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Rousseau y Locke: Diferencias en su pensamiento sobre la educación humana, Monografías, Ensayos de Planificación y Gestión de la Educación

En este ensayo se analizan las diferencias ideológicas entre jean-jacques rousseau y john locke, dos pensadores ilustrados que pueden clasificarse como empiristas. Aunque ambos creen que el conocimiento se basa en la experiencia, rousseau se acerca más al romanticismo y sostiene que la educación debe realizarse en la naturaleza, mientras que locke defiende la importancia de la razón y la educación formal. Se examina cómo sus obras, emilio o de la educación de rousseau y some thoughts concerning education de locke, contribuyeron a la transformación de las sociedades occidentales en materia de educación y la figura del ciudadano.

Tipo: Monografías, Ensayos

2020/2021

Subido el 27/01/2021

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Ensayo.
El naturalismo, consideraciones sobre educación del ser humano
Sharon Solis
Historia de la educación
Maria Luisa Hernandez Soto
3re cuatrimestre
Plantel Chapultepec
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¡Descarga Rousseau y Locke: Diferencias en su pensamiento sobre la educación humana y más Monografías, Ensayos en PDF de Planificación y Gestión de la Educación solo en Docsity!

Ensayo.

El naturalismo, consideraciones sobre educación del ser humano

Sharon Solis

Historia de la educación

Maria Luisa Hernandez Soto

3re cuatrimestre

Plantel Chapultepec

Jean-Jaques Rousseau y John Locke fueron pensadores de la Ilustración, pero ambos tienen algunas diferencias ideológicas. Aunque, ambos pueden clasificarse como corrientes Empiristas, porque creen que el conocimiento se basa en la experiencia. Rousseau está más cerca del romanticismo y dijo que las personas son inherentemente amables y que su educación debe llevarse a cabo en la naturaleza. Separación de la sociedad porque infecta ideas y socava la moral. En el Emilio o de la Educación (1762), la obra de Rousseau que marca una bisagra entre el mundo antiguo y el moderno en materia de educación y que originalmente está destinada a profesores y tutores, considera la naturaleza del niño y la educación que este puede recibir para convertirse en un buen ciudadano. Contribuyó notablemente a la transformación de las sociedades occidentales, instalando esta figura del ciudadano, y el ascenso de las libertades, los derechos individuales y la razón como valores máximos entre los hombres y para la sociedad. Consideró que en el mundo que se estaba configurando, los hombres deberían abandonar su papel de siervos para convertirse en ciudadanos libres, dueños de su destino y detentadores de la soberanía. Análogamente a Aristóteles, consideraba a la educación como el camino idóneo para formar ciudadanos libres, conscientes de sus derechos y deberes en el nuevo mundo que se estaba forjando. Se dio cuenta de que el sistema educativo imperante era incapaz de llevar adelante esta labor. Rousseau establece las características de la educación para una sociedad integrada por ciudadanos libres, que participan y deliberan sobre la organización de la

religiosas muy rígidas. La educación, según Rousseau, hacía del alumno un ser apartado de la vida política revolucionaria y, en cualquier caso, un ser al margen. Rousseau no piensa, como era común en su época, que habría que obrar en contra de las pasiones para ofrecer una buena educación al joven: “No se actúa sobre las pasiones sino por medio de ellas; mediante su imperio es como se precisa combatir su tiranía, y es siempre de la misma naturaleza de donde hay que sacar necesariamente los elementos idóneos para regularla”. La ética roussoniana se funda en la política y no puede pensarse sin esta. En esta perspectiva, las reflexiones en torno a la dialéctica entre educación y política son inevitables en la obra del filósofo ginebrino. Su concepción del estado de naturaleza está muy lejos de la de Hobbes, a quien acusa de confundir al hombre primitivo, muy cerca de la naturaleza, con el hombre social, ya construido ella. Su pensamiento lo llevó a buscar muy lejos en el tiempo la naturaleza del hombre: en el momento en que, dispersos, aislados y sin grandes conexiones entre sí, los hombres eran iguales en la naturaleza. A raíz de los desastres naturales, nació una sociedad constituida por hombres motivados por su voluntad libre y perfectibilidad. En El Emilio o de la Educación (1762), la obra de J. J. Rousseau, que marca una bisagra entre el mundo antiguo y el moderno en materia de educación, y que originalmente está destinada a profesores y tutores, considera la naturaleza del niño y la educación que este puede recibir para convertirse en un buen ciudadano. Rousseau contribuyó notablemente a la transformación de las sociedades occidentales, instalando la figura del ciudadano, y el ascenso de las libertades, los derechos individuales y la razón como valores máximos entre los hombres y para la sociedad. Consideró que en el mundo que se estaba configurando los hombres deberían abandonar su papel de siervos para convertirse en ciudadanos libres, dueños de su destino, y detentadores de la soberanía. Rousseau afirma en el libro IV del Emilio, en que trata el tema del paso de la niñez a la adolescencia, que nuestras pasiones son los dispositivos originarios de nuestra conservación. Reflexiona sobre ellas, aseverando que no todas las pasiones son naturales. Las pasiones naturales que poseemos son muy limitadas. El sexo, la pasión y el amor son producto de un movimiento natural. Rousseau defenderá el sentimiento y la pasión como valores intrínsecos y cardinales del ser humano.