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Análisis de la Competitividad de Destinos Turísticos: Modelo de Crouch y Ritchie, Monografías, Ensayos de Administración de Empresas

Conceptos basicos de turismo entre otros

Tipo: Monografías, Ensayos

2021/2022

Subido el 09/07/2022

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TR043 FUNDAMENTOS DEL TURISMO
CASO PRÁCTICO
A partir de la década del noventa se han intentado ofrecer múltiples modelos de Competitividad
de destinos turísticos. Los autores que con mayor precisión y amplitud han definido la
competitividad de estos espacios fueron Geoffrey Crouch y Brent Ritchie (2000), quienes la
refieren como «la capacidad de un país para crear valor añadido e incrementar, de esta forma,
el bienestar nacional mediante la gestión de ventajas y procesos, atractivos, agresividad y
proximidad, integrando las relaciones entre los mismos en un modelo económico y social». Los
autores definen a un destino turístico como el espacio o ámbito geográfico con rasgos propios
de clima, cultura, atractivos, infraestructuras, servicios, equipamientos, precio, imagen y
gestión, los cuáles, en términos de mercado, se posicionan en la mente de los consumidores.
Un destino turístico está compuesto así por un número de atributos, que pueden estar basados
en recursos naturales, creados, o abstractos, un conjunto de facilidades y servicios turísticos
dirigidos a satisfacer las necesidades de los turistas o consumidores potenciales.
Crouch et al (1997), propusieron un modelo con núcleo básico constituido por los recursos
naturales de los correspondientes factores de atracción. Según el modelo, son los recursos
naturales los que inicialmente inducen a los turistas a la realización del viaje, pero, así mismo,
explican que el éxito de las rentabilidades del destino depende fundamentalmente de los
denominados factores de atracción. Por consiguiente, será necesario articular una adecuada
dirección sobre todo en conjunto con actividades que puedan reforzar los atractivos del destino,
así como sobre aquellas actividades que inciden en la mejora y efectividad de los factores
soporte, buscando adaptar todos ellos las correspondientes restricciones del destino. La
competitividad dependerá principalmente de la presencia de dos tipos de factores, los de
atracción y los de soporte y recursos, a los que se debe añadir la existencia de una dirección
del destino y tener presente las restricciones a las que se enfrenta.
Dentro de los factores de atracción se destacan los siguientes: fisiografía, cultura e historia,
lazos con el mercado, actividades, acontecimientos especiales y superestructura. Estos son el
núcleo básico del modelo y conforman los elementos primarios del atractivo del destino. Por
ello, la existencia de estos factores se convierte en una condición necesaria pero no suficiente
en la consecución de las ventajas competitivas de un destino. Resulta necesario, además, la
presencia de una serie de factores que facilitan el desarrollo turístico, como son los recursos
de soporte, y los recursos facilitadores, el espíritu empresarial y la accesibilidad. También será
menester implementar una dirección coherente y estratégica de la política pública y la
imprescindible orientación de todas aquellas actividades que pueden reforzar el atractivo de
los recursos naturales y los factores de atracción y mejorar la calidad y efectividad de los
factores de soporte.
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TR043 – FUNDAMENTOS DEL TURISMO

CASO PRÁCTICO

A partir de la década del noventa se han intentado ofrecer múltiples modelos de Competitividad de destinos turísticos. Los autores que con mayor precisión y amplitud han definido la competitividad de estos espacios fueron Geoffrey Crouch y Brent Ritchie (2000), quienes la refieren como «la capacidad de un país para crear valor añadido e incrementar, de esta forma, el bienestar nacional mediante la gestión de ventajas y procesos, atractivos, agresividad y proximidad, integrando las relaciones entre los mismos en un modelo económico y social». Los autores definen a un destino turístico como el espacio o ámbito geográfico con rasgos propios de clima, cultura, atractivos, infraestructuras, servicios, equipamientos, precio, imagen y gestión, los cuáles, en términos de mercado, se posicionan en la mente de los consumidores. Un destino turístico está compuesto así por un número de atributos, que pueden estar basados en recursos naturales, creados, o abstractos, un conjunto de facilidades y servicios turísticos dirigidos a satisfacer las necesidades de los turistas o consumidores potenciales. Crouch et al (1997), propusieron un modelo con núcleo básico constituido por los recursos naturales de los correspondientes factores de atracción. Según el modelo, son los recursos naturales los que inicialmente inducen a los turistas a la realización del viaje, pero, así mismo, explican que el éxito de las rentabilidades del destino depende fundamentalmente de los denominados factores de atracción. Por consiguiente, será necesario articular una adecuada dirección sobre todo en conjunto con actividades que puedan reforzar los atractivos del destino, así como sobre aquellas actividades que inciden en la mejora y efectividad de los factores soporte, buscando adaptar todos ellos las correspondientes restricciones del destino. La competitividad dependerá principalmente de la presencia de dos tipos de factores, los de atracción y los de soporte y recursos, a los que se debe añadir la existencia de una dirección del destino y tener presente las restricciones a las que se enfrenta. Dentro de los factores de atracción se destacan los siguientes: fisiografía, cultura e historia, lazos con el mercado, actividades, acontecimientos especiales y superestructura. Estos son el núcleo básico del modelo y conforman los elementos primarios del atractivo del destino. Por ello, la existencia de estos factores se convierte en una condición necesaria pero no suficiente en la consecución de las ventajas competitivas de un destino. Resulta necesario, además, la presencia de una serie de factores que facilitan el desarrollo turístico, como son los recursos de soporte, y los recursos facilitadores, el espíritu empresarial y la accesibilidad. También será menester implementar una dirección coherente y estratégica de la política pública y la imprescindible orientación de todas aquellas actividades que pueden reforzar el atractivo de los recursos naturales y los factores de atracción y mejorar la calidad y efectividad de los factores de soporte.

La figura 3 presenta el modelo de Crouch y Ritchie. Los factores de atracción están representados en las categorías que actúan para atraer al turista al destino. Están conformados por los aspectos naturales o fisiografía, la cultura e historia, los acontecimientos especiales, actividades de entretenimiento, vínculos o lazos de mercado y la superestructura. Estos factores constituyen el núcleo básico del modelo y los elementos esenciales del atractivo del destino turístico. Los factores de soporte y recursos proporcionan las bases que hacen a un sector turístico fuerte. Abarcan la infraestructura, la accesibilidad, proveedores, agencias de viajes, transporte, hospedaje, restaurantes y otros servicios suministrados por las empresas. La gerencia o dirección del destino está dada por factores externos a las empresas que moldean la capacidad competitiva del destino turístico. El manejo de los recursos, el mercadeo del destino, organización, desarrollo de los recursos humanos, información, calidad de servicio y manejo de los visitantes y facilidades de financiamiento, son los factores a considerar para el éxito de la gestión del destino. Es importante disponer de un entorno en el cual el turismo se pueda desarrollar y sustentar, por lo que se requiere de una política de planificación y desarrollo del destino. Los factores que se identifican son: la definición del sistema, la filosofía, auditoria, el posicionamiento, desarrollo, análisis competitivo, el análisis comparativo, seguimiento y evaluación del destino turístico. Los determinantes restrictivos, son considerados restricciones o influencias que afectan el potencial competitivo de los destinos. Pueden ser condicionantes o amplificadores: localización, seguridad, concienciación, imagen, marca y relación costo/valor. Finalmente el entorno local (micro) y el entorno global (macro) no pueden ser descuidados si se desea mantener la competitividad del destino. El entorno competitivo micro se refiere a los elementos principales que definen el ámbito inmediato de la competencia: residentes, empleados, grupos ciudadanos, medios de comunicación, instituciones financieras, miembros del negocio de viajes y dependencias del gobierno. Figura 3. El modelo de competitividad de Crouch y Ritchie.

ciudades ofrecen para la oferta, así como el ambiente existente para el desarrollo de los negocios y la participación del gobierno local en el fomento del crecimiento económico. Finalmente las ventajas competitivas distributivas se refieren a las condiciones que ofrecen las ciudades para la distribución de los productos, relacionadas con la posición geográfica, condiciones generales de la circulación y áreas de mercado; tienen que ver con las condiciones externas de las ciudades para incidir en el proceso productivo desde el punto de vista de la demanda. La competitividad territorial también está presente en la literatura de manejo del crecimiento de los destinos turísticos, definido como «un proceso dinámico en el que los gobiernos se anticipan y buscan adecuar el desarrollo de la comunidad de manera que sea posible equilibrar los objetivos de uso del suelo competitivos y compatibilizar los intereses locales con los regionales» (Porter, 1997). Algunos aspectos claves de esta definición merecen ser subrayados:  El proceso de manejo del crecimiento pone a los funcionarios del gobierno en una posición proactiva en relación al desarrollo.  El dinamismo del proceso de manejo del crecimiento está en el proceso continuo de evaluación de tendencias y manejo de los resultados a nivel destino, de manera de actualizar tanto los objetivos como los métodos.  El proceso de manejo del crecimiento constituye un foro y un proceso para determinar un equilibrio adecuado entre los intereses públicos y los derechos privados de propiedad.  Los objetivos locales del manejo del crecimiento deben relacionarse con las preocupaciones tanto de índole local como regional. Esto significa reconocer las funciones de las comunidades locales dentro del contexto económico y social más amplio, dado por los objetivos y necesidades regionales.  El manejo del crecimiento es una herramienta tanto política como técnica para guiar el desarrollo de una comunidad. Discusión Una comparación de las dos teorías o modelos principales de competitividad que direccionaron esta investigación, permite una síntesis final sobre estos factores. Aunque inicialmente el sector turístico no está incluido en su análisis de rivalidad ampliada ni en el diamante de competitividad, Porter ha estudiado el sector adaptando su modelo a espacios más específicos y delimitados como es el caso de los clusters turísticos, planteando la lógica que la competitividad empresarial repercute en un aumento de la competitividad del destino. Sin embargo, el modelo de competitividad de Porter, considerado el aporte más importante al estudio de la competitividad, se centra en las ventajas competitivas, no dando suficiente importancia a las ventajas comparativas para el análisis del sector turismo. Para Porter, la calidad y la innovación no constituyen bases de la competitividad turística, de allí la opinión de expertos en el área al no considerar al modelo adecuado para evaluar el sector turismo. Una característica del producto turístico se basa más en los factores heredados que en los creados y la calidad y la innovación son factores determinantes de la competitividad.

Por su lado, a Crouch y Ritchie les corresponde el mérito de haber sido los pioneros en el desarrollo del primer modelo para evaluar la competitividad de los destinos turísticos de larga distancia. La competitividad de los destinos turísticos está asociada así a la prosperidad de los residentes, por ser estos los principales beneficiarios. Competitividad y sostenibilidad están en esta visión estrechamente relacionadas, son interdependientes. Según el modelo, la prosperidad de una región o de un lugar descansa en su competitividad en diferentes sectores, incluyendo el turístico. Por caso, un exceso de turistas en un destino puede tener un impacto ambiental negativo para la preservación del lugar y causar perturbaciones en los habitantes del mismo. Las ventajas comparativas y las competitivas de los destinos están muy relacionadas, ambas deben ser consideradas a la hora de tomar decisiones vinculadas al desarrollo del destino. Aunque la competitividad del sector sigue basándose en primera instancia en los factores de atracción del destino, es necesario contar con recursos de apoyo, una muy buena organización y gestión del destino, disponer de la información necesaria, así como de experiencia para el éxito en la prestación del servicio unida a la productividad. Los aportes analizados permiten identificar tres conclusiones preliminares respecto a las claves que explican la competitividad local:

  1. La diversidad de variables empíricas que se utilizan como determinantes competitivos;
  2. La — aún — oscura relación entre competitividad y calidad de vida, y
  3. El papel de los gobiernos locales en el fomento de la competitividad. En base a las visiones expuestas, se puede establecer que un destino competitivo es aquel que satisface la demanda y mantiene un flujo de comunicación y colaboración entre los distintos actores que intervienen en el destino: empresarios locales, población, y gobierno. Esto se logra teniendo en cuenta los principios básicos de sustentabilidad, como beneficio a corto y largo plazo, bajo el control del Estado, coordinando actividades entre estos actores para lograr la calidad en los servicios turísticos de ese destino, tomando como plan de acción base una adecuada preservación de los atractivos, la concientización de la población en el trato al turista, y un adecuado plan de promoción del destino, incluyendo a la capacitación, la comunicación y la innovación como ejes rectores. Esto implica el trabajo conjunto de empresas, comunidad receptora y Estado. El elemento fundamental para la formulación y puesta en marcha de estrategias competitivas deberá ser en primer lugar el diálogo y, en segundo lugar, la promoción de instituciones que incentiven una cultura de la cooperación y el desarrollo institucional como base de la pirámide que da por resultado la mejora de los factores de competitividad. Fuente: González R. y Mendieta M. (2009). Reflexiones sobre la conceptualización de la competitividad de destinos turísticos. Revista Cuadernos de Turismo (23), 111-128.