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Los relatos de milagros de Ignacio de Loyola: un ejemplo de la renovación de las prácticas hagiográficas a finales del siglo XVI, Apuntes de Antropología de la Religión

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 09/07/2019

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CRITICÓN,
99,2007,
pp. 5-56.
Los
relatos de milagros de Ignacio de Loyola:
un
ejemplo
de la renovación de las prácticas
hagiográficas a
finales
del
siglo
XVI
y
principios
del
siglo
XVII*
Axelle
Guillausseau
Casa
de Velázquez, Madrid
Entre
los muchos documentos hagiográficos dedicados a Ignacio de Loyola durante
la segunda mitad del
siglo
xviy la primera del xvn, el que mejor revela el alcance de su
canonización tal vez sea, algo paradójicamente, la Relación de lo que ha sucedido en el
negocio
de la canonización del bienaventurado P. Ignacio de Loyola, fundador de la
religión de la Compañía de jesús. Y de lo que acerca de su beatificación ha hecho la
Santidad de nuestro señor Paulo Papa V este año de 1609, relación compuesta por el
Padre
Pedro de Ribadeneyra1. Es verdad que no hay obra que evoque tan poco la vida
del santo como esta selección de documentos reunidos por este jesuíta erudito que fue, a
la vez, el hijo espiritual de Ignacio de Loyola y su primer hagiógrafo: sus virtudes
heroicas
y sus milagros
sólo
están mencionados de manera marginal. Pero también es
verdad
que a través de estas fuentes administrativas y diplomáticas2, se percibe
*
Una versión francesas breve de este artículo se publicó en el número 36 / 2 de los Mélanges de la
Casa de Velázquez (noviembre de
2006,
pp.
233-254).
Agradezco mucho a
Marc
Vitse, Lidwine Linares y
Laurie-Anne
Laget su ayuda
para
la traducción de este artículo.
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Para
la descripción bibliográfica de los textos áureos, ver el Catálogo publicado al final de este
trabajo,
Catálogo
al que se refieren, precedidos de la letra C, los números indicados en las notas. En el texto y las notas
de este artículo, se modernizan las citas y los títulos de las obras evocadas; en el Catálogo se mantienen las
grafías
originales.
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Este libro reúne, entre otros documentos,
cartas
de súplica de los padres jesuítas, epístolas enviadas al
Papa
por los reyes, tanto españoles como extranjeros, misivas de los reyes españoles enviadas a sus
embajadores
en Roma, breves pontificales...
CRITICÓN. Núm. 99 (2007). Axelle GUILLAUSSEAU. Los relatos de milagros de Ignacio de Loyola: un ejemplo de la renovación ...
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¡Descarga Los relatos de milagros de Ignacio de Loyola: un ejemplo de la renovación de las prácticas hagiográficas a finales del siglo XVI y más Apuntes en PDF de Antropología de la Religión solo en Docsity!

CRITICÓN, 9 9 , 2 0 0 7 , pp. 5-56.

Los relatos de milagros de Ignacio de Loyola:

un ejemplo de la renovación de las prácticas

hagiográficas a finales del siglo XVI

y principios del siglo XVII*

A x e l l e G u i l l a u s s e a u

Casa de Velázquez, Madrid

Entre los muchos documentos hagiográficos dedicados a Ignacio de Loyola durante la segunda mitad del siglo x v i y la primera del x v n , el que mejor revela el alcance de su canonización tal vez sea, algo paradójicamente, la Relación de lo que ha sucedido en el negocio de la canonización del bienaventurado P. Ignacio de Loyola, fundador de la religión de la Compañía de jesús. Y de lo que acerca de su beatificación ha hecho la Santidad de nuestro señor Paulo Papa V este año de 1609, relación compuesta por el Padre Pedro de Ribadeneyra^1. Es verdad que no hay obra que evoque tan poco la vida del santo c o m o esta selección de documentos reunidos por este jesuíta erudito que fue, a la vez, el hijo espiritual de Ignacio de Loyola y su primer hagiógrafo: sus virtudes heroicas y sus milagros sólo están mencionados de manera marginal. Pero también es verdad que a través de estas fuentes administrativas y d i p l o m á t i c a s 2 , se percibe

  • Una versión francesa más breve de este artículo se publicó en el número 36 / 2 de los Mélanges de la Casa de Velázquez (noviembre de 2 0 0 6 , pp. 2 3 3 - 2 5 4 ). Agradezco mucho a Marc Vitse, Lidwine Linares y Laurie-Anne Laget su ayuda para la traducción de este artículo. 1 Para la descripción bibliográfica de los textos áureos, ver el Catálogo publicado al final de este trabajo, Catálogo al que se refieren, precedidos de la letra C, los números indicados en las notas. En el texto y las notas de este artículo, se modernizan las citas y los títulos de las obras evocadas; en el Catálogo se mantienen las grafías originales. (^2) Este libro reúne, entre otros documentos, cartas de súplica de los padres jesuítas, epístolas enviadas al Papa por los reyes, tanto españoles como extranjeros, misivas de los reyes españoles enviadas a sus embajadores en Roma, breves pontificales...

(^6) A X E L L E G U I L L A U S S E A U Criticón, 99, 2 0 0 7

claramente lo que está en juego en la beatificación y la canonización —que tardó hasta 1 6 2 2 en proclamarse— de aquella gran figura de la Reforma católica. La meticulosidad con la cual el Padre Ribadeneyra describe el a p a r a t o eclesiástico utilizado para establecer la santidad de Ignacio de L o y o l a 3 es reveladora de la reciente codificación del proceso seguido. Se dibuja el retrato de una Iglesia renovada en profundidad y se destaca la transformación del proceso de elevación a los altares: ahora, el reconocimiento de la santidad se fundamenta en unos criterios "racionales", frutos del humanismo crítico. L o s d o c u m e n t o s reunidos en esta Relación constituyen además un instrumento adecuado para analizar la difusión de la norma tridentina por diferentes tierras de la cristiandad. H a y , por un lado, un ideal de santidad que corresponde a aquellos tiempos de enfrentamiento: el santo aparece sucesivamente c o m o un individuo que se empeña en difundir una piedad renovada, c o m o el modelo de una santidad que se puede imitar, c o m o un reformador que lucha, en nombre de la ortodoxia, contra las herejías. Y hay, por otro lado, la importancia, revelada por las misivas allí reproducidas, de lo religioso en la construcción de las identidades nacionales^4. Así, la transcripción de la carta que Felipe III envía, el 3 de m a y o de 1 6 0 2 , al Papa Clemente VIII a propósito de la beatificación de Ignacio de Loyola, ilustra la implicación del poder real en este proceso. Cuando implora el monarca al Papa, pidiéndole que

... sea servido de no diferir más esta honra a este B. varón, y que ordene que se tome información de su vida y milagros, pues ahora viven muchas personas graves, que pueden hacer buen testimonio, y se van acabando apriesa...^5 ,

se entiende que desea ver confirmado, por este honor, el papel de heraldo asignado tanto a su cetro c o m o a su pueblo^6. Espíritu post-tridentino, fines nacionalistas, papel desempeñado por el derecho y la razón en los procesos de canonización: los documentos reunidos c o n esmero por el Padre Ribadeneyra también permiten medir la extensión al c a m p o de la hagiografía de los métodos de la filología, calibrar la originalidad de los métodos de los hagiógrafos de este período y t o m a r conciencia del largo trabajo de recopilación de manuscritos y de fuentes, así c o m o de traducción y adaptación al público, que supone la composición de sus obras.

(^3) E n esta Relación ( C. 1 1 7 ) , diferentes p r o c e s o s están puestos al d í a. Después de la r e p r o d u c c i ó n de las c a r t a s remisoriales del P a p a , se e v o c a n la o r g a n i z a c i ó n de las audiciones de los testigos y las reuniones de la C o n g r e g a c i ó n de R i t o s y Cardenales de la R o t a. (^4) N o e n t r a r e m o s a q u í en el debate sobre la pertinencia del u s o del c o n c e p t o de " n a c i ó n " p a r a los períodos a n t e r i o r e s a la R e v o l u c i ó n f r a n c e s a. R e m i t i m o s al análisis de Alain T a l l ó n ( 2 0 0 2 , p p. 2 - 5 ). E n este a r t í c u l o , u t i l i z a r e m o s la definición m u y g e n e r a l del c o n c e p t o de " n a c i ó n " q u e e m p l e a A l a i n T a l l ó n , es d e c i r , la de «sentimiento de u n a c o m u n i d a d de destino» ( 2 0 0 2 , p. 4 ) (^5) R i b a d e n e y e r a , Relación ( 1 6 0 9 , C. 1 1 7 ) , f. 1 8 r. (^6) L a repetición de estos a r g u m e n t o s en la c a r t a que Felipe III envía de m a n e r a c o n c o m i t a n t e al d u q u e de Sesa, su e m b a j a d o r en R o m a , s u b r a y a su i m p o r t a n c i a. E l rey define la c a r g a q u e asigna a su e m i s a r i o j u n t o al P a p a c o n estas p a l a b r a s : «... o s e n c a r g o m u y e x p r e s a m e n t e que de mi p a r t e hagáis m u y vivas instancias a su B e a t i t u d , p a r a q u e m a n d e que se t o m e n las dichas i n f o r m a c i o n e s , y se p r o c e d a en ellas a d e l a n t e , a n t e s q u e m u e r a n los testigos que pueden d e c l a r a r m u c h o , p a r a gloria de D i o s , en h o n r a de este B.... » (ibidem, « O t r a [carta] de su M a g e s t a d , p a r a el Duque de Sessa su E m b a j a d o r » , f. 1 8 v - 1 9 r ).

(^8) A X E L L E G U I L L A U S S E A U Criticón, 99, 2007

santo, nuestro hagiógrafo reflexiona de manera general, en las últimas páginas de su obra, sobre estas manifestaciones sobrenaturales y su validez c o m o señal de santidad:

¿Mas quién duda que habrá algunos que se maravillen, y espanten, y pregunten: ¿Por qué, siendo estas cosas verdaderas (como sin duda lo son) no ha hecho milagros Ignacio, ni ha querido Dios declarar la santidad de este su siervo con señales y testimonios sobrenaturales, como lo ha usado con otros muchos santos? A estos tales respondo yo con el Apóstol: ¿Quién sabe los secretos de Dios? o ¿A quién hizo Dios de su consejo? Porque Él es sólo el que hace las grandes maravillas, como dice David, pues con sola su virtud infinita se pueden hacer las cosas que van sobre la fuerza y orden de naturaleza; y como Él sólo puede hacer esto, así Él sólo sabe en qué lugar, y en qué tiempo, por qué medio, y por cuya intercesión se han de hacer los milagros.^9

Discurso emblemático del trabajo reflexivo que caracteriza el período y, en particular, del cuidado con el cual se examinan las relaciones entre santidad y milagros. Heredero de una definición muy clásica del milagro, concebido ante todo c o m o una o b r a divina, el Padre Ribadeneyra legitima su ruptura con las prácticas tradicionales afirmando que no es preciso hacer milagros para ser santo, ya que, a este respecto, los caminos del Señor son impenetrables. Esta declaración parece reflejar una volundad de establecer la santidad sobre o t r o criterio que el del m i l a g r o , elemento t a n frecuentemente d e n u n c i a d o p o r los protestantes. Pero el caso es que el propio Padre Ribadeneyra comentará en otro sentido su decisión primitiva en una versión ulterior de su obra —en gran parte dedicada a los milagros:

Porque aunque cuando yo imprimí en latín su vida la primera vez, que fue el año de 1572, tuve noticia de algunos otros milagros del santo Padre, no los tenía tan averiguados que me pareciese los debía publicar; los cuales después, con las informaciones auténticas que se han recibido para su canonización, se han comprobado por testigos fidedignos...1 0

N o es pues la puesta en tela de juicio del papel de los milagros en el reconocimiento de la santidad lo que justifica la primera versión de 1 5 7 2 , sino la sensación de que faltan fuentes fiables. L a necesidad de atestiguar la verdad de los hechos sobrenaturales relatados y los imperativos vigentes para la recolección de las fuentes que deriva de ella explicarían, por lo tanto, esta époché originaria.

(^9) Ribadeneyra, Vita Ignatii Loiolae, Societatis Jesu Fundatoris... (1572, C. 1), V, 13, «De miraculis per eum factis», f. 2 0 8 : «Sed dicat aliquis, si hasc vera sunt, ut profecto sunt; quid caussse est, quamobrem illius sanctitas, minus est testata miraculis? Se, ut multorum sanctorum vita, signis declarata, virtutumque operationibus insignita. Cui ego. Quis cognovit sensum Domini, aut quis consiliarius ejus fuit? Ille enim est, qui facit mirabilia magna salus; propterea quod illius tantummodo infinita virtute, fieri possunt, qualunque aut Naturse vim, aut modum excedunt. Et ut solus ille hsec potest; ita ille solus novit, quo loco, quo tempore miracula, & quorum precibus facienda sint». Citamos la traducción publicada en 1 5 8 3 por Alonso Gómez (C. 8, V, 13, «De los milagros que Dios hizo por él», f. 292r). (^1 0) Ribadeneyra, «Vida del P>. Padre Ignacio de Loyola», en Segunda parte del Flos Sanctorum ( 1 6 0 1 , C. 55), pp. 846-847.

L O S R E L A T O S D E M I L A G R O S D E I G N A C I O D E L O Y O L A 9

De m o d o que la situación en la que se encuentran los hagiógrafos de aquel entonces no depende solamente de las críticas protestantes, sino también del control siempre más desarrollado que R o m a ejerce en las canonizaciones. L a postura del Padre Ribadeneyra refleja el hecho de que los hagiógrafos tienen que a n d a r c o n m u c h o cuidado en el momento en que se está reafirmando la reserva pontifical en el c a m p o de la santidad. Renunciar al relato de los milagros antes de su certificación p o r los tribunales eclesiásticos aparece c o m o el único m o d o de respetar la primacía r o m a n a. De ahí, las frecuentes referencias a la prohibición de los cultos espontáneos de los fieles muertos en olor de santidad. L a periodización de la h a g i o g r a f í a ignaciana que propone el Padre Lucas, o t r o hagiógrafo jesuita de Ignacio de Loyola, es una ilustración ejemplar del fenómeno:

Muchos años anduvieron en porfiada competencia el Padre y los hijos: él a obrar maravillas; ellos a callarlas y esconderlas. No permitieron, por espacio de cuarenta años, que se pusiese en público su imagen; detenían el ímpetu y raudal de la devoción del pueblo que cada día acudía al sepucro de San Ignacio a hacer oración y dar muestras de agradecimiento de los milagrosos beneficios que de su mano recibían.!^1 Ahora, después que el Vicario de Cristo le ha dado la ejecutoria de santidad canonizándole, corre la pluma sin recelos ni estropiezos, y las verdades que se averiguaron y sacaron en limpio las propone en el teatro de la Iglesia.1 2

Se oponen aquí dos m o m e n t o s en la cronología de la escritura de la santidad: uno caracterizado por la mesura, otro por la publicidad. Se comprende muy bien la reserva pontifical en aquellos tiempos de reforma católica durante los cuales la Iglesia intenta, frente a las críticas protestantes, encauzar las devociones populares y limitar las desviaciones supersticiosas. Queda que su aplicación estricta resulta muy difícil. Prueba de ello son los comentarios generados por el t e x t o de 1 5 7 2 y la decisión, tomada desde 1 5 7 9 por el General de la Orden, de encargar al Padre Maffei, entonces biógrafo oficial, escribir otra Vida de este santo que constaría de un capítulo sobre sus milagros. Del mismo m o d o , las reflexiones del Padre Ribadeneyra revelan las dificultades que sienten los hagiógrafos para someterse a esa regla. De hecho, t o m a n d o conciencia de los límites de su decisión inicial, éste justifica, en una versión posterior de su texto también publicada antes de la canonización de Ignacio de Loyola, el incumplimiento de la norma romana:

Y como aún no es santo canonizado, y propuesto a toda la Iglesia por la Santa Sede Apostólica para ser invocado y reverenciado [...], ha sido necesario referir algunas cosas, y milagros más particulares, que en las vidas de otros Santos se pudieran cercenar. Aunque es cierto que dejamos otros muchos, por parecemos que éstos bastan para lo que en esta vida pretendemos,

1 1 Lucas, Vida de S. Ignacio de hoyóla Patriarca, y fundador de la Compañía de Jesús... (1633, C. 44), cap. XVII, «Del principio que tuvo la veneración y culto de San Ignacio, y de su beatificación y canonización», pp. 721-2. ^•Idem, «Razón de esta obra, al Lector», § 1, p. [20].

L O S R E L A T O S D E M I L A G R O S D E I G N A C I O D E L O Y O L A

Esta definición metaforizada, que remite al N u e v o Testamento, deberá informar la lectura de las intervenciones sobrenaturales atribuidas a Ignacio de Loyola y precisar que éste sólo es un intercesor de Dios. Así aparece la dificultad de conciliar las nuevas reglas impuestas en el c a m p o de la hagiografía y las funciones tradicionalmente asumidas por la misma. Esta complejidad de las obligaciones hagiográficas asoma también c u a n d o se trata de justificar los milagros: los procesos emprendidos para autentificarlos cambian en profundidad a raíz de la racionalización de las canonizaciones, y este nuevo modelo intelectual y epistemológico transforma las prácticas clásicas de escritura hagiográfica.

Una nueva retórica de la prueba L a publicación, muy r á p i d a , de las bulas pontificales que dan a c o n o c e r la beatificación o de la canonización de un santo así c o m o la de las relaciones redactadas para su inclusión en el proceso llevado a c a b o en el consistorio, constituyen un fenómeno editorial importante del período post-tridentino. Se suelen difundir estos textos breves por toda E u r o p a , con el fin de anunciar las elevaciones a los altares e informar sobre las virtudes y los milagros de los santos. Durante el a ñ o de 1 6 2 2 , la relación hecha por el cardenal del M o n t e en el consitorio a propósito de Ignacio de Loyola se publica en R o m a , y, dentro del m a r c o espacial de nuestro trabajo, en Madrid, París, Lille1 7 , Lyon, Reims y Toulouse. Estos documentos controlados, ortodoxos, llegan a ser, de manera general, si no la única fuente de los hagiógrafos, por lo menos su fuente principal. Así, el Padre Lucas insiste en la importancia de estos documentos en su lista de los «Autores que han escrito de S. Ignacio, de donde se ha sacado esta historia»1 8 :

El principal autor de donde se ha sacado lo más particular de esta historia, son los procesos y informaciones auténticas hechas para la canonización de San Ignacio...1 9

Del mismo m o d o , el Padre M o r i n retoma en el libro que dedica a los milagros de Ignacio de Loyola la estructura de los actos de su proceso de canonización. Así, el papel desempeñado por estos documentos revela que la racionalización del proceso de elevación a los altares se traduce inmediatamente en el c a m p o hagiográfico. C a m p o sometido, a la vez, a la influencia de diferentes factores: además de la fomalización de los procesos de canonización y de las críticas de los protestantes, el espíritu crítico humanista también contribuye al establecimiento de lo que Michel de Certeau llama en L'écriture de l'bistoire un «communis eruditorum consensus»®. L a evolución de la hagiografía no se limita a la transformación de sus fuentes; también se transparenta en una profunda renovación de sus métodos. Por una parte, se seleccionan los documentos con más cuidado, c o m o revela el subtítulo que el Padre Nieremberg da a la obra que dedica a Ignacio de Loyola en 1 6 3 1 : Vida de San Ignacio de Loyola

(^1 7) Notemos que, en 1622, Pierre de Rache publica este documento en latín y en francés (C. 105 y 111). (^1 8) Lucas, Vida de S. Ignacio de Loyola Patriarca... (1633, C. 4 4 ) , «Razón desta obra, al Lector», § 2, p. [20]. (^19) ídem, § 2 , p. [22]. (^2 0) Certeau, 2 0 0 2 , III, cap. 7, p. 2 7 6.

1 2 A X E L L E G U I L L A U S S E A U Criticón, 99, 2 0 0 7

fundador de la Compañía de Jesús. Resumida y añadida de la bula y relaciones de su canonización, y de otros graves Autores^1 ^. Por otra parte, se completa este trabajo c o n una crítica racional de los documentos empleados. Se hacen tópicos los comentarios en los que se justifica la selección de los materiales hagiográficos, c o m o vemos en la legitimación por el Padre Morin del empleo de las obras del Padre Ribadeneyra:

Il n'y a rien du mien: le tout est de ce bon Père, auquel vous pouvez bien donner cette créance que tout ce qu'il en a écrit est véritable; parce que, comme il dit lui-même, ce glorieux Saint a été particulièrement son père, et l'a élevé dans son sein dès le berceau; & davantage, parce qu'il a été le plus familier témoin de ses admirable vertus...2 2

L a naturaleza de dichas obras, que son a la vez hagiografías oficiales y testimonios directos, justifica que se les dé crédito. Al lado de estos documentos escritos y de las fuentes hagiográficas tradicionales, los testigos fidedignos desempeñan un papel creciente en el procedimiento de autentificación de los milagros. Las relaciones en el consistorio y las bulas pontificales de canonización constituyen, dentro de esta perspectiva, una fuente fundamental, ya que se componen de muchos testimonios c o m p r o b a d o s. Así, los diez milagros de Ignacio de L o y o l a que fueron seleccionados por los Auditores de la R o t a y, después, descritos por el cardenal del Monte, se volverán a encontrar en la mayoría de las Vidas de este santo. Con otras p r o p o r c i o n e s , t a m b i é n e j e r c e n una g r a n influencia los p r o c e d i m i e n t o s institucionalizados por los obispos para cumplir con el deber que les incumbe, a partir del concilio de Trento, de atestiguar de los milagros ocurridos en su obispado e informar sobre ellos. Así, en 1 6 2 7 , el Padre Luis Vidal, rector del Colegio de la Compañía de Jesús de Manresa, basa su descripción de un crucifijo milagroso del cual corre sangre en el «... proceso, que para su prueba se ha hecho por orden del muy Ilustre señor don Pedro M a g a r o l a , Obispo de V i q u e » 2 3. En este d o c u m e n t o , se reconstituyen c o n e x a c t i t u d las etapas del descubrimiento y de la observación de este fenómeno sobrenatural:

... encendieron luces [los circunstantes] para asegurarse más, y aprisa llamaron a los que oían las Completas en la Capilla; bajó gente y entre otros un Jurista que, reconociendo con una vela la Santa imagen, vio brotar dicho licor del costado, tan encendido y fresco como si saliera de un cuerpo vivo, el cual veían corrió hasta los pies, dejando el rastro estampado en el cuerpo...2 4

Tanto la constatación del milagro c o m o la publicación del acta revelan el creciente papel de la razón y del derecho. El procedimiento empleado para establecer los hechos y el esmero con el cual se comprueba la credibilidad de los testigos traducen un c a m b i o profundo de la hagiografía, que Peter Burke resume con estas palabras:

(^2) 1 C. 36. (^2 2) Morin, La Vie du glorieux S. Ignace de Loyola... (1622, C. 42), «Au lecteur», p. [13]. (^2 3) «Copia de una carta del Padre Luis Vidal Rector del Colegio de la Compañía de Jesús de Manresa...» (1627, C. 179). (^2 4) ídem, f. 2r. Nuestro el subrayado.

A X E L L E G U I L L A U S S E A U Criticón, 99, 2007

nouvelles. N'est-ce pas la même pratique des Païens, lesquels baillaient cet office d'assister aux femmes qui se trouvaient en cette extrémité à Diane ou à Junon surnommée Lucina.2 9

De ahí que, en nuestras hagiografías modernas, la justificación de los milagros por el recurso a la Biblia pueda leerse c o m o un intento de invalidar esta c o m p a r a c i ó n con el paganismo. Ejemplifiquémoslo con el tópico de la relación entre la vara de Moisés y la firma de Ignacio de Loyola:

¿Quién jamás vio tal maravilla, que con solamente ver escrito el nombre de Ignacio se hagan tales prodigios y maravillas? Bien sabemos que Moisés con la vara en la mano hacía estupendos milagros, en el aire, en la tierra, en el agua, en las piedras, y en todas las cosas, hasta hundir al Faraón en la mar...3 0

L o que permite recordar a los fieles que los milagros atribuidos a los santos son obras divinas y que, finalmente, Dios es el único autor de estas manifestaciones sobrenaturales, ya que los santos sólo son intercesores. Concluyendo: durante el período post-tridentino, se puede observar una renovación profunda de la escritura de los milagros y una complejidad m a y o r de la literatura hagiográfica. Esta se manifestará en particular en la multiplicación de los diferentes niveles del discurso: además de su función originaria de redefinición de los milagros y de explicitación de las atribuciones de los santos, la interpretación —que va c o b r a n d o importancia en los relatos de milagros— también está encaminada a transmitir una enseñanza a los fieles.

P A R A U N A J U S T A I N T E R P R E T A C I Ó N D E L O S R E L A T O S D E M I L A G R O S La "realidad" al servicio de la norma tridentina Si el arraigamiento en la realidad de los relatos de milagros pone de manifiesto el nuevo papel desempeñado por la razón en la fábrica hagiográfica, puede interpretarse también c o m o una lejana herencia de los exempla de la E d a d M e d i a , de aquellas anécdotas que reflejaban la vida cotidiana y se presentaban « c o m o historias verdaderas o, a lo menos, verosímiles», y eran eficaces porque «solicitaban la atención del a u d i t o r i o » 3 1. Parece, en efecto, que una misma voluntad de alcanzar a los fieles informa los relatos de milagros post-tridentinos. L o constatamos, v. g., en la relación hecha en el consistorio del milagro ocurrido en favor de Colonia Cortei:

Poco tiempo después, en la misma ciudad, ocurrió en la persona de Colonia Cortei y Vich otro milagro muy parecido gracias a una intervención del Servidor de Dios. Ésta sufría de un dolor de cabeza tal que, ni de día, ni de noche, conseguía descansar. Durante dos o tres meses, se añadieron punzadas tan violentas en un ojo que no podía levantar el párpado ni ver la luz. Al final, se volvió completamente ciega. Además, el dolor era tan intenso que, durante varias

(^2 9) Croy, Les trois conformités..., «Titre IUI. Des maladies», p. 7. 3 0 Valderrama, Sermón ... en la fiesta de la Beatificación del glorioso Patriarca San Ignacio... (1610, C. 78), f. 14v. (^3 1) Schmitt, 1985, «Présentation», p. 2 1. Traducimos.

L O S R E L A T O S D E M I L A G R O S D E I G N A C I O D E L O Y O L A 1 5

noches, vieron claramente el mismo ojo salir de la cabeza, por lo cual ella llamaba a su marido para que lo pusiera de nuevo en su sitio.3 2

N o se trata aquí, por supuesto, de dar una descripción verosímil del milagro, que podría atestiguar de su realidad, sino de hacer hincapié en el dolor con el fin de impactar al lector. Así se crea un «efecto de realidad», utilizado t a n t o para legitimar los hechos relatados c o m o para impresionar al que los está leyendo. Parecido procedimiento se repite frecuentemente. Citemos tan sólo el retrato que el Padre Nieremberg pinta de la vida de los hermanos del convento de Loreto antes de que Ignacio de Loyola expulse a los demonios:

Acometían los demonios a los más virtuosos con tanta importunidad, que ni dormir de noche les dejaban; quitábanles las mantas de las camas; cuando querían hincarse de rodillas para orar les hacían caer, burlándolos, y persiguiéndolos de todas maneras para echarlos de Loreto.3 3

En este c a s o , el milagro está puesto en escena y se inscribe en un conjunto de representaciones colectivas que le dan, a la vez, consistencia y significación. Con ello, el hagiógrafo consigue conmover al lector para que guarde memoria de la escena evocada. Y si, desde cierto punto de vista, estos relatos de milagros parecen ofrecer algún cariz tradicional, no por eso dejan de adaptarse al contexto contemporáneo ni de inscribirse en las estrategias editoriales post-tridentinas. Así, p o c o a p o c o , se van reorientando nuestros relatos, insistiendo en las condiciones de la intercesión de los santos. El relato que hace el Padre Binet de la curación de Josephe Borgia lo atestigua:

... ne trouvant remède en aucun médicament, elle commença à se recommander de très grande affection au B. Père, et à dire à sa dévotion cinq fois le Pater noster, et autant de fois Ave Maria: et ayant fait cela par trois jours, gisant une nuit dans son lit, etse recommandant à lui avec plusieurs larmes [...], soudainement elle reposa, et s'endormit; et le même Père lui apparut en songe, qui lui dit d'un visage joyeux et serein qu'il la venait guérir; et lui touchant de sa benoîte main le genou, il lui ôta le mal, et s'étant réveillée elle se trouva du tout guérie, et le matin alla sans délai à l'église de la Compagnie, avec une figure de cire qu'elle y présenta en témoignage et mémoire de la grâce qu'elle avait reçue de Dieu.^3 __*

El hagiógrafo pinta con minuciosidad los ritos y los gestos, con el fin de dar a conocer los distintos elementos que unen al fiel con el santo. De ahí que una sola lectura baste para captar unos cuantos contenidos doctrinales. Se entiende la importancia de una

H-Relatio facta in consistorio ... super vita, sanctitate, actis Canonizationis, & miraculis Beati lgnatii... (1622, C. 104), p. 46: «Non multo post in eadem urbe in persona Coluna: Cortei, Se Vich, aliud intercessione Servi Dei persimile miraculum accidit, quse capitis dolore adeo vexabatur, ut ñeque die, ñeque noctu quiesceret. Supervenit per duos, vel tres menses in uno oculorum tantus cruciatus, ut nec & palpebram attollere, nec lumen videre posset. denique cosca prorsus evasit. Quin erat adeo vehemens dolor, ut nonnullis noctibus ipsemet oculus è capite sibi exiisse videretur; & propterea vocaret maritum, ut oculum suo loco reponeret». Traducimos. 3 3 Nieremberg, Vida de San Ignacio de Loyola... (1631, C. 36), cap. X X X V , «Del odio que el Demonio tiene a los de la Compañía, por ser tan favorecidos de la Virgen Señora nuestra», f. 94v. 3 4 Binet, Abrégé de la vie eminente de S. Ignace de Loyola... (1612 [1622], C. 41), pp. 214-215. Nuestro

el subrayado.

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Tal concepción de la santidad invita a considerar los relatos de milagros c o m o instrumentos de la reforma tridentina, y a dar una dimensión espiritual a todas las manifestaciones sobrenaturales ocurridas gracias a la intercesión del santo. L a anécdota más frecuente en las fuentes hagiográficas dedicadas a Ignacio de Loyola, la del hombre colgado que resucitó en Barcelona, traduce bien esta reorientación:

Cuando Ignacio oyó eso, acudió rápidamente, cortó la cuerda que estaba ligada a la maldita viga y ordenó colocar a este hombre, o mejor dicho a su cuerpo muerto, en la cama. Después de haberse retirado, siguió orando a Dios de rodillas con lágrimas a favor de su salud. Cosa admirable: mientras Ignacio oraba y todos los demás miraban la cama, esperando el desenlace, este pobre endeble alzó de repente los ojos y recobró el habla hasta que se confesó al sacerdote, que por eso había sido llamado, y, al final, absolvido de sus pecados, devolvió a Dios su alma liberada de la boca del infierno.4 0

El milagro es, a la vez, material y espiritual, la salvación del cuerpo condiciona la del alma. Impera, por lo t a n t o , una jerarquización de los milagros que, p o c o a p o c o , estructura los textos dedicados a este tema.

Niveles de lectura e interpretación de los relatos de milagros El período post-tridentino se caracteriza por una tendencia creciente a la clasificación de las intervenciones milagrosas. Estas tipologías traducen una preocupación didáctica por una mejor comprensión de los milagros, tal c o m o lo ilustra la categorización establecida por el Padre Valderrama:

Y para esto diremos primero de la claridad y resplandor de sus milagros, y los dividiremos en dos clases: unos que fueron hacer bien y sanar a los hombres; otros que fueron dañar y destruir a los demonios, con quien tuvo siempre perpetua y trabada guerra.^4!

Una clasificación que más allá de su papel meramente estructural, tiene una función interpretativa. L a carta del Padre Luis de Granada, preámbulo que abre la Vida de Ignacio de Loyola que el Padre Ribadeneyra publicó en 1 5 9 4 , lo deja claramente entender:

Los milagros que V. P. al cabo refiere son para mí tanto más admirables que los otros cuanto es de mayor fruto la mudanza de los ánimos que la de los cuerpos. San Bernardo refiere, en la vida de san Malachias, que este Santo resucitó un muerto; y después dice que mudó el corazón de una mujer muy brava; y este segundo tiene por mayor milagro que el primero; y tales son

^Maffei, Historiarum Indicarum libri XVI... (1589, C. 2 8 ) , III, 14, «Quaedam de Ignatio mira», p. 683: «Id simulatque Ignatius audivit, confestim advolat, pendetem ex infelici tigillo restem praecidit, hominem vel cadáver potius collocari jubet in lectulo deinde seorsum nixus genibus pro salute ipsius Deum orare non sine lacrymis institit. Res mira deprecante Ignatio, cunctis qui aderant in lectulum obversis, & exspectatione suspensis; miser ille repente sustulit oculos, vocisque usum eatenus duntaxat recepit, quo ad vocato celeriter in id sacerdoti peccata rite confessus, ac demum expiatus, animam è Tartari faucibus ereptam Domino reddidit... » (^4) 1 Valderrama, Sermón ... en la fiesta de la Beatificación del glorioso Patriarca San Ignacio... (1610,

C. 78), f. 13v. Nuestro el subrayado.

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los milagros de este santo varón, que son las mudanzas de corazones y vidas que él y sus hijos han hecho en todas las partes del mundo...4 2

La jerarquización clásica entre lo material y lo espiritual debe orientar al lector hacia una interpretación metafórica de los milagros corporales atribuidos a Ignacio de Loyola, para expurgar definitivamente el milagro de sus posibles connotaciones materialistas. Así que, frecuentemente, los hagiógrafos del fundador de la C o m p a ñ í a de Jesús subrayan la finalidad reformadora de sus milagros, c o m o muestra la pintura por Alonso de Salazar de la intercesión de san Pedro durante la curación de Ignacio de Loyola:

... al fin de los cuales ocho días le envió Dios, no a Ananías, sino a la cabeza de la Iglesia, el glorioso Apóstol S. Pedro, que se le apareció y le sanó el cuerpo y alma, porque, como médico experimentado en la cura que había hecho de los pechos de Santa Águeda, a quien también se apareció, era justo curarse así mismo a Ignacio, que había de ser uno de los pechos de la Esposa, con cuya leche y doctrina se habían de criar tantas almas para el Cielo; y como bueno y vigilante piloto de la nave de la Iglesia, que estaba por su cuenta, contra quien vía levantar tantas borrascas y tempestades de herejías pusiese en ella de su mano un diestro marinero vizcaíno.4 3

C o m p a r a r las facultades taumatúrgicas de estos dos santos y relacionar el destino de Ignacio con la educación de los fieles y la lucha contra la herejía permite recordar tanto a los feligreses c o m o a los padres de la Compañía de Jesús que sus intercesiones sirven, ante todo, la reforma de la Iglesia. De m o d o que los laicos deben ver en los relatos de curaciones milagrosas e intervenciones materiales, tan criticadas por los protestantes, la salvación espiritual de los fieles que invocan al santo. Tópicos de la leyenda hagiográfica de Ignacio de Loyola, las curaciones de ceguera piden estos dos niveles de interpretación. Manuel Sarmiento de Mendoza, en un sermón predicado durante una fiesta de este santo, precisa a propósito de «los milagros suyos los más calificados y importantes»4 4 ,

... que dar salud a enfermos, vista a ciegos, lengua a mudos, vida a muertos, ... es dar salud, vista, vida a las almas enfermas, ciegas, y muertas por el pecado.4 5

Las relaciones entre lo terrenal y lo espiritual aparecen aquí c o m o una invitación a una nueva lectura de estos relatos de milagros. El hecho de que, gracias a Ignacio de Loyola, los ciegos recobren la vista revela, metafóricamente, que la intercesión de este santo permite a los fieles perdidos volver a ver la luz de la fe. En cuanto a los jesuitas, deben considerar estos relatos c o m o un recordatorio de las funciones asignadas al fundador de la Orden y a todos sus miembros. En un sermón predicado en la fiesta de su beatificación, el Padre Valderrama empieza presentando a

(^4 2) Ribadeneyra, Vida del P. Ignacio de Loyola... (1594, C. 1 1 ) , «Capitulo de otra [carta] del mismo Padre [Fray Luis de Granada], respondiendo a una del Padre Ribadeneyra», p. 5. (^4 3) Salazar, Fiestas ... a la Beatificación del glorioso Patriarca S. Ignacio de Loyola... (1610, C. 124), f. 138r°. (^4 4) Sarmiento de Mendoza, Sermón que predicó en la fiesta de San Ignacio... (1624, C. 88), f. 10. (^4 5) ídem.

2 0 A X E L L E G U I L L A U S S E A U Criticón, 99, 2007

desempeñan un papel fundamental en la difusión del culto a este santo. Anunciadas m u c h o t i e m p o antes p o r sermones o c a r t e l e s , y p r e s e n t a d a s c o m o a u t é n t i c o s acontecimientos, reúnen a m u c h a gente, c o m o en el c a s o , n a d a aislado, de las ceremonias organizadas en el importante colegio jesuíta de la Flèche:

Toutes les villes voisines s'apprêtent de venir fondre dans la Flèche: de façon que deux mois devant, les places étaient retenues; & de peur de désordre et de disette, Messieurs du Présidial firent un règlement pour les vivres, et Messieurs du Corps de ville avisèrent aux logements.4 8

Las fiestas constituyen pues un elemento esencial para estudiar c ó m o se difunde la n o r m a tridentina y se desplazan comportamientos y devociones antiguas. Coincidan o no con una celebración tradicional o constituyan o no una nueva fecha en el calendario, aparecen siempre c o m o destinadas a suplantar las fiestas que, hasta el m o m e n t o , ritmaban la vida de la comunidad. Su eficacia nace primero de la multiplicación de los soportes de difusión de la doctrina católica y de la aparición de nuevas prácticas que se añaden a las formas tradicionales de la vida religiosa. Los pliegos sueltos —y los gritos de los ciegos que difunden sus contenidos— hacen de Ignacio de Loyola una figura familiar y le inscriben en las mentalidades colectivas. Así, en el relato de la fiesta organizada en Sevilla en la beatificación de este santo:

... la buena consonancia que hacían las continuas voces de ciegos y otros hombres, que suelen vender coplas y papeles de devoción, los cuales, entre los más apretados concursos del patio, iglesia, y portería, apellidaban: ¿Quién compra la beatificación y milagros de San Ignacio de Loyola en verso? Y lo mismo de sus devotas imágenes, que para el afecto traían estampadas, de que no hubo pequeño despacho...4 9

Esta difusión oral-impresa del mensaje hagiográfico (con asimilación posterior gracias a una lectura en voz alta o baja según los públicos) responde a una voluntad de multiplicar los materiales hagiográficos con miras a proponer a los fieles modelos adecuados. M á s allá de esta dimensión m e r a m e n t e i n f o r m a t i v a , la eficacia de estas manifestaciones reside también en el papel creciente que desempeñan en ellas los mismos fieles. Los alumnos del colegio jesuíta son un buen ejemplo de ello, ya que, en esta ocasión, participan en representaciones teatrales y en procesiones. Durante el triunfo organizado en L a Flèche, en 1 6 2 2 , para Ignacio de Loyola y Francisco Javier, las clases desfilan, llevando una banderola en la cual se representa

... d'un côté la figure de S. Pierre apparaissant à S. Ignace pour le guérir, et de l'autre S. Jérôme prédisant à S. François Xavier une partie de ses travaux...5 0

(^4 8) Le triomphe des saints Ignace et François Xavier, au Collège Royal de La Flèche... (1622, C. 148), p. 6. (^4 9) Luque Fajardo, Relación de la fiesta que se hizo en Sevilla a la beatificación del glorioso San Ignacio... (1610, C. 1 2 2 ) , f. 2 4 v. (^5 0) Le triomphe des saints Ignace et François Xavier, au Collège Royal de La Flèche... (1622, C. 148), p. 9.

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Y lo mismo podría decirse de las justas poéticas organizadas en el m a r c o de estas fiestas. En ellas, el mayor reto del clero es el respeto a la ortodoxia. El control alcanza incluso los reglamentos de dichas justas, en que se listan los documentos que se deben utilizar. Veamos los temas propuestos en Sevilla en 1 6 0 9 :

... porque la copia de tan varia y abundante materia que ofrece la historia y vida del Santo no cause confusión, se apuntarán aquí doce notables puntos, para particular ejercicio del Orador y luz de los otros justadores. [...]

  1. La aparición del Apóstol S. Pedro, pronóstico de su religión. Ribad, Maff. sup. [I.c.l. et c.2] [•••]
    1. Los muchos milagros con su invocación, reliquias, firma, imagen. Ribad. y las informaciones casi de toda Europa, y del Nuevo Mundo.5 1 Seleccionar los motivos e indicar las fuentes de referencia aseguran la fidelidad con la doxa r o m a n a , p r e o c u p a c i ó n que a p a r e c e t a m b i é n en la e s c r i t u r a de estos aconcentimientos. Porque estas manifestaciones, a menudo, llegan a ser, a pesar de su naturaleza performativa, objetos de discurso: las autoridades eclesiásticas o civiles las convierten en relaciones con el fin de difundir sus enseñanzas fuera de las ciudades donde ocurrieron. La fórmula editorial es la de los pliegos sueltos. Gracias a la rapidez de publicación de estos documentos y a la importancia de su tirada, son instrumentos fundamentales de la edificación de los fieles. Por una parte, estas relaciones, más allá del carácter efímero de las fiestas, sirven para fijar en las memorias estos momentos colectivos, mientras el empleo eventual de estampas permite recordar a los fieles símbolos importantes. Es el caso de la publicación de los ... honneurs et applaudissements rendus par le collège de la Compagnie de Jésus, Université & bourgeoisie du Pont-à-Mousson en Lorraine, l'an 1623. Aux SS. Ignace de Loyole et François Xavier^51 , que incluye grabados de los diferentes cortejos descritos por el texto. Por otra parte, en conformidad con el dogma tridentino, dichas relaciones subrayan la eficacia de las devociones colectivas. Se multiplican los relatos de los milagros ocurridos a piadosos fieles que participaron en estas celebraciones, c o m o el de la curación de una mujer durante una celebración madrileña de la canonización de Ignacio de Loyola:

... no me atrevo a callar la aprobación que dio el cielo a la fiesta que la tierra hizo a sus santos, mostrando con prodigios y maravillas cuan grato le era este servicio, y abonando con manifiestos milagros lo que su Vicario hacía en la tierra. El mismo día de la canonización, una mujer que tenía un zaratán en el pecho tan rebelde que toda el arte de la Medicina se le había rendido por muchos días, esforzada con las grandezas que de san Ignacio había oído, determinó de acudir al santo, segura del buen despacho en día tan solenne. Púsose una reliquia

5 1 Luque Fajardo, Relación de la fiesta que se hizo en Sevilla a la beatificación del Glorioso San Ignacio... (1610, C. 122), «Certamen primero. Clio», f. 19. (^52) Les honneurs et applaudissements ... aux SS. Ignace de Loyole et François Xavier. À raison de leur canonisation (1623, C. 158).

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papel que los naturales del reino desempeñan en el porvenir de la Jerusalén terrestre. C o m o indica Alexandre Yali Harán,

[l]a suprématie à laquelle accède l'Espagne au XVÍ siècle entraîne une très vive prise de conscience, presque messianique, du «Royaume catholique». Depuis la prise de Grenade, la découverte du Nouveau Monde et l'expulsion des Juifs en 1492, les Espagnols ont tendance à voir dans leur nation le peuple élu par Dieu, dont la mission est la constitution d'une Chrétienté qui serait enfin "catholique", c'est-à-dire universelle, prête enfin à accueillir le retour en gloire du Christ sur terre.5 6

Después de la Reconquista, este deber se encarna en la reforma católica y la lucha proteica contra la alteridad religiosa, utilizando los poderes religiosos o políticos estas elevaciones a los altares para crear una nueva leyenda unificadora. La implicación del poder real en esta constitución de una conciencia nacional se manifiesta especialmente en el apoyo que da a las celebraciones dedicadas a los santos españoles, c o m o lo revelan las cartas reales que evocan estas manifestaciones y la importancia de honrar la memoria de los santos españoles. A éstas asiste el mismo rey, c o m o lo especifica Miguel de León en su relación de la fiesta madrileña de 1 6 2 2 :

Sus Majestades, que Dios guarde dichosos años, asistieron a los oficios, gozosos de ver sus vasallos tan bien logrados en el cielo, y los vivos tan encendidos en el servicio de Dios y de sus santos.5 7

Esta presencia del rey traduce, a la vez, la piedad personal de un soberano que participa con celo en la obra de reforma religiosa5 8 y la importancia de la ejemplaridad religiosa en la península ibérica. A instigación del m o n a r c a , el reino entero comulga con el culto rendido a los dos jesuítas canonizados en 1 6 2 2. Este componente decididamente nacionalista de las hagiografías españolas obliga a decir algunas palabras sobre el problema de las relaciones entre el particularismo religioso y la pertenencia a la Iglesia universal. En lo que a santidad se refiere, la orientación nacional no es nada evidente en el momento en que se está difundiendo el Breviaro r o m a n o destinado a unificar las devociones. Así, el Padre Oliveiro M a n a r e o reprocha al Padre Ribadeneyra que haya «... pagado excesivo tributo afectivo hacia los Colegios y las personas españolas»5 9. Una crítica que puede explicar tanto la decisión del General de la Orden de encargar al padre Maffei la redacción de otra Vita de Ignacio de Loyola c o m o el fracaso de la misma, que, en su versión latina, encontró un más que mediocre eco en la península y ni siquiera fue traducida al español. Buen ejemplo de la importancia ineludible, en este c a m p o , de la dimensión nacionalista.

5 6 Yali Harán, 1997, p. 305. 5 7 L e ó n , Fiestas de Madrid... (1622, C. 152), p. 1. 5 8 Recordemos por ejemplo que, en 1622, Felipe IV asiste a las fiestas organizadas en Madrid para «...

con su piedad y buen exemplo [...] despertar la devoción de su Corte...» (Salazar, Fiestas ... a la beatificación del glorioso Patriarca S. Ignacio de Loyola... (1610, C. 124), f. [5]) 5 9 M.H. Scripta del Sancto Ignatio, I, p.720, citado por el Padre Eusebio Rey, 1945, p. 10. Pensamos aquí en el Padre Oliveiro Manareo, al considerar, como el Padre Eusebio Rey, que aquél «refleja la manera de pensar de un sector de jesuítas no españoles, que nunca acabaron de aceptar el enfoque españolista y personal del libro de Ribadeneyra» (idem).

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A ella se debe atribuir la imperativa necesidad de adaptar las leyendas hagiográficas para poder difundirlas en espacios culturales distintos al de su origen, o sea, para realizar una «transferencia cultural», c o m o el de la transposición, más allá del Pirineo, de las hagiografías de Ignacio de Loyola. Por ejemplo, el Padre Camus considera la curación milagrosa de una mujer, el día del entierro del santo, c o m o una prueba divina de sus orígenes franceses:

... notre Ignace est donc [...] vrai Français. [...] Dieu même l'a dit, par la bouche de ses œuvres. [...] N'est-il pas tout avéré par le rapport de mille et mille témoins oculaires, que comme l'on portait le corps de ce Bienheureux homme à la sépulture, une femme affligée de ce mal que les rois de France ont ce privilège céleste de guérir par leur attouchement, ayant étendu sa main sur son cercueil, comme une autre Hémorroïsse, s'en trouva délivrée; merveille évidemment française, et qui montre clairement combien ce Bienheureux personnage avait profondément gravé l'amour du roi de France dedans son cœur, puisque cette grâce royale fut communiquée à son corps...6 0

El predicador tiene aquí dos metas. Por una parte, la c o m p a r a c i ó n entre los poderes taumatúrgicos de Ignacio de Loyola y los de los reyes franceses es una tentativa para adaptar este relato de milagro a las referencias culturales de los oyentes, c o n miras a aumentar su eficacia. Por otra parte, la voluntad obvia de restablecer una leyenda nacional, echando m a n o de las informaciones incontestables recogidas d u r a n t e el proceso de canonización. Así es c o m o , a menudo, ciertas hagiografías francesas se valen de la figura de Ignacio de Loyola con fines políticos y religiosos. El padre Binet insiste, por ejemplo, en su Abrégé de la vie eminente de S. Ignace de Loyola, en el papel desempeñado por la Universidad de París en la formación espritual del santo y de su c o m p a ñ e r o Francisco Xavier:

Toute la gloire [de la canonisation d'Ignace de Loyola et de François Xavier] appartient à Dieu qui en est l'Auteur, et à Paris qui en a été la chère nourrice; aussi l'ont-ils aimée toujours bien tendrement.^61

Subrayar la importancia de esta institución en la vida de estos garantes de la ortodoxia traduce la doble voluntad de legitimar su autoridad intelectual e insistir al mismo tiempo en la preeminencia religiosa de la nación francesa. Tal práctica es emblemática del movimiento que se esfuerza, en un m o m e n t o de puesta en tela de juicio de las bases tradicionales del galicanismo, p o r asentar el imaginario político nacional en datos susceptibles de resistir a las lecturas críticas. Es una tendencia que define Alain Talion con estos términos:

(^6 0) Camus, Homélies panégyriques de S. Ignace de Loyola, fondateur de la Compagnie de Jésus... (1623, C. 9 8 ) , «Seconde Homélie panégyrique... Discourue en l'église du Collège de Chambéry le 31 juillet 1 6 1 7 » , pp. 68-69. (^6 1) Binet, Abrégé de la vie éminente de S. Ignace de Loyola. ..(1612 [1622], C. 4 1 ) , «Epître au Lecteur», p. [5].