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CASO LUCY R, "es una muchacha más que madura, necesitada de amor, cuya inclinación despertó demasiado rápido por un malentendido", Apuntes de Epistemología

"es una muchacha más que madura, necesitada de amor, cuya inclinación despertó demasiado rápido por un malentendido"

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 28/10/2019

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Lucy R. : entre oler y saber
Karla M. Roman
"es una muchacha más
que madura, necesitada
de amor, cuya inclinación
despertó demasiado rápido
por un malentendido"
Sigmund Freud
A finales de 1892, una joven inglesa visita el consultorio de Sigmund Freud. Ésta fue
referida por un otorrinolaringólogo colega de Wilhelm Fliess, el amigo y confidente de
Freud en ese tiempo. Esta joven llega a dicho consultorio con la esperanza de encontrar
una respuesta, al igual que un alivio a su síntoma. Cuando concluyó el tratamiento, más
allá de que se lograra la curación de una aflicción médica, se descubrió todo un campo
completamente nuevo en el cual se intersecan los límites entre el organismo y el
psiquismo.
I. Síntesis del Historial Clínico y Tratamiento
Lucy tiene un diagnóstico médico de rinitis infecciosa crónica, lo que significa que su nariz
está severamente irritada y congestionada, por lo que no puede oler nada excepto
"pastelillos quemados". Freud se percata inmediatamente que el síntoma de Lucy no es
uno del orden de la fisiología exclusivamente. Cuando intenta inducir el trance hipnótico,
ésta se resiste a ser hipnotizada. Freud desiste de hipnotizarla y decide iniciar el análisis
preguntando por los pastelillos quemados. Lucy entonces explica un incidente en el cual
recibe una carta de su madre y las dos niñas que cuida le impiden leerla. Mientras Lucy
juega con las niñas, unos pastelillos que se hornean, se queman. A preguntas de Freud,
Lucy reconoce que iba a abandonar la casa en donde trabajaba por alegadas intrigas que
habían urdido otras empleadas domésticas en contra de ella. Alegan que ella se había
"ensoberbecido en su puesto". También admite lo difícil que se le hacía tomar esa decisión
por el cariño que sentía hacia las niñas y la promesa que le hizo a la madre de éstas, en
su lecho de muerte, de cuidarlas. Freud señala con precisión la función del síntoma de
dejar fuera de la conciencia las representaciones que no concilian aquellas
representaciones del Yo de la paciente. El síntoma permanece como un resto de los
sentimientos de humillación e impotencia que experimenta Lucy. Hay otros significados
atados al síntoma que discutiré posteriormente.
Freud interpreta que hay algo más en el malestar de Lucy, que en realidad está
enamorada de su patrón. Lucy reconoce lo que siente por él y que este amor no tiene
posibilidades de ser correspondido porque "ella es pobre y él es rico". En otras palabras,
es un "objeto degradado de amor" 1.
Aún así, el síntoma persiste e insiste en otra modalidad; la de un olor de un cigarro que la
atormenta. En esta ocasión, Freud utiliza la técnica de presión, bajo la cual Lucy relata un
recuerdo de un contable invitado por el padre de las hijas, el cual después de cenar trata
de besar a las niñas y su padre lo reprende con severidad. Este contable había fumado un
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¡Descarga CASO LUCY R, "es una muchacha más que madura, necesitada de amor, cuya inclinación despertó demasiado rápido por un malentendido" y más Apuntes en PDF de Epistemología solo en Docsity!

Lucy R. : entre oler y saber Karla M. Roman

"es una muchacha más que madura, necesitada de amor, cuya inclinación despertó demasiado rápido por un malentendido"

Sigmund Freud

A finales de 1892, una joven inglesa visita el consultorio de Sigmund Freud. Ésta fue referida por un otorrinolaringólogo colega de Wilhelm Fliess, el amigo y confidente de Freud en ese tiempo. Esta joven llega a dicho consultorio con la esperanza de encontrar una respuesta, al igual que un alivio a su síntoma. Cuando concluyó el tratamiento, más allá de que se lograra la curación de una aflicción médica, se descubrió todo un campo completamente nuevo en el cual se intersecan los límites entre el organismo y el psiquismo.

I. Síntesis del Historial Clínico y Tratamiento

Lucy tiene un diagnóstico médico de rinitis infecciosa crónica, lo que significa que su nariz está severamente irritada y congestionada, por lo que no puede oler nada excepto "pastelillos quemados". Freud se percata inmediatamente que el síntoma de Lucy no es uno del orden de la fisiología exclusivamente. Cuando intenta inducir el trance hipnótico, ésta se resiste a ser hipnotizada. Freud desiste de hipnotizarla y decide iniciar el análisis preguntando por los pastelillos quemados. Lucy entonces explica un incidente en el cual recibe una carta de su madre y las dos niñas que cuida le impiden leerla. Mientras Lucy juega con las niñas, unos pastelillos que se hornean, se queman. A preguntas de Freud, Lucy reconoce que iba a abandonar la casa en donde trabajaba por alegadas intrigas que habían urdido otras empleadas domésticas en contra de ella. Alegan que ella se había "ensoberbecido en su puesto". También admite lo difícil que se le hacía tomar esa decisión por el cariño que sentía hacia las niñas y la promesa que le hizo a la madre de éstas, en su lecho de muerte, de cuidarlas. Freud señala con precisión la función del síntoma de dejar fuera de la conciencia las representaciones que no concilian aquellas representaciones del Yo de la paciente. El síntoma permanece como un resto de los sentimientos de humillación e impotencia que experimenta Lucy. Hay otros significados atados al síntoma que discutiré posteriormente.

Freud interpreta que hay algo más en el malestar de Lucy, que en realidad está enamorada de su patrón. Lucy reconoce lo que siente por él y que este amor no tiene posibilidades de ser correspondido porque "ella es pobre y él es rico". En otras palabras, es un "objeto degradado de amor" 1.

Aún así, el síntoma persiste e insiste en otra modalidad; la de un olor de un cigarro que la atormenta. En esta ocasión, Freud utiliza la técnica de presión, bajo la cual Lucy relata un recuerdo de un contable invitado por el padre de las hijas, el cual después de cenar trata de besar a las niñas y su padre lo reprende con severidad. Este contable había fumado un

cigarro, por tanto el olor del cigarro del recuerdo es el vínculo con el síntoma. La reacción temerosa de Lucy ante el incidente le revela a Freud que hay algo más. Lucy finalmente confiesa la escena traumática que había ocurrido un mes antes. Una dama invitada a la casa, había besado a las niñas en la boca y el patrón reprende severamente a Lucy. Cuando sucede el incidente, Lucy todavía tenía esperanzas de que el señor de la casa le correspondiera su amor. Dos días después, la paciente regresa al consultorio con un ánimo completamente diferente. La cura se evidencia cuando Lucy dice (p. 137): "Lo amo, pero ya no me importa nada. Una puede pensar y sentir entre sí lo que una quiera".

II. Discusión

Este caso, aunque no es tan conocido como otros casos de histeria (Elizabeth von R, Dora) tiene gran valor y pertinencia, por entre otras razones, la particularidad del síntoma y la manera novel en la cual Freud aborda el tratamiento de la paciente.

Se pueden identificar tres giros en el tratamiento de Lucy R:

Del discurso médico/ psicológico al discurso analítico.

Del organismo al cuerpo.

Del síntoma que habla a través del cuerpo al saber que éste encubre.

  1. Del discurso médico al analítico

Freud inicia sus reflexiones teóricas al descubrir que los síntomas que presentaban las pacientes que lo visitaban no cumplían con las normas de la fisiología. En el caso de Lucy R., el hecho de que pudiera evocar ciertos olores con precisión le indica a Freud que hay algo en juego mucho más allá que una rinitis infecciosa crónica y que ella no necesariamente era anósmica. El discurso médico de ese entonces ofrecía unas opciones limitadas para tratar a estas pacientes, las cuales radican en medicar u operar el área del cuerpo afectada, sobre todo cuando el malestar es más del orden psíquico que fisiológico. Posteriormente, Freud dará cuenta que el psiquismo siempre está implicado en el malestar físico.

En la correspondencia que Freud escribe a Fliess entre el 1892 y 1893 (Mason, 1985), se nota un especial interés por estudiar la nariz y el sentido del olfato; en especial Fliess con sus estudios sobre la neurosis de reflejo nasal, cuyo tratamiento era operar la nariz.

Sin embargo, es con el tratamiento de Lucy R cuando Freud empieza a darse cuenta que no es necesario intervenir literalmente sobre el organismo para tener efectos terapéuticos.

A su vez, Strachey comenta las discrepancias entre Freud con Joseph Breuer, coautor con éste de los Estudios sobre la histeria en cuanto a su interrogación de la efectividad de técnicas existentes como la hipnosis y la presión aunque ésta última posibilitó la cura en Lucy R. Otras discrepancias entre Freud y Breuer son: la reafirmación de Freud de la importancia de los orígenes sexuales en la histeria, como también de no explicar el trauma en términos estrictamente psicológicos, excluyendo así el cuerpo en el cual se manifiesta el síntoma histérico.

Por lo tanto, Freud ve preciso proponer una nueva modalidad de tratamiento que no quede meramente en trastear el organismo como hacen los médicos o reorganizar los

Ahora bien, detrás del entramado del síntoma se encuentra la proton pseudos. Gómez (2006) 2: "la proton pseudos es la manera de dar un cierto giro para no enfrentar la verdad de lo que ocurrió". En otras palabras, es una manera de explicar unas vivencias que ha experimentado sin que pongan a prueba el aparato psíquico del sujeto. Es la clínica el espacio que posibilita trabajar con el síntoma interrogando la proton pseudos en vez de paliar el síntoma con medicamentos. En el caso de Lucy, cuando Freud interpreta acertadamente que detrás del amor a las niñas, está su amor a su patrón, abre con su cuestionamiento el camino a la cura.

Esta discusión sobre la proton pseudos sirve como preámbulo para el tercer giro: del síntoma al saber.

El síntoma sirve muchos propósitos. El primero es como una solución a una contradicción que el sujeto enfrenta hacia su propio deseo. Lucy desea vehementemente ser amada por su patrón como también ocupar el lugar de madre de las niñas que están a su cargo. Sin embargo, las diferencias de clase social, la aparente indiferencia del patrón, la reprimenda amenazante ponen en entredicho la manera en que Lucy se consideraba a sí misma como posible sustituta de la madre de las niñas. Su deseo era a su vez, uno que la ubicaba por encima de lo que podía aspirar (ensoberbecido en su puesto) Además de eludir las contradicciones entre sus deseos y los límites impuestos por los convencionalismos sociales, el síntoma le permite eludir también el hecho de que Lucy "no tiene un lugar" en el cual es deseada por otro, por tanto no tiene que escoger entre permanecer en la casa (donde no puede aspirar al lugar que desea) o regresar a casa de su madre (en donde ya hay alguien que ocupa su lugar como cuidadora de la madre). El cuerpo de Lucy es el teatro en donde se escenifican los conflictos entre su deseo y las normas impuestas por la cultura. También el síntoma permite la representación metafórica de una verdad dolorosa para el sujeto. En el caso de Lucy R, se puede interpretar que no desea oler para no querer saber (como dice Lacán al inicio de su Seminario XX) de que está enamorada del director de la casa, sobretodo cuando Freud la cita diciendo (p. 134) "Es que yo no lo sabía o mejor no que ría saberlo;..." Lucy tampoco quiere saber que sólo ella es responsable de su infortunio y no el director que no la desea o el personal de servicio que alegadamente le desea mal. El olor que persiste e insiste a pesar de su anosmia es un recordatorio del dolor de no ser correspondida. Ambos olores que se destacan en el síntoma de Lucy tienen la peculiar característica de ser objetos que se queman como producto de un descuido. El primer olor que evoca Lucy, los pastelillos quemados evidencian su descuido por no sacarlos del horno. Mientras que el segundo olor, del cigarro que se quema también representa el descuido de Lucy por no impedir que el contable intentara besar a las niñas y que su patrón tuviera que impedírselo. No obstante, es la severa reprimenda del patrón el reproche que sirve como enlace lógico para armar el síntoma de Lucy. En el tratamiento con Freud, se nota cómo ella reconstruye los recuerdos en un orden contrario a las incidencias; es decir cuenta desde lo más reciente hasta lo más antiguo. Esto muestra que hay un tiempo lógico en el análisis que no sigue las órdenes de la cronología, sino se ordenan siguiendo otras consideraciones como posiblemente evitar al máximo las contradicciones que ponen a prueba el aparato psíquico del sujeto.