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Definición según Baumgarten e I.kant
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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ESTUDIO DE LA ESTÉTICA SEGÚN BAUMGARTEN. Aunque el estudio de la belleza y del arte se remonta a los griegos el origen o nacimiento de la disciplina filosófica que se ocupa de la belleza como saber específico y autónomo se debe a Alexander Gottlieb Baumgarten. Por tanto, antes de empezar un tratado histórico del desarrollo de la estética resulta justo, aunque no trascendente, hablar de la aportación del filósofo alemán. Baumgarten es el primer filósofo que emplea el término como disciplina independiente (Aesthetica de 1750 ). En este período y hasta Hegel la estética se concibe de manera esencial como la conjunción entre la belleza y el arte. Después de Hegel se procederá a separar el arte de la belleza. La estética que desarrolla Baumgarten nace de la reflexión filosófica del arte y del descubrimiento de su vínculo con la belleza. Es preciso indicar que aunque el filósofo alemán amplia y mejora el pensamiento de Christian Wolff su pensamiento halla mayor parentesco con Leibniz, pues muy probablemente los pilares básicos de su estética no hubieran sido posibles sin recurrir a factores propiamente leibnicianos. Estos elementos básicos son: el descubrimiento de la facultad del objeto estético, la belleza como objeto del conocimiento estético y la concepción de la verdad estética. A decir verdad Leibniz nunca desarrolló un pensamiento sobre el arte y la belleza, sin embargo los antecedentes de la estética que funda Baumgarten se encuentran en Leibniz. Sin ir más lejos, Baumgarten arranca su pensamiento estético a partir del texto Meditationes de cognitione veritate et ideis en el que Leibniz presenta la clasificación de lo tipos de conocimiento según la división: oscuroclaro, confusodistinto, adecuado- inadecuado y simbólicointuitivo. Para Leibniz el conocimiento sensible es claro y confuso ya que no alcanza a enumerar por separado los signos necesarios para distinguir una cosa entre otras. Este no reconocimiento de los elementos particulares que entran en un objeto sensible es debido a que nuestro conocimiento se constituye por un cúmulo de percepciones insensibles.
Si la belleza decimos que es la representación del orden universal y está vinculada a la perfección del conocimiento, este reconocimiento del orden universal servirá a la perfección del propio sujeto que expresa y conoce un objeto bello. Por tanto la contemplación es fruto de un acto del conocimiento que se esfuerza con tenacidad por acceder allí donde el orden y la belleza se expresan en alto grado. Por tanto, este esfuerzo ya no implica sólo un acto del entendimiento, sino que requiere forzosamente un impulso de la voluntad y de la virtud. Por ello se comprende que nada sirve mejor a la felicidad que la iluminación del entendimiento y el libre ejercicio de la voluntad para actuar siempre acorde al entendimiento, y que dicha iluminación debe buscarse en el conocimiento de las cosas que conducen al entendimiento humano a metas más altas y elevadas y a la perfección. La virtud se hace necesaria para reconocer la perfección de un objeto bello y para expresar la conveniencia de los signos sensibles con lo representado en la mente (Aesthetica). Para Baumgarten, la verdad estética va ligada totalmente a la verdad moral. Para Baumgarten, la verdad estética necesita la adecuación de los elementos representativos y lo conocido sensiblemente y el orden entre las cosas y sus representaciones.
El empleo del término «estética» en Kant difiere del uso que hizo Alexander Gottlieb Baumgarten del mismo término, en cuanto ciencia de lo bello. El uso de Kant es en realidad más fiel a la etimología que significa 'sensación, sensibilidad'. La estética trascendental muestra que, a pesar de la naturaleza receptiva de la sensibilidad, existen en ella unas condiciones a priori que nos permiten conocer, mediante el entendimiento, los objetos dados por el sentido externo (intuición). Estas condiciones son el espacio y el tiempo. Kant es un “no representacionalista”: el arte no representa nada. El arte se conforma de la espontaneidad y un libre juego de facultades, sin que esto derivase en ningún caso a una función representativa, hasta el punto de que cuánto más intenta significar una obra peor es la obra. No hay una finalidad semántica con la obra, lo que vale es la inmediatez. El arte posee una finalidad sin fin consciente. El objeto de la apreciación estética es la naturaleza. Conviene señalar el subjetivismo transcendental de Kant, es decir, como el objeto no tiene ninguna función representativa, tampoco se vuelve a él. La estética kantiana es romántica, está basada en Rousseau. El arte es igual a la experiencia. Su teoría estética es anti-intelectualista: la razón no es concluyente para emitir juicios, lo válido son las apariencias, la primera impresión sin atender a su forma o composición, sólo a las emociones que despierta ese primer momento que es apariencia, es arte, es juicio. Los instintos frente a la razón. ESTUDIO DE LA ESTÉTICA SEGÚN I. KANT
El tiempo no es un concepto empírico extraído de alguna experiencia El tiempo es una representación necesaria que sirve de base a todas las intuiciones El tiempo no es concepto discursivo o, como se dice, universal, sino una forma pura de la intuición sensible La originaria representación tiempo debe estar, pues, dada como ilimitada. La originaria representación del espacio es, pues, una intuición a priori no un concepto. Tiempo: Forma del sentido interno y condición formal de todos los fenómenos. Kant se refiere a la capacidad que los sujetos tienen de intuirse a sí mismos, en la «apercepción», es decir, la percepción de la propia identidad empírica, en una sucesión de momentos, que constituyen el tiempo. El espacio da validez objetiva a los fenómenos en tanto estos existen en la sensibilidad (sentido externo) que pone con relación al sujeto con el objeto de que es percibido como fuera. El tiempo da validez objetiva a los fenómenos en tanto que estos son percibidos no solo en el espacio exterior, sino desde la apercepción que se percibe a sí misma y en relación con su experiencia externa según un antes y un después, es decir, en un momento de esa intuición pura que es el tiempo. De lo anterior Kant deduce que es imposible que los fenómenos existan por sí mismos, pues toda la realidad empírica se valida como algo real en tanto es En consecuencia, espacio y tiempo, al ser formas puras de la intuición sensible, son también condiciones inherentes al sujeto que intuye y sin estas al sujeto se le haría imposible recibir representaciones. Es así como la estética trascendental constituye el primer estadio de conocimiento del sujeto, y que tiene directa relación con la percepción sensible de objetos de la experiencia. intuida por el sujeto.
En Kant vemos dos conceptos estéticos: Subjetividad universal: es clave para el idealismo posterior de Kant. En este concepto se conjugan distintos ámbitos: el entendimiento y la sensación, la racionalidad y la irracionalidad, lo infinito y lo finito, lo objetivo y lo subjetivo. Todas estas conciliaciones se reducen a conciliación entre entendimiento y sensación. Lo común entre los juicios estéticos y científicos es que produce conocimiento objetivo, universal. La sensación sería irrepetible y única. Se vinculan aspectos en principio opuestos. Es el punto exacto donde se conjugan estos dos elementos de la realidad. La experiencia estética sería igual a imaginación, más entendimiento y sensación. Es una conjunción inmediata pero opaca a la razón. No es deducible, es irreducible a la subjetividad de la sensación, la experiencia estética tiene la universalidad opaca que tienen los aspectos de intensidad personal, se vincula lo subjetivo de la experiencia con lo objetivo, se trata de una experiencia que todo ser humano debería vivir. El objeto natural como objeto estético: Son experiencias inmediatas en la cual el objeto natural por no estar mediado es el objeto estético por excelencia, dicho objeto fija nuestra atención inmediatamente, se me impone. El objeto natural es el paradigma. Sin proceso de interpretación no tiene que ser descifrado. No hay autor, no hay interpretación y se impone inmediatamente.