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Este artículo analiza las acciones realizadas en relación a las políticas públicas de mujer y géneros y lgbt en bogotá, especialmente en lo que se refiere a las transgeneristas. El autor utiliza informes de ejecución de estas políticas para presentar consideraciones relevantes para la construcción de políticas públicas lgbt en colombia. Se abordan conceptos básicos sobre políticas públicas y se examina el papel de las mujeres y activistas lgbt en su creación.
Tipo: Apuntes
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Isabel Cristina Buriticá López 2 Universidad Nacional de Colombia
(^1) Este artículo corresponde a un capítulo del proyecto de investigación en curso titulado «Las demandas de justicia de los grupos subordinados: el caso de los grupos de travestis de la ciudad de Bogotá», que forma parte de la tesis de la Maestría en Estudios de Género Mujer y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia. Recibido el 2 de febrero de 2010. Aprobado el 23 de marzo de 2010. (^2) Isabel Cristina Buriticá López, socióloga de la Universidad del Valle, actualmente cursa tercer semestre de la Maestría de Estudios de Género Mujer y Desarrollo en la Universidad Nacional de Colombia. Ha publicado los artículos: «El reconocimiento de la diferencia o la asimilación desde la igualdad: el caso de las organizaciones de travestidos», en el libro colectivo Identidades colectivas y reconocimiento , Programa Editorial Universidad del Valle, 2010; «Cuerpo de mujer», revista Posiciones, Universidad del Valle, número 2, abril 2008; y la reseña del libro Travesti: Sex, Gender and Culture among Brazilian Transgendered prostitutes revista La Manzana de la Discordia , Enero-junio 2008, Vol. 3 número 1. Correo electrónico: Pepa42@hotmail.com
Resumen: Este artículo se propone analizar algunos aspectos de las acciones que se han realizado en relación con las políticas públicas Mujer y Géneros y LGBT de la ciudad de Bogotá en cuanto ellas afectan la proble- mática de las transgeneristas, con el fin de presentar algunas consideraciones que aporten en el actual proceso de construcción de políticas públicas LGBT en nuestro país, y en especial en lo que se refiere a las acciones para mitigar la problemática de las transge- neristas. Para ello, se hará uso de los informes de ejecución relacionados con las políticas públicas Mujer y Géneros y LGBT de la ciudad de Bogotá. Palabras clave : Políticas públicas, mujer, género, LGBT, transgeneristas, reconocimiento. Abstract: This article analyzes some aspects of the actions carried out in the city of Bogotá, in relation with the public policies of gender and LGBT (lesbian, gay, bisexual, transgender and transvestite) in so far as they affect the problems faced by transgendered women, in order to contribute to the actual process of construction of public policies for the LGBT sector in our country, with special regard to those actions that might mitigate the plight of transvestites. We will use the reports about results obtained with the public policies for women and the LGBT sector in Bogotá. Key words: Public policies, woman, gender, LGBT, transgender, recognition
Introducción La Política Publica Mujer y Géneros responde a un proceso de inclusión del tema de mujer y género a instituciones públicas de la ciudad de Bogotá. Dicha inclusión se logra gracias a la participación activa de una serie de organizaciones de mujeres, y se
institucionaliza a partir del acuerdo Nª 257 de 2006, donde se amplían las funciones de la Secretaria Distrital de Planeación, y se le responsabiliza y atribuyen funciones relativas a incorporar el enfoque de género. Poco tiempo después, la Alcaldía de Bogotá emite el decreto 256 del 2007, donde se modifica la estructura interna de la Secretaria Distrital de Planeación y se crea la Subsecretaria de Mujer y Géneros y Diversidad Sexual y la Gerencia de Mujer y Géneros en el Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal. Estos organismos son creados con la función, no sólo de velar por la sostenibilidad de la política Pública Mujer y Géneros, sino también de formular los lineamientos de la política pública para la población de lesbianas, gays, bisexuales y trans- generistas.Estos precedentes culminan en el desa- rrollo de un Plan de Igualdad de Oportunidades para la Equidad de Género, cuyo objetivo es disminuir la desigualdad existente entre hombres y mujeres. Se responde así a las demandas presentadas por varias mesas colectivas de trabajo integradas por repre- sentantes de organizaciones de mujeres, para la incorporación de la perspectiva de género en el desarrollo y los objetivos del desarrollo del milenio. Dicho Plan contiene las directrices a seguir para implementar la Política Pública Mujer y Géneros, que se materializa en el plan de desarrollo para el periodo 2004-2007 «Bogotá sin Indiferencia». Al igual que la Política Publica de Mujer y Géneros, los lineamientos generales de la Política
La manzana de la discordia, Enero - Junio, Año 2010, Vol. 5, No. 1: 35-
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Publica de las personas, Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas (LGBT) y sobre identidades de género y orientaciones sexuales, se formulan desde la Secretaria Distrital de Planeación, la Secretaria de Mujer y Géneros y Diversidad Sexual y la Dirección de Diversidad Sexual, a partir de una serie de actividades y agendas de trabajo realizadas con organizaciones sociales, con base en un enfoque de derechos. Dichos lineamientos se plasman en el Plan de desarrollo «Bogotá Positiva», que cubre el periodo 2008-2012. Considerando estos procesos, caracterizados por responder a una voluntad política más que por una presión social, cabe preguntarse si se puede pensar que la Política Publica Mujer y Géneros y LGBT atiende las demandas de las transgeneristas, como seres humanos que se representan como mujeres y como grupo que hace parte de la sigla que conforma el movimiento LGBT. En el presente artículo analizaré algunos aspectos de la implementación de la Política Publica LGBT, con énfasis en aquellos que se relacionan con las transgeneristas. Antes de proceder a este análisis, debo hacer algunas precisiones sobre el concepto de «transgenerista», y esbozar algunos conceptos que nos servirán de base para el análisis..
Transgenerista Esta palabra alude al tránsito que se hace del género, ya sea de manera parcial o total, pasando de ser un hombre o una mujer «biológicos», a adoptar prendas de vestir, prácticas y habitus asociados al sexo opuesto. En el presente artículo me refiero específicamente a hombres «biológicos». En la transición total, encontramos a las transexuales, quienes no sólo utilizan elementos, discursos y prácticas culturalmente considerados ‘opuestos», sino que también desean tener el sexo adecuado al género que representan, y en muchos casos lo consiguen mediante medicamentos y cirugía, ya que muchos transexuales sienten que han nacido en el cuerpo equivocado. Aunque su orientación sexual no es lo que define su identidad de género, muchas son «homosexuales», es decir, sus objetos de amor y de deseo son hombres. Debemos diferenciar también entre el trans-
formista, quien de manera temporal asume el género (vestimenta, estilos de habla y comportamientos) del sexo opuesto, y el travesti, quien asume el género opuesto a su sexo de manera permanente, en todas las circunstancias de su vida, pero a diferencia del transexual, desea conservar su sexo «originario» pues se siente a gusto con éste. Por otra parte, el inter- sexual se conoce comúnmente como «hermafrodita», siendo estas personas quienes, según los discursos médicos, nacen con un sexo «ambiguo». En su texto, Transgéneros: síntesis y aperturas (Giberti: 2003) , Eva Giberti comenta que las personas transgénero al expresar su sentido de identidad entran en conflicto con las normas de género. El conflicto que padecen los transgéneros, según Giberti, se debe a la disparidad o no-correspondencia entre el género asignado al nacer, y el género deseado por ellos, o el que sienten que es adecuado a su a personalidad. Esta disparidad rompe con el orden social, que demanda que exista congruencia entre el género asignado y el sexo, así como entre el sexo y el deseo. Según esta autora: «El transgénero, sustantivando la expresión, tiende a burlarse o desestabilizar-como procedimiento provocativo y desafiante-aquellas prescripciones destinadas a dogmatizar pautas de convivencia» (Giberti: 2003, p. 35 ) Los transgéneros aparecen como el caso para- digmático que demuestra la justeza de las pro- posiciones acerca del sistema sexo-género, en el sentido de que el género es una construcción cultural. El concepto del sistema sexo-género implica una distinción entre el sexo y el género con el fin de acabar con el esencialismo en la definición de la identidad de género. La posición esencialista opera desde un determinismo biológico; al cuestionar dicho determinismo, se propone el género como variabilidad histórica y cultural en el seno de una sociedad, y no como consecuencia de un estado biológico. Debido al rechazo de la sociedad a las personas transgeneristas por su identidad de género, ellos y ellas se enfrentan a una serie de situaciones onerosas, como la exclusión, la marginación y la falta de reconocimiento. Como ya dije, en este trabajo me referiré específicamente a los clasificados como hombres desde su nacimiento. 3 En lo que se refiere (^3) Sin embargo me referiré a «ellas» en este trabajo, por ser el femenino el género gramatical que prefieren.
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plantearan «desde abajo», o sea utilizando la estra- tegia bottom-up , en la medida en que se habla de un papel protagónico para las mujeres mismas. Sin embargo, en la práctica el enfoque se convierte en un abordaje del tipo top-down , puesto que no se les da un papel significativo a las actoras sociales a quienes va dirigida la política, ni se les consulta debidamente. Esto va en contra de la supuesta cualidad democrática del proceso, y disminuye su credibilidad. Por otra parte, las políticas diseñadas «desde arriba» tienen, como vimos, menores posibilidades de éxito, en la medida en que no toman suficientemente en cuenta los elementos específicos que intervienen en su implementación, al no darles un papel protagónico a los actores sociales y al no consultar sus realidades, sus necesidades y sus demandas. Actualmente no se cuenta con suficientes evi- dencias sobre si existe un proceso «de arriba hacia abajo» en el desarrollo y establecimiento de ambas políticas públicas, la de Mujer y Géneros y la LGBT en Bogotá. Sin embargo, como veremos, existen críticas y resistencias de grupos tanto de mujeres como de activistas LGBT frente a la manera como dichas políticas se relacionan con sus demandas. Como señalé anteriormente, la política sobre género en la capital colombiana se materializa por medio del plan de desarrollo «Bogotá sin indiferencia, un compromiso social contra la pobreza y la exclu- sión» 2004-2008 y de igual manera, como cumpli- miento de lo dispuesto por el Concejo de Bogotá en el acuerdo 091 de 2003 mediante el cual se establece el Plan de Igualdad de Oportunidades para la Equidad de Género. Entre los principios que rigen la Política Pública Mujer y Géneros están: el derecho a una vida libre de violencias, el derecho a la participación y a la representación, el derecho al trabajo en con- diciones de igualdad y dignidad, el derecho a la salud plena, el derecho a la educación con equidad y el derecho a un cultura sin sexismo. El aspecto más significativo en materia de las acciones dirigidas a las transgeneristas por parte de esta Política Pública, tiene que ver con la participación
política que se les otorga por el artículo 39 del Acuerdo 257 del 2006, donde se crea una serie de consejos consultivos, los cuales se integran con representantes de organizaciones sociales, comu- nitarias y sector privado. El artículo 1 presenta la definición del consejo consultivo como una instancia de coordinación que representa las necesidades de las mujeres que habitan en el distrito sin importar diversidad generacional, étnica-racial, diversidad sexual. Este consejo consultivo es un espacio de interlocución que reúne a mujeres diversas, incluyendo lesbianas, bisexuales y transgeneristas^4. Es desde esta definición de mujer que las transgeneristas logran participar y hacer parte del concejo consultivo, aspecto muy importante dado que, al decidir la representación de sus integrantes, no se define la mujer de manera esencialista asociada con la condición biológica sino con la auto-conciencia de las sujetas, lo cual puede verse como uno de los logros más significativos. Tal logro es una conse- cuencia directa de incluir el concepto y la perspectiva de género en dicha política.
Los lineamientos para la garantía plena de los derechos de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas, LGBT, sobre identidades de género y orientaciones sexuales Como ya vimos existen evidencias de una actitud de incertidumbre y falta de confianza por parte de algunos sectores del movimiento de mujeres frente a las políticas públicas dirigidas hacia la mujer. Algo similar ocurre con los activistas del sector LGBT, en el cual las posiciones son variadas. En una pre- sentación de Julio Cesar Mancera Acosta en el seminario internacional «Derechos humanos, diver- sidad sexual y políticas públicas» se afirma: «Para algunas y algunos, las políticas públicas no son más que un sofisma de distracción o un encasillamiento para lograr mínimos y nada más; para otros, son un peldaño para reconocernos como sujetos de dere- chos, y otros más tendrán hipótesis variadas…» (Mancera: 2009, pp 66-73) Ahora bien, el decreto 608 del 2007 establece los
(^4) Entre las representantes de la diversidad de las mujeres, encontramos una mujer ROM («gitana»), una mujer indígena y una afrocolombiana, una representante del movimiento en pro de la diversidad sexual y una representante de las mujeres en situación de prostitución. Es a través de este último rol, que Diana Navarro, una activista transgenerista, logra hacer parte del consejo consultivo.
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lineamientos para la garantía plena de los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas, LGBT, sobre identidades de género y orientaciones sexuales en el distrito capital. Dicho decreto está compuesto por 14 artículos los cuales se rigen por los principios de titularidad de derechos, efectividad de derechos, autonomía, identidad, equidad, soli- daridad, diversidad y participación. Para garantizar el ejercicio pleno de las personas LGBT del distrito Capital, el decreto dispone consolidar los desarrollos institucionales para la garantía sobre los derechos, fortalecer organizaciones de los sectores LGBT y promover una cultura ciudadana basada en el reco- nocimiento y la garantía y restitución de los derechos, en especial el derecho que se refiere a una vida libre de violencias. También se propone la creación de procesos estratégicos para lograr los objetivos de los artículos anteriores y se presenta la figura del consejo consultivo y sus funciones. Entre los avances de la ejecución de la Política Pública para la Garantía Plena de los Derechos de las Personas LGBT, en lo que se refiere al proceso estratégico, encontramos el fortalecimiento institu- cional en los niveles distritales, locales y la sensi- bilización a 10.000 personas entre servidores públicos del distrito y sectores de la sociedad civil, sobre identidad de género, orientación y diversidad. Como resultado se ha presentado la formación de 200 servidores de la administración distrital para la apro- piación de la perspectivas de derechos con enfoque de orientaciones sexuales e identidad de género y la de servidoras y servidores del distrito capital respon- sables de la política pública, además de la formación de funcionarios a través de conversatorios dirigidos por la Secretaría de Planeación Distrital. También se presenta como actividad ejecutada, la promoción de espacios de diálogo de saberes con personas responsables de la implementación de la política. Las acciones realizadas incluyen:
Metropolitana frente a procesos de procedimien- tos e instrumentos, para la elaboración de un concepto jurídico para solicitar el establecimiento de un lineamiento para el registro personal de las mujeres transgeneristas que reconozca y respete su identidad de género. Además, se realizó un acompañamiento al oficial de enlace y a personas que tomaron el cargo durante el periodo.
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La primera vez que en Colombia y en el mundo se crean políticas públicas LGBT es por la misma presión del movimiento. El movimiento empezó a presionar las autoridades, las autoridades no llegaron y nos propusieron algunas acciones para legislar, sino que nosotras fuimos a las autoridades para agilizar ciertas acciones en «pro» de la restauración de nuestros derechos, empezó de abajo hacia arriba, nosotras prácticamente le hicimos todo el trabajo a la administración, le dijimos que necesitábamos, como lo necesitá- bamos y como lo queríamos… 5.
En el caso de Colombia el desarrollo de la Política Publica de Mujer y Géneros se dio en una administración donde el alcalde era parte de un partido político de izquierda llamado el Polo Democrático Alternativo. Y los lineamientos de la política pública LGBT, se dieron en una admi- nistración donde el alcalde también hace parte del mismo partido.
(^5) Entrevista a Diana Navarro 15 de Septiembre 2009.
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secretarias, pues la Secretaria de Integración Social a la que pertenece el IDPAC es la única encargada de implementar las acciones y actividades para la población LGBT, excepto la Secretaria de Salud en la que se ha adelantado un proceso, pero esto se debe a que existe una transgenerista en un cargo público que desde adentro apoya el proceso.
En conclusión, se pueden plantear una serie de interrogantes sobre estos procesos. Tanto el movi- miento social de mujeres como el LGBT, si bien obtienen beneficios importantes al aliarse con instituciones gubernamentales, por el hecho de apostarle a una esfera jurídica de reconocimiento como la política pública, podrían estar encerrándose en un sentido formalista de la ciudadanía. El ejercicio de expresar sus necesidades y demandas para que sean atendidas a través de procesos gubernamentales conduce a que ellas se vean condicionadas por estándares internacionales, como los Objetivos del Milenio para el caso de la Política Pública Mujer y Géneros o a los Derechos Humanos como la Política Pública LGBT. Sin embargo, estos estándares no
siempre son los más favorables a las necesidades de estos grupos. Por otra parte, aunque los procesos de formulación e implementación de estas políticas tienen la preten- sión de que exista la participación de representantes de los sectores afectados por dichas políticas, es necesario investigar hasta qué punto esto es cierto, o si por el contrario se sigue empleando el enfoque «arriba hacia abajo», que representa un abordaje poco democrático. Debe indagarse hasta qué punto la inclusión del tema de Mujer y Género y LGBT en las políticas públicas obedece en alguna medida a un proyecto de cultura cívica que pretende incluir a los movimientos sociales en las agendas públicas como una estrategia para gobernar. Sin embargo, no puede negarse que dicha estrategia en alguna medida visibiliza y empodera sectores de la ciudadanía antes marginados, sectores, como en este caso las transgeneristas, que han padecido una exclusión social severa en el pasado, y ahora, desde la puesta en marcha de este tipo de políticas, empiezan a obtener un cierto reconoci- miento, a tener relevancia política y a ejercer algunas modalidades de participación.
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