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LOS HUESOS DE LA CABEZA: REGIÓN NEUROCRANEAL Y VISCEROCRANEAL, Monografías, Ensayos de Fisioterapia

El presente trabajo se buscará establecer primeramente que es el sistema óseo o esquelético y cuáles son sus partes, para posteriormente hacer énfasis la estructura craneal y facial, la clasificación, definición y estructuración de los huesos que la componen, como es que estos se encuentran unidos, y cuáles son las afecciones más comunes del sistema craneal, así como la solución que puede ofrecer las fisioterapia a estas problemáticas.

Tipo: Monografías, Ensayos

2021/2022

Subido el 17/07/2022

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Universidad Nacional Experimental “Simón Rodriguez” – UNESR
Cumaná, Estado Sucre, Venezuela
P.N.F en Fisioterapia
LOS HUESOS DE LA CABEZA: REGIÓN NEUROCRANEAL Y VISCEROCRANEAL
Frederyck Conde, Kamily Antón, Stefany Galantón y Yariannys Rodriguez
Lic. Patricia Romero
Cumaná, 15 de julio de 2022
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Universidad Nacional Experimental “Simón Rodriguez” – UNESR Cumaná, Estado Sucre, Venezuela P.N.F en Fisioterapia

LOS HUESOS DE LA CABEZA: REGIÓN NEUROCRANEAL Y VISCEROCRANEAL

Frederyck Conde, Kamily Antón, Stefany Galantón y Yariannys Rodriguez Lic. Patricia Romero Cumaná, 15 de julio de 2022

INTRODUCCIÓN

El ser humano es una de las creaciones de la naturaleza más complejas de las que se tienen conocimiento hasta la fecha, y no es para menos que sea considerado así. Estamos hablando de una “máquina” caracterizada por una elevada organización que le permite cumplir con las funciones primordiales de nutrición, relación y reproducción, lo que le otorga al mismo, y a la especie en general, la posibilidad de mantenerse con vida. La evolución nos dio como resultado un organismo capaz de cumplir tareas de manera eficiente y con la capacidad de adaptarse a los cambios, captar y procesar información, crear energía para el correcto funcionamiento de las células, su componente constituyente básico, crear nuevos individuos, entre otras. Pero ¿Por qué consideramos al cuerpo humano como una máquina? Pues bien, como ya se mencionó, las células son el componente básico del cuerpo. Estas se agrupan en función a la tarea que desempeñan (debido a que existen diversos tipos de células) para formar tejidos más especializados con los cuales darán lugar a los órganos, estos últimos a su vez se unirán para formar estructuras aún más capaces y variadas, como lo son los sistemas nervioso, óseo, muscular, etc. Dichos sistemas no se saltan la norma; a pesar de poseer labores y un campo de acción determinado, notamos como se encuentran entrelazados, funcionando y coexistiendo de manera simultánea sin interrumpir los procesos que los demás llevan a cabo, sino todo lo contrario. Todo sistema del cuerpo humano trabaja en conjunto con otro u otros, como puede apreciarse, por ejemplo, con los sistemas óseo, articular y muscular: por un lado los músculos nos brindan la fuerza y destreza necesarias para realizar actividades físicas de alta y baja complejidad, mientras que por el otro lado, sin el esqueleto no sería posible que los músculos acciones ya que este último otorga sostén y

EL SISTEMA ESQUELÉITICO: SOSTÉN Y ARMADURA DEL CUERPO

El sistema esquelético no es otra cosa que sino una estructura o agrupación muy organizada de tejido firme, que a su vez podría dividirse en dos tipos: el tejido óseo o sólido y el tejido cartilaginoso simplemente cartílago, el cual es un tipo de tejido más flexible. En el caso de las primeras trata únicamente de los huesos, mientras que el cartílago funciona como tejido conjuntivo, es decir que este sirve de conexión entre los huesos. Cabe destacar que, a pesar de no ser exclusivos del sistema esquelético sino que son compartidos con el sistema muscular y articular (formándose así el llamado sistema osteomuscular), este también cuenta con la presencia de tendones y ligamentos, otro tipo de tejido conectivo que en este caso es de tipo fibroso en lugar rígido. Si bien proporcionarle al cuerpo la capacidad de movilizarse y mientras sirve como base o sustento son funciones más que útiles, estas no son las únicas aportaciones que el sistema óseo hace al cuerpo. Existe un proceso llamado hematopoyesis, el cual es llevado a cabo dentro de los huesos (en la medula) y cuya función es crear tanto células sanguíneas e inmunitarias, como lo son los eritrocitos (glóbulos rojos), las plaquetas, los granulocitos, monocitos y linfocitos (glóbulos blancos). Además de esto, los huesos también sirven como almacén de minerales (calcio y fosforo principalmente) y lípidos, sustancias que el cuerpo precisa para llevar a cabo procesos orgánicos, como lo es la contracción muscular.

1. TIPOS DE TEJIDO

1.1 EL TEJIDO RÍGIDO

Por su parte, los huesos son el principal, más abundante y característico componente del sistema óseo. Son considerados tejido rígido por ser la parte con mayor dureza del cuerpo, siendo superados solo por el esmalte de los dientes. Lo que le otorga su peculiar dureza a los huesos es la manera son dos de sus componentes principales; poseen una coraza de colágeno de alto valor proteico y también fosfato cálcico, un ión de calcio cuyo enlace atómico resulta difícil de quebrantar. Los huesos pueden clasificarse de acuerdo a su morfología de la siguiente forma:  Huesos largos: aquellos que destacan por su longitud y que se componen de la diáfisis (zona central cilíndrica), dos epífisis (ubicadas en los extremos y cubiertas por cartílago), la cavidad medular (ubicada dentro de la diáfisis), el periostio (membrana fibrosa que cubre el hueso) y por el endostio (membrana delgada que cubre la cavidad medular).  Huesos cortos: esos que, como lo indica su nombre, no son particularmente extensos. Se encuentran cubiertos de cartílago y generalmente conforman articulaciones.  Huesos planos: los huesos más anchos y planos. Son estos los principales encargados de proteger los órganos y tejidos blandos, como lo es el caso del cráneo.

de los músculos pueda ser aprovechada por el esqueleto, otra clara demostración de lo importante que son para la locomoción.

  1. COMPOSICIÓN DEL SISTEMA ESQUELÉTICO Debido a la necesidad de estudiarlo y analizarlo, así como también por fines prácticos, es que el esqueleto suele dividirse en las zonas axial y apendicular. Siendo el esqueleto apendicular la agrupación de las extremidades, hombros y cintura. En esta división se ubican un 126 huesos en su totalidad, los cuales se dividen en: 4 huesos de la cintura escapular (hombro); 30 huesos en cada brazo (1 hueso en el brazo, 2 en el antebrazo, 8 en la muñeca, 5 en cada metacarpo y 14 en las falanges); 3 huesos de la cintura pélvica; 30 huesos por cada pierna (1 en el muslo; 2 en la pierna; 8 en el tarso; 5 en el metatarso y 14 en las falanges) Mientras que el esqueleto axial es el conjunto de huesos ubicados en el plano sagital. Este se encarga de soportar el peso del cuerpo y proveer protección. Está conformado por: la columna vertebral, con un total de 26 huesos divididos en 6 partes (7 vertebras cervicales, 12 vertebras torácicas, 5 lumbares, 1 sacro y 1 cóccix); el tórax, con 25 huesos agrupados en 12 pares de costillas y el esternón; y por último, pero no menos importante, la cabeza, con 29 huesos (8 craneales, 14 faciales, 8 en el oído y el hioides, un hueso de la garganta que no está articulado)

HUESOS DE LA CABEZA

A pesar de generalmente solemos ver como sinónimos las palabras “cráneo” y “cabeza” esto deja de ser así cuando nos alejamos los dialectos mas informales para adentramos en el correcto uso de estos términos. El cráneo es un conjunto de huesos planos unidos entre sí, que abarcan solamente la

parte superior de la cabeza y que encierran y protegen el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo. Para evitar mayor confusión, dicha zona suele ser denominada como neurocráneo. Mientras que el resto de las estructuras óseas y cartilaginosas presentes en la cabeza son pertenecientes al esqueleto facial o viscerocráneo (la cara).

  1. REGIÓN NEUROCRANEANA Al cráneo lo conforman en su totalidad 8 huesos, de los cuales 4 son impares (frontal, etmoides, esfenoides y occipital) y 2 son pares (parietal y temporal). Dichas estructuras en conjunto no solo cumplen la función de ser una carcasa para el cerebro y las partes cercanas a los nervios craneales y los vasos sanguíneos. Además de proporcionar defensa, lo que de por sí es de suma importancia porque cualquier daño ocasionado en el cerebro pone en riesgo nuestra integridad (e incluso nuestra vida), sino que también sirve como soporte para los músculos faciales. El neurocráneo posee un techo en forma de bóveda bastante cercano al cuero cabelludo, llamado calvaria, compuesta por los huesos frontal, occipital y parietal, y una base que se compone del la sutura del resto sus huesos conformantes. Dichas sutura son fibrosas y de diferentes tipos, ya sean escamosas, dentadas o pedrosas. En la parte posterior tenemos unión del hueso occipital con ambos parietales, denominada sutura lamboidea. También está una sutura que atraviesa el plano sagital, por lo que posee el mismo nombre, aunque también es conocida como sutura interparietal. Y finalmente está la sutura coronal, que une al hueso frontal con ambos parietales 1.2. HUESOS PARES E IMPARES DEL NEUROCRÁNEO 1.2.1 HUESOS PARIETALES

Por dentro del parietal hay unas pequeñas ramificaciones de células o hendiduras denominadas surcos encargados de contener vasos sanguíneos. Hay un total de 2 de estas hendiduras, una extensa y delgada que alberga la arteria meníngea media, atravesando desde la intersección con el esfenoide hasta el borde escamoso, y otra aún más amplia para el seno sagital superior, por lo que está ubicada en torno a ese borde. 1.2.2 HUESOS TEMPORALES Al igual que el anterior, este es el otro hueso constituyente del cráneo que se puede encontrar en pares. Constituye una gran parte del lateral del cráneo, específicamente en la sien, abarcando también las estructuras del oído interno y medio; el temporal tiene una porción petrosa o dentada, mediante la que se une a una porción escamosa, también llamada mastoidea, y la porción timpánica. El hueso temporal asienta las fisuras escamosa, que es la unión que mantienen con el hueso parietal y esfenoides, la occipitomastoidea, que es la encargada de unir este hueso al occipital, y las fisuras timpanoescamosa, timpanomastoidea, petrotimpánica y petroescamosa, las cuales guardan una estrecha relación con el oído medio. Debido a esto, tal y como puede apreciarse por a su ubicación y las conexiones que tiene, la función del hueso temporal es proteger albergar los órganos que hacen posible la audición. A través de su porción escamosa es que surge la apófisis mastoides, una estructura que sirve como punto de inserción a lo músculos del cuello, como el esternocleidomastoideo y el esplenio. Y un poco más al lado, en la porción timpánica, tiene origen el proceso estiloides. Es una protuberancia ósea en forma de cilindro delgada, que mide 25 mm, aproximadamente. Está relacionada con las arterias

carótidas, tanto internas como externas, y en conjunto con la apófisis mastoides crean un Foramen por el cual transcurre el nervio facial: el foramen estilomastoideo. 1.2.3 HUESO OCCIPITAL De aquí en adelante nos encontraremos con huesos impares. Ubicado en la zona postero- inferior del cráneo está el occipital, el cual en conjunto con el hueso parietal, conforma la parte trasera del neurocráneo. Del mismo modo que articula con el parietal, este hueso se encuentra unido al esfenoides, creando la sutura esfenobasilar, al temporal, con el que da a lugar a las sutura occipitomastoide o petrooccipital, y, además, es el único hueso craneal en unirse con la columna cervical. Tiene 4 partes constituyentes: la apófisis o porción basilar, la escama occipital y las masas laterales, y estas a su vez generan el denominado agujero occipital, un sitio que alberga gran cantidad terminaciones nerviosas. La porción basilar es el extremo que limita con el hueso temporal. También se une al esfenoides, formando el hueso tribasilar (el cual emerge en la adolescencia y desaparece a los 25 años, aproximadamente), y del mismo modo conecta con el tubérculo faríngeo. Mientras que la porción escamosa es la parte constituyente más extensa de este hueso. Es la responsable de la llamada protuberancia occipital externa (un bulto que sobresale ligeramente en esa región del cráneo). La porción escamosa en su parte interna, debido a los senos sagital, transverso y sigmoideo, posee dos depresiones óseas (también llamadas hundimientos o simplemente huecos): una superior que sirve para albergar el lóbulo occipital, y una inferior donde se encuentra el cerebelo. Ambas porciones delimitan una estructura conocida como foramen magno (o mayor), un foramen ubicado en la parte posterior que adquiere relevancia en cuanto a las funciones del sistema nervioso central y el sistema circulatorio.

hueso temporal y la esfeno-occipital con el hueso occipital. Además, tiene una peculiar forma que asemeja una mariposa, lo que lo convierte en el hueso más complejo que te todo el sistema óseo. Y al igual que los anteriores también está formado por 4 porciones: el cuerpo, el proceso pterigoides y las alas mayor y menor. El cuerpo es toda la zona central. Este contribuye en la formación de la cavidad nasal, forma la pared del conducto óptico, forma también la silla turca o fosa hipofisiaria (un compartimiento cuya función es alojar la hipófisis y las meninjes). Esta poción tiene margen en la parte superior y en la inferior del cráneo. En la parte superior del cuerpo de este hueso tienen origen unas formaciones que se expanden hacia los lados para formar una de las dos pares de alas que le dan al esfenoides su peculiar forma: las alas menores. Estas sirven como un conducto para el nervio óptico y la arteria oftálmica. Su parte inferior participa en el borde lateral de la órbita, mientras que la parte superior conforma la cavidad craneal. Un poco más abajo surgen las alas mayores. Otro tipo de formación ósea muy similar a la anterior mencionada, solo que estas ostentan un tamaño mucho mayor. Presentan 3 caras, una en relación directa con el cerebro, otra que tiene relación con la fosa temporal y otra que se relaciona con las órbitas orbitaria. Además del tamaño, otra diferencia entre ambas alas son la presencia de unos orificios que solo se encuentran en las alas mayores, como, por ejemplo, el foramen redondo mayor, que transmite el nervio maxilar, el foramen oval, que permite el paso del nervio mandibular, la arteria meníngea accesoria, el nervio petroso menor y la vena emisaria, entre otros. Por último, pero no menos importante, están los procesos pterigoides, unas extensiones de la cara que emergen del cuerpo del esfenoides hacia la zona inferior. Estas son unas estructuras de

apariencia cilíndrica simple que contienen dos conductos conocidos como conducto pterigoideo (el cual transporta al nervio petroso mayor, nervio petroso profundo y vasos del conducto pterigoideo) y el conducto palatovaginal (que transporta al nervio faríngeo) 1.2.5 HUESO ETMOIDES El etmoides es otro de los huesos irregulares localizado en la base del cráneo. Este cuenta con una estructura esponjosa, siendo el único hueso de la cavidad craneal en poseer dicha característica. Se encuentra limitando con el área inferior del hueso frontal, así como también está bastante cercano al viscerocráneo. Además, en su parte superior se encuentran las órbitas oculares y el hueso lagrimal, Cabe destacar que en medio del hueso frontal y del etmoides, se puede localizar al hueso esfenoides. De tal manera, el etmoides solo se une al hueso frontal, creándose la sutura fronto-etmoidal. El etmoides está formado por 2 láminas, una horizontal y otra vertical o cribosa, y por una estructura llamada laberinto etmoidal. La horizontal es una lamina delgada que atraviesa la lámina cribosa por la parte superior, para luego conectarse con el cartílago del tabique nasal, estructura de la que también forma parte; por su parte, la lámina cribosa es la encargada de crear el techo de la cavidad nasal, así como también permite que las fibras olfatorias traspasen hasta él cráneo mediante las numerosas aperturas llamadas laberintos etmoidales. Estos laberintos se encuentran en ambos extremos del hueso y contienen múltiples horificios pequeños que comprenden a los senos etmoidales. Estos últimos son estructuras importantes del cráneo, responsables de la sensación del olfato, humidificación, fonación y ventilación. El etmoides también se encarga de formar dos de las estructuras prominentes de la cavidad nasal: los cornetes nasales superior y medio del hueso etmoides.

lugar de inserción para el músculo oblicuo superior en el ángulo medial del ojo. Mientras que su tercer y último componente, la porción nasal, el resultado de la unión de la espina nasal del hueso frontal con los procesos frontales del hueso maxilar y los huesos nasales. En tal sentido, los procesos que esta lleva a cabo son alusivos a la respiración, el olfato, el habla y el gusto.

2. EL VISCEROCRÁNEO

Tal y como ya se dejó en claro, esta región abarca la totalidad de los huesos faciales, 14 huesos para ser exactos, donde sólo el vómer y la mandíbula o maxilar inferior son impares. Los huesos del viscerocraneo son:  MAXILAR SUPERIOR Es un par de huesos cortos e irregular, aplanado de adentro afuera, presenta dos caras una interna y una externa, también cuatro bordes y cuatro ángulos y en su borde inferior da inserción a los dientes de la arcada superior. Este articula con ml maxilar del lado opuesto en la línea media, con el frontal y el etmoides y los huesos propios de la nariz por arriba, y con los palatinos y el vómer hacia el medio y por detrás.  PALATINOS Son un par de huesos cortos e irregulares y ocupan uno en el lado derecho y otro en el izquierdo. Se localizan por detrás del maxilar con quien se articula hacia delante. Presentan para su estudio dos láminas, una horizontal y otra vertical. Este hueso articula con: el palatino del lado opuesto; por detrás

con el esfenoides; y por arriba con el vómer y conchas nasales inferiores. Cabe destacar que contribuye a la formación de las fosas nasales.  CIGOMÁTICOS O HUESO MALAR También conocidos como malares o pómulos, estos son un par de huesos cortos e irregular situados en la parte más externa de la cara. Este es aplanado de fuera hacia adentro, contribuye con la formación de las cavidades oculares y articula con el hueso frontal por arriba, por debajo con los maxilares superiores y por los lados con los temporales  Huesos propios de la nariz Estos son un par de hueso par colocado a cada lado de la línea media. Es una lámina cuadrilátera con dos caras y cuatro bordes. Estos limitan con el hueso frontal por la parte superior, con el maxilar superior por la parte inferior, con el homónimo del lado opuesto en la línea media y con el etmoides. También contribuyen con la formación de las fosas nasales.  CORNETES O CONCHAS NASALES INFERIORES Hueso par, situado en la parte inferior de las fosas nasales. Estos forman la parte inferior de las fosas nasales, lugar donde se encuentran ubicados. Están compuestos por: dos caras internas interna y externa, dos bordes y dos extremidades. Asimismo, se articulan con el etmoides y el maxilar superior, el palatino por detrás y con los lagrimales por delante.  UNGUIS O HUESOS LAGRIMALES

también tiene forma de pirámide cuadrangular de base anterior. En la órbita se estudian cuatro paredes: la superior o techo, formada por la porción horizontal del frontal y el ala menor del esfenoides; la inferior o piso, formada por la apófisis piramidal del maxilar superior, la apófisis orbitaria del cigomático y la apófisis orbitaria del palatino; la interna, formada por la apófisis ascendente del maxilar superior, los lagrimales y lámina orbitaria del etmoides; y la externa, formada por el ala mayor del esfenoides y las apófisis orbitarias del cigomático y la del hueso frontal.  FOSAS NASALES Por otro lado, las fosas nasales son simplemente largos corredores aplanados. Estas se ubican transversalmente de derecha e izquierda en la línea media. Cada una de ellos presenta cuatro paredes y dos aberturas, anterior y posterior. También poseen una pared externa, formada por seis huesos: maxilar superior, esfenoides, palatino, lagrimal, conchas nasales inferiores y el etmoides; una pared interna, representada por el tabique nasal (formado por el vómer y la lámina perpendicular del etmoides); una pared superior o techo, formada por los huesos propios de la nariz, espina nasal del hueso frontal, lámina horizontal del etmoides y el cuerpo del esfenoides; y una pared inferior o piso; formada por la apófisis palatina del maxilar superior y la lámina horizontal del hueso palatino.  BÓVEDA PALATINA Finalmente, tenemos a la bóveda platina, una región en forma de herradura. Limitada por detrás al borde posterior del palatino. Por delante y a los lados, el borde alveolar del maxilar superior foramen espinoso, que es atravesado por los vasos meníngeos medios, el nervio espinoso (ramo del nervio mandibular) se ubica en el margen posterior de las alas mayores.

LESIONES EN LA CABEZA

Una lesión de la cabeza ocurre como resultado de un trauma en el cuero cabelludo, el cráneo o el cerebro. Estas pueden ser de tipo cerradas, en las que no hay corte en la piel, o penetrantes, esas en las que la dureza de los huesos no ha sido suficiente para oponerse al impacto o golpe en cuestión, provocando el rompimiento de los mismos y, lógicamente, también de la piel. Asimismo, también se catalogan en función a la gravedad de las mismas en lesiones traumáticas leves o graves. Al padecer de una lesión craneal el paciente puede presentar sistemas variados que determinaran si las lesiones generaran un traumatismo que se agravará con el tiempo o si la gravidez puede ser controlada en ese momento. Algunas de las afecciones son: la concusión (incluye lesiones del cerebro que son causadas por un golpe en la cabeza o cuerpo, una caída, u otro trauma que mueve o sacude el cerebro dentro del cráneo; la contusión, un moretón del tejido cerebral, a menudo asociado con hinchazón e incremento en la presión dentro del cráneo, denominada presión intracraneal; hemorragias internas; Lesiones cortantes (también denominadas daño axonal difuso), las cuales son el resultado cuando del desbalanceo violento del cerebro contra cráneo; entre otras. Mientras que, en términos generales, la sintomatología abarca, pérdida de conciencia por unos pocos segundos a unos pocos minutos, confusión, problemas de memoria, mareos, dolor de cabeza, pérdida de la memoria (amnesia) de eventos antes de la lesión o inmediatamente luego de la misma, náuseas y vómitos, nivel alterado de la conciencia, como estar somnoliento o dificultad para despertarse, presión arterial altapulso lento y respiración anormal, hinchazón, deformidad del cráneo, dolor de cabeza severo y repentino, convulsiones y nausea o vómitos repetidos.