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Ensayo de empuje de los suelos
Tipo: Apuntes
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FACULTAD DE INGENIERÍA UNLP
Área Geotecnia de la Facultad de Ingeniería UNLP
elemental sometido a cierta profundidad a una presión vertical (^) v, igual al peso de la ‘tapada’ de
suelo que está por encima, y que vale el producto de su peso unitario por la profundidad en la
cual se encuentra el elemento prismático estudiado v = . z (figura 1). A esta presión vertical v,
le corresponde una tensión horizontal h. La relación entre ambas es un coeficiente K, que en el
estado original – denominado estado de reposo – se lo denomina K 0.
Supongamos idealmente (figura 2a) que podemos insertar en ésta masa semi infinita, una pantalla
rígida, de tal forma que si nosotros retiramos el suelo que se encuentra a la izquierda de la
pantalla, no cambien las condiciones iniciales del terreno en la parte de la derecha de la misma
(figura 2b).
Fig 2.
Si se permite que este paramento vertical se traslade una cierta magnitud hacia la izquierda a
presión constante, se producirá una reducción de la presión horizontal. A medida que nos
desplazamos a presión constante, para cierto corrimiento, toda la masa de suelo entra en
equilibrio plástico; cada punto llega al límite de rotura, y en ese momento la relación entre las
presiones horizontal y vertical se indica por el coeficiente de empuje activo de Rankine, Ka. Este
coeficiente es entonces la relación entre las tensiones principales, cuando por disminución de la
presión horizontal toda la masa semi infinita de suelo está al borde de la rotura, este es el primer
estado límite. Si se corriera el paramento vertical hacia la derecha, la presión vertical
prácticamente se mantendría constante, pero se produciría un incremento de la presión horizontal.
También se llegaría al borde de la rotura, pero con una inversión de tensiones principales: ahora
la tensión horizontal sería mayor que la vertical. Es otro estado límite característico de Rankine,
para el cual la relación entre las dos presiones está dada por el coeficiente de empuje pasivo, Kp.
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Fig 3.
En la figura 3 se indica la representación de los estados límites por círculos de rotura de Mohr.
Si mantenemos la tensión vertical v constante, se disminuye la tensión horizontal hasta llegar a
la rotura, el segmento 0 - hmín de la figura representa la presión horizontal en ese momento. En
cambio, si mantenemos la tensión vertical constante y aumentamos la tensión horizontal, el
círculo va creciendo hacia la derecha, hasta que en el estado límite de Rankine toca la curva de
resistencia intrínseca y se produce el estado límite de rotura.
En la figura 4 se indican para el mismo diagrama las inclinaciones para las cuales se producen los
estados límites. En el estado activo, la línea de rotura forma un ángulo de 45 / 2 con la
horizontal. En el estado pasivo, las líneas de rotura en toda la masa que se encuentra en estado de
equilibrio plástico, forman también un ángulo de 45 / 2 pero con la vertical.
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Fig. 5: Variación del valor de Ko = h / v con las deformaciones de las estructuras de soporte
En la figura 5 se han representado las variaciones de los coeficientes Ka y Kp para distintas
condiciones de densidad relativa del material (arena), en función del giro del paramento vertical
que lo contiene.
Se puede observar en dicha figura la gran deformación que se debe producir para generar Kp, que
en el caso de las arenas densas tienen un pico máximo mientras que en el caso de las arenas
sueltas dicho pico no se alcanza y la pendiente de crecimiento es muy débil.
Por lo expuesto en los párrafos anteriores se aconseja para el cálculo del empuje pasivo, dividir el
valor de Kp por un coeficiente de seguridad, ya que en la mayoría de los casos, las estructuras no
pueden aceptar la gran deformación que se necesita para generar el empuje pasivo máximo.
Por el contrario, se puede apreciar que en el caso del empuje activo Ka las deformaciones
necesarias para alcanzar el valor mínimo de Ka son muy pequeñas.
Fig. 6
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1 3
1 3
tg
c
sen
1 3
5 -.^ ^45 /^2 ^2. ^45 /^2
2
2
En la figura 6 se indica el diagrama de Mohr correspondiente a un suelo genérico. La ordenada al
origen representa la cohesión, y la fricción está dada por la pendiente del ángulo que forma la
recta con la horizontal. Se ha transcripto la fórmula que da los valores de 1 en función de 3 , por
ejemplo, en el caso de empuje activo la tensión principal menor es la horizontal; despejando 3
para arenas donde la cohesión es nula, se obtiene el valor del coeficiente Ka de Rankine. Por lo
tanto, en la teoría de Rankine la distribución de presiones está afectada por un coeficiente
constante, y la presión vertical crece con la profundidad. La distribución de empujes es triangular,
ya que es:
1 3 ^ ; N
Fig. 7a. Empuje activo en arenas
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parte negativa y la positiva, y en la figura se indica su expresión en función de 2 zo , que es la
altura a la cual se anula el empuje activo.
Es necesario destacar que a la profundidad 2 zo se compensa el área negativa del diagrama de
empujes activos, con otra área similar positiva, lo que hace que a esa profundidad el empuje
activo resultante sea nulo.
Fig. 8. Empuje pasivo en arcillas
Para el otro estado límite, de empujes pasivos, la estructura empuja contra el suelo, y la presión
horizontal crece hasta llegar al estado de equilibrio plástico. La tensión principal mayor es la
horizontal 1. Por lo tanto despejando de la fórmula expresada en la figura 6 tendremos:
Tensión principal mayor: 1 = p
Tensión Principal menor: 3 = . z
p
En la figura 8, se ilustra el diagrama de empuje pasivo para el caso más general de un suelo que
tiene cohesión, fricción y sobrecarga. La presión horizontal es la suma de 3 términos; los dos
últimos son constantes, y los diagramas correspondientes resultan rectangulares. El primer
resultante, se calcula como suma de las resultantes parciales de cada una de éstas áreas, o sea,
componiendo las fuerzas P”p y P´p que se observan en la figura, actuantes en los baricentros de
las áreas rectangular y triangular respectiva.
Las condiciones de borde impuestas por la teoría de Rankine, como habíamos dicho
anteriormente, limitan su aplicación en la realidad. Por ejemplo, la resistencia de corte en la
interacción suelo – estructura, no es nula cuando se produce un desplazamiento; por otra parte
siempre hay fricción, de manera que, esta simplificación conduce a cierto error en la
determinación del empuje. También hay casos en los cuales las condiciones geométricas de
verticalidad para la superficie del paramento y horizontalidad para el terreno, no se verifican. Sin
embargo, el error que se comete al aplicar esta teoría, en los casos de empuje activo, es siempre a
favor de la seguridad, ya que el valor de dicho empuje que surge de suponer tensión de corte nula
es mayor que el real.
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Fig. 9. Empujes activos y pasivos.
Supongamos, un muro rígido enterrado cierta altura en la masa de suelo que contiene. Se hace el
relleno, y en cuanto el muro se corre una pequeña fracción toda la masa de suelo entra en empuje
activo, tendiendo a volcar el muro.
El empuje pasivo que tiende a sostenerlo, no se desarrolla totalmente, ya que requiere mayor
deformación. De allí que en algunos casos reales no podamos alcanzar el valor del empuje pasivo
que ayuda a la estabilidad del muro. Es por ello que siempre hay que dividir el empuje pasivo,
por un coeficiente de seguridad, y calcular el empuje activo suponiendo que se manifiesta en su
totalidad.
La teoría de Rankine para empuje activo puede servir para calcular proyectos no muy onerosos,
donde es suficiente una aproximación. Si el proyecto involucrado es realmente importante,
conviene calcular el empuje mediante otra teoría, por ejemplo, con la teoría de Coulomb, con la
cual, los valores de las secciones serán mucho menores.
La figura 9 presenta los diagramas de equilibrio plástico de estructuras de suelos, cuando la
tensión tangencial no es nula. En ella se han colocado las resultantes del diagrama de empuje que
actúa sobre el parámetro vertical, aplicada a una altura H/3 del pie del muro, pues resulta de un
diagrama triangular.
A la izquierda (Fig. 9), se observan las superficies de rotura determinadas experimentalmente
para dos casos de empuje activo: el primero de ellos (lado superior izquierdo), cuando el empuje
está dirigido un ángulo hacia abajo de la horizontal, llamado empuje positivo- y el segundo
(lado inferior izquierdo) cuando el empuje forma un ángulo hacia arriba de la horizontal,
llamado empuje negativo. En el caso de positivo, la superficie es en realidad compuesta;
inicialmente es curva, y luego plana, terminando con el mismo ángulo 45 / 2 que indicaba
Rankine. En el caso de negativo, una parte de la superficie es curva, con curvatura inversa de
la anterior, terminando en el mismo ángulo.
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OCR es la tasa de precompresión que se define como:
esióndesobrec aefectiva presente
esióndeprecompresión OCR Pr arg
Pr
e- En un fluido: K 0 = 1, debido a que
El hecho que K 0 pueda ser mayor que 1 en las arcillas preconsolidadas está basado en el siguiente
fenómeno físico:
Al descargarse verticalmente (por ejemplo por erosión de sedimentos superiores) desde un cierto
valor de hasta 0 actual, por tratarse de una masa semi infinita disminuye muy poco con
relación a la reducción ocurrida verticalmente, permaneciendo sensiblemente igual a la original.
No se puede tomar esto como una ley general ya uqe hay arcillas preconsolidadas, por ejemplo
por desecación, para las cuales K 0 puede ser menor o igual a la unidad.
Ello se debe a que las tensiones capilares que produce la desecación (que no actúan solo en
dirección horizontal), original tensiones en los canalículos de la masa que, donde los granos se
acercan entre sí con fuerzas muy importantes, reduciendo la relación de vacios y, en
consecuencia, provocando un estado de figuración interno, configurando una estructura laminar
similar a la de la arena, por lo que, en ciertos casos, K 0 resulta próximo a los sugeridos para
dichos materiales.
Otra teoría que tiene aplicación práctica es la de Coulomb, completamente diferente a la de
Rankine en cuanto a su enfoque. Coulomb introduce una simplificación importante para calcular
el empuje: supone que la superficie de rotura se produce en el suelo, no a través de líneas sino de
planos. La falla se produciría entonces a través de un plano potencial de rotura, lo cual no es
cierto de acuerdo a lo ya explicado, pero permite calcular con rapidez el empuje. Por lo tanto, la
teoría de Coulomb permite calcular problemas en los cuales el paramento no es vertical, y la
superficie de relleno tiene cualquier forma. Introduce la superficie de rotura plana, y estudia el
problema como el equilibrio de una cuña del suelo que falla, limitada de un lado por el
paramento, y del otro por una superficie plana.
La resolución es por tanteos, buscando cual de todas las superficies planas posibles conduce por
ejemplo el empuje activo máximo que constituye el valor más desfavorable.
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Fig. 10. Cálculo del empuje activo usando la teoría de Coulomb.
Supongamos, que la cuña que desliza es la limitada por las rectas OA y OC , figura 10. Dicha
cuña tiene un peso W que podemos calcular y representar con su dirección y sentido en una
escala adecuada.
Esta fuerza de gravedad deberá estar equilibrada por un lado, por la reacción P que se genera en
deslizamiento es entre suelo y suelo, el empuje activo EA que tendrá una inclinación con
respecto a la normal al plano OA , que dependerá de la naturaleza del muro, especialmente su
rugosidad, y del suelo.
En los casos de suelos cohesivos tendremos que considerar también la resultante de la fuerza que
se origina por adherencia en el plano OA y en el OC. Estas fuerzas están representadas por Ca y
por C en la figura 10 y se obtienen multiplicando el valor de la cohesión “C” por la superficie del
plano en el que actúa, en el caso del plano OC y multiplicando a la cohesión por el área del
plano OA y por un factor de reducción que depende de la naturaleza del muro, es decir:
C = c. OC
Ca = c. OA. F
Obtenidas las fuerzas W, Ca, C, en el caso de los suelos cohesivos y W en el caso de los suelos
granulares se dibuja a escala cada fuerza con su correspondiente dirección y sentido, lo que nos
permitirá, encontrar el valor de la reacción al peso de la cuña P y el valor del empuje activo EA.
Los valores EA así obtenidos para las distintas cuñas consideradas se representarán sobre un
plano de referencia m-n y en coincidencia con el vértice de la cuña considerada (B; C;.....;D).
Finalmente se unen los extremos libres de los vectores así representados, mediante una curva
continua. Se obtendrá de esta forma un valor de EA máx que tomaremos como empuje activo ya
que corresponde a la reacción que deberá movilizar el muro para impedir el deslizamiento de la
cuña de suelo que tiene mayor posibilidades de hacerlo.
El punto de aplicación del empuje activo se obtiene, primeramente hallando el baricentro de la
cuña de falla, posteriormente se traza una paralela a la superficie de falla, que pase por el
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Fig. 1 2 - a)
Podemos notar que estamos en presencia de dos estratos con distintos parámetros de corte y
distinta densidad, la superficie del terreno natural es totalmente irregular y soporta una
sobrecarga. Tenemos además la presencia de la napa freática cuyo pelo libre no se alinea según
un plano horizontal.
Para resolver éste problema primeramente trazamos la cuña de prueba I que pase por el punto ‘O’
tal como se indica en la parte (b) de la figura y mediante el diagrama de fuerzas encontramos la
cuña más desfavorable, que es la que nos da el mayor valor del EA1 (empuje activo).
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Fig. 1 2 - c)
El segundo paso consiste en encontrar la cuña de prueba II mas desfavorable trazada a partir del
pie del muro, para ello tenemos que determinar primeramente otra cuña trazada en el manto
superior a partir del punto ‘m’ que no tiene porqué tener la misma pendiente y que nos dé el
máximo valor de ‘x’, tal como se indica en la parte ‘c’ de la figura. Nótese que en esta cuña se
computa la resultante de la presión hidrostática como una fuerza ‘U’, que actúa en forma normal
al plano de falla considerado.
Fig. 1 2 - d)
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La distribución de las tensiones sobre el muro tendrán una dirección paralela a la inclinación del
terreno superficial, y su distribución en profundidad seguirá siendo triangular
Fig. 13.
Si = 0 la ecuación (3) se transforma en la (1) y la (4) en la (2)
Empuje Pasivo
TN
z
TN
EXACTO
PLANO
TN
EXACTO (^) PLANO
E
E
z
Fig. 14. Comparación entre las zonas de rotura pasivas entre superficies curvas y planas
La figura 1 4 recalca la diferencia que existe entre suponer una superficie de deslizamiento plana
muchos textos se expone otra solución, consistente en suponer que la superficie de deslizamiento
o de rotura está compuesta por un sector curvo b-d y otro plano d-e, (fig. 16). La superficie curva
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de espiral logarítmica. Para aprovechar ciertas ventajas geométricas, Terzaghi toma un arco de
espiral logarítmica para el sector b-d y un plano para el sector d-e, y calcula el equilibrio en la
superficie formada por ambos sectores.
l
01
a f 1
d 1
e 1
45 -
/
W
b
45 -
(^) /
E''p 1
E'p 1
Ep 1
h H
H/ H/
r 1
r (^0) P''p
CA Pp
C
P'p
Curva de deslizamieno
lEp
lPp
1
lw 1
CA
Fig. 15. Fuerzas intervinientes en la determinación del Empuje Pasivo
En el equilibrio de este prisma, la parte triangular a-d 1 - e 1 tiene un plano de simetría en el cual se
puede suponer que no actúan tensiones de corte, ya que el prisma a-d 1 - e 1 se encuentra en el
estado pasivo de Rankine. Por lo tanto se suprime el triángulo f 1 - e 1 - d 1 para colocar en su lugar la
resultante calculada mediante la teoría de Rankine, limitando el estudio a la cuña determinada por
a-f 1 - d 1 - b. Las fuerzas que actúan sobre dicha superficie son: el empuje pasivo, que forma un
ángulo con el paramento del muro; la cohesión y la adherencia, cuando existen; el peso de la
normal a la tangente a la espiral, y por lo tanto pasa por el centro de la espiral.
Como el método se basa en tomar momentos respecto del centro de la espiral, el momento de la
reacción F se anula.
A los efectos de su cálculo, el empuje pasivo se descompone en dos direcciones extremas: se
considera – por una parte – el empuje pasivo proveniente del suelo con peso y sin cohesión, y por
otra el suelo sin peso y con cohesión. Esta descomposición permite calcular los empujes E’P y
E”P correspondientes a cada caso, y obtener de su suma el empuje pasivo.
Para aplicar el método se toma el suelo en la primera condición mencionada – cohesión nula – en
cuyo caso las fuerzas solamente derivan del peso. El empuje que deseamos calcular está ubicado
a una profundidad H/3. Se procede por tanteos, considerando en primer término el equilibrio de
una cuña cualquiera; tomando momentos respecto de 0 1 se calcula el valor de E’p 1.
A continuación pasamos a detallar el cálculo del empuje pasivo según ésta teoría.
Para ello consideraremos primeramente el caso de suelo con peso y sin cohesión (fig. 1 6 ).