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Elucidación de sus conceptos fundamentales, reconstrucción de su estructura y consecuencia del análisis sobre algunas discusiones metatéoricas a su alrededor
Tipo: Tesis
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Tesis presentada con el fin de cumplimentar con los requisitos finales para la obtención del título Doctor de la Universidad de Buenos Aires en Antropología
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La estructura de la teoría de la selección natural
Doctorado en Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
La tesis doctoral, aunque sea en un sentido simbólico, es el resultado tangible de un extenso camino formativo. Constituye una excelente oportunidad esta, en consecuencia, para expresar gratitud a aquellos que han resultado actores principales sin los cuales la lenta escalada de este monte de lo improbable que culmina en este voluminoso producto, hubiese sido imposible. Como sabe cualquiera que haya reflexionado algo al respecto de la evolución o acerca de otros fenómenos históricos minados por la contingencia, los momentos iniciales del proceso son los más determinantes e influyentes sobre el curso posterior de los eventos. Así, quisiera comenzar agradeciendo a mis padres, no sólo por el mecenazgo económico y afectivo, sino porque, la curiosidad y amor desinteresado de mi madre por la ciencia, el arte (^) y la naturaleza, y el
armado de una valija al tendido de una red de cable de internet en una ciudad importante, consiste en destejer el estado presente de la cuestión, clarificar objetivos y reconstruirla de manera más fructífera) han influido en mi perspectiva académica más de lo que ellos pueden imaginar. Tiene un significado especial para mi, discutir puntos de vista con gente no especialista en los temas específicos de la tesis. Ellos pueden apreciar con más claridad si los resultados obtenidos son interesantes por fuera de las discusiones especializadas, permitiendo evitar escolasticismos propios del esoterismo que suelen asumir las discusiones filosóficas. Así, aprecio profundamente las discusiones y charlas que he mantenido con mis amigos Martín Ahualli, Rodrigo Moro y Luciano Piazza. Por supuesto este valor es minimo comparado con el afectivo y la importancia que tienen en general en mi vida, pero este es lugar de agradecimientos académicos. En la misma dirección, agradezco especialmente a Andrea Melamed. Convivir con una filosofa, puede complicar las discusiones cotidianas en exceso, pero se ha vuelto una
redacción de la tesis, me ha acompañado a congresos, me ha escuchado una y otra vez hablar obsesivamente de estos temas, me los ha discutido, me ha ayudado a ponerlos en mejores términos, con amor y, por sobre todo, paciencia.
Martín, Rodrigo, Lucho y Andrea, que sus producciones no sean acerca de la temática específica de esta tesis explica que no aparezcan citados. La influencia que han tenido sobre mis perspectivas y mis resultados es, sin embargo, enorme. El juicio que tengan sobre mi trabajo es fundamental. Andrea y Rodrigo, además, se tomaron el trabajo de leer versiones previas de esta tesis haciéndome aportes en todos los casos valiosos. Debo agradecer a Cristina González y Alejandro Cassini, quienes fueron profesores míos durante la carrera, y luego compañeros de trabajo y de investigación en la Universidad de Buenos Aires. Fueron jurados de mi tesis de licenciatura y me aconsejaron que siguiera trabajando sobre el mismo tema en la tesis doctoral, además de hacerme comentarios valiosos que se recogen en esta tesis. La tesis presupone las herramientas brindadas por el estructuralismo metateórico. Pero el estructuralismo metateórico no es sólo un grupo de herramientas sino que es un programa, una comunidad de especialistas que se reúne, discute y trabaja en equipo. Debo agradecerles a todos ellos, en especial a los estructuralistas iberoamericanos "comandados" por Ulises Moulines. Los resultados obtenidos dependen completamente de los logros realizados por esta comunidad. Han sido especialmente influyentes, tanto a través de discusiones en distintos ámbitos, como en comentarios a lecturas de mis textos, Mario Casanueva, Jose Diez, Jose Luis Falguera y César Lorenzano. A ellos mi especial agradecimiento por toda su ayuda y, sobre todo, por tomarme como un interlocutor válido. Quisiera agradecer al grupo de estructuralistas más cercano, el dirigido por Pablo Lorenzano, con quienes discutimos acaloradamente horas y horas todos nuestros aportes. Tener un grupo de trabajo interdisciplinario de este nivel elevado resulta en la mejora de todos mis puntos de vista y en el modo de presentarlos. A todos ellos mi agradecimiento, en especial a Damel Blanco, Christián Carman y Mariano Lastiri, con quieres he trabajado en colaboración sobre algunos puntos de la tesis. Daniel ha tenido una especial influencia, pues con él hemos venido trabajando codo a codo sobre estas cuestiones de filosofía de la biología, (^) y nos hemos venido influyendo mutuamente de un modo que ya se vuelve difícil de determinar. Además, ha leído la tesis haciéndome comentarios en todos los casos valiosos. Adquiere un lugar especial en esta sección de agradecimientos, Pablo Lorenzano, mi director de tesis de licenciatura y de tesis doctoral (motes que en estos tiempos burocráticos han reemplazado al más natural de "maestro"). Trabajar a su lado ha resultado por lejos el aspecto fundamental de mi formación como investigador y profesor. Muy por encima de los
- Introducción.... ..................................................... - Capítulo 1 - El ámbito de aplicación de la teoría de la selección natural - 1.1. El concepto de adecuación al ambiente ... - 1.2. Funciones - 1.3. Reconceptuali.zación poblacional - 1.4 Conclusiones parciales...... - Capítulo 2 - La versión intuitiva de la teoría de la selección natural - 2.1. Selección natural como conjunto de hechos e inferencias
Tabla de figuras: Figura 1 - Ilustración original de una Orchis mascula de The various contrivances by which orcbids are fertilized by insects de Darwin (1877b, p. 8)................................................................. Figura 2 - Ilustraciones del libro de las Orquídeas de Darwin sobre efectos del polinio ........... 36 Figura 3 - Niveles de lenguaje en.la obra de Darwin. ........................... ........................................... 39 Figura 4 - Rama del favorecimiento de la fecundación cruzada desplegada de la red teórica de TFB. ........................... .............. .......................................................................................... ...................... 49 Figura 5 - Argumento de Darwin a favor de la probabilidad de que la selección natural haya ocurrido. ............................................................................................................... ................................... 71 Figura 6 - Reconstrucción del argumento de Darwin según Wallace ............................................ Figura 7 - Selección natural según Julian Huxley. ......... ................................ ................................... 73 Figura 8 - Selección natural según Mayr. ....................... .. ..... ............................................................. 74 Figura 9 - Común denominador de todas las reconstrucciones analizadas. ............. .................... 74 Figura 10 Selección individual simple según Kitcher ........ ...................................................... ...... 78 Figura 11 - Selección natural según Skipper & Millstein ............. .......... ........................ ................... 79 Figura 12 - Ley fundamental de la teoría de la selección natural según Brandon........................ Figura 13 - Red teórica de TSNS que surge de las diferentes instanciaciones de "aptitud" en los casosexaminados ........................................................ .......................... ......... .................. ...................... 93 Figura 14 - Distinciones posibles dentro de TSNS según Endler .......................... .. .................... 112 Figura 15 - Pájaro con una betularia típica en su boca. Imagen que ilustra el artículo de Kettlewell(1956).................................................................................................................................. Figura 16 - Presentación de TSNS de Ridley en su manual Evolution (Ridley 2004).............. Figura 17 - Ilustración del funcionamiento de TSNS en la segunda edición de Evolution de Ridley..... ........ .................................... .................................................................................................... 135 Figura 18 - Aproximación a una órbita cuadrada con 10 epiciclos. Tomado de Carman (2005) ............................................................................................................................ Figura 19 - Patrón explicativo de la descendencia común según Kitcher ..................................
acerca de la naturaleza y origen de la finalidad, empapó nuestros marcos conceptuales, nuestras creencias metafísicas, nuestra interpretación del mundo que nos rodea en general. Cómo señala Dewey en su ensayo, el cosmos adquirió su orden en base a una finalidad de origen extrínseco y trascendente, que invitó a pensar en una causa primera por afuera de sus bordes, y habilitó el acceso a estas causas por medio, de mecanismos distintos de aquellos por los cuales conocemos sensiblemente. El desafío más grande de los filósofos antimetafisicos que desconfiaban del acceso privado, incomunicable e intuitivo a dudosas verdades acerca del mundo, fue deshabilitar esta inferencia que desde la finalidad en el mundo se dirigía a la conciencia diseñadora. Los mismos héroes de la antirnetafisica, Hume y Kant, fueron incapaces de afrontar con éxito la tarea. Criticando el viejo argumento del diseño, sólo lograron señalar que no era a un cierto dios trascendente a lo que tal argumento apuntaba, puesto que bien podía implicar un grupo de mecánicos estúpidos (Hume [1779] 1980), o un demiurgo con las manos sucias de la creación (Kant 1787), respectivamente. Pero no hay ninguna falacia en el paso de la creación al creador. La fuerza con la que las montañas se diferencian de las pirámides, es la misma fuerza con que las piedras se diferencian de los amonites. Los físicos y astrónomos modernos, con mucho esfuerzo, lograron separar el caer de los objetos de la prosecución de fines, pero la testaruda prosecución de los organismos vivos siguió formando parte del terreno enemigo. Descartes, los separó alejando la finalidad de sus tareas como físico y matemático, conectándola al mundo material glandularmente, en nuestras mentes humanas y transformando a los organismos vivos en máquinas. Newton, quien cno realizaba hipótesis', escribió a pulso firme:
Este extremadamente admirable sistema del Sol, de los planetas y de los cometas sólo pudo originarse por el proyecto y la potencia de un Ser inteligente y potente. Y si las estrellas fijas son centros de otros sistemas análogos todos éstos —ya que han sido formados por un proyecto idéntico— deben sujetarse al dominio del Uno; sobre todo porque la luz pasa desde cada sistema a todos los demás sistemas: (^) y para que los sistemas de las estrellas fijas no caigan por causa de su gravedad, los unos sobre los otros, colocó estos sistemas a una inmensa distancia entre sí (Newton 1687, L. III).
Las cosas cambiaron. Hace años vengo preguntando en mis cursos cómo se explica que los planetas vayan justo a la velocidad media a la que tienen que ir a la distancia del Sol a la que se encuentran, para no caer al sol ni superar la velocidad de escape que los aleje por siempre del sistema solar. Luego de un tiempo considerablemente corto, y de algunos intentos azarosos, la respuesta correcta se abre camino: "es que los que iban a otras velocidades se cayeron o se
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alejaron". ¿Qué cambió desde aquel ya lejano siglo XVII para que la respuesta no surgiera en una de las mentes más brillante de todos los tiempos, con respecto a nuestro reciente siglo XXI en la que aparece en boca de estudiantes, de educación científica casi nula? Por más que casi nadie tenga en claro exactamente qué fue lo que dijo, Darwin se abre camino a través de las mentes más vírgenes de conocimiento. Mal que, al menos en algún sentido, les pese a los defensores de la revelación divina, del acceso místico a la verdad, o a los que consideran que la investigación científica no es un fin en sí mismo, sino la investigación de la mente de un creador, y pese a su estado de inacabado, la revolución (filosófica y científica, si tal distinción es posible) darwiniana se encuentra en ese período de cristalización en la que ha pasado a formar parte de la concepción de mundo de la sociedad. El problema consiste en aceptarlo, explicitarlo y en saberlo. En reconocernos inexorablemente darwinianos en nuestra concepción del mundo, y en dejar de llorar la muerte de deidades arquitectas y protectoras, para admirar y disfrutar, en la medida de lo posible, de la contingencia del mundo que nos rodea, por un lado, y, principalmente, para superar (^) y reemplazar objetivos anquilosados en nuestras predisposiciones y disposiciones vestigiales.
Aunque la historia prueba que se trata de una alucinación, persiste la convicción de que todas las cuestiones que la mente humana se ha planteado pueden ser contestadas por las alternativas que tales cuestiones presentan. Sin embargo, el hecho cierto es que el progreso intelectual tiene lugar normalmente merced al total abandono tanto de las cuestiones como de las alternativas que éstas plantean, un abandono que resulta de su envejecimiento y de su capacidad para suscitar nuestro interés. No solucionamos los problemas: los superamos. Las viejas cuestiones se resuelven porque desaparecen, se evaporan, al tiempo que toman su lugar los problemas que corresponden a las nuevas aspiraciones y preferencias. Es indudable que el mayor disolvente de las viejas cuestiones en el pensamiento contemporáneo, el mayor catalizador de nuevos métodos, nuevas intenciones y nuevos problemas es el originado por la revolución científica que encontró su clímax en Elorgen de las especies (Dewey 1910, p. 19).
Considero que el panorama pintado por Dewey es acertado y todavía actual. Tal vez sea posible plantearse la extensión de su diagnóstico, pero no que el diagnóstico es adecuado en cierta medida. Siendo así, la falta de reflexión al respecto de Darwin en la filosofia, resulta, o bien un síntoma de una filosofía extemporánea, o bien una falta de reflexión al respecto de las influencias reales sobre los puntos de vista actuales. No es mi intención resolver la disyuntiva, sino señalar que, por cualquiera de sus cuernos, el dilema nos lleva al mismo destino. Es inexorable una reflexión al respecto de la extensa obra de Darwin (^) y acerca de sus ideas y sus consecuencias.
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extraordinaria, es decir, por fuera de los cánones establecidos. Como cualquiera que quiere decir algo nuevo, pero también pensarlo, Darwin debe valerse del lenguaje disponible, enfrentándose al desafío de presentar una perspectiva revolucionaria en un lenguaje viejo (^) y en cierta medida incompatible con dicha perspectiva. Es habitual que los manuales no expliciten todas las leyes utilizadas, ni siquiera todos los conceptos utilizados. La tarea reconstructiva es, en consecuencia, necesariamente interpretativa. Al tratar con textos como los de Darwin, la tarea es todavía más compleja, porque ni siquiera se cuenta con nomenclatura aceptada con significados fijados. Esto, sin embargo, que podría constituir un obstáculo infranqueable, no ofrece un panorama tan grave. Pues Darwin, es un escritor con mucha claridad en su pensamiento y en la forma de expresarlo y, sus escritos tienen un grado de elaboración tal que seguramente explica en parte su éxito retórico. Las estructuras explicativas —si bien no- se encuentran en un grado de elaboración al punto de que Darwin pueda ofrecer una versión de su propia teoría con relativa claridad, obligándome a buscarla en sus aplicaciones— se instancian en sus casos siempre con todos (^) sus componentes. Una vez explicitada, se la encuentra instanciada una y otra vez a lo largo de toda su obra. Creo que la razón por la cual la estructura que plantearé ha resultado (hasta donde sé) inadvertida es que nadie se había acercado a los textos de Darwin con las herramientas metateóricas adecuadas. El objetivo de la tesis es, por lo tanto, realizar esta reconstrucción, mostrando el carácter de teoría científica genuina, es decir, de teoría que cumple con rasgos sintomáticos de teorías científicas genuinas. El hecho de su importancia filosófica no implica que TSN revista un carácter acientífico. De hecho, si se entiende "selección natural" en un sentido más amplio, que englobe a mecanismos que pueden producir diseño, o la ilusión de diseño, sin necesidad de diseñadores, la selección natural fue descubierta mucho antes. Podemos encontrar, por ejemplo, una propuesta de selección natural en este sentido, en un testimonio de Empédocles según Aristóteles:
Una dificultad se presenta: ¿por qué no podría la naturaleza trabajar, no por el bien de algo, ni en virtud de lo que es mejor, sino simplemente como la lluvia, que no es a efectos de que el maíz crezca, sino por necesidad? (^) ... ¿Por qué no habría de ocurrir lo mismo con las partes de la naturaleza, por ejemplo, que nuestros dientes crecieran por necesidad —los delanteros filosos, ajustados para cortar, las muelas anchas útiles para aplastar la comida- y de igual modo con otras partes en las que suponemos que existe un propósito? [ ... ] Dondequiera que todas esas partes ocurrieron tal como habrían sido si tuvieran un fin, esas cosas sobrevivieron, siendo organizadas espontáneamente de modo adecuado; mientras que aquellas otras que crecieron de otro modo perecieron y contínúan
pereciendo, como aquellos bueyes con cara de humanos de los que habla Empédocles (Aristóteles Física, 11-8).
También podemos encontrar la idea de que a partir de disposiciones azarosas se pueden generar disposiciones con apariencia de diseño en el maravilloso diálogo al respecto del argumento del diseño de Hume:
Supongamos [ ... ] que la materia fuese arrojada de cualquier modo, por una fuerza ciega no dirigida; es evidente que esa primera posición será, con toda probabilidad, la más confusa y la más desordenada imaginable... Si la fuerza actuante desaparece... la materia quedaría en desorden. Pero supongamos que la fuerza actuante continua operando sobre la materia... ¿no es acaso posible que, por fin, [el universo] se asiente, de tal modo que no pierda su movilidad y fuerza activa... y a la vez conserve uniformidad en la apariencia, en medio de un constante movimiento y fluctuación de sus .partes?... En vista, pues, de las eternas revoluciones en la materia, carentes de dirección ¿no es acaso posible suponer que se llegue a semejante posición, o más bien, no podemos sentirnos seguros de que así será? [ ... 1 Es en vano, por lo tanto, insistir en la finalidad de las partes en los animales o vegetales y
Por evidencias textuales como éstas, no podría decirse que Darwin y Wallace fueron los descubridores de la selección natural, si es que ésta se reduce a la caracterización mínima aludida. Ahora bien, como veremos a lo largo de la tesis, si bien conserva la idea de que de la selección de variaciones no dirigidas podría generar esta apariencia de diseño, TSN afirma mucho más que eso. Pues sostiene un modo particular y específico en el que este mecanismo se estructura. Si nos enfocamos en todas las partes constitutivas de la versión darwiniana de TSN, entonces queda claro en qué sentido los naturalistas mencionados sí fueron los descubridores de la teoría, y además, en qué sentido queda claro por qué se puede considerar a Darwin su descubridor principal, pues Wallace no concibió más que un elemento de una teoría que en los textos de Darwin es más compleja y de aplicación más vasta. Según algunos autores, Darwin descubrió el tipo de teoría que podría explicar la adaptación (Darden & Cain 1989, p. 106). Estas teorías de enunciación algo a (^) priori, sin embargo, eran conocidas, como he intentado mostrar en estas citas. El aporte de Darwin fue proponer una teoría de forma más, sofisticada, más específica y con contenido fáctico que podía explicar la adecuación de los organismos vivos, recopilando además, la evidencia empírica que había para tal teoría, y principalmente, mostrando caminos por los que a la larga se podría recolectar nueva evidencia.
adelante se tratará, es esencialmente poblacional. Esto implica que TSN no se relaciona directamente con TFB, sino Con una versión poblacional suya. Trataré esta cuestión sobre el final del primer capítulo. A esta altura tendremos una buena caracterización de aquello que Darwin pretende explicar con TSN. En el segundo capítulo de la tesis, se ofrece una reconstrucción informal de TSN. Comenzaré por señalar que Darwin nunca presenta de manera general la teoría, sino que hay que buscarla en sus diferentes aplicaciones. Paso previo a comenzar tal análisis, trataré dos cuestiones. Por un lado, que no hay que confundir el argumento dado por Darwin que muestra la probabilidad de que la selección natural haya ocurrido partiendo de ciertos hechos: la lucha por la existencia, que los organismos varían, que tienen a heredar tales variaciones, y que las relaciones con el medio son muy ajustadas. Darwin dedica mucho espacio a tal argumento, pero no hay que confundirlo, como muchos han hecho, con la estructura de la teoría. Por otro lado, plantearé una distinción que será, creo, sumamente fructífera, entre la teoría histórica, narrativa o genética que permite explicar el origen de la adecuación, aquello que Darwin quería explicar, de la teoría ahistórica o sincrónica a la que la primera acude. Llamaré "teoría de la selección natural histórica a la primera" (TSNH) (^) y "teoría de la selección natural sincrónica" (TSNS) a la segunda. En esta tesis, si bien discutiré varios aspectos de ambas teorías, sólo reconstruiré pormenorizadamente TSNS. El paso siguiente a estas dos aclaraciones será comenzar a buscar la estructura común subyacente de TSNS en las diferentes aplicaciones que Darwin ofrece de ella en sus textos. La tarea resultará exitosa, como veremos, y brindará un resultado original. Pues, tal análisis revela que para presentar TSNS se requieren más conceptos de los habitualmente considerados. En particular, lo más novedoso de la reconstrucción tendrá que ver con algo que ya habré señalado en el primer capítulo, pero ahora quedará explicitado, que es el papel de los conceptos funcionales en TSNS y con el papel del concepto propuesto por la teoría, que llamaré "aptitud". Una vez presentada informalmente TSNS, el camino quedará allanado para su reconstrucción formal y pormenorizada. Terminaré el capítulo presentando la red teórica de TSNS que surge de la especificación del concepto de aptitud. Esta red mostrará el carácter unificador de TSNS al que se suele aludir. En el tercer capítulo presentaré una reconstrucción estructuralista de TSNS. La intención, empero, no consistirá en presentar una versión completa, sino más bien algo simplificada en aspectos que luego señalaré, para preservar su transparencia. Estoy interesado en defender la versión intuitiva detrás de la reconstrucción, y en que la reconstrucción sirva a
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esa meta, más que en brindar una reconstrucción que muestre la complejidad de la teoría. Ya poseyendo una lista de los conceptos constitutivos de TSNS, discutiré su estatus de teoricidad según la distinción de T-teoricidad estructuralista. Allí señalaré el estatus peculiar del concepto de aptitud. Fmalizaré el capítulo en una extensa comparación de mi reconstrucción con reconstrucciones alternativas de TSN (a veces de TSNH, a veces de TSNS) realizadas por otros autores. Esta discusión reviste un papel interesante, porque por un lado me permitirá señalar lo original de mi propuesta, y por otro lado, cómo ésta permite elucidar algunas de las intuiciones que algunos autores tienen al respecto de TSN. Las elucidaciones conceptuales y las reconstrucciones de teorías se miden, en parte, por dar cuenta de aquello de lo que quieren dar cuenta con la mayor claridad posible (Carnap 1950, pp. 3-15). La evidencia estará constituida principalmente por los textos de Darwin, aunque, como pretendo que esta reconstrucción de TSNS también dé cuenta de sus usos actuales, apelaré a textos posteriores a Darwin. Además de la adecuación con su evidencia, el éxito de una reconstrucción se puede medir en base a la luz que se arroje sobre las controversias filosóficas, historiográficas o metateóricas alrededor de la teoría en cuestión. No debe de existir otra teoría que haya sido tan discutida desde estos tres flancos como TSN. Dedicaré el último capítulo para extraer consecuencias al respecto. Comenzaré el capítulo final discutiendo la refutabilidad de TSNS que ha sido puesta en duda en reiteradas ocasiones. Discutiré esta cuestión en base al estatus de su ley fundamental y al dominio de aplicación de TSNS. En una segunda parte del capítulo entraré en la polémica acerca de la unidad de selección. No para discutir a favor de alguna de las posiciones en juego —la disputa es extremadamente compleja y más bien de carácter fáctico— sino para señalar en qué sentido mi presentación más sofisticada de TSNS puede implicar una complejización de la polémica, por un lado, pues existen varios lugares en donde puede aparecer el grupo en TSNS, y por otro lado, en qué sentido se pueden aclarar algunas distinciones hechas en su marco, como la de replicador e inleraclor. (^) En esta sección presentaré una reconstrucción de TSNS que dé cuenta de la selección de grupo. La versión presentada en el capítulo tres, para preservar su simplicidad, no había tomado en cuenta el hecho de que en una misma aplicación de la teoría pueden aplicarse las diferentes funciones de TSNS a entidades de distinto nivel de agregación. Algunos han señalado que TSNS no puede dar cuenta de la evolución cultural, por encontrarse ésta revestida de un carácter lamarckiano. Trataré esta supuesta incompatibilidad
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panorama tan complejo como el que exhibe la filosofía de la biología actual, la apelación a los conceptos en su origen, pensé al encarar los textos de Darwin, podría resultar esclarecedora. Esta hipótesis de trabajo, puesta en práctica en mi tesis de licenciatura, creo que ha resultado sumamente fructífera. Al punto que la seguí desarrollando y sofisticando en esta tesis doctoral. No puedo, sin embargo, dejar de señalar que esta estrategia debiera ser mucho más habitual de lo que lo es. Los científicos en períodos de ciencia normal son injustos con los fundadores del programa bajo el que trabajan, al no leerlos. En el caso de la biología y de la filosofía actual, esta omisión, además de ser injusta con Darwin, resulta una pérdida costosa. Si el mejor modo de aprender a hacer algo es la observación de expertos en el área en cuestión, la lectura de Darwin debería ser obligada para cualquiera que quiera pensar más rigurosa, desprejuiciada, minuciosa, original, osada y fructíferamente, es decir, para cualquiera que quiera pensar mejor. Si mi enfoque resultara fructífero, además de considerarlo un éxito para los objetivos primarios, lo consideraré un éxito para este objetivo subyacente, mucho más fundamental, que consiste en impulsar la reflexión tanto en filosofía como en biología, acerca de los escritos de Darwin, que debieran constituir un caso paradigmático de lo que se espera de un científico o de un filósofo en la actualidad.