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paradigmas de investigación de salud
Tipo: Resúmenes
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La experiencia humana en el mundo actual, es un asunto cuya complejidad escapa a la comprensión total, dada la multiplicidad de fuerzas políticas, económicas, físicas, químicas, biológicas, sociales y psicológicas que intervienen en su conformación. Ante esta complejidad, el hombre busca las explicaciones, para lo cual es necesario conocer, describir e interpretar los hechos o fenómenos para comprender sus regularidades y así poder predecir. En esta búsqueda de explicaciones, el hombre ha pasado por un proceso de evolución que lo ha llevado al desarrollo de diferentes paradigmas en la generación del conocimiento y, en consecuencia, en los enfoques de la investigación.
La investigación científica se caracteriza por dos tipos de actividades: a) empírica: basada en la observación y la experimentación; y b) teórica: enfocada a la construcción de teorías científicas. La observación directa de los fenómenos constituye una de las tareas fundamentales de la investigación. Sin embargo no hay acuerdo sobre el uso de la teoría. Muchos autores consideran la teoría como necesaria para el avance de la ciencia, debido a que posee una serie de funciones de importancia decisiva para el desarrollo del conocimiento científico. Para Bunge los hechos no hablan por sí mismos, sino que necesitan una teoría. El recuento de datos no produce conocimiento científico si no se apoyan en una teoría. Una gran aportación de datos y hechos con una gran escasez de teoría y de leyes es característica de un bajo desarrollo científico. Es decir, propio de una ciencia embrionaria o protociencia. Otras corrientes tienden hacia una actitud antiteórica, entre los que se encuentran Skinner y el conductismo, la metodología cualitativa y la investigación acción.
El conocimiento científico se basa en los datos recogidos a partir de los hechos o fenómenos. A partir del análisis de datos se pueden formular leyes. Un conjunto de leyes interrelacionadas pueden constituir una teoría. A veces las teorías se representan mediante modelos. Líneas teóricas afines se agrupan para formar paradigmas, los cuales son un conjunto de realizaciones científicas que tienen vigencia en un momento dado.
Según Kuhn (1971) el conocimiento científico se adquiere a través de un ciclo repetitivo de tres fases, consistente en periodos de ciencia normal, crisis y revolución. A este ciclo le sigue el desarrollo de una nueva ciencia normal, y así sucesivamente. Kuhn se interroga ¿Qué es lo que produce una revolución científica? Esto supone que una nueva teoría derroca a la anterior. Según él, una revolución científica se da cuando se produce un “cambio de paradigma”. Los paradigmas son “realizaciones científicas universalmente reconocidas, que, durante cierto tiempo proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica”. Igualmente un paradigma puede ser entendido como una concepción del objeto de estudio de una ciencia, de los problemas generales a estudiar, de la naturaleza de sus métodos y técnicas, de la
información requerida y finalmente, de la forma de explicar, interpretar o comprender, según el caso, los resultados de la investigación realizada. Cada comunidad científica comparte un mismo paradigma. Cuando esta comunidad se replantea su paradigma, entra en crisis y esto provoca una revolución científica. Como consecuencia, la sociedad científica se reagrupa en torno a un nuevo paradigma, que sustituye al anterior. Para Lakatos (1974) los distintos paradigmas no compiten entre sí. Más bien tienden a coexistir. Los antiguos paradigmas no mueren y son substituidos por otros, sino que, muchas veces, son complementados. De esta forma se puede hablar de multiplicidad de paradigmas (pluriparadigmaticidad), concepción que está en contradicción con la tesis de Kuhn. Incluso se puede afirmar que en ciertos casos se camina hacia la integración de paradigmas. En el ámbito de las ciencias no se ha llegado a un consenso acerca de la fundamentación científica. No existe una teoría única de la ciencia, más bien hay varias en pugna. Simplificando las diferentes posturas, éstas se reducen a un modelo de explicación científica según el canon de las ciencias naturales (positivismo, empirismo) y un modelo diferente y opuesto donde se da énfasis a las características sociales, culturales, psicológicas e históricas del objeto así como al modo de aproximarse a él (fenomenológico, funcionalista, subjetivista). Daviny y col., reducen los paradigmas a cuatro, cada uno de los cuales supera al anterior pero no lo reemplaza, por lo que en la actualidad se utilizan los cuatro. Nos referimos a los paradigmas positivista-empirista, subjetivista-cualitativo, crítico e integrado (emergente). Con todo, de acuerdo con algunos autores estos cuatro modelos pueden reducirse a sólo dos paradigmas: cuantitativo y cualitativo. El paradigma cualitativo englobaría el interpretativo, el crítico y el emergente, aunque las evidentes interrelaciones entre estos tres paradigmas hacen a veces, difícil la distinción entre ellos. Paradigma positivista. Trata de adaptar el modelo de las Ciencias Físico-Naturales a las Ciencias Sociales, siendo un fiel representante del positivismo lógico. Utiliza básicamente metodología cuantitativa. El paradigma proceso-producto en la investigación didáctica es un ejemplo característico. Sobre este paradigma han recaído duras críticas en los últimos años, surgiendo nuevas alternativas. De todas formas, esto no significa que no deba utilizarse; necesita una autocrítica, pero no cabe duda de que aporta conocimientos a los que no se puede renunciar; además es la única investigación posible en muchas situaciones. Paradigma interpretativo. Bajo esta denominación agrupamos distintas corrientes que presentan un punto de vista opuesto al positivismo: paradigma naturalista, paradigma cualitativo, fenomenología, etnografía, paradigma ecológico, interaccionismo simbólico, etc. Puesto que su aparición es reciente, presenta problemas epistemológicos y metodológicos aún no resueltos. Como consecuencia no está plenamente consolidado. Paradigma crítico. Se basa en un marco referencial integrador, en el que el investigador (sujeto) interactúa con el objeto de investigación, dándose cambios en ambos. Sin embargo, este paradigma tiene limitantes para penetrar al interior de los procesos, pues privilegia el análisis del contexto socio- político. Otro enfoque de este paradigma se funda en el supuesto de que la educación no es neutral, y por tanto tampoco la investigación puede serlo. Puesto que es falsa la pretendida neutralidad de la ciencia, es preferible introducir la ideología de manera explícita. La investigación parte de una crítica al statu quo y se orienta a la construcción de una sociedad más justa. Se dirige a liberar al hombre y lograr una mejor distribución del poder y de los recursos de la sociedad. No existe diferencia entre teoría y
Proceso educacional: búsqueda y comparación entre metodologías educativas; evaluación y medición de resultados; definición de perfiles y prueba de materiales educativos, entre otros. Las limitantes de este enfoque de la investigación son muchas, y entre ellas se destaca la tendencia a copiar escolásticamente una imagen reduccionista de la realidad, lo que impide conocer y explicar el todo en una forma integral. Al respecto Davini y col., señalan que "el riesgo más inmediato es la simplificación, que consiste en la reducción de los fenómenos a determinados aspectos manifiestos: esto se evidencia en su fragmentación en elementos aislados, eludiendo su complejidad e ignorando los procesos subyacentes u ocultos tales como los intereses de los distintos grupos, la dinámica institucional, las posiciones de poder, las posiciones y los conflictos ideológicos, los procesos cognitivos y simbólicos, y el contexto social e institucional". "En general, pueden señalarse las limitaciones de este método para la comprensión de las complejas interacciones entre el fenómeno estudiado (salud / educación), el contexto socioeconómico y los fenómenos culturales e ideológicos". Vio Grossi señala que este enfoque constituye una "camisa de fuerza" que impide aproximarse a una descripción adecuada de la realidad global. Como ejemplo de lo anterior citemos el problema de la desnutrición. Utilizando un enfoque clásico, el problema se estudiaría a partir de subproblemas específicos: peso y talla del grupo de niños en estudio; características de la alimentación; relación de algunos factores socioeconómicos con el estado nutricional de los niños. Es evidente que el estudiar estos subproblemas no permite una visión global e integral de la desnutrición, que tiene explicaciones derivadas del contexto (condiciones sociales de los grupos, estructura de poder; sistema de producción, y tenencia de la tierra, entre otras). En las últimas tres décadas los modelos clásicos han sido cuestionados y desafiados, dando origen a corrientes de investigación que buscan superar el problema de la visión empirista y fragmentada de los hechos y de la realidad. En muchos campos, como la educación, la salud, la antropología, la sociología, que tratan con procesos complejos, cuya explicación no ha estado al alcance del método clásico positivista de la investigación, se han buscado nuevas modalidades para explicar la realidad. Estas nuevas corrientes parten de que es importante describir y comprender los procesos, y no solamente cuantificar o medir las variables. Se busca analizar y comprender los procesos y fenómenos en forma más integral y profunda, tomando en cuenta el contexto que los rodea, así como la percepción que los involucrados tienen de su propia realidad. Por lo anterior, la preocupación central no es el control de los fenómenos ni la generalización de resultados. Interesa conocer cómo las personas sienten, piensan y actúan y por qué, como base necesaria para llegar a intervenir sobre la realidad a fin de lograr una transformación.
La investigación cualitativa consiste en descripciones detalladas de situaciones, eventos, personas, interacciones y comportamientos que son observables. Incorpora lo que los participantes dicen, sus experiencias, actitudes, creencias, pensamientos y reflexiones, tal y como son sentidas y expresadas por las personas y no como el investigador describe. Este tipo de investigación tiene sus raíces en el paradigma cualitativo-interpretativo, lo que le imprime ciertas características comunes, entre las que se destacan: Parte de un marco referencial integrador, o sea que el análisis e interpretación tratan de centrarse en el objeto de estudio dentro del contexto que lo rodea. Los fenómenos tienen sus determinantes
en una compleja red de factores políticos, económicos, sociales, culturales e históricos que deben ser estudiados con profundidad a fin de encontrar las explicaciones. Se establece una relación de sujeto-sujeto, en la que tanto el investigador como el investigado mantienen su existencia, al mismo tiempo que influyen uno sobre el otro, de tal manera que ambos sufren transformaciones en el transcurso de la investigación. La investigación no se plantea a priori, sino que se elaboran interrogantes que se van refinando en el proceso hasta que se convierten en hipótesis de trabajo. Se articulan la teoría y la realidad, o sea que los problemas se estudian partiendo de un referencial teórico pero sin definir un modelo teórico al inicio de la investigación. Esto permite orientar la construcción de la explicación teórica durante el proceso de investigación. La teoría y los hechos no son independientes, lo que significa que este tipo de investigación, al igual que la clásica, está estrechamente articulada con la teoría. Lo que varía es el cómo se utiliza y construye la teoría en cada uno de los enfoques. En el caso de la investigación cualitativa no se busca una relación causa-efecto sino la explicación de los fenómenos. Esta explicación generalmente es dinámica y continuamente cambiante. En mayor o menor grado (según el tipo de investigación) este enfoque privilegia la participación de los sujetos. Su énfasis está en lograr que la comunidad/población se apodere del conocimiento sobre la temática, como prerrequisito para su participación en la transformación de las áreas problema identificadas. Esto es lo que hace que este tipo de investigación se describa como "una actividad integrada que combina la investigación social, el trabajo educativo y la acción". La investigación se orienta hacia la acción y la transformación de la realidad; no basta con describir los fenómenos o aportar a la construcción de un conocimiento. En esto difiere de la investigación clásica, en la que el propósito y los objetivos del investigador son contribuir o aportar un conocimiento. En la investigación cualitativa la intervención y su evaluación son parte de la misma. Se privilegian los datos cualitativos. Ya se mencionaba anteriormente que el interés principal de la investigación cualitativa es describir y comprender cómo la gente siente, piensa y actúa. Por esto, lo importante no es medir numéricamente las variables o aspectos estudiados, sino caracterizarlos y buscar la explicación según como las personas conocen e interpretan su realidad. De lo anterior se concluye que las diferencias entre los dos enfoques principales utilizados en la construcción del conocimiento se centran en el objeto de estudio y en los métodos empleados en la investigación.
Algunos autores señalan que los dos enfoques no son antagónicos ni independientes entre sí. Si lo fueran, los investigadores que favorecen el método clásico pensarían y mantendrían una postura de que este tipo de investigación es la científica, objetiva, verificable, la que nos permite producir conocimiento y conocer la verdad; al mismo tiempo seguirían sosteniendo que la investigación cualitativa es poco científica, subjetiva, débil, sin fundamento teórico. Por otra parte, los investigadores que favorecen la investigación cualitativa pensarían a la inversa, asignando a esta última muchas cualidades y señalando solo defectos en la investigación clásica-cuantitativa.