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Se explican los agentes físicos
Tipo: Resúmenes
1 / 45
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Dr. Ariel Capote Cabrera Dra. Yamilé Margarita López Pérez
Dra. Tania Bravo Acosta
Editorial Cicncias Médicas
Dr. Ariel Capote Cabrera Especialista de I Grado en Medicina Física y Rehabilitación. Profesor instructor de la
Facultad de Tecnología de la Salud. Jefe del Departamento de Medicina Física y Rehabilitación de la Universidad de
Ciencias Informáticas. UCI.
Dra. Yamilé Margarita López Pérez Especialista de II Grado de Medicina Física y Rehabilitación. Profesora
Asistente de la Facultad de Tecnología de la Salud. Jefa del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del
Instituto de Neurología y Neurocirugía.
Dra. Tania Bravo Acosta Miembro del Grupo Nacional de Medicina Física y Rehabilitación. Especialista de II
Grado de Medicina Física y Rehabilitación. Profesora Asistente del Instituto Superior de Ciencias Médicas de la
Habana. ISCM-H. Profesora Auxiliar del Instituto Superior de Cultura Física de La Habana. Departamento de
Medicina Física y Rehabilitación del Centro de Investigaciones Clínicas.
La Habana, 2009
Capote Cabrera, Ariel et al.
Agentes físicos / Ariel Cabrera Capote, Yamilé Margarita López Pérez, Tania Bravo Acosta. La Habana: Editorial
Ciencias Médicas, 2009.
[X], 325 p. : il., tab.
Bibliografía al final de la obra.
HIPERTERMIA INDUCIDA, HIDROTERAPIA, BALNEOLOGÍA, HIDROTERAPIA, TALASOTERAPIA,
FOTOTERAPIA, TERAPIA PUVA, TERAPIA POR ESTIMULACIÓN ELÉCTRICA
WB 460
Edición: Lic. Daisy Bello Álvarez Diseño interior y cubierta: Yisleidy Real Llufrío Corrección: Marina Castillo
Duque Composición: Xiomara Segura Suárez
© Ariel Capote Cabrera, Yamilé M. López Pérez y Tania Bravo Acosta, 2008 © Sobre la presente edición:
Editorial Ciencias Médicas, 2009
ISBN 978-959-212-371-
Editorial Ciencias Médicas Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas Calle 23 entre N y O. El Vedado,
Edificio Soto Ciudad de La Habana, 10400, Cuba Correo Electrónico: ecimed@infomed.sld.cu Teléfonos: 838 3375
y 832 5338
CAPÍTULO 1 GENERALIDADES / 1 Conceptos /3 Clasificación de los agentes físicos /
Agentes cinéticos o mecánicos. Ultrasonido /6 Agentes térmicos /6 Uso de los agentes físicos /
CAPÍTULO 2 TERMOTERAPIA / 9 Generalidades /11 Calor específico /
Transferencia térmica /12 Criterios fundamentales para la elección de un agente termoterápico /
Métodos conductivos /
Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química) /18 Método de aplicación /19 Tiempo de tratamiento /19 Indicaciones
/19 Contraindicaciones /19 Almohadillas eléctricas /19 Baños de parafina /20 Parafangos /24 Métodos convectivos
/
Sauna /26 Beneficios terapéuticos de la sauna /29 Técnica de aplicación /30 Baños de vapor /36 Crioterapia
(tratamiento con frío) /
Principios biofísicos de aplicación /39 Efectos fisiológicos /40 Formas de aplicación /44 Bolsas de hielo /
Bolsas o paquetes fríos (cold-packs) /48 Toallas o compresas frías /48 Masaje con hielo /49 Aerosoles refrigerantes
/
CAPÍTULO 3 HIDROTERAPIA / 57 Factores del agua que actúan sobre el cuerpo humano /59 Principios
físicos /
Efecto térmico de la hidroterapia /61 Efecto fisiológico de la hidroterapia: /61 Clasificación del agua según su
temperatura /61 Técnicas de aplicación de la hidroterapia /
Contraindicaciones /62 Características de las instalaciones hidroterápicas /
Técnicas sin presión /
Lavados o abluciones /63 Afusiones /65 Envolturas /66 Compresas y fomentos /67 Baños /68 Métodos con presión
/
Duchas y chorros /74 Baños de remolino /78 Terapia en piscina /
Piscinas colectivas de movilización /82 Piscinas de marcha /88 Piscinas de natación /
CAPÍTULO 4 AGENTES FÍSICOS NATURALES / 93 Climatología médica /95 Clasificación de los
climas /96 Helioterapia /
Efectos de las radiaciones solares /
Consideraciones terapeúticas /103 Talasoterapia /
Propiedades de la talasoterapia /105 Técnicas de aplicación de talasoterapia /
Fases del tratamiento /112 Técnicas relacionadas con las prácticas enumeradas /112 Contraindicaciones /
Peloides /
Características principales /
Propiedades /118 Criterios generales /119 Requisitos físico-químicos /119 Requisitos microbiológicos /
Clasificación de los peloides /120 Características organolépticas /123 Efectos biológicos /123 Balneoterapia /
Aguas minerales y mineromedicinales /128 Características físicas de las aguas /131 Propiedades químico-físicas de
las aguas mineromedicinales /131 Propiedades químicas de las aguas mineromedicinales /132 Análisis
microbacteriológicos /135 Efectos en el organismo /135 Técnicas hidrotermales /138 Fuentes y yacimientos de las
aguas mineromedicinales en Cuba / 141
Agua mineral medicinal o mineromedicinal / 141 Tipos de aguas. Características físico-químicas y
microbacteriológicas /141 Medidas higiénico-sanitarias /143 Entidades nosológicas que se benefician con la
balneoterapia /144 Reacciones adversas /145 Características de algunos balnearios cubanos /
CAPÍTULO 5 LUMINOTERAPIA O FOTOTERAPIA / 149 Concepto y naturaleza de la luz /
Propiedades de la radiación electromagnética /151 Propiedades físicas de la luz en su interacción con los tejidos /
Efectos generales de la luz /153 Aplicación médica de la luz visible /154 Producción de una radiación infrarroja /
Radiación infrarroja (IR) /155 Biofísica /155 Efectos fisiológicos de las IR /156 Técnicas de aplicación y dosimetría
/157 Radiación ultravioleta (UV) /
Acción biológica /161 Sistemas de producción e instrumentación /165 Laser /
Características físicas de la emisión de láser /169 Producción de radiación laser /170 Clasificación /
Krussen plantea que constituye una rama de la medicina que utiliza agentes físicos, como la luz, el calor,
el agua y la electricidad, así como agentes mecá- nicos, en el tratamiento de las enfermedades.
De acuerdo con las ideas expresadas, puede definirse la medicina física, como un cuerpo doctrinar
complejo, constituido por la agrupación de conocimientos y experiencias relativas a la naturaleza de los
agentes físicos no ionizantes, a los fenómenos derivados de su interacción con el organismo y a las
aplicacio- nes diagnósticas, terapéuticas y preventivas que derivan de sus efectos bioló- gicos.
Los agentes físicos también pueden emplearse con intención diagnóstica, como ocurre en el caso de la
electromiografía, los estudios de conducción sensitivos y motores, la electrocardiografía, la
electroencefalografía, etc. Que al igual
que las radiaciones ionizantes, en no pocas ocasiones, son imprescindibles en una especialidad médica
determinada y ha terminado por incluirse en su mis- mo cuerpo de doctrina.
Los agentes físicos también deben considerarse como elementos con capaci- dad lesiva para el organismo.
Son conocidos los accidentes que puede desen- cadenar la excesiva o inadecuada exposición al calor, al
frío y a formas más específicas de energía, como la radiación ultravioleta, o los accidentes que puede
originar la corriente eléctrica (electropatología).
Los riesgos potenciales deben conocerse para establecer con claridad los límites de tolerancia y las
situaciones en que deba tenerse especial precau- ción para realizar las diferentes aplicaciones de forma
adecuada.
Fisioterapeuta. Es el profesional sanitario paramédico que aplica los agen- tes físicos no ionizantes, bajo
prescripción y control médico. El fisioterapeuta es el único profesional no médico con formación
universitaria, capacitado para aplicar, en su campo de actuación, los diferentes medios y técnicas tera-
péuticas con agentes físicos no ionizantes.
Fisiatra. Es el médico especialista en medicina física y rehabilitación, encar- gado de realizar actividades
de prevención, promoción, diagnóstico y las indi- caciones de ejercicios y agentes físicos.
Los agentes físicos no ionizantes han ampliado cada vez más su horizonte terapéutico, que no queda
entroncado únicamente con el quehacer rehabilitador, ortopédico, traumatológico o neurológico. En
efecto, estos agentes y medios físicos vienen incorporándose al arsenal terapéutico de otras especialidades
como: Reumatología, Cardiología, Neumología, Dermatología, Urología, Gastroenterología,
Estomatología, Otorrinonaringología (ORL), etc.
La medicina física debe basarse en el conocimiento científico de los agentes físicos, para lo cual son
fundamentales la física y otras ciencias relacionadas. Pero la anatomía, la fisiología y la patología son
igualmente esenciales, tanto para plantear y controlar adecuadamente las diferentes aplicaciones terapéu-
ticas, como para establecer las normas de seguridad en el manejo de los diferentes equipos y técnicas,
evitando los riesgos y accidentes derivados de su empleo.
En la actualidad, la medicina física viene experimentando un auge paralelo a los progresos de la medicina
en general. Los recientes avances tecnológicos, junto con cierta tendencia a reducir tratamientos
farmacológicos que resultan en ocasiones abusivos y muy costosos, han abierto nuevas perspectivas para
la medicina física en el ámbito terapéutico, así como en el higiénico o preven-
tivo. Actualmente, la medicina física está orientada, tanto en un sentido profi- láctico (prevención
primaria) y terapéutico (prevención secundaria), como hacia la reeducación y reinserción profesional de
los pacientes (prevención terciaria).
Cuba es un ejemplo representativo del amplio uso y desarrollo de la utilización de los agentes físicos en
los distintos niveles de salud, pues en atención prima- ria cuenta con un amplio número de salas de
rehabilitación equipadas con tecnología de avanzada y con personal calificado, al igual que en atención
secundaria en los distintos hospitales de todo el país, además se cuenta con el Centro Nacional de
Rehabilitación "Julio Díaz'' y con centros de gran presti- gio internacional como el CIREN y "La
Pradera".
CLASIFICACIÓN DE LOS AGENTES FÍSICOS CLASIFICACIÓN DE LOS
AGENTES FÍSICOS CLASIFICACIÓN DE LOS AGENTES FÍSICOS
CLASIFICACIÓN DE LOS AGENTES FÍSICOS CLASIFICACIÓN DE LOS
AGENTES FÍSICOS
Agentes ionizantes. Incluyen, tanto radiaciones constituidas por campos de materia, clásicamente
denominadas corpusculares (protones, electrones, par- tículas alfa, etc.), como radiaciones conformadas
por campos electromagné- ticos, también denominadas no corpusculares (rayos X y radiación gamma). Su
interacción con la materia produce fundamentalmente la ionización de los átomos que la componen. Estos
agentes constituyen el principal interés de la física nuclear y de la radiología.
Agentes no ionizantes. Son los que se emplean en medicina física. En ellos se incluye el resto de los
agentes físicos, naturales y artificiales, cuya interacción con el material biológico no produce ionizaciones
atómicas, pues la energía que transmiten al medio es insuficiente para ello.
Agentes naturales
Agentes artificiales
Agentes cinéticos o mecánicos. Ultrasonido.
Agentes térmicos
Superficiales:
Profundos:
USO DE LOS AGENTES FÍSICOS USO DE LOS AGENTES FÍSICOS
USO DE LOS AGENTES FÍSICOS USO DE LOS AGENTES FÍSICOS
USO DE LOS AGENTES FÍSICOS
Traumatología y Ortopedia. Fracturas e intervenciones de cirugía ortopédica, sobre todo de hombro,
raquis y miembros inferiores. Esguinces, politraumatizados, desgarros musculares y lesiones tendinosas.
Pseudoartrosis, osteoporosis, algias vertebrales, hernia discal. Distrofias del crecimiento: escoliosis,
cifosis. Espolón calcáneo, dedo en resorte. Enfermedad de Quervain. Sacroileítis.
Reumatología. Lesiones articulares degenerativas periféricas y raquídeas. Enfermedades reumáticas
inflamatorias: artritis reumatoide, espondilitis anquilosante, lupus eritematoso sistémico.
Espondiloartropatías, polimiositis, esclerosis sistémica progresiva. Reumatismos paraarticulares:
GENERALIDADES GENERALIDADES
Termoterapia. Aplicación del calor o el frío como agentes terapéuticos.
Calor. Es la energía total contenida en los movimientos moleculares de un determinado material.
Temperatura. Es la velocidad o energía cinética promedios del movimiento molecular de ese material.
C alor específico. Es la cantidad de calor que se necesita para elevar en 1
o la temperatura en una unidad de
masa de una sustancia.
Termogénesis. La producción de calor propia del organismo por las funcio- nes que realiza, ejemplo:
metabolismo celular, el ejercicio.
Termólisis. Pérdida de energía térmica del cuerpo al exterior.
Calor específico Calor específico Calor específico Calor específico Calor
específico
La capacidad calorífica específica o calor específico (c) es la cantidad de calor necesaria para elevar en 1
o
la temperatura en una unidad de masa de una sustancia.
El calor específico varía de una sustancia a otra y de una gama de tempera- tura a otra. El calor específico
del agua es mínimo a 35 °C y aumenta propor- cionalmente cuanto más se aleja de esta temperatura. A
temperatura ambiente, la capacidad calorífica específica del agua es superior a la de cualquier líqui- do o
sólido, con excepción del litio.
La capacidad calorífica específica elevada del agua implica que esta mantie- ne muy bien su temperatura
o, lo que es lo mismo, que la pierde con gran dificultad, razones por las que se utiliza como medio
efectivo de calentamien- to o enfriamiento.
La unidad tradicional de calor es la caloría: el calor que debe suministrarse a 1 g de agua a 15 °C para
aumentar su temperatura 1 °C. Una caloría equivale a 4,19 J.
Transfransfransfransfransferencia térmica erencia térmica erencia térmica
erencia térmica erencia térmica
El ser humano se encuentra expuesto a variaciones, tanto de la temperatura ambiental como interna; al ser
un organismo homeotermo, debe mantener su temperatura interna relativamente constante, cercana a los
° C.
La temperatura corporal no es uniforme. Así, la temperatura cutánea (super- ficial) es diferente en las
distintas regiones corporales y varía entre 29 y 34 °C. A cierta profundidad de la piel, la temperatura se
hace uniforme: tem- peratura profunda. Esta temperatura, en condiciones normales es de 37 °C
aproximadamente. La temperatura rectal constituye una buena referencia. Al existir una diferencia de 5 a
10 °C entre la temperatura superficial y la profunda, se establece un gradiente de temperatura.
La temperatura corporal depende del balance entre 2 procesos: la producción de calor por las funciones
que tienen lugar en el organismo (termogénesis) y la pérdida de energía térmica del cuerpo hacia el
exterior (termólisis).
El calor producido en el organismo es eliminado o transferido al ambiente por una serie de mecanismos:
conducción, convección, radiación y evaporación. A continuación se comentan algunos aspectos de estos
mecanismos, ya que en muchas aplicaciones termoterápicas y crioterápicas constituyen los princi- pales
mecanismos de transferencia (calentamiento) o de abstracción (enfria- miento) de energía térmica.
Por radiación se produce el 60 % de la pérdida calórica total; por conducción y convección el 15 % y por
evaporación el 25 %, aproximadamente, porcen- taje que varía con la temperatura ambiental.
Según su profundidad de acción se clasifican en:
alta frecuencia y ultrasonidos.
También se pueden clasificar de acuerdo al mecanismo de cesión de energía:
Conducción. Consiste en un mecanismo de intercambio de energía interna entre áreas de diferentes
temperaturas, en la que el intercambio de energía cinética de partícula a partícula se produce por colisión
molecular directa y por desplazamiento de electrones libres en los metales. La energía térmica pasa de
moléculas con mayor energía a moléculas con menor energía (regio- nes frías). La conducción es un
mecanismo de intercambio de energía térmi- ca entre 2 superficies de contacto, basado en el traslado de
energía por medio del movimiento y la cohesión entre átomos en un medio material sin movi- miento.
Esta conducción se produce entre diferentes tejidos del cuerpo hacia otro en contacto con el primero sin
desplazamiento visible de materia.
Cuando se utilizan agentes termoterápicos conductivos, deben estar en con- tacto con la piel y hay que
procurar utilizar como medios envolventes mate- riales de buena conductividad térmica (Tabla 2.1).
Convección. La convección consiste en la transferencia de calor que tiene lugar en un líquido (agua,
sangre, aire); aunque en los líquidos y gases una parte de calor se transfiere por conducción, la mayor
cantidad es por convección si el movimiento del líquido se produce por las diferencias de temperatura en
sí mismo, el proceso se denomina convección libre o natural, cuando el movimiento se debe a un agente
extraño convección forzada (aire, ventilador, agitador, etc.)
Radiación (conversión). En condiciones basales, el mecanismo termolítico de mayor importancia es el de
radiación. La conducción y convección nece- sitan de su material (sólido, liquido o gaseoso), sin embargo
se sabe que el calor también puede transmitirse por el vacío. Este proceso de transmitir el calor por el
vacío se llama radiación, en este caso el transporte de calor se produce por emisión o absorción por parte
del organismo de radiaciones electromagnéticas.
Tabla 2.1. Modalidad de termoterapia y agentes termoterápicos.
Clasificación Conducción Convección Conversión
Superficial Envolturas Baños Infrarrojo
Compresas Ducha caliente Ultravioleta
Almohadillas eléctricas Sauna Arena caliente Baño de vapor Parafina Fluidoterapia Peloides Parafango
Profundo Diatermia
Onda corta Microondas Ultrasonido
Efectos fisiológicos. Cuando se aplica el calor, el cuerpo humano pone en marcha una serie de respuestas
fisiológicas encaminadas a mantener su cons- tancia térmica. Estas respuestas fisiológicas son los
responsables de los efec- tos terapéuticos que se buscan con la aplicación del calor.
2
y pH.
2
y la osmolaridad.
enzimática.
Existen contraindicaciones generales para cualquier aplicación termoterápica y específicas para cada
modalidad. En este apartado se consideran las pre- cauciones y contraindicaciones generales de las
aplicaciones de calor al or- ganismo.
Previamente a la aplicación, debe evaluarse la sensibilidad térmica y dolorosa de la zona, así como el
estado circulatorio del paciente, ya que el calor se encuentra generalmente contraindicado o debe ser
empleado con especial precaución sobre áreas anestesiadas o en un paciente obnubilado.
En la mayoría de las aplicaciones la dosimetría no es exacta, y debe contarse con el paciente que percibe
las molestias o dolor cuando el umbral de calen- tamiento se ha superado.
El calentamiento de tejidos con un inadecuado riego sanguíneo se encuentra contraindicado, dado que la
elevación de la temperatura aumenta las demandas metabólicas sin adaptaciones vasculares asociadas, con
el riesgo de produc- ción de una necrosis isquémica. Las alteraciones circulatorias, especialmente
arteriales, pueden conducir a una disminución en el mecanismo convectivo de disipación del calor
suministrado, con el riesgo de quemadura de los tejidos de la zona. Los vasos alterados pueden presentar
mayor contractibilidad; su res- puesta frente a un estímulo térmico intenso es esencialmente espasmódica.
El calor no debe aplicarse en pacientes con diátesis hemorrágicas, ya que se facilita la hemorragia al
incrementarse el flujo sanguíneo. Es el caso de pro- cesos como la hemofilia, traumatismos agudos y
pacientes con fragilidad ca- pilar por tratamiento esteroideo de larga duración.
Excepto en los tratamientos especiales (hipertermia anticancerosa), la termoterapia se encuentra
contraindicada en zonas donde se halla localizada una neoplasia maligna, ya que temperaturas
subterapéuticas, como las utiliza- das en fisioterapia, pueden aumentar la tasa de crecimiento del tumor.
Exis- ten muchos estudios en los que se demuestra que las aplicaciones termoterápicas pueden favorecer
la aparición de metástasis.
Estudios en animales de experimentación han demostrado alteraciones es- tructurales y funcionales en las
gónadas , producidas por microondas y ultraso- nidos. Aunque los testículos y ovarios son sensibles a las
elevaciones de la temperatura, debido a su localización superficial, los testículos deben ser prote- gidos o
excluidos de la zona de aplicación para evitar cualquier tipo de daño.
La termoterapia intensa debe evitarse sobre abdomen y regiones pélvicas en mujeres embarazadas.
Estudios en animales de experimentación han puesto de manifiesto que la elevación de la temperatura
sobre el feto mediante ultrasonidos puede causar anomalías, como bajo peso al nacer, disminución del
tamaño cerebral (microcefalia) y deformidades en las extremidades. Es- tudios sobre el efecto de la onda
corta y las microondas en el desarrollo embriogénico y fetal han demostrado que estas malformaciones
aparecen en fetos de ratas expuestos a frecuencia de 27,12 Mhz, y que la alteración del crecimiento y el
desarrollo se produce en embriones de pollo expuestos a microondas de 2,450 Mhz. Sin embargo, estos
efectos no se han documenta- do en seres humanos.
Los estudios apuntan la posibilidad de producción de anomalías fetales simila- res a las descritas con
diatermia, durante el primer trimestre del embarazo, si la temperatura corporal se eleva por encima de los
38,9 °C, independiente- mente de la causa que la produjera.
Se ha observado que la exposición de áreas epifisarias , en animales de ex- perimentación, a ultrasonidos
con intensidades superiores a 3 w/cm
2
, aplica- dos mediante técnica estacionaria, puede producir
desmineralización ósea, alteraciones en las placas epifisarias y retraso en el crecimiento óseo. Sin
embargo, en seres humanos este tipo de aplicación no es de empleo clínico, pues conlleva un
calentamiento muy intenso y doloroso. De todos modos, es recomendable evitar un calentamiento
importante sobre estas zonas.
Por último, hay que insistir en que una mala indicación, selección de modali- dad termoterápica o
incorrecta aplicación, deben considerarse como situaciones realmente peligrosas, que pueden
desencadenar reacciones adversas, a ve- ces lamentables.
Métodos conductivos Métodos conductivos Métodos conductivos Métodos
conductivos Métodos conductivos
Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química) Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química)
Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química) Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química)
Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química)
El principal mecanismo de trasferencia térmica es la conducción aunque tam- bién existe algo de
transferencia mediante convección y emisión de radiación infrarroja.
Existen diversos tipos de bolsas comercializadas. Se pueden distinguir:
agua caliente a 48 °C, y produce una transferencia térmica al paciente; cuando se utilizan temperaturas
bolsa de algodón rellena de bentonita (o cualquier otra sustancia con propiedades hidrófilas) y sustancias
se encuentra relleno de una sustancia gelatinosa, que puede utilizarse tanto para termoterapia como para
crioterapia. Estas bolsas se encuentran disponibles en diferentes formas o tamaño y contorno de la
superficie donde se han de usar.
Las bolsas se calientan en baños o calentadores controlados con termostato a una temperatura de 71-79 °C
y la temperatura de utilización recomendada es entre 70 y 76 °C.
En los hot-packs el material hidrófilo absorbe y mantiene el agua caliente, que se expande dentro de la
bolsa. En las bolsas de hidrocoloides el calentamiento del gel se produce por transferencia térmica
prolongada, no constituye una fuente constante de calor, ya que la temperatura desciende tan pronto es
retirada del agua.
Existen bolsas que se pueden calentar, tanto en agua caliente como en hornos microondas. En último caso
el calor absorbido se transfiere por conducción en forma de calor seco, suele afirmarse que el calor seco,
como el producido por la reacción infrarroja, eleva la temperatura superficial en mayor cuantía
que el calor húmedo de una bolsa caliente, aunque en este último caso se produzca una penetración
ligeramente superior.
Método de aplicación Método de aplicación Método de aplicación Método de aplicación Método
de aplicación
que reducen la
deben quedar bien
fijas.
La parafina es una mezcla de alcanos que se encuentra en la naturaleza (ozoquerita) y en los residuos de la
destilación del petróleo. La empleada en terapéutica debe ser blanca, inodora, insípida y sólida, y se
suministra en for- ma de placas. La parafina tiene un punto de fusión medio de aproximadamen- te 54,
°
C. La adición de una parte de aceite mineral a 6 o 7 partes de parafina,
reduce su punto de fusión; de este modo se mantiene líquida a temperaturas entre 42 y 52 °C.
La parafina fundida posee un elevado contenido calórico; es una fuente dura- dera de calor, pues tarda
más tiempo en enfriarse de lo que lo hace el agua a la misma temperatura. Dado que su conductividad y
calor específico son bajos, puede aplicarse directamente sobre la piel a temperaturas que no son tolerables
con el agua. Para afecciones articulares crónicas de manos y pies, suele preferirse el baño de parafina a
los baños de agua caliente o al hidromasaje, ya que proporciona una acción antiinflamatoria y analgésica
más duradera.
El mecanismo fundamental de transferencia de calor es por conducción, aun- que en el estado de cambio
de fase de líquido a sólido, durante la aplicación, se produce emisión de radiación infrarroja.
La parafina se funde y mantiene en baños controlados termostáticamente (Fig. 2.1). Existen baños de
pequeño tamaño, que pueden ser transportados y utilizados para uso doméstico. Los baños necesitan una
continua supervisión para evitar que se contaminen. Los termostatos y temporizadores pueden fallar o
dañarse, y necesitan revisarse y calibrarse de forma regular. El baño debe ser periódicamente limpiado y
esterilizado, siguiendo las recomendacio- nes del fabricante. Las veces que se reutilice la parafina
determinarán la frecuencia con la que el baño ha de limpiarse y esterilizarse, aunque se reco- mienda
hacerlo a intervalos no superiores a 6 meses.
Fig. 2.1. Baño de parafina.
Técnicas de aplicación. Antes del tratamiento, el segmento corporal debe limpiarse con agua y jabón, y
posteriormente con alcohol, para eliminar cual- quier residuo de jabón y evitar la proliferación bacteriana
en el fondo del baño. La parafina se aplica fundamentalmente en manos y pies, de 3 formas: inmersiones
repetidas, inmersión mantenida y pincelaciones.
El método de inmersión repetida: es el más utilizado y consiste en la intro- ducción cuidadosa de la mano
o el pie durante varios segundos en el baño; posteriormente se retira, para que se forme una delgada capa
de parafina, ligeramente endurecida y adherente, sobre la piel (Fig. 2.2).
La operación se repite de 8 a 12 veces hasta que se forma una gruesa capa de parafina sólida. A
continuación, la zona se envuelve en una bolsa de plástico y se cubre con varias toallas para facilitar la
retención del calor.
La zona corporal debe quedar des- pojada de cualquier tipo de objeto
Fig. 2.2. Método de inmersión metálico y se debe procurar que no se mueva la zona introducida en el baño para
evitar la aparición de «puntos calientes». Si se moviliza la parte introducida en la parafina fundida, se
corre el riesgo de interrumpir la barrera de parafina semisólida, con lo que el pa- ciente sentirá una
sensación de quemadura. La mano se debe sumergir con los dedos lo más extendidos y separados
posibles.
El paciente debe situarse en una posición cómoda, con la zona elevada, hasta que finalice el tratamiento,
para evitar la potencial aparición de edema.
La aplicación se mantiene de 15 a 20 min.
Transcurrido este tiempo, se quitan las toallas y la bolsa, y con un depresor lingual se retira la capa de
parafina sólida y se arroja al baño.
Tras la aplicación, debe verificarse el estado de la piel.
Después de la aplicación, la zona se debe limpiar con agua y jabón. La limpie- za se puede completar con
un suave masaje con una loción hidratante o acei- te mineral, para humedecer y suavizar la piel.
Después de una aplicación de parafina, la piel queda más tersa, suave, húme- da y flexible, por lo que
resulta más fácil de masajear y movilizar.
El método de inmersión mantenida o de reinmersión: es utilizado en con- tadas ocasiones, al ser poco
tolerado por muchas personas, especialmente aquellas con predisposición a la formación de edemas o que
no pueden adop- tar una posición estática y cómoda durante el tiempo que dura el tratamiento.
En los casos en que existan dudas sobre la tolerancia del paciente, es prefe- rible pincelar la zona con
parafina hasta que se forme la capa sólida protecto- ra, y luego introducirla en el baño.
Se introduce la mano o el pie 3 o 4 veces en el baño de parafina, hasta que se forma una fina película de
parafina sólida.
Luego vuelve a sumergirse en el baño y se mantiene la inmersión de 20 a 30 min. Dado que la parafina
solidificada sobre la piel posee una baja conductividad térmica, la conducción de calor desde la parafina
fundida se reduce, lo que explica que esta aplicación pueda ser tolerada.
Presenta el inconveniente de que, durante la aplicación, la zona se encuentra dependiente, lo que puede
contribuir a la aparición o aumento de edema.
La técnica de inmersión proporciona un calentamiento suave, mientras que con el método de inmersión
mantenida se obtiene un calentamiento intenso sobre la piel, con un descenso importante de la
temperatura en el tejido sub- cutáneo. Sin embargo, teniendo en cuenta la escasez de tejidos blandos que
recubren las articulaciones de la mano, la muñeca, el tobillo y el pie, se produ- ce una elevación
significativa de temperatura en las pequeñas articulaciones de estas regiones
El método de pincelación: se emplea con menor frecuencia, aunque permi- te aplicar la parafina a
temperatura más elevada. Se utiliza sobre zonas como los hombros y los codos, que no pueden ser
tratadas mediante las técnicas anteriores (Fig. 2.3). Este método se basa en la aplicación de unas 10
pincelaciones rápidas sobre la zona, que posteriormente queda conve- nientemente envuelta.
Indicaciones. Contracturas y rigideces articulares localizadas en manos y pies. Las contracturas se
producen por un acortamiento de los tejidos articu- lares o periarticulares, por el engrosamiento de la
sinovial debido a una afec-
ción reumática o por la tensión de los ligamentos y las cápsulas articulares a causa de una enfermedad
articular degenerativa. En estos casos puede lograrse un calentamiento selectivo de las articulaciones
contracturadas interfalángicas, metacarpo y metatarso-falángicas, elevando la temperatura hasta
aproximadamente 43 °C.
A este calentamiento debe seguirle, de forma inmediata, la realización de movilizaciones de las
articulaciones o estiramientos moderados, manuales o instrumentales, prolongados durante el tiempo
necesario para que se produz- ca el enfriamiento de las articulaciones, y siempre en el límite de tolerancia
al dolor. De esta forma, se puede conseguir un aumento de 5 a 10° en la movi- lidad de las articulaciones
contracturadas con movilidad limitada.
La rigidez articular matutina o tras reposo, característica de la artritis reumatoide y de otras
conectivopatías, puede ceder con la aplicación de para- fina.
paredes, techo y suelo de madera (especial) aislada y sellada herméticamente sin fugas. Los paneles se
fabrican con madera especial proveniente de 2 fuentes principales, el abeto o el pino rojo de los países
nórdicos, Finlandia, Canadá, esta última tiene ventajas, como son el color más claro y mayor resistencia.
Esta madera se somete a un proceso especial de secado que la hace resistente al calor menor de 120 °C y a
la humedad (tratamiento antihumedad).
abrirse hacia
fuera por simple presión.
de humedad existentes.
calentamiento del interior de la sauna se realiza mediante estufas
eléctricas, con una superficie radiante en
forma de piedras artificiales.
mismo material, para verter agua sobre las piedras.
automático en un tiempo
determinado y que solo permita la circulación de 24 V (para evitar la
electrocución).
ponerse en
contacto con el paciente o usuario de la sauna.
los 100 °C,
según el saunista se siente en los bancos inferiores o superiores.
humedad
entre 20 y 25 veces inferior a la del agua o vapor de agua (diferencia con el baño de vapor), lo que hace
tolerables temperaturas tan elevadas.
°C, 10-15 % de humedad relativa del aire; a 90 °C, 5-10 % de humedad relativa, y a 100
° C, 2 % de
máxima. Cuando se siente una sequedad importante en el am- biente, puede verterse agua procedente del
del agua. Sin embargo, no debe abusarse de esta maniobra, ya que se elevaría en demasía la humedad
relativa del interior de la sauna y se haría menos soportable (Fig.2.5).
Respuestas fisiológicas. La elevada temperatura existente en el interior de la sauna invierte el gradiente
térmico entre la piel y el exterior, con lo que queda limi- tada la transferencia de calor corporal por
convección y radiación. Por lo tanto, el aumento creciente de la temperatura cu- tánea se transmite a zonas
más profun- das, por lo que la temperatura corporal puede elevarse desde 0,5 °C hasta 1,5-2 °C.
La sauna constituye un estímulo hipertérmico que produce una serie de respuestas fisiológicas. En la piel,
se ob- tiene una notable sudación, que oscila en- tre 200 y 600 g, durante una estancia de 15 min. Esto
conlleva una notable acción eliminadora de agua, sales, productos nitrogenados e incluso residuos
tóxicos. No obstante, dada la composición del su-
Fig. 2.4. Sauna. dor, las pérdidas más importantes son de agua; se eliminan escasas sales, especialmente
cloro y sodio.
Debe tenerse en cuenta que para vaporizar un gramo de agua se necesitan alrededor de 590 calorías. La
piel queda más suave, extensible y fácil de masajear. También se obtiene un estímulo para la renovación
de la piel y la formación del manto ácido cutáneo.
El baño de sauna produce una vasodilatación activa de los vasos de resisten- cia de la piel, especialmente
en las zonas distales de las extremidades y en la
región facial; esto provoca un aumento de la frecuencia cardiaca, con una tendencia a la disminución de la
tensión arterial, por lo que en los individuos hipotensos ha de tenerse especial cuidado. La presión venosa,
en cambio, se incrementa por la apertura de comunicaciones arteriovenosas periféricas. La producción de
taquicardia se debe tener en cuenta a la hora de propiciar la toma de sauna en pacientes con insuficiencia
cardíaca descompensada y cardiopatías inflamatorias.
Los estímulos fríos que siguen a la sauna producen vasoconstricción y au- mento del trabajo cardíaco, por
lo que pueden resultar perjudiciales en perso- nas hipertensas, lo que obliga a que la fase de enfriamiento
sea suave y progresiva.
Aunque se ha afirmado que la sauna provoca una mayor combustión de las grasas, lo cierto es que la
disminución de peso se debe al líquido eliminado. A pesar de esto, la sauna puede servir de incentivo para
el tratamiento de la obesidad, si actúa como coadyuvante de otras medidas dietéticas, farmacológicas,
físicas, etc.
La sauna produce una acción antiinflamatoria y relajante muscular, por lo que resulta eficaz en diversas
afecciones del aparato locomotor. La relajación muscular general conseguida, junto con la acción sedativa
por efecto del ca- lor sobre los receptores nerviosos de la piel, genera una relajación corporal total y una
sensación de bienestar.
Al principio, puede producirse una sensación pasajera de dificultad respirato- ria, a la que sigue una fase
de taquipnea con aumento de la frecuencia y la amplitud respiratoria, debida en parte al efecto relajante
sobre los músculos respiratorios. El efecto térmico produce una mejora en la irrigación de las vías
respiratorias altas e incrementa la secreción bronquial, lo que resulta beneficioso en algunas afecciones
bronquiales en las que existe una dificultad expectorante.
Aunque la copiosa sudación disminuye el filtrado renal y aumenta la reabsorción tubular, la actividad
renal se estimula con las aplicaciones frías que siguen a la toma de la sauna.
El aumento de la secreción de catecolaminas y tiroxina produce un aumento general del metabolismo. En
la fase de reposo, el predominio simpático-tónico da paso a una reacción parasimpático-tónica que se
objetiviza por un estado de relajación y cansancio natural. Esta sensación de bienestar suele durar algunos
días, aunque también se ha observado un cierto efecto euforizante tras la toma de saunas.
Por último, en diferentes trabajos, se ha señalado que la sauna posee un efec- to favorable sobre el sistema
inmunológico; resulta un método adecuado para estimular la capacidad de defensa general y
enfriamiento durante 2 o 3 min al aire y posteriormente se aplica un estímulo frío, normalmente una
ducha fría, aunque también pueden emplearse otros métodos: baño frío, duchas y chorros, paseo al aire
relajación y programas suaves de ejercicios de mantenimiento, estiramiento o masajes, especialmente de
descanso, de media hora a una hora, con la totalidad del cuerpo envuelto en una toalla sobre una tumbona.
la sauna una vez por semana, aunque esta frecuencia puede variar de acuerdo con condicionamientos
especiales, como la existencia de una patología o estado físico determinado.
temperatura corporal; no conviene tomarla muy tarde ni nocturnamente, ya que el efecto sedante y
comida y ha de esperarse
agua mineral, zumos de frutas y bebidas electrolíticas, pero nunca bebidas alcohólicas, café u otras
bebidas excitantes.
Cómo tomar una sauna:
Antes de tomar una sauna:
Si ha transcurrido mucho tiempo desde la última comida, se debe tomar un
agua templada antes de entrar y secarse, ya que la piel seca suda más. Al salir hay que secarse bien, de lo
personas con pies fríos deben introducirlos en agua caliente durante 4-5 min antes (o después) de una
sauna. Acelera la irrigación sanguínea y saca el calor hacia el exterior.
Dentro de la sauna:
intermedio o superior. Túmbese o siéntese con los pies sobre el asiento para que todo el cuerpo
y 90 °C) para que la piel alcance los 39-40 °C, mientras se mantiene el interior del cuerpo entre 38 y 38,
que salir, sin tomar en consideración si se ha transpirado lo suficiente o no. Las personas muy
acostumbradas pueden permanecer hasta 15 min, pero se recomienda descansar después de ese período.
adapte de nuevo a la posición vertical. Al incorporarse de forma súbita, la sangre puede acumularse y
producir una especie de vértigo o síncope. Levántese pausadamente.
Después de la sauna:
dúchese con agua fría (si la presión sanguínea es alta, que sea templada). Dirija el chorro desde las
le queda tiempo -y ganas- un baño de inmersión en agua fría hará reaccionar a los vasos sanguíneos y
alterna, por lo menos 2 veces. Quien acabe de iniciarse en estas cuestiones no debería repetir más que una
vez el ciclo calor-frío, mientras que los más experimentados ya pueden hacer una segunda, y hasta una
fundamental para no sudar después de vestirse y ahorrarse resfriados. Descansar tumbado 30 min también
evitará un enfriamiento fuerte.
Lo que no hay que hacer:
que no se produciría la desintoxicación corporal. Después, tome zumos de fruta diluidos en agua o
duche después de la sauna con agua caliente. Tampoco debe colocarse envolturas para seguir sudando
porque interfieren en el buen ritmo que se consigue con la sauna.
Indicaciones. La sauna se encuentra indicada en afecciones reumáticas crónicas sin signos de actividad
inflamatoria, por su acción analgésica y rela- jante muscular.
En la osteoartrosis y en otras afecciones crónicas osteoarticulares y extraarticulares que afectan a
múltiples articulaciones contribuye por su acción analgésica y antiespasmódica a facilitar la movilidad y a
acelerar la recuperación.
Los espasmos musculares de defensa, como los que se presentan en las her- nias discales por irritación de
las raíces nerviosas, son otras de las indicacio- nes de la sauna.
La reducción del hipertono muscular determina un mejoramiento de la movi- lidad articular; la sauna,
junto con ejercicios suaves de estiramiento, contribu- ye a mantener o aumentar la movilidad articular y la
elasticidad muscular.
En la fibromialgia, considerada actualmente como un síndrome de dolor psicogénico de origen central
multifactorial, el estímulo térmico resulta favo- rable, por su acción relajante sobre los puntos
miofasciales (gatillo).
Las afecciones bronquíticas y de vías aéreas superiores se benefician del uso de la sauna, pues favorece la
broncodilatación por la acción térmica bron- quial, aunque no debe aplicarse en cuadros de enfermedad
pulmonar obstructiva crónica en los que exista una restricción respiratoria importante o una sobre- carga
cardiaca derecha.