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Evaluación Psicológica: Historia, Fundamentos Teórico-conceptuales y Psicometría, Apuntes de Psicometría

Evaluacion psicologica en las ciencias sociales

Tipo: Apuntes

2020/2021

Subido el 26/07/2021

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Evaluación Psicológica

Historia, fundamentos

teórico-conceptuales

y psicometría

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Evaluación Psicológica

Historia, fundamentos teórico-conceptuales

y psicometría

2 a^ edición Mtra. Laura Edna Aragón Borja

Jefa de la Unidad de Evaluación Psicológica

de la FES Iztacala, UNAM

Editor Responsable: Lic. Santiago Viveros Fuentes Editorial El Manual Moderno

Aragón Borja, Laura, Edna, autor. Evaluación psicológica : historia fundamentos teórico-conceptuales y psicometría / Laura Edna Aragón Borja. –- 2ª. edición. -– México : Editorial El Manua viii, 142 páginas ; 21 cm. Incluye índice ISBN 978-607-448-465- ISBN 978-607-448-466-3 (versión electrónica)

  1. Pruebas psicológicas. 2. Evaluación de la conducta. 3. Psicome_ tría. I. Título. 150.287-scdd21Biblioteca Nacional de México Evaluación psicológica: historia, fundamentos teórico-conceptuales y psicometría. 2a^ edición. D.R. © 2015 por Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V. ISBN: 978-607-448-465- ISBN: 978-607-448-466-3 (versión electrónica) Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Reg. núm. 39 Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en sistema alguno o transmitida por otro medio —electrónico, mecánico, fotocopiador, etcétera— sin permiso previo por escrito de la Editorial. Director editorial y de producción: Dr. José Luis Morales Saavedra Editora asociada: LCC Tania Uriza Gómez Diseño de portada: LCS Adriana Durán Arce

v i Índice.............................................................................................. 137

L vii Acerca de la autora a Maestra Laura E. Aragón Borja es Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México, cuenta con la Especiali- dad en Matemáticas Aplicadas a Psicología (Convenio de Beca Conacyt- ENEP Iztacala), así como con la Maestría en Modificación de Conducta, por la UNAM. Es Profesora Titular “B”, de tiempo completo en la Divi- sión de Investigación y Posgrado de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM. Tiene amplia experiencia en evaluación psicológica; desde 1994 se ha desempeñado como Jefa de la Unidad de Evaluación Psicológica, supervisando anualmente la atención de alrededor de 80 usuarios de dicha Unidad, así como la evaluación psicométrica de los aspirantes a diferentes especialidades. Actualmente imparte el Diplo- mado con opción a titulación “Evaluación Psicológica Integral de niños, adolescentes y adultos”, en la FES Iztacala, UNAM. Este Diplomado se ha impartido consecutivamente desde 2002 a la fecha. Es autora de una prueba para evaluar niños disléxicos y ha realizado la tipificación mexicana de la prueba española BAPAE que mide aptitudes para el aprendizaje escolar, así como de la prueba de inteligencia fac- tor “g” escala 3 de Cattell. Así mismo, ha asesorado al Departamento de Psicología del Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON) en la obten- ción de normas de puntuación del Inventario Multifásico de Persona- lidad Minnesota para Adolescentes (MMPI-A) en el Sur de Sonora y del Cuestionario 16 PF de Cattell también para el Estado de Sonora.

vii i Evaluación psicológica: historia, fundamEntos tEórico-concEptualEs y psicomEtría

LauraEdna Aragón Borja

Para que una disciplina pueda ser considerada científica, necesita reco- ger y comparar datos que le permitan fundamentar sus teorías; el compo- nente esencial de este proceso es la medición, uno de los conceptos que se exponen con amplitud en el capítulo 3, al igual que otros temas funda- mentales: las principales características de las pruebas psicológicas y los conceptos de testing , psicodiagnóstico y evaluación psicológica. Una vez que la evaluación psicológica incorpora la teoría de la medida a sus procedimientos para asegurar su estatus científico, surge la psicometría — conjunto de métodos, técnicas y teorías implicadas en la medición de variables psicológicas—, dedicada al estudio de las propiedades métricas exigibles a las mediciones psicológicas y a establecer las bases para que dichas mediciones se realicen de manera adecuada. El objetivo de la psicometría es proporcionar modelos para transformar los hechos en datos, con la finalidad de asignarles valores numéricos a los sujetos sobre la base de sus respuestas. En psicología, la psicometría es la que avala que los instrumentos de medición elaborados cuenten con las garantías científicas para su uso. En este capítulo 4, explica- mos la Teoría clásica de las pruebas, sobre la que descansan la mayoría de las pruebas psicológicas; las garantías científicas que toda prueba debe poseer: confiabilidad y validez, y cuáles son los diferentes tipos de puntuaciones que nos proporcionan las pruebas, así como su interpretación. Sin embargo, antes de iniciar un proceso de evaluación con la finalidad de resguardar los derechos de las personas a las que se ofrece el servicio, de- bemos tener presentes las consideraciones éticas del proceso de evaluación psicológica. En el capítulo 5 se presentan los principios éticos que deben regir el comportamiento de los psicólogos: respeto a los derechos y a la dignidad de las personas, cuidado responsable, integridad en las relaciones y responsabilidad hacia la sociedad y la humanidad. En el capítulo 6 se expone muy detalladamente la forma en que se ela- bora por escrito un reporte de evaluación psicológica una vez terminado el proceso de evaluación, con el objetivo de que sea de máxima utilidad tanto para el psicólogo que va a planear el tratamiento como para los usuarios del servicio para que tomen las mejores decisiones. Finalmente en el Capítulo 7, el lector encontrará algunas sugerencias y recomendaciones para seleccionar una batería de evaluación psicológica, describiendo algunas de las pruebas más utilizadas que en la actualidad se pueden comprar en México, el objetivo de las mismas, la información que proporcionan, el tipo de puntuaciones que utilizan y para qué tipo de pro- blemas se recomienda su aplicación. Esperamos que esta obra cumpla sus objetivos: además de profundizar en el conocimiento de la evaluación psicológica y la psicometría, contribuir a que el psicólogo realice un ejercicio responsable de su profesión en esta im- portante área de la psicología.

E 30 Capítulo 3 Conceptos fundamentales en la evaluación psicológica l objetivo final de toda ciencia es describir, explicar y predecir los fenómenos que estudia; para lograrlo, debe recoger y comparar datos que permitan fun- damentar sus teorías. La medida es el componente esencial de este proceso; la medición es lo que le ha permitido a la psicología alcanzar el estatus de ciencia y no sólo ser considerada como una doctrina. La medición es una actividad prioritaria en la ciencia psicológica en general y en la evaluación psicológica en particular. El proceso de medición, como ya lo mencionábamos, permite a una disciplina alcanzar el estatus de ciencia, ya que, una vez que se pueden medir sus datos, se pueden comparar, replicar, establecer modelos matemáticos para su explicación y realizar investigaciones controladas. Puesto que la evaluación psicológica objetiva se asienta en la medición, este capítulo, que tiene como meta exponer los conceptos fundamentales en la eva- luación psicológica, se iniciará con la definición de medición, su importancia y sus fines; enseguida se describirá una de las técnicas de medición fundamenta- les del proceso de evaluación: la prueba psicológica; para finalmente llegar a los conceptos de testing , psicodiagnóstico y evaluación psicológica. Importancia de la medición en psicología La meta de la psicología, como la de cualquier ciencia empírica, es la creación de leyes o principios generales para explicar y predecir los fenómenos que estudia, esto es, pretende la descripción, explicación y predicción del comportamiento de las personas. Para lograr este objetivo, como señala Torgerson (1958, citado en Martínez, 1996), la psicología debe recoger y comparar datos para establecer correlaciones, ecuaciones, etc., que permitan fundamentar las teorías. La medi- da es un componente esencial de este proceso, porque ha permitido que los mo- delos matemáticos puedan aplicarse a la ciencia psicológica. De acuerdo con Nunnally (1973) y Nunnally y Bernstein (1995), el problema más importante para la psicología es la obtención de métodos adecuados de me- dición, ya que una teoría sólo puede ser probada si las variables

ConCeptos fundamentales en la evaluaCión psiCológiCa 31 pueden ser medidas de manera adecuada, es decir, si se pueden establecer re- laciones funcionales entre estas variables. Consideran que si una teoría psicoló- gica contiene términos que no pueden medirse adecuadamente (p. ej., atributos postulados como hipótesis, como en la teoría freudiana), será imposible corrobo- rarla, y afirman que los principales progresos en psicología y probablemente en todas las ciencias suceden a un primer desarrollo de los métodos de medición. Como bien mencionan, la psicología no puede progresar más rápido que la me- dición de sus variables fundamentales. La psicología estudia variables que no pueden medirse en absoluto, sino sólo aproximadamente, ni directamente, pero sí indirectamente, por ejemplo: inteligen- cia, ansiedad, atención, depresión, dislexia, etc. Decimos que los atributos psicoló- gicos no pueden medirse absolutamente, porque nunca estaríamos seguros de que hemos medido la totalidad de inteligencia de una persona, toda la ansiedad o de- presión que presenta, todos y cada uno de los errores de tipo disléxico que podría cometer en lectoescritura, etc.; por el contrario, en las medidas de atributos físicos, podemos estar seguros de que al medir por ejemplo una mesa, medimos totalmen- te su longitud y que a esa medida proporcionada por el instrumento no le falta nada, está completa. Por otro lado, la longitud de la mesa la podemos medir directamen- te, colocamos el metro sobre el atributo de manera directa y así obtenemos la me- dida que deseamos, a diferencia de la inteligencia, la ansiedad o la depresión, en las que a través de indicadores de la conducta de persona, tanto observables (califica- ciones, temblor o sudoración en las manos, aislamiento o inexpresividad) como no observables (sus cogniciones cuando resuelva problemas, su percepción de miedo o catástrofe, su baja autoestima), además de su reporte verbal, podemos inferir la pre- sencia de dicho atributo, pero sólo de manera indirecta. Las experiencias subjetivas, sentimientos, sensaciones y deseos no pueden ser observados directamente y por lo tanto no pueden someterse a medición, pero cuando un sujeto formula un juicio, enuncia una preferencia o simplemente habla con otros acerca de sus experiencias subjetivas, esta conducta o reporte verbal satisface los requisitos de la investigación científica y la medición se vuelve posible. La ventaja principal de la medición es que erradica conjeturas sobre lo que obser- vamos o escuchamos. Por ejemplo, si como psicólogos atendemos a un paciente y, en función de lo observado y sus respuestas en la entrevista, planteamos la hipótesis de que tiene depresión, en primer lugar tendríamos que verificar si en verdad la tiene ― que no es fatiga, ansiedad, tristeza, falta de alegría o cualquier otro problema― y una vez verificado que es depresión, nos interesaría saber qué tanta depresión tiene o en qué grado: leve o moderada, en suficiente cantidad para ameritar tratamiento, grave como para estar en riesgo de suicidio, además, nos interesaría saber también cómo se manifiesta su depresión: su estado de ánimo, problemas de socialización, baja autoes- tima, preocupaciones, sentimientos de culpa, pérdida de energía, problemas de sueño y apetito, ideación suicida, etc.; lo primero es establecer un diagnóstico, lo segundo, una clasificación. Si no tenemos un instrumento que nos ayude a medir depresión, no podemos contestar las cuestiones planteadas; como menciona Meehl (1954, citado

Evaluación psicológica: historia, fundamEntos tEórico-concEptualEs y psicomEtría 32 en Miller, 1983), una vez que se ha planteado una hipótesis, hay que someterla a los cánones habituales de la inferencia y ponerla a prueba mediante los criterios científi- cos usuales de la evidencia y la probabilidad y, para poder hacer esto, necesitamos un instrumento de medición. Del mismo modo, un instrumento de tal tipo nos ayudaría no sólo a identificar la depresión y clasificarla, sino también a tomar una decisión so- bre la intervención más adecuada y, terminado el tratamiento, corroborar que efecti- vamente el problema fue eliminado o significativamente aminorado, es decir, verificar la predicción y comprobar el cambio. ¿Qué medimos en psicología? La respuesta más sencilla a esta pregunta es: lo que medimos en psicología es la con- ducta, el comportamiento. Pero esta respuesta no nos dejaría satisfechos, ya que, por ejemplo, no tiene el mismo nivel de dificultad medir una conducta como “fumar” o “hacer berrinche” (que son conductas observables), que conductas tales como “ner- viosismo”, “estudiar”, “estar triste”, “bajo rendimiento” o “problema de aprendizaje”. En realidad, no podemos medirlas de manera directa ni absoluta, entonces, más que conductas, lo que medimos son “atributos de la conducta”, más precisamente, “atri- butos psicológicos”. Por otra parte, aunque una conducta como “fumar” sea fácilmen- te medible, a la psicología le interesaría primordialmente el componente psicológico de la conducta de fumar, ya que ésta tiene otros componentes: biológico, fisiológico o motor; así, de la conducta de fumar, nos interesaría el componente psicológico o atri- buto psicológico, por ejemplo: la dependencia psicológica hacia el cigarrillo, las cog- nitivas que el sujeto presenta tanto cuando se va a fumar el cigarro como cuando no puede hacerlo, otras conductas que desencadenan la conducta de fumar, las conse- cuencias tanto agradables como aversivas de fumar, etc. Para que quede un poco más clara la distinción entre medir un objeto o un atributo, digamos que cuando medimos una mesa (un objeto físico), más que la mesa como tal, medimos ciertos atributos de ella: largo, ancho, altura; del mismo modo, cuando medimos personas o comportamientos, no lo hacemos absolutamente, sino sólo ciertos atributos psicológicos que nos interesan: mo- tivación, ansiedad, depresión, inteligencia, afrontamiento, personalidad, bajo rendimiento, problema de aprendizaje, dislexia, etc. Sin embargo, a diferencia de la mesa ―cuyos atributos largo, ancho o altura los podemos medir directa y absolutamente por medio de un instrumento que mida longitud―, muchos de los atributos psicológicos no los podemos medir ni direc- ta ni absolutamente, sino sólo indirectamente y de manera aproximada, por eso se habla de que los atributos psicológicos se miden mediante indicadores, esto es, instrumentos que nos van a mostrar indirectamente una muestra del atributo que pretendemos medir. Por ejemplo, si intentáramos medir el problema de aprendizaje de un niño catalogado como disléxico, no podríamos medir la dislexia directamen- te, pero sí una muestra de la clase y el número de errores disléxicos que presenta en lectura, copia y dictado (omisiones, inserciones, errores de

Evaluación psicológica: historia, fundamEntos tEórico-concEptualEs y psicomEtría 34 por la dirección de los rasgos que forman las letras, etc.), y las consecuencias que es- tos errores tienen en su aprovechamiento escolar, en sus conductas motoras (agresi- vidad, hiperactividad), en sus emociones y cogniciones (baja autoestima). ¿Qué es la medición? El objetivo de la medición en psicología es determinar cuánto está presente de un atributo en determinada persona, y esto requiere una expresión numérica de la cantidad. En el nivel más bajo de cuantificación, la medición se ocupa de la presencia o ausencia del atributo; en el nivel intermedio, determina si se posee más o menos cantidad del atributo medido, y, en el nivel más alto, qué tanto se posee del atributo y si se pueden cuantificar las diferencias presentadas en él. Para Lord y Novick (1968, citado en Martínez, 1996, p. 17), la medición es “… un procedimiento para la asignación de números (puntuaciones, medidas) a pro- piedades específicas de unidades experimentales, de modo que las caractericen y preserven las relaciones especificadas en el dominio comportamental”; según Stevens (1951, op. cit ., p. 22), medida es “…la asignación de números a objetos o sucesos según ciertas reglas”; para Nunnally (1973, p. 23), la medición “…con- siste en un conjunto de normas para asignar números a los objetos de modo tal que estos números representen cantidades de atributos”. De esta manera, la medición se ocupa del mundo real en términos de pro- pósitos, operaciones y validez. El propósito es cuantificar y clasificar los atribu- tos de las personas y objetos reales para definir si las propiedades medidas caen en las mismas o en diferentes categorías; las operaciones tienen como objetivo obtener medidas de acuerdo con un conjunto de normas, y la validez o utilidad de una medida depende siempre del carácter de los datos empíricos (Nunnally, 1973; Nunnally y Bernstein, 1995). En el apartado anterior vimos que lo que medimos no son las personas ni los objetos, sino ciertos atributos de ellos; así, el término atributo se refiere a ca- racterísticas determinadas y particulares de los objetos. Al respecto, Nunnally (1973) y Nunnally y Bernstein (1995) mencionan que hay que considerar cuida- dosamente la naturaleza del atributo antes de medirlo, ya que es posible que no exista, o al menos no en la forma propuesta, y puesto que la medición en psico- logía requiere de un proceso de abstracción, es probable que el atributo sí exis- ta, pero esté mal medido o mal definido. En las definiciones se destaca que se emplean números para representar can- tidades. La cuantificación se refiere entonces a la asignación de números para in- formar qué cantidad de un atributo está presente en un objeto; la cuantificación está tan estrechamente ligada al concepto de medición que los dos términos se intercambian con frecuencia. Los procedimientos para asignar números a los atributos medidos deben for- mularse explícitamente. De esta manera, cualquier conjunto de normas que cuan- tifique sin ambigüedad las propiedades de los objetos constituye una

ConCeptos fundamentales en la evaluaCión psiCológiCa 35 medida

ConCeptos fundamentales en la evaluaCión psiCológiCa 37 verá la estandarización como obtención de normas de puntuación.

Evaluación psicológica: historia, fundamEntos tEórico-concEptualEs y psicomEtría 38 el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad de Tobal y Cano (paso 3), y después de aplicarlo obtenemos cuatro medidas de ansiedad en percentiles: ansie- dad total, ansiedad cognitiva, ansiedad fisiológica y ansiedad motora (paso 4). En este instrumento psicométrico, al igual que todos los que están publicados, existe isomorfismo entre las cantidades obtenidas en su aplicación y la manifestación del atributo medido, en este caso, a mayor puntuación, mayor ansiedad y viceversa. Para hablar de isomorfismo, tenemos que remitirnos al concepto de escala- miento. El escalamiento es el desarrollo de reglas sistemáticas y de unidades sig- nificativas de medida que nos permiten cuantificar las observaciones empíricas; de esta manera, se establece una escala de medición cuando se define el conjun- to de valores posibles que pueden asignarse y, lo más importante, se determina la regla de asignación que establece la correspondencia entre el sistema empíri- co (lo que vamos a medir) y el sistema numérico (Martínez, 1996). La teoría del escalamiento o teoría representacional de la medición de Ste- vens (1951, citado en Martínez, 1996) gira en torno a tres grandes áreas: repre- sentación, unicidad y significación.

1. El problema de la representación. La medición debe encontrar un sis- tema relacional numérico, con una estructura semejante al sistema re- lacional empírico que se pretende medir, es decir, el sistema relacional numérico puede representar al sistema relacional empírico porque hay isomorfismo entre las propiedades medidas en el segundo con las pro- piedades numéricas del primero. El sistema relacional numérico está conformado por las escalas de medi- ción nominal, ordinal, de intervalo y de razón. La escala nominal es el ni- vel más elemental de medición, agrupa las características que se medirán en subconjuntos o clases (el atributo puede estar o no presente) y sólo usa los números para clasificar los objetos (1: hombre; 2: mujer). En la escala ordinal, observamos diferentes grados de un atributo y se establece una relación de mayor y menor cantidad de esa propiedad (puntuaciones de depresión: sujeto A centil 80; sujeto B centil 60; sujeto C centil 40; pode- mos entonces decir que A>B>C en cuanto a depresión, pero no que la di- ferencia entre la depresión de A y B sea la misma que entre la de B y C, ni que A tenga el doble de depresión que C). Las escalas de intervalo y razón indican no sólo un orden decreciente o creciente en la magnitud del atri- buto medido, sino que las diferencias de ésta son iguales a los intervalos entre los números asignados a dichas características, sin embargo,en la es- cala de intervalo no existe un cero absoluto, es decir, el numeral cero no indica ausencia de la característica medida; un ejemplo de escala de inter- valo es la medición de la inteligencia, donde si un individuo obtuviera un CI de 0 esto no significaría ausencia de inteligencia. Cuando sí existe un cero absoluto, esto es, ausencia de la característica medida, la escala se llama de razón. Por ejemplo, una persona pesa 100 kg al iniciar un tratamiento de reducción de peso, un año después pesa 75 kg y dos años más tarde, 50