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La Evolución de la Ciudadanía: De la Grecia Clásica a la Modernidad, Monografías, Ensayos de Teoria del Estado Constitucional

Este resumen explora el concepto de ciudadanía a lo largo de la historia, desde su significado inicial en la Grecia clásica hasta la modernidad. Se abordan las diferentes asociaciones del término con el derecho, la participación política y la cultura, así como su evolución en monarquías absolutas y revoluciones europeas. Se destaca la importancia de la igualdad y la libertad individual en la construcción de la ciudadanía.

Tipo: Monografías, Ensayos

2020/2021

Subido el 08/09/2021

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¿CÓMO ENTENDER LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA, EN LA
DIVERSIDAD CONTEMPORÁNEA?
Resumen
El concepto de ciudadanía ha variado según los procesos históricos de la humanidad y las
formas culturales en cada periodo y se ha asociado al concepto de igualdad y libertad
individual. El significado de ciudadanía es muy difuso, en algunos casos se refiere a
“calidad y derecho de ciudadano” o “conjunto de ciudadanos de un país” o se vincula al
concepto de civismo o “calidad de buen ciudadano, calidad de cortés o educado”, o
“celo por los intereses de la patria”.
El siguiente trabajo busca orientar el estudio de la democracia como un ejercicio práctico
de la ciudadanía y los impactos que tiene el concepto en la vida social y política
contemporánea.
La ciudadanía puede asumirse por lo menos en su significación inicial a un conjunto de
características ligadas a los derechos de un ciudadano que hace parte de una nación, ese
ciudadano hace parte de un grupo social denominado civiles, “no militares” ni
“eclesiásticos” y en gran medida con la posibilidad de ser “educado” o socializado en
una cultura.
La ciudadanía en todo caso es un concepto histórico y cultural, que se remonta a la
antigüedad con los griegos y los romanos y puede ser un punto de partida para
entenderlo en otras épocas como en la edad media y la naciente edad moderna, con el
fin de poder observar el fenómeno de manera empírica en la actualidad.
La historia de la ciudadanía es la historia de la lucha y conquista de la libertad, en
principio la libertad colectiva y más adelante la libertad del individuo. La ciudadanía es
un concepto antiguo. En Grecia clásica era un derecho otorgado a una persona por su
calidad de ciudadano o nativo de una ciudad, en este caso la ciudad Estado. Pero que
también se definía por el parentesco o ascendencia, pues el solo hecho de haber nacido
en una ciudad no le daba al individuo el derecho de la ciudadanía, ésta estuvo siempre
conectada con la adquisición previa de la ciudadanía de sus padres y el reconocimiento
de la paternidad de manera pública con su respectivo registro. Se puede hablar de una
ciudadanía heredada. La ciudadanía era un derecho, pero solo se otorgaba a quienes se
les considera poseedores del derecho, era un derecho exclusivo no general.
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¿CÓMO ENTENDER LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA, EN LA

DIVERSIDAD CONTEMPORÁNEA?

Resumen El concepto de ciudadanía ha variado según los procesos históricos de la humanidad y las formas culturales en cada periodo y se ha asociado al concepto de igualdad y libertad individual. El significado de ciudadanía es muy difuso, en algunos casos se refiere a “calidad y derecho de ciudadano” o “conjunto de ciudadanos de un país” o se vincula al concepto de civismo o “calidad de buen ciudadano, calidad de cortés o educado”, o “celo por los intereses de la patria”. El siguiente trabajo busca orientar el estudio de la democracia como un ejercicio práctico de la ciudadanía y los impactos que tiene el concepto en la vida social y política contemporánea. La ciudadanía puede asumirse por lo menos en su significación inicial a un conjunto de características ligadas a los derechos de un ciudadano que hace parte de una nación, ese ciudadano hace parte de un grupo social denominado civiles, “no militares” ni “eclesiásticos” y en gran medida con la posibilidad de ser “educado” o socializado en una cultura. La ciudadanía en todo caso es un concepto histórico y cultural, que se remonta a la antigüedad con los griegos y los romanos y puede ser un punto de partida para entenderlo en otras épocas como en la edad media y la naciente edad moderna, con el fin de poder observar el fenómeno de manera empírica en la actualidad. La historia de la ciudadanía es la historia de la lucha y conquista de la libertad, en principio la libertad colectiva y más adelante la libertad del individuo. La ciudadanía es un concepto antiguo. En Grecia clásica era un derecho otorgado a una persona por su calidad de ciudadano o nativo de una ciudad, en este caso la ciudad Estado. Pero que también se definía por el parentesco o ascendencia, pues el solo hecho de haber nacido en una ciudad no le daba al individuo el derecho de la ciudadanía, ésta estuvo siempre conectada con la adquisición previa de la ciudadanía de sus padres y el reconocimiento de la paternidad de manera pública con su respectivo registro. Se puede hablar de una ciudadanía heredada. La ciudadanía era un derecho, pero solo se otorgaba a quienes se les considera poseedores del derecho, era un derecho exclusivo no general.

El ciudadano ejercía su derecho en la “polis”, donde podría satisfacer sus necesidades para vivir, fuera de ella estaba condenado a la muerte o a las vicisitudes de un mundo infrahumano. Las ciudades estado presentan una gran novedad en relación con las ciudades anteriores y es que para los antiguos griegos las ciudades no solo eran centros para el desarrollo social, político, militar, económico y cultural, sino que eran un ideal de vida, una forma de vivir, de ser felices. En la ciudad estado se puede desarrollar de manera armónica y con mediación de la ley, una relación entre el individuo y el Estado y estas condiciones son las que marcan la diferencia entre el mundo civilizado y no civilizado, por eso el concepto de ciudadanía no estaba asociado solo al lugar físico de la polis, sino al conjunto de los ciudadanos que en un caso de pérdida de territorio, podrían volver a generar una nueva polis. Por tanto la ciudadanía en los griegos estaba asociada a los derechos (En su contexto no son los mismos que promulgamos ahora), especialmente a los de la participación, la cual era muy intensa, más importante que la vida doméstica era la vida pública, “El hombre es un animal político” decía Aristóteles. Primaban en sus construcciones espacios públicos: en la Acrópolis los templos y la protección de los ciudadanos en caso de peligro y en la parte baja los gimnasios y la plaza (Ágora). En principio la característica principal de la ciudadanía griega era la igualdad de derechos, claro está, de quienes eran ciudadanos, sin embargo también existía una igualdad de deberes relacionados con la defensa de la ciudad, quien no lo hiciera era considerado un cobarde y perdía la ciudadanía. Otros valores importantes era el cumplimiento de las leyes, el pago de los impuestos, la lealtad y la participación en las asambleas. Este proceso de participación es el fundamento de la democracia griega, “el poder del pueblo”, no era representativo como suele ser en las democracias modernas, era una democracia directa, como lo afirma Bobbio (1999): “Para los antiguos, la imagen de la democracia era por completo diferente: al mencionarse la democracia pensaban en una plaza o en una asamblea en la que los ciudadanos eran llamados a tomar las decisiones que le correspondía, democracia significaba lo que la palabra quiere decir literalmente poder del démos y no como hoy, poder de los representantes del démos” 1 Para los griegos en la participación estaba implícita la idea de decidir, al decir de Moses Finley citado por Bobbio (1999), decidir “sobre la guerra y la paz, las finanzas, los tratados, la legislación, las obras públicas, en pocas palabras sobre toda la gama de actividades gubernamentales”^2. Era entonces motivo de exaltación para aquellos ciudadanos que se ocupaban de los asuntos públicos y tachados de ciudadanos inútiles a los que no les interesaban estos espacios. La democracia griega se establecía a partir del acceso a la ciudadanía de acuerdo a la herencia familiar y su reconocimiento social por ende exclusiva, pero también se construía en la responsabilidad u obligación moral, que tenía cada ciudadano de participar y decidir sobre lo público. Ahora bien, Para los antiguos romanos, en la época de la república, igual que para los griegos, la ciudadanía era hereditaria y para los privilegiados, para aquellos que tenían (^1) BOBBIO Norberto, Teoría general de la política. Editorial TROTTA. Madrid. 1999. (^2) Ídem. Página 402

A partir del tránsito a la modernidad la ciudadanía vuelve a recuperar su relevancia en la vida de los seres humanos, especialmente en occidente. La secularización de los estados, su aparición como nueva forma política, el desarrollo de la ciencia y por ende de la racionalización, el desarrollo de una economía de mercado que avizora el nacimiento del capitalismo, una nueva mentalidad impulsada por los humanistas y el protagonismo de los burgueses hacen que el tema de la ciudadanía se ponga en la mesa para ser discutido. El antropocentrismo y la secularización serán así un escenario base de la ciudadanía moderna, junto con el individualismo y el racionalismo. Por eso, esta socialización fuerte del papel del ciudadano, su papel central en la sociedad como portador de intereses colectivos y también individuales y particulares, exige instrucción y educación, exige enseñar cultura cívica, para ser reconocidos como sujetos morales y poder razonar con categorías universales, como sujetos activos y participativos en la sociedad democrática. 3 En un camino hacia la construcción de un nuevo pensamiento, el pensamiento moderno, la principal características en deconstrucción sería el poder religioso. El tránsito entre una vida religiosa, clerical hacia una vida laical, secular. Este traspaso permitió la idea de una ciudadanía basada en la igualdad, las personas que fundamentan su experiencia de vida en la fe son protegidas por la libertad ideológica y religiosa y las que se fundamentan en la racionalidad lo serán por la libertad de pensamiento y expresión y ambas son protegidas por la ley, las instituciones y los procedimientos de la democracia. En la edad media, la condición de la individualidad es desconocida, en la modernidad pasa a ser la característica más importante del ciudadano, mediada por su relación en la adscripción a un Estado y el cumplimiento de las normas establecidas en el. En la edad moderna se ha venido construyendo el concepto de ciudadanía ya no como algo abstracto, sino como una condición humana. Sin embargo ha pasado por muchos tropiezos como los originados por ejemplo con el nacimiento del fascismo y el nazismo, sus totalitarismos y respectivos conflictos bélicos. La idea de democracia en la modernidad se ha ido construyendo en la base de la participación a través del sufragio, Bobbio lo menciona de esta manera: “Cuando nosotros (los modernos) hablamos de democracia, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es el día de las elecciones, largas filas de ciudadanos que aguardan su turno para depositar su voto en las urnas”^4 , la ciudadanía se amplía al ámbito de los derechos, entre otros a elegir representantes que puedan decidir, es decir la decisión es por quienes nos representaran y no ya como en la antigua Grecia, la toma de decisiones sobre la vida pública. La historia nos muestra el proceso que ha llevado el ser humano en la concepción de la ciudadanía y no en una visión progresista, sino planteado desde las búsquedas propias de los individuos respondiendo a las épocas vividas. Norbert Elías (199 4 ) nos habla de un proceso de civilización, según el cual "civilizar" es uno de los elementos que las sociedades han producido, para su propio control y la regulación del comportamiento de (^3) Tomado de: http://www.racmyp.es/noticias/2007/2007-10-23%20-%20Gregorio%20Peces- Barba.pdf (^4) BOBBIO Norberto, Teoría general de la política. Editorial TROTTA. Madrid. 1999.

sus individuos que se manifiesta en un cierto grado de desarrollo. El proceso de civilización plantea entones un problema de relación entre individuo y sociedad pues no se trata solo de desarrollar la idea de un proceso vinculado a lo social sino también al individuo en lo referente al manejo de sus impulsos, es decir a poder autorregularse, en ese sentido tienen que crear un conciencia también individual, este ejercicio es arduo, pues no solo el proceso es hacia el exterior, sino hacia el interior del individuo. La ciudadanía desde esta perspectiva es un proceso de internalización y de vinculación con lo social. Por otro lado, el concepto sociológico de ciudadanía más conocido es el planteado por T.H. Marshall, que propone que la ciudadanía es un status que hace que los individuos pertenezcan a una sociedad para que disfruten de derechos en tres esferas: civil, político y social. En la esfera civil se espera tener derecho a la libertad individual en la esfera política, involucra el derecho a participar en el ejercicio del poder político y en la esfera social abarca el derecho a un bienestar económico y seguridad y a vivir la vida de un ser civilizado, de acuerdo con su cultura. Esta definición concilia los valores de la democracia liberal. Así mismo este concepto se basa en los deberes u obligaciones del ciudadano en tanto su deber de pagar impuestos, enviar sus hijos a estudiar y en algunos casos pagar el servicio militar o defender la patria, entre otras. Esta concepción tiende a tener debilidades puestos que si se tiene en cuenta los procesos de globalización económica y de la cultura los valores tienden a resignificarse, pues la contribución que hacen los medios de comunicación, el arte y los deportes a la integración del mundo, permite la búsqueda de una ciudadanía menos territorializada cuya identidad no se define por una nacionalidad, sino por la pertenencia a grupos, el caso más evidente es el de los jóvenes, que independiente de la proximidad física generan intereses e identidades distintas a las de su comunidad. "Los estudios de consumo cultural en diversos países muestran que, en las nuevas generaciones, las identidades son menos organizadas por los símbolos de la historia patria que por los de Hollywood o Benetton"^5 La ciudadanía en la modernidad ha ido ejerciendo un conflicto entre la inclusión y la exclusión, Tocqueville (199 6 ) nos muestra como florece la democracia en Estados Unidos de finales del siglo XIX. Habla de la existencia de un voto universal, sin embargo, no era tan universal cuando nos pensamos que las mujeres, esclavos, jóvenes, niños no podían votar. El problema de la exclusión genera tensiones en la definición de la ciudadanía en las democracias modernas. La globalización no solo ha generado cambios sociales y económicos, sino también transformaciones de algunos aspectos de la cultura que parecieran haber hecho mella en los logros que la modernidad había sostenido al respecto de la ciudadanía. Ya no basta con tener derechos, sino que su acceso es más complejo en términos de las distintas significaciones que para los individuos puedan tener, sin descartar los costos económicos que acarrean, en palabras de Touraine (199 7 ): (^5) GARCIA CANCLINI, N.- Consumidores y ciudadanos: Conflictos multiculturales de la globalización, mimeo, 1994.