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El retorno a Freud en el psicoanálisis: una renovación desde sus raíces, Apuntes de Psicoanálisis

Jacques lacan discute el significado de un regreso a freud en el psicoanálisis, entendido en dos sentidos: reanudar la lectura y reelaborar lo olvidado, y renovar la práctica original. Lacan resalta el descubrimiento de freud sobre el inconsciente reprimido y el papel del lenguaje en el psicoanálisis, y critica la tendencia estadounidense al yo autónomo y la cosificación del sujeto.

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 21/04/2019

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Verba Volant. Revista de Filosofía y Psicoanálisis
Año 6, No. 1, 2016
81
El sentido de un retorno a Freud en el psicoanálisis
JACQUES LACAN
1
7Clínica Universitaria de neuropsiquiatría de Viena (Profesor Dr. Hoff).
Lunes 7 de noviembre de 1955.
Hilo conductor de la tesis que está en la base de esta conferencia.
El retorno a Freud debe entenderse en un doble sentido:
Por un lado, consiste en reanudar la lectura de Freud y reelaborar de ella todo lo
que hasta ahora una interpretación (“Auslegungsignifica aquí “interpretación” en el
sentido de una exégesis, comentario, exposición) muy miope no aprehendió, dejó de
lado u olvidó.
Por otro lado, hay necesidad de un retorno a la práctica original del psicoanálisis,
pero en el sentido de que el retorno signifique a la vez una renovación a partir del
fundamento. En efecto, un primer estadio del psicoanálisis aplicado (“Psicoanálisis
aplicado” designa aquí la práctica del psicoanálisis), que combinaba con su
profundidad propia cierta ingenuidad, fue sucedido por un estadio decadente, podríamos
decir, en el que la técnica directamente se volteó en su contrario.
i
Así pues, hoy
debemos retornar a la primera técnica como a una técnica aprehendida y experimentada
particularmente en su esencia y su fundamento.
ii
8I. La teoría
Si, desde el punto de vista de una interpretación del hombre en su ser-sujeto,
hablamos de una revolución freudiana, ¿en qué consiste su esencia?
1
[“Notes en allemand préparatoires à la conférence sur la Chose freudienne” (“Notas en alemán
preparatorias para la conferencia sobre la Cosa freudiana”) fue traducido del alemán al francés por
Geneviève Morel y Franz Kaltenbeck y publicado en la revista Ornicar?, 42 (1987): 7-11. Traducción al
castellano de Agustín Kripper.]
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Año 6, No. 1 , 2016

El sentido de un retorno a Freud en el psicoanálisis

JACQUES LACAN^1

(^7) Clínica Universitaria de neuropsiquiatría de Viena (Profesor Dr. Hoff). Lunes 7 de noviembre de 1955.

Hilo conductor de la tesis que está en la base de esta conferencia. El retorno a Freud debe entenderse en un doble sentido: Por un lado, consiste en reanudar la lectura de Freud y reelaborar de ella todo lo que hasta ahora una interpretación (“ Auslegung ” significa aquí “interpretación” en el sentido de una exégesis, comentario, exposición) muy miope no aprehendió, dejó de lado u olvidó. Por otro lado, hay necesidad de un retorno a la práctica original del psicoanálisis, pero en el sentido de que el retorno signifique a la vez una renovación a partir del fundamento. En efecto, un primer estadio del psicoanálisis aplicado (“Psicoanálisis aplicado” designa aquí la práctica del psicoanálisis) , que combinaba con su profundidad propia cierta ingenuidad, fue sucedido por un estadio decadente, podríamos decir, en el que la técnica directamente se volteó en su contrario. i^ Así pues, hoy debemos retornar a la primera técnica como a una técnica aprehendida y experimentada particularmente en su esencia y su fundamento.ii

8 I. La teoría

Si, desde el punto de vista de una interpretación del hombre en su ser-sujeto, hablamos de una revolución freudiana, ¿en qué consiste su esencia?

(^1) [“Notes en allemand préparatoires à la conférence sur la Chose freudienne” (“Notas en alemán preparatorias para la conferencia sobre la Cosa freudiana”) fue traducido del alemán al francés por Geneviève Morel y Franz Kaltenbeck y publicado en la revista Ornicar? , 42 (1987): 7-11. Traducción al castellano de Agustín Kripper.]

Año 6, No. 1 , 2016

a) El gran descubrimiento de Freud – que debemos aprehender no como el primero en un orden cronológico, sino como el primero por su significación– es el inconsciente reprimido. ¿Qué es lo reprimido? Por paradójico que pueda sonar, lo reprimido es algo que retorna, es una anamnesis. No cualquiera, por cierto. Evidentemente, no es una reminiscencia – es decir, la ectopia del pasado en el presente–. La reminiscencia – por ejemplo, el sentimiento que nos sobreviene de una atmósfera vivida– queda por esencia en la ambigüedad. En un caso preciso, podrá plantearse la siguiente pregunta: cuando uno se acuerda de una excitación colérica, ¿se trata de un verdadero recuerdo o simplemente de la repetición de lo que fue formulado (del afecto)? Pero de la reminiscencia distinguimos el llamado a la memoria de un acontecimiento que siempre es histórico, que está referido hacia atrás, es decir, que está vuelto hacia el porvenir, sea un compromiso, sea constitutivo. iii^ A esta clase de anamnesis la denominamos anamnesis épica (o bien la anamnesis que pasa por la palabra) (tachado en el texto original) y distinguimos en ella estos tres momentos: la dramatización, el “significar” y el paso a la palabra.iv De ahí que lo simbólico, el distrito del lenguaje, sea el dominio principal del psicoanálisis. Este hecho, de importancia decisiva, estuvo oculto hasta ahora en una teoría del psicoanálisis que no recurre más que a un simbolismo natural (la relación inmediata entre el símbolo y la imagen). El campo asignado por Freud al psicoanálisis también puede denominarse el campo de los síntomas, pero de los síntomas aprehendidos entonces en el sentido más amplio: no sólo como clínicos, sino como lo que abarca todos los fenómenos paradójicos, aun límites, de lo normal: la ilusión, el engaño, el lapsus, lo que desarma en el chiste. En este sentido, el síntoma funciona como la palabra: está aprehendido en el campo del lenguaje.

b) ¿Qué significa “aprendido en el campo del lenguaje”? En este dominio, la interpretación que se hizo de Freud sembró la mayor confusión. Oí decir a Binswanger que la taquicardia provocada por la irrupción de un avión sería el lenguaje de la angustia. ¿No debemos suponer, entonces, que la iluminación de las nubes con la luz de los reflectores de caza es la respuesta del cielo? Debemos evitar designar todo con el

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fragmentado. (Cf. mi teoría del estadio del espejo). Este alter ego , a la vez, es el objeto de elección privilegiado de la agresividad del yo – mencionada a menudo y combatida a menudo–,^10 y este objeto es, repitámoslo, imaginario. Lo mismo vale para el alter ego como objeto del enamoramiento. Pero el Otro al que interrogamos, el Otro “absoluto”, es el otro sujeto, que se funda y encuentra su fuente, al mismo tiempo que el yo -sujeto, en la mediación original de la palabra y en éste.ix

d) A partir de esto, ahora estamos de condiciones de formular el sentido de la revolución freudiana. El sujeto inconsciente es excéntrico al yo. (No desconocemos que desde hace mucho tiempo se distingue entre “ yo ” ( ich ) y el yo ( das Ich ), una diferencia que la lengua francesa hace aparecer más claramente como aquélla entre yo y yo [ moi et je ].) El paso de uno a otro se produce en la dialéctica hegeliana a costa de que el “ yo ” se abandone a sí mismo en el saber absoluto. x^ Pero lo esencial del descubrimiento freudiano consiste en que ese paso sólo puede tener lugar sobre el eje de la excentricidad. Éste también es el sentido importante y verdadero de la tercera fase de la obra de Freud (Psicología de las masas y análisis del yo) , que llega a expresarse en la nueva tópica (yo y ello) ( ich und Es en el original) .xi Si esta última fase de la obra de Freud fue explotada por el psicoanálisis contemporáneo a fin de aprehender el yo en su función de síntesis, lo que significa en realidad es, más bien, que Freud mantuvo la función imaginaria del yo como algo fundamental.xii

II. Práctica

Renunciamos aquí a esbozar las características fundamentales de una práctica verdadera del psicoanálisis renovada a partir de su origen.xiii^ Sin embargo, quisiéramos referirnos al desarrollo del psicoanálisis estadounidense, nefasto por su retorno al yo autónomo y la cosificación implícita del sujeto anudada a aquél (entificación).

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Es precisamente para conservar el carácter imaginario del “yo” y distinguir radicalmente al sujeto del individuo aprehendido biológicamente como objeto, que Freud descubrió e introdujo la pulsión de muerte ( Más allá del principio de placer ). Pero lo que entendemos por ella es la participación del sujeto en una realidad nominal ( Nennrealität ), en el pleno sentido del término.xiv^ A decir verdad, esa participación se extiende más allá, a todas las cosas humanas, que sólo están con vida por haber sido primero matadas y después traídas de nuevo a la vida en el símbolo.xv^ Todas las cosas humanas deben atravesar la muerte y entrar en la resurrección.

III

(^11) Las verdades fundamentales indicadas más arriba han sido funcionalizadas por

nosotros desde el triple punto de vista de lo simbólico, lo imaginario y lo real. El autor lo ha convertido en la base de una enseñanza que ha sostenido desde el final de la guerra dentro de un grupo que renacía en aquel momento, afiliado de forma regular a la “Sociedad internacional de psicoanálisis”. No es casualidad y tampoco carece de significación que una escisión se haya producido en dicho grupo mientras se trataba de fundar un Instituto para la enseñanza del psicoanálisis. Desde ese momento, proseguimos nuestra enseñanza del psicoanálisis con el patrocinio de la “Clínica de la Facultad de Medicina”, en la que el profesor Jean Delay nos acogió amablemente. La amplitud de este trabajo, referido a la interpretación de Freud, que comenzamos hace dos años de noviembre a julio, en un seminario semanal regular, hace que sea prácticamente imposible para nosotros exponerlo de forma exhaustiva en una conferencia. El espíritu y la meta de nuestra enseñanza apuntan a cuestionar la situación del psicoanálisis en relación con las ciencias y, al mismo tiempo, con la formación de los psicoanalistas.xvi