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Orden y progreso las palabras que figuran en la bandera de Brasil republicano, es la síntesis “ideal” de este periodo donde se extiende entre las oligarquías latinoamericanas el sentimiento de haber logrado dar a sus países un orden el cual el fin iba a ser el progreso. Estas oligarquías trasmiten una imagen ficticia de sus países, la cual es dar cuenta de su función como de clase dirigente. Esta imagen esta acompañada por la historiografía corriente la cual crea mitos colectivos que serán utilizadas por esta clase dominante en el poder.
Tipo: Resúmenes
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Capitulo 2: Orden y progreso: La edad de oro del proyecto oligárquico. Orden y progreso las palabras que figuran en la bandera de Brasil republicano, es la síntesis “ideal” de este periodo donde se extiende entre las oligarquías latinoamericanas el sentimiento de haber logrado dar a sus países un orden el cual el fin iba a ser el progreso. Estas oligarquías trasmiten una imagen ficticia de sus países, la cual es dar cuenta de su función como de clase dirigente. Esta imagen esta acompañada por la historiografía corriente la cual crea mitos colectivos que serán utilizadas por esta clase dominante en el poder. Esto va a ser favorecido por la inserción de las economías latinoamericanas en la economía mundial luego de 1880, lo que va a homogeneizar las oligarquías favoreciendo y reforzándolas, bajo la tutela del capital inglés. Se extingue la lucha intra oligárquica. La adaptación de la estructura económica al ritmo del modelo ingles se baso en un equilibrio bastante frágil cuyos componentes son: el incremento constante de las exportaciones y la influencia de nuevos capitales, el dominio del comercio exterior y de la comercialización en general por parte del capital ingles y la creciente subordinación al mismo de la producción controlada por la oligarquía. En la política, la oligarquía de cada país gobierna sin encontrar oposición gracias a los consejos y advertencias aportadas por el capital ingles a través de agentes diplomáticos. Con un sistema bicameral que equilibra el sistema político. Ni el tipo de economía y de crecimiento económico ni el tipo de estado y de desarrollo político reconocían a la gran mayoría de la población otro papel que no fuera el de clases subalternas. Brazos desde el punto de vista económico y masas pasivas sin participación desde el punto de vista político. Se registran entre 1880 y 1914 graves contradicciones debidas a factores internos y externos: La supremacía del capital ingles empieza a mermar con la aparición de nuevas potencias. Se registran las primeras manifestaciones de la tendencia expansionista de EE.UU. en dirección a México y el caribe. Alemania intenta avanzar sobre América latina meridional sin éxito. Lo que mas compromete el equilibrio logrado para ese entonces son las decisiones que derivan del modelo de desarrollo económico y social escogido por la oligarquía y el capital inglés. Claramente hubo un crecimiento económico, pero ello llevo a que haya un crecimiento de burocracia estatal, la ampliación del aparato militar y la extensión de los servicios comerciales y financieros. Consecuencias: nacimiento de capas medias y de reducidos núcleos proletarios, así como de una contraposición ciudad-campo. Las contradicciones implícitas en el modelo de desarrollo económico, social y político escogidos por las oligarquías no provienen en exclusiva de un proceso de europeización acelerado, también las origina la persistencia de los mecanismos tradicionales, mantenidos en vigor porque contribuyen a acrecentar los ingresos, el prestigio y el poder político de las oligarquías. Estos mecanismos se concretan en las relaciones sociales de producción imperante en las zonas rurales y mineras, que favorecen una aceleración de proceso de empobrecimiento de las capas populares. El autor propone que la existencia de al menos dos fuentes de contradicción puede ayudarnos a comprender porque el proyecto de las oligarquías, su propósito de europeizar el país y mantener los antiguos mecanismos de base constituyen un proyecto antinatural, ahistórico y condenado al fracaso de antemano. AMERICA LATINA. PROBLEMAS GENERALES. (según cuadro de la profe) DIMENSIÓN ECONÓMICA. Factores productivos y producción. A partir de 1880 se comienza a ver claramente los efectos de la especialización productiva en américa latina exportadoras de productos agrícolas (Clima templado: Argentina, Uruguay, sur de Brasil. Clima tropical: Venezuela, caribe, américa central) y mineros (Chile, Perú, México, Bolivia).
Mayor producción y comercio exterior en las zonas de clima templado de productos agrícolas y ganadero como trigo maíz, lana, carne ovina y bovina. Menos el incremento en zonas mineras. Mucho mas lento en producción en las zonas tropicales como el cacao y el azúcar. Intermediaria entre la economía latinoamericana y mundial: la economía inglesa. La economía mas destacada la de Argentina : desarrollo espectacular cuyo desarrollo no había pasado de mediocre en el periodo colonial. Entre 1880 y 1914 las exportaciones latinoamericanas se triplican, las de este país se multiplican por 10. Las importaciones van casi al mismo ritmo que las exportaciones. La disparidad de economía entre regiones de productos agrícolas y mineros muestra que la economía internacional no se interesa en el mismo grado por todas las áreas de América latina. El autor dice que tiene así la impresión de que a fines del siglo XIX no sólo existen varias economías latinoamericanas, sino que, en el interior de una misma, las desigualdades entre las regiones se han acentuado hasta hacerse irreversibles. Esta desigualdad interregional es responsable de la “tesis simplista”, según el autor, conforme dice que durante este periodo surge en el sector agrario una progresiva diferencia entre haciendas, estancias y plantaciones modernas con haciendas, estancias y plantaciones tradicionales que estás atrasadas. En el capitulo 1 muestra lo infundado de esta tesis. Ya que desde un punto de vista de cómo eran utilizado los recursos humanos y naturales no había diferencia alguna entre un latifundio “moderno y uno “tradicional”. El autor afirma que entre 1880 y 1914, las unidades productivas mas rentables se encuentran preferentemente en la costa, cerca de los puertos y las menos rentables en el interior. Pone de ejemplo a las haciendas de Perú productoras de algodón o de caña que se encuentran en la costa son más rentables que las ganaderas y agrícolas que se encuentran en la sierra. Lo mismo con ls plantaciones de café de Brasil que se encuentran cerca del puerto de Santos. Pero que con la llegada de la extensión de la red ferroviaria en 1880 va a permitir aumentar la rentabilidad de latifundios de las regiones interiores. El autor se hace una pregunta: ¿en qué consiste la modernidad de las unidades productivas que se desarrollan en este periodo? Si se las ve de cerca las unidades productivas calificadas con modernas y las tradicionales (o atrasas) tienen algo en común: PRODUCIR A BAJO COSTO. Mano de obra abundante y barata. Escaso capital fijo y grandes extensiones. Este bajo coste hace que sean mas competitivas lar mercancías LATAM en el mercado internacional entre 1880-1914. Otra semejanza: BASADAS EN UN UNICO PRODUCTO. Lo cual las deja expuestas en sumo grado a las oscilaciones cíclicas de la demanda internacional. Lo que permite la modernización de las unidades productivas y la especialización extrema es la existencia de inmensas superficies agrícolas no ocupadas productivamente. Pero que no estan vacías desde el punto de vista demográfico. En argentina, Brasil, Uruguay y en Chile el aumento de la superficie destinada a la agricultura de exportación se realiza a expensas de la población india nómada. En otros países como Perú, México o Bolivia. El medio empleado son las expropiaciones de tierras pertenecientes a las aldeas indias o comunidades sedentarias. Extensión del área productiva= a la demanda internacional. Concentración de grandes extensiones en una masa pequeña de grandes latifundistas. Ej: México el 1 por 100 de la población posee en 1910 el 85 por 100 de las tierras cultivables. Según el autor la modernidad del sector agrario es mas aparente que real. En 1910 se intenta una mejor selección de las simientes, se utiliza más maquinaria y se intenta introducir nuevas razas de ovinos y bovinos, pero al igual que en 1950, las características de base del latifundio siguen siendo extensiva. La transformación que experimenta la estructura agraria en este periodo es en los planos de las relaciones de producción y la vinculación entre economía campesina y economía de latifundio y no en el plano de la producción física o recursos productivos. Las relaciones de producción se caracterizan por un deterioro en las condiciones de vida y trabajo en el interior de la hacienda que empeoraran considerablemente. El incremento
economía inglesa. Si no que también dependía de la posibilidad de desarrollar las escasas estructuras comerciales existentes, los ferrocarriles y los puertos, así como los servicios bancarios y de seguros, con el fin de facilitar la salida de la producción. Tal modernización debía corresponder a la estructura de la comercialización, que ya antes de 1880 estaba en manos francesas, alemanas, norteamericanas y sobre todo inglesas (60/100). Gran Bretaña revendía la mayoría de los productos latam a otros países de Europa, la bolsa de Londres asumiría la función de regulador del comercio y finanzas latam. Al capital ingles le interesaba, además de que las oligarquías confiasen su gestión, que estás tambien adoptasen una política económica de tipo liberal. Asi mismo, reconocer el principio según el cual los factores productivos, capital y trabajo, podían desplazarse libremente desde y hacia Inglaterra. Este vínculo de oligarquías con el capital ingles procuró la expansión capitalista británico a todo latam. Consecuencia: fue que la autonomía del estado oligárquico, y de las mismas oligarquías, sufrió tan drásticas reducciones que se puede hablar de la existencia de estados neocoloniales. La penetración se dio ya que las oligarquías al igual que en el periodo colonial para sustentar el estado seguía dependiendo de las entradas fiscales de los aranceles sobre el comercio exterior. El comercio exterior tenía fluctuaciones lo cual llevo a los oligarcas a la imposibilidad de preveer los ingresos. A fin de no gravar con impuestos las rentas de la oligarquía, el estado tuvo que aceptar una estrecha conexión con el capital inglés, lo cual le permitió acudir al mercado monetario de Londres para obtener préstamos con los que financiar el mínimo de obras públicas indispensables y, sobre todo, colmar su propio déficit. Habida cuenta del destino que se dio a tales préstamos, se puede pensar que la tasa de beneficio de los misinos fue inferior al tipo de interés que se pagó por ellos. Esto nos permite comprender cómo los países latinoamericanos acabaron prisioneros de un endeudamiento exterior continuo y creciente que, a partir de 1890, servía solamente para pagar y amortizar los préstamos anteriores. Los préstamos constituyeron, por decirlo así, la cabeza de puente de la penetración del capital inglés en América latina. Si se examina la distribución de los préstamos a los gobiernos latinoamericanos, se echa de ver que los países que más se beneficiaron de ellos fueron también aquellos cuyas economías resultaron más favorecidas por el incremento de las exportaciones. Esta desigual distribución de los préstamos en América permitió al capital norteamericano, al alemán y al francés, desempeñar un papel que, inicialmente, fue sólo complementario del inglés, pero que se convirtió en substitutivo a partir de 1900. El estado, cuyas riendas estaban en manos de la oligarquía, no gravaba a ésta con impuestos a la medida de sus posibilidades, y por consiguiente no lograba que sus propias entradas aumentaran, motivo por el que se vio obligado a recurrir a los préstamos ingleses para sostener el proceso de modernización de la economía. En cuanto a la mano de obra, vio cómo sus ingresos, en lugar de aumentar, se estancaban. En definitiva, los principales beneficiarios del incremento productivo fueron la oligarquía y el capital inglés. Así, mientras el segundo pudo remunerar a sus accionistas con dividendos cada vez mayores, las oligarquías disfrutaron de ingresos que aumentaban proporcionalmente al incremento de las exportaciones. podemos concluir que los ingresos obtenidos por las oligarquías fueron lo suficientemente cuantiosos para permitirles un tipo de vida casi principesco y, al mismo tiempo, acumular, a partir de la tierra, los capitales con los que contribuyeron a diversas actividades urbanas. Así, al final de cada ciclo productivo, una parte no desdeñable de capital abandona los sectores productivos agrícola y minero para afluir a las cajas de los bancos y de las sociedades financieras instaladas en las ciudades, especialmente en las capitales. Desde mucho antes de 1880, el capital inglés había sido el primero en desarrollar el sector bancario. En los centros más importantes de cada país latinoamericano se encontraban filiales de los bancos ingleses, que durante largo tiempo habían dominado la estructura financiera sin competencia de ningún tipo; con el dinero depositado por las oligarquías, habían contribuido al florecimiento de las diversas sociedades inglesas dedicadas al comercio de importación y
exportación, a la construcción y administración de ferrocarriles o al desarrollo de los servicios urbanos. Una de las ventajas que la existencia de filiales inglesas en latam reportaba al capital inglés en su conjunto era la de permitir a sus casas matrices limitar las exportaciones de caudales propios fuera de Inglaterra. A partir de 1880 asistimos a la progresiva formación de estructuras financieras nacionales, es decir, de bancos y sociedades directamente administrados por las oligarquías. Pero que continuaban siendo tributarios al capital ingles. Monopolizando de hecho los fletes marítimos, el transporté ferroviario, los servicios mercantiles, etcétera. Básicamente, organizaciones financieras con capital de las oligarquías terminaban siendo manejadas directa o indirectamente por el capital ingles, ya sea para tener un vinculo con el capital extranjero o manejar las inversiones de infraestructura para el sector productivo. El autor dice que si tomamos un mapa o fotografía de 1900 de latam van a dar cuenta que la estructura comercial (servicios que facilitan la circulación de mercancías como firmas comerciales, canales, puertos, compañías eléctricas, de gas, tranvías, etc) estaba en mayor parte en manos del capital ingles. En resumen, Resulta bastante evidente que el capital inglés demostró escaso interés por los sectores productivos y que su acción no se ejerció por igual en todas las economías latam. M ientras que el sector productivo continuó siendo un campo casi exclusivo de las oligarquías y que la estructura financiera la controlaron conjuntamente las oligarquías y el capital inglés, sobre la estructura de la comercialización ejerció un dominio monopolístico el capital extranjero, y más especialmente el inglés. Gracias a las concesiones gubernamentales a las compañías ferroviarias inglesas, sé puede decir que un porcentaje considerable del capital inglés presente en este sector provenía del interior mismo de las economías latinoamericanas. En los países con recursos mineros como el Perú, Chile o México las concesiones de territorios convirtieron a las sociedades ferroviárias en poseedoras de yacimientos. La permisividad de los gobiernos latinoamericanos, que dejaron la gestión de la comercialización en manos del capital inglés (más preocupado por los dividendos que por cualquier otra consideración de índole económica o social), obstaculizó el desarrollo de nuevas fuerzas productivas no vinculadas a la clase dominante, impidiendo así el surgimiento de capacidades productivas de signo diferente. CAPITAL INGLES Y CAPITAL NACIONAL: LA ALIANZA IMPERIALISTA. El autor intenta exponer la estrecha vinculación política que entre 1880 -1914 se estableció entre ellos. No hay estudios que se hayan ocupado detalladamente sobre este asunto. La presencia del capital inglés en la banca y los seguros, prestando poca atención, por regla general, a su intervención en el sector financiero. Éste se caracteriza, hacia 1880, por la existencia de una serie de bancos y sociedades financieras, administrados en su mayor parte por el capital inglés, sin que falte, no obstante, una minoría que pertenece a la clase oligárquica. Acá da un porcentaje de aumento de filiales inglesas en latam de banco y sociedades financieras y que tuvo una rápida progresión. (pag 119). Los bancos ingleses gozaron del favor del público y absorbieron una porción cada vez mayor del ahorro acumulado en América latina. Si la clase dominante confiaba una parte de sus ahorros a los bancos ingleses, ello significa que no consideraba que existiese una contraposición entre capital nacional (en manos de la oligarquía) y capital ingles, sino que uno y otro se complementaban mutuamente. Lo cual esta influencia de ahorro en las instituciones inglesas , según el autor, nos da un índice significativo de la asociación en el ámbito económico de estos dos grupos que dominaban totalmente la economía latam. Por lo que se refiere a las consecuencias de este proceso de fusión entre capital inglés y clase dominante, en latam en 1913 provenían esencialmente de dos fuentes: la reinversión de los beneficios no exportados y el recurso al mercado monetario interno. Esta constante
En algunos países el simple acuerdo social y económico entre los distintos grupos oligárquicos no basta para unidos y dar origen a una potente oligarquía nacional (generalmente se incrementa la competencia intraoligarquica como en Ecuador o Bolivia) como la que se da en los países donde el incremento de las exportaciones es más fuerte (Argentina, Brasil, Chile, México, etcétera). En resumen, las bases del poder social de las oligarquías nacionales en este período son de naturaleza económica y social en las áreas de fuerte crecimiento económico, y de naturaleza económica, social y política en las áreas donde el crecimiento económico es escaso. La llamada “oligarquía nacional” aparece como resultado de un acuerdo entre las diversas oligarquías regionales, cuyo poder no siempre es idéntico pero que se ven en la común necesidad de hacer aumentar sus ingresos si quieren seguir dominando a las demás capas sociales. Dichos grupos delegan una parte de su poder a una minoría representativa, a la que por comodidad aplicaremos el nombré de “oligarquía nacional”. Ella será la que va a mantener el diálogo con el capital inglés. La oligarquía, en cuyas manos estaba la totalidad del poder político, intento en un primer "momento aplicar una política puramente represiva para esto desarrollo y modernizó el ejército, que se convirtió en un brazo armado. La carrera militar ofrecía a los hijos de la oligarquía la posibilidad de asegurar el dominio completo de su clase sobre las fuerzas armadas, pero también brindaba a las capas medias de la población la oportunidad de lograr una ascensión social. Solo los oligarcas accedían a puestos jerárquicos. Instrumento principalmente para garantizar el orden del interior del país. La razón de que bastaran mecanismos políticos y policíacos para permitir el control de la oligarquía sobre los restantes grupos sociales se debió también a que tenía ante sí a un proletariado escaso, confinado en un espacio geográfico restringido y, por lo tanto, fácil de controlar. Ello significa que las principales dificultades las plantearon las capas medias de la población, peligrosas porque de ellas dependía el funcionamiento del comercio y de todo el aparato social. La estrategia que utiliza la oligarquía en contra de ellas fue evitar la participación política y subordinarlas en el plano social. Dos posiciones dentro de la oligarquía, derivadas de la diferente participación en el crecimiento económico basado en las exportaciones. La primera estimaba que había que salir al paso de las exigencias sociales de las capas medias haciendo concesiones que no comprometieran la continuidad del dominio oligárquico; la segunda, en cambio, consideraba que toda satisfacción de las exigencias de las capas medias constituía una amenaza para dicha continuidad. Se dieron en mayor o en menor medida en los distintos países. La relación que media entre la oligarquía y las clases inedias en los planos social y político se asemeja mucho a las relaciones internas de un latifundio, lo que prueba que la gran propiedad fue la célula básica de todo el sistema social americano. Como en el interior del latifundio, la oligarquía recurrió constantemente a la represión y al chantaje en sus contactos con las capas medias, mitigando en parte su dureza con actitudes paternalistas y concesiones mínimas que dejaban intacto el fondo del problema, pero daban a las capas medias la impresión de haber obtenido grandes victorias. MUTACIONES EN LA DINÁMICA SOCIAL. El autor plantea que no hubo, a pesar de sus contradicciones, verdaderas divergencias en el ceno de la oligarquia. En 1880 habia una mayoría social de contornos imprecisos, en la que todavía no había comenzado ningún proceso de diferenciación interior. En los años siguientes se perfilan los primeros cambios, como consecuencia del predominio del latifundio, del crecimiento de los servicios, de las migraciones internacionales e internas, que deterioraron sobre lodo los viejos mecanismos de cohesión social (relaciones clientelares entre grupos distintos y de reciprocidad dentro de un mismo grupo).
Nuevos tipos de relación comienzan a aparecer junto a la cliéntelar. El más importante lo constituye la relación de clase, que se manifiesta principalmente en las capas populares urbanas y mineras. La incorporación de nuevos elementos a los ya existentes provoca upa separación cada vez mayor entre el mecanismo clientelar y el de reciprocidad, de modo que el primero no tarda en ser percibido como un mecanismo opresivo. El crecimiento económico requirió en algunos países agrícolas poco poblados una cantidad adicional de fuerza de trabajo, necesidad que originó corrientes inmigratorias, mientras que otros países se vieron obligados, por su parte, a transferir fuerza de trabajo desde las zonas no beneficiadas por el incremento productivo hacia las beneficiadas. La construcción de ferrocarriles por parte del capital inglés facilitó e hizo aumentar estas migraciones internas. A estos fenómenos demográficos , cuya repercusión social fue considerable, hay que añadir otro, consecuencia del desarrollo experimentado por la comercialización , el sector financiero y la administración pública como resultado de la penetración del capital extranjero: el surgimiento de una demanda de trabajo de tipo urbano, el que convencionalmente se conoce por el nombre de servicios. La inmigración europea es, sin duda alguna, el fenómeno social y demográfico más llamativo de este periodo. Este enorme crecimiento demográfico es debido a dos factores: la inmigración y la lenta reducción del índice de mortalidad. El primero es seguramente el que más cuenta, dado que el incremento demográfico total refleja en buena parte el de las zonas de recepción de los inmigrantes europeos, es decir, Brasil, Argentina y Uruguay. mientras el bloque formado por Argentina, Uruguay y Brasil vio multiplicarse por diez su población, la del resto de los países solamente se multiplicó por cinco o por seis. El inmigrante que llegaba a Argentina, Brasil, Uruguay u otro país de América latina, lejos de hacer fortuna en poco tiempo (como prometía la publicidad de los agentes de emigración) se encontró con que tenía que formar parte de una mano de obra que, si formalmente era libre, en la práctica estaba totalmente sometida a los hacendados; en tales condiciones, sus posibilidades de elevarse en la escala social y económica eran irrisorias. El poco éxito de la situación que encuentran a su llegada explica por qué los inmigrantes que no retornan a su país de origen acaban instalándose en las ciudades, donde se van descargando así las graves tensiones sociales, políticas y económicas que en el período precedente se habían desarrollado en las áreas rurales. Las tensiones, en lugar de quedar neutralizadas en las ciudades, no hicieron más que exacerbarse, dando lugar a lo que podríamos denominar la hostilidad de los centros urbanos frente al poder de la oligarquía latifundista, hostilidad que presentó características distintas según los países y que constituye el índice del antagonismo ciudad-campo, todavía más acentuado en el período siguiente. donde la inmigración europea fue menos apreciable, como en los países del Caribe y de la costa del Pacífico, las necesidades creadas por el crecimiento económico provocaron una redistribución demográfica en función de las zonas productoras de bienes exportables, que pueden sintetizarse esencialmente en dos grupos: los centros mineros y las plantaciones tropicales. Las primeras estaban situadas, por regla general, en las zonas montañosas o desérticas; las segundas, en las regiones costeras. Tanto la minería como la agricultura tropical adolecían de falta de brazos, sin que ningún incremento demográfico ofreciera perspectivas de solucionar el déficit en un futuro, ya que el índice de mortalidad era en dichas zonas superior al de natalidad. Por ello, era preciso hacer venir la mano de obra suplementaria de las regiones agrícolas dedicadas al abastecimiento del mercado interior. No muy diferentes, aunque caracterizados por una mayor libertad, fueron los trasiegos de mano de obra en los países cuya población india se había extinguido casi por completo (área del Caribe, Chile, Venezuela). En ellos, cuando la necesidad de brazos afectaba a la producción minera, el sistema en vigor era el de los agentes reclutadores, que cobraban una comisión por cada obrero enrolado. Cuando se trataba de suministrar mano de obra a la agricultura, el mecanismo esencial seguía consistiendo, al igual que siempre, en hacer que los trabajadores se endeudaran, con el fin de que perdieran así su libertad de movimiento.
Indudablemente, el latifundio había actuado, y seguiría haciéndolo durante mucho tiempo, como freno del crecimiento y diferenciación de estos. Latifundios : aun el más moderno, controla a su población interior menos mediante el salario, que mediante mecanismos serviles, en los que se conjugan represión y paternalismo. Rebeliones y fugas de la mano de obra son severamente reprimidas, pero, por otro lado, los aspectos represivos tienen su contrapartida en los regalos y préstamos de bienes que hace el patrón, en cantidad variable según el comportamiento de los individuos. La fragmentación de la mano de obra (obedecía a las necesidades de gestión del latifundio) va ir adquiriendo un significado social. Los colonos, por regla general situados en las zonas extremas del latifundio, obtenían el usufructo de un pedazo de tierra con la condición de suministrar una cantidad determinada de jornadas laborales o una parte de la cosecha fijada de antemano; los braceros (que podían ser permanentes o temporeros) solían vivir en el centro del latifundio, recibiendo por cada jornada laboral un salario en metálico más la nutrición, que según las zonas consistía en un cupo de maíz o de trigo. Sigue la explicación de los latifundios pag. 137… y plantea que el control que se ejercía sobre la mano de obra se inscribe en un gran aparato de control social, que concierne tanto a la población interna del latifundio como a la de las pequeñas propiedades cercanas, comunidades indias y aldeas, dado que a menudo el gran propietario era al mismo tiempo el representante del gobierno central. Existía otra de importancia variable según las zonas: una población marginada, vagabunda, consecuencia de que el incremento demográfico, era superior (especialmente a partir de 1900) a la capacidad de absorción de la estructura productiva. Este contingente era atraído especialmente a las zonas mineras o se desplazaba a las tierras no ocupadas productivamente. Este fue mas numeroso en las zonas no indias. (Brasil, México septep. Colombia, otros.) Inmigrantes : Tenian mayor conciencia de clases, por eso los primeros focos anarquistas y socialistas se dieron en Argentina, Uruguay y Brasil. Luego se expande a países poco afectado por la imigración. El proceso de diversificación de esta clase poco homogénea todavía durante el último tercio del siglo xix se produjo a partir de este excedente demográfico, que había cortado el los lazos que lo unía a la estructura agraria y había entrado, de grado o por fuerza, en un mercado laboral. De este modo, sus miembros eran ya proletarios en potencia. Esto tuvo lugar, de manera paralela al agravamiento de los desequilibrios entre ciudad y campo y entre, las distintas regiones. Este desequilibrio puede ayudarnos, según el autor, a comprender aalgunas características peculiares de la formación del proletariado en latam. Países exportadores de producto minero: las condiciones de vida de los mineros y los elementos represivos que allí se encontraban, lo que hizo motivó que fueran creándose en el seno de este grupo los vínculos de solidaridad que caracterizan a todas las clases obreras nacientes. El naciente proletariado de estas zonas tuvo que afrontar una doble represión: la del capital extranjero, que por razones de mercado Se desembarazaba en los momentos de crisis de la mano de obra que estimaba supérflua, y la del estado oligárquico, que se ejercía ferozmente ante cualquier conato reivindicador. Para el autor, lo que obstaculizó el desarrollo del naciente proletariado fue la gran distancia que separaba los centros mineros de las grandes urbe s, donde simultáneamente estaba surgiendo otro grupo proletario; debido a dicha distancia, la conexión entre los incipientes proletariados minero y urbano entrañaba arduas dificultades. Por otro lado, el desequilibrio entre campo y ciudad explica porque el naciente proletariado no fue capaz de establecer un nexo de unión con las zonas rurales. Estos dos desequilibrios, los interregionales y desequilibrio campo ciudad, explica por qué el incipiente proletariado aparece como una isla muy precaria. Precaria porque las relaciones de producción eran aun de índole no y porque dentro de cada país apenas hubo articulación
alguna entre los diversos grupos proletarios, que tenian enfrente un poder fuerte y que estaba bien articulado. En las ciudades el obstáculo del crecimiento de proletariado eran varios y debían coexistir con un desarrollo productivo en distintos grados. Además, la gran masa de los trabajadores urbanos la formaban los albañiles que debían soportar largos periodos de desempleo. Enfrentamientos internos dentro de esta masa. Como conclusión, podemos afirmar que el proletariado, pese al tiempo transcurrido y a los progresos realizados, era todavía una capa social poco numerosa, que había conseguido una cierta solidaridad interna pero que no había encontrado aún el modo de efectuar la conexión entre sus diversos núcleos constitutivos, urbanos y minero. DIMENSIÓN POLITICA. ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO DEL ESTADO OLIGÁRQUICO. las oligarquías habían dado un orden institucional a sus respectivos países, favoreciendo el asentamiento de los juristas como élite intelectual. Este estado oligárquico, que constituye el aspecto político del proyecto hegemónico de la oligarquía, reñía como elementos de base el poder moderador y la representación equitativa de todos los grupos, a fin de atribuir al gobierno central una función impersonal por encima de las partes y de implicar a todos los grupos oligárquicos en la gestión del poder político. Los fundamentos teóricos: principios del liberalismo. Con interpretación propia, ciertos rectores: acepto casi exclusivamente los principios del liberalismo económico pero vació casi por completo el ideario liberal de los factores de perturbación social que contenía, reflejado en el orden institucional sancionado por las diversas constituciones. Sistema aprlamentario bicameral… y sigue explicando como se copiaron de EE. UU. Todo el sistema federal. Pero a diferencia de los modelos europeo y estadounidense, las constituciones latinoamericanas dieron una interpretación restrictiva del cuerpo electoral, lo cual a fin de cuentas consagraba a la oligarquía como única clase política. El influjo del ideario liberal sirvió a las oligarquías para proveerse de bases constitucionales que garantizasen la paz entre los distintos grupos oligárquicos. En los paisas con una organización federal: la consecuencia más importante fue que la institucionalización permitió que todos los grupos oligárquicos estuvieran representados políticamente. Así, la representación parlamentaria de las oligarquías tenía lugar, en el Senado, en función de sus dominios territoriales respectivos, puesto que cada región enviaba un número igual de representantes a la cámara alta, fuera cual fuese su número de habitantes. úmero de habitantes. Dado que el estado había sido organizado como una república presidencial, correspondía al presidente desempeñar la función de arbitro de los distintos grupos oligárquicos. Dos variantes significativas: las que presentan, por un lado, los países con una organización federal, y por el otro, los países con una organización unitaria. Estas dos variantes traducen el distinto grado de fuerza del poder central según las naciones. En los países cuya organización política era de tipo unitario, la situación presentaba aspectos diferentes. En todos ellos (y los casos de Colombia y el Perú son harto significativos a este respecto), existía desde el primer momento una mayor desigualdad entre los diversos grupos oligárquicos, tanto desde el punto de vista social como del económico o el político. Por consiguiente, aunque no faltaron las confrontaciones violentas, al final prevaleció la voluntad de los más fuertes, que optaron por una organización unitaria que consagrase su dominio. El crecimiento económico dio mas fuerza a estos. Este era mas inorgánico que el federal. El sistema político descrito podía funcionar en la medida en que la oligarquía fuera capaz de obtener el consenso del resto de la población e imponerle su voluntad. Fue fácil hacer que esta condición se cumpliera, ya que el poder político de los distintos grupos oligárquicos era directamente proporcional no sólo a su posibilidad de aumentar los ingresos propios gracias al incremento de las exportaciones, sino también al control que ejercían sobre la población. Este control va a ser muy importante para asegurar la renovación formal de los cargos políticos
En la mayoría de los países las clases medias no se forjaron un partido propio, sino que fueron atraídas por el ya existente partido liberal, que las instrumentalizó a cambio de escoger algunas de sus reivindicaciones. La causa de esta situación hay que buscarla en el hecho de que las capas medias, aparte de no constituir una clase productiva, carecían de identidad propia. El que las clases medias no fueran capaces, salvo en Argentina, de organizarse políticamente por sí mismas se debió también al desplazamiento del eje político. La incorporación de las clases medias creó las premisas para el paso de un sistema político informal a uno formal: para poder controlar esta base electoral, los partidos liberales tuvieron que crear una organización con órganos centrales y periféricos, sin por ello volver la espalda al sistema clientelar, sino que los integraron. Organizaciones políticas de la naciente clase obrera : rechazada, marginada y constantemente reprimida, sus organizaciones políticas representaron desde el primer momento una clara alternativa frente a las existentes. Poseía en potencia los elementos para un desarrollo político autónomo, debido a que su condición de fuerza permitía captar las contradicciones del sistema mejor de lo que podía hacerlo la clase media. A partir de esta identidad objetiva, y utilizando como mecanismo de maduración la expresión sindical y presindical, el proletariado fue desprendiéndose de sus confusas características de estrato popular para asumir las que le corresponden como clase social. Dos variantes: la que ofrecen los países con una fuerte inmigración europea (Argentina, Uruguay y Brasil) y la que caracteriza a los restantes. Argentina, Uruguay y Brasil: los inmigrantes aportaron algunos elementos organizativos. Cuando llegaron el máximo de organización obrera que encontraron fueron las sociedades de socorro mutuo. Llevó al surgimiento de sociedades obreras anarquistas y socialistas. Proliferaron los círculos socialistas, anarquistas y republicanos franceses muy tenues, tanto por problemas lingüísticos como por los antecedentes nacionales que dificultaban el contacto. A este respecto es significativa la evolución en Argentina, donde ya en el decenio de 1870 los inmigrantes habían fundado secciones de la Primera Internacional, pero donde los socialistas alemanes, reunidos en el club Vorsyarts, publicaron en el decenio siguiente su propio periódico en alemán, como también hicieron los anarquistas italianos, guiados por Malatesta a partir de
Los inmigrantes, simples brazos en concepto de la oligarquía, hicieron nacer así profundas contradicciones en la sociedad y dieron a las capas populares argentinas, uruguayas y brasileñas una primera organización. En el resto de los países latinoamericanos, donde el impacto de la inmigración europea fue escaso, la evolución que transformó a las capas populares en un verdadero proletariado fue muy distinta, Se trató de un lento proceso interno, favorecido (y obstaculizado al mismo tiempo) por un cúmulo de contradicciones. Durante el período 1880-1914, las sociedades de socorro mutuo , aunque agrupaban a un porcentaje mínimo de la mano de obra asalariada, constituyeron un elemento de suma importancia en la evolución que llevó al surgimiento del proletariado, como sociedades de resistencia. La solidaridad conseguida dentro del grupo, lo que acarreó exigencias específicas dirigidas a la patronal, exigencias que no fueron siempre ni exclusivamente salariales. Fue en el seno de esta sociedad de resistencia donde se formaron las primeras organizaciones sindicales y los primeros partidos socialistas y movimientos anarquistas. Podemos concluir que en este período, los partidos políticos hegemónicos, que expresan los intereses de la oligarquía, se caracterizan por su progresiva transformación en estructuras de apoyo del sistema político oligárquico al realizar la unión del elemento clientelar con el organizativo: el primero con el fin de encuadrar especialmente a las capas populares agrarias y el segundo, con el de encauzar las reivindicaciones de las clases medias. RELACIONES INTERNACIONALES Y ESTRUCTURA POLÍTICA.
La situación de latam en el entramado político internacional contribuyó, según los casos, a potenciar o a debilitar los aspectos políticos internos de Latinoam. las embajadas inglesas tenían un poder político que se desarrolló proporcionalmente al incremento de las inversiones británicas y al control ejercido por la economía de su país sobre las de América latina mediante el comercio exterior, a través de un Minsiterio de Asuntos Exteriores que disponían los países independientes latam. El vínculo entre el capital ingles y la oligarquía también se vio reflejado en la política. De esta manera se explica que, de 1890 en adelante, las fuerzas armadas de los distintos países tiendan a privilegiar el control de la población interior por encima de la defensa del territorio nacional; sabían muy bien que la tarea de escudo protector frente a cualquier amenaza externa incumbía, a la marina británica, una de cuyas flotas patrullaba en permanencia a poca distancia de las costas latinoamericanas. La flota inglesa no podía evitar los conflictos de los países latinoamericanos entre sí ni se mostró capaz de frenar la expansión de los Estados Unidos en el Caribe. Las contiendas entre países latinoam fueron debidas al trazado impreciso de las fronteras. Ej. Guerra del pacifico. La guerrá del Pacífico, además de sus consecuencias económicas, mostró la activa participación diplomática de Inglaterra, pero también las .de Alemania y Estados Unidos, país que en esta ocasión intervenía, por primera vez en los asuntos del cono sur de América latina. Los conflictos Inter latinoamericanos iban acompañados de conflictos entre países que trataban de asegurarse el dominio de América latina y de manera especial entre Inglaterra y Estados Unidos, la primera interesada en contener las expansión norteamericana por el Caribe, y Estados Unidos con las miras puestas en hacer que dicha zona entrara en su área de influencia. Esta rivalidad entre las dos potencias quedó patente con ocasión del contencioso fronterizo que opuso a Venezuela y Gran Bretaña, Los confines entre Venezuela y la colonia británica de Guayana nunca habían sido definidos con exactitud. El conflicto anglovenezolano terminó gracias a la intervención norteamericana en 1895, año en que Gran Bretaña, que tenía una serie de asuntos urgentes por resolver en África, Turquía y Extremo Oriente, acabó aceptando los principios de la doctrina Monroe. la intervención norteamericana en este conflicto señaló el reconocimiento de Estados Unidos como potencia hegemónica en la zona septentrional de América latina y abrió el camino para futuras intervenciones no ya puramente diplomáticas, sino incluso militares. Norteamericanos y europeos intervinieron en América latina con el pretextó de defender a los súbditos e intereses comerciales de sus respectivas naciones. Estas intervenciones, que afectaron a casi todos los países latinoamericanos, terminaban con la concesión por parte del gobierno correspondiente de substanciosas reparaciones económicas a los ciudadanos y compañías extranjeras supuestamente damnificados. Los conflictos entre países latinoamericanos y las intervenciones exteriores por parte de potencias europeas y de los Estados Unidos plantean el problema de cuáles fueron los límites del apoyo exterior que Gran Bretaña proporcionó a los diferentes países en el cuadro de la alianza oligarquía-capital inglés. La política de Gran Bretaña consistió substancialmente en mantener vivas las rivalidades nacionales entre los distintos estados latinoamericanos. resulta comprensible la desconfianza con que los países latinoamericanos, y especialmente Argentina, acogieron la iniciativa del gobierno de los Estados Unidos para crear un movimiento -panamericano. La propuesta por parte de EE.UU de crear una unión aduanera que los países latam rechazaron. Ni los gobiernos latinoamericanos ni Gran Bretaña veían con buenos ojos los intentos expansionistas de los Estados Unidos. No por casualidad fueron los representantes de Argentina y Brasil, los países más estrechamente vinculados al capital inglés, quienes más críticos se mostraron con respecto a la propuesta. El único resultado positivo de la conferencia de 1889 (la creación de una oficina para reunir informaciones económicas), Estados Unidos trató, en las siguientes reuniones, de que fueran asignados mayores poderes a las conferencias, objetivo que logró en 1910, cuando la que se reunió en Buenos Aires decidió la creación de la Unión Panamericana. Indudablemente, en
Características del sistema político imperial: existía un parlamento, en el que los senadores eran nombrados "directamente por el emperador y representaban el resultado de su mediación entre los diversos grupos regionales de poder; los diputados, por su parte, eran elegidos por sufragio indirecto, lo cual permitía dirimir las posibles fricciones existentes en el seno de una misma oligarquía regional. Pero por encima del parlamento, el poder efectivo obraba en manos del emperador, máximo elector y máximo mediador. Con la reforma electoral de 1881, según la cual las elecciones de la cámara baja debían hacerse por votación directa, el poder central perdió la capacidad de arbitrar las fricciones en el seno de las oligarquías regionales; en consecuencia, el grupo más fuerte acabó subordinando al más débil, creando las condiciones para el surgimiento de un nuevo bloque hegemónico, el bloque oligárquico meridional. Quedaba reservada al presidente de la república la función de arbitro. De este modo, la integración de los diversos grupos oligárquicos no se hacía ya desde arriba (a partir del ejecutivo), sino desde abajo, a partir de las oligarquías locales. En este sentido, pues, también Brasil, cuya forma de gobierno hasta el último tercio del siglo XIX recuerda el despotismo ilustrado del siglo XVIII, se adaptó al modelo político que predominaba en la parte meridional de América del Sur. Esto provocó disensiones entre los grupos de poder, pero no tardaron en ser superadas, como lo prueba el que el período de tensiones entre las regiones sólo se extienda entre 1891 y 1894, años que podemos considerar de transición entre el estado imperial y el oligárquico. Las sucesivas elecciones a la presidencia de Prudente de Morais (1894-1898) y de Manuel Campos (1898-1902), conocidos exponentes de la oligarquía paulista, sirvieron para consolidar el nuevo sistema político. el nuevo modelo de sistema político instaurado en 1891, al que los historiadores han denominado «la vieja república», no fue sino la adecuación de la estructura política a una situación de hecho, uno de cuyos elementos lo constituía la estrecha alianza entre la oligarquía de São Paulo y el capital inglés. Precisamente por ello Inglaterra no intervino a favor del imperio; el advenimiento de la república aumentó sus posibilidades de influir en la política brasileña. El sistema político brasileño una vez realizado el acuerdo entre los grupos dominantes, no evolucionó más. Escasa consistencia de partidos políticos debido a que el el gran conflicto ideológico que afligió a las oligarquías latinoamericanas del siglo xix (las relaciones estado-Iglesia) había quedado resuelto ya en 1891, con el establecimiento de la separación. Las modificaciones sociales y económicas del período 1891-1914 repercutieron más tarde en el sistema político, dado que el crecimiento económico, substancialmente basado en el incremento constante de la producción de café y en el consiguiente aumento de la inmigración europea en el sur (sobre todo en la zona de São Paulo), generó no pocas dificultades. Cuando estalló la primera guerra mundial, la vieja república oligárquica estaba amenazada de muerte; lo confirma el que en 1921 empiecen de nuevo los alzamientos regionales, en un contexto general agravado por el malestar de la clase media. LA REBELIÓN URBANA; URUGUAY Y ARGENTINA. Las rebeliones urbanas, dieron vida a un proyecto político distinto del de la oligarquía. Con ello, las rebeliones urbanas de este período señalan el principio del fin del gran sueño oligárquico. Donde primero se manifestó este fenómeno de la rebelión de las capas inedias y de las poblaciones urbanas en general fue en Uruguay. datos demográficos muestran que la oleada inmigratoria tuvo tendencia a acumularse sobre todo en la capital, agravando el contraste entre ciudad y campo, telon de fondo de la rebelión de las capas medias urbanas.
La economía del país siguió basándose esencialmente en la estructura agraria, en la que predominaba la ganadería ovina, principal producto de exportación. la historiografía uruguaya divide la evolución política del país en cuatro fases: caudillísta, que dura hasta 1872; militar, hasta 1890; presidencial, hasta 1904; y, finalmente, fase del estado asistencial, institucionalizada por la constitución de 1917. Esta periodización, al privilegiar los elementos de ruptura en la evolución política, hace hincapié en un aspecto formal, superficial, y oculta el verdadero problema, que es el de la continuidad de la clase dominante en la gestión del poder político. En el reparto del poder regional entre blancos y colorados, que se da luego de la paz de 1872, dejaba sin resolver el problema de la gestión del poder central, pues si bien la capital se encontraba en una región dominada por los colorados, para que la autoridad del gobierno fuera efectiva, necesitaba el reconocimiento de la oligarquía blanca. Dado que el poder central no podía ser Ocupado, a corto plazo, por una coalición de blancos y colorados, se fue creando un espacio político para las fuerzas armadas las cuales actuaron como fuerzas equilibradoras, creando las condiciones para una posterior gestión directa del poder central por parte de los grupos oligárquicos. Entre 1876 y 1886 se produjeron dos nuevos fenómenos: por un lado, el incremento demográfico del área urbana de Montevideo: por el otro, el refuerzo del poder económico de la oligarquía colorada, que intentó valerse de la creciente importancia de la capital y formuló la pretensión de que el presidente de la república liabía de ser uno de los suyos. La guerra del Quebracho (1886), que fue el enfrentamiento armado definitivo entre los dos grupos oligárquicos, significó la conquista de la supremacía política por parte de los colorados. Si bien el aumento de las exportaciones y el consiguiente crecimiento de la ciudad de Montevideo contribuyeron a debilitar el poder de la oligarquía blanca, también crearon peligrosas tensiones dentro de la oligarquía colorada; ésta no podía ya seguir utilizando en provecho propio a las capas urbanas, que empezaban a presionar para tomar parte en la gestión del poder político y participar en los beneficios de la expansión económica. El presidente Tosé Batlle y Ordóñez, perteneciente al grupo colorado, fue el primero en promover una vasta reorganización del poder político al asociar a las capas urbanas a la gestión del estado, aunque les reservó una posición subalterna. el nuevo orden comportó el que en los partidos políticos se produjeran cambios significativos. El partido colorado fue el primero en dotarse de una verdadera estructura, y lo mismo tuvo que hacer el partido blanco, que además, para no ser arrollado, se vio en la necesidad de buscar adhesiones entre las capas urbanas; con este fin, desplegó una gran actividad, especialmente entre los inmigrantes españoles, mientras que el partido colorado se dedicaba a los de otros orígenes. El resultado de la acción de Batlle y Ordóñez consistió en que, a través de la creación de un estado asistencial, quedaron reducidos los conflictos sociales, que partiendo de las ciudades habrían acabado por destruir las estructuras agrarias sobre las que se basaba, esencialmente, la expansión económica uruguaya. La rebelión urbana, tal vez porque fue prematura y se produjo antes de que la capa social de los empleados se hubiera transformado completamente en clase media, o acaso porque coincidió con un momento de expansión económica que facilitaba la extensión de ciertos privilegios a las capas urbanas, redundó, a fin de cuentas, en beneficio de la oligarquía uruguaya, ya que la llevó a efectuar reajustes que le garantizaron una hegemonía ininterrumpida hasta la segunda mitad del siglo xx. Los fenómenos que hemos observado en Uruguay se dan en Argentina a mayor escala, país mas favorecido económicamente en latam. Recibió una corriente inmigratoria tal que trastornó no sólo la demografía global del país, sino también el equilibrio demográfico entre las regiones, provocando el enorme crecimiento de la ciudad de Buenos Aires y su región circundante. El fondo de la escena en que crecen y toman consistencia las nuevas tendencias equilibradoras del orden político ideado por la oligarquía no presenta, pues, grandes
Esta guerra también fue un viraje decisivo en la situación política. La clase dominante advirtió que había sufrido una derrota, temerosos de que cualquier nueva guerra de independencia desembocará a la postre en una guerra popular, la oligarquía abandonó todo proyecto de lucha por desgajarse del Estado español, conformándose con reclamar a la metropolí un régimen autónomo. En este contexto negativo desde los puntos de vista político y económico tuvo lugar la fundación del Partido Revolucionaria Cubano en Nueva York el año 1887. (bajo la dirección de José Marti) Adopto una línea política sólida y seria; consiguió favorecido en esto por la política represiva del gobernador español en Cuba, aumentar de continuo su número de adherentes, en proveniencia de todos los estratos sociales. Las propuestas sociales y económicas del programa del Partido Revolucionario Cubano iban infinitamente más lejos que las formuladas por los partidos de las capas medias en otros países latinoamericanos, sólo admiten comparación con las exigencias formuladas sobré la marcha (pero de manera más confusa y sin estructural) por los componentes populares de la revolución mexicana. El periodo de preparación de la lucha por la independencia duró desde 1887 hasta 1894. La insurrección armada contra el gobierno español estalló en febrero de 1895 y continuó basta 1896 pese a la muerte de José Martí, lo cual demostró que el PRC había conseguido crear una estructura capaz de funcionar por sí misma, sin necesidad de personalismos. En 1896, las fuerzas cubanas habían liberado gran parte del territorio, y solamente los centros urbanos quedaban en poder de los españoles. También en esto la guerra por la independencia de Cuba se asemeja a la Revolución mexicana; las dos se organizaron a partir de las áreas rurales. Pero el contenido social, y no sólo político, de la insurrección no podía por menos de suscitar la aprensión de los intereses económicos norteamericanos. En su programa, el PRC afirmaba que, una vez conseguida la independencia, el estado repartiría entre los campesinos las tierras que poseía y, al mismo tiempo, adoptaría todas las medidas necesarias para que la estructura productiva agraria se diversificase, de modo que la economía no dependiera totalmente del mercado internacional del azúcar. Obviamente, la aplicación de este programa habría sido perjudicial para el monopolio norteamericano sobre el azúcar y sobre el comercio exterior. Los Estados Unidos se apercibieron de que, si no intervenían en el conflicto, corrían un doble riesgo: perder sus posiciones económicas en la isla y ver fracasar su propósito de consolidar la zona de salvaguarda política y militar exterior que comprendía todo el Caribe y se extendía basta Venezuela y Panamá. La conjunción de los intereses económicos y de los imperativos de seguridad movieron al gobierno norteamericano a no permanecer ajeno a lo que ocurría en Cuba; así se dio la primera intervención armada del imperialismo norteamericano. El pretexto fue el hundimiento del Maine en la bahia de La Habana; esto dio pie para que el ejército de los Estados Unidos ocupara los centros aún en poder de los españoles y al mismo tiempo neutralizase el ejército de los independentistas. Entre 1898 y .1902, años en que Cuba permaneció ocupada por las tropas de EE.UU., fueron creadas las condiciones que a continuación permitirían a los EUnidos administrar indirectamente la isla: disolución del ejército independentista, oferta de protagonismo político a la clase dominante para atraerla a la causa norteamericana, restitución de las propiedades confiscadas a los plantadores culpables de haber colaborado con los españoles a fin de obtener su agradecimiento y, por ende, su apoyo. Los Estados Unidos se encargaron de desnaturalizar el significado profundo de la guerra de independencia. Por último, antes de retirar sus tropas de la isla, el gobierno norteamericano impuso al presidente Tomás Estrada la aceptación de la cláusula Platt y su inclusión en la carta constitucional. Dicha cláusula precisaba que el estado cubano no podía tomar iniciativas perjudiciales para la política exterior de los Estados Unidos, y que estos se reservaban el derecho a intervenir en Cuba si las circunstancias lo exigían. La prerrogativa tardó poco en ser utilizada, por cuanto en 1906 se produjo una nueva intervención norteamericana en Cuba, con el pretexto de restablecer el orden y para
reprimir una sublevación popular que pretendía impedir la reelección del presidente fantoche Tomás Estrada. La segunda ocupación norteamericana duró hasta 1909 cuando terminó, había quedado provisionalmente eliminada toda manifestación de hostilidad hacia la clase dominante, que había aceptado administrar el país en beneficio de los intereses norteamericanos.