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Este documento ofrece una profunda exploración de la historia y evolución del concepto de soberanía, desde su origen en la antigua Grecia hasta la teoría de Jean-Jacques Rousseau y Jean Bodin. Además, se analiza el papel clave de Emmanuel Sieyès y su teoría del Poder Constituyente durante la Revolución Francesa. El texto también aborda la relación entre soberanía y Derecho internacional.
Tipo: Resúmenes
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Profesor: Integrantes: Douglas Alberto Omaira Soto C.I. V- 11.152. Cancino Tarazona Yosanelly Hernández C.I.V-29.763. Alexis Ávila C.I.V-14.820. Ana Tarazona C.I.V-30.869. 1er año. Febrero, 2021
La historia de la soberanía se remota a la antigua Grecia, y aunque no llegaron hacer o elaborar un concepto de soberanía, aun cuando algunas de sus corrientes si hacen referencia a un poder supremo de dominación. Pero estaban muy lejos de presentar ese poder con las características que le corresponde a soberanía a como se entiende actualmente. El concepto de soberanía nace vinculado al derecho de los reyes a gobernar. Los súbditos llamaban soberano al Rey, por tal motivo en el siglo XVI, los principios soberanos son establecidos por el Rey a sus lugartenientes para mandar a otros hombres; esta noción histórica de soberanía queda identificada dentro del absolutismo monarca, confundiéndose con la voluntad del estado, al sustituir la soberanía del rey del pueblo. Esta concepción requiere de la existencia de un sujeto, el soberano, quien ejerce su poder sobre los súbditos. De acuerdo a este razonamiento la sugestión al soberano es la que da su carácter súbdito, y después de la Revolución Francesa, al ciudadano. Los Romanos, que fueron los herederos de la cultura griega, tampoco llegan a concebir el Estado soberano como lo es en la actualidad. La situación de poderío que existía sobre los otros Estados contemporáneos al suyo, le impedían ver y hacer comparaciones para de esta manera precisar las características del mismo, lo cual simple y sencillamente consideraban que tenían una supremacía indiscutible. Es entonces cuando Aristóteles establece la necesidad de que exista una independencia en cada polis o ciudad. Durante la Revolución Francesa, surge un elemento importante de soberanía, la teoría de Jean-Jacques Rousseau la cual expone que la soberanía es el pueblo y la Teoría de Jean Bodin quien expusiera las marcas de la soberanía en el siglo XVIII, la soberanía va a ser para Bodin lo que caracteriza al Estado frente a cualquier otra forma de organización política, el vínculo que une a los ciudadanos y les convierte en pueblo o súbditos de un Estado. Define la soberanía como el poder
En otras palabras, hay una sinergia entre soberanía y Derecho internacional donde ambos coexisten gracias al otro. Por ejemplo, los tratados sinalagmáticos que se suscriben a partir de la voluntad soberana de los Estados; la protección que otorga el Derecho internacional al mismo principio de soberanía a través de figuras jurídicas como la igualdad soberana, la no intervención, la cláusula democrática y la inmunidad soberana, o la creación de instituciones regionales, como la Organización de Estados Americanos donde la propia carta constitutiva señala que dicha organización buscará, para sus miembros, proteger “su soberanía, su integridad territorial y su independencia”. En la actualidad, tanto el principio de soberanía como el Derecho internacional han modificado sus paradigmas, ya que, bajo el principio de libre autodeterminación de los pueblos y la doctrina de los derechos humanos, el principal sujeto de ambos sistemas ya no es el Estado, sino el individuo. Permitiéndose, a través de esta reformulación, una mejor comprensión de la compatibilidad entre los conceptos de soberanía y derechos humanos, ya que gracias al Estado se reconocen y se protegen estos derechos, llegándose en la actualidad a fomentar el desarrollo de la doctrina de derechos humanos bajo el estatus de norma erga omnes que le reconoce el Derecho internacional. En otras palabras, el enfoque clásico de no intervención de los asuntos del Estado, que fuera concebido por el principio de soberanía absoluta, ya no tiene cabida en el sistema jurídico internacional contemporáneo. Las dos posturas respecto del concepto de soberanía son claras. Por un lado, la postura clásica afirma que el Estado es soberano de forma absoluta, sin limitación alguna, y convive hombro a hombro con otros entes soberanos. Por el otro, la postura moderna que reconoce que el Estado es soberano de forma relativa, ya que el sistema internacional es superior al sistema jurídico nacional del cual deriva su poder soberano, llegándose a tener que el mismo Estado delega algunas de sus facultades soberanas a organismos internacionales.
Emmanuel Sieyès, religioso que abanderaba al Tercer Estado, dejo constancia de sus ideas revolucionarias, en su célebre panfleto “¿Qué es el Tercer Estado?”, publicado en el año 1789, en pleno apogeo de la Revolución. Este clérigo, nacido en Fréjus, Provenza, y proveniente de una familia de clase media y baja profundamente religiosa, fue todo un hombre de Estado que a través de sus discursos e intervenciones políticas logró hacerse un lugar en la historia de la Revolución francesa. La Teoría del Poder Constituyente nació en Francia, fue construida en la época de la revolución francesa por el abate Emmanuel Sieyes. La construcción de Sieyes tiene o se elabora en un contexto histórico determinado y fue cuando la tambaleante y quebrada monarquía en Francia se vio obligada a convocar al parlamento, este se denominaba estados generales y su estructura, en la que había tres órdenes era la siguiente: la nobleza, el clero y el tercer estado. Este último orden, el tercer estado, correspondiente a los estratos sociales comunes, no privilegiados, ejercía un papel predominante la burguesía. En el parlamento, en ese entonces, se votaba por órdenes y el tercer estado estaba en desventaja numérica frente a la unión que había a la hora de votar entre la nobleza y el clero. Era indispensable una reforma para lograr el control de la asamblea parlamentaria, es entonces cuando entre fines de 1788 y comienzos de 1789, Sienes escribe su famoso folleto titulado ¿Que es el tercer estado?, con miras a explicar un cambio que se tornaba indispensable. Sienes tenía que demostrar que, para darse una constitución, la nación tenía que tomar la decisión mediante la reunión de representantes extraordinarios especialmente delegados para expresar la voluntad nacional; ello lo conduce a elaborar la teoría del Poder Constituyente, a fin de establecer a quien pertenece y cuáles son las condiciones de su ejercicio.
En resumen, Sieyès formuló la teoría del Poder constituyente de la nación, con acierto, como un acto de la Revolución, donde se planteara la distinción entre poder constituyente y constituido, dónde el poder constituido cuenta para su ejecución con unos representantes ordinarios y funciona como un mero delegado de ese Poder Constituyente el cual, contará con unos delegados extraordinarios que han de manifestar la voluntad general y por ende a la nación, quienes de manera temporal y en unos casos especiales deciden los asuntos relacionados con la Constitución y las formalidades fundamentales de un Estado. Además de esto, había logrado anular los poderes de los privilegiados, contra quienes siempre arremetió en sus escritos, logrando invalidar y desprestigiar su poder a través de su discurso, completamente liberalista y precursor del poder absoluto de la burguesía, pues éste no dejaba cabida a esos privilegiados, ya que esa nación que tanto defiende Sieyès, buscaba el bien común y no sólo el de unos cuantos como pretendían los que ostentaban privilegios.
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