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Apuntes de Fisioterapia: Termo, Hidroterapia y Agentes Físicos, Resúmenes de Materiales

Se explican los agentes físicos

Tipo: Resúmenes

2019/2020

Subido el 12/08/2021

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Agentes Físicos
Dr.Ariel Capote Cabrera Dra.Yamilé Margarita López Pérez
Dra.Tania Bravo Acosta
Editorial Cicncias Médicas
Agentes Físicos
AUTORES
Dr. Ariel Capote Cabrera Especialista de I Grado en Medicina Física y Rehabilitación. Profesor instructor de la
Facultad de Tecnología de la Salud. Jefe del Departamento de Medicina Física y Rehabilitación de la Universidad de
Ciencias Informáticas. UCI.
Dra. Yamilé Margarita López Pérez Especialista de II Grado de Medicina Física y Rehabilitación. Profesora
Asistente de la Facultad de Tecnología de la Salud. Jefa del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del
Instituto de Neurología y Neurocirugía.
Dra. Tania Bravo Acosta Miembro del Grupo Nacional de Medicina Física y Rehabilitación. Especialista de II
Grado de Medicina Física y Rehabilitación. Profesora Asistente del Instituto Superior de Ciencias Médicas de la
Habana. ISCM-H. Profesora Auxiliar del Instituto Superior de Cultura Física de La Habana. Departamento de
Medicina Física y Rehabilitación del Centro de Investigaciones Clínicas.
Agentes Físicos
Dr. Ariel Capote Cabrera Dra. Yamilé Margarita López Pérez Dra. Tania Bravo Acosta
La Habana, 2009
Capote Cabrera, Ariel et al.
Agentes físicos / Ariel Cabrera Capote, Yamilé Margarita López Pérez, Tania Bravo Acosta. La Habana: Editorial
Ciencias Médicas, 2009.
[X], 325 p. : il., tab.
Bibliografía al final de la obra.
HIPERTERMIA INDUCIDA, HIDROTERAPIA, BALNEOLOGÍA, HIDROTERAPIA, TALASOTERAPIA,
FOTOTERAPIA, TERAPIA PUVA, TERAPIA POR ESTIMULACIÓN ELÉCTRICA
WB 460
Edición: Lic. Daisy Bello Álvarez Diseño interior y cubierta: Yisleidy Real Llufrío Corrección: Marina Castillo
Duque Composición: Xiomara Segura Suárez
© Ariel Capote Cabrera, Yamilé M. López Pérez y Tania Bravo Acosta, 2008 © Sobre la presente edición:
Editorial Ciencias Médicas, 2009
ISBN 978-959-212-371-7
Editorial Ciencias Médicas Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas Calle 23 entre N y O. El Vedado,
Edificio Soto Ciudad de La Habana, 10400, Cuba Correo Electrónico: ecimed@infomed.sld.cu Teléfonos: 838 3375
y 832 5338
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Agentes Físicos

Dr. Ariel Capote Cabrera Dra. Yamilé Margarita López Pérez

Dra. Tania Bravo Acosta

Editorial Cicncias Médicas

Agentes Físicos

AUTORES

Dr. Ariel Capote Cabrera Especialista de I Grado en Medicina Física y Rehabilitación. Profesor instructor de la

Facultad de Tecnología de la Salud. Jefe del Departamento de Medicina Física y Rehabilitación de la Universidad de

Ciencias Informáticas. UCI.

Dra. Yamilé Margarita López Pérez Especialista de II Grado de Medicina Física y Rehabilitación. Profesora

Asistente de la Facultad de Tecnología de la Salud. Jefa del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del

Instituto de Neurología y Neurocirugía.

Dra. Tania Bravo Acosta Miembro del Grupo Nacional de Medicina Física y Rehabilitación. Especialista de II

Grado de Medicina Física y Rehabilitación. Profesora Asistente del Instituto Superior de Ciencias Médicas de la

Habana. ISCM-H. Profesora Auxiliar del Instituto Superior de Cultura Física de La Habana. Departamento de

Medicina Física y Rehabilitación del Centro de Investigaciones Clínicas.

Agentes Físicos

Dr. Ariel Capote Cabrera Dra. Yamilé Margarita López Pérez Dra. Tania Bravo Acosta

La Habana, 2009

Capote Cabrera, Ariel et al.

Agentes físicos / Ariel Cabrera Capote, Yamilé Margarita López Pérez, Tania Bravo Acosta. La Habana: Editorial

Ciencias Médicas, 2009.

[X], 325 p. : il., tab.

Bibliografía al final de la obra.

HIPERTERMIA INDUCIDA, HIDROTERAPIA, BALNEOLOGÍA, HIDROTERAPIA, TALASOTERAPIA,

FOTOTERAPIA, TERAPIA PUVA, TERAPIA POR ESTIMULACIÓN ELÉCTRICA

WB 460

Edición: Lic. Daisy Bello Álvarez Diseño interior y cubierta: Yisleidy Real Llufrío Corrección: Marina Castillo

Duque Composición: Xiomara Segura Suárez

© Ariel Capote Cabrera, Yamilé M. López Pérez y Tania Bravo Acosta, 2008 © Sobre la presente edición:

Editorial Ciencias Médicas, 2009

ISBN 978-959-212-371-

Editorial Ciencias Médicas Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas Calle 23 entre N y O. El Vedado,

Edificio Soto Ciudad de La Habana, 10400, Cuba Correo Electrónico: ecimed@infomed.sld.cu Teléfonos: 838 3375

y 832 5338

CONTENIDO

CAPÍTULO 1 GENERALIDADES / 1 Conceptos /3 Clasificación de los agentes físicos /

Agentes cinéticos o mecánicos. Ultrasonido /6 Agentes térmicos /6 Uso de los agentes físicos /

CAPÍTULO 2 TERMOTERAPIA / 9 Generalidades /11 Calor específico /

Transferencia térmica /12 Criterios fundamentales para la elección de un agente termoterápico /

Métodos conductivos /

Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química) /18 Método de aplicación /19 Tiempo de tratamiento /19 Indicaciones

/19 Contraindicaciones /19 Almohadillas eléctricas /19 Baños de parafina /20 Parafangos /24 Métodos convectivos

/

Sauna /26 Beneficios terapéuticos de la sauna /29 Técnica de aplicación /30 Baños de vapor /36 Crioterapia

(tratamiento con frío) /

Principios biofísicos de aplicación /39 Efectos fisiológicos /40 Formas de aplicación /44 Bolsas de hielo /

Bolsas o paquetes fríos (cold-packs) /48 Toallas o compresas frías /48 Masaje con hielo /49 Aerosoles refrigerantes

/

CAPÍTULO 3 HIDROTERAPIA / 57 Factores del agua que actúan sobre el cuerpo humano /59 Principios

físicos /

Efecto térmico de la hidroterapia /61 Efecto fisiológico de la hidroterapia: /61 Clasificación del agua según su

temperatura /61 Técnicas de aplicación de la hidroterapia /

Contraindicaciones /62 Características de las instalaciones hidroterápicas /

Técnicas sin presión /

Lavados o abluciones /63 Afusiones /65 Envolturas /66 Compresas y fomentos /67 Baños /68 Métodos con presión

/

Duchas y chorros /74 Baños de remolino /78 Terapia en piscina /

Piscinas colectivas de movilización /82 Piscinas de marcha /88 Piscinas de natación /

CAPÍTULO 4 AGENTES FÍSICOS NATURALES / 93 Climatología médica /95 Clasificación de los

climas /96 Helioterapia /

Efectos de las radiaciones solares /

Consideraciones terapeúticas /103 Talasoterapia /

Propiedades de la talasoterapia /105 Técnicas de aplicación de talasoterapia /

Fases del tratamiento /112 Técnicas relacionadas con las prácticas enumeradas /112 Contraindicaciones /

Peloides /

Características principales /

Propiedades /118 Criterios generales /119 Requisitos físico-químicos /119 Requisitos microbiológicos /

Clasificación de los peloides /120 Características organolépticas /123 Efectos biológicos /123 Balneoterapia /

Aguas minerales y mineromedicinales /128 Características físicas de las aguas /131 Propiedades químico-físicas de

las aguas mineromedicinales /131 Propiedades químicas de las aguas mineromedicinales /132 Análisis

microbacteriológicos /135 Efectos en el organismo /135 Técnicas hidrotermales /138 Fuentes y yacimientos de las

aguas mineromedicinales en Cuba / 141

Agua mineral medicinal o mineromedicinal / 141 Tipos de aguas. Características físico-químicas y

microbacteriológicas /141 Medidas higiénico-sanitarias /143 Entidades nosológicas que se benefician con la

balneoterapia /144 Reacciones adversas /145 Características de algunos balnearios cubanos /

CAPÍTULO 5 LUMINOTERAPIA O FOTOTERAPIA / 149 Concepto y naturaleza de la luz /

Propiedades de la radiación electromagnética /151 Propiedades físicas de la luz en su interacción con los tejidos /

Efectos generales de la luz /153 Aplicación médica de la luz visible /154 Producción de una radiación infrarroja /

Radiación infrarroja (IR) /155 Biofísica /155 Efectos fisiológicos de las IR /156 Técnicas de aplicación y dosimetría

/157 Radiación ultravioleta (UV) /

Acción biológica /161 Sistemas de producción e instrumentación /165 Laser /

Características físicas de la emisión de láser /169 Producción de radiación laser /170 Clasificación /

Krussen plantea que constituye una rama de la medicina que utiliza agentes físicos, como la luz, el calor,

el agua y la electricidad, así como agentes mecá- nicos, en el tratamiento de las enfermedades.

De acuerdo con las ideas expresadas, puede definirse la medicina física, como un cuerpo doctrinar

complejo, constituido por la agrupación de conocimientos y experiencias relativas a la naturaleza de los

agentes físicos no ionizantes, a los fenómenos derivados de su interacción con el organismo y a las

aplicacio- nes diagnósticas, terapéuticas y preventivas que derivan de sus efectos bioló- gicos.

Los agentes físicos también pueden emplearse con intención diagnóstica, como ocurre en el caso de la

electromiografía, los estudios de conducción sensitivos y motores, la electrocardiografía, la

electroencefalografía, etc. Que al igual

que las radiaciones ionizantes, en no pocas ocasiones, son imprescindibles en una especialidad médica

determinada y ha terminado por incluirse en su mis- mo cuerpo de doctrina.

Los agentes físicos también deben considerarse como elementos con capaci- dad lesiva para el organismo.

Son conocidos los accidentes que puede desen- cadenar la excesiva o inadecuada exposición al calor, al

frío y a formas más específicas de energía, como la radiación ultravioleta, o los accidentes que puede

originar la corriente eléctrica (electropatología).

Los riesgos potenciales deben conocerse para establecer con claridad los límites de tolerancia y las

situaciones en que deba tenerse especial precau- ción para realizar las diferentes aplicaciones de forma

adecuada.

Fisioterapeuta. Es el profesional sanitario paramédico que aplica los agen- tes físicos no ionizantes, bajo

prescripción y control médico. El fisioterapeuta es el único profesional no médico con formación

universitaria, capacitado para aplicar, en su campo de actuación, los diferentes medios y técnicas tera-

péuticas con agentes físicos no ionizantes.

Fisiatra. Es el médico especialista en medicina física y rehabilitación, encar- gado de realizar actividades

de prevención, promoción, diagnóstico y las indi- caciones de ejercicios y agentes físicos.

Los agentes físicos no ionizantes han ampliado cada vez más su horizonte terapéutico, que no queda

entroncado únicamente con el quehacer rehabilitador, ortopédico, traumatológico o neurológico. En

efecto, estos agentes y medios físicos vienen incorporándose al arsenal terapéutico de otras especialidades

como: Reumatología, Cardiología, Neumología, Dermatología, Urología, Gastroenterología,

Estomatología, Otorrinonaringología (ORL), etc.

La medicina física debe basarse en el conocimiento científico de los agentes físicos, para lo cual son

fundamentales la física y otras ciencias relacionadas. Pero la anatomía, la fisiología y la patología son

igualmente esenciales, tanto para plantear y controlar adecuadamente las diferentes aplicaciones terapéu-

ticas, como para establecer las normas de seguridad en el manejo de los diferentes equipos y técnicas,

evitando los riesgos y accidentes derivados de su empleo.

En la actualidad, la medicina física viene experimentando un auge paralelo a los progresos de la medicina

en general. Los recientes avances tecnológicos, junto con cierta tendencia a reducir tratamientos

farmacológicos que resultan en ocasiones abusivos y muy costosos, han abierto nuevas perspectivas para

la medicina física en el ámbito terapéutico, así como en el higiénico o preven-

tivo. Actualmente, la medicina física está orientada, tanto en un sentido profi- láctico (prevención

primaria) y terapéutico (prevención secundaria), como hacia la reeducación y reinserción profesional de

los pacientes (prevención terciaria).

Cuba es un ejemplo representativo del amplio uso y desarrollo de la utilización de los agentes físicos en

los distintos niveles de salud, pues en atención prima- ria cuenta con un amplio número de salas de

rehabilitación equipadas con tecnología de avanzada y con personal calificado, al igual que en atención

secundaria en los distintos hospitales de todo el país, además se cuenta con el Centro Nacional de

Rehabilitación "Julio Díaz'' y con centros de gran presti- gio internacional como el CIREN y "La

Pradera".

CLASIFICACIÓN DE LOS AGENTES FÍSICOS CLASIFICACIÓN DE LOS

AGENTES FÍSICOS CLASIFICACIÓN DE LOS AGENTES FÍSICOS

CLASIFICACIÓN DE LOS AGENTES FÍSICOS CLASIFICACIÓN DE LOS

AGENTES FÍSICOS

Agentes ionizantes. Incluyen, tanto radiaciones constituidas por campos de materia, clásicamente

denominadas corpusculares (protones, electrones, par- tículas alfa, etc.), como radiaciones conformadas

por campos electromagné- ticos, también denominadas no corpusculares (rayos X y radiación gamma). Su

interacción con la materia produce fundamentalmente la ionización de los átomos que la componen. Estos

agentes constituyen el principal interés de la física nuclear y de la radiología.

Agentes no ionizantes. Son los que se emplean en medicina física. En ellos se incluye el resto de los

agentes físicos, naturales y artificiales, cuya interacción con el material biológico no produce ionizaciones

atómicas, pues la energía que transmiten al medio es insuficiente para ello.

Agentes naturales

  • Helioterapia. - Climoterapia. - Talasoterapia. - Peloides. - Balneoterapia.

Agentes artificiales

  • Termoterapia. - Hidroterapia. - Luminoterapia o fototerapia. - Electroterapia de baja y media frecuencia.
  • Electroterapia de alta frecuencia. - Terapia ultrasónica. - Magnetoterapia.

Agentes cinéticos o mecánicos. Ultrasonido.

Agentes térmicos

Superficiales:

  • Bolsas calientes. - Envolturas. - Parafina. - Aire seco. - Vapor de agua. - Radiación infrarroja.

Profundos:

  • Corrientes de alta frecuencia. - Ultrasonidos.

USO DE LOS AGENTES FÍSICOS USO DE LOS AGENTES FÍSICOS

USO DE LOS AGENTES FÍSICOS USO DE LOS AGENTES FÍSICOS

USO DE LOS AGENTES FÍSICOS

Traumatología y Ortopedia. Fracturas e intervenciones de cirugía ortopédica, sobre todo de hombro,

raquis y miembros inferiores. Esguinces, politraumatizados, desgarros musculares y lesiones tendinosas.

Pseudoartrosis, osteoporosis, algias vertebrales, hernia discal. Distrofias del crecimiento: escoliosis,

cifosis. Espolón calcáneo, dedo en resorte. Enfermedad de Quervain. Sacroileítis.

Reumatología. Lesiones articulares degenerativas periféricas y raquídeas. Enfermedades reumáticas

inflamatorias: artritis reumatoide, espondilitis anquilosante, lupus eritematoso sistémico.

Espondiloartropatías, polimiositis, esclerosis sistémica progresiva. Reumatismos paraarticulares:

GENERALIDADES GENERALIDADES

Termoterapia. Aplicación del calor o el frío como agentes terapéuticos.

Calor. Es la energía total contenida en los movimientos moleculares de un determinado material.

Temperatura. Es la velocidad o energía cinética promedios del movimiento molecular de ese material.

C alor específico. Es la cantidad de calor que se necesita para elevar en 1

o la temperatura en una unidad de

masa de una sustancia.

Termogénesis. La producción de calor propia del organismo por las funcio- nes que realiza, ejemplo:

metabolismo celular, el ejercicio.

Termólisis. Pérdida de energía térmica del cuerpo al exterior.

Calor específico Calor específico Calor específico Calor específico Calor

específico

La capacidad calorífica específica o calor específico (c) es la cantidad de calor necesaria para elevar en 1

o

la temperatura en una unidad de masa de una sustancia.

El calor específico varía de una sustancia a otra y de una gama de tempera- tura a otra. El calor específico

del agua es mínimo a 35 °C y aumenta propor- cionalmente cuanto más se aleja de esta temperatura. A

temperatura ambiente, la capacidad calorífica específica del agua es superior a la de cualquier líqui- do o

sólido, con excepción del litio.

La capacidad calorífica específica elevada del agua implica que esta mantie- ne muy bien su temperatura

o, lo que es lo mismo, que la pierde con gran dificultad, razones por las que se utiliza como medio

efectivo de calentamien- to o enfriamiento.

La unidad tradicional de calor es la caloría: el calor que debe suministrarse a 1 g de agua a 15 °C para

aumentar su temperatura 1 °C. Una caloría equivale a 4,19 J.

Transfransfransfransfransferencia térmica erencia térmica erencia térmica

erencia térmica erencia térmica

El ser humano se encuentra expuesto a variaciones, tanto de la temperatura ambiental como interna; al ser

un organismo homeotermo, debe mantener su temperatura interna relativamente constante, cercana a los

° C.

La temperatura corporal no es uniforme. Así, la temperatura cutánea (super- ficial) es diferente en las

distintas regiones corporales y varía entre 29 y 34 °C. A cierta profundidad de la piel, la temperatura se

hace uniforme: tem- peratura profunda. Esta temperatura, en condiciones normales es de 37 °C

aproximadamente. La temperatura rectal constituye una buena referencia. Al existir una diferencia de 5 a

10 °C entre la temperatura superficial y la profunda, se establece un gradiente de temperatura.

La temperatura corporal depende del balance entre 2 procesos: la producción de calor por las funciones

que tienen lugar en el organismo (termogénesis) y la pérdida de energía térmica del cuerpo hacia el

exterior (termólisis).

El calor producido en el organismo es eliminado o transferido al ambiente por una serie de mecanismos:

conducción, convección, radiación y evaporación. A continuación se comentan algunos aspectos de estos

mecanismos, ya que en muchas aplicaciones termoterápicas y crioterápicas constituyen los princi- pales

mecanismos de transferencia (calentamiento) o de abstracción (enfria- miento) de energía térmica.

Por radiación se produce el 60 % de la pérdida calórica total; por conducción y convección el 15 % y por

evaporación el 25 %, aproximadamente, porcen- taje que varía con la temperatura ambiental.

Según su profundidad de acción se clasifican en:

  • Superficiales: cuerpos sólidos, líquidos, semilíquidos y radiación infrarroja. - Profundos: corriente de

alta frecuencia y ultrasonidos.

También se pueden clasificar de acuerdo al mecanismo de cesión de energía:

  • Conducción. - Convección. - Conversión (radiación).

Conducción. Consiste en un mecanismo de intercambio de energía interna entre áreas de diferentes

temperaturas, en la que el intercambio de energía cinética de partícula a partícula se produce por colisión

molecular directa y por desplazamiento de electrones libres en los metales. La energía térmica pasa de

moléculas con mayor energía a moléculas con menor energía (regio- nes frías). La conducción es un

mecanismo de intercambio de energía térmi- ca entre 2 superficies de contacto, basado en el traslado de

energía por medio del movimiento y la cohesión entre átomos en un medio material sin movi- miento.

Esta conducción se produce entre diferentes tejidos del cuerpo hacia otro en contacto con el primero sin

desplazamiento visible de materia.

Cuando se utilizan agentes termoterápicos conductivos, deben estar en con- tacto con la piel y hay que

procurar utilizar como medios envolventes mate- riales de buena conductividad térmica (Tabla 2.1).

Convección. La convección consiste en la transferencia de calor que tiene lugar en un líquido (agua,

sangre, aire); aunque en los líquidos y gases una parte de calor se transfiere por conducción, la mayor

cantidad es por convección si el movimiento del líquido se produce por las diferencias de temperatura en

sí mismo, el proceso se denomina convección libre o natural, cuando el movimiento se debe a un agente

extraño convección forzada (aire, ventilador, agitador, etc.)

Radiación (conversión). En condiciones basales, el mecanismo termolítico de mayor importancia es el de

radiación. La conducción y convección nece- sitan de su material (sólido, liquido o gaseoso), sin embargo

se sabe que el calor también puede transmitirse por el vacío. Este proceso de transmitir el calor por el

vacío se llama radiación, en este caso el transporte de calor se produce por emisión o absorción por parte

del organismo de radiaciones electromagnéticas.

Tabla 2.1. Modalidad de termoterapia y agentes termoterápicos.

Clasificación Conducción Convección Conversión

Superficial Envolturas Baños Infrarrojo

Compresas Ducha caliente Ultravioleta

Almohadillas eléctricas Sauna Arena caliente Baño de vapor Parafina Fluidoterapia Peloides Parafango

Profundo Diatermia

Onda corta Microondas Ultrasonido

Efectos fisiológicos. Cuando se aplica el calor, el cuerpo humano pone en marcha una serie de respuestas

fisiológicas encaminadas a mantener su cons- tancia térmica. Estas respuestas fisiológicas son los

responsables de los efec- tos terapéuticos que se buscan con la aplicación del calor.

  • Vasodilatación (por aumento de la presión hidrostática vascular).
    • Aumento del flujo sanguíneo capilar.
  • Disminución de Po

2

y pH.

  • Aumento Pco

2

y la osmolaridad.

  • Aumenta la actividad metabólica y

enzimática.

  • Estimula el intercambio celular.
  • Trastornos de la sensibilidad. - Trastornos circulatorios severos. - Trastornos hemorrágicos. - Neoplasias

malignas. - Embarazadas. - Estados febriles.

Existen contraindicaciones generales para cualquier aplicación termoterápica y específicas para cada

modalidad. En este apartado se consideran las pre- cauciones y contraindicaciones generales de las

aplicaciones de calor al or- ganismo.

Previamente a la aplicación, debe evaluarse la sensibilidad térmica y dolorosa de la zona, así como el

estado circulatorio del paciente, ya que el calor se encuentra generalmente contraindicado o debe ser

empleado con especial precaución sobre áreas anestesiadas o en un paciente obnubilado.

En la mayoría de las aplicaciones la dosimetría no es exacta, y debe contarse con el paciente que percibe

las molestias o dolor cuando el umbral de calen- tamiento se ha superado.

El calentamiento de tejidos con un inadecuado riego sanguíneo se encuentra contraindicado, dado que la

elevación de la temperatura aumenta las demandas metabólicas sin adaptaciones vasculares asociadas, con

el riesgo de produc- ción de una necrosis isquémica. Las alteraciones circulatorias, especialmente

arteriales, pueden conducir a una disminución en el mecanismo convectivo de disipación del calor

suministrado, con el riesgo de quemadura de los tejidos de la zona. Los vasos alterados pueden presentar

mayor contractibilidad; su res- puesta frente a un estímulo térmico intenso es esencialmente espasmódica.

El calor no debe aplicarse en pacientes con diátesis hemorrágicas, ya que se facilita la hemorragia al

incrementarse el flujo sanguíneo. Es el caso de pro- cesos como la hemofilia, traumatismos agudos y

pacientes con fragilidad ca- pilar por tratamiento esteroideo de larga duración.

Excepto en los tratamientos especiales (hipertermia anticancerosa), la termoterapia se encuentra

contraindicada en zonas donde se halla localizada una neoplasia maligna, ya que temperaturas

subterapéuticas, como las utiliza- das en fisioterapia, pueden aumentar la tasa de crecimiento del tumor.

Exis- ten muchos estudios en los que se demuestra que las aplicaciones termoterápicas pueden favorecer

la aparición de metástasis.

Estudios en animales de experimentación han demostrado alteraciones es- tructurales y funcionales en las

gónadas , producidas por microondas y ultraso- nidos. Aunque los testículos y ovarios son sensibles a las

elevaciones de la temperatura, debido a su localización superficial, los testículos deben ser prote- gidos o

excluidos de la zona de aplicación para evitar cualquier tipo de daño.

La termoterapia intensa debe evitarse sobre abdomen y regiones pélvicas en mujeres embarazadas.

Estudios en animales de experimentación han puesto de manifiesto que la elevación de la temperatura

sobre el feto mediante ultrasonidos puede causar anomalías, como bajo peso al nacer, disminución del

tamaño cerebral (microcefalia) y deformidades en las extremidades. Es- tudios sobre el efecto de la onda

corta y las microondas en el desarrollo embriogénico y fetal han demostrado que estas malformaciones

aparecen en fetos de ratas expuestos a frecuencia de 27,12 Mhz, y que la alteración del crecimiento y el

desarrollo se produce en embriones de pollo expuestos a microondas de 2,450 Mhz. Sin embargo, estos

efectos no se han documenta- do en seres humanos.

Los estudios apuntan la posibilidad de producción de anomalías fetales simila- res a las descritas con

diatermia, durante el primer trimestre del embarazo, si la temperatura corporal se eleva por encima de los

38,9 °C, independiente- mente de la causa que la produjera.

Se ha observado que la exposición de áreas epifisarias , en animales de ex- perimentación, a ultrasonidos

con intensidades superiores a 3 w/cm

2

, aplica- dos mediante técnica estacionaria, puede producir

desmineralización ósea, alteraciones en las placas epifisarias y retraso en el crecimiento óseo. Sin

embargo, en seres humanos este tipo de aplicación no es de empleo clínico, pues conlleva un

calentamiento muy intenso y doloroso. De todos modos, es recomendable evitar un calentamiento

importante sobre estas zonas.

Por último, hay que insistir en que una mala indicación, selección de modali- dad termoterápica o

incorrecta aplicación, deben considerarse como situaciones realmente peligrosas, que pueden

desencadenar reacciones adversas, a ve- ces lamentables.

Métodos conductivos Métodos conductivos Métodos conductivos Métodos

conductivos Métodos conductivos

Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química) Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química)

Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química) Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química)

Bolsas calientes (Hot-Packs de agua química)

El principal mecanismo de trasferencia térmica es la conducción aunque tam- bién existe algo de

transferencia mediante convección y emisión de radiación infrarroja.

Existen diversos tipos de bolsas comercializadas. Se pueden distinguir:

  • La bolsa de agua caliente: es una modalidad de termoterapia muy útil para el uso doméstico. Se llena de

agua caliente a 48 °C, y produce una transferencia térmica al paciente; cuando se utilizan temperaturas

superiores se corre el riesgo de producir quemaduras. - Hot-packs o bolsas calientes: consisten en una

bolsa de algodón rellena de bentonita (o cualquier otra sustancia con propiedades hidrófilas) y sustancias

volcánicas minerales. - Hot-old-packs o bolsa de hidiocoloide de forro plástico transparente, cuyo interior

se encuentra relleno de una sustancia gelatinosa, que puede utilizarse tanto para termoterapia como para

crioterapia. Estas bolsas se encuentran disponibles en diferentes formas o tamaño y contorno de la

superficie donde se han de usar.

Las bolsas se calientan en baños o calentadores controlados con termostato a una temperatura de 71-79 °C

y la temperatura de utilización recomendada es entre 70 y 76 °C.

En los hot-packs el material hidrófilo absorbe y mantiene el agua caliente, que se expande dentro de la

bolsa. En las bolsas de hidrocoloides el calentamiento del gel se produce por transferencia térmica

prolongada, no constituye una fuente constante de calor, ya que la temperatura desciende tan pronto es

retirada del agua.

Existen bolsas que se pueden calentar, tanto en agua caliente como en hornos microondas. En último caso

el calor absorbido se transfiere por conducción en forma de calor seco, suele afirmarse que el calor seco,

como el producido por la reacción infrarroja, eleva la temperatura superficial en mayor cuantía

que el calor húmedo de una bolsa caliente, aunque en este último caso se produzca una penetración

ligeramente superior.

Método de aplicación Método de aplicación Método de aplicación Método de aplicación Método

de aplicación

  • Las bolsas se extraen del baño con pinzas. - Se envuelven en toallas normales o de doble almohadilla,

que reducen la

transferencia térmica a la superficie cutánea. - Las bolsas deben cubrir la totalidad de la zona a tratar y

deben quedar bien

fijas.

La parafina es una mezcla de alcanos que se encuentra en la naturaleza (ozoquerita) y en los residuos de la

destilación del petróleo. La empleada en terapéutica debe ser blanca, inodora, insípida y sólida, y se

suministra en for- ma de placas. La parafina tiene un punto de fusión medio de aproximadamen- te 54,

°

C. La adición de una parte de aceite mineral a 6 o 7 partes de parafina,

reduce su punto de fusión; de este modo se mantiene líquida a temperaturas entre 42 y 52 °C.

La parafina fundida posee un elevado contenido calórico; es una fuente dura- dera de calor, pues tarda

más tiempo en enfriarse de lo que lo hace el agua a la misma temperatura. Dado que su conductividad y

calor específico son bajos, puede aplicarse directamente sobre la piel a temperaturas que no son tolerables

con el agua. Para afecciones articulares crónicas de manos y pies, suele preferirse el baño de parafina a

los baños de agua caliente o al hidromasaje, ya que proporciona una acción antiinflamatoria y analgésica

más duradera.

El mecanismo fundamental de transferencia de calor es por conducción, aun- que en el estado de cambio

de fase de líquido a sólido, durante la aplicación, se produce emisión de radiación infrarroja.

La parafina se funde y mantiene en baños controlados termostáticamente (Fig. 2.1). Existen baños de

pequeño tamaño, que pueden ser transportados y utilizados para uso doméstico. Los baños necesitan una

continua supervisión para evitar que se contaminen. Los termostatos y temporizadores pueden fallar o

dañarse, y necesitan revisarse y calibrarse de forma regular. El baño debe ser periódicamente limpiado y

esterilizado, siguiendo las recomendacio- nes del fabricante. Las veces que se reutilice la parafina

determinarán la frecuencia con la que el baño ha de limpiarse y esterilizarse, aunque se reco- mienda

hacerlo a intervalos no superiores a 6 meses.

Fig. 2.1. Baño de parafina.

Técnicas de aplicación. Antes del tratamiento, el segmento corporal debe limpiarse con agua y jabón, y

posteriormente con alcohol, para eliminar cual- quier residuo de jabón y evitar la proliferación bacteriana

en el fondo del baño. La parafina se aplica fundamentalmente en manos y pies, de 3 formas: inmersiones

repetidas, inmersión mantenida y pincelaciones.

El método de inmersión repetida: es el más utilizado y consiste en la intro- ducción cuidadosa de la mano

o el pie durante varios segundos en el baño; posteriormente se retira, para que se forme una delgada capa

de parafina, ligeramente endurecida y adherente, sobre la piel (Fig. 2.2).

La operación se repite de 8 a 12 veces hasta que se forma una gruesa capa de parafina sólida. A

continuación, la zona se envuelve en una bolsa de plástico y se cubre con varias toallas para facilitar la

retención del calor.

La zona corporal debe quedar des- pojada de cualquier tipo de objeto

Fig. 2.2. Método de inmersión metálico y se debe procurar que no se mueva la zona introducida en el baño para

evitar la aparición de «puntos calientes». Si se moviliza la parte introducida en la parafina fundida, se

corre el riesgo de interrumpir la barrera de parafina semisólida, con lo que el pa- ciente sentirá una

sensación de quemadura. La mano se debe sumergir con los dedos lo más extendidos y separados

posibles.

El paciente debe situarse en una posición cómoda, con la zona elevada, hasta que finalice el tratamiento,

para evitar la potencial aparición de edema.

La aplicación se mantiene de 15 a 20 min.

Transcurrido este tiempo, se quitan las toallas y la bolsa, y con un depresor lingual se retira la capa de

parafina sólida y se arroja al baño.

Tras la aplicación, debe verificarse el estado de la piel.

Después de la aplicación, la zona se debe limpiar con agua y jabón. La limpie- za se puede completar con

un suave masaje con una loción hidratante o acei- te mineral, para humedecer y suavizar la piel.

Después de una aplicación de parafina, la piel queda más tersa, suave, húme- da y flexible, por lo que

resulta más fácil de masajear y movilizar.

El método de inmersión mantenida o de reinmersión: es utilizado en con- tadas ocasiones, al ser poco

tolerado por muchas personas, especialmente aquellas con predisposición a la formación de edemas o que

no pueden adop- tar una posición estática y cómoda durante el tiempo que dura el tratamiento.

En los casos en que existan dudas sobre la tolerancia del paciente, es prefe- rible pincelar la zona con

parafina hasta que se forme la capa sólida protecto- ra, y luego introducirla en el baño.

Se introduce la mano o el pie 3 o 4 veces en el baño de parafina, hasta que se forma una fina película de

parafina sólida.

Luego vuelve a sumergirse en el baño y se mantiene la inmersión de 20 a 30 min. Dado que la parafina

solidificada sobre la piel posee una baja conductividad térmica, la conducción de calor desde la parafina

fundida se reduce, lo que explica que esta aplicación pueda ser tolerada.

Presenta el inconveniente de que, durante la aplicación, la zona se encuentra dependiente, lo que puede

contribuir a la aparición o aumento de edema.

La técnica de inmersión proporciona un calentamiento suave, mientras que con el método de inmersión

mantenida se obtiene un calentamiento intenso sobre la piel, con un descenso importante de la

temperatura en el tejido sub- cutáneo. Sin embargo, teniendo en cuenta la escasez de tejidos blandos que

recubren las articulaciones de la mano, la muñeca, el tobillo y el pie, se produ- ce una elevación

significativa de temperatura en las pequeñas articulaciones de estas regiones

El método de pincelación: se emplea con menor frecuencia, aunque permi- te aplicar la parafina a

temperatura más elevada. Se utiliza sobre zonas como los hombros y los codos, que no pueden ser

tratadas mediante las técnicas anteriores (Fig. 2.3). Este método se basa en la aplicación de unas 10

pincelaciones rápidas sobre la zona, que posteriormente queda conve- nientemente envuelta.

Indicaciones. Contracturas y rigideces articulares localizadas en manos y pies. Las contracturas se

producen por un acortamiento de los tejidos articu- lares o periarticulares, por el engrosamiento de la

sinovial debido a una afec-

ción reumática o por la tensión de los ligamentos y las cápsulas articulares a causa de una enfermedad

articular degenerativa. En estos casos puede lograrse un calentamiento selectivo de las articulaciones

contracturadas interfalángicas, metacarpo y metatarso-falángicas, elevando la temperatura hasta

aproximadamente 43 °C.

A este calentamiento debe seguirle, de forma inmediata, la realización de movilizaciones de las

articulaciones o estiramientos moderados, manuales o instrumentales, prolongados durante el tiempo

necesario para que se produz- ca el enfriamiento de las articulaciones, y siempre en el límite de tolerancia

al dolor. De esta forma, se puede conseguir un aumento de 5 a 10° en la movi- lidad de las articulaciones

contracturadas con movilidad limitada.

La rigidez articular matutina o tras reposo, característica de la artritis reumatoide y de otras

conectivopatías, puede ceder con la aplicación de para- fina.

  • Se practica en un recinto, de diferentes dimensiones, según sea de uso individual o colectivo, con

paredes, techo y suelo de madera (especial) aislada y sellada herméticamente sin fugas. Los paneles se

fabrican con madera especial proveniente de 2 fuentes principales, el abeto o el pino rojo de los países

nórdicos, Finlandia, Canadá, esta última tiene ventajas, como son el color más claro y mayor resistencia.

Esta madera se somete a un proceso especial de secado que la hace resistente al calor menor de 120 °C y a

la humedad (tratamiento antihumedad).

  • Las puertas no deben poseer ningún tipo de cierre fijo; deben

abrirse hacia

fuera por simple presión.

  • El interior dispone de una serie de bancos o asientos escalonados.
  • Tienen un termómetro e higrómetro, que indican la temperatura y el grado

de humedad existentes.

  • El

calentamiento del interior de la sauna se realiza mediante estufas

eléctricas, con una superficie radiante en

forma de piedras artificiales.

  • Junto a la estufa se dispone un cubo de madera con agua y un cazo del

mismo material, para verter agua sobre las piedras.

  • Debe tener un control electrónico con stop

automático en un tiempo

determinado y que solo permita la circulación de 24 V (para evitar la

electrocución).

  • No debe existir, en su fabricación, ninguna estructura metálica que pueda

ponerse en

contacto con el paciente o usuario de la sauna.

  • La temperatura de una sauna puede oscilar entre los 80 y

los 100 °C,

según el saunista se siente en los bancos inferiores o superiores.

  • A nivel del techo pueden

alcanzarse temperaturas de 100 °C. - El aire en el interior de la sauna debe poseer un bajo nivel de

humedad

relativa, generalmente menor del 25 %. - Al encontrarse el aire muy seco, la conductividad térmica resulta

entre 20 y 25 veces inferior a la del agua o vapor de agua (diferencia con el baño de vapor), lo que hace

tolerables temperaturas tan elevadas.

  • Pueden establecerse, como normas adecuadas para el calentamiento de una sauna, las siguientes: a 80

°C, 10-15 % de humedad relativa del aire; a 90 °C, 5-10 % de humedad relativa, y a 100

° C, 2 % de

humedad relativa. - La sauna debe poseer un sistema de renovación de aire para garantizar la humedad

máxima. Cuando se siente una sequedad importante en el am- biente, puede verterse agua procedente del

cubo de madera sobre las piedras situadas en la estufa. - Al realizar esta maniobra, no exenta de cierto “

carácter ritual”, inmediata- mente se siente una importante sensación de calor, por la rápida evaporación

del agua. Sin embargo, no debe abusarse de esta maniobra, ya que se elevaría en demasía la humedad

relativa del interior de la sauna y se haría menos soportable (Fig.2.5).

Respuestas fisiológicas. La elevada temperatura existente en el interior de la sauna invierte el gradiente

térmico entre la piel y el exterior, con lo que queda limi- tada la transferencia de calor corporal por

convección y radiación. Por lo tanto, el aumento creciente de la temperatura cu- tánea se transmite a zonas

más profun- das, por lo que la temperatura corporal puede elevarse desde 0,5 °C hasta 1,5-2 °C.

La sauna constituye un estímulo hipertérmico que produce una serie de respuestas fisiológicas. En la piel,

se ob- tiene una notable sudación, que oscila en- tre 200 y 600 g, durante una estancia de 15 min. Esto

conlleva una notable acción eliminadora de agua, sales, productos nitrogenados e incluso residuos

tóxicos. No obstante, dada la composición del su-

Fig. 2.4. Sauna. dor, las pérdidas más importantes son de agua; se eliminan escasas sales, especialmente

cloro y sodio.

Debe tenerse en cuenta que para vaporizar un gramo de agua se necesitan alrededor de 590 calorías. La

piel queda más suave, extensible y fácil de masajear. También se obtiene un estímulo para la renovación

de la piel y la formación del manto ácido cutáneo.

El baño de sauna produce una vasodilatación activa de los vasos de resisten- cia de la piel, especialmente

en las zonas distales de las extremidades y en la

región facial; esto provoca un aumento de la frecuencia cardiaca, con una tendencia a la disminución de la

tensión arterial, por lo que en los individuos hipotensos ha de tenerse especial cuidado. La presión venosa,

en cambio, se incrementa por la apertura de comunicaciones arteriovenosas periféricas. La producción de

taquicardia se debe tener en cuenta a la hora de propiciar la toma de sauna en pacientes con insuficiencia

cardíaca descompensada y cardiopatías inflamatorias.

Los estímulos fríos que siguen a la sauna producen vasoconstricción y au- mento del trabajo cardíaco, por

lo que pueden resultar perjudiciales en perso- nas hipertensas, lo que obliga a que la fase de enfriamiento

sea suave y progresiva.

Aunque se ha afirmado que la sauna provoca una mayor combustión de las grasas, lo cierto es que la

disminución de peso se debe al líquido eliminado. A pesar de esto, la sauna puede servir de incentivo para

el tratamiento de la obesidad, si actúa como coadyuvante de otras medidas dietéticas, farmacológicas,

físicas, etc.

La sauna produce una acción antiinflamatoria y relajante muscular, por lo que resulta eficaz en diversas

afecciones del aparato locomotor. La relajación muscular general conseguida, junto con la acción sedativa

por efecto del ca- lor sobre los receptores nerviosos de la piel, genera una relajación corporal total y una

sensación de bienestar.

Al principio, puede producirse una sensación pasajera de dificultad respirato- ria, a la que sigue una fase

de taquipnea con aumento de la frecuencia y la amplitud respiratoria, debida en parte al efecto relajante

sobre los músculos respiratorios. El efecto térmico produce una mejora en la irrigación de las vías

respiratorias altas e incrementa la secreción bronquial, lo que resulta beneficioso en algunas afecciones

bronquiales en las que existe una dificultad expectorante.

Aunque la copiosa sudación disminuye el filtrado renal y aumenta la reabsorción tubular, la actividad

renal se estimula con las aplicaciones frías que siguen a la toma de la sauna.

El aumento de la secreción de catecolaminas y tiroxina produce un aumento general del metabolismo. En

la fase de reposo, el predominio simpático-tónico da paso a una reacción parasimpático-tónica que se

objetiviza por un estado de relajación y cansancio natural. Esta sensación de bienestar suele durar algunos

días, aunque también se ha observado un cierto efecto euforizante tras la toma de saunas.

Por último, en diferentes trabajos, se ha señalado que la sauna posee un efec- to favorable sobre el sistema

inmunológico; resulta un método adecuado para estimular la capacidad de defensa general y

sentado los 2 últimos minutos, para adaptarse al ortostatismo. - Una vez en el exterior, se realiza un

enfriamiento durante 2 o 3 min al aire y posteriormente se aplica un estímulo frío, normalmente una

ducha fría, aunque también pueden emplearse otros métodos: baño frío, duchas y chorros, paseo al aire

libre desnudo, etc. - Luego, convenientemente envuelto, se dedica un tiempo de reposo de varios

minutos antes de volver a entrar en la sauna. - Durante las pausas pueden realizarse ejercicios de

relajación y programas suaves de ejercicios de mantenimiento, estiramiento o masajes, especialmente de

la musculatura hipertónica. - En una nueva entrada se puede tomar la sauna en los bancos superiores,

siguiendo las mismas recomendaciones. - Como norma general, no es aconsejable realizar más de 3

entradas seguidas. - Al terminar la sesión, tras la fase de enfriamiento, debe guardarse un tiempo de

descanso, de media hora a una hora, con la totalidad del cuerpo envuelto en una toalla sobre una tumbona.

  • Debe evitarse la realización de ejercicios físicos intensos, dado que el sis-

tema nervioso vegetativo no se encuentra suficientemente adaptado. - En general, es recomendable tomar

la sauna una vez por semana, aunque esta frecuencia puede variar de acuerdo con condicionamientos

especiales, como la existencia de una patología o estado físico determinado.

  • Lo ideal sería tomarla al mediodía, con la finalidad de adaptarse a las variaciones fisiológicas de la

temperatura corporal; no conviene tomarla muy tarde ni nocturnamente, ya que el efecto sedante y

favorecedor del sueño puede transformarse en insomnio. - La sauna debe tomarse de 1 a 2 h después de la

comida y ha de esperarse

otra hora tras su finalización para volver a comer. - A su término, se debe ingerir líquido, especialmente

agua mineral, zumos de frutas y bebidas electrolíticas, pero nunca bebidas alcohólicas, café u otras

bebidas excitantes.

Cómo tomar una sauna:

Antes de tomar una sauna:

  • Es muy recomendable tomarla después de un esfuerzo, por ejemplo, tras practicar deporte, pero se

aconseja descansar entre 15 y 30 min antes, para que el cuerpo pueda reaccionar sin problemas al calor. -

Si ha transcurrido mucho tiempo desde la última comida, se debe tomar un

poco de pan o un dulce para que la sangre contenga glucosa. - Por higiene, deberá ducharse a fondo con

agua templada antes de entrar y secarse, ya que la piel seca suda más. Al salir hay que secarse bien, de lo

contrario se retiene sudor en la piel, irritándola y provocando, en última instancia, un eczema. - Las

personas con pies fríos deben introducirlos en agua caliente durante 4-5 min antes (o después) de una

sauna. Acelera la irrigación sanguínea y saca el calor hacia el exterior.

Dentro de la sauna:

  • Es preferible no colocarse en el nivel inferior (solo se consigue sobrecargar el corazón) sino en el banco

intermedio o superior. Túmbese o siéntese con los pies sobre el asiento para que todo el cuerpo

permanezca a la misma temperatura. - Cerciórese de que la temperatura de la sauna es adecuada (entre 80

y 90 °C) para que la piel alcance los 39-40 °C, mientras se mantiene el interior del cuerpo entre 38 y 38,

°C. - Lo normal es que a los 8-12 min el cuerpo sienta ya ganas de refrigerarse. Y en ese momento hay

que salir, sin tomar en consideración si se ha transpirado lo suficiente o no. Las personas muy

acostumbradas pueden permanecer hasta 15 min, pero se recomienda descansar después de ese período.

  • Antes de abandonar la cabina, siéntese con los pies colgando en el banco para que la circulación se

adapte de nuevo a la posición vertical. Al incorporarse de forma súbita, la sangre puede acumularse y

producir una especie de vértigo o síncope. Levántese pausadamente.

Después de la sauna:

  • Al salir, es importante permanecer unos minutos (pocos, para no llegar a tiritar) fuera de la sauna (si se

puede, al aire libre) para enfriar las vías respiratorias. Los pulmones necesitarán aire exterior. - Después,

dúchese con agua fría (si la presión sanguínea es alta, que sea templada). Dirija el chorro desde las

extremidades hacia el centro del cuerpo, en la dirección del corazón, para devolverle el ritmo. - Si todavía

le queda tiempo -y ganas- un baño de inmersión en agua fría hará reaccionar a los vasos sanguíneos y

aumentará la presión arterial. - Tomar un baño de sauna significa “ calentarse” y “ enfriarse”, de forma

alterna, por lo menos 2 veces. Quien acabe de iniciarse en estas cuestiones no debería repetir más que una

vez el ciclo calor-frío, mientras que los más experimentados ya pueden hacer una segunda, y hasta una

tercera entrada en la sauna. - El enfriamiento adecuado después de la última “ visita” se considera

fundamental para no sudar después de vestirse y ahorrarse resfriados. Descansar tumbado 30 min también

evitará un enfriamiento fuerte.

Lo que no hay que hacer:

  • Entrar en la sauna con hambre, con el estómago lleno (deje que transcurra como mínimo una hora desde

la comida) o en estado de agotamiento. Puede sufrir un colapso. - Durante la sesión no beba líquidos, ya

que no se produciría la desintoxicación corporal. Después, tome zumos de fruta diluidos en agua o

simplemente agua mineral. - No realice ejercicios de gimnasia dentro de la cabina, ni le dé charlas a sus

vecinos porque se “ cargan” la respiración y la circulación. - No se frote el sudor. Solo conseguirá

provocarse picores. - No alargue nunca la sesión más de 15 min, ni realice más de 3 “ visitas”. - No se

duche después de la sauna con agua caliente. Tampoco debe colocarse envolturas para seguir sudando

porque interfieren en el buen ritmo que se consigue con la sauna.

Indicaciones. La sauna se encuentra indicada en afecciones reumáticas crónicas sin signos de actividad

inflamatoria, por su acción analgésica y rela- jante muscular.

En la osteoartrosis y en otras afecciones crónicas osteoarticulares y extraarticulares que afectan a

múltiples articulaciones contribuye por su acción analgésica y antiespasmódica a facilitar la movilidad y a

acelerar la recuperación.

Los espasmos musculares de defensa, como los que se presentan en las her- nias discales por irritación de

las raíces nerviosas, son otras de las indicacio- nes de la sauna.

La reducción del hipertono muscular determina un mejoramiento de la movi- lidad articular; la sauna,

junto con ejercicios suaves de estiramiento, contribu- ye a mantener o aumentar la movilidad articular y la

elasticidad muscular.

En la fibromialgia, considerada actualmente como un síndrome de dolor psicogénico de origen central

multifactorial, el estímulo térmico resulta favo- rable, por su acción relajante sobre los puntos

miofasciales (gatillo).

Las afecciones bronquíticas y de vías aéreas superiores se benefician del uso de la sauna, pues favorece la

broncodilatación por la acción térmica bron- quial, aunque no debe aplicarse en cuadros de enfermedad

pulmonar obstructiva crónica en los que exista una restricción respiratoria importante o una sobre- carga

cardiaca derecha.