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articulo universitarios Perú : descripción de la ley universitaria
Tipo: Apuntes
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El estudiante actual genera su propio conocimiento, se identifica por ser más interactivo, crítico, espontáneo, es por ello que su rol en el aula, no es de un simple espectador sino de un estudiante activo y decidido. Al respecto, Martínez y Prendes (2001) determinan que el estudiante debe buscar un rol activo, el cual debe estar relacionado con su propio proceso de aprendizaje; ya no es posible que los alumnos estén limitados en cotejar información.
En este orden de ideas, Piaget (1975) considera que el estudiante debe recibir orientación del docente mientras construye su propio conocimiento; es decir, en este espacio el alumno aprende a aprender. Es un estudiante activo que elige y planifica sus actividades de aprendizaje. Es autónomo, capaz de pensar por sí mismo, con sentido crítico, en los ámbitos moral e intelectual (Kamii, 1982).
En esta misma perspectiva, se puede decir que los estudiantes deben adquirir nuevas competencias para su adaptación a este mundo lleno de exigencias. Ya no es ser teoricista sino ser más práctico, estar más capacitado para la búsqueda significativa de conocimientos, tal como lo mencionan Cabero (2007); Hanna (2002) o Bartolomé y Grané (2004).
En este sentido, Segobia y Beltrán (1998) afirman la dualidad del papel del estudiante: por una parte tiene que desarrollar modelos mentales y patrones organizativos en orden de poder representar los contenidos (conocimientos) que debe aprender, y por otro desarrollar un repertorio de estrategias cognitivas y metacognitivas para ello.
Ahora bien, al adentrarse a una de las misiones fundamentales para la Educación Superior, presentada por la UNESCO en la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior para el siglo XXI, se hace énfasis en la necesidad de que exista un aprendizaje permanente, así como también un aprendizaje autónomo y crítico.
ROL DE APRENDIZ PERMANENTE
La educación superior, como un proceso de formación permanente, hace que los estudiantes estén más vinculados a un aprendizaje continuo, de tal manera que conlleven al logro de las metas que se hayan propuesto.
Con la adaptación de los nuevos modelos pedagógicos orientados en dotar a los estudiantes de conocimientos que le garanticen una formación permanente y continua, las universidades están conduciendo a los estudiantes a una formación basada en una educación permanente, continua y con pertinencia social.
La educación permanente se le conceptualiza como un proceso integral de formación, de tal manera que conlleve a una construcción e innovación de saberes. Por educación permanente, Escotet (1991) entiende que no hay una etapa para estudiar y otra para actuar. Para él significa estar capacitados para aprender, reaprender y desaprender de manera permanente.
Siguiendo en esta línea se encuentran Reich (1992) y Martín (2003), quienes señalan que la formación para enfrentar un mundo tecnócrata, adaptado a los cambios sociales, ha sido fructífera para el proceso enseñanza-aprendizaje de los estudiantes, por ello es considerado también como un proceso globalizado.
En lo que respecta al concepto de aprendizaje individual permanente, Bahamón (s/f, p. 17) propone un modelo que representa las dimensiones que componen al mismo; es decir, “1) la disposición y los factores internos que predisponen a un adulto para aceptar la responsabilidad por el aprendizaje, y 2) la capacidad de aprender a aprender” (Gráfico 1).
Gráfico 1. Mapa de conceptos aprendizaje individual permanente
La revisión que hace el autor de cada uno de los conceptos relacionados con el modelo le permitió concluir que tanto el desarrollo de la capacidad de aprendizaje individual permanente “como el incremento del potencial de aprendizaje de los estudiantes depende, ante todo, del fortalecimiento del deseo de aprender y del desarrollo armónico de una serie de habilidades específicas” (p. 41), entre las que se puede enumerar las siguientes:
ROL DE APRENDIZ AUTÓNOMO
Cuando se habla de autonomía se hace referencia a la libertad, albedrío, independencia, la manera de sentirse autosuficiente, para iniciar un aprendizaje. Marquès (1999) refrenda esta posición al indicar que un estudiante en la actualidad debe tener iniciativa para tomar decisiones aceptando la incertidumbre y la ambigüedad.
Asimismo, debe responsabilizarse de su aprendizaje y auto-dirigirlo, manejando diversas estrategias y técnicas que vayan en concordancia con los propios estilos cognitivos. Todo ello no elimina la necesidad de mantener contacto permanente con sus profesores aceptando sus orientaciones.
A tal efecto, se tiene que el alumno universitario, como aprendiz independiente, es quien determina su aprendizaje de forma autónoma, donde debe considerar el punto de vista
El estudiante crítico es una persona llena de energía positiva, muy activa, estimulante y reflexiva y, sobre todo, es un estudiante que toma en serio su estudio con todo lo que eso implica.
Al respecto, Matus (s/f) señala que el rol del estudiante es tener que enfrentarse, con conceptos, normas, comportamientos, que no son fáciles y muchos desertan porque no poseen la capacidad de comprometerse con ese rol lo cual hace que el alumno crítico, por su nivel de compromiso, lo logre generalmente, ya que esta característica personal lo hace pensar más reflexivamente sobre sus posibilidades futuras y como ellas le pueden brindar mejores opciones en la vida.
Abundando más acerca de este rol del estudiante, Castellano (2007) indica que los estudiantes que poseen la habilidad de ser críticos en su pensamiento se caracterizan por: tener disposición a ser osados mentalmente; poseer curiosidad intelectual; clarificar y perseguir la comprensión; planificar y diseñar estrategias; intelectualmente cuidadosos; buscar y evaluar razones; además de ser metacognitivos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Appiah, K. (2006). Cosmopolitanism: Ethics in a World of Strangers. Estados Unidos. Editorial Norton & Company.
Bahamón, J. (s/f). El aprendizaje individual permanente: ¿Cómo lograr el desarrollo de esta capacidad de los estudiantes? Documento en línea. Disponible en: http://www.icesi.edu.co/ contenido/pdfs/cartilla_aprendizaje.pdf. Consulta: 5/04/2013.
Bartolomé, A. y Grané, M. (2004). Educación y tecnologías: de lo excepcional a lo cotidiano. Aula de Innovación Educativa. Número 135. (Pp. 9-11).
Cabero, J. (2007). Nuevas Tecnologías aplicadas a la Educación. España. McGraw-Hill.
Castellano, H. (2007). El pensamiento crítico en la escuela. Argentina. Prometeo Libros.
Escotet, M. (1991). Aprender para el futuro. España. Publicaciones de la Fundación Ciencia, Democracia y Sociedad.
Hanna, D. (2002). Nuevas perspectivas sobre el aprendizaje en la enseñanza universitaria. En Hanna, D. (ed). La enseñanza universitaria en la era digital. España. Octaedro-EUB.
Kamii, C. (1982). La autonomía como objetivo de la educación, implicación de la teoría de Piaget. Infancia y Aprendizaje. Número 18. (Pp.3-32).
Martínez, F. y Prendes, M. (2001). La innovación tecnológica en el sistema escolar y el rol del profesor como elemento clave del cambio. Documento en línea. Disponible en: http:// tecnologiaedu.us.es/cuestionario/bibliovir/paz1.pdf. Consulta: 23/04/2013.
Marquès, P. (1999). Roles actuales de los estudiantes. Disponible en: http:// peremarques.pangea.org/estudian.htm. Consulta: 17/04/2013.
Matus, O. (s.f.). Mi rol del estudiante. Universidad Santiago de Chile.
Moore, S. y Murphy, M. (2009) Estudiantes excelentes. 100 ideas prácticas para mejorar el autoaprendizaje en Educación Superior. España. Editorial Narcea.
Piaget, J. (1975). Psicología y epistemología. España. Editorial Ariel.
Reich, R. (1992). The work of nations: Preparing ourselves for 21st century capitalism. Estados Unidos. Vintage Books.
Rogers, Carl. (1978 ). Carl Rogers on personal power. Reino Unido. Delacorte Publishing Company.
Rué, J. (2009) Aprendizaje Autónomo en Educación superior. España. Editorial Narcea, S.A. de Ediciones.
Segobia, F. y Beltrán, J. (1998). El aula inteligente. Nuevo horizonte educativo. España. Editorial Espasa.
Solé, I. (2007). Disponibilidad para el aprendizaje y sentido del aprendizaje. En Coll, C.; Martín, E.; Mauri, T.; Miras, M.; Onrubia, J.; Solé, I. y Zabala, A. El constructivismo en el aula. España. Colofón Graó.
Young, R. (1993). Teoría crítica de la educación y discurso en el aula. España. Editorial Paidós Ibérica.
Zuñiga, M. (2011). Los estudiantes universitarios del Siglo XXI en México: de la pasividad a la autonomía y al pensamiento crítico. XII Congreso Internacional de Teoría de la Educación. Barcelona, España.