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Más información menos conocimiento, tuiteo luego existo y ¿para qué sirve el profesor?, Monografías, Ensayos de Escritura Técnica

En "De la estupidez a la locura" de Umberto Eco y "Más información, menos conocimiento" de Mario Vargas Llosa, se aborda críticamente la relación actual con Internet y la tecnología. Eco, en crónicas como "Tuiteo luego existo" y "La pérdida de la privacidad", examina la trivialización de opiniones en las redes sociales y la desesperada búsqueda de visibilidad en una sociedad líquida. También plantea la importancia del profesor en la era digital, destacando su papel en la formación y el diálogo crítico. Vargas Llosa, por su parte, expone en "Más información, menos conocimiento" cómo el internet afecta hábitos como la lectura y la concentración, debilitando la memoria y planteando desafíos para la construcción de conocimiento. Ambos autores reflexionan sobre los riesgos y beneficios de la revolución de la información en la era digital.

Tipo: Monografías, Ensayos

2017/2018

Subido el 05/02/2024

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adrian-moncayo 🇨🇴

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Universidad Nacional de Colombia
Teoría y retórica del cuento en la literatura latinoamericana.
17 de mayo del 2018
Más información menos conocimiento, tuiteo luego existo y ¿para qué sirve el
profesor?
En el texto: De la estupidez a la locura, cómo vivir en un mundo sin rumbo de Umberto Eco,
específicamente en las crónicas; Tuiteo luego existo, La pérdida de la privacidad y Para qué
sirve el profesor. El autor hace una crítica muy necesaria con respecto a nuestra relación con
el internet, la perdida de una actitud crítica por ejemplo frente asuntos que ahora tienden a
trivializarse en publicaciones hechas por cualquiera en las redes sociales, trivialidades
comentadas por cualquiera en las redes sociales de las que ya hacen parte figuras tan
importantes como el papa.
Por otro lado, Mario Vargas Llosa, en un texto llamado: Más información, menos conocimiento.
Este autor, hace una crítica a la falta de conocimiento a la que se está sometiendo el hombre
por dejarle las tareas que debería hacer el cerebro a él internet y la tecnología, asumiendo
estas herramientas como extensiones mismas del cerebro.
Empecemos hablando de la primera crónica en el texto de Eco: Tuiteo luego existo, aquí el
autor empieza por contar una anécdota con respecto a una cuenta falsa que tiene en Twitter.
Una señora le aborda, para darle las gracias porque ha intercambiado conversaciones con él a
través de este medio, sin embargo, por obvias razones el intenta persuadirla de que no es él, y
la señora no lo asimiló “Trate de explicarle que se trataba de un falso yo, pero me miró como si
le estuviera diciendo que yo no era yo. Si estaba en Twitter, existía. Tuiteo ergo sum” (40) Esta
historia la utiliza Eco para ilustrar, la problemática que existe en Twitter, pues no soloes
real con el mero hecho de tener una cuenta allí, sino que además la irrelevancia de las
opiniones se debe a que habla cualquiera, desde una figura importante en la sociedad, hasta
el que cree en Dan Brown. Eco argumenta que a la internet lo surcan opiniones irrelevantes,
porque, además, si bien se pueden expresar ideas geniales en menos de ciento cuarenta
caracteres… para escribir La riqueza de las naciones de Adam Smith se necesitan más (41).
La segunda crónica es: La pérdida de la privacidad. Explica que estamos en una sociedad
desesperada por hacerse visible, que incluso ayudamos a quien antes fueran nuestros
investigadores dándoles la información que, en otra época, ellos tendrían que buscar
escudriñando la vida de sus investigados. Él argumenta que esto se puede deber a la llamada
sociedad liquida, en la que todo el mundo sufre una crisis de valores, identidad, además no
tienen idea de dónde buscar referentes que le ayuden a definirse, y el único modo de
conseguir reconocimiento social, es hacerse ver, a toda costa. (43) En este apartado, también
cita a Bautman para decir que las redes sociales representan un instrumento de vigilancia del
pensamiento y de las emociones ajenas.
Y la tercera crónica de la que hablaremos aquí es: ¿Para qué sirve el profesor? En esta
crónica, cuenta la historia de un joven que le pregunta a su profesor ¿Para qué sirve en la
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Universidad Nacional de Colombia Teoría y retórica del cuento en la literatura latinoamericana. 17 de mayo del 2018 Más información menos conocimiento, tuiteo luego existo y ¿para qué sirve el profesor? En el texto: De la estupidez a la locura, cómo vivir en un mundo sin rumbo de Umberto Eco, específicamente en las crónicas; Tuiteo luego existo, La pérdida de la privacidad y Para qué sirve el profesor. El autor hace una crítica muy necesaria con respecto a nuestra relación con el internet, la perdida de una actitud crítica por ejemplo frente asuntos que ahora tienden a trivializarse en publicaciones hechas por cualquiera en las redes sociales, trivialidades comentadas por cualquiera en las redes sociales de las que ya hacen parte figuras tan importantes como el papa. Por otro lado, Mario Vargas Llosa, en un texto llamado: Más información, menos conocimiento. Este autor, hace una crítica a la falta de conocimiento a la que se está sometiendo el hombre por dejarle las tareas que debería hacer el cerebro a él internet y la tecnología, asumiendo estas herramientas como extensiones mismas del cerebro. Empecemos hablando de la primera crónica en el texto de Eco: Tuiteo luego existo, aquí el autor empieza por contar una anécdota con respecto a una cuenta falsa que tiene en Twitter. Una señora le aborda, para darle las gracias porque ha intercambiado conversaciones con él a través de este medio, sin embargo, por obvias razones el intenta persuadirla de que no es él, y la señora no lo asimiló “Trate de explicarle que se trataba de un falso yo, pero me miró como si le estuviera diciendo que yo no era yo. Si estaba en Twitter, existía. Tuiteo ergo sum” (40) Esta historia la utiliza Eco para ilustrar, la problemática que existe en Twitter, pues no solo sé es real con el mero hecho de tener una cuenta allí, sino que además la irrelevancia de las opiniones se debe a que habla cualquiera, desde una figura importante en la sociedad, hasta el que cree en Dan Brown. Eco argumenta que a la internet lo surcan opiniones irrelevantes, porque, además, si bien se pueden expresar ideas geniales en menos de ciento cuarenta caracteres… para escribir La riqueza de las naciones de Adam Smith se necesitan más (41). La segunda crónica es: La pérdida de la privacidad. Explica que estamos en una sociedad desesperada por hacerse visible, que incluso ayudamos a quien antes fueran nuestros investigadores dándoles la información que, en otra época, ellos tendrían que buscar escudriñando la vida de sus investigados. Él argumenta que esto se puede deber a la llamada sociedad liquida, en la que todo el mundo sufre una crisis de valores, identidad, además no tienen idea de dónde buscar referentes que le ayuden a definirse, y el único modo de conseguir reconocimiento social, es hacerse ver, a toda costa. (43) En este apartado, también cita a Bautman para decir que las redes sociales representan un instrumento de vigilancia del pensamiento y de las emociones ajenas. Y la tercera crónica de la que hablaremos aquí es: ¿Para qué sirve el profesor? En esta crónica, cuenta la historia de un joven que le pregunta a su profesor ¿Para qué sirve en la

época del internet? (89) Humberto Eco, asegura que el estudiante con esa pregunta debelaba una verdad a medias, pues si bien en internet ya se puede encontrar toda la información incluso más de la el profesor puede llegar a conocer, “enseñar además de informar debe formar. Lo que hace que una clase sea buena o no, no es que en ella se aprendan fechas y datos, sino que en ella se establezca un dialogo constante” (90) añade, que el estudiante olvidaba algo muy importante y es que el internet le dice casi todo, excepto como buscar y filtrar la información que le ofrece, y allí el maestro puede jugar un papel determinante para enseñarle a escoger dicha información con una mirada crítica. El texto de Vargas Llosa: Más información, menos conocimiento. No se aleja mucho de esta realidad que plantea Eco. Llosa por su parte explica como el internet y las nuevas tecnologías van afectando cada día los hábitos que se habían ganado durante toda la vida, por ejemplo, los hábitos de lectura, la capacidad de retener información en una buena memoria, la concentración. En este texto el autor, cita el libro, Superficiales: ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes? De Nicholas Carr, este libro según explica Llosa no desconoce las ventajas que trae el internet para la humanidad, en cuanto a investigación, comunicación, etc. No obstante, invita a una reflexión pues todo este avance implica un precio, y un cambió comparado con lo que fue el descubrimiento de la imprenta en el XV. Explica que al ser el internet y una herramienta que se convierte en una prolongación de nuestro cerebro, no es gratuito que se le llame “inteligencia artificial”, dejamos de ejercitar el mismo y por lo tanto la memoria de debilita, dejando de hacer el trabajo que tiene capacidad de hacer. (4) El autor trae a colación una afirmación del profesor Joe’Oshean quien afirma, palabras más, palabras menos que, sentarse a leer un libro no es hacer un buen uso del tiempo, pues en internet encuentra una cosa más sencilla y mejor. Vargas explica que lo grave de la afirmación es que el personaje crea que los libros son solo para informarse. Termina diciendo que la revolución de la información está lejos de haber concluido. Por el contrario, en este dominio cada día surgen nuevas posibilidades, logros, y lo imposible retrocede velozmente. Argumentando que a pesar de que nos deben alegrar estos avances, también debemos cuestionarnos lo que propuso Nimwegen “Confiar en los ordenadores la solución de todos los problemas cognitivos reduce la capacidad de nuestros cerebros para construir estructuras estables de conocimientos” es decir, nos estamos volviendo más tontos cada día. (4)

Bibliografía.

[1] Vargas Llosa Mario. El país, SL, 31/07/2011. “Más información menos conocimiento” (1 - 5) [2] Eco Humberto. De la estupidez a la locura, Colombia: Lumen, 2016. “Tuiteo luego existo” (39 - 44) “¿para qué sirve el profesor?” (89 - 92)