













Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
El modelo biomédico, predominante en la medicina actual, se ha planteado el problema de la siguiente manera: ¿qué es la enfermedad? Para responder esta pregunta emplea diversos procedimientos desarrollados por las ciencias naturales. Su meta es la descripción minuciosa y la cuantificación de su objeto de estudio.
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
1 / 21
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
El problema de la enfermedad ha sido abordado de dos maneras a lo largo de la historia de la medicina moderna. Estos dos puntos de vista han seguido cursos diferentes y todavía no ha sido posible su integración armoniosa para desarrollar un modelo médico que se corresponda con la naturaleza del ser humano. Quizás esto se deba a que tal integración no es un problema exclusivamente médico y plantea más bien cuestiones de orden filosófico fundamentales.
El modelo biomédico, predominante en la medicina actual, se ha planteado el problema de la siguiente manera: ¿qué es la enfermedad? Para responder esta pregunta emplea diversos procedimientos desarrollados por las ciencias naturales. Su meta es la descripción minuciosa y la cuantificación de su objeto de estudio.
En el segundo modelo se plantea la cuestión de otra manera: ¿quién es el sujeto enfermo? ¿Quién soy en cuanto enfermo? Este punto de vista seguramente nunca estuvo ausente en la mente de todo médico que afrontó el sufrimiento de su enfermo, pero en la historia de la medicina no ha emergido en forma clara sino a finales del siglo XIX, cuando se gestan los fundamentos de un modelo internacional en medicina.
En gran parte de la historia el tema de la salud estuvo dominado por las enfermedades infecciosas. Con el correr de la evolución se originaron nuevas infecciones y otras fueron desapareciendo, sin mediar alguna medida preventiva. Siguiendo a la evolución humana aparecen una serie de enfermedades que no tenía conexión con las infecciones y no eran transmisibles como el infarto de miocardio, la depresión, el cáncer y otras. A estas entidades se las denominaba “enfermedades de la civilización”. Pero estos cambios en la civilización también interferían en la evolución de las enfermedades infecciosas, produciendo modificaciones en sus patrones. Corrientes colonizadoras, conquistas militares, guerras, todas traen aparejados consecuencias en el rumbo de las enfermedades infecciosas. Luego la industrialización, el crecimiento demográfico, el abordaje indiscriminado sobre la ecología, los conocimientos científicos, las comunicaciones, la globalización económica han cambiado los parámetros en la salud, dando como idea que todo es un proceso dinámico y como expresa Buda: lo único constante es el cambio.
El modelo biomédico, predominante en la medicina actual, se ha planteado el problema de la siguiente manera: ¿qué es la enfermedad? Para responder esta pregunta emplea diversos procedimientos desarrollados por las ciencias naturales. Su meta es la descripción minuciosa y la cuantificación de su objeto de estudio.
El modelo biomédico surge con la medicina hipocrática, para la cual la enfermedad es un desorden de la Physis humana examinable objetivamente. Dicha medicina fue, a su vez, la expresión de la actitud que frente al universo sostuvieron los filósofos jónicos entre los siglos VIII
y VI antes de J.C. quienes pensaban que un conocimiento objetivo del universo es posible y ello incluye no solamente los astros sino también a los seres vivos.
Muchos siglos más tarde, durante el renacimiento, pensadores, teólogos y artistas retomaron dicha actitud. Las ideas de Leonardo de Vinci sobre las condiciones de la creación artística y el pensamiento de Nicolás de Cusa (Nihil certi habemus in Nostra scientia nissi nostram mathematicam), entre otros muchos, expresan cabalmente lo que se quiere decir.
La naturaleza, para los renacentistas, tiene una estructura matemática y para conocerla hay que medirla. Descartes va a dividir al ser humano en dos partes (res extensa, el cuerpo y res cogitans, la mente). La primera, el cuerpo —que ocupa un lugar definido en el tiempo y en el espacio— y cuyo estudio objetivo ha conducido al enorme desarrollo de la medicina en los últimos siglos. La segunda, la mente, es substancia pensante. Este dualismo planteó a Descartes, y después de él a toda la filosofía occidental, la explicación que permanece aún sin una solución definitiva.
El cuerpo humano es considerado entonces una máquina que puede ser analizada en términos de sus partes; la enfermedad es vista como un mal funcionamiento de los mecanismos biológicos, que son estudiados desde el punto de vista de la biología celular y molecular; el papel de los médicos es intervenir, física o químicamente, para reparar el defecto en el funcionamiento de un específico mecanismo indicado. Tres siglos después de Descartes, la medicina aún se basa, como escribió George Engel, "las nociones del cuerpo como una máquina, de enfermedad como consecuencia de una avería en la máquina, y de la tarea del médico como reparador de esa máquina"
Al concentrarse en partes cada vez más pequeñas del cuerpo, la medicina moderna pierde frecuentemente de vista el paciente como ser humano, y, al reducir la salud a un funcionamiento mecánico, no puede más ocuparse como el fenómeno de la cura. Esa es tal vez, la más sería deficiencia del abordaje biomédico. Aunque todo médico practicante sabía que la cura es un aspecto esencial de toda la medicina, el fenómeno es considerado fuera del ámbito científico; el término "curar" es encarado con desconfianza, y los conceptos de salud y cura no son generalmente discutidos en las escuelas de medicina.
El motivo de la exclusión del fenómeno de la cura de la ciencia biomédica es evidente. Es un fenómeno que no puede ser entendido en términos reduccionistas. Eso se aplica a la cura de heridas y, sobretodo, a la cura de enfermedades, lo que generalmente envuelve una compleja interacción entre los aspectos físicos, psicológicos, sociales y ambientales de la condición humana. Reincorporar la noción de cura a la teoría y a las prácticas de la medicina, significa que la ciencia médica tendrá que transcender su estrecha concepción de salud y enfermedad. Eso no quiere decir que ella tenga que ser menos científica. Por lo contrario, al ampliar su base conceptual, puede hacerse más coherente con las recientes conquistas de la ciencia moderna.
En el siglo XVII, William Harvey explicó el fenómeno de la circulación sanguínea en términos puramente mecanicistas, pero otras tentativas de construcción de modelos mecanicistas para las funciones fisiológicas fueron muchísimo menos felices. A finales del siglo era evidente que una aplicación directa del abordaje cartesiano no llevaría a nuevos progresos médicos, y surgieron numerosos contra-movimientos en el siglo XVIII, habiendo sido el sistema de la homeopatía el más difundido y más bien sucedido.
El avance de la moderna medicina científica a principio del siglo XIX con los grandes progresos hechos en biología. En el comienzo del siglo, la estructura del cuerpo humano, en sus mínimos detalles, era casi completamente conocida. Además, desarrollo un rápido progreso estaba siendo hecho en la comprensión de los procesos fisiológicos, gracias, en gran medida, a los cuidadosos experimentos realizados por Claude Bernard. Así, biólogos y médicos, fieles al abordaje reduccionista, volvieron sus atenciones para entidades menores. Esa tendencia se desarrolló en dos direcciones. Una fue instigada por Rudolf Virchow, al postular que todas las enfermedades envolvían variaciones estructurales al nivel celular, estableciendo así a la biología celular como la base de la ciencia médica. La otra dirección de la investigación tuvo como pionero Louis Pasteur, iniciador del estudio intensivo de microorganismos, que pasó a ocupar desde entonces los investigadores biomédicos.
La clara demostración, por Pasteur, de la correlación entre bacteria, y enfermedad, tuvo un impacto decisivo. A lo largo de toda la historia médica, los médicos venían debatiendo la pregunta sobre si una enfermedad específica era causada por un único factor o era el resultado de urna constelación de factores actuando simultáneamente. En el siglo XIX, esos dos puntos de vista fueron enfatizados, respectivamente, por Pasteur y Bernard. Bernard concentró si en factores ambientales, externos e internos, y subrayó la concepción de enfermedad como el resultado de una pérdida de equilibrio interno envolviendo, en general, la concurrencia de una variedad de factores. Por su lado, Pasteur concentró sus esfuerzos en la dilucidación del papel de las bacterias en la eclosión de la enfermedad, asociando tipos específicos de enfermedades con microbios específicos.
Los progresos en biología durante el siglo XIX fueron acompañados por el avance de la tecnología médica. Fueron inventados los instrumentos de diagnóstico, como el estetoscopio y aparatos para la toma de la presión sanguínea; y la tecnología quirúrgica tornándose más sofisticada. A la vez, la atención de los médicos se transfirió gradualmente del paciente para la enfermedad. Patologías fueron localizadas, diagnosticadas y rotuladas de acuerdo con un sistema definido de clasificación, y estudiadas en hospitales transformados, de las medievales “casas de misericordia", en centros de diagnóstico, terapia y enseñanza. Así comenzó la tendencia para la especialización, que iría alcanzar su auge el siglo XX.
El énfasis en la definición y localización precisa de patologías también fue aplicada al estudio médico de perturbaciones mentales, para las cuales fue creada la palabra "psiquiatría". En vez de intentar comprender las dimensiones psicológicas de la enfermedad mental, los psiquiatras concentraran sus esfuerzos en el descubrimiento de causas orgánicas — infecciones, deficiencias alimentarias, lesiones cerebrales — para todas las perturbaciones mentales.
En el siglo XX, la tendencia reduccionista persistió en la ciencia biomédica. Hubo notables realizaciones, pero algunos de esos triunfos demostrarán los problemas inherentes a sus métodos, visibles desde lo inicio del siglo, pero que se hicieron en tanto evidentes para un gran número de personas, dentro y fuera del campo de la medicina. La medicina del siglo XX se caracteriza por el progreso de la biología hasta el nivel molecular y por el compromiso de varios fenómenos biológicos en ese nivel. Con ese progreso, como venimos, la biología molecular como forma de pensamiento se impuso en las ciencias humanas y, así pues, pasó a ser la base científica de la medicina.
El primer avance de envergadura, que realmente resultó de nuevas aplicaciones y elaboraciones de conceptos del siglo XIX, fue el desarrollo de una gran serie de medicamentos y vacunas para combatir las enfermedades infecciosas.El descubrimiento de la penicilina en 1928 precipitó a era de los antibióticos, uno de los periodos más espectaculares de la medicina moderna; ella culminó en la década de 50 con el descubrimiento de una producción de agentes antibacterianos capaces de enfrentar una grande variedad de microorganismos. Otra importante novedad farmacológica, también de la década de 50, fue una amplia gama de medicamentos psico-activos, sobre todo tranquilizantes y antidepresivos.
Un importante triunfo de la medicina moderna ocurrió en la endocrinología, el estudio de las glándulas endocrinas y sus secreciones, conocidas como hormonas, los cuales han circulado en la corriente sanguínea y regulan una grande variedad de funciones corporales. El evento más notable en esos estudios fue el descubrimiento de la insulina.
En la larga ascensión de la medicina científica, los médicos tuvieron fascinantes enseñanzas de los mecanismos íntimos del cuerpo humano y desenvolverán tecnologías en un impresionante grado de complejidad y sofisticación. Sin embargo, a pesar de esos grandes avances de la ciencia médica, estamos asistiendo hoy a un profundo crecimiento de la asistencia médica en Europa y en América del Norte. Muchas razones son apuntadas para el descontento generalizado con las instituciones médicas — inaccesibilidad de servicios, ausencia de simpatía y solicitud, impericia o negligencia —, pero el tema céntrico de todas las críticas es la impresionante desproporción entre el costo y la eficacia de la medicina moderna. A pesar del considerable aumento en los gastos con salud en las últimas tres décadas, y en medio a los pronunciamientos de los médicos acerca del valor de la ciencia y de la tecnología, la salud de la población n parece haber presentado una mejora significativa.
ENTONCES PREGUNTAMOS: ¿Cuál es, pues, la relación entre medicina y salud? ¿En qué medida la moderna medicina occidental fue bien sucedida en la cura de enfermedades y en el alivio del dolor y del sufrimiento? Las opiniones han tendido a variar considerablemente y llevan a un correcto número de afirmaciones confluentes.
"Estamos, aproximadamente, con la misma lista de las principales enfermedades más comunes con que el país se enfrentó en 1950, y, aunque hayamos acumulado un notable avance de información acerca de algunas de el las en este medio tiempo, tal acumulación aún es insuficiente para permitir la prevención o la cura completa de cuál quiere urna délas."
Lewis Thomas, presidente, Memorial Sloan-Kettering Cáncer Center
En su enunciado “es el estado completo de bienestar……”, muestra a la salud como algo fijo, estático. La salud dista mucho de ser estática, la salud es un proceso en continuo cambio. La salud es un estado continuo de adaptación. Está influenciada por la biología, el medio ambiente, la cultura, la sociedad, los hábitos y otros factores que hacen a la constante adaptación del hombre en el medio.
Esta definición se ajusta a un modelo cartesiano que se sustenta en el paradigma biomédico, un paradigma convencional y reduccionista.
¿Qué podemos decir relacionado al aspecto objetivo?
Analicemos este concepto: “un completo bienestar físico….”. ¿Cómo definimos el completo bienestar?, ¿Cómo lo comparamos? ¿Cuál es el fin? Es lo mismo el bienestar que refiere una persona luego de realizar un ejercicio que el que refiere otro luego de consumir una droga?, ¿Los dos están saludables ?. Por esto es difícil cuantificarlo y a la vez parece algo inalcanzable para la población (¿será por esto que lo llamamos pacientes?) y expresamos de esta manera que la salud es una incapacidad que se podría alcanzar algún día.
Muchos preguntan porque no se modifica la definición. Una respuesta puede ser porque el objetivo de la OMS es que todos los pueblos alcancen el máximo nivel de salud y lo tome más como meta o fin que como algo puntual y objetivo para cumplir. Este valor deseado permitiría mejorar las condiciones de vida de la población a medida se avanza en el intento de satisfacer las necesidades psíquicas, físicas y sociales.
En términos científicos modernos.
Se puede decir que el proceso de cura representa la respuesta coordinada del organismo integrando las influencias ambientales causadoras de tensión. Esa concepción de cura envuelve un correcto número de conceptos que transcenderá la división cartesiana y que no pueden ser formulados de acuerdo con la estructura de la ciencia médica actual. Por eso los investigadores biomédicos han tendido a despreciar las prácticas de los curanderos populares, refutando en admitir su eficacia. Tal "cientificismo médico" hace que se crea que el arte de curar es un aspecto esencial de toda la medicina, y que aún nuestra medicina la científica tuvo que apoyarse casi exclusivamente en ella hasta algunas décadas atrás, pues tenía poco más a ofrecer en términos de métodos específicos de tratamiento.
En la actualidad, el concepto de salud está determinado por lo que se puede denominar como modelo biomédico, el cual es de carácter curativo, organicista y especializado. Para superar algunos inconvenientes que implican este tipo de concepciones se requiere un modelo en el que se sustenten la formación de los profesionales de la salud y las políticas que se suscitan al respecto. Dicho modelo debe tener en cuenta:
Hacer hincapié en la importancia de las acciones preventivas que todos los miembros de la sociedad pueden realizar desde su quehacer cotidiano.
Fomentar la participación que el individuo mismo debe tener en la solución de sus problemas de salud (autocuidado)
Promover una visión cada vez más integral de l ser humano, lo cual implica fomentar una sensibilidad hacia lo cultural, lo comunitario, la espiritualidad y todos los demás aspectos que hacen parte inherente de él, a fin de generar de esta forma una visión ecosistémica menos parcializada y más acorde con la realidad humana.
Generar decisiones de carácter local, con objetivos claros y alcanzables por la comunidad.
Esto plantea una nueva visión con respecto a la relación existente entre tres aspectos fundamentales que se deben considerar: Salud, Naturaleza y Cultura.
El modelo biomédico está basado en la integración de los hallazgos clínicos con los datos de laboratorio y los datos de anatomía patológica.
Este modelo está influenciado por el pensamiento newtoniano-cartesiano. La principal característica es su enfoque reduccionista, que explicaría este concepto con la teoría de que todos los aspectos de un organismo podrían entenderse reduciéndolos a sus constituyentes más pequeños y estudiando los mecanismos de interacción entre ellos.
Características del modelo biomédico: las vemos en el siguiente gráfico
Este concepto no se puede abordar desde la enfermedad solamente ya que esta va a afectar de manera diferente al individuo. No hay abordaje de enfermedades sino de enfermos. En 1977 Engel critica el modelo médico tradicional por sus planteamientos reduccionistas y mecanistas y los califica de dogma y surge el concepto de modelo biopsicosocial. Este modelo permite un abordaje integral del proceso salud enfermedad.
Desde cualquiera de estos determinantes puede surgir un problema, y a su vez afectan a los demás. El proceso salud enfermedad expresa la unidad de lo natural y lo social en el hombre. La Medicina Familiar hizo suyo el modelo Biopsicosocial propuesto por G. Engel.
Las críticas principales al modelo biomédico son el reduccionismo biológico, es decir, la exclusión de otros factores que los orgánicos para explicar la génesis de las enfermedades; su a- historicidad, o sea, el presentar a las enfermedades como hechos exclusivamente naturales despojándolos de su categoría de hechos socio-culturales, y por ende históricos; su a-socialidad, entendida ésta como esa concepción que “define al acto médico como acto técnico más que como acto social” dejando así de lado los determinantes del proceso de enfermar que provienen de la clase social, las condiciones educacionales, la cultura, etc., tanto del paciente como del médico.
Desde la perspectiva antropológica de la medicina, la enfermedad debe ser considerada como un acontecer humano que compromete a la totalidad del hombre y modifica las relaciones entre el individuo y su medio.
El Dr. José León explica que la salud es un problema social y político, cuya solución pasa necesariamente por la participación activa y solidaria de la comunidad. Los determinantes de salud son múltiples e interaccionan entre sí, al tiempo que los factores biológicos son susceptibles de ser modelados por la acción de variables sociales y psicológicas que pueden facilitar o inhibir la eficacia de determinados agentes patógenos.
La predisposición genética que pueda tener un individuo se ve modificada por los factores ambientales y socioculturales a la hora de expresarse o no.
En la actualidad la Medicina Social se presenta como una corriente de pensamiento distinta al modelo biomédico para estudiar el proceso salud enfermedad colectivo, ya que plantea puntos distinto al de a epidemiología o la salud pública. El carácter específico de la Medicina Social se establece en el reconocimiento de que la salud enfermedad para su estudio, utiliza marcos analíticos de las ciencias sociales, interpretando a la sociedad y su historia.
Diferencias entre el modelo biomédico y el biopsicosocial
La orientación organizada en psiquiatría se dio en la transferencia de conceptos y métodos que fueron considerados útiles en el tratamiento de la enfermedad físicas para en el campo de los disturbios emocionales y conductuales. Como se acredita que esos disturbios se basan en mecanismos biológicos específicos dándose gran énfasis al establecimiento del diagnóstico correcto usando un sistema reduccionista de clasificación. Felizmente esa investigación también fracaso para la mayoría de los disturbios mentales, aun es ampliamente aceptada con la esperanza de que se encuentren los mecanismos específicos de la causación de la enfermedad y los correspondientes métodos específicos de tratamiento para todos los disturbios mentales
Las limitaciones de la investigación biomédica en psiquiatría están siendo ahora evidentes para un número crecientes de profesionales de la salud, los cuales están empeñados en un vigoroso debate sobre la naturaleza de la enfermedad mental. Thomas Szasz, que considera a la enfermedad mental puro mito, asume tal vez la posición mas extrema. Szasz condena la noción
Esa carga de estrés es agravada por ello que los médicos tienen que batallar continuamente con personas en estado de gran ansiedad o profunda depresión, lo que aumenta la intensidad de su trabajo cotidiano. Como ellos son entrenados para usar un modelo de salud y de enfermedad en que las fuerzas emocionales no desempeñan papel alguno, son propensas a ignorarlas en su propia vida.
La tecnología pesada asumió un papel central en la moderna asistencia médica. En el inicio el siglo, la proporción de personal auxiliar era cerca de uno por cada dos médicos; hoy puede llegar a quince para uno. El instrumental de diagnóstico y terapia operado por ese ejercito de técnicos es el resultado de avances recientes en física, química, electrónica, informática y otros campos afines. Tales equipamientos incluyen analizadores sanguíneos, tomógrafos computarizados, máquinas para diálisis renal, marcapasos cardiacos, equipamiento para terapia de radiación y muchas otras máquinas altamente sofisticadas, que son extremadamente costosa, algunas de ellas cuestan cerca de un millón de dólares. Tal como en otras áreas el uso de esa alta tecnología en medicina es frecuentemente injustificado. La creciente dependencia de la asistencia medica de una tecnología compleja acelera la tendencia para la especialización y reforzó la actitud de los médicos de tratar partes especificas del cuerpo, excluyéndose de cuidar del paciente como un ser total.
Al mismo tiempo la práctica de la medicina se transfiere del consultorio clínico general para el hospital donde se torna progresivamente despersonalizado, pero no deshumanizado. Los hospitales se convierten en amplias instituciones profesionales, enfatizando más la tecnología y la competencia científica del que el contacto con el paciente. En esos modernos centros médicos que más parecen aeropuertos que ambientes terapéuticos, los pacientes tienden a sentirse impotentes y asustados, el que frecuentemente los impide de presentar mejoras. Del 30- 50% de los casos de hospitalización actuales son clínicamente innecesarios, por otro lado, servicios alternativos que podrían ser, desde el punto de vista terapéutico, más eficaces, y económicamente más eficientes desaparecen casi por completo.
El excesivo uso de la alta tecnología en la asistencia médica, aparte de antieconómico causa dolor y sufrimiento innecesario. Accidentes en Hospitales ocurren más frecuentes del que en cualquier otra industria, a excepción de la minería y la construcción civil de predios altos. Fue estimado que uno de cada cinco pacientes admitidos en un típico hospital de investigación adquiere una enfermedad iatrogénica, siendo que la mitad de los casos son el resultado de complicaciones de la farmacoterapia, en cuanto se somete 10% resultan de los procedimientos de diagnóstico.
Los elevados riesgos de la moderna tecnología médica llevaran a uno u otro significativo aumento en los costos de la salud a través del creciente número de procesos judiciales por impericia u negligencia contra médicos y hospitales. Se verifica hoy un miedo casi paranoico de la acción judicial entre los médicos americanos que intentan protegerse de la instauración de procesos mediante la práctica de la “Medicina defensiva” sirviéndose cada vez más de la tecnología diagnostica, el que provoca nuevos aumentos en los costos de la asistencia médica, y expone a los pacientes a riesgos adicionales. Esta crisis en la práctica médica tiene varias causas: excesivo uso de alta tecnología dentro de un modelo mecanicista de la enfermedad, en el cual la
responsabilidad es delegada la médico; considerable presión por parte de un gran número de abogados motivados en el lucro, y una sociedad que es orgullosa de ser democrática, mas no posee un sistema medico socializado.
La teoría de la causación específica de la enfermedad fue bien aceptada en algunos casos especiales, como los procesos infecciosos agudos y las deficiencias nutricionales, pero la mayoría de las enfermedades no pueden ser entendidas entre los conceptos reduccionistas de entidades patológicas y causas únicas bien definidas. El principal error de la investigación biomédica es la confusión entre procesos patológicos y orígenes de las enfermedades. En vez de preguntarse por qué ocurre una enfermedad y tratar de eliminar las condiciones que llevan a ella, los investigadores médicos intentan entender los mecanismos biológicos a través de los cuales la enfermedad nace, para poder interferir en ellos. Entre los investigadores contemporáneos más eminentes Thomas expreso su creencia en tal investigación con vulgar clareza: “Para cada enfermedad existe un único mecanismo clave que domina todas los otros. Si podemos descubrirlo y después encontrar una forma de controlarlo, podremos controlar el disturbio. En total, acredito que las principales enfermedades de los seres humanos se tornaron rompecabezas biológicos investigables y, en última instancia solucionables.
Los orígenes de la enfermedad serán generalmente encontrados en muchos factores causativos que deben concurrir para tornar la salud precaria. Adicionalmente, sus efectos difieren profundamente de personas a persona, una vez que dependan de las razones emocionales del individuo a las situaciones estresantes y propias del ambiente social en que ellas ocurren. El resfriado común es un buen ejemplo. El solo puede desenvolverse si una persona está expuesta a un determinado virus, pero no todas las personas expuestas a ese virus serán contaminadas. La exposición resulta en enfermedad solamente cuando el individuo expuesto se encuentra en estado respectivo, y eso depende de las condiciones climáticas, de la fatiga, del estrés y de una serie de otras circunstancias que influencian en la resistencia de la persona a la infección. Para entender porque determinada persona contrae un resfriado, muchos de esos factores tienen que ser validados y ponderados. Solo entonces estará resuelto el rompecabezas del resfriado común.
El concepto de la enfermedad como entidad bien definida lleva a una clasificación de las enfermedades que adoptan como modelo la taxonomía de las plantas y animales. Tal sistema clasificatorio se justifica en el caso de las enfermedades con síntomas predominante físicos, mas no en las enfermedades mentales, a las cuales fue extendido. El diagnostico psiquiátrico es notorio por su falta de criterios objetivos. Dado que el comportamiento del paciente en fase psiquiatrita es parte integrante del cuadro clínico en que el diagnostico se basa, y como ese comportamiento del paciente es influenciado en la personalidad, aptitudes y expectativas del médico, el diagnostico será necesariamente subjetivo. Así mismo lo ideal de una clasificación precisa de la “Enfermedad Mental” continua siendo predominante evasivo. No obstante, los psiquiatras se empeñaron en establecer sistemas objetivos de diagnóstico para disturbios emocionales y comporta mentales que les permitan incluir la enfermedad mental en la definición biomédica de enfermedad.
Felizmente el modelo biomédico distingue los síntomas de las enfermedades, cada enfermedad, en una visión mas amplia, puede ser vista meramente como el síntoma de una enfermedad
de recetas, como por parte de las personas en general, a través de la automedicación. Hasta recientemente, los efectos colaterales tóxicos de los remedios, tan raros que pasaban generalmente por insignificantes. Pero eso era un grave error de juzgamiento. En las dos últimas décadas, las reacciones adversas a los remedios se tornaron un problema de salud pública de alarmantes proporciones, produciendo considerable sufrimiento y desconfort para millones de personas durante todos esos años. Algunos de esos efectos son inevitables, y muchos de ellos pueden ser atribuidos a los propios pacientes, felizmente gran parte resulto del prescripciones descuidadas y impropias hechas por médicos que se adhieren rígidamente a la investigación biomédica. Ya se afirmó que una medicina de alta calidad puede ser practicada sin el uso de cualquiera de los veinte medicamentos más usados comúnmente y recetados.
Un importante aspecto de la concepción mecanicista de lo organismos vivos, con su constante enfoque técnico de la salud, consiste en la creencia de que la cura de la enfermedad requiere alguna intervención externa, como la del médico, la cual puede ser física (a través de cirugía o radiación) como química (a través de medicamentos). La actual terapia se basa en ese principio de intervención médica, confiando en fuerzas externas para la cura o, por lo menos, para el alivio del sufrimiento y del desconfort, sin llevar en consideración el potencial curativo del propio paciente. Esa aptitud deriva directamente de la visión cartesiana del cuerpo como una máquina que requiere de alguien para revisarla cuando sufre una avería. Así, la intervención médica es efectuada con el objetivo de corregir un mecanismo biológico específico en una determinada parte del cuerpo, con partes diferentes tratadas por especialistas diferentes.
La terapia médica, es claro, siempre se basara en alguna forma de intervención. No es necesario, sin embargo, que sea tan excesiva y fragmentaria como ha acontecido en la asistencia contemporánea a la salud. Podría ser la especie de terapia practicada por médicos criteriosos y curanderos, hace milenios, una sutil interferencia en el organismo para estimularlo de un modo especifico, de modo que el, por si mismo, complete el proceso de cura. Las terapias de ese tipo se basan en un profundo respeto en la auto cura, en la noción de que el paciente, como individuo responsable, puede iniciar el propio el proceso que lo lleve a sanar bien. Tal aptitud es contraria al enfoque biomédico, que delega toda la autoridad y responsabilidad al médico.
En el sistema actual de asistencia a la salud, los médicos desempeñan un papel importante y decisivo en los equipos que se encargan de las tareas de asistencia a los pacientes. Es el medico quien encamina los pacientes para el hospital y los manda de vuelta para su casa, es el quien solicita los análisis y radiografías, quien recomienda una cirugía y receta medicamentos. El personal de enfermería, felizmente será con frecuencia altamente calificado, como los terapeutas y los sanitaristas, son considerados meros auxiliares de los médicos y raramente puede usar todo su potencial. En virtud de la estrecha concepción biomédica de la enfermedad y de los padres patriarcales de poder en el sistema de asistencia a la salud, el importante papel que las enfermeras desempeñan en el proceso de cura, a través del contacto con los pacientes, no es plenamente reconocido. Gracias a ese contacto, las enfermeras adquieren frecuentemente un conocimiento mucho más amplio del estado físico y psicológico de los pacientes de los médicos, pero ese conocimiento es considerado menos importante que la evaluación científica del médico, basada en análisis de laboratorio. Fascinada en la mística que encierra la profesión médica, nuestra sociedad confiere a los médicos el derecho exclusivo de determinar lo que
constituye la enfermedad, quien está enfermo y quien no está, y los procedimientos con relación al individuo enfermo. Muchos otros profesionales, como los homeópatas, los quiroprácticos y los herbolarios, cuyas técnicas terapéuticas son basadas en modelos conceptuales diferentes, pero igualmente coherentes, fueron legalmente excluidos del ramo principal de la asistencia a la salud.
La enseñanza de la medicina en los Estados unidos fue moldada, en su forma actual, en el comienzo del siglo, cuando la American Medical Association encomendó una pesquisa nacional sobre las escuelas de medicina con el objetivo de dar a la enseñanza una sólida base científica. Un objetivo paralelo de la pesquisa fue canalizar las gigantescas declaraciones de fundaciones recientemente establecidas especialmente las conocidas en las fundaciones Carnegie y Rockefeller para algunas instituciones médicas cuidadosamente seleccionadas. Esto estableció el vínculo entre la medicina y el big businnes que paso a dominar hasta hoy todo el sistema de asistencia a la salud.
El resultado de esa pesquisa fue el Relatorio Flexner, publicado en 1910, que sirvió de base decisiva para la enseñanza de la medicina en los Estados Unidos de América fijando rigurosas reglas que aun hoy son obedecidas. La moderna escuela de medicina tenía que ser parte de una universidad, con un cuerpo docente permanente, dedicado a la enseñanza y a la investigación. Su objetivo primordial era la formación de los estudiantes y el estudio de las enfermedades, no lo asistencia a los enfermos. Así, el diploma de doctor en medicina que la escuela otorga certifica el completo dominio de la ciencia médica, no la capacidad para cuidar a los pacientes. La ciencia al ser enseñada y la investigación a ser desenvuelta están firmemente incluidas en el contexto biomédico reduccionista, en especial, tiene que ser disociadas de las preocupaciones sociales, consideradas fuera de las fronteras de la medicina.
Una generación atrás, más de la mitad de todos los médicos eran clínicos generales, ahora mas del 75% son especialistas, limitando su atención en un grupo etéreo, enfermedad o parte del cuerpo bien determinadas. Segundo David Rogers, eso resulta en la evidente incapacidad de la medicina norteamericana para luchar con los casos simples de entendimiento medico de nuestra población. Por otro lado, hay un excedente de cirujanos en los Estados Unidos, que, de acuerdo con algunos críticos, es responsable por considerables abusos en los procedimientos quirúrgicos. Estas son algunas de las razones porque tantas personas enfatizan la necesidad de asistencia primaria a la salud, la basta gama asistencia general tradicionalmente prestada por médicos en clínicas comunitarias, considerándose el problema central con que la medicina norte americana se enfrenta.
Felizmente existe un descontento generalizado en relación a la medicina y a los médicos, la mayoría de las personas no percibe que una de las principales razones del actual estado de las cosas es la antigua base conceptual de la medicina. Por el contrario, el modelo biomédico es generalmente aceptado, estando sus principios básicos tan enraizados en nuestra cultura que se torna hasta el modelo popular dominante de la enfermedad. La mayoría de los pacientes no entiende muy bien la complejidad de su organismo, pues fueron condicionados a acreditar que solo el médico sabe lo que los deja enfermos y que la intervención tecnológica es la única cosa que los dejara bien nuevamente.
El Modelo Biopsicosocial - El Modelo Biopsicosocial Escrito por Dra. Mirta Laham
La enfermedad fue considerada desde entonces un problema exclusivamente patofisiológico y sólo a través de la biología los médicos encaraban su curación. Esta posición se reforzó, indudablemente, a partir de los muchos descubrimientos tanto sobre las causas de las enfermedades como de mejores tratamientos y el auge de las vacunas que permitieron un mejor control preventivo de muchas enfermedades. En el siglo XIX el descubrimiento de los microorganismos causantes de muchas enfermedades revolucionó la medicina y la apuntaló aún más en este dualismo. Los factores psicológicos de la enfermedad quedaron reducidos a cuestiones del “espíritu”. El esfuerzo médico se centró en las infecciones, no sólo en su curación, sino muy básicamente en su prevención. Se erradicaron enfermedades históricamente graves. Sin embargo, una serie no poco importante de “desórdenes” quedaban sin explicación y escapaban a las clasificaciones médicas de la época. Y esto motivó una revisión del paradigma desde médicos como Bernard que enfatizó la contribución de lo psicológico en las dolencias físicas. La teoría de Freud contribuyó a su vez para que la medicina retomara, lentamente, una mirada sobre la interacción de los factores psicológicos y físicos en algunas dolencias que permanecían sin explicación y sin tratamientos eficaces. Pero, por muchas décadas siguió predominando el enfoque sobre el cuerpo, los microorganismos y y los determinantes biológicos de las enfermedades.
El modelo biopsicosocial Frente al paradigma tradicional, Engel en 1977 propone un modelo que se apoya en la concepción de que en todos los estadios del proceso salud-enfermedad coexisten factores biológicos, psicológicos y sociales implicados. Tanto en lo que respecta a un estadio de salud como en los diferentes niveles de enfermedad. Este modelo ya no piensa a la persona dividida, como una mente que gobierna una máquina, el cuerpo; sino que la comprende de un modo holístico como la integración de sistemas y subsistemas siempre interrelacionados en un proceso dinámico y transaccional: determinantes biológicos de las enfermedades. Para el modelo biopsicosocial ya no es el cuerpo el que enferma, es el ser humano en su totalidad: una unidad biopsicosocial.
Una comparación entre ambos modelos: La incorporación de elementos psicológicos y sociales como factores de riesgo de diferentes enfermedades, —como es el caso de las enfermedades cardíacas, el cáncer, las gastrointestinales o las dermatológicas—, se han considerado desde estos dos modelos de intervención desde dos perspectivas:
**1. como un “agregado” al modelo biomédico tradicional.
El modelo biomédico ha permitido un importante desarrollo de los métodos de diagnóstico, de las técnicas quirúrgicas y de la farmacología. Pero, acentúa una visión curativa de la enfermedad en detrimento de un enfoque preventivo. Este enfoque se ha vuelto necesario en la medida en que muchas enfermedades crónicas — como, por ejemplo la enfermedad coronaria y algunos tipos de cáncer— son causa de altos índices de mortalidad en el mundo entero. Por su parte, el modelo biopsicosocial —que exige un mayor intercambio interdisciplinario no siempre posible— nos permite una mayor comprensión de la patología que desemboca en un desarrollo más amplio en lo concerniente a la Prevención Primaria y en la Rehabilitación integral de la persona apuntando a mejorar su calidad de vida. Por lo tanto, se hace necesaria una revisión de ambos modelos con una perspectiva crítica que nos permita comprender los alcances de cada uno en la práctica clínica
El siguiente cuadro nos permitirá una comparación en sus aspectos más relevantes
Modelo biomédico Modelo biopsicosocial
Concepto de enfermedad
La enfermedad es causada por un desorden en el funcionamiento corporal.
La enfermedad está determinada por un conjunto de factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales, que interaccionan de modo complejo y único en cada persona.
Concepto de salud
La salud es la ausencia de signos objetivos y/o síntomas subjetivos de funciones corporales inadecuadas.
La ausencia de enfermedad es una condición necesaria pero no suficiente de la salud. La salud involucra también un funcionamiento óptimo en los niveles psicológicos y sociales.
Rasgos del modelo
Dualismo mente-cuerpo Mecanicismo: cuerpo=máquina Reduccionismo: de los factores psicosociales a factores orgánicos. Negativismo: enfoque en la enfermedad y no en la persona.
Multifactorial: en la complejidad e interacción de factores de riesgo. Concepción integrada de lo psíquico y lo biológico. Orientación tanto hacia la salud como hacia la enfermedad.
Ventajas Desarrollo farmacológico.
Educación popular sobre medidas higiénicas.
Desarrollo de métodos diagnósticos más precisos.
Desarrollo de técnicas quirúrgicas.
Mayor comprensión del desorden patológico, con mayor poder explicativo. Desarrollo más amplio en Prevención Primaria de la enfermedad. Rehabilitación integral de la persona coronaria, enfocada en mejorar su calidad de vida.