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La filosofía primera u ontología o metafísica estudia el ser en cuanto ser, el ente en lo que es y por lo que es, sus causas primeras, el por qué radical o último bajo la luz natural de la razón. Esta definición con estos elementos ha durado desde Aristóteles hasta la edad moderna.
Tipo: Apuntes
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Guadalupe Antonio Ruiz Urquín, Pbro.
Proemio
La filosofía primera u ontología o metafísica estudia el ser en cuanto ser, el ente en lo que es y por lo que es, sus causas primeras, el por qué radical o último bajo la luz natural de la razón. Esta definición con estos elementos ha durado desde Aristóteles hasta la edad moderna. Algunos dicen en la actualidad que esta definición es falsa, porque la filosofía que trata de fundamentar toda la realidad, tal fundamentación es de carácter subjetivo por estar solo en la mente, y no es lo que se pretende, no es lo que ella pretende; sería mejor dice Hartman y otros, ‘el estudio del ser en cuanto ser concreto’.
La metafísica trata de investigar cual es el principio fundamental de la realidad tomada en su conjunto. Sin embargo, desde C. Wolff la visión de la metafísica cambió, desde él, se distingue entre metafísica especial y general, ésta última aborda el problema de qué es lo que se requiere para que los seres puedan formar una unidad total. E. Kant con su idealismo crítico, partiendo de la metafísica de Wolff (esencialista), sostuvo la imposibilidad de fundamentarla como ciencia, por estar en el campo de noumeno y no del fenómeno.
Son varias las corrientes que han querido resolver los problemas de la filosofía primera:
No obstante estas corrientes, son muchos los filósofos que afirman que el hombre es capaz de alcanzar por medios naturales y filosóficos el principio no empírico de la realidad. El método sería: la razón, la intuición, la observación, la inducción y la deducción, todo a partir de la realidad. La ontología no puede seguir un método especial- particular.
El hombre siempre ha tenido la tendencia a dar una explicación global de todas las cosas, a buscar un por qué último que justifique y fundamente todo radicalmente a la luz natural de la razón. Así nació la filosofía. Asombro. Pero, ¿de dónde le viene esta ‘tendencia’ o cuál es la razón de ella? ¿Es correcta o incorrecta? Nace de la naturaleza del conocimiento humano, que es trascendente a las cosas, busca y pregunta por lo que le rodea. Y esto porque lo primero que se afirma y percibe desde la perspectiva ontológica, del ser es el yo.
Yo, sé, siento, conozco. Es de notar que el dominio de conocimiento se extiende al tiempo y al espacio: ayer conocí aquí y allá, hoy conozco aquí…, ayer y hoy no son sinónimos, se distinguen ontológicamente en el tiempo (aquí cabe el mañana). El yo permanece a todos estos momentos-tiempos: “era, soy y seré el que conoce”. Trasciende el tiempo. Ahora bien, aquí estoy y puedo estar allá, y acullá; estoy, estaba y estaré, aquí o allá; subyacente al espacio permanece el yo. De este modo, la naturaleza de nuestro conocimiento trasciende el tiempo y el espacio, así, nuestro yo es principio fundamental de la metafísica.
El conocimiento objetivo implica la relación consciente del sujeto- objeto. Yo conozco esto, aquello, y así se da un distinto tipo de relación con los objetos por su naturaleza. Esto implica que el yo trasciende el conocimiento, el punto de vista particular de cada objeto, se descubre la distinción de uno con los demás.
De este modo, el yo trasciende el tiempo, el espacio y el conocimiento; y en la concretéz de los objetos, se descubre la multiplicidad y diversidad de seres, entonces, se tiende a dar una explicación total de esa diversidad, así nace la metafísica. El conocimiento diverso está unido, no en sí mismo sino en el yo. Pero, cuál es el principio explicativo de la unidad universal. El ser, el yo porque es lo más propio y seguro de no dudar.
2. El carácter absoluto del ser. Yo existo y es imposible que no exista. El ser es por su propia virtud, por su propia esencia, fuera del ser no hay nada. 3. El ser es y toda cosa es. Ser es el acto constitutivo en el que viene a inscribirse la naturaleza de cada ser (sujeto). Se identifica con el valor absoluto, lo penetra todo, es completo, no le falta nada para ser. La nada es la ausencia de ser. El ser vive y se identifica en el tiempo y en el espacio, así, toda idea se refiere al ser, no existe la idea de un no ser; toda palabra, afirmación, incluso negación se refiere al ser. La afirmación es el alimento de nuestro entendimiento. 4. La idea de ser es trascendente. Se aplica a todo sin excepción, es una idea que lo engloba todo. Por eso metafísica es la disciplina filosófica que aspira a descubrir una explicación fundamental global de los seres. La idea de ser será el objeto formal de ella. 5. El ser es finito: no es toda la realidad, pero esto no significa que sea solo parte de ella, división en partes, parte de ser, pues no le falta nada para ser lo que es, quiere decir que, no es una parte de un todo que es y que obra, sino que él mismo es un todo real y activo, todo un ser completo. 6. El ser es imperfecto. No posee la perfección de otros seres, pero no le hace falta nada para ser él mismo, y esto no es privación sino limitación. Así, toda la realidad es imperfecta.
¿En qué se basa el valor de la metafísica? ¿En la estructura fundamental subjetiva del ser humano? No. Se basa en el valor absoluto de todo ser, que se revela a todo hombre que tiene conciencia de su actividad. Por eso también, la idea de ser es trascendental y el ser es trascendente.
Se es o no se es. Si se es, se posee en sí mismo lo necesario para existir, está completo en sí, tiene parte, participa del ser, pero no forma parte del ser, es decir, que si se quitara algo podría pensarse que el ser queda incompleto. No. Hay necesidad contingente y no absoluta de ser. La realidad no se compone de partes, sino que se participa del ser. El ser se identifica con cada ser concreto, por eso, el ser es finito, limitado e imperfecto, no contiene a los otros seres; no se
tiene las perfecciones de los otros seres porque no se necesitan para ser lo que ya se es. Pero el ser es absoluto, en tanto que tiene las notas necesarias para existir.
En la percepción directa del ser, alcanzamos dos caracteres de la realidad-experiencia: el valor absoluto del ser y la individualidad finita, en la que cada ser se distingue de los otros y a la vez se refiere a ellos para constituir el orden de los seres. El contenido de la idea de ser es a la vez universal y a la vez particular. La idea de ser no puede ser abstracta, porque abstracción designa un conocimiento intelectual que discierne las notas individuales de lo real, sin tener en cuenta el carácter individual del objeto, por tanto, es imperfecta (este conocimiento es imperfecto). En cambio la idea de ser es trascendental, se aplica a todo lo real concreto, y lo abstracto solo a una parte. El ser, es el objeto formal de la inteligencia.
La idea de ser no es una intuición. Ésta, es una percepción directa de un objeto visto en la individualidad que lo distingue de todos los demás. La idea de ser lo abarca todo y en la experiencia no alcanzamos, no distinguimos de ningún modo toda la realidad en su individualidad.
Tampoco es idea colectiva, la cual conviene a un conjunto de seres tomados así en su conjunto y no a uno u otro de los elementos que lo componen. La idea de ser se aplica al conjunto de todas las realidades particulares y a lo que es individualmente. La idea de ser está más allá de las ideas universales, las supera.
El contenido de la idea de ser, orden de los seres, puede expresarse en forma de proporcionalidad, a saber, esta realidad no es el ser sino que participa del ser, posee el ser de una manera particular; por eso no es simple sino que es, y su modo de ser le es propio. La proporcionalidad del ser significa que cada ser participa del ser y que no podría tener consistencia fuera del orden de participación que reúne a todos los seres sin excepción.
Pero, ¿cómo puede la idea universal y concreta del ser hacer función de atributo? Por analogía. La analogía se refiere a las ideas universales
El ser es uno. La unidad se define por la identidad. Es uno lo que es uno y lo mismo, lo que se identifica a sí mismo. Es uno lo que es indistinto de sí y distinto de los demás. Es contradictorio ser a la vez otro y uno mismo.
Puesto que el ser se caracteriza por la identidad, la idea de ser y la idea de lo uno son convertibles. El ser en cuanto ser es absoluto, es absolutamente uno, excluye lo otro, es único. Pero al mismo tiempo está la multiplicidad del ser; hay seres múltiples, cada uno de ellos es un ser; en cuanto seres pertenecen todos a un mismo orden. Estas unidades son correlativas y están necesariamente unidas sobre la base del único valor de ser absoluto.
Toda multiplicidad supone un principio de unidad. La unidad es relativa, implica multiplicidad y viceversa.
La unidad además del orden real, se da en el conocimiento considerado como tal, nuestras ideas por ejemplo, tienen un orden lógico. Aristóteles distinguía entre el orden del conocimiento y el de la realidad o del ser: el curso del conocimiento no es la repetición exacta del desarrollo de las cosas, y no todas las articulaciones del pensamiento corresponden a distinciones reales. Distinciones:
Ahora bien, la estructura metafísica de los seres, no es igual a la estructura material, ejemplo, la unidad trascendental como ser y la unidad numérica como ser cuantitativo.
Del concepto de unidad nace el principio de identidad, que expresado de manera positiva dice: toda cosa es igual a sí misma. De manera negativa o principio de contradicción dice, una cosa no puede ser y dejar de ser al mismo tiempo y bajo las mismas circunstancias. De manera exclusiva, el principio de identidad dice así: cualquier cosa o es o no es, no hay término medio (principio de tercer excluso).
1. La inteligencia capta todo lo que existe, porque el ser es formalmente inteligible, lo que es tiene una razón suficiente. El ser es absoluto, se vasta así mismo, contiene en sí lo necesario para ser, se explica por sí mismo, posee en sí lo necesario para iluminar y satisfacer al espíritu en su búsqueda de inteligibilidad. Se da el nombre de razón, a lo que habla al espíritu, a lo que permite comprender. Lo que se opone a la inteligencia, se opone al ser: la contradicción es igual a lo imposible, irrealizable, absurdo.
El ser incluye relatividad esta en relación con otros; no se le puede concebir fuera del orden de los seres, por eso no basta una razón intrínseca para explicarlo, es necesario una razón extrínseca.
2. La inteligibilidad del ser se llama su verdad. Ontológicamente, la verdad se define como adaequatio rei et intellectus. La verdad lógica en cambio, es la adecuación de la inteligencia con la realidad y la
6. Lo que es se opone a lo que no es, no era y no será. Lo real es ser real, lo posible es ser posible, lo que puede ser es absolutamente posible, lo que está realizado es absolutamente real. Lo posible es, participa del valor de ser, no es imposible. Esto es y esto es posible se oponen entre sí como estados diferentes del ser, el de la realidad efectiva y el de la posibilidad, ambas designan sin embargo, el valor absoluto de ser. Lo imposible se opone al valor de ser, es absolutamente imposible.
El bien es el orden. La bondad metafísica le compete a todos los seres.
El bien en el lenguaje ordinario es lo que agrada, hace referencia a lo biológico como necesidad, en el orden del gusto como comer. También se llama bueno lo que responde a cualquier necesidad psíquica consciente o inconsciente. Además, es bueno hacia lo cual todas las cosas tienden (aspecto tendencial hacia el bien). El fin no puede bañar de bondad a los medios que utilice. Si el fin no es bueno, no es bueno el medio y si el fin es bueno no por eso justifica que los medios que se emplean sean buenos, es decir, el fin no justifica los medios, buenos, moralmente. El bien es difusivo , se extiende a los medios pero no los justifica en el orden moral, metafísicamente el bien se riega a los medios; la bondad de uno afecta a los demás seres.
Bueno es lo que está ordenado, en regla. La estructura del ser en cuanto ser está ordenado, por eso es. Participa de cierto orden: intrínseco y extrínseco, por eso es bueno. La bondad metafísica , es el orden que guarda la estructura interna y externa del ser. La estructura interna del ser es su verdad, su bondad, su unidad, ser acto y potencia. La estructura externa es su relación con los demás seres.
La bondad moral hace referencia a la voluntad libre, en este sentido, hay pecado por la libertad libre del hombre. Es la adecuación de su actuar a su ser. La bondad física es el orden del ser junto a su bondad metafísica, de tal manera que el mal aquí seria privación. El mal ontológico no existe porque no hay orden, armonía, es irrealizable, es ausencia de ser que es la nada y la nada es ausencia de ser. Es imposible porque es ausencia de ser ya que todo ser tiene orden ontológico y donde no hay dicho orden no hay nada. El mal ontológico sería pura nada de ser, por tanto, no existe. Lo que es bueno ontológicamente no puede ser malo ontológicamente. El diablo es la contrariedad a todo ser, pero es bueno metafísicamente hablando por ser creatura aunque mala; pero en la distinción físico-moral es totalmente malo, con su libertad ha elegido totalmente por el mal (ausencia de ser, muerde la nada) y esto menoscaba su bondad ontológica (desorden estructural).
El ser particular participa de la bondad su propio modo y la bondad de cada ser particular es limitada por su modo, pero no se concluye de aquí que es malo por no poseer la bondad ontológica de los otros seres, su perfección ontológica se agota en su propio ser, no necesita la bondad de otros seres para ser perfectamente bueno en su estructura intrínseca. El ser se haya en relación con los demás seres por eso es bueno. Pero la ausencia de la bondad de los demás en el propio ser, no es privación sino limitación, pues no tiene el modo de ser de los otros; la bondad del ser varía según su naturaleza porque es, pero sobre todo porque lo hizo Dios, Sumo Bien. La limitación de un ser es una manera de definir su participación en el ser.
Heiddeger, define al ser por lo que le falta. Siendo así, al faltarle los modos de ser, las perfecciones ontológicas de los otros, el ser es malo metafísicamente. Algunos de los existencialistas afirman la náusea del ser como Sartre. Pero no, la bondad de un ser se mide por la bondad de su acto. La bondad se mide por lo que es, esencia y existencia, no por lo que no se es. Cuanto más perfecto es el ser, mayor es la bondad de su actividad, por eso, la actividad substancial de los seres define su bondad. La actividad se refiere a las potencias de cada ser en cuanto alcanza más acto. Conclusión: el ser es bueno analógicamente, se aplica a su ser y a su modo, por el hecho de ser es bueno al igual que todo el orden de los seres, pero por su modo posee la bondad en diferente grado.
opone ninguna otra afirmación, es trascendental; el principio de existencia no se distingue, se afirma de todos los seres; en el atributo es, conviven-participan todos los seres.
El atributo es este, es relativo, según el modo de ser. Todos, otro ser se le opone absolutamente, no es un atributo trascendental, lo limitan los otros. Todos los entes entonces, forman el orden de la realidad de los seres. Este atributo señala lo que distingue a este ser de los demás: esencia. Por eso, las dos afirmaciones enuncian formalmente al ser concreto y verdadero, no puede darse separación entre estas dos afirmaciones, son irreductibles. Son ambas, esencia y existencia relaciones trascendentales que solo tienen razón de ser en el ser concreto.
El ser no es simple, es compuesto no de partes sino de relaciones, se presenta a la inteligencia dos realidades, esencia y existencia que son distintas en un mismo ser concreto. Significa concreto, que este ser es y es este. Conjuntamente se dan esencia y existencia, las dos afirmaciones determinan la relación en el ser concreto. Son correlativos, es y es este, cada uno participa del otro y viceversa, por eso son co-principios del ser, distinto a la relación predicamental existente entre el sujeto y el predicado y que separándolos, subsisten por sí. Para la relación de esencia y existencia, debe haber un todo óntico, la substancia.
La esencia es el principio de individuación, junto a la existencia es un co-principio del ser concreto. Estos principios como dijimos, no se explican separados, no subsisten por sí porque siempre se refieren al ser concreto. Estos correlativos es preciso distinguirlos pero no separarlos, solo existen en la estructura del ser particular, y son principios explicativos del ser de los entes y no partes constitutivas del ser; la esencia o talidad o concretez del ser participan en relación con la existencia.
Relaciones trascendentales: realidad que se refiere a otra y por la cual una constituye a la otra y viceversa. Se definen por su relación intrínseca: esencia y existencia, acto y potencia, materia y forma. El principio real del valor de ser no es el que es y el principio real del modo de ser no es el que es tal, sino que el ser concreto se constituye de estos. No se puede pensar en una esencia separada de su existencia y viceversa, es pura correlatividad o relación trascendental.
¿Hay seres de la misma especie? En los seres humanos descubrimos notas idénticas, iguales, semejantes, esto nos hace descubrir que hay seres de la misma especie. ¿Qué es este ser? Se responde indicando su naturaleza específica y sus notas individuales. La nota específica no define completamente a un ser, solo define un conjunto de seres que no son idénticos y las notas individuales no aumenta ni disminuye en nada la perfección específica. ¿Con qué título un ser está contenido en determina especie? Como un todo subsistente con todas las perfecciones y características de un ser concreto que tiene determinado modo de ser.
La especie es el principio de especificación y las notas individuales es el principio de individuación, son ambos co-principios. El primero determina el ser concreto que se llama forma yes acto, el segundo es indeterminado se llama materia y está en potencia. Estos co-principios son correlativos, el uno es por el otro y viceversa.
La materia es el contenido y la forma es la estructura que le da unidad a ese contenido. La materia no es inteligible, cuando captamos un ente, lo que entendemos de él es la forma. La materia prima solo es captada por estar unida a su forma substancial. Por eso, se llama forma substancial a la estructura que unida a la materia prima constituye un ente subsistente. Toda estructura interna del ser particular, consiste en la correlación de dos principios, en este caso, materia y forma. En virtud del principio de especificación o forma, es este ser entero el que posee tal perfección específica, y en virtud del principio de individuación es este ser entero el que posee tal modo individual de existir en la especie. Es entonces, el ser subsistente entero el que participa de tal perfección específica de una manera propia e individual, en virtud del principio de especificación y de individuación que contiene y cuya correlación forma su esencia.
Recapitulando. Los principios internos de la esencia son dos, el principio de especificación que es la forma substancial, es decir, la razón del grado de perfección según el cual el ser particular subsiste en
siendo), y lo que cambia no deja de ser el mismo sujeto determinable de manera relativa (teniendo en cuanta su determinación nueva).
La determinación y la determinabilidad son irreductibles, lo que es determinado es tal y no de otro modo. El mismo sujeto considerado como determinable puede devenir otro sin dejar de ser el mismo (tal como es). El ser en devenir es a la vez determinado e indeterminado, es una síntesis de acto y potencia, y estos son principios de ser, relaciones trascendentales, solo tienen sentido como correlaciones. El acto debe mencionar la potencia que es su principio de individuación y limitación; la potencia debe mencionar el acto como su principio de determinación. La potencialidad está orientada hacia tal determinación particular, que se adapta a la que está actualmente presente: el devenir se hace según un orden.
Las potencias se dan en el orden de cada ser, cada ser cambia según su potencialidad, lo que cambia no deja de ser el mismo sujeto determinable. Esencialmente el ser no cambia cuando actualiza sus potencialidades, por ser uno. El devenir afecta a un ser mismo sin dejar de ser el mismo.
EL SER ES CAUSADO. Causa, es una realidad que ejerce un influjo interno o externo sobre otra realidad (Aristóteles). Todos los seres son limitados y por este hecho no dan razón de sí mismos, tienen la explicación de su existencia en otro. La no causalidad tiene en sí misma la razón de su existencia; los seres particulares no lo tienen, por lo tanto, son causados.
El fundamento, la razón por la que un ser pertenece al orden de los seres es su individuación, y nunca podemos separarlo de este orden, pues ya no sería ni lógicamente ni ontológicamente; no es posible explicar un ser particular sin referencia al orden de los seres (principio de causalidad). Lo que los demás seres son un ser particular no los incluye, no puede constituir la razón explicativa de los otros; sin embargo, éstos sin pueden dar razón de él. La razón de un ser particular depende de una razón real intrínseca y extrínseca, es
causado por ser finito, limitado; esa razón extrínseca es causa. Aristóteles habla de dos causas extrínsecas y de dos intrínsecas.
Lo que pertenece a un orden es finito, limitado, es por esta razón el efecto de una causa. El comienzo de una existencia manifiesta se limitado por el hecho de comenzar. Toda realidad creada no se puede absolutizar, apartarla de su origen, pues depende de alguien. El ser que comienza es limitado en el tiempo y en el espacio, preciso por su comienzo, quien lo causó o hizo o formó, le rebasa porque depende de él.
Por la estructura ontológica de los seres se demuestra la causalidad. La serie de correlaciones de un ser particular son irreductibles y por esto son realmente distintos, pero el uno no se concibe sin el otro, no se conciben separados, son uno, son realmente distintos y son realmente uno, porque implican oposición entre sí y están unidas de hecho, v.g., la potencia no es igual al acto. Por esto, no está la razón de ser en sí, sino en otro, extrínseco; más no está fuera, en otro ser particular que es a la vez uno y múltiple, si no en el Ser fundamental: Dios, porque si otro ser particular no tiene tampoco en sí la razón de su existencia no puede darla a otro (si hay oposición, hay composición).
Es necesario entonces, que haya fuera de ellos (orden de los seres), una razón real que los explique puesto que por ellos mismos no tienen razón de ser en sí, tienen la razón de su existencia fuera. Todo ser creado por el hecho de ser creado es causado. El ser particular en la medida en que es activo es causado. Lo que existe por participación, lo que pertenece de suyo a un orden, lo que es finito, es, por esta razón, “el efecto de una causa”.
CAUSA EFICIENTE. La eficiencia junto con la finalidad forman las dos características principales de la causalidad. Siempre que hay una causa hay un efecto y siempre que hay una causa hay un fin o finalidad.
Las ciencias físicas descubren la permanencia de dos fenómenos, el A antecedente y el B consecuente, lo descubre en la naturaleza pero no se confunde con la metafísica la cual busca la relación profunda causal entre ambas, el momento A es causa del B, la causa lo percibe la inteligencia, es una elaboración mental. Físicamente no se percibe el vínculo entre dos acciones, sino solo estas dos acciones; la física observa y mide las relaciones, los fenómenos, las excitaciones,
La causalidad intrínseca nace de la naturaleza de cada ser, es activo dentro de lo que ya tiene en acto. Hay una finalidad interna y una externa, es el efecto que tiene una causa pensadamente en su fin. Un ser no puede no tener finalidad. Se necesita una causa inteligente que oriente determinado efecto a su finalidad. La finalidad es orientación hacia un orden. La causa de todo es el Ser por antonomasia, el Actus essendi , la Substancia primera, Dios, quien engloba toda la metafísica, es la Causa incausada, la Causa Primera y última, intrínseca y extrínseca.
1. El ser del conocimiento. ¿Qué es?
Hay dificultad en definir el conocimiento, no tanto entre el conocimiento sensible e intelectual que ambos tienen por objeto el mundo, sino en superar la oposición entre el conocimiento del mundo y la conciencia sí. Es un acto espontaneo en cuanto a su origen, inmanente en cuanto a su término, por el que la persona se hace presente alguna región del ser. Conocer es hacerse otro. El conocimiento es una forma de existir.
La inteligencia es espontánea, pero necesita para su espontaneidad la presencia sensible del ser.
2.1 Discurso : movimiento del espíritu por el cual se pasa de un conocimiento a otro; solo hay discurso si el conocimiento segundo es nuevo y si se saca estrictamente como conclusión del primero. Dos sensaciones sucesiva, dos ideas, dos juicios no son discursos; hay discurso cuando una idea es evocativa y referencial inmediata. Formas de discursos. 1) de orden sensible: asociación de ideas. 2) la abstracción es un discurso, en cuanto paso del fantasma al concepto: sensación—representación sensible—fenómeno—concepto = resultado de la abstracción. 3) el juicio, en cuanto añada algo al concepto. 4) Razonamiento, en el cual se pasa de dos conocimientos ya asentados como ciertos para concluir con un nuevo que es cierto. 5) la inducción, aplicada a todos los discursos. El discurso puede ser además de inductivo, deductivo y analógico.
2.2 Intuición. Es la presencia intencional de u objeto a una facultad, la inteligencia, es la forma en que el ser está en uno. Bergson dice, es la forma, es la simpatía que nos transporta al interior del objeto para leer dentro: la esencia. Intuición, inteligencia = intus legere.
La presencia intencional designa: 1) captación directa del ser por los sentidos: la sensación. 2) Captación refleja: la conciencia, hacer que los objetos captados vivan en el interior. 3) captación de un inexistente