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El Humanismo y El Renacimiento en Roma, Tesinas de Historia antigua

Trabajo practico de Humanismo y renacimiento, en el resurgimiento de roma.

Tipo: Tesinas

2018/2019

Subido el 22/01/2019

matias1985
matias1985 🇦🇷

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ISFD. “América Latina”- Profesorado de Educación Secundaria en Historia
Asignatura: Historia Moderna
Docente responsable: Prof. Olga Rodríguez – Lic. Marcelo Correa
Trabajo Práctico Obligatorio N°1: El Renacimiento en Europa
Estudiante: Uliambre Matias. Curso: 2do Año de la 2da comisión
Bibliografía:
PARTRIDGE, Loren, El Renacimiento en Roma, Madrid, Akal, 2007.
RODRIGUEZ SAN PEDRO-BEZAREZ, Luis, “Humanismo y renacimiento cultural”, en A. FLORISTAN (Coord.),
Historia Moderna Universal, Madrid, Ariel, 2002, pp. 57-81.
1.
A. Para en tender la situación del papado de en los inicios del renacimiento, debemos en tender que esta fue una
“Época de transición, de progreso, de crisis y de confusión entre los ámbitos temporal y espiritual”.
Debemos remontarnos al origen de estos cambios. Los enfrentamientos del siglo XIII entre papas y emperadores
alemanes fueron uno de los factores que quebraron el sistema de la Cristiandad medieval. La crisis del imperio
coincidió con el auge de los nuevos estados nacionales, con los que tuvo que contar el papado. Los cambios
aparecieron en muchos terrenos. En el ámbito geográfico se expandieron los límites del mundo medieval con los
nuevos descubrimientos y viajes que culminaron con la llegada a América. En el ámbito político se inició un
proceso particularista y centralista que imitaron todos los estados, incluido el papal. Pero este centralismo
coincidió con no pocos ataques a la forma misma de entender el papado y las relaciones entre el poder temporal y
el espiritual. En el terreno cultural los comienzos del renacimiento se dan en un ambiente de aprecio por la ciencia
entendida en sentido moderno y con la popularización del saber, sobre todo a partir de la difusión de la imprenta.
Pero quizá lo más significativo de todo el período sea el afán de reforma dentro de la Iglesia, tanto en la cabeza
como en los miembros.
El traslado del papado a Aviñón complica aún más el estado de las cosas. Clemente V (1305-1314), se instaló en
Aviñón (1309). Se inició así la llamada "cautividad de Babilonia", en la que el pontificado tuvo una clara
impronta francesa: lo fueron los siete papas que allí se sucedieron y el noventa por ciento de los cardenales. Los
Estados de la Iglesia italianos quedaron en la anarquía, lo que hizo que la corte aviñonense organizase un sistema
fiscal tan eficaz como impopular, que dañó el prestigio papal.
Precisamente en el extremo opuesto a las corrientes centralistas y fiscales imperantes en Aviñón, se situó el grupo
de doctrinarios antipapales, procedentes de los "espirituales" refugiados en la corte de Luis de Baviera. Entre ellos
destacan el superior de los franciscanos Miguel de Cesena, Guillermo de Ockam y, sobre todo, Marsilio de Padua,
autor de Defensor Pacis, una obra que rompía abiertamente con la tradición cristiana. Para Marsilio el papa no
gozaba de especial potestad y tenía sólo carácter sacerdotal; la jerarquía era de institución humana; la Iglesia
carecía de poder de jurisdicción y los clérigos lo recibían de los príncipes; la Iglesia estaba, en suma, sometida al
Estado. Sin llegar a esos extremos, lo cierto era que el poder eclesiástico dependía cada vez más del poder civil
en las nuevas naciones. Ya entonces en algunas adquirió los caracteres que se mantuvieron durante toda la edad
moderna. En Inglaterra, a partir de 1351, se perfiló una iglesia anglicana, bien sumisa al rey y enfrentada con el
papa por motivos fiscales y políticos. En Francia la estructuración de una iglesia galicana culminó con la
"pragmática sanción" de Bourges (1438), en la que el clero francés adoptó con ligeras variantes los
planteamientos conciliaristas para defenderse de los "excesos" de la Santa Sede.
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ISFD. “América Latina”- Profesorado de Educación Secundaria en Historia

Asignatura: Historia Moderna

Docente responsable: Prof. Olga Rodríguez – Lic. Marcelo Correa

Trabajo Práctico Obligatorio N°1: El Renacimiento en Europa

Estudiante: Uliambre Matias. Curso: 2do Año de la 2da comisión

Bibliografía:

PARTRIDGE, Loren, El Renacimiento en Roma, Madrid, Akal, 2007.

RODRIGUEZ SAN PEDRO-BEZAREZ, Luis, “Humanismo y renacimiento cultural”, en A. FLORISTAN (Coord.),

Historia Moderna Universal, Madrid, Ariel, 2002, pp. 57-81.

A. Para en tender la situación del papado de en los inicios del renacimiento, debemos en tender que esta fue una “Época de transición, de progreso, de crisis y de confusión entre los ámbitos temporal y espiritual”.

Debemos remontarnos al origen de estos cambios. Los enfrentamientos del siglo XIII entre papas y emperadores alemanes fueron uno de los factores que quebraron el sistema de la Cristiandad medieval. La crisis del imperio coincidió con el auge de los nuevos estados nacionales, con los que tuvo que contar el papado. Los cambios aparecieron en muchos terrenos. En el ámbito geográfico se expandieron los límites del mundo medieval con los nuevos descubrimientos y viajes que culminaron con la llegada a América. En el ámbito político se inició un proceso particularista y centralista que imitaron todos los estados, incluido el papal. Pero este centralismo coincidió con no pocos ataques a la forma misma de entender el papado y las relaciones entre el poder temporal y el espiritual. En el terreno cultural los comienzos del renacimiento se dan en un ambiente de aprecio por la ciencia entendida en sentido moderno y con la popularización del saber, sobre todo a partir de la difusión de la imprenta. Pero quizá lo más significativo de todo el período sea el afán de reforma dentro de la Iglesia, tanto en la cabeza como en los miembros.

El traslado del papado a Aviñón complica aún más el estado de las cosas. Clemente V (1305-1314), se instaló en Aviñón (1309). Se inició así la llamada "cautividad de Babilonia", en la que el pontificado tuvo una clara impronta francesa: lo fueron los siete papas que allí se sucedieron y el noventa por ciento de los cardenales. Los Estados de la Iglesia italianos quedaron en la anarquía, lo que hizo que la corte aviñonense organizase un sistema fiscal tan eficaz como impopular, que dañó el prestigio papal.

Precisamente en el extremo opuesto a las corrientes centralistas y fiscales imperantes en Aviñón, se situó el grupo de doctrinarios antipapales, procedentes de los "espirituales" refugiados en la corte de Luis de Baviera. Entre ellos destacan el superior de los franciscanos Miguel de Cesena, Guillermo de Ockam y, sobre todo, Marsilio de Padua, autor de Defensor Pacis , una obra que rompía abiertamente con la tradición cristiana. Para Marsilio el papa no gozaba de especial potestad y tenía sólo carácter sacerdotal; la jerarquía era de institución humana; la Iglesia carecía de poder de jurisdicción y los clérigos lo recibían de los príncipes; la Iglesia estaba, en suma, sometida al Estado. Sin llegar a esos extremos, lo cierto era que el poder eclesiástico dependía cada vez más del poder civil en las nuevas naciones****. Ya entonces en algunas adquirió los caracteres que se mantuvieron durante toda la edad moderna. En Inglaterra, a partir de 1351, se perfiló una iglesia anglicana, bien sumisa al rey y enfrentada con el papa por motivos fiscales y políticos. En Francia la estructuración de una iglesia galicana culminó con la "pragmática sanción" de Bourges (1438), en la que el clero francés adoptó con ligeras variantes los planteamientos conciliaristas para defenderse de los "excesos" de la Santa Sede.

b) Desde Sixto IV (1471-1484) hasta Julio II (1503-1513) y León X (1513-1521), en conjunto, estos papas estuvieron

hasta tal punto dominados por la política, las riquezas, el goce de los placeres de la vida, la cultura mundana y el

bienestar de los suyos mediante el nepotismo y sirvieron tanto a estos intereses mundanos, que algunos de ellos

constituyeron una antítesis radical del espíritu de Cristo, del que eran representantes. Las evidentes irregularidades de

Aviñón y del Cisma de Occidente, la simonía y el nepotismo, todo ello envenenado por una vida a veces inmoral y

acrecentada por la intención de convertir los Estados de la Iglesia en una propiedad familiar del Papa, fueron clara

muestra de la mundanidad y corrupción imperantes y de la claudicación de los papas ante ellas.

C) La posición de superioridad de la Iglesia y su abuso de autoridad dio lugar a un fuerte resentimiento hacia ella. Los monarcas cada vez estaban más molestos al tener que recaudar impuestos para enviar dinero a Roma y por el pago de diezmos. Las clases altas veían además una oportunidad de obtener las tierras de la Iglesia. La imprenta jugó un papel fundamental al permitir una circulación de autores ajenos a la doctrina oficial y de carácter nacionalista. En este contexto hay que entender la obra de Wickliffe que inició la primera traducción al inglés de la Biblia y por la gran transmisión que logra su obra se le considera el precursor de la reforma protestante.

  1. (^) De cierto modo fue la intención de reconstruir la Roma abandonada después del regreso del Papa de Aviñón, es el re-alzamiento de la ciudad con la intención de transformarla en un foco de atracción, ya que la economía que generaba más ingreso era la burocracia del clérigo (las indulgencias y la búsqueda del sustento espiritual) que también beneficiaba al sector del comercio. Algo a tener en cuenta es que el espacio contaba con las ruinas de sus predecesores que marcaron un hito, haciendo más fácil el propósito de la Iglesia. Por lo que la estratificación de los edificios, palacios y calles se dan con la intención de sacar en admiración las plazas y las iglesias centrales, entre ellas tenemos la Iglesia de Letrán y del Vaticano, unidad por la calle Vía Pápale, en donde se daban la procesiones de los vicarios de Cristo y que era transitada en los días festivos solo por el clero, otro ítem a tener en cuenta es cuando Carlos V se dirige a la ciudad de roma(por el triunfo de la Batalla de Túnez), los miembros de la iglesia concuerdan en hacer recorrer las diferentes lugares, pero no esta calle para remarcar el poder de la iglesia y el emperador.
  2. (^) A)El mecenazgo es un tipo de patrocinio que se otorga a artistas, literatos o científicos, a fin de permitirles desarrollar su obra. Mecenas; es la persona poderosa que brinda su apoyo material, o protege mediante su influencia, a artistas, literatos y científicos para que estos puedan realizar su obra. Durante el Renacimiento, la protección de las artes se consideraba una de las premisas básicas de todo buen gobernante, en consonancia con el consejo dado en la Ética a Nicómaco de Aristóteles de realizar abundantes gastos en arte y obras civiles. En El cortesano de Baldassare Castiglione se recomienda a todo gentilhombre que pretenda ser un referente de su época que sea instruido en literatura, música y arte, además de en las armas. Buenos exponentes de ello fueron los Médici, los Montefeltro en Urbino, los Este en Ferrara o los reyes de Nápoles, para pasar posteriormente a todas las monarquías europeas. Los nuevos retratos de monarcas y poderosos reflejan la magnificencia y boato de estos patrocinadores, como se denota claramente en el Retrato del emperador Maximiliano I de Durero. También la arquitectura se volvió más ostentosa, como se evidencia en el palacio de Fontainebleau mandado construir por Francisco I de Francia, o las construcciones vaticanas promovidas por los papas Julio II y León X, que aglutinan arquitectura, escultura y pintura desarrolladas por los mejores artistas del momento, como Bramante, Miguel Ángel y Rafael.

b) A medida que la sociedad abandona los esquemas medievales, el artista se torna crecientemente hacia el mundo sensible que le rodea: surge una plástica de lo profano (en la que se pone de manifiesto la independencia que, en determinados aspectos, ha aportado el Renacimiento). Pero, por otro lado, el pintor, el escultor o el artífice se ve sometido a un proceso de comercialización, lo que tendrá hondas repercusiones: aparecen el coleccionista y el mecenas, que condicionan asimismo la realización de la obra de arte. El artista siente progresivamente su individualidad y se aísla, considerándose un ser aparte: surge la figura del genio. Los hombres que fomentan el arte a través de la protección política o del mecenazgo proceden de la alta burguesía y de la aristocracia, clases que en adelante irán suplantando a la Iglesia como depositarías de las grandes realizaciones artísticas de la época.