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Orientación Universidad
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Cardiopatías Congénitas en la Infancia y Adolescencia: Diagnóstico y Manejo Inicial, Ejercicios de Salud Pública

Investigacion de cardiopatias congenitas

Tipo: Ejercicios

2020/2021

Subido el 29/05/2023

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Universidad del Valle de Mexico
Nutrición en la infancia y adolescencia
Trabajo de investigación:Cardiopatías
congénitas
Profesor:Uresti Gonzalez Ivan Israel
Alumna:Espinal Far%as Ema Berenice
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¡Descarga Cardiopatías Congénitas en la Infancia y Adolescencia: Diagnóstico y Manejo Inicial y más Ejercicios en PDF de Salud Pública solo en Docsity!

Universidad del Valle de Mexico

Nutrición en la infancia y adolescencia

Trabajo de investigación: Cardiopatías

congénitas

Profesor:Uresti Gonzalez Ivan Israel

Alumna:Espinal Farías Ema Berenice

La definición de cardiopatías congénitas (CC) varía ampliamente entre los informes

epidemiológicos de la enfermedad. En esta revisión nos adherimos a la definición propuesta

por Mitchell, et al., los cuales la refieren como una anomalía estructural grave del corazón o

los grandes vasos intratorácicos que es real o posiblemente de importancia funcional.( Van

der Bom,2011)

Constituyen la malformación congénita más frecuente, con una incidencia de 2.5 a 3 por

cada 1,000 nacimientos(Peña-Juarez RA,2019). En el 2000 la prevalencia global era de

11.9 por cada 1,000 nacimientos (Merelli Aj,2007). Al me nos un tercio requerirán algún

tipo de intervención en el primer mes de vida con un alto riesgo de muerte sin un

diagnóstico oportuno. Su presentación clínica tiene un amplio contexto, la presentación

cardinal de cianosis, shock e insuficiencia cardiaca pueden confundirse con problemas a

nivel pulmonar o infeccioso, lo que retrasa su diagnóstico y, por lo tanto, los médicos que

atienden a estos pacientes deben establecer una amplia gama de diagnósticos diferenciales y

considerar las CC cuando se maneja un neonato críticamente enfermo(Dolbec K,2011). El

monitoreo por oximetría de pulso se utiliza como método de tami- zaje para la detección de

cardiopatías congénitas críticas (CCC),(Dawson,2013) sin embargo, a pesar de que la

Academia Ame- ricana de Pediatría (AAP) y la Asociación Americana del Corazón (AHA)

lo recomiendan en muchos hospitales no se cuenta con el material que se requiere para

reali- zarlo. Los avances en el tratamiento de los niños con CC han sido notables, con una

disminución importante de la mortalidad quirúrgica (del 15% en 1990 al 5% en el a ño

2000), secundaria a la detección temprana, técnicas qui- rúrgicas y atención preoperatoria y

postoperatoria(Peña-Juarez RA,2019). Sin embargo, en muchos hospitales no se cuenta con

el equipo multidisciplinario para su atención. Es por ello que los médicos que son el primer

contacto de atención de estos pacientes requieren capacitación para la detección y manejo

oportuno de las CC. El objetivo de este artículo es ofrecer un panorama general de la

clínica, diagnóstico y manejo inicial de las CC que pueda ser de utilidad para mejorar la

atención de estos pacientes. Para fines prác- ticos, el artículo se dividirá en dos partes: la

primera in- cluye la etapa neonatal y la segunda, la etapa lactante.

incremento en la concentración de oxígeno arterial a más de 150 mmHg cuando se exponen

al 100% de oxígeno. Aunque la FiO 2

al 100% solo se logra con el paciente intubado, se

cuenta con un test práctico donde se administra oxígeno a 10 litros/minuto por 10 minutos

para valo- rar la respuesta de la saturación. Si la SaO 2

por oximetría no incrementa a más

del 95%, la medición por gasometría arterial no es necesaria. Existen múltiples

clasificaciones de las CC, sin em- bargo, para entender los tipos de CC y su manejo se

requiere tomar en cuenta algunos puntos fisiológicos cardiovasculares básicos. Los

principios hemodinámi- cos de la fisiología cardiaca se basan en los principios básicos de la

mecánica de fluidos e hidrodinámica. Estos conceptos son fundamentales para entender las

relaciones entre circulación pulmonar y sistémica, que es crucial para la atención adecuada

de las CC (Kumar KR 2019).

El gasto cardiaco se define como el volumen que bombea el corazón por unidad de tiempo;

dos de sus componentes básicos son el flujo de sangre sistémico y pulmonar, siendo el

cociente entre ambos de 1. El método de referencia para la medición del cociente flujo

pulmonar y flujo sistémico (Qp:Qs) es el método de Fick, que consiste en la medida de la

concentración de oxígeno de muestras de sangre obtenida mediante catéter de distintos

puntos de la circulación pulmonar y sistémica tras 10 minutos de respiración con oxígeno al

21%, calculándose:

Q (l/min) = Consumo de O2 (ml/min) / Diferencia ar- teriovenosa de O2 (ml/l)

De esta manera se puede caracterizar la disminución o incremento en la concentración de

oxígeno secunda- rio a un cortocircuito intrapulmonar, intracardiaco o por alteración de

ventilación/perfusión. La medida del co- ciente entre el gasto pulmonar y el sistémico nos

infor- ma sobre la integridad de la independencia entre estas dos circulaciones(Marin

Rodriguez C,2015)

 Qs → flujo sistémico.

 Qp → flujo pulmonar.

 Qp:Qs → relación de flujos:

 Qp:Qs = 1 → normal.

Qp:Qs < 1 → cardiopatías con flujo pulmonar disminuido (alteración en la

continuidad del flujo ven- triculopulmonar y permeabilidad del conducto arterioso)

(Riera Kinkel C,2010).

 Qp:Qs > 1 → CC con flujo pulmonar aumentado, existe paso de sangre sistémica a

la circulación pulmonar.

Tradicionalmente se nos enseñan las T y H de las CC cianóticas por sus siglas en inglés.

Incluyen: atresia tricuspídea (TA), tetralogía de Fallot (TOF), transposi- ción de las grandes

arterias (TGA), tronco arterioso (TAC), conexión anómala total de venas pulmonares

(TAPVR) y síndrome de ventrículo izquierdo hipoplásico (HLHS)(Desai K,2019). Sin

embargo, la variedad de las lesiones que presentan cianosis excede los límites de esta lista,

por lo que es mejor que se enfatice en la comprensión de la fisiopatología de las CC

mediante el uso de la pre- sentación clínica para reducir los diagnósticos diferenciales y

mejorar el manejo. La clasificación con base en la clínica y manejo. Para ello se divide a

los pacientes en dos grandes grupos, cada uno con subtipos:

El primer paso es determinar la presencia o no de cianosis:

  • Cianosis. Es la coloración azulada de piel y mucosas secundaria a oxigenación deficiente

por causa car- diaca o pulmonar. Es causada por la presencia de sangre desoxigenada a

nivel capilar. Los neonatos pueden presentar cianosis periférica transitoria (acrocianosis),

que puede ocurrir en niños con anatomía y función cardiaca normal como resultado de

condiciones benignas como exposición al frío, y otras condiciones graves no cardiacas,

como sepsis. La cianosis central incluye membranas mucosas, labios o tronco; siempre es

patológica(Martin Escribano P,1974). La cianosis depen- de del grado de desaturación

arterial en primer lugar, y de la cantidad total de hemoglobina y del volumen minuto

cardiaco. La interrelación de estos tres facto- res puede ser asimilada con la siguiente

fórmula matemática:

  • Hemoglobina = K - VMC x SaO

Respecto a las pruebas diagnó sticas, las cardiopatí as congé nitas suelen producir

alteraciones en el electrocardiograma y la radiografí a de tó rax, pero la prueba diagnó stica

fundamental es la ecocardiografí a, que permite diagnosticar y evaluar la gravedad de la

mayorí a de ellas. En ocasiones puede ser necesario realizar un cateterismo cardiaco.

El tratamiento, cuando se precisa, suele ser quirú rgico. En algunos casos, la alteració n

puede corregirse con una ú nica intervenció n quirú rgica, pero en las cardiopatí as congé nitas

má s complejas puede ser necesaria la realizaci ó n de má s de una operació n. Con el

desarrollo de las nuevas tecnologí as, muchos procedimientos se pueden realizar por ví a

percutá nea mediante punciones, sin necesidad de cirugí a abierta.

Una vez intervenidos, muchos pacientes con cardiopatí as congé nitas permanecen

completamente asintomá ticos. Sin embargo, es fundamental realizar seguimientos a nivel

cadioló gicos al menos de forma anual con el fin de prevenir y detectar la posible aparció n

de complicaciones evolutivas.

La CC suele estar dividida en dos tipos: cianó tica (coloració n azulada producto de una

relativa falta de oxí geno) y no cianó tica. Las siguientes listas cubren las CC má s comunes:

Cianó ticas:

 Anomalí a de Ebstein

 Corazó n izquierdo hipoplá sico

 Atresia pulmonar

 Tetralogí a de Fallot

 Drenaje venoso pulmonar anó malo total

 Transposició n de los grandes vasos

 Atresia tricú spide

 Tronco arterial

No cianó ticas:

 Estenosis aó rtica

 Vá lvula aó rtica bicú spide

 Comunicació n interauricular (CIA)

 Canal auriculoventricular (defecto de relieve endocá rdico)

 Coartació n de la aorta

 Conducto arterial persistente (CAP)

 Estenosis pulmonar

 Comunicació n interventricular (CIV)

Estos problemas pueden presentarse como solos o juntos. La mayorí a de los niños con CC

no tienen otros tipos de defectos de nacimiento. Sin embargo, las anomalí as cardí acas

tambié n pueden ser parte de sí ndromes gené ticos y cromosó micos, algunos de los cuales

pueden ser hereditarios.

Los ejemplos incluyen:

 Sí ndrome de DiGeorge

 Sí ndrome de Down

 Sí ndrome de Marfan

 Sí ndrome de Noonan

 Sí ndrome de Edwards

 Trisomí a 13

 Sí ndrome de Turner

Sí ntomas

Los sí ntomas dependen de la afecció n. Aunque la CC esta presente al nacer, es posible que

los sí ntomas no aparezcan inmediatamente.

Es posible que defectos como la coartació n de la aorta no causen problemas durante años.

Otros problemas, como una comunicació n interventricular (CIV) pequeña, una

comunicació n interauricular (CIA) o un conducto arterial persistente (CAP), probablemente

nunca causen ningú n problema.

Pruebas y exámenes

La mayorí a de los defectos cardí acos congé nitos se detectan durante una ecografí a del

embarazo. Cuando se encuentra una anomalí a, un cardió logo pediatra, un cirujano y otros

En este apartado, se consensuó la informació n que hay que recoger en la historia cl ínica

(como la evolució n de la curva pondero-estatural, la presencia de fatiga o aumento de la

cianosis durante la toma, sí ntomas asociados a la ingesta, etc.) y la evaluació n nutricional a

realizar en los lactantes con CC cuando son atendidos en nutrició n pediá trica, siendo

fundamental la antropometr ía, signos de insuficiencia cardiaca y signos de alarma de

desnutrició n. Se consensuaron determinaciones analí ticas que se recomienda realizar, como

funció n renal y hep ática, iones, metabolismo del hierro, albú mina, prealbú mina u hormonas

tiroideas, entre otras determinaciones.Hubo consenso en que para clasificar el estado

nutricional se usen los criterios basados en percentiles o Z-scores con índices que incluyen

peso/talla, peso/edad y talla/edad.

Nos basaremos principalmente:

Historia clinica Evaluacion nutricional Determinaciones

analiticas

Datos de la gestació n

Antropometrí a al nacimiento

Factores socioeconó micos

Evolució n de la curva

pondoestatural Velocidad de

crecimiento Medicació n

concomitante Encuesta

dieté tica detallada Apetito

Fuerza y duració n de la

succió n Fatiga durante la toma

y/o aumento de la cianosis

Actividad fí sica y calidad del

descanso Sí ntomas asociados

(p. ej. vó mitos, diarrea,

infecciones de repetició n, etc.)

Peso Longitud o talla Percentil

de la relació n peso-talla

Per ímetro cefá lico Per ímetro

braquial Índice de masa

corporal Porcentaje de peso

está ndar (í ndice de

Waterlow)Signos de

insuficiencia cardiaca Signos

de alarma de desnutrició n

Incluir alg ún aná lisis de la

composició n corporal Otras

determinaciones no

consensuadas: pliegue

subescapular, per ímetro

torá cico, perí metro abdominal,

pliegue tricipital, índice

nutricional de McLaren,

í ndices de masa muscular de

Saturació n de O 2 (por

pulsioximetrí a) Hemograma

Funció n renal Funció n

hepá ticaIones (sodio, potasio)

Calcio ió nico Metabolismo del

hierro Proteí nas totales

Alb úmina Prealbú mina

Hormonas tiroideas Otras

determinaciones no

consensuadas : perfil lipí dico,

inmunoglobulinas, IGF-1,

proteí na transportadora del

retinol, fibronectina, vitaminas

hidrosolubles (á cido fó lico y

vitamina B12), vitaminas

liposolubles (vitaminas A, D,

E y K), micronutrientes (zinc,

cobre, magnesio, etc.), alfa-1-

Quetelet. antitripsina en heces, elastasa

fecal, cuantificació n de grasas

en heces, estudio de la

inmunidad celular

Respecto a la estimació n de los requerimientos nutricionales (tabla 2), se consideró que se

pueden usar las recomendaciones nutricionales para lactantes sanos con ajuste segú n

evolució n, como aumentar 50-100% en caso de malnutrició n cró nica, o aumentar 25-50%

en caso de que se prevea una cirugí a mayor. Tambié n hay que ajustar los requerimientos

caló ricos y de proteí nas seg ú n el riesgo nutricional. En pacientes con riesgo nutricional

bajo, se puede tomar como referencia un aporte de 90-100 kcal/kg y 1,5 g/kg de proteí nas,

en pacientes con riesgo moderado, un aporte de 110-120 kcal/kg y 2,5 g/kg de prote ínas, y

en pacientes con riesgo alto un aporte de 120-150 kcal/kg y hasta 4 g/kg de prote ínas. Las

recomendaciones caló ricas diarias en el lactante con CC hemodiná micamente significativa

y malnutrido podrí an llegar incluso a tres veces el metabolismo basal.

Para la estimació n de los requerimientos nutricionales, se pueden usar las recomendaciones para

la nutrició n normal del lactante (p. ej., ecuaciones predictivas de requerimientos ajustada a la

edad del niño):- Y ajustar segú n la evolució n.- Y aumentar 50-100% en caso de malnutrició n

cró nica.- Y aumentar 25-50% en caso de que se prevea una cirug ía mayor.• Hay que ajustar los

requerimientos cal óricos y de proteí nas al riesgo nutricional:- En pacientes con riesgo nutricional

BAJO: se puede tomar como referencia un aporte de 90-100 kcal/kg y 1,5 g/kg de prote ínas.- En

pacientes con riesgo nutricional MODERADO: se puede tomar como referencia un aporte de

110-120 kcal/kg y 2,5 g/kg de prote ínas.- En pacientes con riesgo nutricional ALTO: Se puede

tomar como referencia un aporte de 120-150 kcal/kg y hasta 4 g/kg de proteí nas.• Las

recomendaciones caló ricas diarias en el lactante con CC hemodiná micamente significativa y

malnutrido podr ían llegar incluso a tres veces el metabolismo basal, es decir, cercano a 175-

kcal/kg para conseguir recuperar ( catch-up ) y mantener un crecimiento

adecuado.• Recomendación no consensuada : El aporte proteico debe ser 6-8% del aporte

nutricional.Seguimiento:• El seguimiento del lactante con CC puede ser inicialmente semanal,

posteriormente cada 15 dí as y luego mensual.• Se recomienda que el seguimiento por parte de

nutrici ón de los pacientes con un riesgo nutricional ALTO se realice cada semana (o con m ás

Tipo de alimentación: Vía de administración:

lí pidos y/o hidratos de carbono (cuidando

siempre de mantener un adecuado porcentaje

de nutrientes en el valor caló rico total de la

dieta).- Iniciar antes de lo habitual la

alimentació n complementaria (cereales sin

gluten generalmente), pero nunca antes de los

4 meses.- Utilizar una fó rmula polimé rica

lí quida de nutrició n enteral para lactantes que

presente una densidad cal órica de 1

kcal/ml.- No consensuado : aumentar la

concentraci ón de la fó rmula lá ctea (bajo

supervisió n mé dica y avisando a la familia de

lo excepcional de la medida).• Cuando se

aumenta la densidad cal órica de la fó rmula

para dar el aporte energé tico necesario sin

aumentar el volumen, se debe tener en cuenta

que las pé rdidas insensibles en estos niños

pueden estar aumentadas en un 10-15% o

má s.• No consensuado : si la cantidad de

volumen que se necesita para aportar la

adecuada ingesta proteicocaló rica se tolera

mal, será recomendable intensificar el

tratamiento diuré tico antes que disminuir el

aporte.

Aporte de lí quidos y electrolitos: Puede

existir un lí mite má ximo y un lí mite mí nimo

de ingesta diaria de lí quidos recomendado.• En

general, el aporte lí quido total per os no debe

exceder un má ximo de 165 mL/kg/dí a.• Si la

cantidad de volumen que se necesita para

aportar la adecuada ingesta proteicocaló rica se

tolera mal, ser á recomendable intensificar el

tratamiento diuré tico antes que disminuir el

aporte.• En general, el aporte de Na

se debe

limitar a 2,2-3 mEq/kg/dí a.• No consensuado :

Se recomienda realizar controles rutinarios de

osmolaridad urinaria para mantenerla entre

300-400 mOs/L.• No consensuado : puede

existir lí mite má ximo de ganancia de peso

diaria/semanal en lactantes con CC.• No

consensuado : se deben monitorizar los niveles

sé ricos de vitamina D y se deben usar

suplementos para asegurar un nivel de 25

dependiendo de la edad del paciente.• Cuando la

tolerancia a la sonda de instauració n nasal o la

sonda de gastrostomí a endoscó pica no es

adecuada, puede colocarse para administració n

pospiló rica.• En caso de no tolerar la

administraci ón en bolos se puede valorar

administrar la nutrici ón por sonda en forma

enteral continua o con bomba de nutrició n.• La

ví a parenteral solo está indicada cuando existe

imposibilidad de utilizar el tracto gastrointestinal,

como soporte a la nutrició n enteral o si no es

posible alcanzar las kcal necesarias con esta.• No

consensuado : La gastrostom ía endoscó pica

percutá nea es la ví a de elecció n cuando se prevé

una nutrició n enteral de m ás de 8 semanas de

duració n.

Otras recomendaciones

•El tratamiento del quilot órax requiere la

sustitució n de fó rmulas infantiles por fó rmulas

ricas en triglic éridos de cadena media que se

absorbe directamente en el sistema venoso

portal.• No existe suficiente evidencia como para

recomendar probi óticos en los niños con CC de

forma sistemá tica.• Dadas las fuertes

asociaciones con el beneficio general en la

poblaci ón infantil, la dosis de ácidos grasos

omega 3 debe coincidir con las recomendaciones

dieté ticas actuales para la població n sana.• Todo

paciente que pese a optimizació n nutricional

má xima persista en su alteraci ón del estado

nutricional deber á ser reevaluada su situació n

cardioló gica por cardiologí a pediá trica.• Se debe

formar y apoyar a los padres y cuidadores de

niños con CC en el cuidado y manejo de las

diferentes terapias nutricionales en esos

pacientes.

Tipo de alimentación: Vía de administración:

Tips importantes

 Existen perí odos crí ticos en el tratamiento nutricional de niños con CC, como el

tiempo previo a la cirugí a, en el cual se deben usar todas las herramientas necesarias

para tratar lo má s rá pidamente una desnutrició n o impedir su desarrollo.

 Todos los cambios instituidos deben ser graduales. Cuando se planifica realizar

varias modificaciones en la alimentació n, se sugiere que se indiquen una a una, para

poder evaluar mejor la tolerancia y la respuesta.

 Es muy importante el seguimiento y la evaluació n constante e individual de los

resultados.

 Los mejores resultados se logran cuando es llevado a cabo por un equipo

interdisciplinario, integrado por cardió logo, cirujano cardí aco, pediatra con

conocimientos en nutrició n, licenciado en nutrici ó n y enfermero.

Los principales factores que influyen sobre los requerimientos nutricionales en niños con

CC son:

 a) Estado nutricional

 b) Tipo de cardiopatí a

 c) Estado hemodiná mico del paciente

Estado nutricional. Los niños con desnutrició n necesitan mayores aportes caló ricos,

proteicos y de otros nutrientes, para reparar y reponer todos los componentes corporales

dañados y para permitir crecimiento compensatorio, en los casos con compromiso de éste.

Los niños con desnutrició n aguda severa se encuentran en una situaci ó n precaria y de riesgo

vital, por la que requieren un manejo especial.

Tipo de cardiopatí a. Debe considerarse, sobre todo si se acompañan de hiperflujo pulmonar

o no, ya que esta caracterí stica fisiopatoló gica es una de los principales determinantes de la

repercusió n sobre el estado nutricional.

 Fase posquirú rgica.

 Requerimiento posprandial de oxí geno excesivo.

 La nutrició n enteral, a travé s de SNG puede administrarse en distintas formas, segú n

el estado clí nico y la tolerancia:

 A dé bito continuo durante 24 horas: se utiliza en casos de insuficiencia card íaca o

hipertensió n pulmonar grave, cuando el aumento del consumo de oxí geno puede ser

deleté reo.

 Dé bito continuo durante la noche.

 Intermitente. Las tomas pueden administrarse en bolos, en perí odos de tiempo

variables. Esta forma de administració n es má s fisioló gica.

Restricción hí drica

En los niños que necesitan restricció n hí drica por su situació n hemodiná mica, es necesario

incrementar la densidad caló rica de la fó rmula y la alimentació n.

Es importante no indicar un aporte de nutrientes menor al necesario, con el afá n de

restringir el volumen. Existen alternativas para lograr la compensació n hemodin ámica, que

deben discutirse con el equipo tratante

3 .

Opciones para alcanzar mayor aporte calórico con la alimentación

Los niños portadores de CC, por su alto requerimiento caló rico, las restricciones hí dricas

que puedan tener y las dificultades que frecuentemente presentan para la succió n, muchas

veces se benefician del aumento de la densidad caló rica de la alimentació n. Esto se puede

lograr a travé s de:

a) Agregado de mó dulos caló ricos a la fó rmula o a la alimentaci ó n:

 Maltodextrina: hidrato de carbono que aporta 4 calorí as/g. Se puede agregar a la

fó rmula o alimentos só lidos, en concentraciones de 5 a 30 g cada 100 ml (5%-30%).

No alteran el color, el gusto, la consistencia ni la osmolaridad del alimento. Algunas

presentaciones comerciales de maltrodextrina contienen sodio, por lo que se sugiere

vigilar el contenido final de este mineral en el alimento, tras su adicci ó n.

 Mó dulos lipí dicos: pueden utilizarse aceites vegetales (de soja, arroz, girasol,

canola, etc.) o triglicé ridos de cadena media (TCM). Aportan 9 calor ías /ml.

 Los aceites vegetales pueden administrarse mezclados con los alimentos

semisó lidos y só lidos, o directamente por ví a oral, en varias tomas diarias. No se

aconseja su agregado a la fó rmula, ya que por su composici ó n, no se mezclan en

forma uniforme y quedan adheridos al biberó n. Se puede administrar entre 1 y 3 ml

cada 100 ml de fó rmula u otro alimento. Tienen la ventaja de ser accesibles y de

bajo costo. Aportan á cidos grasos esenciales en buena concentració n.

 Los TCM se pueden mezclar a los alimentos o a la fó rmula, en concentraciones de 1

a 3 ml/100 ml de alimento. No alteran el color, el gusto, la consistencia ni la

osmolaridad de la preparació n. Tienen como desventaja su elevado costo y su bajo

aporte de ácidos grasos esenciales. Debe vigilarse su uso en niños con hipoxia

porque inhiben la oxidació n grasa.

b) Variació n de la concentració n de la f ó rmula. Los preparados para lactantes pueden

prepararse a mayor concentració n, con lo que se logra un mayor aporte caló rico. Debe

tenerse especial cuidado ante potenciales errores en la preparació n. Ademá s debe tenerse en

cuenta que tambié n se incrementa la carga osmolar y la concentració n de todos los

componentes, aumentando el aporte de proteí nas y sodio, lo que puede ser deleté reo en

estos niños

3 , 12 .

c) Empleo de fó rmulas con mayor concentració n caló rica.

 Las fó rmulas para prematuros aportan entre 70 y 80 cal/ml. Tiene mayor

concentració n proteica que las recomendadas para niños nacidos a té rmino, por lo

que su indicació n deberí a restringirse a lactantes prematuros, hasta los 6 meses de

edad.

 Fó rmulas que aportan 1 cal/ml de fó rmula (isocaló ricas) o má s de 1 cal/ml

(hipercaló ricas). Debe vigilarse su osmolaridad. En niños menores de 1 año se

recomiendan fó rmulas isoosmolares con respecto al plasma; en niños mayores

pueden indicarse preparados con mayor osmolaridad.

Tipo de alimento sugerido

 Se sugiere fijar metas, desde el inicio del tratamiento, con respecto a los resultados

y los plazos que se pueden esperar.

 El incremento excesivo de peso corporal en la etapa aguda debe llamar la atenció n.

 Es importante realizar un registro minucioso de los alimentos consumidos por el

niño.

 La evaluació n de la composició n corporal puede permitir una mejor interpretaci ó n

de los resultados del tratamiento nutricional.

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