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Resumen de articulo de beatriz sarlo
Tipo: Apuntes
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Género y Educación A lo largo de nuestra vida, la educación que recibimos está marcada por el género con el que nos debemos identificar (Varón – Mujer). Nos vemos inmersos en un juego de colores , en el que los varones deben responder al azul y las mujeres debemos identificarnos con el rosa; esto es llevado a las áreas de juego en la que el nene es siempre un constructor mientras que la nena debe ocuparse de las tareas domésticas. Todas estas conductas hetero-normativas nos hacían (o hacen) pensar que es casi nulo el hecho de que un niño o niña de temprana edad tengan la libertad de ir en contra de esas reglas ya impuestas desde su nacimiento. Este juego de roles es tan influyente en nuestra vida cotidiana que se traspasa al plano emocional, donde la mujer va a tener un papel emotivo y cálido , mientras que el varón debe mostrarse frío y distante. Todo esto se ve influenciado, además de nuestra educación de base, por los medios masivos de comunicación, los cuales nos van tirando una especie de “pistas” que nos servirán a futuro como una identificación social estereotipada; un claro ejemplo son las películas o comedias románticas en donde la mujer siempre está desesperada por un hombre, mientras que este se muestra indiferente hacia estas muestras. Cuando el sujeto en desarrollo tiene una forma actuar diferente de la que fue criado, es decir un niño o niña se identifica con comportamientos ajenos a su rol impuesto, comienzan los “problemas ”, el infante se ve sumergido en un ámbito que lo señala constantemente por ir en contra de ciertos gustos y lo comienza a estigmatizar por sus propias elecciones. Esta etiqueta produce culpa en el niño o niña, sobre todo en los primeros estadios de socialización, en donde la imagen que los demás reciben de él puede verse dañada, y esto lo lleva a reprimir sus preferencias produciendo así que el mismo caiga en el tan conocido closet. Debemos educar una generación de niños y niñas que tengan una mirada desprejuiciada con el prójimo, comenzar a deconstruir o naturalizar ciertas conductas que hasta unos años atrás eran socialmente castigadas; esto no se logra de un dia para el otro, sino que se necesita de la ayuda extra de una educación inicial inclusiva y también de la ley de educación sexual integral ( ESI ), que además de evitar abusos intrafamiliares, busca que se aprenda sobre la diversidad de género. No tenemos que olvidar que les niñes no nacen con prejuicios impuestos, sino que somos los adultos los que fomentamos esas ideas negativas y que nunca es tarde para comenzar a deconstruirnos para poder así ayudar a nuestros pequeñxs desde el seno familiar.