














Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
Investigacion de cardiopatias congenitas
Tipo: Ejercicios
1 / 22
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
La definición de cardiopatías congénitas (CC) varía ampliamente entre los informes
epidemiológicos de la enfermedad. En esta revisión nos adherimos a la definición propuesta
por Mitchell, et al., los cuales la refieren como una anomalía estructural grave del corazón o
los grandes vasos intratorácicos que es real o posiblemente de importancia funcional.( Van
der Bom,2011)
Constituyen la malformación congénita más frecuente, con una incidencia de 2.5 a 3 por
cada 1,000 nacimientos(Peña-Juarez RA,2019). En el 2000 la prevalencia global era de
11.9 por cada 1,000 nacimientos (Merelli Aj,2007). Al me nos un tercio requerirán algún
tipo de intervención en el primer mes de vida con un alto riesgo de muerte sin un
diagnóstico oportuno. Su presentación clínica tiene un amplio contexto, la presentación
cardinal de cianosis, shock e insuficiencia cardiaca pueden confundirse con problemas a
nivel pulmonar o infeccioso, lo que retrasa su diagnóstico y, por lo tanto, los médicos que
atienden a estos pacientes deben establecer una amplia gama de diagnósticos diferenciales y
considerar las CC cuando se maneja un neonato críticamente enfermo(Dolbec K,2011). El
monitoreo por oximetría de pulso se utiliza como método de tami- zaje para la detección de
cardiopatías congénitas críticas (CCC),(Dawson,2013) sin embargo, a pesar de que la
Academia Ame- ricana de Pediatría (AAP) y la Asociación Americana del Corazón (AHA)
lo recomiendan en muchos hospitales no se cuenta con el material que se requiere para
reali- zarlo. Los avances en el tratamiento de los niños con CC han sido notables, con una
disminución importante de la mortalidad quirúrgica (del 15% en 1990 al 5% en el a ño
2000), secundaria a la detección temprana, técnicas qui- rúrgicas y atención preoperatoria y
postoperatoria(Peña-Juarez RA,2019). Sin embargo, en muchos hospitales no se cuenta con
el equipo multidisciplinario para su atención. Es por ello que los médicos que son el primer
contacto de atención de estos pacientes requieren capacitación para la detección y manejo
oportuno de las CC. El objetivo de este artículo es ofrecer un panorama general de la
clínica, diagnóstico y manejo inicial de las CC que pueda ser de utilidad para mejorar la
atención de estos pacientes. Para fines prác- ticos, el artículo se dividirá en dos partes: la
primera in- cluye la etapa neonatal y la segunda, la etapa lactante.
incremento en la concentración de oxígeno arterial a más de 150 mmHg cuando se exponen
al 100% de oxígeno. Aunque la FiO 2
al 100% solo se logra con el paciente intubado, se
cuenta con un test práctico donde se administra oxígeno a 10 litros/minuto por 10 minutos
para valo- rar la respuesta de la saturación. Si la SaO 2
por oximetría no incrementa a más
del 95%, la medición por gasometría arterial no es necesaria. Existen múltiples
clasificaciones de las CC, sin em- bargo, para entender los tipos de CC y su manejo se
requiere tomar en cuenta algunos puntos fisiológicos cardiovasculares básicos. Los
principios hemodinámi- cos de la fisiología cardiaca se basan en los principios básicos de la
mecánica de fluidos e hidrodinámica. Estos conceptos son fundamentales para entender las
relaciones entre circulación pulmonar y sistémica, que es crucial para la atención adecuada
de las CC (Kumar KR 2019).
El gasto cardiaco se define como el volumen que bombea el corazón por unidad de tiempo;
dos de sus componentes básicos son el flujo de sangre sistémico y pulmonar, siendo el
cociente entre ambos de 1. El método de referencia para la medición del cociente flujo
pulmonar y flujo sistémico (Qp:Qs) es el método de Fick, que consiste en la medida de la
concentración de oxígeno de muestras de sangre obtenida mediante catéter de distintos
puntos de la circulación pulmonar y sistémica tras 10 minutos de respiración con oxígeno al
21%, calculándose:
Q (l/min) = Consumo de O2 (ml/min) / Diferencia ar- teriovenosa de O2 (ml/l)
De esta manera se puede caracterizar la disminución o incremento en la concentración de
oxígeno secunda- rio a un cortocircuito intrapulmonar, intracardiaco o por alteración de
ventilación/perfusión. La medida del co- ciente entre el gasto pulmonar y el sistémico nos
infor- ma sobre la integridad de la independencia entre estas dos circulaciones(Marin
Rodriguez C,2015)
Qs → flujo sistémico.
Qp → flujo pulmonar.
Qp:Qs → relación de flujos:
Qp:Qs = 1 → normal.
Qp:Qs < 1 → cardiopatías con flujo pulmonar disminuido (alteración en la
continuidad del flujo ven- triculopulmonar y permeabilidad del conducto arterioso)
(Riera Kinkel C,2010).
Qp:Qs > 1 → CC con flujo pulmonar aumentado, existe paso de sangre sistémica a
la circulación pulmonar.
Tradicionalmente se nos enseñan las T y H de las CC cianóticas por sus siglas en inglés.
Incluyen: atresia tricuspídea (TA), tetralogía de Fallot (TOF), transposi- ción de las grandes
arterias (TGA), tronco arterioso (TAC), conexión anómala total de venas pulmonares
(TAPVR) y síndrome de ventrículo izquierdo hipoplásico (HLHS)(Desai K,2019). Sin
embargo, la variedad de las lesiones que presentan cianosis excede los límites de esta lista,
por lo que es mejor que se enfatice en la comprensión de la fisiopatología de las CC
mediante el uso de la pre- sentación clínica para reducir los diagnósticos diferenciales y
mejorar el manejo. La clasificación con base en la clínica y manejo. Para ello se divide a
los pacientes en dos grandes grupos, cada uno con subtipos:
El primer paso es determinar la presencia o no de cianosis:
por causa car- diaca o pulmonar. Es causada por la presencia de sangre desoxigenada a
nivel capilar. Los neonatos pueden presentar cianosis periférica transitoria (acrocianosis),
que puede ocurrir en niños con anatomía y función cardiaca normal como resultado de
condiciones benignas como exposición al frío, y otras condiciones graves no cardiacas,
como sepsis. La cianosis central incluye membranas mucosas, labios o tronco; siempre es
patológica(Martin Escribano P,1974). La cianosis depen- de del grado de desaturación
arterial en primer lugar, y de la cantidad total de hemoglobina y del volumen minuto
cardiaco. La interrelación de estos tres facto- res puede ser asimilada con la siguiente
fórmula matemática:
Respecto a las pruebas diagnó sticas, las cardiopatí as congé nitas suelen producir
alteraciones en el electrocardiograma y la radiografí a de tó rax, pero la prueba diagnó stica
fundamental es la ecocardiografí a, que permite diagnosticar y evaluar la gravedad de la
mayorí a de ellas. En ocasiones puede ser necesario realizar un cateterismo cardiaco.
El tratamiento, cuando se precisa, suele ser quirú rgico. En algunos casos, la alteració n
puede corregirse con una ú nica intervenció n quirú rgica, pero en las cardiopatí as congé nitas
má s complejas puede ser necesaria la realizaci ó n de má s de una operació n. Con el
desarrollo de las nuevas tecnologí as, muchos procedimientos se pueden realizar por ví a
percutá nea mediante punciones, sin necesidad de cirugí a abierta.
Una vez intervenidos, muchos pacientes con cardiopatí as congé nitas permanecen
completamente asintomá ticos. Sin embargo, es fundamental realizar seguimientos a nivel
cadioló gicos al menos de forma anual con el fin de prevenir y detectar la posible aparció n
de complicaciones evolutivas.
La CC suele estar dividida en dos tipos: cianó tica (coloració n azulada producto de una
relativa falta de oxí geno) y no cianó tica. Las siguientes listas cubren las CC má s comunes:
Cianó ticas:
Anomalí a de Ebstein
Corazó n izquierdo hipoplá sico
Atresia pulmonar
Tetralogí a de Fallot
Drenaje venoso pulmonar anó malo total
Transposició n de los grandes vasos
Atresia tricú spide
Tronco arterial
No cianó ticas:
Estenosis aó rtica
Vá lvula aó rtica bicú spide
Comunicació n interauricular (CIA)
Canal auriculoventricular (defecto de relieve endocá rdico)
Coartació n de la aorta
Conducto arterial persistente (CAP)
Estenosis pulmonar
Comunicació n interventricular (CIV)
Estos problemas pueden presentarse como solos o juntos. La mayorí a de los niños con CC
no tienen otros tipos de defectos de nacimiento. Sin embargo, las anomalí as cardí acas
tambié n pueden ser parte de sí ndromes gené ticos y cromosó micos, algunos de los cuales
pueden ser hereditarios.
Los ejemplos incluyen:
Sí ndrome de DiGeorge
Sí ndrome de Down
Sí ndrome de Marfan
Sí ndrome de Noonan
Sí ndrome de Edwards
Trisomí a 13
Sí ndrome de Turner
Sí ntomas
Los sí ntomas dependen de la afecció n. Aunque la CC esta presente al nacer, es posible que
los sí ntomas no aparezcan inmediatamente.
Es posible que defectos como la coartació n de la aorta no causen problemas durante años.
Otros problemas, como una comunicació n interventricular (CIV) pequeña, una
comunicació n interauricular (CIA) o un conducto arterial persistente (CAP), probablemente
nunca causen ningú n problema.
Pruebas y exámenes
La mayorí a de los defectos cardí acos congé nitos se detectan durante una ecografí a del
embarazo. Cuando se encuentra una anomalí a, un cardió logo pediatra, un cirujano y otros
En este apartado, se consensuó la informació n que hay que recoger en la historia cl ínica
(como la evolució n de la curva pondero-estatural, la presencia de fatiga o aumento de la
cianosis durante la toma, sí ntomas asociados a la ingesta, etc.) y la evaluació n nutricional a
realizar en los lactantes con CC cuando son atendidos en nutrició n pediá trica, siendo
fundamental la antropometr ía, signos de insuficiencia cardiaca y signos de alarma de
desnutrició n. Se consensuaron determinaciones analí ticas que se recomienda realizar, como
funció n renal y hep ática, iones, metabolismo del hierro, albú mina, prealbú mina u hormonas
tiroideas, entre otras determinaciones.Hubo consenso en que para clasificar el estado
nutricional se usen los criterios basados en percentiles o Z-scores con índices que incluyen
peso/talla, peso/edad y talla/edad.
Nos basaremos principalmente:
Historia clinica Evaluacion nutricional Determinaciones
analiticas
Datos de la gestació n
Antropometrí a al nacimiento
Factores socioeconó micos
Evolució n de la curva
pondoestatural Velocidad de
crecimiento Medicació n
concomitante Encuesta
dieté tica detallada Apetito
Fuerza y duració n de la
succió n Fatiga durante la toma
y/o aumento de la cianosis
Actividad fí sica y calidad del
descanso Sí ntomas asociados
(p. ej. vó mitos, diarrea,
infecciones de repetició n, etc.)
Peso Longitud o talla Percentil
de la relació n peso-talla
Per ímetro cefá lico Per ímetro
braquial Índice de masa
corporal Porcentaje de peso
está ndar (í ndice de
Waterlow)Signos de
insuficiencia cardiaca Signos
de alarma de desnutrició n
Incluir alg ún aná lisis de la
composició n corporal Otras
determinaciones no
consensuadas: pliegue
subescapular, per ímetro
torá cico, perí metro abdominal,
pliegue tricipital, índice
nutricional de McLaren,
í ndices de masa muscular de
Saturació n de O 2 (por
pulsioximetrí a) Hemograma
Funció n renal Funció n
hepá ticaIones (sodio, potasio)
Calcio ió nico Metabolismo del
hierro Proteí nas totales
Alb úmina Prealbú mina
Hormonas tiroideas Otras
determinaciones no
consensuadas : perfil lipí dico,
inmunoglobulinas, IGF-1,
proteí na transportadora del
retinol, fibronectina, vitaminas
hidrosolubles (á cido fó lico y
vitamina B12), vitaminas
liposolubles (vitaminas A, D,
E y K), micronutrientes (zinc,
cobre, magnesio, etc.), alfa-1-
Quetelet. antitripsina en heces, elastasa
fecal, cuantificació n de grasas
en heces, estudio de la
inmunidad celular
Respecto a la estimació n de los requerimientos nutricionales (tabla 2), se consideró que se
pueden usar las recomendaciones nutricionales para lactantes sanos con ajuste segú n
evolució n, como aumentar 50-100% en caso de malnutrició n cró nica, o aumentar 25-50%
en caso de que se prevea una cirugí a mayor. Tambié n hay que ajustar los requerimientos
caló ricos y de proteí nas seg ú n el riesgo nutricional. En pacientes con riesgo nutricional
bajo, se puede tomar como referencia un aporte de 90-100 kcal/kg y 1,5 g/kg de proteí nas,
en pacientes con riesgo moderado, un aporte de 110-120 kcal/kg y 2,5 g/kg de prote ínas, y
en pacientes con riesgo alto un aporte de 120-150 kcal/kg y hasta 4 g/kg de prote ínas. Las
recomendaciones caló ricas diarias en el lactante con CC hemodiná micamente significativa
y malnutrido podrí an llegar incluso a tres veces el metabolismo basal.
Para la estimació n de los requerimientos nutricionales, se pueden usar las recomendaciones para
la nutrició n normal del lactante (p. ej., ecuaciones predictivas de requerimientos ajustada a la
edad del niño):- Y ajustar segú n la evolució n.- Y aumentar 50-100% en caso de malnutrició n
cró nica.- Y aumentar 25-50% en caso de que se prevea una cirug ía mayor.• Hay que ajustar los
requerimientos cal óricos y de proteí nas al riesgo nutricional:- En pacientes con riesgo nutricional
BAJO: se puede tomar como referencia un aporte de 90-100 kcal/kg y 1,5 g/kg de prote ínas.- En
pacientes con riesgo nutricional MODERADO: se puede tomar como referencia un aporte de
110-120 kcal/kg y 2,5 g/kg de prote ínas.- En pacientes con riesgo nutricional ALTO: Se puede
tomar como referencia un aporte de 120-150 kcal/kg y hasta 4 g/kg de proteí nas.• Las
recomendaciones caló ricas diarias en el lactante con CC hemodiná micamente significativa y
malnutrido podr ían llegar incluso a tres veces el metabolismo basal, es decir, cercano a 175-
kcal/kg para conseguir recuperar ( catch-up ) y mantener un crecimiento
adecuado.• Recomendación no consensuada : El aporte proteico debe ser 6-8% del aporte
nutricional.Seguimiento:• El seguimiento del lactante con CC puede ser inicialmente semanal,
posteriormente cada 15 dí as y luego mensual.• Se recomienda que el seguimiento por parte de
nutrici ón de los pacientes con un riesgo nutricional ALTO se realice cada semana (o con m ás
Tipo de alimentación: Vía de administración:
lí pidos y/o hidratos de carbono (cuidando
siempre de mantener un adecuado porcentaje
de nutrientes en el valor caló rico total de la
dieta).- Iniciar antes de lo habitual la
alimentació n complementaria (cereales sin
gluten generalmente), pero nunca antes de los
4 meses.- Utilizar una fó rmula polimé rica
lí quida de nutrició n enteral para lactantes que
presente una densidad cal órica de 1
kcal/ml.- No consensuado : aumentar la
concentraci ón de la fó rmula lá ctea (bajo
supervisió n mé dica y avisando a la familia de
lo excepcional de la medida).• Cuando se
aumenta la densidad cal órica de la fó rmula
para dar el aporte energé tico necesario sin
aumentar el volumen, se debe tener en cuenta
que las pé rdidas insensibles en estos niños
pueden estar aumentadas en un 10-15% o
má s.• No consensuado : si la cantidad de
volumen que se necesita para aportar la
adecuada ingesta proteicocaló rica se tolera
mal, será recomendable intensificar el
tratamiento diuré tico antes que disminuir el
aporte.
Aporte de lí quidos y electrolitos: Puede
existir un lí mite má ximo y un lí mite mí nimo
de ingesta diaria de lí quidos recomendado.• En
general, el aporte lí quido total per os no debe
exceder un má ximo de 165 mL/kg/dí a.• Si la
cantidad de volumen que se necesita para
aportar la adecuada ingesta proteicocaló rica se
tolera mal, ser á recomendable intensificar el
tratamiento diuré tico antes que disminuir el
aporte.• En general, el aporte de Na
se debe
limitar a 2,2-3 mEq/kg/dí a.• No consensuado :
Se recomienda realizar controles rutinarios de
osmolaridad urinaria para mantenerla entre
300-400 mOs/L.• No consensuado : puede
existir lí mite má ximo de ganancia de peso
diaria/semanal en lactantes con CC.• No
consensuado : se deben monitorizar los niveles
sé ricos de vitamina D y se deben usar
suplementos para asegurar un nivel de 25
dependiendo de la edad del paciente.• Cuando la
tolerancia a la sonda de instauració n nasal o la
sonda de gastrostomí a endoscó pica no es
adecuada, puede colocarse para administració n
pospiló rica.• En caso de no tolerar la
administraci ón en bolos se puede valorar
administrar la nutrici ón por sonda en forma
enteral continua o con bomba de nutrició n.• La
ví a parenteral solo está indicada cuando existe
imposibilidad de utilizar el tracto gastrointestinal,
como soporte a la nutrició n enteral o si no es
posible alcanzar las kcal necesarias con esta.• No
consensuado : La gastrostom ía endoscó pica
percutá nea es la ví a de elecció n cuando se prevé
una nutrició n enteral de m ás de 8 semanas de
duració n.
Otras recomendaciones
•El tratamiento del quilot órax requiere la
sustitució n de fó rmulas infantiles por fó rmulas
ricas en triglic éridos de cadena media que se
absorbe directamente en el sistema venoso
portal.• No existe suficiente evidencia como para
recomendar probi óticos en los niños con CC de
forma sistemá tica.• Dadas las fuertes
asociaciones con el beneficio general en la
poblaci ón infantil, la dosis de ácidos grasos
omega 3 debe coincidir con las recomendaciones
dieté ticas actuales para la població n sana.• Todo
paciente que pese a optimizació n nutricional
má xima persista en su alteraci ón del estado
nutricional deber á ser reevaluada su situació n
cardioló gica por cardiologí a pediá trica.• Se debe
formar y apoyar a los padres y cuidadores de
niños con CC en el cuidado y manejo de las
diferentes terapias nutricionales en esos
pacientes.
Tipo de alimentación: Vía de administración:
Tips importantes
Existen perí odos crí ticos en el tratamiento nutricional de niños con CC, como el
tiempo previo a la cirugí a, en el cual se deben usar todas las herramientas necesarias
para tratar lo má s rá pidamente una desnutrició n o impedir su desarrollo.
Todos los cambios instituidos deben ser graduales. Cuando se planifica realizar
varias modificaciones en la alimentació n, se sugiere que se indiquen una a una, para
poder evaluar mejor la tolerancia y la respuesta.
Es muy importante el seguimiento y la evaluació n constante e individual de los
resultados.
Los mejores resultados se logran cuando es llevado a cabo por un equipo
interdisciplinario, integrado por cardió logo, cirujano cardí aco, pediatra con
conocimientos en nutrició n, licenciado en nutrici ó n y enfermero.
Los principales factores que influyen sobre los requerimientos nutricionales en niños con
CC son:
a) Estado nutricional
b) Tipo de cardiopatí a
c) Estado hemodiná mico del paciente
Estado nutricional. Los niños con desnutrició n necesitan mayores aportes caló ricos,
proteicos y de otros nutrientes, para reparar y reponer todos los componentes corporales
dañados y para permitir crecimiento compensatorio, en los casos con compromiso de éste.
Los niños con desnutrició n aguda severa se encuentran en una situaci ó n precaria y de riesgo
vital, por la que requieren un manejo especial.
Tipo de cardiopatí a. Debe considerarse, sobre todo si se acompañan de hiperflujo pulmonar
o no, ya que esta caracterí stica fisiopatoló gica es una de los principales determinantes de la
repercusió n sobre el estado nutricional.
Fase posquirú rgica.
Requerimiento posprandial de oxí geno excesivo.
La nutrició n enteral, a travé s de SNG puede administrarse en distintas formas, segú n
el estado clí nico y la tolerancia:
A dé bito continuo durante 24 horas: se utiliza en casos de insuficiencia card íaca o
hipertensió n pulmonar grave, cuando el aumento del consumo de oxí geno puede ser
deleté reo.
Dé bito continuo durante la noche.
Intermitente. Las tomas pueden administrarse en bolos, en perí odos de tiempo
variables. Esta forma de administració n es má s fisioló gica.
Restricción hí drica
En los niños que necesitan restricció n hí drica por su situació n hemodiná mica, es necesario
incrementar la densidad caló rica de la fó rmula y la alimentació n.
Es importante no indicar un aporte de nutrientes menor al necesario, con el afá n de
restringir el volumen. Existen alternativas para lograr la compensació n hemodin ámica, que
deben discutirse con el equipo tratante
3 .
Opciones para alcanzar mayor aporte calórico con la alimentación
Los niños portadores de CC, por su alto requerimiento caló rico, las restricciones hí dricas
que puedan tener y las dificultades que frecuentemente presentan para la succió n, muchas
veces se benefician del aumento de la densidad caló rica de la alimentació n. Esto se puede
lograr a travé s de:
a) Agregado de mó dulos caló ricos a la fó rmula o a la alimentaci ó n:
Maltodextrina: hidrato de carbono que aporta 4 calorí as/g. Se puede agregar a la
fó rmula o alimentos só lidos, en concentraciones de 5 a 30 g cada 100 ml (5%-30%).
No alteran el color, el gusto, la consistencia ni la osmolaridad del alimento. Algunas
presentaciones comerciales de maltrodextrina contienen sodio, por lo que se sugiere
vigilar el contenido final de este mineral en el alimento, tras su adicci ó n.
Mó dulos lipí dicos: pueden utilizarse aceites vegetales (de soja, arroz, girasol,
canola, etc.) o triglicé ridos de cadena media (TCM). Aportan 9 calor ías /ml.
Los aceites vegetales pueden administrarse mezclados con los alimentos
semisó lidos y só lidos, o directamente por ví a oral, en varias tomas diarias. No se
aconseja su agregado a la fó rmula, ya que por su composici ó n, no se mezclan en
forma uniforme y quedan adheridos al biberó n. Se puede administrar entre 1 y 3 ml
cada 100 ml de fó rmula u otro alimento. Tienen la ventaja de ser accesibles y de
bajo costo. Aportan á cidos grasos esenciales en buena concentració n.
Los TCM se pueden mezclar a los alimentos o a la fó rmula, en concentraciones de 1
a 3 ml/100 ml de alimento. No alteran el color, el gusto, la consistencia ni la
osmolaridad de la preparació n. Tienen como desventaja su elevado costo y su bajo
aporte de ácidos grasos esenciales. Debe vigilarse su uso en niños con hipoxia
porque inhiben la oxidació n grasa.
b) Variació n de la concentració n de la f ó rmula. Los preparados para lactantes pueden
prepararse a mayor concentració n, con lo que se logra un mayor aporte caló rico. Debe
tenerse especial cuidado ante potenciales errores en la preparació n. Ademá s debe tenerse en
cuenta que tambié n se incrementa la carga osmolar y la concentració n de todos los
componentes, aumentando el aporte de proteí nas y sodio, lo que puede ser deleté reo en
estos niños
3 , 12 .
c) Empleo de fó rmulas con mayor concentració n caló rica.
Las fó rmulas para prematuros aportan entre 70 y 80 cal/ml. Tiene mayor
concentració n proteica que las recomendadas para niños nacidos a té rmino, por lo
que su indicació n deberí a restringirse a lactantes prematuros, hasta los 6 meses de
edad.
Fó rmulas que aportan 1 cal/ml de fó rmula (isocaló ricas) o má s de 1 cal/ml
(hipercaló ricas). Debe vigilarse su osmolaridad. En niños menores de 1 año se
recomiendan fó rmulas isoosmolares con respecto al plasma; en niños mayores
pueden indicarse preparados con mayor osmolaridad.
Tipo de alimento sugerido
Se sugiere fijar metas, desde el inicio del tratamiento, con respecto a los resultados
y los plazos que se pueden esperar.
El incremento excesivo de peso corporal en la etapa aguda debe llamar la atenció n.
Es importante realizar un registro minucioso de los alimentos consumidos por el
niño.
La evaluació n de la composició n corporal puede permitir una mejor interpretaci ó n
de los resultados del tratamiento nutricional.
Bibliografia:
W. Wu, J. He, X. Shao.Incidence and mortality trend of congenital heart disease at
the global, regional, and national level, 1990-2017.Medicine (Baltimore)., 99
(2020), pp. e2059 http://dx.doi.org/10.1097/MD.0000000000020593 | Medline
A.C. Luca, I.C. Miron, D.E. Mîndru, A.S. Curpăn, R.C. Stan, E. ?arcă, et al .Optimal
Nutrition Parameters for Neonates and Infants with Congenital Heart Disease.
Nutrients., 14 (2022), pp. 16 http://dx.doi.org/10.3390/nu14081671 | Medline
H.E. Karpen.
Nutrition in the Cardiac Newborns. Clin Perinatol., 43 (2016), pp. 131-
14 http://dx.doi.org/10.1016/j.clp.2015.11.009 | Medline
J.I.E. Hoffman, S. Kaplan. The incidence of congenital heart disease.J Am Coll
Cardiol., 39 (2002), pp. 1890-1900 http://dx.doi.org/10.1016/s0735-1097(02)01886-
7 | Medline
Rosell Camps A, Garcí a Algas F. Nutrició n en el lactante con cardiopatí a congé nita.
En: Albert Brotons DC (coord.). Cardiologí a pediá trica y cardiopatí as congé nitas
del niño y del adolescente. Vol. II. [Internet], [consultado 1 May 2023]. Disponible
en: http://video.grupocto.com/videosespecialidades/TratadoCpediatrica/
CARDIOLOGIA_PEDIATRICA_Vol_II.pdf.
C. Larson-Nath, P. Goday. Malnutrition in Children with Chronic Disease.Nutr Clin
Pract., 34 (2019), pp. 349-358 http://dx.doi.org/10.1002/ncp.10274 | Medline
Valente AM, Dorfman AL, Babu-Narayan SV, Kreiger EV. Congenital heart
disease in the adolescent and adult. In: Libby P, Bonow RO, Mann DL, Tomaselli
GF, Bhatt DL, Solomon SD, eds. Braunwald's Heart Disease: A Textbook of
Cardiovascular Medicine. 12th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2022:chap 82.
Well A, Fraser CD. Congenital heart disease. In: Townsend CM Jr, Beauchamp RD,
Evers BM, Mattox KL, eds. Sabiston Textbook of Surgery: The Biological Basis of
Modern Surgical Practice. 21st ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2022:chap 59.
Enciclopedia M édica A.D.A.M. [Internet]. Johns Creek (GA): Ebix, Inc., A.D.A.M.;
©1997-2022. Anomalí as de la congenitas; [actualizado 16 abr. 2021; consulta 28
abril. 2023]; [aprox. 4 p.]. Disponible
en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003247.htm
L. Justice, J.R. Buckley, A. Floh, M. Horsley, J. Alten, V. Anand, et al. Nutrition
Considerations in the Pediatric Cardiac Intensive Care Unit Patient. World J Pediatr
Congenit Heart Surg., 9 (2018), pp. 333-
343 http://dx.doi.org/10.1177/
N.M. Mehta, C. Compher, A.S.P.E.N. Board of Directors.A.S.P.E.N. Clinical
Guidelines: nutrition support of the critically ill child. JPEN J Parenter Enteral
Nutr., 33 (2009), pp. 260-
http://dx.doi.org/10.1177/0148607109333114 | Medline
N.M. Mehta, H.E. Skillman, S.Y. Irving, J.A. Coss-Bu, S. Vermilyea, E.A.
Farrington, et al .Guidelines for the Provision and Assessment of Nutrition Support
Therapy in the Pediatric Critically Ill Patient: Society of Critical Care Medicine and
American Society for Parenteral and Enteral Nutrition.J Parenter Enter Nutr., 41
(2017), pp. 706-742 http://dx.doi.org/10.1177/
C. Pedró n Giner, M. Cuervas-Mons Vendrell, R. Galera Martí nez, L. Gó mez Ló pez,
P. Gomis Muñoz, I. Irastorza Terradillos, et al .Guí a de prá ctica clí nica
SENPE/SEGHNP/SEFH sobre nutrici ó n parenteral pediá trica.Nutr Hosp., 34
(2017), pp. 745 http://dx.doi.org/10.20960/nh.1116 | Medline
Van der Bom T, Zomer AC, Zwinderman AH, Meijboom FJ, Bouma BJ, Mulder
BJ. The changin epidemiology of congenital heart disease. Nat Rev Cardiol.