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Este documento analiza el papel del educador social en el ámbito de la animación sociocultural. Destaca la importancia de esta figura profesional en los centros educativos, donde puede aportar una visión complementaria a la educación académica, adaptándose a las necesidades del alumnado y del sistema educativo. Se explora la relación entre la educación social y la animación sociocultural, señalando que ambas comparten espacios, problemáticas y colectivos de intervención, así como estrategias pedagógicas. Se concluye que el educador social es un agente de cambio social que busca promover la participación y el desarrollo comunitario a través de procesos educativos. El documento también menciona la relevancia del arte y la música como herramientas de transformación social, como ejemplifica el programa venezolano 'el sistema nacional de orquestas'.
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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Palencia, 19 de Junio de 2015.
ExpresArte, un proyecto de animación sociocultural
Resumen: El trabajo de fin de grado reflexiona en torno a la vinculación entre la figura profesional de el educador social y el animador sociocultural, ¿tenemos cabida en los Centros escolares? ¿qué oferta sociocultural resulta atractiva en el medio rural? Se ha desarrollado un proyecto de intervención musical, a través del cual se trabajarán de manera trasversal infinidad de temas fundamentales para el desarrollo integral de los/as niños/as y su Comunidad.
Palabras clave: Educación Social, Animación Sociocultural, Música, Trasformación, Medio Rural, Trasversalidad, Participación, Comunidad, Desarrollo Local.
Abstract: The present “final project of graduation" is considering the entailment between the social education and socio cultural animator. Could we be in School Centers? Which kind of socio cultural activities are appropriate in the rural places? Here, I developed a musical intervention project, through which we are going to realize so many topics in “traversal way”, which help to improve the children, teenagers and their Community in the development.
Key words: Social Education, Socio Cultural Animation, Music, Trasformation, Rural, Trasversality, Participation, Community, Local Development.
“La música da alma al universo,
alas a la mente, vuelos a la imaginación,
consuelo a la tristeza y vida y alegría a todas las cosas”
(Platón)
ExpresArte, un proyecto de animación sociocultural
En el presente Trabajo de Fin de Grado, entre otras cosas, se realizará un análisis de la vinculación profesional entre el/la educador/a social y el/la animador/a Sociocultural; lo que se pretende con ello, es reclamar nuestros ámbitos de actuación y difundir las funciones y competencias propias de nuestra formación.
La animación sociocultural, tal y como hoy la conocemos aparece en España en los años sesenta. Aunque ha existido desde hace tiempo con perfiles muy variados adaptándose a las diferentes realidades sociales. En los años 90, se consolida la animación sociocultural dando paso al concepto de ocio y tiempo libre, espacio al que se vinculará la figura del educador social y animador o educador sociocultural. En este apartado, se justificará la vinculación entre ambos perfiles profesionales aportando datos de gran interés.
Hoy en día, la animación sociocultural se ha configurado como un instrumento necesario en toda intervención socioeducativa. La animación sociocultural introduce el dinamismo que el actual modelo social exige. Por ello, esta metodología de intervención social perteneciente al ámbito “no formal” hace mucho más atractivos y dinámicos los procesos educativos, potenciando la educación permanente y constante indagación del individuo.
Después, se aportará una justificación teórica de la música como elemento clave en la animación sociocultural.
Debemos de tener en cuenta que, tradicionalmente en la educación se han jerarquizado las materias según su aplicación laboral. Con frecuencia, no se tienen en cuenta las áreas más artísticas, entre las que se encuentra la música. Indudablemente esto es un error. Recientes estudios, que se mencionarán en el desarrollo del Trabajo de Fin de Grado, demuestran que existe una importante vinculación entre el entrenamiento formal de la música y la excelencia académica. Pero la música, no sólo nos aporta beneficios en nuestra vida académica, sino que en el ámbito personal e interpersonal; la música nos ayudará a la hora de desarrollar habilidades para poder gestionar la resolución de conflictos, afrontar positivamente las situaciones a las que nos enfrentaremos a lo largo de la vida, etc.
A título personal, llevo años comprobando que la música aporta muchos beneficios a nivel personal y colectivo, al margen de la clase social, el tipo de colectivo, la nacionalidad, etc. Pero, ¿por qué la música llega a todos? Indudablemente es el idioma universal, el ser humano está formado en un 70% de agua, y desde luego el agua es un conductor muy potente del sonido, de esta manera la música literalmente recorre nuestro cuerpo, provocándonos sensaciones y emociones que en muchas ocasiones sólo ésta puede hacernos experimentar. Esto la convierte en una poderosa herramienta de trabajo que aporta infinidad de ventajas en el ámbito sociocultural.
Para poder tener una visión práctica y global de todo lo tratado anteriormente, se ha elaborado un proyecto de animación sociocultural en el medio rural, a través del cual la música será el nexo común en todas las actividades. En ellas, se trabajarán trasversalmente otros temas de vital importancia para el desarrollo integral de la población destinataria.
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El proyecto se va a desarrollar en un Centro escolar fuera del horario lectivo, y será el educador social el responsable de tutelar este espacio y dinamizarlo en determinados momentos. De lo que se trata, al fin y al cabo, es que se aprovechen los espacios públicos para mejorar la gestión del ocio y tiempo libre ofreciendo alternativas a los destinatarios.
Por ello, se hará una valoración del papel que los educadores sociales tienen asignados en los Centros educativos, a pesar de pertenecer al ámbito no formal de los mismos, repasando los retos a los que se enfrenta, tanto a nivel de reconocimiento por parte de los grupos interdisciplinares, como de los destinatarios. E indudablemente se destacarán los beneficios que nuestra formación como educadores sociales puede aportar dentro de este ámbito.
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Realizando un breve recorrido por “la LOGSE (1990) se puede observar que se posibilitó la incorporación de nuevos perfiles profesionales en los centros educativos ante las nuevas exigencias del momento incluyendo: profesorado de apoyo, orientadores, cuidadores… Así mismo, se incluye la figura del educador social en la participación de procesos selectivos para su incorporación en el cuerpo de profesores de Formación Profesional y Secundaria en las especialidades de SSC, FOL, ISC2.
La LOE (2006) se establece como principio de la ley educativa conseguir que todos los ciudadanos alcancen el máximo desarrollo de sus capacidades tanto individuales como sociales; así como garantizar la igualdad de oportunidades, tolerancia, respeto, responsabilidad, justicia, etc.” (RES, 2013)
En la LOMCE (2013), se puede contemplar que presenta puntos tanto en sus principios como en los fines que se encuentran en estrecha relación con la figura del educador social.
Por ello, se puede afirmar que la educación social tiene y ha tenido cabida en el sistema educativo.
Los/as educadores/as sociales que trabajan vinculados a la escuela desarrollan perfiles y funciones diversas adecuándose a las necesidades educativas de cada uno de los centros educativos. A continuación, se expone una síntesis donde se recopilan las funciones de mayor interés argumentadas: (Méndez, 2007).
“Especialista en atención educativa a la diversidad social: elaborar planes de desarrollo individual y/o grupal, diagnosticar necesidades socio-educativas diferenciales de individuos y grupos, diseñar y evaluar programas de aprendizaje personalizados.
Educador/a familiar y de desarrollo comunitario: crear situaciones que propicien la toma de conciencia familiar sobre las capacidades y recursos, promover la dinamización social y participación activa de los padres, las madres y el alumnado.
Mediador/a en procesos de intervención familiar y socioeducativa: analizar las necesidades personales y educativas; diseñar en equipo programas de intervención y mediación familiar; preparar, planificar y llevar a cabo acciones de intervención y mediación socioeducativa.
Animador/a y gestor/a sociocultural: desarrollar programas de participación social y comunitaria.
Educador/a en ocio y tiempo libre: planificar y gestionar actividades para un ocio creativo.
Educador/a en procesos de acogida: preparar, planificar y llevar a cabo acciones de intervención y mediación; evaluar los logros alcanzados y las dificultades encontradas, establecer mejoras”
También considero conveniente apuntar que “los perfiles resultantes no son excluyentes sino acumulativos, es decir, se pueden dar en las actuaciones al mismo tiempo y requieren de los/as profesionales de la Educación Social una formación global que cada uno/a adopte a la
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situación concreta en la que desarrolle su labor profesional. Así por ejemplo, podemos encontrar a un/a educador/a social preparando, planificando y llevando a cabo acciones de acogida y mediación con jóvenes inmigrantes recién llegados al colegio: al tiempo que planifica y gestiona actividades de ocio creativo para implantarlas en los periodos de descansos en la jornada escolar y mientras dinamiza una escuela de padres y madres en el centro, etc.” (Méndez, 2007)
Después de mencionar a grandes rasgos las competencias desarrolladas en el ámbito escolar, podemos observar que nos encontramos ante una demanda desmesurada y dispersa de funciones. Evidentemente, nuestra preparación profesional nos habilita para desarrollar todas ellas, pero son muchas en número y diversidad. Por ejemplo, se pide que el educador social sea un instrumento resolutivo de contención y prevención de conflictos. También se nos atribuye la función de dinamizadores creativos de aquellos programas complementarios al marco curricular, especialmente en el refuerzo educativo y ámbito extraescolar. Por último, asumir la atención a las familias, función que requiere muchísimo tiempo, dedicación, proximidad, etc.
“A todo ello habría que añadir otra dificultad: el educador/a social está totalmente al margen de la actividad principal de un centro educativo: el currículum académico. No da clases, no pone notas, no es tutor, tiene ninguna capacidad sancionadora, no pertenece al equipo directivo, y no goza del derecho de plena pertenencia al claustro de profesores. En general, los orientadores/as quizás sean los que mejor han acogido a los educadores/as, pero entre el claustro de profesores encontramos todo tipo de reacciones. Muchos docentes no trabajan por una educación integral y no siempre hay preocupación por el funcionamiento del grupo, las condiciones personales, cuestiones familiares, sociales, etc. Se valora especialmente el marco curricular y académico, obviando las intervenciones más específicamente socioeducativas, propias de los educadores sociales” (Galán y Castillo, 2006). “Y es que con su presencia en los equipos docentes, se pretende aportar una visión nueva a la educación. Una metodología de trabajo que cuide las actuaciones integrales, contribuya a dar un carácter reeducativo al sistema sancionador del centro, afronte las situaciones de absentismo escolar, y aporte soluciones al sistema social y familiar que conforma la comunidad educativa. Los educadores/as sociales, son profesionales de recursos, en contacto con el mundo exterior del centro, cercanos a las actividades alternativas socioeducativas, y a los servicios municipales y sociales. Se constituyen en enlaces privilegiados con otros servicios de intervención específicos, en el caso de situaciones más graves, tanto sanitarios como sociales, pero en ocasiones, ante el desconocimiento de la funcionalidad profesional se desperdician esfuerzos” (Galán y Castillo, 2006).
Por ello, el educador social dentro del ámbito escolar debería de reunir dos condiciones fundamentales:
Mostrar coherencia en la línea de intervención y actividades propuestas; sustentándose en criterios de continuidad y claridad en las actuaciones. Estar integradas y reconocidas en la Comunidad escolar.
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Por último, sólo queda reivindicar que “es necesaria una concienciación y un aprendizaje por parte de los Centros educativos acerca de la Educación Social y de sus posibilidades” (Caride,
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1.- Reafirmar el papel de los/as educadores/as sociales dentro de la comunidad educativa con especial incidencia en horarios no académicos, en los que se nos permita hacer uso de las instalaciones escolares con el fin de desarrollar actividades dirigidas y/o libres de animación sociocultural en los que los/as niños y su Comunidad formen parte activa.
1.- Identificar las competencias que vinculan la Educación Social y la Animación Sociocultural.
2.- Impulsar la música como herramienta fundamental de trabajo aportando numerosos beneficios tanto individuales como colectivos.
3.- Diseñar un proyecto de prevención/intervención viable y atractivo en el medio rural.
4.- Motivar a las familias y la Comunidad en este proceso, enriqueciendo la actividad cultural y social del municipio con su participación y/o propuestas.
5.- Identificar la capacidad de la música para desarrollar la animación cultural en el medio rural.
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“Población en riesgo social, situaciones de abandono, negligencia y maltrato; colectivos de población que, por sus características o circunstancias, se encuentran con especiales dificultades para su inserción social, laboral, etc. Población en situación de desadaptación social, situaciones de delincuencia, marginación, exclusión, que pueden ir asociadas a problemáticas de drogadicción, disminución, salud mental, etc. Población general, que atiende la atención a adultos, tercera edad, desarrollo local, animación sociocultural, etc.” (Villa; coor., 2004)
A continuación, se mencionarán los ámbitos y perfiles profesionales propias de la Educación Social, una mención necesaria para vincular al animador sociocultural con el educador social.
El ámbito de la animación sociocultural ha sido y es uno de los grandes pilares de la Educación Social, es decir, es uno de nuestros perfiles profesionales más habitual a través del cual se desarrollan proyectos de intervención social (como el presente), incidiendo particularmente en los aspectos de creación y vivencia cultural, así como de participación ciudadana. Se pueden desarrollar tres perfiles dentro de este ámbito:
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La animación sociocultural tiene un origen bastante difuso, aunque la mayor parte de los autores lo sitúan como consecuencia de la necesidad social causada por el desarrollo industrial y urbano de primeros del siglo XX. La necesidad de dar respuesta a las transformaciones y cambios sociales llevaron a los ciudadanos a intentar comprender y construir su propia identidad social y cultural.
En la Conferencia celebrada por la UNESCO en Mondesee (Austria), en 1950 se emplea por primera vez el término “animación sociocultural”, por lo tanto a partir de este momento se institucionalizará y se ejercerá desde una perspectiva más profesional.
“La animación sociocultural nace así como un marcado componente cultural de intervención estatal que poco a poco irá evolucionando a modelos más sociales y educativos” (Maillo, 1979).
La diversidad de cambios sociales, las crisis económicas, el aumento del ocio y tiempo libre, el cambio de valores, la pasividad, el individualismo y la alineación irán modificando las necesidades de la Animación buscando un cambio que dinamice tanto a nivel personal como grupal siendo el resultado final conceptos como “democracia cultural” o “desarrollo comunitario” (Chacón Blanco, 2010).
Algunas de las definiciones que podemos encontrar son las siguientes, en referencia a este concepto son:
Ander-Egg define la Animación Sociocultural en distintas etapas: o (1986) “como un conjunto de técnicas sociales que, basadas en una pedagogía participativa, tienen como finalidad promover prácticas y actividades voluntarias que, con la participación activa de la gente se desarrollan en el seno de un grupo o comunidad determinada u se manifiesta en los diferentes ámbitos del desarrollo de la calidad de vida”. o (1988) “una forma de acción sociopedagógica que se caracteriza por la búsqueda e internacionalidad de generar procesos de participación de la gente”. o (1989) “una tecnología social que, basada en una pedagogía participativa. Tiene como finalidad actuar en los diferentes ámbitos de la calidad de vida, promoviendo, estimulando y canalizando la participación de la gente, para que logre su propio desarrollo sociocultural”. Sindo Froufe y M. Ángeles Sánchez (1990) definen la animación sociocultural: “como un proceso racional y sistemático que pretende conseguir por medio de la claridad de las metas una organización/planificación de los grupos/personas, mediante la
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Según José Vicente Merino, las modalidades son tres:
MODALIDAD ELEMENTOS METODOLOGÍA ACTUACIÓN PRÁCTICA
EDUCATIVA
Sentido crítico, Concienciación, Motivación, Desarrollo personal
Participación activa, Autogestión grupal, Comunicación grupal.
Movimiento educativo Programa extraescolar Educación compensatoria Club del AMPA Centros ocupacionales…
Niños Jóvenes Adultos
SOCIAL
Interdisciplinar Dinamismo Cambio social Emancipación Prevención de desigualdades sociales Desigualdades Sociales
Interdisciplinariedad grupal Prevención Comunidad
Servicios sociales Movimientos ciudadanos Centros sociales Residencias infantiles Minorías desfavorecidas
Jóvenes Ancianos
ECONÓMICA
Realización personal mediante el empleo Dinamización de colectivos Promoción del empleo
Formación Gestión Autoempleo Cooperativas
Causas de formación Estudios de viabilidad cooperativos Asociación contra el paro
Jóvenes Adultos
Sin embargo, Víctor Ventosa Pérez señala que existen al menos tres modalidades de animación sociocultural:
La cultural, fundamentada en el arte, la creatividad, la expresión… Centrada en iniciativas activistas que se desarrollan en Casas Culturales, Escuelas Especializadas y Centros Polivalentes. La social, basada en la participación, el dinamismo, el cambio, la movilización social, la integración… Centrada en la comunidad cuyo campo de actuación se limita a asociaciones, movimientos vecinales o colectivos, Centros de acción social, etc. La educativa, busca el desarrollo personal, la transformación de actitudes, el sentido crítico, la responsabilidad, la concienciación, la sensibilidad, la motivación, etc.
Según Gloria Pérez Merino podemos destacar cuatro modelos:
Extensión cultural, tiene que llegar a todos. Desarrollo comunitario, es un proceso global que contiene aspectos, económicos, sociales, políticos y culturales. Potenciadora de expresión creadora, diferentes actividades de expresión corporal, dramática, cultural, artística. Transformación social, se dirige hacia una mejora de la sociedad.
Claro que, bajo ningún concepto ninguna modalidad excluye a las otras pudiéndose reunir las tres modalidades en una sola, como en el caso de este proyecto de intervención. Como se puede observar hay numerosos teóricos que realizan diferentes clasificaciones, todas ellas muy válidas.
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Según Pérez Serrano y Martín González (1992), algunas características clave de la Animación sociocultural son:
Supone una transformación de actitudes, valores. Es una práctica social, un conjunto de técnicas. Está compuesta primordialmente por acciones culturales. Tiene una importante carga de acción educativa. Está inspirada en la Pedagogía no directiva.
A continuación, aparecerán detalladas las competencias del Educador Social (Villa; coor., 2004):
COMPETENCIAS TRASVERSALES:
INSTRUMENTALES INTERPERSONALES SISTÉMICAS
Capacidad de análisis y síntesis. Trabajo en equipo. Aprendizaje autónomo. Capacidad de organización y planificación.
Trabajo en un equipo interdisciplinar.
Adaptación a situaciones nuevas.
Comunicación oral y escrita en lengua nativa.
Trabajar en un contexto internacional.
Creatividad. Conocimiento de una lengua extranjera.
Habilidades en las relaciones interpersonales.
Liderazgo.
Conocimientos de informática relativos al ámbito de estudio.
Reconocimiento de la diversidad y la multiculturalidad.
Conocimiento de otras culturas y costumbres. Capacidad de gestión de la información.
Capacidad crítica y autocrítica. Iniciativa y espíritu emprendedor.
Resolución de problemas. Capacidad para comunicarse con expertos en otras áreas.
Motivación por la calidad. Toma de decisiones. Razonamiento crítico. Sensibilidad hacia temas medioambientales.
CONOCIMIENTOS DISCIPLINARES BÁSICOS (SABER) Conocer la realidad actual de los ámbitos de intervención en educación social como resultado de procesos sociopolíticos. Conocer el marco de la educación social y los modelos desarrollados en el mundo, con especial atención a los países e iniciativas de la Unión Europea. Conocer los supuestos y fundamentos teórico-pedagógicos de los procesos de intervención socioeducativa, proyectándolos en pautas de acción. Disponer de una comprensión genealógica de los procesos de intervención socioeducativa. Conocer la legislación sobre educación, bienestar social y servicios sociales, así como los mecanismos para estar al tanto de su actualización. Conocer los métodos y estrategias de investigación en educación social. Conocer los modelos y fundamentos teóricos de los procesos de orientación e intervención para la integración social y laboral. Conocer los estadios evolutivos de la población infantil, joven y adulta con la que se trabaja. Conocer las características fundamentales de los entornos sociales y laborales de intervención. Conocer los factores biológicos, ecológicos y ambientales que afectan a los procesos socioeducativos. Conocer las políticas de bienestar social que sustentan los procesos de intervención socioeducativa. Conocer los supuestos didácticos que están la base de determinados procesos de intervención socioeducativa. Conocer la estructura sociológica española y su relación con la desigualdad social. Conocer la teoría y la metodología de construcción, validación y uso de instrumentos de medida para la evaluación en intervención socioeducativa. Conocer los fundamentos del diseño y uso de las medios, recursos y tecnologías para la intervención socioeducativas.
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OTRAS COMPETENCIAS ESPECÍFICAS Asimilar los procesos de construcción de identidad como profesional de la educación social Conocer la organización profesional actual de los educadores sociales, así como sus antecedentes históricos. Estar comprometido con la calidad de la actuación y actuar conforme a los principios deontológicos del educador social. Manifestar disposición para aprender de modo continuo y aplicar estrategias de autoevaluación y perfeccionamiento profesional. Analizar las propias motivaciones con relación a las diversas tareas profesionales y a las relaciones con los demás. Generar aptitud para adaptarse a los cambios y a las nuevas situaciones profesionales. Manifestar interés por los nuevos ámbitos de la educación social y sus requisitos formativos. Ser capaz de intervenir en el proceso europeo de delimitación de la profesión.
Como se puede observar, son numerosas las competencias propias de la Educación Social, pues bien, ahora conoceremos el perfil del animador sociocultural evidenciando las características comunes, sus funciones, etc.
Las finalidades de la animación sociocultural según S. de Miguel (1995), se pueden sintetizar en cuatro: la universalización de los medios, los bienes y acciones sin ningún tipo de discriminación; la normalización, es decir la integración de los distintos tipos de individuos en su comunidad; la descentralización como la toma de ciertas decisiones dentro de cada grupo organizado democráticamente; y por último la participación, facilitando la autogestión en todos los niveles de vida social.
La figura del educador social en España, presenta diferentes rasgos que hacen de él: un auténtico educador porque trata de estimular la acción, por lo tanto se hace necesaria la educación para fomentar el cambio de actitudes; un agente social en la medida en que trata de implicar a los individuos en una acción conjunta; un mediador, que establece comunicación entre personas y colectivos; y por último, un técnico social que trata de relacionar a los individuos con su ambiente.
Para E. Ander-Egg (1992), el animador sociocultural “designa a quien realiza tareas y actividades de animación. Persona capaz de estimular la participación activa de la gente y de insuflar un mayor dinamismo sociocultural, tanto en lo individual como en lo colectivo. Actúa como un catalizador que desata y anima procesos, cuyo protagonismo se procura que corresponda fundamentalmente a iniciativas de la misma gente”.
Siendo según Besnard (1984), las funciones propias del animador sociocultural se pueden resumir en:
La organización y gestión de: actividades, tiempo, grupo, infraestructura… Las relaciones entre grupos, personas e instituciones. Facilitar situaciones de aprendizaje y búsqueda de información. Facilitar el conocimiento científico del entorno y grupo. Crear cultura, facilitando recursos para su promoción.
Podemos concluir después de indagar en la relación entre Educación social y Animación Sociocultural, en que: ocupan los mismos espacios tanto físicos como sociales; la problemática que atienden es la misma prestando especial atención a la inadaptación, los problemas humano-sociales, las deficiencias en la socialización y las necesidades básicas que amparan los Derechos Humanos; los colectivos a los que van dirigidas las acciones, tanto del educador
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como del animador son la infancia, la adolescencia, la juventud, los adultos y la tercera edad, ya sea a nivel colectivo o individual; y por último, las estrategias pedagógicas utilizadas son la prevención, la ayuda, la reeducación, la formación, la animación y ese enfoque pedagógico del trabajo social.
Por tanto, se parte de realidades sociales tratando de avanzar hacia la promoción humana y el cambio social para poder incidir en la realidad social, posibilitar al sujeto que se constituya como agente activo de su formación y desarrollo en su comunidad provocando colectivamente una trasformación social positiva.
Es una dedicación que sin duda requiere muchísima vitalidad y compromiso social, por ello genera un gran desgaste, siendo muy necesaria la alternancia de funciones. Debemos de tener en cuenta que en la mayoría de ocasiones las metas fijadas se van a alcanzar a medio y largo plazo, ya que los procesos educativos implican cambios de actitudes, de mentalidad, etc.
Salas (1997), afirma que el animador sociocultural “se debe a su público que le exige competencia técnica, pero a menudo, también que no sea un puro técnico y justifique su compromiso social y político. A un tiempo se debe a una institución que le pide sea eficaz y además que se identifique con sus objetivos institucionales, lo que no siempre es posible ni quizás deseable”
Hablamos de un perfil muy complejo, que en la mayoría de las ocasiones tiene que gestionar sus proyectos con políticas socioculturales que tienen más interés en dinamizar los grandes eventos de prestigio que en impulsar dinámicas socioculturales que vayan más allá, tratando de trasformar realidades.
En definitiva, el educador social es un catalizador los recursos y las posibilidades, los intereses particulares y los colectivos, entre la pasividad y la implicación creativa, entre el presente y el futuro común que entre todos queremos trasformar en una sociedad más justa.