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El sistema inmunitario y cómo funcionan las vacunas, su importancia y cómo actúan para prevenir enfermedades. Además, se detalla qué contiene una vacuna, sus efectos secundarios y los diferentes tipos de vacunas existentes. Se incluye una tabla de contenido con enfermedades prevencidas por las vacunas.
Tipo: Diapositivas
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Las Vacunas Roxana Lizeth García Moreno Monserrat Gómez Méndez Laboratorio de propedéutica en enfermería Martin Adrián Contreras Salazar
Las vacunas
La primera vez que el cuerpo encuentra un germen, puede tardar varios días en generar y usar todas las herramientas necesarias para combatir los gérmenes y superar la infección. Después de la infección, el sistema inmunitario recuerda lo que aprendió sobre cómo proteger el cuerpo de las enfermedades. El cuerpo mantiene algunos linfocitos T, llamados células de memoria, que entran en acción rápidamente si el cuerpo vuelve a encontrar al mismo germen. Cuando se detectan antígenos conocidos, los linfocitos B producen anticuerpos para atacarlos.
Tras vacunarnos, nuestro sistema inmunitario produce anticuerpos, como ocurre cuando nos exponemos a una enfermedad, con la diferencia de que las vacunas contienen solamente microbios (como virus o bacterias) muertos o debilitados y no causan enfermedades ni complicaciones.
La vacunación es una forma segura y eficaz de prevenir enfermedades y salvar vidas, hoy más que nunca. En la actualidad disponemos de vacunas para protegernos contra al menos 20 enfermedades, entre ellas la difteria, el tétanos, la tos ferina, la gripe y el sarampión. En su conjunto, esas vacunas salvan cada año tres millones de vidas.
Cómo funcionan las vacunas Las vacunas ayudan a desarrollar inmunidad al imitar una infección. No obstante, ese tipo de infección no provoca enfermedad, pero sí hace que el sistema inmunitario produzca linfocitos T y anticuerpos. A veces, después de aplicar una vacuna, la imitación de la infección puede provocar síntomas menores, como fiebre. Esos síntomas menores son normales y previsibles mientras el cuerpo desarrolla la inmunidad.
Una vez que la imitación de la infección desaparece, al cuerpo le queda un suministro de linfocitos T de “memoria” y también de linfocitos B que recordarán cómo combatir esa enfermedad en el futuro. Sin embargo, el cuerpo suele tardar algunas semanas en producir linfocitos T y linfocitos B después de la vacunación. Por lo tanto, es posible que una persona que contrajo una enfermedad por infección justo antes o justo después de vacunarse desarrolle síntomas y contraiga la enfermedad, porque la vacuna no tuvo suficiente tiempo de brindar protección.
Como todos los medicamentos, las vacunas pueden causar efectos secundarios leves —por ejemplo, fiebre baja, dolor o enrojecimiento en el lugar de inyección—, que desaparecen espontáneamente a los pocos días. Raramente producen efectos secundarios más graves o duraderos: la probabilidad de sufrir una reacción grave a una vacuna es de uno entre un millón. Las vacunas se someten a una vigilancia continua para garantizar su inocuidad y detectar posibles efectos adversos, que son infrecuentes. ¿causan efectos secundarios?
Las vacunas de virus vivos atenuados combaten virus. Esas vacunas contienen una versión del virus vivo que fue debilitado para que no provoque enfermedad grave en personas con un sistema inmunitario sano. Como las vacunas de virus vivos atenuados son lo más parecido a una infección natural, son buenas maestras para el sistema inmunitario. Algunos ejemplos de vacunas de virus vivos atenuados son la vacuna contra sarampión, paperas y rubéola y la vacuna contra la varicela. Aunque esas vacunas son muy efectivas, no todos pueden recibirlas. Los niños con un sistema inmunitario debilitado —por ejemplo, los que reciben quimioterapia— no pueden recibir vacunas de virus vivos.
- Las vacunas inactivadas también combaten virus. Esas vacunas se crean inactivando, o matando, el virus durante el proceso de fabricación de la vacuna. La vacuna antipoliomielítica inactivada es un ejemplo de ese tipo de vacuna. Las respuestas inmunitarias que producen las vacunas inactivadas son diferentes de las de las vacunas de virus vivos atenuados. A menudo, se necesitan múltiples dosis para desarrollar y/o mantener la inmunidad. - Las vacunas de toxoides previenen enfermedades provocadas por bacterias que producen toxinas (venenos) en el cuerpo. En el proceso de fabricación de esas vacunas, las toxinas se debilitan para que no puedan provocar enfermedad. Las toxinas debilitadas se llaman toxoides. Cuando el sistema inmunitario recibe una vacuna que contiene un toxoide, aprende a combatir la toxina natural. La vacuna DTaP contiene toxoides de difteria y tétanos.
El esquema de vacunación es una recomendación basada en evidencia, que permite a una población decidir la forma en que puede prevenir, en diferentes grupos de edad, enfermedades transmisibles por medio de la inmunización de sus habitantes.
Las vacunas protegen contra muchas enfermedades, entre ellas: