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Historias y relato de vida de pandilleros y expandilleros de Guatemala, El Salvador y Honduras, Apuntes de Historia

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 09/07/2019

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Historias y relato de vida de Pandilleros y
expandilleros de Guatemala, El Salvador y Honduras
Inicio de diálogo desde su realidad y percepciones
Marzo, 2012
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Historias y relato de vida de Pandilleros y

expandilleros de Guatemala, El Salvador y Honduras

Inicio de diálogo desde su realidad y percepciones

Marzo, 2012

Coordinador de la investigación Mario Avalos Quispal

Investigadores principales

  • Guatemala: María Antonieta Cordón María Renee González
  • El Salvador: Jeanne Rikkers
  • Honduras: Alejandro Aplícano

Revisión Mario Avalos Quispal Ernesto Archila Ortiz

Foto de portada ………………..

Diseño de Portada ………………….

Diagramación de interiores ……………………………

Esta investigación se realizó en el marco del proyecto: “políticas públicas para prevenir la violencia juvenil en Centroamérica” –POLJUVE-, y fue ejecutado por el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala –ICCPG-, Fundación de Estudios para la aplicación del Derecho -FESPAD-, e Instituto para el Desarrollo Social y la Participación Ciudadana –INDESPA-.

Con el apoyo financiero de:

ÍNDICE TEMÁTICO

Introducción

Historias de vida de Guatemala

1. Contextualización de las maras y pandillas en Guatemala: hacia la comprensión de un fenómeno social 1.1. Violencia e impunidad 1.2. Origen y transformación de las maras y pandillas 1.3. Caracterización de las maras y pandillas 1.4. Violencia en las maras y pandillas 1.5. Respuestas del Estado y de la sociedad civil 2. Historias de Vida de expandilleros en Guatemala 2.1. Comentarios sobre la metodología utilizada 2.2. Historia de vida de José Hernández, ex pandillero de la mara salvatrucha 2.3. Historia de Vida de Miguel Martínez, ex Pandillero de la Pandilla 18 3. Análisis de las historias de vida 3.1. Estructura familiar y contexto socioeconómico del pandillero 3.2. Proceso de socialización que lo condujo al pandillerismo 3.3. Percepción del Estado y del sistema de justicia penal 3.4. Actitudes frente a la autoridad del Estado 3.5. Proyecto de vida

Historias de vida de El Salvador

1. Contexto de las pandillas en El Salvador 1.1. Caracterización de pandillas juveniles 1.2. Aspectos generales de las pandillas juveniles 1.3. Origen de las pandillas juveniles 1.4. La transformación de las pandillas y la respuesta del Estado y la sociedad 2. Historias de vida de pandilleros en El Salvador 2.2. Comentarios sobre la aplicación del método utilizado 2.3. Historia de Vida de Dany 2.4. Historia de vida de Juancito: “Hay que ver la realidad del país, y lo que estamos pasando” 3. Observaciones y análisis de las historias de vida 3.1. Observaciones sobre la historia de Dany 3.1.1. Socialización temprana 3.1.2. Socialización adolescente-joven adulto

3.1.3. (Re) Socialización dentro del Sistema Penal 3.1.4. Proyecto de vida

3.2. Observaciones sobre la historia de Juancito 3.2.1. Socialización temprana 3.2.2. Socialización adolescente-joven adulto 3.2.3. Actitudes y análisis frente a la autoridad del Estado 3.2.4. Proyecto de vida

Relato de vida de Honduras

  1. Contextualización de las Maras y Pandillas en Honduras 1.1. Caracterización de las Maras y Pandillas 1.2. Origen y transformación de las Maras y Pandillas 1.3. Respuestas del Estado y la sociedad civil
  2. Relato de Vida de Honduras 2.1. Comentarios sobre la metodología utilizada 2.2. Historia de vida de Dolores, una ex pandillera
  3. Análisis del relato de vida 3.1. Estructura familiar y relaciones sociales 3.2. Proceso de socialización que la condujo al pandillerismo 3.3. Percepción del Estado y del sistema de justicia 3.4. Actitudes frente a la autoridad del Estado 3.5. Proyecto de vida

sus miembros. Este entendimiento, no obstante, debe ser tan integral como es el fenómeno de complejo; es decir, no limitarse únicamente en reducir a corto plazo los índices de criminalidad, sino en aprehender a esto jóvenes como hijos, hermanos y padres de una sociedad caracterizada tanto por sus altos niveles de violencia como por su anhelo de paz.

Adicionalmente es importante plasmar que la realidad de las maras y pandillas se encuadra en un contexto social adverso al desarrollo integral de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, pues los índices de pobreza combinados con abiertos corredores de tráfico de drogas, migrantes, trata de personas, comercio de armas, etc., hace de éste el ambiente ideal para la proliferación de las maras y pandillas. Del mismo modo, en un contexto que no olvida los conflictos armados internos, o guerras civiles de la región, pues dejaron muertes, enormes cantidades de armas y un impacto socio cultural respecto a la violencia y el conflicto social que, según muchos especialistas, aún no se ha resuelto. De hecho, el substrato de exclusión, desigualdad y pobreza extrema que dio origen a esos conflictos, aún está pendiente de resolución. Y finalmente en un contexto en el que la migración, la pobreza, las escasas oportunidades de empleo, la violencia en sus diferentes manifestaciones, el machismo, etc. han impactado profundamente en el modelo de familia en la región, sea ésta nuclear o extendida.

Precisamente por ello, la presente investigación, que se enmarca dentro del programa “ Políticas publicas para prevenir la violencia juvenil en Centro América ” –POLJUVE^1 –, el cual tiene como propósito fundamental fortalecer la capacidad de los Estados y de la sociedad civil de Centro América para enfrentar apropiadamente el creciente fenómeno de la violencia relacionada con las juventudes y la proliferación de las maras y pandillas en la región, parte de una visión transformadora, preventiva e integral. Por ello y tomando en cuenta que en la dinámica de investigación de POLJUVE se incluyeron a diversos sectores sociales involucrados y afectados por el fenómeno, la presente investigación de historias y relato de vida, incluye y analiza la vida de integrantes y ex integrantes de las dos pandil las más reconocidas en Guatemala, El Salvador y Honduras. La idea, por la naturaleza cualitativa de la metodología utilizada así como el enfoque “desde el sujeto y no desde el Estado”, es que las historias y relato de vida permitan comparar, contrastar e incidir en la temática a partir de las propias percepciones, aspiraciones y sugerencias de los pandilleros y expandilleros de la región.

(^1) El programa arrancó en julio del año 2008, y su primera fase concluyó en junio del 2009. Durante el período

se realizó un esfuerzo que proporcionó información de primera mano sobre la temática, lográndose así visualizar las respuestas desde el Estado y la sociedad civil organizada. Se realizó un mapeo de actores clave en cada país, en especial aquellos que trabajan en el eje de la prevención.La segunda fase cubrió de julio del 2009 a julio del 2010 y, entre otras muchas actividades, se formaron mesas de trabajo con representantes del “sector justicia” de los gobiernos de Guatemala, el Salvador y Honduras, con miembros de organizaciones de la sociedad civil y de organizaciones juveniles, debatiendo sobre el tema y proponiendo políticas públicas preventivas. Paralelamente, se iniciaron investigaciones desde la perspectiva de género en maras y pandillas, y se inició un sondeo sobre violencia juvenil en Haití y Nicaragua.En la tercera, actual y última fase, se elabora un plan de acción que implemente las estrategias emanadas de las mesas de trabajo, a la vez que se espera culminar los esfuerzos de investigación emprendidos en la segunda fase, ya resumidos.

En Guatemala, el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala – ICCPG^2 - estuvo a cargo, a través de las consultoras contratadas para el efecto, de llevar a cabo las Historias de Vida de dos ex pandilleros, uno de la mara Salvatrucha y otro de la pandilla 18; en El Salvador, a cargo de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho, -FESPAD^3 -, que llevó a cabo las Historias de Vida de dos pandilleros sin calificar. Y en Honduras, a través de un consultor, a cargo del Instituto para el Desarrollo Social y Participación Ciudadana -INDESPA^4 -, que llevó a cabo el relato de vida de una ex pandillera que representa, a nivel nacional, un caso emblemático respecto a la participación de mujeres en las maras o pandillas^5. Es imporante rescatar, no obstante, que la coordinación técnica y metodológica de los tres procesos de investigación estuvo acargo del ICCPG.

Con relación a la estructura y contenido de los tres informes, aquí unificados, cada uno cuenta con tres capítulos. El primero presenta la contextualización de las maras y pandillas en Guatemala, El Salvador y Honduras, tomando como referencia los estudios realizados sobre la problemática. De hecho contempla y define, en terminos generales, qué son las maras y pandillas para tener una idea específica de las diferencias y similitudes entre estos grupos, además de sus particularidades en relación a otros grupos; explora el origen de las maras y pandillas a partir de datos que explican su surgimiento en un contexto histórico, social, económico, político y cultural determinado, además de las principales transformaciones que han tenido desde su origen hasta la actualidad; y presenta los factores que favorecen su conformación y permanencia, y los efectos generados a nivel político y social.

El segundo capítulo presenta las historias y relato de vida de pandilleros y expandilleros de los tres países y la metodologia utilizada para el efecto. En el apartado de la metodología

(^2) El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala, ICCPG, es una institución

académica en las áreas de Política Criminal y Derechos Humanos, que lleva a cabo procesos de Investigación, Capacitación, Asesoría y Divulgación, para contribuir a la construcción de un movimiento de pensamiento y acción político criminal, que incida en el fortalecimiento del Estado Democrático de Derecho y la efectiva protección de los Derechos humanos. 3 La Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho, FESPAD, es una Institución salvadoreña de promoción humana, cuyo ámbito de aproximación a la sociedad es el Derecho, pues es en esencia: a) una Institución de actuación sobre los problemas socio- jurídico- políticos, concibiendo al Derecho como un instrumento político al servicio de la población salvadoreña y de los más débiles; b) una instancia de participación de la sociedad civil en la vida Nacional; y c) una institución de promoción y defensa de los Derechos humanos, del Estado Constitucional de Derecho y del desarrollo de las ciencias jurídicas. 4 El Instituto para el Desarrollo Social y Participación Ciudadana, INDESPA, es una Asociación Civil que tiene como objetivo fundamental la promoción y búsqueda del desarrollo social y humano en Honduras con el fin de preservar el capital social, natural, cultural y humano. Se especializa en temas de niñez y adolescencia y entre otros atiende el desarrollo de estudios especializados en Justicia Juvenil en Honduras. 5 Es importante resaltar el relato de vida de una ex pandillera, dado que la población femenina no supera el 20% de jóvenes incorporados a las maras y pandillas, además de ser una población que ha tenido escaso contacto con el sistema de justicia penal juvenil. Y precisamente por ello, se ha hecho un esfuerzo por rescatar la información cuya relevancia constituye un aporte significativo en la investigación, de manera que sea un aporte significativo desde la subjetividad de la entrevistada en cuanto al rol del Estado y la sociedad, así como del sistema de justicia penal juvenil.

sentido amplio, abordan sobre el fenómeno. Es decir, que la oferta de las maras y pandillas, a partir de factores de riesgo, es mayor frente a las opciones de inserción del sistema educativo o del de empleo para miles de jóvenes. Por ello, si no se interviene a tiempo el presente y el futuro, es poco optimista no sólo para ese estrato social sino para toda la población y el sistema democrático. De hecho, signos de ingobernabilidad y tildes de Estado fallido anuncian el descuido que se ha tenido en las políticas sociales inclusivas y dirigidas hacia la niñez, adolescencia y juventud.

En fin, se espera que las historias y relato de vida de pandilleros y expandilleros de Guatemala, El Salvador y Honduras contribuyan a la urgente necesidad de un enfoque más humanista y la importancia del rol del Estado como garante de derechos de una población carente de oportunidades^7. Del mismo modo, que impacte en diferentes sectores interesados en el tema y sirva para incidir en las políticas públicas a favor de la niñez, adolescencia y juventud, haciéndolas más cercanas a las condiciones de vida intra familiar y contextos comunitarios excluyentes, transgresores de derechos humanos y en condiciones muchas veces de altos índices de pobreza y violencia en sus diferentes formas. Y finalmente, que permita desde la subjetividad de los pandilleros y expandilleros, dar inicio a la reflexión y análisis de las medidas que, como Estado y sociedad, son urgentes llevar a la práctica en favor de la niñez, adolescencia y juventud.

(^7) Los adolescentes sin estudios ni trabajo, por ejemplo, constituyen un ejército de personas,

aproximadamente 650,000 (PNUD: 2010).

Historias de vida de un ex marero y un ex pandillero de

Guatemala

María Antonieta Cordón María Renne González

organizativos, bloqueo en satisfacción de necesidades básicas, falta de políticas públicas, entre otras. Se manifiesta por un poder desigual y con oportunidades en desventaja y distintas. Conlleva mecanismos de distribución social de la riqueza en forma inequitativa, pero que a través de una fuerza coercitiva obliga su cumplimiento. Es así que la violencia está presente en el mismo ordenamiento social y por lo tanto en sus estructuras” (Ríos, 2009:27).

Este tipo de violencia ha aumentado la inseguridad ciudadana debido a la impunidad frente a su crecimiento y frente a la delincuencia. El Informe Nacional de Desarrollo Humano, en el tema de seguridad, inseguridad y Estado, expone que “ antes del año de 1985, en las condiciones anormales creadas por el conflicto armado interno, aquellos valores asociados con la seguridad de las y los ciudadanos y el castigo de personas delincuentes se incumplieron, por lo que se entiende cómo en distintos momentos de la historia se fueron resignificando estos valores, pues diversos hechos de violencia ocurrieron en condiciones de impunidad. Desde ese año, la situación ha tenido variantes y la violación de los derechos humanos por parte del Estado ha sido sustituida por la actividad delictiva que producen desde la sociedad, los agentes privados” (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD–, 2010:193).

Los hechos delictivos así como las conductas criminales, sin castigo, han ido en aumento en los últimos años. La situación de impunidad ha creado una visión distorsionada de la justicia que ha permitido que la población haga justicia por sus propias manos; y, a su vez, que la seguridad sea un servicio comprado para quienes puedan pagarla, y los que no, queden desprotegidos.

De las diferentes fases de la violencia, la más repudiada y, por ende, la más temida es la muerte intencional ocasionada por otra persona, registrada como homicidio. A continuación se presenta la tasa de homicidios ocurridos desde el año 1995 al 2009.

Durante los últimos cinco años la tasa de homicidios ha aumentado en relación a los años anteriores. El 2009 se muestra como el año con mayor índice de violencia; sin embargo, los últimos cinco años se han mantenido con una diferencia porcentual de entre 2 ó 3%, de acuerdo a la gráfica, pero si se compara con los años anteriores, se observa una diferencia significativa desde el año 1997 hasta el año 2004, un período de 10 años en que se mantuvo una tasa menor de homicidios. Resulta interesante mencionar que los partidos políticos en los últimos cuatro periodos corresponden: de 1996 a 1999 al PAN, 2000 a 2003 FRG, 2004 a 2007 GANA, y de 2008 a 2011 a la UNE.

El estudio Violencia en Guatemala , expone que: “ si se compara el crecimiento de cada gobierno respecto al gobierno anterior, los porcentajes resultan así: respecto al gobierno del FRG, el aumento de la GANA fue de 53.65%, mientras que, respecto a la GANA, el aumento de la UNE es de 15.99%. Esto significa que si bien el crecimiento de asesinatos ha sido constante, el ritmo ha sido distinto… el crecimiento del FRG fue más moderado y se advierte que el crecimiento más significativo se da en el gobierno de Berger y la GANA” (González, 2011:14).

Sobre la violencia homicida contra la juventud, adolescencia y niñez, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia –UNICEF– reporta: en 2009, 526 homicidios de niños, niñas y adolescentes; y, entre el 1 de enero y el 24 de octubre de 2010, 420. En el mismo informe, agrega: “ Estas cifras son sólo la punta del iceberg, ya que por su misma naturaleza, la violencia suele acompañarse de silencio y temor… un promedio de cuatro niños mueren mensualmente a consecuencia de balas perdidas”^9_._

Aunque en las cifras de homicidios pareciera que el registro es bastante confiable, por ser elaborado por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala –INACIF– y el Ministerio Público –MP–, en realidad no lo es necesariamente, ya que se carece del mismo en el tema general de la violencia ocurrida en el país. Esta falta de confiabilidad no sólo se da en los registros de estas instituciones –INACIF y MP– sino también en las otras instituciones del sistema de justicia penal –Organismo Judicial (OJ), Instituto de la Defensa Pública Penal (IDPP) y Policía Nacional Civil (PNC)–, debido a que para que un hecho de violencia sea registrado la víctima debe denunciarlo. El efecto de la falta de la denuncia es que “esta criminalidad denunciada es bastante inferior a la llamada criminalidad real. Por otro lado se requiere que las autoridades le den a la denuncia el respectivo trámite y promuevan un proceso judicial. Tales actuaciones tampoco son ajenas a los niveles, o al tipo de actores, de la violencia” (CIEN, 2002:6). Por tanto, se toma como referencia la información proporcionada por entidades encargadas de atender la problemática de la violencia, que como ya se mencionó, no registran la totalidad de los casos, debido a la denominada cifra negra.

(^9) PUBLIMETRO en: http://www.publimetro.com.mx/noticias/pide-unicef-a-guatemala-detener-asesinatos-

de-ninos-y-adolescentes/njkk!mcrCjP6z92aGEtrlf6D4Pw/ publicado el 11-11-2010.

público-estatal. Los guatemaltecos perciben más agudamente esta debilidad de su entorno” (PNUD, 2010:216).

Este comentario, tanto como la gráfica, reflejan el sentir de la población guatemalteca a partir de que ya se han hecho públicos algunos procesos contra agentes y más significativo aún, el porcentaje que se muestra, en el caso de Guatemala.

La gráfica siguiente pretende mostrar en qué medida el sistema de justicia favorece la impunidad, por el crecimiento de la violencia cuantitativa. Se toman como referencia los datos sobre juzgados de niñez y adolescencia y adolescentes en conflicto con la ley penal, que no son significativamente distintos de los otros juzgados del Organismo Judicial.

En la gráfica anterior se puede observar que más del 80% de los casos de adolescentes en conflicto con la ley penal, que llegan a juicio, son resueltos por otras vías; es decir, que desde la percepción ciudadana no se identifica, juzga y sanciona a los responsables. Mientras en el 20% de los casos –casi la quinta parte–, la sentencia fue condenatoria 19% y absolutoria 1%. Ahora bien, cuando los niños y las niñas son las víctimas, las estadísticas son más alarmantes. Según UNICEF “ más del 90 por ciento de casos de delitos cometidos con los niños en Guatemala no son resueltos por el sistema de justicia”^10_._

Además la percepción generalizada es que se juzga y sanciona a los responsables por delitos menores, pero la mayoría de los casos de delitos graves queda en la impunidad. De acuerdo con la Memoria de Labores del Ministerio Público de Guatemala , “para el año 2008… la efectividad del Ministerio Público fue del 6.37% de todos los casos penales recibidos; esto implica que el 93.63% de los casos penales que ingresaron al sistema de justicia penal durante el año 2008 no recibieron una respuesta efectiva”. Y continúa su

(^10) PUBLIMETRO en: http://www.publimetro.com.mx/noticias/pide-unicef-a-guatemala-detener-asesinatos-

de-ninos-y-adolescentes/njkk!mcrCjP6z92aGEtrlf6D4Pw/ publicado el 11-11-2010,

análisis exponiendo que “ la impunidad es aún mayor en los delitos graves: en el caso de los homicidios, investigaciones recientes calculan que la efectividad es de aproximadamente el 2% de los casos ingresados; en el de las violaciones, las condenas penales representan solamente el 2.7% de los casos ingresados al sistema; y en los delitos de evasión fiscal, aproximadamente un 96% de los casos ingresados quedan en la impunidad” (Monterroso, 2009:46).

El análisis anterior plantea los niveles de impunidad que existen en el sistema de justicia reales e imaginarios, ya que no se atienden las problemáticas que tienen un fuerte impacto en la sociedad. Esto es una muestra de lo que ocurre aún efectuando la denuncia y de cómo el Estado no asume la responsabilidad de investigar los hechos de violencia y así contribuye al aumento de los mismos.

Se cierra así un ciclo de causas y efectos del fenómeno de la violencia estructural que se comentó al inicio de este capítulo. La misma violencia ha creado y mantenido los factores que de alguna forma influyen en las condiciones de precariedad (crecimiento poblacional, cultura del consumismo, economía informal) que han convertido a la niñez y juventud en un factor determinante para la economía familiar; también ha desencadenado otros factores como la deserción escolar, el trabajo infantil, el desempleo, la explotación laboral y el analfabetismo. Todos estos factores son atribuidos como causas de los hechos delictivos, de ahí que la violencia atribuida a las maras y pandillas se relacione con los contextos de precariedad, más que con las condiciones de impunidad.

Las maras y pandillas se han convertido en sinónimo de violencia, puesto que se les ha asignado por parte del Estado diversos hechos delictivos, como las extorsiones y los homicidios, entre otros; se ha generado así temor y desconfianza en la población hacia la juventud. Sin embargo, es importante dar a conocer algunos datos sobre la violencia atribuida a la niñez y juventud, que pueden servir de marco de referencia a la situación actual, sobre todo a partir de las acciones de las instituciones del Estado.

entrevistadas que la pobreza sí es un motivo importante para que se produzcan hechos de violencia”; lo que no se reconoce es que la pobreza, así como sus causas y efectos, sólo puede ser explicada por la violencia estructural y no como un fenómeno independiente de ésta. Es decir, la violencia estructural es un marco que facilita la coincidencia entre la pobreza y la impunidad y, por tanto, la comisión de delitos por maras y pandillas u otras bandas organizadas, como el narcotráfico, los roba carros, los secuestradores; y otro sin fin de personas y redes vinculadas a la corrupción, tráfico de influencias, lavado de dinero, trata de personas, etc.

1.2. Origen y transformación de las Maras y Pandillas

De acuerdo a Goubaud “la integración de latinos a pandillas de Estados Unidos se debió a la defensa de sus espacios laborales y de vivienda, en donde se habían tenido que asentar luego de su migración a raíz del conflicto armado interno, en el caso de Guatemala y El Salvador. Además se agruparon para reaccionar a las políticas migratorias del país, en donde por cualquier causa eran deportados... Durante los años 80 las políticas migratorias se hicieron más severas, por lo que las deportaciones eran masivas, denigrantes y humillantes. Esta situación provocó mucha agresividad y violencia en la juventud que pertenecía a maras y pandillas, puesto que eran detenidos sin motivo legal, es decir, sin estar cometiendo actos ilícitos o delitos” (2009:4).

En el caso específico de Guatemala, Deborah Levenson (1998) presenta en su libro Por sí Mismos: Un Estudio Preliminar de las Maras en la ciudad de Guatemala , una escena urbana que parte de los años 50 hasta los años 80, y que en su esencia no ha tenido profundas transformaciones. Esta es la base que se toma como referencia para explicar el marco histórico y social en que surgen las maras y pandillas en este país.

Desde hace más de 50 años la toma de tierras ha sido más común para las personas que pertenecen a la clase empobrecida, ello bajo una improvisación de vivienda. Una parte de la población que vive en la ciudad habita en asentamientos precarios, hoy nombrados comunidades urbano marginales. Este tipo de urbanización desconocida, improvisada, necesitada, como la Limonada, El Mezquital, Guajitos, Ciudad Peronia, Valle Dorado, Ciudad Real, El Incienso, entre otras, son colonias que viven en condiciones precarias, por las limitaciones en el acceso al agua potable, luz eléctrica, sistema de drenajes, pavimentación, ausencia o condiciones inadecuadas en el servicio de salud y educación. Como resultado de vivir en estas condiciones, la juventud que habita estas áreas es marginada por la sociedad, precisamente por habitar en condiciones de pobreza, hacinamiento y violencia por la alta influencia delincuencial.

Tanto en aquel tiempo (del que parte Levenson) como en la actualidad, el Estado no ha garantizado los servicios básicos, consistentes en vivienda, agua, alimentación, energía eléctrica, transporte, drenajes y recolección de basura; razón por la cual, la población se ha organizado para exigir soluciones a estas problemáticas, y en algunos casos, no sólo exigirlas sino también atenderlas ellos mismos.

Demoscopía (2007:xii) explica, siguiendo la tesis de Hagedorn que la globalización de las pandillas se debe a diversos factores, entre ellos: la urbanización, el debilitamiento de organizaciones sociales al servicio de la juventud, el fortalecimiento de identidades culturales alternativas, la polarización económica (desigualdad social y marginación), la migración y deportación. Además, debe tomarse en cuenta el crecimiento poblacional y la ausencia de un plan de inclusión de la juventud dentro del mercado laboral y del Estado como factores que favorecen el crecimiento de las pandillas.

El crecimiento poblacional en la ciudad se debe a múltiples factores, entre ellos, la migración rural al área urbana, en la medida en que el capitalismo en el campo ha expulsado a los campesinos y campesinas de sus tierras. Además de la migración por causas naturales, como el terremoto de 1976, huracanes como el Mitch en 1998, sin olvidar las causas sociales e históricas como la guerra interna y la represión vivida durante muchos años. Esto ha favorecido la búsqueda de alternativas para atender la situación económica, el empleo y la tierra disponible en los asentamientos.

Ha crecido la tendencia a una economía popular o informal que apenas facilita la sobrevivencia de la población, y se sirve de ella limitando su desarrollo económico. Según la ENCOVI 2006 (INE, 2007:16) la tasa de sub empleo visible es de 15.4% de la población en condiciones de trabajar, de 10 años o más.

Por su parte, la cultura del consumismo ha creado necesidades, sobre todo en la juventud y ha transformado el valor del ser como persona, al valor del ser por el tener, que junto a los factores ya mencionados, ha desencadenado la desigualdad, la discriminación y la exclusión.

Levenson hace énfasis en la historia de la organización juvenil, la cual ha sido de vital importancia en la historia guatemalteca y los movimientos juveniles protagonistas desde los años 30. Ante situaciones políticas que afectaban a la población, sobre todo estudiantes de las escuelas e institutos públicos, se organizaban y protestaban ante el gobierno de turno en relación a temas como: fraude electoral, transporte, educación – analfabetismo–, desempleo e injusticia laboral, entre otros.^11

Es decir, en aquel momento la juventud se encontraba en un contexto de violencia política y social y se convirtió en el foco de persecución, exclusión y estigmatización. En aquel tiempo como en la actualidad, se le ha atribuido a la juventud el papel protagónico en los hechos de violencia, invisibilizando sus esfuerzos de participación social para la transformación al significar una amenaza para el gobierno, puesto que al exigir sus derechos y los de la población en general ponen en evidencia las condiciones de desigualdad que imperan en el país.

(^11) Para más detalles véase: II. Buscando El Porvenir, en Por sí Mismos: Un estudio preliminar de “maras” en la

ciudad de Guatemala. AVANCSO. Cuaderno de Investigación No. 4.