Agrícola de La Molina. En 1946 realiza su última exploración a las Lomas de Chala, pero ya su salud se encuentra resentida. En 1947, se le concede la Orden del Sol en el Grado de Comendador y el 16 de Enero de 1948 expira, dejando un profundo vacío en la cátedra y en la ciencia.