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Orientación Universidad
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Lazarillo de Tormes, edición, estudio y notas de Francisco Rico, Apuntes de Literatura

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 09/07/2019

chicachicana
chicachicana 🇲🇽

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bg1
«LÁZARO DE TORMES»
LAZARILLO DE TORMES
EDIcIÓn,
ESTuDIO y nOTAS DE
fRAncIScO RIcO
real academia española
MADRID
MMxI
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Vista previa parcial del texto

¡Descarga Lazarillo de Tormes, edición, estudio y notas de Francisco Rico y más Apuntes en PDF de Literatura solo en Docsity!

« L Á Z A RO D E TO R M E S »

L A Z A R I L L O D E TO R M E S

E D I c I Ó n, E S T u D I O y n OTA S D E f R A n c I S c O R I c O

r e a l ac a d e m i a e s pa ñ o l a

M A D R I D

M M x I

sumario

presentación

ix

lazarillo de tormes

apéndices

estudio y anexos

introducción al

Lazarillo de Tormes

Esta edición

aparato crítico

notas complementarias

bibliografía

Índice de notas

tabla

L A Z A R I L L O

D E TO R M E S

Yo por bien tengo que cosas tan señaladas y por ventura nunca

oídas ni vistas^1 vengan a noticia de muchos y no se entierren en la

sepultura del olvido,^2 pues podría ser que alguno que las lea halle

algo que le agrade, y a los que no ahondaren tanto los deleite.^3 Y a

este propósito dice Plinio que «no hay libro, por malo que sea, que

no tenga alguna cosa buena».^4 Mayormente que los gustos no son

todos unos, mas lo que uno no come, otro se pierde por ello, y así

vemos cosas tenidas en poco de algunos que de otros no lo son.^5

Y esto para que ninguna cosa se debría romper ni echar a mal,^6 si muy

detestable no fuese, sino que a todos se comunicase, mayormente

siendo sin perjuicio y pudiendo sacar de ella algún fruto.^7 Porque, si

así no fuese, muy pocos escribirían para uno solo,^8 pues no se hace

(^1) Encareciendo la novedad de la mate-

ria de que va a tratar, Lázaro incide en un motivo habitual en los exordios, sobre todo por influencia de Horacio: «Car- mina non prius audita ... canto» ( Odas , III, i, 2 - 4 ). Por otro lado, señaladas vale ‘relevantes’, pero quien conozca el des- enlace puede entender ‘comentadas, cri- ticadas’; por ventura se deja glosar como ‘quizá’ y como ‘afortunadamente’.○ (^2) La imagen de la «sepultura del ol-

vido» se difundió especialmente a través de Cicerón: «Alexander ... cum in Sigeo ad Achillis.Tumulum astitisset: ‘O fortu- nate,’ inquit, ‘adolescens, qui tuae vir- tutis Homerum praeconem inveneris!’ Et vere. Nam nisi Illias illa exstitisset, idem tumulus, qui corpus eius con- texerat, nomen etiam obruisset» ( Pro Archia , X, 24 ).○ (^3) El ofrecimiento de una materia que

pueda agradar a unos lectores y deleitar a otros es variante del precepto horaciano «aut prodesse ... aut delectare» (Arte poé- tica , v. 333 ). Agradar , aquí, parece referir a la concordancia de ideas y gustos entre el autor y parte de sus lectores, mien- tras deleitar alude al entretenimiento y regocijo de quienes leerán la obra con menos profundidad.○

(^4) Es sentencia que Plinio el Mozo atribuye a su tío Plinio el Viejo: «Dicere etiam solebat nullum esse librum tam malum, ut non aliqua parte prodes- set» ( Epístolas , III , v, 10 ). El dicho fue infinidad de veces alegado en el Siglo de Oro.○ (^5) El texto se ciñe a Horacio: «denique non omnes eadem mirantur amant- que ... Renuis quod tu, iubet alter» ( Epístolas , II, ii, 58 - 63 ). La idea circuló tanto en la tradición culta como en la popular.○ (^6) Y esto para que ...: ‘Y esto ocasiona que...’, donde para probablemente es la tercera persona del presente de indica- tivo del verbo parar , en el sentido de ‘hacer, producir, implicar’. El pasaje, sin embargo, ha provocado dudas desde antiguo.□ (^7) Si se relaciona con la cita de Plinio, quien habrá de obtener «algún fruto» de la obra es el lector; pero si se conecta con la frase que sigue inmediatamen- te, será Lázaro quien lo obtenga: es el «gloriae fructus» del Pro Archia cicero- niano.○ (^8) ‘para un solo destinatario’. «Aliter enim scribimus quod eos solos quibus mittimus, aliter quod multos lectu-

mañana, no le cuenten por bien almorzado?^1 ¡Grandes secre-

tos son, Señor, los que Vós hacéis y las gentes ignoran!^2 ¿A quién

no engañará aquella buena disposición y razonable capa y sayo?

Y ¿quién pensará que aquel gentil hombre se pasó ayer todo el día

con aquel mendrugo de pan que su criado Lázaro trujo un día y

noche en el arca de su seno, do no se le podía pegar mucha lim-

pieza, y hoy, lavándose las manos y cara, a falta de paño de manos

se hacía servir de la halda del sayo?^3 Nadie, por cierto, lo sospe-

chará. ¡Oh, Señor, y cuántos de aquéstos debéis Vós tener por el

mundo derramados, que padecen por la negra que llaman honra

lo que por Vós no sufrirán!»^4

Así estaba yo a la puerta, mirando y considerando estas cosas,

hasta que el señor mi amo traspuso la larga y angosta calle.^5 Tor-

neme a entrar en casa, y en un credo la anduve toda, alto y bajo, sin

hacer represa ni hallar en qué.^6 Hago la negra dura cama y tomo el

jarro y doy conmigo en el río, donde en una huerta vi a mi amo en

gran recuesta con dos rebozadas mujeres,^7 al parecer de las que

en aquel lugar no hacen falta,^8 antes muchas tienen por estilo de

irse a las mañanicas del verano a refrescar y almorzar,^9 sin llevar qué,

(^1) Quién ... no le cuenten ... El cambio

de sujeto estaba favorecido por el uso de quién por el moderno quiénes. (^2) «O altitudo divitiarum sapientiae

et scientiae Dei, quam incomprehen- sibilia sunt iudicia eius et investigaba- les viae eius! Quis enim cognovit...?» (Romanos, XI, 33 ).○ (^3) trujo : ‘trajo’. El del escudero, pues,

era «sayo largo», es decir, con haldas ‘faldas’.○ (^4) En los moralistas del Quinientos

se encuentra a menudo la misma con- traposición que Lázaro establece entre honra y espíritu cristiano. «Por esta negra honra encima de los labrios sufre el agua y trae los pechos arrastrando por tierra» (fray Antonio de Guevara, Reloj de príncipes ).○ (^5) traspuso , ‘dejó atrás, torciendo a un

lado’ (de trasponer ‘perderse de vista al cambiar de dirección’).○

(^6) ‘sin detenerme ni encontrar qué pillar’. Propiamente, represa es ‘el lugar donde el agua se detiene y acumula’; de ahí el giro hacer represa ‘pararse’ y el juego de Lázaro sobre la común locu- ción hacer presa. (^7) recuesta : ‘requerimiento (de amo- res), galanteo’; rebozadas : con parte de la cara cubierta por la mantilla o rebo- zo , de manera entonces juzgada des- honesta.○ (^8) ‘ni se las necesita allí, ni faltan nunca’. Es en el segundo sentido como se establece la correlación con la frase siguiente. (^9) por estilo : ‘por costumbre’. El dimi- nutivo mañanica era característico de las canciones de amor de tipo popular: «Las mañanicas de abril / dulces eran de dormir...», «En las mañanicas / del mes de mayo / cantan los ruiseñores...».Vul- garmente sólo se distinguían dos esta-

con e l e sc ude ro ( i i i )

sia, que a la posada la venían a tomar, como si fueran peras que se

dieran de balde. De manera que en diez o doce lugares de aque-

llos alrededores donde fuimos, echó el señor mi amo otras tantas

mil bulas sin predicar sermón.

Cuando se hizo el ensayo,^1 confieso mi pecado, que tan bien

fui de ello espantado y creí que así era como otros muchos; mas

con ver después la risa y burla que mi amo y el alguacil lleva-

ban y hacían del negocio, conocí cómo había sido industriado

por el industrioso e inventivo de mi amo.^2 Y, aunque mocha-

cho, cayome mucho en gracia y dije entre mí: «¡Cuántas de éstas

deben de hacer estos burladores entre la inocente gente!».^3 Final-

mente, estuve con este mi quinto amo cerca de cuatro meses, en

los cuales pasé también hartas fatigas.^4

Después de éste, asenté con un maestro de pintar panderos, para

molelle los colores, y también sufrí mil males.^5 Siendo ya en este

tiempo buen mozuelo, entrando un día en la iglesia mayor, un

capellán de ella me recibió por suyo, y púsome en poder un buen

asno y cuatro cántaros y un azote,^6 y comencé a echar agua por

la ciudad.^7 Éste fue el primer escalón que yo subí para venir a

alcanzar buena vida, porque mi boca era medida.^8 Daba cada día

artimañas para explotar la credulidad del vulgo.○ (^1) ‘ardid engañoso’. «Oíd si el demo-

nio ensayara otra tal hazaña» (pág. 19 ). (^2) La edición de Alcalá de Henares,

1554 , intercala aquí un extenso episodio, con otras artimañas del buldero. Véase Apéndice, 2 , págs. 84-86. (^3) industria : primariamente,‘maña y des-

treza o artificio para hacer algo’; de ahí los derivados que aparecen aquí. «No me veían destraído, sino ... industriado y enseñado en las cosas de la Iglesia» (Mar- tín Pérez de Ayala, Discurso de la vida ). (^4) Las ediciones de 1554 sitúan a con-

tinuación su «Tratado sexto»: «Cómo Lázaro se asentó con un capellán, y de lo que con él pasó»; la de Alcalá, una adición (Apéndice, 3 , pág. 86 ). (^5) Los panderos eran el instrumento

popular por excelencia, y gustaba pin-

tarlos y emplearlos como elementos de decoración en las casas modestas. Había artesanos especializados en la tarea, al igual que subalternos que pre- paraban los colores. «Si agora se usa- ra lo mismo con algunos pintapande- ros, que gastan el tiempo en almagrar papeles...» (Mateo Alemán, Ortografía castellana ). «¿Quién será este tan pinta- do pandero?» ( Guzmán de Alfarache , II , iii, 1 ).○ (^6) púsome en poder ...:‘puso en mi poder, a mi disposición...’. (^7) Es decir, ‘comencé a pregonar y vender el agua por la ciudad’. Cómo era la vida de un aguador en el Toledo del siglo xvi, lo cuenta Cervantes por largo en La ilustre fregona .○ (^8) ‘vivía a pedir de boca, a qué quieres boca’, con todas mis necesidades satis- fechas.○

e l m i lag ro

A P É N D I C E S

Los textos publicados a continuación corresponden a los fragmentos

exclusivos de la edición de Alcalá de Henares, 1554 , sin equivalente en

las demás del mismo año. Las palabras en cursiva que los preceden y en su

caso los siguen indican el lugar de éstas a que corresponden. El frag-

mento 1 se da en transcripción paleográfica, para que el lector interesado

pueda hacerse una idea más exacta de cómo se presentaban las edicio-

nes originales. Con en el mismo objeto, en el fragmento 2 va sin la divi-

sión en párrafos ni la modernización ortográfica que se han aplicado a

nuestra edición del Lazarillo original. Las erratas se han corregido [entre

paréntesis cuadrados].

(fols. IXv-X, B 1 v-B 2 ; aquí, pág. 21 )

...y callavas , a lo qual yo yo [ sic ] respõdi. Yendo q˜ yuamos ansi por debaxo

de vnos soportales, en Escalona, adõde ala sazon estauamos en casa devn

çapatero auia muchas sogas y otras cosas q˜ de esparto se hazen, y parte

dellas dieron a mi amo enla cabeça, el qual alçando la mano toco enellas,

t viendo lo que era dixome. Anda presto mochacho, salgamos đ entre tã

mal manjar, que ahoga sin comerlo. Yo que biẽ descuydado yua đ aque-

llo, mírelo que era y como no vi sino sogas y cinchas, que no era cosa

de comer, dixele. Tio porque dezis esso? Respõdio me. Calla sobrino,

segũ las mañas que lleuas lo sabras, y veras como digo verdad, y ansi pas-

samos adelante por el mismo portal, y llegamos a un meson, a la puerta

del qual auia muchos cuernos enla pared, donde atauan los recueros sus

bestias, y como yua te˜tãdo si era alli el meson, adõde el rezaua cada dia

por la mesonera, la oracion đ la emparedada, hazio de vn cuerno, y con

vn gran sospiro dixo. O mala cosa, peor que tienes la hechura, de quan-

tos eres desseado poner tu nombre sobre cabeça agena, y de quan pocos

tenerte, ny aun oyr tu nombre, por ninguna via. Como le oy que dezia

dixe. Tio que es esso que dezis. Calla sobrino que algun dia te dara este

que en la mano tengo alguna mala comida y cena. No le comere yo dixe,

y no me la dara. Yo te digo verdad, sino verlo has si bives, y ansi passa-

mos adelãte hasta la puerta del meson, adonde pluguiere a Dios nunca

alla llegaramos, segun lo que me suscedia en el. Era todo lo mas que

rezaua por mesoneras, y por bodegoneras y turroneras, y rameras, y ansi

por semejantes mugercillas, que por hombre casi nunca le vi dezir ora-

cion. Reyme entre mi ...

INTRODUCCIÓN AL

«LAZARILLO DE TORMES»

1. pRIMERAS EDICIONES

Del año de gracia de 1553 o, quizá, 1552 debe datar la primera edi-

ción del libro en cuya portada se leía la vida de lazarillo de tormes,

y de sus fortunas y adversidades.^1 No nos ha llegado ningún ejemplar,

pero las conservadas con fecha de 1554 nos permiten entreverla y

casi palparla como si la tuviéramos entre las manos.

La editio princeps del lazarillo era un tomito formado por ocho

cuadernos en octavo,^2 verosímilmente en letra gótica. El diseño,

pues, más apropiado para una obra breve, en romance y de carác-

ter ligero. En la cubierta sendos grabados representaban al prota-

gonista, de chico (a la izquierda del lector), y a uno de sus amos

(a la derecha). En la mitad inferior de la página, precedido por un

calderón o adornito, el título, en pie de copa (es decir, en renglo-

nes centrados de longitud decreciente, como, por ejemplo, la vida

de lazarillo de tormes, / y de sus fortunas / y adversidad- / es ). Una

orla de una o varias piezas enmarcaba el conjunto de la portada o

tal vez sólo las figuras. Al pie, el año de publicación.^3

El epígrafe de un supuesto «Tractado [ sic ] primero» iba interca-

lado entre dos párrafos, sin los obligados blancos de cortesía ante-

rior y posterior, y compuesto en el mismo cuerpo del texto; el del

segundo llevaba ya la primera línea en un cuerpo mayor, de acuerdo

(^1) Sobre todas las cuestiones abordadas en los siguientes capítulos, la más amplia y

detallada visión de conjunto hasta 1999 está en los dos volúmenes de Alberto Mar- tino, que constituyen una auténtica enciclopedia del lazarillo. para el decenio pos- terior es muy atinada la más breve presentación de pedro Martín baños [ 2007 ]. (^2) Unos 160 milímetros de alto por 110 de ancho, antes de abrir o guillotinar (en

la época, los libros se vendían sin encuadernar). En ese formato, por otra parte, el cuaderno regular era de un solo pliego. (^3) Esos particulares de la perdida princeps y varios que a continuación indico los

señalé ya en [ 1988 ] y quedaron confirmados con el descubrimiento en 1995 de la edición de Medina del Campo. A la luz del nuevo testimonio y de mis estu- dios posteriores, ahora añado y corrijo sin más otros detalles. vid. las siguientes notas 7 y 15.

112 f ranc i sco ri co

gresivamente más reducidos, según se afina en el análisis: no antes

de 1540 , en los grandes rasgos de un primer examen; después de

1543 , 1546 o incluso 1551 , cuando la atención se fija en ciertas par-

ticularidades del ámbito previamente deslindado.

junto a la historia, la literatura.^25 El autor se sabía tan bien a los

maestros latinos como a los que para entonces eran ya los clási-

cos castellanos. De la cruz a la fecha, el lazarillo está lleno de citas y

resonancias literarias. Unas deben de ser las inevitables huellas

que todo escritor acarrea de su aprendizaje en obras ajenas y que

ni él mismo advierte; otras se introducen con cabal deliberación

para que los lectores las saboreen con el novelista. probablemente

el anónimo no era consciente de que aquí y allá se le descubría un

eco de la celestina , de un romance o de las cartas de hernando

del pulgar; pero al escribir, por ejemplo, «cuán poco turan los pla-

ceres de esta nuestra trabajosa vida» (pág. 36 ), sin duda esperaba

que detrás se reconocieran las coplas a la muerte de su padre. Como

mínimo una de tales reminiscencias tiene el valor de un tajante

término post quem.^26 Con un cuchillo a modo de barreno, Lázaro

se dispone a atacar la avara arca del clérigo de Maqueda: «y como

la antiquísima arca –cuenta–, por ser de tantos años, la hallase

sin fuerza y corazón, antes muy blanda y carcomida, luego se me

rindió y consintió en su costado, por mi remedio, un buen agujero»

(pág. 37 ). Nos hallamos ante la diáfana adaptación de unos versos

de garcilaso de la vega:

se rindió la señora

y al siervo consintió que gobernase

y usase de la ley del vencimiento.^27

(^25) por el momento, nada provechoso parece aportar el estudio de la lengua.

D.g. pattison [ 2001 ] repasa superficialmente unos pocos aspectos, sin tomar en cuenta las diferencias gráficas y morfológicas entre las ediciones de 1554. pinto- rescas las caracterizaciones lingüísticas de A. Ruffinatto [ 2000 : 124 ], tal la de sepol- tura , dispusición o mochacho como «rasgos posiblemente toledanos». (^26) En el mismo sentido, pero con menos certeza, podrían aducirse las posibles

huellas del baldo castellano, del prólogo al marco aurelio (vid. abajo, págs. 132, 134- 136 ) y quizá algún otro de los casos de intertextualidad. (^27) Canción cuarta, 50 - 52. Notó bien el préstamo pamela waley [ 1988 : 594 , n. 5 ].

Cf. asimismo A. Armisén, estudios sobre la lengua poética de boscán , Zaragoza, 1982 , págs. 406 - 408.

dio dos florines (prestados).^95 Extraordinaria difusión, como leídas

en muchas escuelas, tuvieron las facetiae de poggio bracciolini.^96

La CxxxIx , «fábula Dantis qui saepius uxorem suam increpa-

bat», nos pone a un paso del lazarillo :

Contribulus meus Dantes nomine, cuius uxor ferebatur parum pudica,

cum saepissime admonitus esset a sociis ut prohiberet turpitudinem

domus, uxorem acrius increpabat. Illa multis lacrimis iuramentisque

honestatem suam tuebatur, asserens ea a malevolis confingi, qui eorum

quieti inviderent. persuasus vir huiusmodi verbis, cum adhuc amici in

increpanda uxore perstarent: «Ohe! ne me his verbis obtundatis amplius.

Dicite» inquit «ne illa an vos sua errata melius nostis?». Cum illi uxorem

affirmarent, «Illa vos omnes mentiri affirmat, cui soli magis quam vobis

omnibus praesto fidem».^97

(^95) «Nuper volui ire ad eam, tunc vidi exire quendam iuvenem mercatorem qui

habuit apertas caligas et sudavit in fronte, et credidissem quod supposuisset eam, et fui quodammodo iratus. Sed ipsa iuravit quod non tetigisset eam ille merca- tor, sed voluisset ei vendere linteum ad faciendas camisias. Tunc ego dixi “est bonum, sed quando etiam datis mihi unam camisiam?” Tunc rogavit me quod deberem ei concedere duos florenos quod posset solvere illum linum, tunc etiam vellet mihi dare unam camisiam. Et protunc non habui pecuniam, sed petii unum socium qui concessit mihi et dedi ei. Ego laudo quod aliquis semper est laetus» ( epistolae obscurorum virorum , I, 9 , ed. f. griffin Stokes, Londres, 1909 , pág. 27 ). Llamó la atención sobre el texto A. Marasso, estudios de literatura castellana , buenos Aires, 1955 , pág. 173 , y la reaviva oportunamente j.L. Madrigal [ 1996 : 285 - 287 ]. (^96) Sobre los comienzos de su fortuna en España, f. de b. Moll, el «liber elegantia-

rum» , barcelona, 1960 , págs. 40 - 51. (^97) En mi edición de 1987 cité y traduje la versión, claramente más próxima a

nuestra novela, que figura en la compilación tales and quicke answeres (h. 1535 ), núm. 44 , apud p.M. Zall, ed., a hundred merry tales , Lincoln, 1963 , pág. 276 : «A uno de cuya mujer se rumoreaba no ser demasiado casta de cuerpo le advirtieron los amigos que prestara atención al asunto. fuese él para casa y riñó ásperamente a su mujer, contándole lo que le habían dicho. Ella, como quien bien sabía que el perjurio no era mayor pecado que el adulterio, defendió su honestidad con lloros y juramentos, hasta convencerlo de que habían inventado esos cuentos por la envidia que les tenían viéndolos vivir tan tranquilamente. Con esas palabras quedó él con- tento y satisfecho. Otra vez, no obstante, los amigos volvieron a ponerlo sobre aviso a propósito de su mujer, incitándolo a reprenderla y castigarla. Díjoles: “hacedme el favor de no decirme más cosa con que me pese ( ne me his verbis obtundatis amplius ). veamos, ¿quién conoce mejor las faltas de mi mujer, vosotros o ella?” Respon- diéronle: “Ella”. “pues ella –replicó–, a quien yo doy más fe que a todos vosotros juntos, dice claramente que vosotros mentís”. Obró bien y cuerdamente. pues no deben creerse con ligereza cosas de las que pende un perpetuo pesar de ánimo». pero, como notaba j. fradejas Lebrero [ 1984 ], es preciso citar el texto de poggio.

e nt re bur las y ve ras

e sta e d i c i ó n 217

Las «Notas editoriales» de la novela picaresca española van fecha-

das en otoño de 1964 (para el lazarillo ) e invierno de 1965 (hasta

el Guzmán ). ha corrido casi medio siglo. Es de temer que yo siga

siendo el mismo, pero el lazarillo , los recursos, los métodos y los

fines de la edición son ya otros.

Es otro el propio lazarillo , tras el hallazgo de la edición de

Medina. La informática e Internet han hecho poco menos que

inabarcables los recursos del filólogo. Los métodos han cambiado

a medida que impresos y manuscritos se exploraban con nuevas

técnicas y se abrían nuevas perspectivas textuales. En particular, el

punto de referencia de la ecdótica romance ha dejado de ser la

tradición ideal de los clásicos grecolatinos, tal como la contem-

plaba la estemática lachmanniana, y es hoy la transmisión real de

los escritores modernos. Los lectores y los soportes y versiones del

texto recuperan la relevancia que les corresponde en su correla-

ción con el autor. Etcétera, etcétera.

pues bien, de 1964 para acá, he procurado mantenerme al día en

the state of art , aprendiendo en todas las partes donde podían ense-

ñarme. No me duele ahora aprovechar lo aprendido para rechazar

opiniones que en otros momentos sostuve con mejores o peores

argumentos. Lo que sí me duele es que en la edición de 1987 no

me fuera dado recurrir a los dos niveles de anotación (vid. allí,

pág. 135 *) y la hojarasca erudita a pie de página haya probable-

mente alejado del lazarillo y otros grandes del Siglo de Oro a no

sé cuántos bachilleres de buena voluntad.

Iv Kal. Maii MMxI,

anno Lxxº aetatis suae

En el cotejo de ejemplares, preparación del original, bibliografía e índice, así como en la corrección de pruebas y otros quehaceres, he contado con la ayuda de Sandra España, Laura fernández, Enrique López fernández, bienvenido Morros y Raúl Orellana. gonzalo pontón y otros doctorandos hoy anónimos me auxiliaron hacia 1999 en la compulsa de varias ediciones antiguas. Carolina valcárcel ha ejercido de virgen y mártir a multitud de propósitos. Imposible citar a los innumerables amigos que en un momento o en otro me han proporcionado datos, fotocopias y pDfs: «que donde todo se escribe, en Toledo no hay papel». Dios se lo pague.

31.12 dije mb deje a dice c [ p* traería deje. 31.19 le echase ac la echase mb 31.20 aqueste b este mac 32.2 sería b serían mac [tal vez es más probable que mac trivialicen. 32.4 continua muerte mbc conti- nua hambre a 32.13 por temer mbc por temor a [pero quizá mbc sufre la atracción de por no me atrever. 32.24 llegose acaso b llegose a caso mac 33.4 de este arca] de este arcaz a de este arte mbc [la lección de mbc es aceptable, porque se trata de una locu- ción comunísima (y viva todavía hoy) y cabe entender que lázaro está expli- cando con signos cómo es la llave; tam- bién podría interpretarse arte en el sen- tido de ‘artefacto, objeto’, y, por ahí, de «arca para guardar el pan y otros alimen- tos», como explica oudin (en tesoro lexicográfico ), seguramente recordando el lazarillo. pero en seguida se dice le haga (‘sirva, se ajuste’, a la cerradura del arcaz; cf. lope de rueda, pasos , pág. 198 : «hacer de un pedacillo de alambre una llave que hace a cualquier cerradura»); y precisamente la atracción de la locución aludida explica que p* leyera errónea- mente el original. sigo la propuesta de a. blecua ed. y conservo este , repetido más abajo. alucinantes el arquetipo y la corrección de a. ruffinatto ed.; cf. f. rico, «“deste artife”, o cómo no editar el lazarillo », el país , suplemento babe- lia , núm. 461 , 23 de septiembre de 2000. 33.5 hay alguna a hay algunas mbc 33.17 allegar b llegar mac 34.6-7 revolviendo, contando y tor- nando a contar mbc revolviendo y contando a 34.11 buen recaudo mac buen recado b 36.18 cerrase la puerta mac cie- rrase la puerta b [velasco añade sino que delante de agora y juan de luna intro-

duce numerosos cambios: «mas mi des- dicha, no harta de perseguirme, añadió solicitud y diligencia a la mucha de este mi desdichado amo..., que, cerrando los agujeros del arca, cierra la puerta a mi consuelo y la abre a mis trabajos». cf. j. caso ed. y [ 1982 :n. 34 ]. 36.20 sus obras mbc su obra a 37.3 era luz mbc era la luz a 37.10 habiendo en el día mbc ha- biendo a 37.10 pensado ac pensando mb 37.18 desuso velasco deyuso mbac [es un error nada raro: cf., por ejem- plo, un infra por supra en petrarca, apud v. fera, la revisione petrarquesca dell’ africa , mesina, 1984 , pág. 436 ; o p. god- man, from poliziano to machiavelli , 1998 , pág. 261 , n. 138. 37.24 al diablo mac a los dia- blos b [cf. 16. 6 , y a b le sobra espa- cio en c 3 v. 38.6 tablillas a atapárselos mbc tablillas y a atapárselos a 38.7 era yo b yo era mac 38.12 ca en pocos días b y en pocos días mac [sea o no del tipó- grafo, ca debe de tener aquí un valor causal más que copulativo, como que en « que aquel día me había dado...» (pág. 20 ), en «que con mis trabajos, males y hambre...» (pág. 50 ) o en «que, conside- rando...» (pág. 35 ); cf. g. siebenmann [ 1953 : 9 - 15 ]. es ésta su única utiliza- ción en el lazarillo , pero, aunque en declive, está de sobras documentado hacia 1554. en impresos coetáneos en letra romana no es raro que un que abreviado q. sea leído como y (ejem- plos en quijote , 10. 9 ). pero p* debió de ir en gótica. 38.19-20 aunque hace poca mbc aunque vale poco a 39.5 preguntaba mbc e pregun- taba a 39.10 en vuestra mbc señor dómine, en vuestra a 39.22 iba para mí y se envolvía ac iba para mí se envolvía mb

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50.19 jubón y sayo y capa b jubón, sayo y capa mac 50.20 vísteseme mac vístese b 50.21 púsose su mac puso su b 51.4-5 un copo de lana bac un poco de lana m 51.17-18 al conde de arcos mbc del conde alarcos a [ véase la nota complementaria 51. 6 . 51.21 según el contento de sí lleva mbac [que el es artículo y no pronom- bre lo confirman otros pasajes («según la clavazón y tachuelas sobre sí tenía», pág. 38 ) y el paralelo de la celestina , xi, pág. 234 : «verlo has yendo esta noche, según el concierto dejo con ella». 51.22 aunque mac aún b [no obstante, hay testimonios de aun con ese mismo valor concesivo-adversativo. cantar de mio cid , v. 520 : «aun de lo que diesen oviesen grand ganançia», que r. menéndez pidal traduce como ‘aunque de lo que diesen, aunque ofreciesen...’ (madrid, 1911 , pág. 134 ; y cf. vol. ii , pág. 488 ); a. martínez de toledo, arci- preste de talavera , pág. 18 : «e aun [variante aunque ] lo cometan...»; g. pérez de hita, guerras civiles de granada , en h. kenis- ton, syntax , 29. 721 : «aun tú te tornes cristiana, yo desearé de seguir en tu compañía». vid. también k. pietsch, «zur spanischen grammatik», hispanic review , i ( 1933 ), págs. 43 - 45 ; y j. alcina- j.m. blecua, gramática española , barce- lona, 1975 , pág. 999 ; nueva gramática de la lengua española , real academia española, 2009 , 47. 2 n-ñ y 47. 3 f-h (ii, págs. 3541 y 3545 - 3546 ). cf. 47. 10 . 52.1 por bien almorzado mac por muy bien almorzado b [en este con- texto son especialmente visibles los aña- didos de b por causas tipográficas. 52.4-5 todo el día con mac todo el día sin comer con b 52.5-6 un día y noche mac un día y una noche b 52.8-9 sospechará] sospechara mbac [parece que hay que interpretar sos- pechará como forma del futuro, en

correlación con el encontrará , enga- ñará y pensará anteriores, y no como del imperfecto de subjuntivo. como futuro lo acentúa velasco, que usa sis- temáticamente la tilde para distinguir palabras homógrafas. cf. j. caso ed. y [ 1982 : 65 , n. 32 ]. 52.11 no sufrirán mb no sufri- rían ac 52.12 estas cosas mac estas cosas y otras muchas b 52.13-14 torneme mac y como lo vi trasponer torneme b 52.15 negra dura mbc negra y dura a 52.19 del verano mbc de verano a 53.8 cuanto caliente mac cuanto estaba caliente b 53.12-13 tronchos de berzas con los cuales mba tronchos de berzas, con las cuales c [nótese cómo difieren las ediciones en casos similares de concor- dancia: 54.23, 57.10, 58.19. vid. por otra parte 55.20. 53.15 bien era mac era bien b 53.18 esperanza velasco experien- cia mbac [cf. nota ad loc. 54.17 como entro b como entré mac [cf. 26. 3 . 54.20 esa ciudad mbc esta ciudad a 54.23 lo cual mac la cual b [ lo tiene como antecedente la oración mos- trele... , no la halda. cf. 14. 8 , 32. 2 , 40. 11 - 12 , 53. 12 - 13 . 54.26 hurtallo mba hurtalle c 54.28 lo que toca a mi honra mbc lo que toca mi honra a 55.14 al desventurado mbc el des- venturado a 55.15 faldas mbac haldas velasco 55.20 quel pecador mc aquel pecador b que aquel pecador a [las variantes de b y a se explican mejor si se supone que mc leían con p* , donde quel estaba por que el. es digno de nota que seis de los únicos diez lugares en los que tres ediciones de 1554 diver- gen entre sí (aquí y en 55. 27 , 56. 15 ,

  1. 15 , 63. 13 , 64. 4 ) se concentran en

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