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Este documento analiza la relación entre la dieta mediterránea y la prevención de la aterosclerosis, una enfermedad cardiovascular caracterizada por el endurecimiento y el estrechamiento de las arterias. Se destaca la importancia de los ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico presente en el aceite de oliva, en la reducción del colesterol ldl y la mejora de la función endotelial. Además, se resalta el papel de la fibra dietética, los carbohidratos complejos y el consumo moderado de alcohol en la protección cardiovascular. El documento también aborda la relevancia de una dieta blanda y de textura modificada para pacientes con aterosclerosis, así como la necesidad de una alimentación equilibrada y saludable en la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardíacas.
Tipo: Exámenes selectividad
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Relación de la alimentación (causa) con la patología (consecuencia) que analizaste en la Etapa 1. Se contempla a la dieta como causa ambiental predominante de la aterosclerosis. Organizaciones como la “Revista Española de Cardiología” consideran a dos macronutrientes como los principales responsables de la elevación del riesgo para la salud cardiovascular, las grasas y los hidratos de carbono. Los ácidos grasos pueden dividirse en cuatro categorías generales: saturados, monoinsaturados, poliinsaturados y grasas trans. Los ácidos grasos saturados y las grasas trans se relacionan con un riesgo cardiovascular elevado, mientras que las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas se asocian con una disminución del riesgo de enfermedad coronaria. Los ácidos grasos saturados no contienen enlaces dobles en sus cadenas carbonadas y habitualmente tienen un estado físico sólido a temperatura ambiente. Constituyen las grasas predominantes en los productos lácteos, carnes rojas y aceites tropicales como el de coco. Las grasas saturadas incrementan el colesterol total y el cLDL, así como la inflamación. En general, la ingesta de grasa saturada se asocia con un incremento en la incidencia de ECV (Peiné, J. B., 2011). Aspectos de la alimentación sugeridos para la prevención y tratamiento de dicha patología. La dieta mediterránea rica en ácido oleico (un ácido graso monoinsaturado) induce cambios significativos en la mejoría de la función endotelial al reducir los valores plasmáticos de sustancias como el factor de von Willebrand y el factor inhibidor tisular que se origina cuando se lesiona la pared vascular. El ácido oleico tiene notorios efectos sobre el colesterol transportándolo por las distintas lipoproteínas, ya que cuando sustituye al ácido palmítico (máximo representante de las grasas saturadas) desciende el colesterol LDL sin que se produzca ninguna alteración sobre el colesterol HDL, lo que determina una mejoría del cociente aterogénico. La dieta mediterránea rica en ácido oleico (procedente del aceite de oliva) disminuye el colesterol total y las LDL manteniendo o elevando el colesterol HDL. El fenómeno aceptado como mecanismo inicial de la aterosclerosis es que la oxidación de las partículas LDL inicia el proceso arterioesclerótico. Hay estudios in vitro que demuestran que la dieta rica en ácidos grasos monoinsaturados aumenta la resistencia a la oxidación (Ostabal Artigas, M. I., 2000). La dieta mediterránea, tan comentada actualmente, ya fue defendida como la ingesta de unos determinados alimentos, esencialmente de origen vegetal (cereales, legumbres, verduras y frutas) con aceite de oliva como principal fuente de grasa, a lo que se suma un consumo equilibrado de vino con los pescados, frutos secos y carnes; no obstante, otra característica de la dieta mediterránea es el escaso consumo de productos de origen animal o derivados. La dieta vegetariana es muy poco aceptada por la población, mientras que la dieta NCEP-1 aporta hasta un 30% de las calorías en forma de grasa con menos de un 10% de saturados y un 7%-8% de poliinsaturados y un 12% de monoinsaturados, es rica en carbohidratos complejos y está recomendada por la Sociedad Americana e Internacional de Cardiología y aceptada por el consumidor. Sin embargo, la que mayor popularidad y divulgación tiene es la mediterránea, en la cual se cambia la grasa saturada por monoinsaturada (Ostabal Artigas, M. I., 2000).
Cereales y legumbres. Alimentos de origen vegetal, ricos en polisacáridos (pueden llegar a cubrir cerca del 60% de las necesidades calóricas diarias), fibra y, además, principalmente las legumbres, contienen también proteínas y otros nutrientes. La fibra ejerce efectos beneficiosos no sólo sobre enfermedades digestivas (diverticulitis, apendicitis, estreñimiento, hernia de hiato, cáncer de colon), sino que, lo que es más importante, disminuye el riesgo cardiovascular (Rodríguez Rocaa, G.C., 2013). Como efecto negativo, es justo reconocer que, dependiendo del pH de las heces, pueden inducir a la malabsorción de elementos minerales importantes desde el punto de vista nutricional (calcio, zinc, hierro), debido a su capacidad de actuar como una resina de intercambio catiónico (Rodríguez Rocaa, G.C., 2013). E l vino. El consumo moderado de alcohol, en una cantidad aproximada de uno a dos vasos de vino al día (menos de 30 g de alcohol), ha demostrado reducir la enfermedad cardiovascular en un 25%-40%25, y el 50% de los beneficios en este sentido es debido a la modificación que produce en el colesterol HDL (Rodríguez Rocaa, G.C., 2013). Debe destacarse que estos beneficios cardiovasculares saludables se producen en caso de una ingesta moderada y diaria, especialmente si el consumo coincide con las comidas, ya que en otros patrones de bebedores (grandes ingestas en fin de semana o bebedores crónicos excesivos) está más que demostrada su nocividad (Rodríguez Rocaa, G.C., 2013).
2. Modificación de la textura: Blanda: La dieta de modificación de textura más comúnmente recomendada para personas con arterioesclerosis es la dieta blanda. Esta dieta consiste en alimentos que son suaves, fáciles de masticar y digerir. Los alimentos blandos tienden a ser bajos en grasas saturadas y colesterol, lo que puede ser beneficioso para las personas que tienen arterioesclerosis (Rocamora & García- Luna, 2014). Una dieta de textura blanda que se base en alimentos saludables, como purés de verduras, frutas suaves, yogur bajo en grasa y proteínas magras, puede ser parte de una dieta cardiosaludable. Es importante asegurarse de que esta dieta incluya una variedad de alimentos nutritivos para proporcionar los nutrientes necesarios y reducir el riesgo de problemas de salud asociados con la arteriosclerosis (Rocamora & García-Luna, 2014).
3. Cuantitativas: Hiposódica en todos sus niveles: La dieta hiposódica, al reducir la ingesta de sodio, puede ayudar a controlar la presión arterial. El sodio es un mineral que, en exceso, puede provocar retención de líquidos y aumentar la presión arterial, lo que a su vez puede dañar las arterias y contribuir al desarrollo de la arterioesclerosis (Ocronos Revista Médica y de Enfermería, 2024). Al reducir la presión arterial, la dieta hiposódica puede ayudar a prevenir la lesión en las arterias y disminuir el riesgo de desarrollar arterioesclerosis. Además, una dieta baja en sodio puede promover una mejor salud cardiovascular en general, lo que también puede ayudar a prevenir la arterioesclerosis y otras enfermedades relacionadas con el corazón y los vasos sanguíneos (Vilaplana, 2005). Dieta rica en fibra dietética: Una dieta rica en fibra dietética puede desempeñar un papel importante en la prevención de la arterioesclerosis, también conocida como endurecimiento de las arterias (Siedentopp, 2010). La fibra dietética, que se encuentra en alimentos como frutas, verduras, legumbres, nueces y granos enteros, ofrece varios beneficios para la salud cardiovascular que pueden ayudar a prevenir la arterioesclerosis: Reducción del colesterol: La fibra soluble, presente en alimentos como la avena y las legumbres, se ha demostrado que reduce los niveles de colesterol LDL ("malo") en la sangre, lo que disminuye el riesgo de formación de placas en las arterias. Control de peso: Los alimentos ricos en fibra tienden a ser más satisfactorios y pueden ayudar a controlar el peso al promover la plenitud y reducir el apetito. El mantenimiento de un peso saludable es importante para prevenir enfermedades cardiovasculares. Reducción de la presión arterial: Algunos estudios sugieren que una mayor ingesta de fibra dietética puede estar asociada con una reducción de la presión arterial, lo que puede ayudar a prevenir la arterioesclerosis y otras enfermedades cardiovasculares (Parra, 2021b).
Tenemos que tener en cuenta que la elección de una dieta equilibrada y saludable, como la dieta mediterránea, puede marcar la diferencia en la prevención y el tratamiento de enfermedades cardíacas como la aterosclerosis. Es esencial reconocer el poder que tiene nuestra alimentación para influir en nuestra salud y tomar decisiones informadas sobre lo que comemos para mantener nuestro corazón sano y fuerte.
Referencias : Mesejo, A., Martìnez, J. y Martìnez, C. (2012). MANUAL BÁSICO DE NUTRICIÓN CLINICA Y DIETÉTICA. https://gruposdetrabajo.sefh.es/gefp/images/stories/documentos/4-ATENCION- FARMACEUTICA/Nutricion/Manual_basico_N_clinica_y_Dietetica_Valencia_2012.pdf Ocronos Revista Médica y de Enfermería. (2024). Indicaciones de la dieta hiposódica en el paciente cardiovascular. Ocronos - Editorial Científico-Técnica. https://revistamedica.com/indicaciones-dieta- hiposodica-paciente-cardiovascular/ Vilaplana, M. (2005, 1 diciembre). Dieta hiposódica cardiosaludable. Offarm. https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-dieta-hiposodica-cardiosaludable- Parra, N. (2021b, junio 8). Dieta para la aterosclerosis. En Buenas Manos. https://www.enbuenasmanos.com/dieta-para-la- aterosclerosis#:~:text=Hidratos%20de%20carbono%3A%20en%20la%20dieta%20para%20la,atero ma%20y%20como%20consecuencia%2C%20la%20aparici%C3%B3n%20de%20aterosclerosis. Siedentopp, U. (2010). Tratamiento dietético de la arteriosclerosis. Revista Internacional de Acupuntura, 4(3), 160-164. https://doi.org/10.1016/s1887-8369(10)70043- Penié, J. B. & Estrada Alfonso, A. R. (2011). Papel de la nutrición en la prevención de la enfermedad aterosclerótica. Importancia de los suplementos dietéticos: nutracéuticos. Sociedad Española de Cardiologóa. Publicado por Elsevier España, SL. Vol. 11, páginas 13-17. Recuperado de https://www.revespcardiol.org/es-papel-nutricion-prevencion-enfermedad-aterosclerotica-- articulo-S Ostabal Artigas, M. I. (2000). La dieta mediterránea sobre la arterioesclerosis. Elsevier. Recuperado de https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-integral-63-articulo-la-dieta-mediterranea-sobre- arterioesclerosis- 12968#:~:text=El%20consumo%20de%20alimentos%20ricos,favorece%20el%20riesgo%20de%20a rterioesclerosis. Arós, F. & Estruch, R. (2013). Dieta mediterránea y prevención de la enfermedad cardiovascular. Revista Española de Cardiología. Recuperada de https://www.revespcardiol.org/es-dieta- mediterranea-prevencion-delaenfermedad-cardiovascular-articulo-S Rodríguez Rocaa, G.C. & López Abuinb, J.M. (2013). La dieta mediterránea: una forma de nutrición saludable [versión pdf]. Elsevier. Recuperado de https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-familia- semergen-40-pdf-S