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Evaluación científica a las teorías del origen de la vida, Monografías, Ensayos de Biología evolutiva

Evaluación científica a las teorías del origen de la vida e inclusión del modelo bíblico como una explicación alternativa

Tipo: Monografías, Ensayos

2018/2019

Subido el 22/10/2019

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Evaluación científica a las teorías del origen de la vida e inclusión del
modelo bíblico como una explicación alternativa
Andrés Álvarez García1, Idiany Gamboa Hernández2, Jhony Alberto García3,
Raúl Cedeño Pincay4, Richard Bolaños Cubides5
12345 Corporación Universitaria Adventista 28
Recibido: 02 de noviembre de 2016 Aceptado: 10 de enero 2017
Resumen
El objetivo de esta investigación consiste en evaluar de forma sucinta las principales teorías del
origen de la vida y proponer razones puntuales para considerar el relato bíblico como una
alternativa confiable respecto a los orígenes. La investigación tiene un enfoque cualitativo de
carácter descriptivo. Para la recolección de datos se emplea la técnica de fichaje bibliográfico, que
permite organizar el estado del arte de las teorías del origen de la vida y del relato del Génesis.
Diversos autores y líneas investigativas enlistan características que se relacionan con la aparición
de la vida, pero no existe una definición clara de vida en la comunidad científica. Las teorías del
mundo del RNA, la panspermia, y las membranas prebiológicas abordan el origen de la vida desde
un enfoque abiogénico, gradualista y evolutivo. Por otro lado, en la protología del Antiguo Cercano
Oriente se encuentra el relato del Génesis bíblico como una narrativa histórica, secuencial y
amítica, que tiene características diferenciadoras respecto a las cosmogonías sincrónicas del Enuma
Elish, Eridu Genesis y Atrahasis. En conclusión, las teorías actuales del origen de la vida comportan
limitaciones significativas en su abordaje, lo cual dilucida la posibilidad de considerar el texto
Bíblico de la creación como una teoría alternativa al origen de la vida.
Palabras clave: Vida, Abiogénesis, Protología, teorías científicas, origen, Cosmogonía.
Abstract
The purpose of this research is to succinctly evaluate the main theories of the origin of life and to
propose specific reasons to consider the biblical story as a reliable alternative to the origins. The
research has a qualitative approach of descriptive character. For the data colletion is used the
technique of bibliographic transfer, which allows to organize the state of the art of theories of the
origin of life and the Genesis account. Several authors and research lines to list characteristics that
1Correspondencia al autor
E-mail: aljuarismi20@gmail.com
Revista de Investigación Apuntes Universitarios
Volumen 7 - Número 1 (Enero-Junio)
ISSN: 2225-7136(impresa)-2304-0335(en línea)
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Evaluación científica a las teorías del origen de la vida e inclusión del

modelo bíblico como una explicación alternativa

Andrés Álvarez García^1 , Idiany Gamboa Hernández^2 , Jhony Alberto García^3 , Raúl Cedeño Pincay^4 , Richard Bolaños Cubides^5

(^12345) Corporación Universitaria Adventista^28

Recibido: 02 de noviembre de 2016 Aceptado: 10 de enero 2017

Resumen El objetivo de esta investigación consiste en evaluar de forma sucinta las principales teorías del origen de la vida y proponer razones puntuales para considerar el relato bíblico como una alternativa confiable respecto a los orígenes. La investigación tiene un enfoque cualitativo de carácter descriptivo. Para la recolección de datos se emplea la técnica de fichaje bibliográfico, que permite organizar el estado del arte de las teorías del origen de la vida y del relato del Génesis. Diversos autores y líneas investigativas enlistan características que se relacionan con la aparición de la vida, pero no existe una definición clara de vida en la comunidad científica. Las teorías del mundo del RNA, la panspermia, y las membranas prebiológicas abordan el origen de la vida desde un enfoque abiogénico, gradualista y evolutivo. Por otro lado, en la protología del Antiguo Cercano Oriente se encuentra el relato del Génesis bíblico como una narrativa histórica, secuencial y amítica, que tiene características diferenciadoras respecto a las cosmogonías sincrónicas del Enuma Elish, Eridu Genesis y Atrahasis. En conclusión, las teorías actuales del origen de la vida comportan limitaciones significativas en su abordaje, lo cual dilucida la posibilidad de considerar el texto Bíblico de la creación como una teoría alternativa al origen de la vida. Palabras clave: Vida, Abiogénesis, Protología, teorías científicas, origen, Cosmogonía.

Abstract The purpose of this research is to succinctly evaluate the main theories of the origin of life and to propose specific reasons to consider the biblical story as a reliable alternative to the origins. The research has a qualitative approach of descriptive character. For the data colletion is used the technique of bibliographic transfer, which allows to organize the state of the art of theories of the origin of life and the Genesis account. Several authors and research lines to list characteristics that (^1) Correspondencia al autor E-mail: aljuarismi20@gmail.com

are related to the appearance of life, but there is no clear definition of life in the scientific community. Theories of the world of RNA, panspermia, and prebiological membranes address the origin of life from an abiogenic, gradualist and evolutionary approach. On the other hand, in the protology of the Near East lies the account of Biblical Genesis as a historical, sequential and amictic narrative, which has differentiating characteristics with respect to the synchronic cosmogonies of Enuma Elish, Eridu Genesis and Atrahasis. In conclusion, the current theories of the origin of life carry significant limitations in their approach, which dissuades the possibility of considering the biblical text of creation as an alternative theory to the origin of life. Keywords: Life, abiogenesis, protology, scientific theories, origin, cosmogony.

Introducción Todas las teorías de los orígenes confrontan el desafío de estudiar hechos del pasado que no pueden ser observados, tales como el origen del universo, la tierra y la vida. Las alternativas que se han postulado para dar una explicación a dichos cuestionamientos son básicamente dos: las teorías dadas por las ciencias históricas (arqueología, paleontología) y los relatos de escritos fundacionales (Biblia, odisea, etc.) El estudio de los orígenes implica ahondar en conceptos complejos, en particular el concepto de vida, que es el objeto de estudio del presente texto. Pero “¿A qué se refieren los científicos cuando se mencionan la vida en frases como “evolución de la vida” o “la vida en otros planetas” o “cuándo comenzó la vida”? En realidad, no hay una definición simple de qué es la vida, esta existe en abstracto. Más aún, no hay una manera sencilla y única de trazar la línea entre lo vivo y lo no vivo” (Curtis, 2008, p.13). En torno al origen de la vida la ciencia ha generado múltiples teorías basadas principalmente en la abiogénesis, que han partido desde el caldo biológico de Oparin hasta los protobiontes de Fox. Por otro lado, el relato fundacional de la creación en el libro de Génesis narra la acción de un Dios bondadoso que genera ambientes adecuados para el surgimiento de la vida en una semana literal. Las anteriores alternativas comportan inquietudes de envergadura: ¿Se puede obtener vida a partir de materia inorgánica de forma espontánea? ¿Es posible que una fuente extraterrestre haya traído la vida a la tierra? ¿El RNA puede ser considerado como un precursor de las primeras

la NASA adopta una definición de vida más general, como “un sistema que es capaz de realizar metabolismo y propagación de información” (Shaw, 2006, p.5).

La célula es la unidad estructural y funcional de los seres vivientes, ella es considerada la precursora de la biósfera de la tierra. La vida a nivel celular comporta cuatro características esenciales que permiten distinguirla: “La existencia de una membrana que separe la célula del ambiente circundante y le permite mantener su identidad bioquímica, la presencia de enzimas, proteínas complejas esenciales para las reacciones químicas de las que depende la vida, la capacidad de replicarse, generación tras generación y la posibilidad de evolucionar a partir de la producción de descendencia con variación” (Curtis, 2008, p.15).

También otras áreas de la ciencia han realizado recientes estudios y han llegado a proponer un grupo de atributos universales para la vida, tales como: explosión del desequilibrio termodinámico del entorno para mantener su propio estado de desequilibrio, interactuación entre moléculas que promuevan la reactividad química, presencia de un disolvente líquido que apoye estas reacciones e implementación de un mecanismo capaz de evolución darwiniana (Hays, 2015, p.144). Estos atributos muestran como algunos autores consideran que la vida está ligada al concepto de evolución, pero el término llega a hacer ambiguo mientras no se clarifique si hace referencia a la adaptación, la selección natural o a la totalidad de procesos evolutivos.

Por otro lado, la ciencia categoriza ciertos sistemas como “prebiológicos” (previos a la vida), incluso aplica conceptos evolutivos a dichos sistemas para explicar su desarrollo. Tales sistemas vendrían a evolucionar debido a una serie de transacciones conducentes a una sucesión de estados cada vez más complejos y organizados. El desarrollo de dichos estados requirió de “evolución química”, un concepto que pretende aplicar los mecanismos selectivos de la evolución biológica a las estructuras químicas (Berenguer, 1996, p.67).

Zairoswki y Friedrich (2008) “El problema general con el estudio de los orígenes de la vida es que incluso la forma de vida más simple conocida es mucho más compleja que cualquiera de los componentes no vivos que podrían haber contribuido a ella” (p. 6). Es por esta complejidad que entraña el concepto que se consideran aspectos complementarios provenientes de la metafísica, para desarrollar una comprensión holística del término vida.

La vida según Campbell (2004) desde una perspectiva antropológica es también conciencia y vitalidad (p. 118). La existencia del ser humano llega a ser la cúspide de la vida, debido al desarrollo del lenguaje y la conciencia como atributos de su interactuar complejo con el entorno. Por otra parte, la teología considera al ser humano más allá del biologismo social e incursiona en el concepto de alma, como atributo intrínseco de las funciones exteriores de la vida antropológica. Siendo el alma un sentido de vida en la teología veterotestamentaria, pero alejado del concepto de alma que la filosofía griega atribuye (Ernst y Westermann, 1997, p.752).

Teorías científicas del origen de la vida

Inicialmente se estudió el origen de la vida a través del paradigma de la generación espontánea, este concepto propuesto por Oparin (1953) declaraba que “los seres vivos surgían de forma natural a partir de la materia inanimada” (p. 30). Debido a la carencia de métodos, instrumentos y cientificidad en el abordaje del tema de los orígenes esta concepción perduró a través de las edades, atribuyendo el surgimiento del reino animal a impresiones y mitos populares.

Por otro lado, la abiogénesis según Persaud (2007) plantea que “la vida se originó a través de materia inorgánica por medio de reacciones químicas desarrolladas bajo condiciones ideales” (p. 119). Así, la abiogénesis es el concepto actualizado de la generación espontánea que ha tratado de encontrar explicaciones científicas para el surgimiento de la vida.

De este modo, las teorías del origen de la vida que surgieron, tomaron el concepto de abiogénesis, pero rechazaron la generación espontánea debido a su carácter mítico y poco experimental. Gargaud, Amils y Cleaves (2011) aseguran que “Tomas Huxley usó el término abiogénesis en un importante texto publicado en 1970. Él estrictamente hizo la diferencia entre la generación espontánea, – que no aceptó y la posibilidad de la evolución de la materia inerte a la vida, sin ninguna influencia de vida preliminar” (p. 1853).

Oparin y Haldane plantearon conceptos inaugurales para explicar el origen de la vida a través de la abiogénesis. La teoría de Oparín-Haldane, en esencia según Ahad (2011) “se basa en las condiciones de la tierra primitiva, en la capacidad de interacción de los compuestos químicos que da lugar a compuestos más complejos, y en la evolución gradual de la materia inorgánica, hasta formarse las primeras células” (p. 6). Haldane denominó “sopa primitiva” al conjunto de

la generación de molécula orgánicas simples a partir de inorgánicas, evolución química que produce moléculas más complej creación de genotipos, compartimentación y creación de células, el enlace genotipo y fenotipo, elas y redes metabólicas primitivas, el origen de la autorreplicación y la origen del código genético, y la toma de control de sistemas de replicación temprano intervención del DNA (p. 92). por La anterior secuencia de eventos para lograr el surgimiento de la vida puede ser explicada por medio de diversas teorías y experimentaciones. En el presente texto se discutirán principalmente tres: la hipótesis del mundo del RNA, la panspermia y las membranas primitivas. Dichas teorías no son necesariamente excluyentes, ya que algunos teóricos complementan o combinan los argumentos de estas.

La hipótesis del mundo del RNA Freeman (2001) plantea la siguiente pregunta: “¿Cuál molécula, DNA o RNA, apareció primero en el mundo prebiótico? Muchos científicos han sugerido que el RNA fue la primera molécula informativa que evolucionó para dar lugar al DNA, proteínas y finalmente la célula” (p. 474). De acuerdo a esta teoría, Solomon (2005) considera que la Tierra prebiótica dio lugar a moléculas de RNA autorreplicantes que funcionaban como enzimas y sustratos (p. 338). Dicha propuesta surgió a finales de 1960 de manera independiente por Carl R. Woese, Francis Crick y Leslie Orgel, y posteriormente en 1986 el premio nobel de la universidad de Harvard Walter Gilbert lo nombra El Mundo del RNA” (Szostak y Bartel, 2001, 388).

La hipótesis del mundo RNA de la evolución temprana de la vida disfruta de una incrementada aceptación y cierto apoyo experimental. La declaración más simple de la teoría del mundo RNA según Pouplana (2011) es que “la historia evolutiva incluye por lo menos un organismo que depende sobre las moléculas de RNA ambos como el recipiente primario para la información genética y como el principio fijado de catálisis para las funciones celulares” (p. 46).

Para Schopf (2010): “la razón para elegir el RNA como precursor de la información genética es debido a sus características catalíticas replicantes que se han encontrado en las ribozimas”(p.143). Estas reacciones catalíticas pudieron darse en arcillas, rocas superficiales o chimeneas hidrotermales. Los estudios de evolución in vitro han mostrado que el RNA puede catalizar una variedad de importantes reacciones biológicas. “El surgimiento del DNA se daría por la incorporación de dos hélices de RNA, una vez sintetizado el DNA, ya el RNA tomaría el rol que

cumple actualmente” (Solomon, 2005, p. 389).

La hipótesis del mundo del RNA según Martin y Müller (2015) teóricamente lleva la siguiente secuencia: “Precursores químicos, síntesis de nucleótidos, activación de nucleótidos, polimerización, surgimiento de ribozimas. Síntesis de DNA, y obtención de proteínas” (p. 251). Los anteriores pasos varían dependiendo el autor que se consulte, sin embargo, la secuencia dada tiene amplia aceptación en los círculos académicos. A continuación, se discutirán estas etapas con la finalidad de realizar una evaluación al modelo.

El primer ítem a evaluar es la síntesis de nucleótidos y su posible ocurrencia en la tierra primitiva. Martin y Müller (2015) definen que “un nucleótido es la fusión de tres componentes discretos: un grupo fosfato, un azúcar de ribosa y una base nitrogenada” (p. 251), de estos tres componentes el que conlleva mayor importancia y dificultad de síntesis son las bases nitrogenadas (Guanina, citosina, Uracilo y Adenina). Juan Oró (1961) sintetizó “adenina mediante una reacción con amoniaco y cianuro de hidrógeno la cual tuvo un rendimiento de 0,5%” (p. 1193-1194), luego otros científicos sintetizaron citosina y uracilo.

No obstante, la síntesis de nucleótidos tiene múltiples dificultades. Algunos de estos problemas para Rauchfuss (2008) surgen en “el enlace de los átomos 3-N de las pirimidinas y los átomos 9-N de las purinas con el átomo 1-C de la ribosa, llevado a cabo sin un control enzimático y bajo las condiciones de la tierra primitiva” (p. 144). También existe la limitación que las síntesis se han logrado en proporciones muy pequeñas, que podrían ser exterminadas por el medio ambiente circundante. De este modo, según Gáspar (2010) “el análisis de los resultados experimentales sobre la síntesis de las bases nitrogenadas deja claro que algunos de ellos fueron “forzados” mediante condiciones muy drásticas” (p. 165). Por ejemplo, una síntesis de guanina requiere concentraciones de cianuro tan altas como 2,2 M.

Seguidamente, el proceso de activación hace referencia según Higgs y Lehman (2014) a “los nucleótidos que están preparados con un enlace de alta energía para facilitar su condensación con otros nucleótidos” (p.2). Dicho proceso sobrelleva limitantes experimentales, que para Rizzotti (1995) radican principalmente en “la ausencia de nucleótidos activados de obtención natural, y nuevamente la falta de condiciones prebióticas plausibles que garanticen la supervivencia del producto” (p.215). Así, se puede apreciar que el mundo del pre-RNA tiene el desafío de lograr

de vías y catalizadores que se asemejen al metabolismo moderno” (p. 35). Aunque otros teóricos consideran que los mundos del viejo y nuevo RNA están conectados metabólicamente, debido a las funciones que el RNA realiza en la actualidad con el DNA y las proteínas.

Finalmente, el desafío principal de la hipótesis del mundo del RNA radica en la homoquiralidad de las moléculas, tanto de los ácidos nucleicos como las proteínas. La salida que se ha encontrado para esto según Flugel (2011) es que “los aminoácidos quirales se formaron a través de la importación de los meteoritos del exterior con la posterior transferencia de quiralidad a otras moléculas” (p. 20). Otra explicación surge de la evolución in vitro por medio de la evaporación de nucleósidos y la hidrólisis de los mismos.

Algunas preguntas que deja pendientes este modelo son: ¿Cómo se podría haber logrado la regioespecificidad y la estereoespecificidad necesaria? ¿Cómo se podrían haber logrado los primeros polímeros de RNA en ausencia de ribozimas? ¿Cuál fue la fuente de energía que dio origen al mundo del RNA? (Martin y Müller, 2015, p. 263)

Teoría de la panspermia

La teoría de la panspermia también llamada exobiogénesis comporta la posibilidad que la vida llegara a la tierra desde el exterior (el espacio). La panspermia según la forma de inclusión de la vida en la tierra se divide en tres clases: la litopanspermia que hace al transporte de la vida por medio de meteoritos, la radiopanspermia que atribuye la entrada de vida a la presión de radiación estelar, y finalmente la panspermia dirigida que adjudica la inclusión de la vida a seres extraterrestres existentes (Giuli, 2010, p.45).

La panspermia para Hoyle y Wickraa (2000): “no aborda la cuestión del origen último de la vida, sólo su transferencia una vez que se ha originado” (p. 15). Así, este aspecto viene a generar controversia respecto a si la panspermia es una teoría del origen de la vida o simplemente una explicación posterior de la aparición terráquea de la misma. Sin embargo, en el presente documento se abordará como una teoría del origen de la vida debido a su amplia difusión y aprobación científica.

Según Woolfson (2015) el modelo evolutivo los primeros organismos celulares “surgieron hace aproximadamente 3,6 millones de años, dando lugar a las bacterias y arqueas, que no tienen

núcleo y otros orgánulos subcelulares” (p. 520). En particular, para Baracaldo (2015) “las cianobacterias tienen un papel fundamental en la transformación geoquímica de la tierra primitiva y para evidenciarlo hay múltiples registros de cambios ambientales generados en el periodo proterozoico” (p. 5).

Los indicadores que se utilizan para saber cuándo se ha encontrado evidencia de vida pasada incluyen: primeramente, fósiles creados en la roca que preservan las formas físicas de los organismos o comunidades de microorganismos individuales. Además, los componentes moleculares de la vida, es decir, compuestos orgánicos específicos, o un conjunto de moléculas secas, y finalmente los subproductos de los procesos biológicos, en particular los productos de desecho de las reacciones para obtener la vida utilizando energía (Hays, 2015, p. 145).

Por otra parte, las observaciones del cometa Halley utilizando espectrometría de masas de impacto a bordo de la nave espacial Vega 1 proporcionó pruebas que el polvo del cometa se compone de un núcleo condrítico con un manto orgánico compuesto principalmente por sustancias altamente insaturadas. Thomas y Chyba (1997) “muchas de estas son moléculas orgánicas cíclicas y acíclicas secos como benceno y tolueno, y pequeñas también incluyen pirrol, imidazol, piridinas, adenina y pirimidinas” (p. 35).

De este modo, Peña (2004}) asegura que “en exámenes de microondas emitidas y absorbidas por moléculas características se han identificado diversos compuestos orgánicos en el espacio, entre ellos: hidrocarburos, aminas, alcoholes y nitrilos” (p.13). También algunos compuestos meteoríticos tienen contrapartes idénticas en la biósfera y apoyan la propuesta referente a que su envío exógeno a la Tierra primitiva podría haber favorecido la evolución molecular. Particularmente Pizzarello (2009) considera que“es la asimetría L exclusiva como su rica y casi exclusiva composición soluble en agua también descubierta aparentemente en otros tipos de meteoritos” (p. 253).

Nuevamente, ingresa el problema del origen de la homoquiralidad en los compuestos químicos relacionados con la vida en la tierra. Para esto no hay una explicación gradual lógica de aparición, Shaw (2006) considera que sólo se sabe que “hay una pequeña diferencia de energía entre los isómeros ópticos, y que la homoquiralidad requerirá la ampliación biológica de un enantiómero sobre el otro” (p. 8). En consecuencia, la panspermia intenta encontrar en los

meteoritos ordinarios (Peña, 2004, p. 22).

Un concepto relevante en los estudios de rocas en el espacio es el kerógeno. Esto para Zairowski y Friedrich (2008) “refiere a materia orgánica terrestre macromolecular insoluble, que se define operacionalmente como el residuo orgánico que queda después de la desmineralización ácida de una roca” (p. 250). Cabe señalar que el kerógeno meteorítico es significativamente diferente de kerógeno terrestre.

A continuación, se analizarán los siguientes cuerpos espaciales de interés: meteorito de Murchinson, meteorito ALH84001 y Titán (luna de Saturno).

El meteorito de Murchinson recibe su nombre de la localidad Murchinson, Victoria en Australia, los fragmentos de meteorito cayeron en el pueblo en 1969. Para Zairowski y Friedrich (2008) “el meteorito de Murchinson tiene un rico inventario orgánico, incluyendo ácidos carboxílicos, aminoácidos, ácidos sulfónicos dicarboximidas y ácidos dicarboxílicos, hidrocarburos alifáticos y aromáticos y otras clases de moléculas orgánicas” (p. 250).

Un hallazgo de importancia en el meteorito de Murchinon según Pizzarello (2009) es “la asimetría molecular de algunos aminoácidos que daría evidencia que las síntesis abióticas aparentemente al azar que produjeron materia orgánica con un grado de selección quiral” (p. 255). El desarrollo de homogeneidad quiral podría haber sido un proceso evolutivo que implicó la catálisis y que la asimetría quiral única de aminoácidos de meteoritos que podría haber transferido su asimetría a otras moléculas esenciales para la vida en la tierra.

Estos estudios estereoquímicos de aminoácidos en Murchinson se han llevado a cabo durante 20 años, encontrando según Engel y Macko (2001) “una cantidad mayoritaria del enantiómero L” (p. 35). Aunque no se ha encontrado una explicación concreta para este hecho, pero se considera como un reto futuro que podría dar explicación a la vida actual en el mundo. Asimismo, dichos aminoácidos para Wong y Lazcano (2009) podrían comportar características similares a las encontradas en las proteínas del planeta tierra (p. 48).

Por otro lado, algunos estudios realizados por Martins (20089 han demostrado que las purinas y pirimidinas encontradas en el meteorito de Murchinson son de origen extraterrestre (p. 131). También Engel y Macko (2001) han considerado que el “enriquecimiento de C-13 y N-15 de

los aminoácidos Murchison demuestra aún más sus orígenes extraterrestres” (p. 43). Ya que en la tierra la abundancia química principal es de los isótopos C-12 y N-14, lo cual mostraría que esta cantidad isotópica es atípica de la corteza terrestre.

Otro factor estudiado en este meteorito por Carrapico y Rodrigues (2005) es la presencia de compuestos “anfifílicos aislados que tiene la capacidad de auto-ensamblaje en membranas vesiculares, esto podría indicar una posible ruta sobre la manera primitiva de formación y evolución de estos sistemas” (p. 23). Los sistemas anfifílicos tienen gran importancia biológica principalmente en la síntesis de proteínas, lo cual los hace teóricamente estructuras precursoras.

El meteorito ALH84001 de origen marciano es un meteorito que contiene rocas acondritas encontrado en la Antártida. Este hallazgo es de importancia en la exobiología ya que Shaw (2006) sugiere que “dentro de la roca aparecen estructuras que se parecen a organismos fósiles” (p. 9). Este meteorito fue expulsado de la superficie de Marte probablemente por una colisión, la evidencia para este origen marciano se basa principalmente en la comparación de gases absorbidos dentro del meteorito y la composición del ambiente marciano determinado en las misiones Viking.

Otros estudios realizados de tipo isotópico son consistentes con un entorno neutral para la oxidación de la superficie de los carbonatos. Estas líneas de evidencia según Kirschvink y Weiss (2001) sugieren que en comparación al planeta tierra, “marte primitivo podría haber tenido un mayor suministro de energía biológicamente utilizable para dar origen a la vida” (p.8).

Estos hallazgos se ven eclipsados debido a que Shaw (2006) reporta que recientes descubrimientos han “mostrado contaminación humana ya sea durante el aterrizaje, recolección o análisis de los meteoritos” (p. 172). En particular, en el ALH84001 se ha encontrado que el agua de fusión penetró las estructuras del hielo contaminando la corteza del cuerpo espacial con los componentes terráqueos.

Otro cuerpo espacial de importancia para el origen de la vida es el satélite de Saturno llamada Titán. Este es considerado según Horneck y Rettberg como “uno de los cuerpos más interesantes del sistema solar en relación con la astrobiología” (p. 225). Ya que Raulin (2007) considera que Titán “guarda diversas similitudes con la tierra, en particular, ambos tienen una atmósfera densa compuesta principalmente de nitrógeno molecular y un ambiente muy rico de

básicas de la vida incluida la reproducción simple y el metabolismo, manteniendo un ambiente químico distinto a sus alrededores (Campbell, 2011, 509).

Él observó que a altas temperaturas los aminoácidos tienden a encadenarse aleatoriamente constituyendo los denominados proteinoides , dotados de propiedades catalíticas respecto a las reacciones químicas ordinarias. Berenguer (1996) afirma que “los proteinoides se agregan espontáneamente entre 130 y 180 °C para formar micro esferas (1-2 micrómetros de diámetro) que desarrollan una demarcación externa análoga a una membrana biológica corriente, a pesar de que no haya lípidos presentes” (p.48). Esto llevó a formular la hipótesis que tal vez las células evolucionaron partiendo de estructuras parecidas a las microesferas protonoides.

Los protobiontes exhiben varios atributos funcionales y estructurales semejantes a las células vivas. Estos mantienen un ambiente químico interno que es diferente al ambiente externo y algunos de ellos manifiestan indicios metabólicos. En particular, las microesferas son un tipo de protobionte formado por la adición de agua a los polipéptidos formado abióticamente. Algunas microesferas son excitables: producen un potencial eléctrico a través de sus superficies, que recuerda a los gradientes electroquímicos en las células (Solomon, 2005, p. 338).

Algunos científicos han sintetizado protenoides por medio de ensambles de polipéptidos producidos abióticamente, pero los protenoides no son propiamente organismos vivos. La teoría de Fox requiere de explicaciones adicionales respecto a la evolución gradual de los protenoides hasta llegar a células procariotas.

Además, las características que estos sistemas exhiben son considerablemente distintas a la estructura altamente selectiva de la bicapa fosfolípida de las membranas celulares actuales. Así, la transición de la macromolécula a la célula es un salto de dimensiones fantásticas, que se sitúa fuera del ámbito de las hipótesis verificables. Los hechos disponibles no proporcionan una base suficiente para postular que las células aparecieran en este planeta.

En resumen, el origen de la vida a partir de la ciencia posee una limitante que radica en la variedad de teorías existentes. Por esta causa requiere de la unificación de todas las teorías propuestas para lograr la focalización de la investigación y así llegar a mejores productos experimentales. Por ello, se puede afirmar que científicamente no se ha llegado a un modelo satisfactorio que logre responder los principales cuestionamientos respecto al origen de la vida.

El relato de la creación judeo-cristiano como una explicación alternativa al origen de la vida Comparación de relatos acerca de la creación de la vida en el Antiguo Cercano Oriente En la historiografía del mundo antiguo quedan registros de cosmogonías pertenecientes a civilizaciones antiquísimas que expusieron sus percepciones sobre la creación y el origen de la vida. Así, en el presente trabajo investigativo se analizan algunos de estos relatos, tales como: Enuma Elish, Atrahasis y Eridu Genesis. Estos son textos representativos de la cultura y percepción del antiguo cercano oriente que realizan un abordaje de los orígenes de la humanidad.

Las cosmogonías babilónicas se caracterizaron por el politeísmo y la mitología de carácter altamente fantástico. También se les adjudican a los dioses características moralmente despectivas y caprichosas en el desempeño de sus actividades creadoras. Por otro lado, el Génesis bíblico hace parte de los relatos mesopotámicos que narra el origen de la naturaleza y la humanidad, pero ha sido datado en una fecha posterior.

Según Horowitz (1998) el relato del Enuma Elish está comprimido en siete tablillas, en las primeras seis “narran el proceso de evolución del universo desde los tiempos más remotos a través de la construcción de Babilonia. En la séptima tablilla los dioses otorgan cincuenta nombres a Marduk” (p. 118).

En el principio de acuerdo al Enuma Elish, existían dos dioses que fueron dando origen a otros dioses. Frederic (1990) presenta que “el origen de las cosas es compartido por varios seres divinos, y que el mismo Marduk, presentado como la deidad patrona fue traído a la existencia misma por otra deidad” (p. 30). King (2005) considera al Enuma Elish como un reto para la filología por su paralelismo con otras cosmogonías establecidas en el Cercano Oriente. “tal relato consta de la creación del Universo, de la formación de todo por medio de batallas entre los dioses, y posteriormente la supervivencia de los humanos” (p. 15).

Este relato mesopotámico comporta diferencias claras respecto al registro Mosaico. Refiriéndose al relato del Génesis Bergant (2000) expone que “aunque hay similitudes entre este relato y el relato de la creación de Babilonia en el Enuma Elish; el autor sacerdotal ha reinterpretado y reescrito el mito antiguo para reflejar la teología distintiva de Israel” (p. 35). En contraste al

la posición de que el relato de Atrahasis y el Génesis Mosaico son diferentes en cuanto a finalidad se refiere, es indiscutible pasar por alto que existe algunas similitudes entre estos dos relatos.

Respecto a lo mencionado anteriormente, Walton (2004) lo corrobora y amplía diciendo: “Hay vínculos indiscutibles entre el Atrahasis y el relato Mosaico de la creación. Ambos comienzan con la creación. En Atrahasis se resume el trabajo de los dioses, mientras que en Génesis también se propicia el trabajo de Dios” (p. 41). Después ambos relatan la creación del hombre, y ambos registran un crecimiento numérico de la humanidad. Las semejanzas encontradas allí son habituales en relatos antiguos porque ambas regiones estaban regidas por culturas similares, y tendían a creer en deidades creadoras de todo. Al proponer un paralelismo, es posible percibir tal ideología tanto en el Génesis Mosaico como en la teología protológica de Atrahasis.

Aunque el enfoque general de Atrahasis es el Diluvio, deja ver en su epílogo alguna forma poética sobre la creación de todo. Los críticos presentan al Génesis y Atrahasis como paralelos tanto en contenido como en finalidad. Sin embargo, tal afirmación conlleva problemas en cuanto a dimensiones históricas, culturales y espaciales. Históricas porque hay desigualdad en datación; culturales porque las creencias divinas son completamente discordantes; y espaciales en el sentido en que son diversos territorios, y es sabido que la geografía condiciona las creencias.

Entre el Génesis y Atrahasis hay dos características distintivas, y que a su vez protagonizan una coyuntura antagónica: (1) la violencia del relato de atrahasis, y la pacificada creación en el Génesis, (2) el relato de Atrahasis es politeísta, mientras que el Génesis el monoteísta. Tal percepción localiza al génesis en un espacio de control, por cuanto una deidad específica ubica, controla y ordena el orbe (Staats, 2012, p. 32).

Otro de los relatos en cuestión es el Eridu Génesis. De los mitos mesopotámicos, es el que más se aproxima al Génesis mosaico, pues hay un contenido similar en estos. Jacobsen describe al Eridu Génesis diciendo:

Este mito, en el cual el comienzo está perdido, describió la creación del hombre por cuatro grandes dioses: An, Enlil, Ninitur y Enki. Después que Nintur ha decidido activar al hombre

desde su zona de acampada nomádica primitiva hasta la ciudad. El periodo de la vida comenzó cuando los animales florecieron sobre la tierra y el reinado cayó desde el cielo. Las ciudades más tempranas fueron construidas, fueron nombradas, tuvieron cupos medidos, emblemas de sistema económico redistribucional, asignado a ellos, y fueron divididos entre los dioses (Jacobsen, p. 76). El Eridu Génesis fue escrito sobre tabillas en escritura cuneiforme, método habitual en Mesopotamia. Hay ciertas partes ausentes de este relato, que a su vez pueden ser reconstruidas desde otros textos.

La inverosimilitud de tales compilaciones es dejada de lado cuando se examinan los demás documentos mesopotámicos que contienen vestigios de relatos protológicos. Hay algunos aspectos en los que el Génesis de Moisés parece conectar con Eridu Génesis, tales como: (1) la creación del hombre; (2) creación de un reino o monarquía; (3) la construcción de las primeras ciudades; (4) los reyes quienes gobernaron antes del Gran Diluvio; (5) La inigualable decisión del dios Enlil de querer destruir a la humanidad pecadora; (6) se relata allí un gran diluvio. Desde tal catálogo de características, se puede divisar ciertos paralelos entre ambos relatos. Tal panorama es observado por Arnold (2009) cuando manifiesta que “Los fragmentos del Eridu Génesis Sumerio han sido preservados en varias versiones desde aproximadamente 1600 antes de la era cristiana. Pone en secuencia la creación de la humanidad, la institución del reinado, las primeras ciudades, y el gran diluvio en una forma reminiscente al Génesis” (p. 39).

A pesar de que existan muchas semejanzas entre el Génesis Mosaico y el relato mesopotámico Eridu Génesis, existen diferencias insalvables. La primera sugerencia es que en el Génesis Mosaico se presente una deidad con un orden, y sin necesidad de utilizar su poder para hacer violencia; en Eridu Génesis, las deidades entran en conflicto. La segunda sugerencia es que del relato del Génesis se han encontrado registros escritos; en Eridu Génesis no se ha encontrado algo con fiabilidad puesto que tales tablillas de Eridu Génesis están perdidas, en la sección de la creación. La protología del Eridu Génesis es conflictiva y no es posible divisar un orden congruente.

Modelo bíblico de la creación de la vida en el Génesis

El World Biblical Commentary hace una descripción pertinente del Génesis. Wenham (1987) afirma que “este es un recuento de la antigua tradición oriental sobre cómo fue creado el