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La inducción miofascial, una terapia que busca liberar las restricciones en las fascias del cuerpo para mejorar la movilidad y reducir el dolor. Se explica qué es la fascia, cómo se produce la disfunción miofascial y cuáles son las características del dolor asociado. También se detallan las técnicas utilizadas para influir en la forma de la fascia y liberar las restricciones.
Tipo: Apuntes
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Qué es la inducción miofascial La inducción miofascial o liberación miofascial es una terapia dirigida a las fascias del cuerpo e indirectamente al resto del aparato locomotor y también al resto de estructuras y vísceras. La fascia es un tejido conectivo que envuelve los músculos, huesos y articulaciones, vísceras y estructuras nerviosas y vasculares, protegiendo y manteniendo la estructura del cuerpo unido, dándole la forma que tiene. Al mismo tiempo que separa un compartimento para cada estructura, los une entre sí de forma que todas las fascias del cuerpo están unidas en una red. Este tejido tiene un gran contenido en colágeno que puede sufrir acortamiento y endurecimiento (y con él la estructura en la que está integrado) cuando determinadas fuerzas actúan sobre él. La acción de estos “traumatismos” producen restricciones en la movilidad de las fascias que desembocan en alteración de la función y consecuente aparición de dolor. Como además el sistema fascial del cuerpo forma una red ininterrumpida, la lesión en una parte de la fascia puede causar alteraciones en otras zonas distantes a través de las compensaciones que hace el cuerpo para recuperar su equilibrio y mantener sus principios de economía y no dolor. Estos “traumatismos” que pueden afectar a la fascia pueden ser tanto impactos mecánicos, golpes, caídas, intervenciones quirúrgicas, como vicios posturales, estrés y otras alteraciones emocionales. Características de la disfunción miofascial La disfunción miofascial tiene unas características determinadas: suele ser un dolor sordo y difícil de ubicar y describir y que con frecuencia es más intenso por la mañana, apareciendo con una cierta rigidez al despertar que va mejorando durante el día; se acompaña de dificultad para conciliar el sueño y para mantenerlo, fatiga e incluso con tendencias atópicas. Las técnicas miofasciales aprovechan las propiedades coloidales del colágeno para influir en la forma de la fascia. También busca liberar las restricciones que no dejan al colágeno presentar su verdadera estructura. Éste es capaz de volver a su forma líquida y maleable original mediante fuerzas externas, en concreto mediante fuerzas mantenidas de compresión o estiramiento. El objetivo, pues, de las maniobras será eliminar restricciones locales, en el caso de las técnicas superficiales, y la liberación de los componentes con colágeno, lo que se conseguirá con las técnicas profundas. El paciente lo percibirá como una presión suave de las manos del rehabilitador (esto se debe que situamos el contacto para realizar la técnica sobre las fascias más superficiales, situadas a nivel subdérmico) y que se mantiene fija durante un determinado tiempo, imprescindible para inducir esos cambios en el colágeno.
¿Cómo es el tratamiento con inducción miofascial? La inducción miofascial es un método de evaluación y tratamiento muy agradable y profundamente relajante, en el que el rehabilitador, ejerciendo con sus manos una muy ligera compresión constante y estiramiento en determinadas zonas del cuerpo y a través de posiciones específicas, facilita que el sistema miofascial , ajustando tensiones por sí mismo a través de movimientos en ocasiones apreciables por el paciente, y en otros casos apenas perceptibles, se libere, se relaje y se estire en búsqueda del equilibrio. Se utilizan dos tipos de maniobras:
- Técnicas superficiales Deslizamiento en J, deslizamiento transverso y deslizamiento longitudinal: destinadas a eliminar las restricciones a nivel superficial, produciendo un estiramiento que actúa sobre el componente elástico fascial principalmente, con el fin de destruir los entrecruzamientos patológicos. - Técnicas profundas Técnica de manos cruzadas, de planos transversos y técnica telescópica: se utilizan para eliminar restricciones profundas y en partes distales. Según sea la técnica, la maniobra es algo diferente, pero generalmente se realiza un preestiramiento de los tejidos, para actuar sobre el componente elástico y una compresión suave pero constante y de larga duración, para actuar sobre los componentes colagenosos , que se deformarán de manera más o menos permanente, debido a su capacidad viscoelástica. Se considera que con la inducción miofascial se puede actuar a distintos niveles, estructural, visceral y del sistema craneosacro. El método de inducción miofascial resulta muy útil en el tratamiento de gran cantidad de patologías que afectan a los tejidos blandos , como problemas musculares, tendinosos, a nivel de las cápsulas articulares, tras inmovilizaciones prolongadas, en cicatrices postraumáticas y postquirúrgicas, por supuesto en el tratamiento del «síndrome miofascial» al igual que parece ser de gran ayuda en el abordaje de otros tan complejos como la fibromialgia, etcétera. Puede potenciar o facilitar la realización posterior de otras técnicas fisioterapéuticas , como movilizaciones articulares, neurales, estiramientos miotendinosos, tratamiento postural