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Linea de tiempo de concepto de ciudadanía, Esquemas y mapas conceptuales de Ética

Evolución del concepto de ciudadanía

Tipo: Esquemas y mapas conceptuales

2016/2017

Subido el 21/09/2017

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Abarca desde la aparicion del
hombre hasta los primeros
escritos, las organizaciones
primitivas estaban constituidas
a partir de estructutas matriar-
cales y patriarcales, consolidando
planes y tribus.
grecia
roma
el modelo romano
implicaba la creación de distintos grados de
ciudadanía. Por ejemplo, se permitía a los
esclavos que en algún momento pudieran
conseguir esta condición, y también podían
tener acceso a ella individuos pertenecientes
a las tierras conquistadas por el imperio. Un
punto de inexión para la creación de una
ciudadanía romana se dio en el año 494
a.C., cuando las protestas de los plebeyos en
el monte Aventino permitieron establecer un
pacto con los patricios. Como resultado de
este acuerdo se comenzaron a nombrar los
primeros Tribunos del Pueblo, que otorgaban
a los plebeyos una cierta protección contra
abusos e injusticias.
El cosmopolitismo
estoico
Transición hacia
la modernidad
concepto de
ciudadania
HISTORIA
Y MODELOS
PREHISTORIA
Las características básicas
del mismo tienen que ver
con un desarrollo de la idea
de pueblo y de la participación
ciudadana, de la aparición de
una subjetividad reexionante
y, en consecuencia, del sujeto
político. En sus inicios, en
Atenas funcionaba un sistema
jerárquico que en sí no era
autoritario, en elsentido de los
gobernantes no podían hacer
aquello que considere
convenientemente.
Grecia fue un inicio de muchas cosas
importantes, por ejemplo de la
democracia y también de la losofía,
ámbitos que esmuchas ocasiones
se separan.En materia política, Grecia
ha legado los modelos que
vamos ahora a presentar
y analizar: el modelo ateniense y
el modelo espartano.
Modelo ateniense modelo espartano
El modelo político espartano fue predominante
en su época, además de tener una gran importancia
en las obras de Platón y Aristóteles. Algunos
autores consideran incluso que el concepto
de ciudadanía nació en Esparta antes que en
Atenas.
También en este modelo, al
igual que en Atenas aunque con elementos
diferentes, se consideraba el bien colectivo
por encima del interés individual. Eso
signicaba una evolución desde la época
más antigua de Homero
El modelo representado por Roma, a
diferencia del griego, mucho
más concentrado en el tiempo, ha
mantenido una prolongada vigencia
(material o teórica) durante unos
quince siglos. Sea considerada como
una forma de gobierno democrática o
no desde el punto de vista de la
actualidad, lo que no puede discutirse
es que ha permitido mantener un camino
que es el que nos ha conducido al
momento en el que nos encontramos
El modelo romano se transmitía
por vía paterna, de modo que
cualquier hijo de ciudadano
obtenía nada más nacer, de forma
automática, el estatus de ciudadanía.
El emperador Augusto ordenó que
se establecieran controles en
este sentido, como fue el caso de
un registro escrito, que en la
práctica era un “certicado de
ciudadanía”. De esta manera, el
ciudadano vivía bajo la esfera del
derecho romano, tanto en la vida
privada como en la pública
El estoicismo griego y romano
(desarrollado en tres etapas distintas,
que podemos situar en el 300 a.C.,
en el 100 a.C. y en el 100 d.C.).
Su propuesta cosmopolita sólo desde
hace relativamente poco se está
considerando y estudiando seriamente
como la base teórica de una propuesta
sobre la ciudadanía adaptable a nuestra
contemporaneidad.
La elaboración moderna que se ha hecho
del estoicismo ha provocado el desarrollo de
una idea de ciudadanía mundial que pone en
cierta manera en cuestión el poder del
Estado. El monopolio del bien, el eje de toda
decisión política, ya no lo poseen los
Estados, de modo que el marco de
legitimidad se amplía a niveles mundiales.
Se rompe así, en cierta forma, con la
premisa aristotélica que consideraba que el
hombre únicamente puede pretender
alcanzar la areté dentro de los límites de la
polis. El Estado es importante, y también lo
es la propia individualidad, por ejemplo, pero
para el estoicismo lo prioritario es la
humanidad en sentido general.
La idea estoica de ciudadanía englobaría la ley
natural y el derecho civil en su proyecto de
ciudadanía universal (kosmopolites). De
hecho, en este modelo se da una doble
ciudadanía, la de la comunidad cercana y la
comunidad universal, y eso no tendría
porqué generar problemas de pertenencia o
delidad; todo forma parte del círculo, y, por
ejemplo, a nivel local se da una comunidad
política, que es trascendida por una
comunidad moral general; la pretensión es
que la comunidad global de corte moral
alcance un desarrollo pleno en el marco
político
Hasta épocas bastante recientes
no encontramos en absoluto que
el tema de la ciudadanía haya tenido
una importancia tan decisiva.
Tras Grecia y Roma, ámbitos en los
que la ciudadanía estructuraba
fuertemente de una o de otra manera
la vida cotidiana, en el mundo
medieval prácticamente desaparece.
La caída del Imperio Romano acabó
en la práctica con la ciudadanía, pues
la autocracia bizantina no le dio
margen de maniobra
La era de las
revoluciones
Hasta épocas bastante recientes
no encontramos en absoluto que
el tema de la ciudadanía haya
tenido una importancia tan
decisiva. Tras Grecia y Roma,
ámbitos en los que la ciudadanía
estructuraba fuertemente de una
o de otra manera la vida cotidiana,
en el mundo medieval prácticamente
desaparece. La caída del Imperio
Romano acabó en la práctica con
la ciudadanía, pues la autocracia
bizantina no le dio margen
de maniobra
Ciudadanía en la
contemporaneidad
En el siglo XVIII cambia drásticamente
el panorama relativo al principio de
ciudadanía y, por extensión, a la política
en general. La herencia de la Ilustración
fue clave en este renacimiento de la
democracia y de las luchas sociales, en
esta vigorización que se imprimió a la
esfera de lo político. Los principios que
denían el funcionamiento de la política
comienzan a cambiar, a la vez que se
abre el ejercicio efectivo del poder
Modelos de ciudadanía
A pesar de que el término
ciudadanía funciona desde la Grecia
clásica, no es hasta bien entrado el
siglo XX cuando se trata de
conceptualizar de forma sistemática.
El responsable fue T.H. Marshall
(1950), que trata de superar su
equivalente romano (cives), al no ser
ya viable desde la época de las
revoluciones. La condición de ciudadanía
abarcaría una serie de derechos,
concretamente de tres tipos: los
derechos civiles (concedidos en el
siglo XVIII), los derechos políticos
(siglo XIX) y los derechos sociales
y económicos
Cristianismo y ciudadanía
La caída del Imperio provocó que los
obispos asumieran no sólo el poder
espiritual sino también el político en
cada diócesis. El cristianismo adoptó
una posición poco mundana, en el sentido
de que se despreciaba e infravaloraba la
vida en el mundo material “mi reino no es
de este mundo”, la vida no es una nalidad en
sí misma y, aunque tampoco se rechace el
vivir en comunidad, no se valoran
fuertemente algunos de sus aspectos más
inmanentes
Las ciudades-estado italianas
A nales de la Edad Media, en el norte
de Italia se organizaron una serie de
ciudades-estado independientes,
desvinculadas de los Estados ponticios y de
los modelos caciquiles reinantes, que
llegaron a adoptar regímenes republicanos.
Nacieron de esta manera las repúblicas de
Florencia, Venecia, Pisa, Génova, Milán,
Bolonia, Siena, etc., que contaban con
autoridad propia tanto política como judicial,
y que también prosperaron a varios niveles
durante siglos; orecieron las artes, las
letras, el comercio, etc.
La revolución americana se diferencia
de la francesa, entre otros motivos,
en que se creaba un nuevo Estado,
los Estados Unidos de América, donde
se pasó de ser súbdito británico a
ciudadano estadounidense. Las trece
colonias americanas que habían
pertenecido al Imperio Británico se
independizaron, primero con la Declaración
de Independencia de 1776, y después con la
raticación de la Constitución (1789).
La Revolución Francesa
El origen de esta circunstancia
puede detectarse en la inuencia que de
cara al modelo francés jugó un pensador
como Jean-Jacques Rousseau, que tanto
subrayó la importancia de la voluntad
general y de la movilización popular.
Una serie de derechos que se
promulgaron a través de la Declaración de
Derechos del Hombre y del Ciudadano
(1789) son: derechos civiles como la
igualdad ante la ley, el n del sistema de
detenciones discrecionales o la libertad de
expresión
Ciudadanía y nacionalidad
La relación entre ciudadanía y nación ha
sido complicada. Aunque pensadores como
Jürgen Habermas aseguran que “la
ciudadanía no ha estado nunca ligada
conceptualmente a la identidad nacional”
(Heater 2007: 162), a partir del siglo XVIII
comenzó a identicarse ciudadanía con
Nación, en el vínculo mismo que les
otorgaba el Estado. No pretendemos decir
con esto que su contenido conceptual fuera
el mismo, sino que la ciudadanía se denía a
partir de la hegemonía de la idea de Nación.
En la Revolución francesa, al interpretarse la
Nación con criterios políticos, sí que se dio
una fuerte identicación entre estos dos
conceptos
Los derechos de los negros
americanos y de la mujer
En los EEUU llegaron a existir en algún
momento cuatro millones de esclavos
negros de origen africano. A mediados
del siglo XIX, gracias a la iniciativa del
presidente Abraham Lincoln, se aprobó la
ley que ilegalizaba la esclavitud, aunque
en la práctica los negros se vieron }
prácticamente sin una gran parte de sus
derechos actuales hasta mediados del siglo XX.
La lucha reivindicativa, fruto de una cada vez
más extendida conciencia cívica, acabó con la
segregación racial, obteniéndose una igualdad
efectiva con los blancos. Poco a poco, los
negros americanos se fueron incorporando
a la sociedad civil. Si bien las mujeres han
padecido una situación negativa durante gran
parte de la historia humana, sus derechos se
han ido equiparando a los de los hombres
gracias, en parte, al desarrollo de la idea de
ciudadanía en la modernidad.
El modelo liberal de ciudadanía,
hegemónico durante décadas, se
caracteriza por defensor los
siguientes puntos principales:
a) Libertad
b) Uso instrumental de la moral pública
c) El individualismo es el elemento más
importante de la ciudadanía liberal
d) Participación política
e) Neutralidad del Estado
Ciudadanía republicana
Este modelo ha ido adquiriendo más relevancia
debido a algunos problemas del modelo
liberal, en la segunda mitad del siglo XX.
De todas formas, aunque se plantee como una
alternativa al citado liberalismo, no pocos
autores consideran que es inevitable un acuerdo
entre una y otra opción, un modelo mixto.
Enlaza con el republicanismo clásico, aunque ha
sabido adaptar en muchas ocasiones sus tesis
a la modernidad. Sus autores más
representativos son Habermas, Hannah Arendt,
J.G.A. Pocock, Quentin Skinner o Philip Pettit.
a) Idea de libertad
b) Igualdad
c) Justicia
d) Ciudadanía deliberativa y activa
e) La educación del ciudadano
La Revolución americana
ciudadanía liberal

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Abarca desde la aparicion del

hombre hasta los primeros

escritos, las organizaciones

primitivas estaban constituidas

a partir de estructutas matriar-

cales y patriarcales, consolidando

planes y tribus.

grecia

roma

el modelo romano

implicaba la creación de distintos grados de ciudadanía. Por ejemplo, se permitía a los esclavos que en algún momento pudieran conseguir esta condición, y también podían tener acceso a ella individuos pertenecientes a las tierras conquistadas por el imperio. Un punto de inexión para la creación de una ciudadanía romana se dio en el año 494 a.C., cuando las protestas de los plebeyos en el monte Aventino permitieron establecer un pacto con los patricios. Como resultado de este acuerdo se comenzaron a nombrar los primeros Tribunos del Pueblo, que otorgaban a los plebeyos una cierta protección contra abusos e injusticias.

El cosmopolitismo

estoico

Transición hacia

la modernidad

concepto de

ciudadania

HISTORIA

Y MODELOS

PREHISTORIA

Las características básicas del mismo tienen que ver con un desarrollo de la idea de pueblo y de la participación ciudadana, de la aparición de una subjetividad reexionante y, en consecuencia, del sujeto político. En sus inicios, en Atenas funcionaba un sistema jerárquico que en sí no era autoritario, en elsentido de los gobernantes no podían hacer aquello que considere convenientemente.

Grecia fue un inicio de muchas cosas

importantes, por ejemplo de la

democracia y también de la losofía,

ámbitos que esmuchas ocasiones

se separan.En materia política, Grecia

ha legado los modelos que

vamos ahora a presentar

y analizar: el modelo ateniense y

el modelo espartano.

Modelo ateniense modelo espartano

El modelo político espartano fue predominante en su época, además de tener una gran importancia en las obras de Platón y Aristóteles. Algunos autores consideran incluso que el concepto de ciudadanía nació en Esparta antes que en Atenas. También en este modelo, al igual que en Atenas aunque con elementos diferentes, se consideraba el bien colectivo por encima del interés individual. Eso signicaba una evolución desde la época más antigua de Homero

El modelo representado por Roma, a diferencia del griego, mucho más concentrado en el tiempo, ha mantenido una prolongada vigencia (material o teórica) durante unos quince siglos. Sea considerada como una forma de gobierno democrática o no desde el punto de vista de la actualidad, lo que no puede discutirse es que ha permitido mantener un camino que es el que nos ha conducido al momento en el que nos encontramos

El modelo romano se transmitía

por vía paterna, de modo que

cualquier hijo de ciudadano

obtenía nada más nacer, de forma

automática, el estatus de ciudadanía.

El emperador Augusto ordenó que

se establecieran controles en

este sentido, como fue el caso de

un registro escrito, que en la

práctica era un “certicado de

ciudadanía”. De esta manera, el

ciudadano vivía bajo la esfera del

derecho romano, tanto en la vida

privada como en la pública

El estoicismo griego y romano

(desarrollado en tres etapas distintas, que podemos situar en el 300 a.C., en el 100 a.C. y en el 100 d.C.). Su propuesta cosmopolita sólo desde hace relativamente poco se está considerando y estudiando seriamente como la base teórica de una propuesta sobre la ciudadanía adaptable a nuestra contemporaneidad.

La elaboración moderna que se ha hecho del estoicismo ha provocado el desarrollo de una idea de ciudadanía mundial que pone en cierta manera en cuestión el poder del Estado. El monopolio del bien, el eje de toda decisión política, ya no lo poseen los Estados, de modo que el marco de legitimidad se amplía a niveles mundiales. Se rompe así, en cierta forma, con la premisa aristotélica que consideraba que el hombre únicamente puede pretender alcanzar la areté dentro de los límites de la polis. El Estado es importante, y también lo es la propia individualidad, por ejemplo, pero para el estoicismo lo prioritario es la humanidad en sentido general.

La idea estoica de ciudadanía englobaría la ley

natural y el derecho civil en su proyecto de

ciudadanía universal (kosmopolites). De

hecho, en este modelo se da una doble

ciudadanía, la de la comunidad cercana y la

comunidad universal, y eso no tendría

porqué generar problemas de pertenencia o

delidad; todo forma parte del círculo, y, por

ejemplo, a nivel local se da una comunidad

política, que es trascendida por una

comunidad moral general; la pretensión es

que la comunidad global de corte moral

alcance un desarrollo pleno en el marco

político

Hasta épocas bastante recientes

no encontramos en absoluto que

el tema de la ciudadanía haya tenido

una importancia tan decisiva.

Tras Grecia y Roma, ámbitos en los

que la ciudadanía estructuraba

fuertemente de una o de otra manera

la vida cotidiana, en el mundo

medieval prácticamente desaparece.

La caída del Imperio Romano acabó

en la práctica con la ciudadanía, pues

la autocracia bizantina no le dio

margen de maniobra

La era de las

revoluciones

Hasta épocas bastante recientes

no encontramos en absoluto que

el tema de la ciudadanía haya

tenido una importancia tan

decisiva. Tras Grecia y Roma,

ámbitos en los que la ciudadanía

estructuraba fuertemente de una

o de otra manera la vida cotidiana,

en el mundo medieval prácticamente

desaparece. La caída del Imperio

Romano acabó en la práctica con

la ciudadanía, pues la autocracia

bizantina no le dio margen

de maniobra

Ciudadanía en la

contemporaneidad

En el siglo XVIII cambia drásticamente

el panorama relativo al principio de

ciudadanía y, por extensión, a la política

en general. La herencia de la Ilustración

fue clave en este renacimiento de la

democracia y de las luchas sociales, en

esta vigorización que se imprimió a la

esfera de lo político. Los principios que

denían el funcionamiento de la política

comienzan a cambiar, a la vez que se

abre el ejercicio efectivo del poder

Modelos de ciudadanía

A pesar de que el término

ciudadanía funciona desde la Grecia

clásica, no es hasta bien entrado el

siglo XX cuando se trata de

conceptualizar de forma sistemática.

El responsable fue T.H. Marshall

(1950), que trata de superar su

equivalente romano (cives), al no ser

ya viable desde la época de las

revoluciones. La condición de ciudadanía

abarcaría una serie de derechos,

concretamente de tres tipos: los

derechos civiles (concedidos en el

siglo XVIII), los derechos políticos

(siglo XIX) y los derechos sociales

y económicos

Cristianismo y ciudadanía

La caída del Imperio provocó que los obispos asumieran no sólo el poder espiritual sino también el político en cada diócesis. El cristianismo adoptó una posición poco mundana, en el sentido de que se despreciaba e infravaloraba la vida en el mundo material “mi reino no es de este mundo”, la vida no es una nalidad en sí misma y, aunque tampoco se rechace el vivir en comunidad, no se valoran fuertemente algunos de sus aspectos más inmanentes

Las ciudades-estado italianas

A nales de la Edad Media, en el norte de Italia se organizaron una serie de ciudades-estado independientes, desvinculadas de los Estados ponticios y de los modelos caciquiles reinantes, que llegaron a adoptar regímenes republicanos. Nacieron de esta manera las repúblicas de Florencia, Venecia, Pisa, Génova, Milán, Bolonia, Siena, etc., que contaban con autoridad propia tanto política como judicial, y que también prosperaron a varios niveles durante siglos; orecieron las artes, las letras, el comercio, etc.

La revolución americana se diferencia de la francesa, entre otros motivos, en que se creaba un nuevo Estado, los Estados Unidos de América, donde se pasó de ser súbdito británico a ciudadano estadounidense. Las trece colonias americanas que habían pertenecido al Imperio Británico se independizaron, primero con la Declaración de Independencia de 1776, y después con la raticación de la Constitución (1789).

La Revolución Francesa

El origen de esta circunstancia puede detectarse en la inuencia que de cara al modelo francés jugó un pensador como Jean-Jacques Rousseau, que tanto subrayó la importancia de la voluntad general y de la movilización popular. Una serie de derechos que se promulgaron a través de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) son: derechos civiles como la igualdad ante la ley, el n del sistema de detenciones discrecionales o la libertad de expresión

Ciudadanía y nacionalidad

La relación entre ciudadanía y nación ha sido complicada. Aunque pensadores como Jürgen Habermas aseguran que “la ciudadanía no ha estado nunca ligada conceptualmente a la identidad nacional” (Heater 2007: 162), a partir del siglo XVIII comenzó a identicarse ciudadanía con Nación, en el vínculo mismo que les otorgaba el Estado. No pretendemos decir con esto que su contenido conceptual fuera el mismo, sino que la ciudadanía se denía a partir de la hegemonía de la idea de Nación. En la Revolución francesa, al interpretarse la Nación con criterios políticos, sí que se dio una fuerte identicación entre estos dos conceptos

Los derechos de los negros americanos y de la mujer En los EEUU llegaron a existir en algún momento cuatro millones de esclavos negros de origen africano. A mediados del siglo XIX, gracias a la iniciativa del presidente Abraham Lincoln, se aprobó la ley que ilegalizaba la esclavitud, aunque en la práctica los negros se vieron } prácticamente sin una gran parte de sus derechos actuales hasta mediados del siglo XX. La lucha reivindicativa, fruto de una cada vez más extendida conciencia cívica, acabó con la segregación racial, obteniéndose una igualdad efectiva con los blancos. Poco a poco, los negros americanos se fueron incorporando a la sociedad civil. Si bien las mujeres han padecido una situación negativa durante gran parte de la historia humana, sus derechos se han ido equiparando a los de los hombres gracias, en parte, al desarrollo de la idea de ciudadanía en la modernidad.

El modelo liberal de ciudadanía, hegemónico durante décadas, se caracteriza por defensor los siguientes puntos principales: a) Libertad b) Uso instrumental de la moral pública c) El individualismo es el elemento más importante de la ciudadanía liberal d) Participación política e) Neutralidad del Estado

Ciudadanía republicana

Este modelo ha ido adquiriendo más relevancia debido a algunos problemas del modelo liberal, en la segunda mitad del siglo XX. De todas formas, aunque se plantee como una alternativa al citado liberalismo, no pocos autores consideran que es inevitable un acuerdo entre una y otra opción, un modelo mixto. Enlaza con el republicanismo clásico, aunque ha sabido adaptar en muchas ocasiones sus tesis a la modernidad. Sus autores más representativos son Habermas, Hannah Arendt, J.G.A. Pocock, Quentin Skinner o Philip Pettit.

a) Idea de libertad b) Igualdad c) Justicia d) Ciudadanía deliberativa y activa e) La educación del ciudadano

La Revolución americana

ciudadanía liberal