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Orientación Universidad
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El silogismo teórico y la teoría del silogismo, Ejercicios de Filosofía

El documento analiza las diferencias entre el silogismo teórico y el silogismo práctico, según la perspectiva de diversos autores como anscombe y aristóteles. Se explica que el silogismo práctico tiene un carácter prescriptivo en la premisa menor, a diferencia del silogismo teórico que utiliza solo premisas descriptivas. Además, se menciona que en el silogismo práctico pueden resultar conclusiones opuestas dependiendo de la sustitución del término menor, lo cual no ocurre en el silogismo teórico. El documento también aborda la relación entre el razonamiento práctico y el silogismo demostrativo, señalando que el primero está más ligado al razonamiento incompleto o verosímil y al razonamiento dialéctico. En general, el texto profundiza en las características y diferencias entre estos dos tipos de silogismos, aportando una perspectiva teórica y filosófica sobre el tema.

Tipo: Ejercicios

2022/2023

Subido el 22/07/2023

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UNIVERSIDAD NACIONAL DANIEL ALCIDES CARRIÓN FILIAL TARMA
FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD
Escuela de Formación Profesional de Enfermería
FILIAL-TARMA
1
RAZONAMIENTO PRACTICO Y
DIALECTICO
Curso:
FILOSOFIA Y LOGICA
Docente:
Dr, Cesar Ivan ROJAS JARA
Alumna:
PATILONGO ZAVALA, Jackeline Juleysi
Tarma – Perú
2023
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FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD Escuela de Formación Profesional de Enfermería FILIAL-TARMA 1

RAZONAMIENTO PRACTICO Y

DIALECTICO

Curso:

FILOSOFIA Y LOGICA

Docente:

Dr, Cesar Ivan ROJAS JARA

Alumna:

 PATILONGO ZAVALA, Jackeline Juleysi

Tarma – Perú

FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD Escuela de Formación Profesional de Enfermería FILIAL-TARMA DEDICATORIA Este trabajo va dedicado en primer lugar a Dios, por su gran amor y bondad hacia nosotros sus hijos, y a nuestros maestros por brindarles siempre su dedicación y amor por la enseñanza, que brinda día a día a nosotros sus alumnos de V semestre de Enfermería gracias Dr, Cesar Ivan ROJAS JARA por la paciencia que tiene hacia nosotros y formarnos para un gran futuro como enfermeros.

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INTRODUCCIÓN

El razonamiento practico y dialectico es presentado por muchos estudiosos de la obra aristotélica como un esquema de explicación, que intenta dar cuenta del movimiento que realiza el alma humana desde el apetito o deseo puro hasta la acción concreta. El punto de vista que aquí se argumenta puede ser presentado en dos tesis articuladas: 1) el razonamiento práctico no es un silogismo, comprende muchos más aspectos que son irreductibles a la estructura formal de un silogismo perfecto; 2) el silogismo práctico se basa sobre todo en razonamientos retórico-dialécticos, bien sea un entimema, un paradigma, o un epiquerema; es un proceso discursivo de deliberación con silogismos imperfectos o cadenas de silogismos probables que orientan la deliberación a manera de sorites e inducciones retóricas. No se trata de una demostración sobre cosas que son necesariamente y no pueden ser de otra forma, sino que se trata de lo posible y contingente, aquello que puede o no puede ser, puesto que sólo se delibera sobre lo posible y esto se hace con opiniones probables. Corresponde entonces a la retórica y la dialéctica razonar con este tipo de premisas. La regla de conducta en un silogismo

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SILOGISMO TEORICO Y TEORIA DEL SILOGISMO

Según Anscombe , el razonamiento práctico y el silogismo práctico significan lo mismo. Aristóteles es claramente conciente de que existen diferentes tipos de razonamiento, pero hace énfasis en la semejanza que existe entre ellos y parece considerar que lo fundamental son los rasgos comunes que encontramos entre el silogismo demostrativo y el razonamiento práctico. Sin embargo, la semejanza supone una analogía, no una identidad. Si son semejantes, entonces no son idénticos, luego tienen alguna diferencia: ¿En que se distingue un razonamiento práctico de un silogismo teórico? ¿Qué es un razonamiento? ¿Cuántos tipos de razonamiento hay? Aristóteles definió el silogismo, que es su modelo de razonamiento perfecto, como: “un discurso en el que, sentadas ciertas cosas, se sigue necesariamente algo distinto de lo ya establecido por el simple hecho de darse esas cosas”. Ferrater Mora señala que es evidente que se trata de una definición muy general y que bien puede abarcar tanto el razonamiento silogístico como muchos otros tipos de razonamiento, e incluso a la inferencia deductiva en general. En un pasaje Aristóteles llama la atención sobre esta ambigüedad y la necesidad de precisar: “hay que hablar del razonamiento antes que de la demostración por ser el razonamiento más universal que la demostración: en efecto, la demostración es un cierto razonamiento pero los razonamientos no son todos demostraciones”.Aristóteles opone en muchas ocasiones el silogismo demostrativo o deducción y la inducción o comprobación como dos procesos del pensamiento completamente diferentes. La deducción va de lo universal a lo particular y la inducción de lo particular a lo universal: En el caso de los razonamientos, tanto los que proceden mediante silogismo como los que proceden mediante inducción; pues ambos realizan la enseñanza a través de conocimientos previos, los unos, tomando algo como entendido por mutuo acuerdo, los otros demostrando lo universal a través del

FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD Escuela de Formación Profesional de Enfermería FILIAL-TARMA Una clasificación semejante es presentada al inicio de las Refutaciones Sofísticas, “hay cuatro géneros de razonamientos en la discusión: didácticos, dialécticos, críticos y erísticos”. El silogismo es un modelo de inferencia válida. Su doctrina es que si se aceptan ciertas premisas, se deduce de ellas por necesidad determinada conclusión. El silogismo encarna una ley lógica y permite derivar una regla de inferencia. En muchas obras modernas y contemporáneas se ofrece como ejemplo de silogismo aristotélico el siguiente: Todo hombre es mortal Sócrates es hombre Sócrates es mortal Lukasiewicz nos recuerda que desde tiempos de Sexto Empírico se presentaba este ejemplo como silogismo peripatético; sin embargo, Aristóteles no utiliza términos ni proposiciones singulares como premisas de silogismos en su filosofía analítica. Otro ejemplo más aristotélico sería: Todos los hombres son mortales Todos los griegos son hombres Por consiguiente, todos los griegos son mortales Pero esta forma inferencial no es aristotélica, ya que él usaba implicaciones en las que el antecedente es una conjunción de dos premisas y el consecuente la conclusión. Un ejemplo adecuado sería: Si todos los hombres son mortales y todos los griegos son hombres, entonces todos los griegos son mortales. Lukasiewicz señala con rigor que aún así no resulta ser auténticamente aristotélico. Un silogismo genuino no contempla ningún contenido, es una pura forma lógica con letras a manera de variables. Además Aristóteles coloca siempre el predicado en el primer lugar y el sujeto en el segundo. No dice “Todo A es B”, sino “A es predicado de todo B” o “A pertenece a todo B”, p. ej.:

FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD Escuela de Formación Profesional de Enfermería FILIAL-TARMA “Si Aes predicado de todo B y B es predicado de todo G, entonces A es predicado de todo G”. Aristóteles define el silogismo en los siguientes términos “un argumento en el cual habiendo sido concedidas ciertas cosas, algunas otras distintas de aquellas se siguen necesariamente de su verdad, sin que haya necesidad de ningún otro término exterior”. Un silogismo se compone de tres proposiciones: dos premisas que comprenden una mayor y una menor , y luego una conclusión. En estas proposiciones encontramos tres términos: un término mayor un término menor y un término medio Cada una de ellas se distingue por la posición del término medio. Aristóteles admitió tres figuras: La primera es aquella en la que el término medio es sujeto en la premisa mayor y predicado en la premisa menor. La segunda figura es aquella en la que el término medio es predicado tanto en la mayor como en la menor. Y la tercera es aquella en la que el término medio es sujeto tanto en la premisa mayor como en la menor. El modo es la forma en que están dispuestas las premisas según la cantidad y la cualidad. La cualidad de una proposición es afirmativa o negativa; afirmativa si afirma de manera completa o parcial y negativa si niega completa o parcialmente la inclusión de la clase designada por su término sujeto. La cantidad de una proposición es universal o particular, universal si se refiere a todos los miembros y particular si se refiere a algunos miembros de la clase designada por su término sujeto. Toda premisa es o universal, o particular o indefinida. Una premisa de la que no puede decirse si es o universal o particular, se le considera indefinida. En los Primeros Analíticos no se desarrolla este asunto; consideraciones sobre los términos y proposiciones singulares se abordan en De interpretatione. Allí se define como genérico a un término que es predicado de muchos sujetos. Si se hace referencia a la totalidad de la extensión se dice que es universal y si se predica de un único sujeto es singular. No se contempla aquí los términos vacíos o los particulares que son no- universales, aunque tampoco son singulares.

FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD Escuela de Formación Profesional de Enfermería FILIAL-TARMA opuestas entre sí si difieren en cantidad, en cualidad, o tanto en cantidad como en cualidad. A y E son contrarias porque son proposiciones universales que difieren en cualidad, I y O son subcontrarias porque son proposiciones particulares que difieren en cualidad. A y E son, respectivamente, las contradictorias de O e I, porque difieren tanto en cantidad como en cualidad. I y O son, respectivamente, subalternas de A y E porque difieren en cantidad. Tomemos de nuevo la ilustración clásica: Si todos los hombres son mortales Y todos los griegos son hombres, Entonces todos los griegos son mortales Este ejemplo corresponde a la primera figura. Su forma subyacente sería: Si todo M es P y todo S es M, Entonces todo S es P La correspondiente forma silogística que ofrece Aristóteles es: SiAconviene (es predicado, es verdadero, puede ser dicho, atribuido o pertenece) a todo B Y B conviene a todo G, Entonces A conviene (tiene que ser predicado) a todo G25 Las variables A, B, G corresponden respectivamente a las letras P, M, S. Las letras P, M y S designan los términos mayor, medio y menor del silogismo. El término medio esta en las dos premisas, pero no en la conclusión, por lo menos una vez es tomado universalmente y puede hacer de término sujeto o predicado. Por oposición al término medio, los otros dos términos se llaman “extremos” (kra). El tiene que es el indicador de la necesidad lógica y es utilizado sistemáticamente por Aristóteles cada vez que analiza un razonamiento construido con variables y quiere expresar una ley silogística. Se trata de una representación visual y diagramática del raciocinio. Un modelo geométrico del pensamiento: A se encuentra en el extremo mayor y G en el extremo menor de la figura base del razonamiento. Así, en nuestro ejemplo, ‘hombres’ es el término medio. El término menor es el primero de los términos de la conclusión y el término mayor es el segundo de los términos de la conclusión. Asimismo, el término menor o sujeto aparece en la premisa menor y el término mayor o predicado aparece en la premisa mayor; ‘griegos’ y ‘mortales’ son, respectivamente, los términos menor y mayor en este silogismo. Se trata de la primera figura porque el término medio es sujeto en la premisa mayor y

FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD Escuela de Formación Profesional de Enfermería FILIAL-TARMA predicado en la premisa menor. Y tanto las premisas mayor y menor como la conclusión son proposiciones universales afirmativas, por lo que el silogismo corresponde al modo que la tradición escolática llamó bArbArA. Ahora es posible entender a qué nos referimos cuando hablamos de la forma de un silogismo, siendo precisamente la forma, desde el punto de vista analítico, su aspecto fundamental. La forma deriva de la figura y el modo de un silogismo. Por tanto, la validez o invalidez de un razonamiento silogístico depende tanto de su modo como de su figura, tiene que ver únicamente con su forma y es independiente de su contenido específico. Así, el silogismo AAA de la primera figura es válido sin importar cuál sea el tema de que trate, es decir, sin importar los términos que sustituyan las letras S, P, y M de este silogismo. Aquí hay que reiterar que un silogismo válido es un silogismo formalmente válido, la validez está determinada por su mera forma y por ello es independiente de la verdad o falsedad de sus premisas. Aunque el razonamiento práctico usa términos singulares en la premisa menor y en la conclusión, aceptar que una proposición singular puede ser tomada como particular, implica que razonamientos silogísticos de la primera figura que tengan el modo AII y EIO son relevantes para el estudio del razonamiento práctico, aunque no podríamos dejar de lado EIO y AOO en la segunda figura, y EAO y EIO en la tercera figura, que también podrían ser útiles. Luego veremos, no obstante, algunos problemas de una conclusión negativa en el razonamiento práctico, ya que hay quienes niegan que una omisión sea equivalente a una acción. Se argumenta que en el razonamiento práctico la conclusión es una acción no una omisión. Los A1 de Aristóteles consideran la forma que debe tener cualquier tipo razonamiento que pretenda demostrar algo u ofrecer alguna prueba. Muestra como procede el pensamiento cuando piensa, cual es su estructura formal. Cuando afirmamos o negamos algo de otra cosa, es decir, cuando juzgamos o formulamos proposiciones no razonamos todavía. Ni tampoco razonamos al formular una serie de juicios y al clasificar proposiciones desvinculadas entre si, por el contrario cuando pasamos de unos juicios o proposiciones a otras proposiciones

FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD Escuela de Formación Profesional de Enfermería FILIAL-TARMA enseguida. Por consiguiente, cuando, por una parte, existe la opinión de que, en general debe evitar buscar lo azucarado y, por otra parte, -puesto que lo dulce es agradable y esto es dulce (y tal es la causa) que nos mueve a actuar, se presenta el deseo de probarlo, entonces la opinión, nos dice que lo evitemos, pero el deseo nos lleva a ello; porque el deseo tiene la capacidad de mover todas y cada una de las partes del alma; de suerte que somos incontinentes, en cierto sentido, por la razón y la opinión, la cual no se opone a la recta razón por sí misma, a no ser por accidente

  • pues es el deseo y no la opinión lo que es contrario a la recta razón
  • Por este motivo, los animales no son incontinentes, porque no tienen ideas universales, sino representación y memoria de lo particular. El razonamiento práctico no es un silogismo teórico sino un razonamiento dialéctico o retórico expresado en lenguaje cotidiano. Con este tipo de razonamientos deliberamos en el monólogo íntimo, y cuando tratamos de persuadirnos o persuadir a otros de conclusiones probables y discutibles que no podemos demostrar o comprobar. Bertók-Öffenberger34 resumen en cuatro puntos las diferencias entre silogismo teórico y silogismo práctico:
  1. El silogismo teórico emplea variables; el silogismo práctico describe conceptos morales con ayuda del lenguaje ordinario.
  2. La premisa menor del silogismo práctico tiene un carácter prescriptivo; mientras que el silogismo teórico usa sólo premisas descriptivas.
  3. En el silogismo práctico, de acuerdo con la sustitución que se haga en cada caso, en lugar del término menor, pueden resultar conclusiones opuestas, lo cual está excluido en el caso del silogismo teórico.
  4. Tampoco en el caso del silogismo práctico puede derivarse una conclusión falsa a partir de premisas verdaderas. La premisa mayor de un silogismo práctico es una opinión universal afirmativa a la que también se alude explícitamente como la premisa que contiene el objeto de deseo, fin o bien. Su función es indicar lo bueno o lo correcto. Observemos una ilustración de silogismo práctico ofrecida por Aristóteles:

FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD Escuela de Formación Profesional de Enfermería FILIAL-TARMA Además puesto que hay dos clases de premisas nada impide que uno, teniendo las dos, obre contra su conocimiento, aunque use la universal pero no la particular, porque la acción se refiere sólo a lo particular. También hay una diferencia en el caso de lo universal, porque uno se refiere al sujeto y otro al objeto; por ejemplo, ‘a todo hombre le convienen los alimentos secos’, ‘yo soy un hombre’, o bien ‘tal alimento es seco’; pero que este alimento tiene tal cualidad, o no se sabe o no se ejercita ese conocimiento. Así, habrá una gran diferencia entre estas maneras de conocer, de tal forma que conocer de una manera no parecerá absurdo, pero conocer de otra parecerá extraño. El silogismo práctico aquí utilizado puede ser expresado esquemáticamente de la siguiente forma:

  1. Los alimentos secos son buenos para el hombre
  2. Este alimento es seco
  3. Yo soy un hombre Luego, Este alimento es bueno para mí. Se analiza este caso complejo de silogismo ofrecido por el estagirita y muestra que implica la instanciación de una regla general con referencia, tanto a la situación particular que sirve de contexto a la acción, como al carácter del agente individual que la realiza. La premisa 3 expresa la concretización de una regla en un caso individual. El problema surge cuando nos planteamos la posibilidad de que el agente sea incapaz de subsumirse a sí mismo bajo el rango de aplicación de una regla. Tal es el caso del incontinente, quien no posee la premisa menor que actualiza la regla. De aquí que la conclusión del silogismo práctico sea una acción y no una proposición. No importa razonar correctamente sino actuar en consecuencia. Incluso la verbalización de la conclusión es irrelevante, puesto que se trata de una acción y no un mero discurso o pensamiento. Aristóteles compara el incontinente con el ebrio y el dormido que no pueden actualizar los contenidos de su pensamiento en términos prácticos. Es factible conocer una proposición general, pero no su aplicabilidad a un determinado caso individual. Y esta ignorancia puede originarse debido al desconocimiento de la premisa menor del

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RAZONAMIENTO PRACTICO Y DIALECTICA

El razonamiento práctico se diferencia del silogismo teórico por su finalidad, ya que se hace con vistas a la acción: Pero convengamos, primero, que todo lo que se diga de las acciones debe decirse esquemáticamente y no con precisión, se que nuestra investigación ha de estar de acuerdo con la materia y en lo relativo a las acciones y a la conveniencia no hay nada establecido y si tal es la naturaleza de una exposición general, con mayor razón la concerniente a lo particular será menos precisa; pues ésta no cae bajo el dominio de ningún arte ni precepto, sino que los que actúan deben considerar siempre lo que es oportuno, como ocurre en el arte de la medicina y de la navegación. Anscombe insiste que en el silogismo práctico propiamente dicho la conclusión no es una nueva proposición sino una acción cuyo sentido es mostrado por las premisas. Sin embargo, nos aclara que “existe una diferencia de forma entre el razonamiento que conduce a la acción y el razonamiento para encontrar la verdad de una conclusión”. Se supone que en un razonamiento ordinario la conclusión es del tipo “Debería hacer esto y esto”, y Anscombe llama “razonamiento ordinario” a aquel tipo de razonamiento que “busca la verdad de una proposición que se muestra verdadera por las premisas”. La ilustración que ofrece es la siguiente: “Quien tenga dinero debería darle a un mendigo que le pida Este hombre que me pide dinero es un mendigo Tengo dinero Entonces debo darle a este hombre algo de dinero Toda demostración se hará mediante tres términos y no más, aunque la misma conclusión surja a través de estos u otros términos : E a través de A B y de CD, o a través de AB, AC y BC, pues nada impide que halla más términos medios que esos. Pero, en caso de haberlos, no hay uno sino varios silogismos” ; “cuando tres términos se relacionan entre si de tal manera que el último este contenido en el conjunto del término medio y el término medio esté o no esté

FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD Escuela de Formación Profesional de Enfermería FILIAL-TARMA contenido en el conjunto del término primero, habrá necesariamente un silogismo perfecto entre los términos extremos” , y además “si hay silogismo, es necesario que los términos estén dispuestos como dijimos, y que, si están dispuestos así, habrá silogismo” ; “es evidente entonces cuando habrá y cuando no habrá silogismo, cuando será posible y cuando perfecto y que, si hay silogismo, es necesario que los términos se comporten con arreglo a alguno de los modos explicados. Adicionalmente, la expresión “Quien tenga dinero debería darle a un mendigo que le pida” no es una proposición universal, necesaria y verdadera. Se trata de una opinión generalmente aceptada por ciertas personas, tal vez la mayoría, los más bondadosos, y entre estos, aquellos con mayor generosidad. Pero definitivamente es sólo una opinión y, por tanto, algo verosímil y contingente. Y, si este es el caso, estamos en el razonamiento probable sobre cosas admisibles o plausibles, es decir, en el razonamiento dialéctico, “el razonamiento probable es un razonamiento a partir de verosimilitudes o signos: aunque lo verosímil y el signo no son los mismo, sino que lo verosímil es una proposición plausible: en efecto, lo que se sabe que la mayoría de las veces ocurre así o no ocurre así, o es o no es, eso es lo verosímil”. Anscombe es conciente de esto y por ello acepta que las premisas de este tipo de razonamientos son dudosas y “quizá tales premisas nunca puedan ser ciertas”. McKerlie analiza un caso que aparece en MA , desde la perspectiva epistémica de la tercera persona:

  1. Él piensa: Todo hombre es mortal.
  2. Él piensa: Yo soy un hombre.
  3. Él piensa: Yo soy mortal.
  4. Él piensa; cada hombre debería caminar.
  5. Él piensa: Yo soy un hombre.
  6. Él camina. Pero es un caso expuesto a las mismas críticas del anterior, sin importar que sea en primera o tercera persona. La cuestión es:

FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD Escuela de Formación Profesional de Enfermería FILIAL-TARMA –ejemplos-, analogías, inducciones de lo singular a lo particular, conjeturas sobre los casos singulares, premisas singulares y sujetos agentes instanciados, implícitos o presupuestos) el razonamiento práctico es diferente al silogismo demostrativo y al silogismo en su estructura formal, y puede por ello ser ubicado dentro del campo de la dialéctica, que examina razonamientos imperfectos y con opiniones generalmente aceptadas expresadas en proposiciones universales, y discute su aplicación, en cuanto reglas de conducta, a casos particulares inducidos a partir de experiencias singulares, para derivar finalmente una conclusión que sirva de principio y causa a la acción, aunque no se confunde con ella. La acción puede ser consecuencia de un silogismo demostrativo en el que la conclusión se muestre como verdadera y necesaria debido a sus premisas, pero también cuando las premisas no fueran necesarias y verdaderas, sino probables y contingentes, e incluso falsas, la acción no es “necesariamente” un efecto inmediato del silogismo. El razonamiento práctico versa sobre la acción e incluye además la elección y el intelecto activo que decide con prudencia lo conveniente según cada caso particular. Deliberar y elegir corresponden al orden de la reflexión y el pensamiento, pero se trata de un razonamiento acerca de lo que puede ser de otra manera, lo contingente, lo probable. De aquí que el razonamiento práctico esté más ligado al razonamiento incompleto o verosímil y al razonamiento dialéctico Son pocas las proposiciones necesarias a partir de las cuales se componen los silogismos retóricos (en efecto, la mayor parte de los asuntos sobre los que se requieren juicios y especulaciones podrían también ser de otra manera, ya que, por una parte damos consejo y deliberamos sobre lo que implica acción y las acciones son todas de este género, de modo que ninguna de ellas procede, por así decirlo, de algo necesario) y como, por otra parte, es forzoso que lo que acontece frecuentemente y es sólo posible sea concluido mediante silogismo a partir de premisas semejantes, igual que lo necesario se concluye de premisas necesarias, cosa que ya sabemos desde los Analíticos,

FACULTAD DE CIECIAS DE LA SALUD Escuela de Formación Profesional de Enfermería FILIAL-TARMA resulta así manifiesto que, de las proposiciones de que hablan los entimemas, algunas son necesarias, pero la mayor parte sólo frecuentes y, así mismo, que los entimemas se dicen de probabilidades y de signos, de modo que es necesario que estas dos clases de cosas se correspondan con un tipo de entimema. Qué el razonamiento práctico no es un silogismo demostrativo perfecto está claro por la forma que lo constituye y que se trata de un razonamiento retórico-dialéctico nos resulta evidente por su materia , en este sentido nuestra interpretación de la acción resulta coherente con otros pasajes de Aristóteles, tanto en sus obras biológicas como en las obras lógicas: Un problema dialéctico es la consideración de una cuestión relativa, bien al deseo y al rechazo, bien a la verdad y el conocimiento, ya sea por si misma, ya como instrumento para alguna otra cuestión de este tipo, acerca de la cual, o no se opina ni de una manera u otra o la mayoría opina de manera contraria a los sabios, o los sabios de manera contraria a la mayoría o bien cada uno de estos grupos tiene discrepancias en su seno. En efecto, algunos problemas es útil entenderlos para desear o rechazar, v. g. el de si el placer es deseable o no. Al identificar la racionalidad con la demostración, lo necesario, la evidencia y lo indiscutible, dejamos por fuera la ética y la política y, en general, la acción humana, impidiendo el lugar a la deliberación y la elección razonables. Según esta concepción limitada de la racionalidad humana, la capacidad de razonar en lengua natural para justificar y orientar nuestras decisiones y acciones no tendría sentido y carecería de valor. Este error no lo cometió Aristóteles, quien discriminó por ello entre una razón teórica y una razón práctica, cuyos razonamientos no procedían de forma idéntica y cuyos contenidos diferían en el grado de certidumbre y otros muchos aspectos. Mientras el razonamiento analítico pretende la verdad y lo necesario en el mundo racional y contemplativo de las teorías filosóficas y científicas, el razonamiento retórico-dialéctico apunta a lo verosímil y probable en el mundo razonable y práctico de la acción y la toma de decisiones.