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Tipo: Monografías, Ensayos
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Universidad Complutense de Madrid jlalvaro@hotmail.com
Universidad Complutense de Madrid algarrid@cps.ucm.es Palabras clave: Psicología Social, Historia. RESUMEN Keywords: Social Psychology, History. ABSTRACT Muchos textos de psicología social consideran que esta disciplina es una rama de la psicología. Sin embargo, un análisis de sus orígenes y evolución demuestra que la psicología social se originó tanto en la psicología como en la sociología. Inicialmen- te, durante las primeras décadas del siglo (^) XX, fue- ron más los textos de psicología social escritos por sociólogos que por psicólogos, si bien con el trans- currir del tiempo la tendencia se ha ido invirtiendo. Este cambio de orientación tiene una explicación en la influencia que ejerció en el desarrollo de la disciplina la publicación, en 1924, del libro de Floyd Allport Social psychology. Asimismo, a partir de los años treinta, el declinar de la Escuela de Chicago dentro de la propia sociología y el auge del funcionalismo fueron otros de los motivos del menor peso de una perspectiva sociológica en el desarrollo de la psicología social. El análisis histó- There are many textbooks in which social psychology is considered a branch of psychology. An analysis of the origins and evolution of social psychology shows us that it emerged within psychology and sociology alike. Initially, during the early decades of the 20th^ century, there were more social psychology texts written by sociologists than by psychologists, but this tendency has gradually inverted throughout the decades that followed up until the present. This change was influenced by Floyd Allport with the publication of his Social psychology in 1924. On the other hand, the decline of the Chicago School during the 1930s within psychology itself and the increasing importance of functionalism within sociology, were also responsible for the decline of a sociological perspective within social psychology. The historical analysis of this field reveals that we have to
JOSÉ LUIS ÁLVARO ESTRAMIANA Y ALICIA GARRIDO LUQUE rico de esta área de conocimiento revela que tene- mos que diferenciar entre una psicología social psicológica y una psicología social sociológica. differentiate at least between a psychological and a sociological social psychology.
JOSÉ LUIS ÁLVARO ESTRAMIANA Y ALICIA GARRIDO LUQUE de Gabriel Tarde, daba para la sociología una perspectiva diferente a la que diera Dur- kheim. Es decir, la obra de Ross puede ser interpretada como un intento de ampliar las ba- ses explicativas de la propia sociología, incluyendo a la psicología social como una forma de sociología no reduccionista en la que el individuo y la mente juegan un papel de igual trascendencia que el mismo concepto de hecho social de Durkheim. Otro ejemplo de los antecedentes sociológicos de la psicología social lo tenemos en la obra de G. H. Howard. En un texto publicado dos años después que el de Ross y que lleva por título Social psy- chology: An analytical syllabus , considera a la psicología social como parte de la sociolo- gía. En cierta medida, el libro de Howard puede considerarse como una continuación y am- pliación del libro de Ross, si bien incluye una referencia al desarrollo histórico de la psicología social que comienza con el origen de la sociología psicológica y la unidad de lo social y lo psíquico. En este texto de 1910 son numerosas las referencias sociológicas, in- cluyendo a autores como Comte, Spencer, Lazarus y Steinhal, Ward, Giddings, Durkheim, Small, Coole y Ross, entre otros. La mención en este apartado de McDougall y Ross es importante por otra razón. Pese a los intentos actuales de hacer de la psicología social una ciencia psicológica, lo cierto es que sus mismos defensores olvidan que al referirse y reconocer a Ross y McDougall como los padres fundadores, están reconociendo de facto la existencia de una tensión entre la sociología y la psicología por la inclusión de un área de conocimiento como la psicología social en el campo de estudio de ambas disciplinas: la sociología y la psicología. Pero si los libros de Ross y McDougall, respectivamente, ejemplifican de forma clara la si- tuación de la psicología social a principios del siglo pasado, hay que advertir que no pueden ser considerados como los dos primeros textos de psicología social, puesto que antes de su publicación ya habían aparecido otros manuales. El propio Gabriel Tarde publicó Las leyes de la imitación, en 1890, y La lógica social, en 1895. Ambos textos habían sido concebidos como una sola obra que debería llevar por título Psicología social y lógica social. Razones editoriales desaconsejaron su publicación como un solo volumen con el título de Psicología social (véase Ibáñez, 1990). Asimismo, conviene recordar que fue en la Universidad de Chicago, en 1900, cuando se imparte el primer curso de psicología social. G. H. Mead, pre- cursor de la principal tradición de pensamiento sociológico en psicología social, el interac- cionismo simbólico, sería su responsable. En resumen, resulta difícil, cuando no erróneo, situar el origen histórico de la psicología so- cial en un autor, en una corriente teórica o en el título del primer libro o manual publicado, pues la psicología social se fue construyendo históricamente desde diferentes autores per- tenecientes a diversas corrientes teóricas y metodológicas y sobre la base de dos ciencias incipientes como fueron la psicología y la sociología. Esta afirmación no contradice, en ab-
ORÍGENES SOCIOLÓGICOS DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL soluto, el hecho de que los inicios de la psicología social estén, en gran medida, asociados a la consideración de la psicología social como parte de la sociología. Esto explica que en la actualidad, sigan existiendo o coexistiendo al menos dos psicologías sociales: una psico- logía social psicológica y una psicología social sociológica.
ORÍGENES SOCIOLÓGICOS DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL TABLA 1 Manuales de psicología social escritos por psicólogos y por sociólogos Período Psicólogos Sociólogos 1908-1929 7 8 1930-1942 9 7 1948-1953 10 3 Década de 1960 12 3 Década de 1970 30 8 Década de 1980 21 11 FUENTE: Collier, Minton y Reynolds (1996: 41). Es importante señalar, por tanto, que la psicología social comenzó, en gran medida, como una rama de la sociología. Ya hemos comentado en páginas anteriores la contribución de Ross (1908) y su introducción, a través de la obra de Gabriel Tarde, de la teoría social fran- cesa en la psicología social. La insistencia en la referencia a Ross es importante, pues in- fluiría en los sociólogos de la Escuela de Chicago, que tuvieron un papel decisivo en el de- sarrollo de la psicología social como parte de la sociología. Antes de comentar algunas de las aportaciones más destacadas de los sociólogos de la Escuela de Chicago a la psicología social debemos mencionar la obra de Ch. Cooley, pues, si bien no pertenece a esta Escuela, tuvo una gran influencia en autores de la misma, como George Herbert Mead. Cooley (1864-1929) constituye un punto de referencia obliga- do para una aproximación histórica al pensamiento psicosociológico o, dicho en otros tér- minos, a una psicología social sociológica. Una de las características centrales de su con- cepción teórica es la importancia dada a la comunicación. Mediante la misma no sólo tomamos conciencia de nosotros mismos, sino que también, gracias al vínculo que nos permite establecer con los otros, construimos lo que Cooley denomina el orden social. For- mamos parte de un todo a través de la experiencia simpática que se da en cada acto co- municativo. Es precisamente la comunicación con los otros lo que hace que individuo y so- ciedad no puedan existir de forma aislada: «Un individuo separado es una abstracción desconocida a la experiencia, de la misma forma que lo es la sociedad cuando es conside- rada como algo separado de los individuos» (Cooley, 1902: 1). Esta concepción no reduc- cionista de la sociedad y de los individuos es ampliada en otro de sus más conocidos tex-
JOSÉ LUIS ÁLVARO ESTRAMIANA Y ALICIA GARRIDO LUQUE tos: Social organization , publicado en 1909. En este libro desarrolla sus ideas sobre la rele- vancia de los grupos primarios caracterizados por las relaciones cara a cara y la coopera- ción, y en donde se forman las creencias e ideales de los individuos. Para Cooley, la natu- raleza humana no se expresa a través de la existencia aislada de cada individuo, sino a través de los grupos primarios. Esta idea es central en todos sus escritos, como en The so- cial process (1918), en donde señala con claridad que cualquier forma de vida, si bien tie- ne una existencia en la conciencia individual, no puede ser identificada con los individuos que la encarnan, siendo necesario para su estudio adoptar un punto de vista impersonal, es decir, el punto de vista sociológico. Es dentro de este marco conceptual y teórico donde Cooley realiza sus más importantes contribuciones al pensamiento psicosociológico. Entre todas ellas cabe destacar su teoría del «yo espejo», de gran influencia en la elaboración teórica sobre la identidad como proceso que surge en la interacción comunicativa entre los individuos, y que sería desarrollada posteriormente por Mead. La teoría de la identidad de Cooley no es sino un desarrollo de su idea de la no contraposición entre individuo y socie- dad. Para Cooley, tomamos conciencia de nosotros mismos a través de los otros, de lo que imaginamos que los otros piensan sobre nosotros, de los juicios que nuestros pensamien- tos provocan en los otros y de la reacción emocional que todo ello nos produce. De igual manera, la teoría de la comunicación desarrollada por Cooley tendrá una gran influencia sobre la construcción de una teoría de la mente desarrollada por Mead. Para ambos cientí- ficos sociales, tanto el pensamiento como la conciencia son procesos vinculados al desa- rrollo del lenguaje. Dentro ya de la propia Escuela de Chicago, uno de sus sociólogos más destacados fue, sin duda, Ch. A. Ellwood, quien en 1901 publica su Prolegomena to social psychology, que aparecería con anterioridad, en 1899, en el American Journal of Sociology. En sus textos de psicología social, Ellwood (1912, 1917) es consciente de que la psicología social es, so- bre todo, una manera o perspectiva desde la que abordar el análisis de la realidad social que se encuentra asociada tanto a la psicología como a la sociología; de ahí que considere los nombres de sociología psicológica o psicosociología como los más adecuados para de- finir a la psicología social. Su reconocimiento de la existencia de una realidad externa a los individuos, tal y como manifestase Durkheim, y la crítica a la psicología individual como base explicativa del ser social y de los contenidos de la «mente social», no le llevan a una concepción sobredeterminista de la vida social, pues para comprender las instituciones so- ciales es preciso, en su opinión, tener también en cuenta los aspectos individuales de la vida social y las relaciones que mantienen los individuos entre sí. La psicología social de- bería, por tanto, tomar en consideración tanto la dimensión social de la vida psíquica de los individuos, es decir, la dimensión social de la conciencia, como los procesos mentales que dan lugar a las relaciones interpersonales y a la vida en sociedad. La influencia de Ross y de Ellwood se hará notar en otros sociólogos de la Escuela de Chicago como Bogardus, tal
JOSÉ LUIS ÁLVARO ESTRAMIANA Y ALICIA GARRIDO LUQUE de la psicología social debía ser «el examen de la interacción de la conciencia individual con la sociedad y de los efectos de dicha interacción sobre la conciencia individual y sobre la misma sociedad» (Thomas, 1906: 860-861). Al mismo tiempo, definía a la psicología so- cial de una manera en la que no apreciamos ningún sesgo reduccionista, al afirmar que ésta tiene como objeto: «El estudio de los procesos mentales individuales en la medida en que son condicionados por la sociedad, y los procesos sociales en la medida en que son condicionados por los estados de la conciencia» (Thomas, 1905: 445-446). Esta forma de entender la psicología social tendría influencia en otro sociólogo de la Escuela de Chicago discípulo suyo y de George Herbert Mead: Kimbal Young. Los textos de psicología social de Young pretenden dar cuenta de la psicología social desde las perspectivas sociológica y psicológica, entendiendo que individuo y sociedad son inseparables, y que es imposible estudiar la personalidad en un vacío social, de la misma manera que para el estudio de la sociedad es necesario entender sus aspectos individuales y aquellos que se derivan de los procesos de interacción social. Así, en textos como el publicado en 1927 y que lleva por tí- tulo Source book for social psychology se incluyen capítulos tan significativos como «la fal- sa separación del individuo del grupo», «los orígenes psicológicos de la conducta social», «personalidad y conducta social», «actitudes sociales y ambiente subjetivo» o «la conduc- ta colectiva». Algo muy similar cabe decir de F. Znaniecki, quien sitúa a la psicología social en el ámbito de la sociología, al igual que Ross y Ellwood, si bien desde una perspectiva diferente, al no basar su construcción en una psicología intermental centrada en el mecanismo explicativo de la imitación, sino en una teoría de la acción. Algo que, aunque ha sido central en la for- mulación de una teoría social, ha sido dejado de lado en la psicología y también, aunque más matizadamente, en la psicología social, probablemente por la influencia ejercida por el conductismo y la abusiva utilización del método hipotético-deductivo en el análisis de la realidad social. Consciente de esta situación, Znaniecki propone una psicología de la ac- ción no como ciencia natural, sino cultural, lo que le sitúa en la tradición diltheyana de pen- samiento social. Este aspecto hace diferir radicalmente a la psicología de la acción de la psicología fisiológica o la psicología de la conducta: «Si el psicólogo quiere estudiar la ac- ción en su curso original y en su significado actual, no puede definirla como lo hace el con- ductista, sino que debe seguir la experiencia del propio agente» (Znaniecki, 1925: 307). En resumen, para Znaniecki, el objeto de la psicología social es la comprensión del sentido de la conducta para el propio agente social, teniendo para ello en cuenta el ambiente cultural en el que se manifiesta dicha conducta. Finalmente, para dar una idea de la psicología social sociológica realizada hasta los años treinta en la Escuela de Chicago, es necesario mencionar a otro de los más destacados re- presentantes de dicha Escuela, como fue Luther L. Bernard, alumno de Ellwood y autor de
ORÍGENES SOCIOLÓGICOS DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL dos textos de psicología social, entre los que cabe destacar su primer libro, aparecido en 1924 y que llevaba por título Instinct: A study in social psychology. La opinión de Bernard sobre la psicología social difiere de la que a continuación veremos en F. Allport y que se constituirá en dominante en la psicología social. Si bien en su primer texto Bernard se aproxima a Allport en su crítica a la noción de instinto, especialmente en su introducción como fundamento de la psicología social tal y como pretendía McDougall, Bernard se dis- tancia del sesgo individualista de Allport. En este sentido, ya en su primer libro Bernard aboga por la utilización del concepto de hábito como herramienta de análisis de la conduc- ta social. Los hábitos, en su opinión, no tienen su origen en los instintos, sino que como «el sociólogo nos demuestra es el medio el que, cada vez más, domina tanto el contenido como la dirección y funcionamiento de la formación de los hábitos» (Bernard, 1924: 533- 523). El interés de la psicología social reside, en opinión de Bernard (1926), en el estudio de la conducta de los individuos en las situaciones sociales. Más concretamente, en las re- acciones de los individuos a los estímulos sociales del medio. Si bien podemos situar esta definición en línea con los postulados conductistas (véase Allport, 1927), lo cierto es que se diferencian nítidamente de los expuestos por Allport por el peso que Bernard da a los procesos de socialización en detrimento del peso que los conductistas otorgan a los meca- nismos de estímulo-respuesta como procesos reguladores del comportamiento individual. En resumen, podemos decir que los manuales publicados por sociólogos vinculados a la Escuela de Chicago contienen una visión de la psicología social muy distanciada de lo que será la versión dominante de la misma y que sería representada a la perfección por Floyd Allport. La influencia de autores como Tarde, Dewey y Mead será determinante en la con- cepción sociológica de la psicología social, en la que el énfasis en el contexto social y en los determinantes sociales y simbólicos del comportamiento cobran un peso que en la obra de Allport cambiará de forma rotunda, al querer hacer de la psicología social un campo de la psicología. Floyd Allport es, sin duda, el que mayor influencia ha tenido en el giro psico- lógico de la psicología social, siendo uno de los autores más citados en los manuales psi- cológicos de psicología social entre 1930 y 1960 (véase Collier, Minton y Reynolds, 1996).
ORÍGENES SOCIOLÓGICOS DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL cial estudia las reacciones entre individuos. Dichas reacciones son las que, según él, for- man la base de la conducta social. El enfoque psicológico atribuido a la psicología social tanto por Gault como por Dunlap es similar, como vemos, al de F. Allport (1924). Para Dun- lap, el grupo social no es más que la suma de los individuos que lo forman. Así, la idea de mente grupal es rechazada por no ser, en absoluto, diferente a las mentes individuales de quienes forman parte de un grupo. Esta idea queda reflejada muy claramente en el con- cepto de «falacia grupal» y que, en opinión de Allport (1923), consiste en el error de atribuir al grupo la capacidad de explicar conductas que tienen su origen en el individuo. En este sentido, F. Allport niega tanto la posibilidad de que exista una psicología grupal distinta a la psicología individual como el que otra ciencia social que no sea la psicología pueda expli- car el comportamiento humano. Esta reducción de procesos sociales a procesos psicoló- gicos es, sin duda, la idea de F. Allport que tuvo un mayor impacto en la psicología social tanto de su época como posterior, a pesar de la influencia que la psicología gestaltista tuvo en la psicología social a través de la obra de autores como K. Lewin. La repercusión del manual de F. Allport, desde su publicación en 1924 hasta entrada la década de los cin- cuenta, tanto en los manuales psicológicos como sociológicos de la disciplina (véase Co- llier, Minton y Reynolds, 1996), no es igualada por ningún otro manual de psicología social. Dicha influencia ha persistido hasta nuestros días, tal y como señala Torregrosa (1998:
JOSÉ LUIS ÁLVARO ESTRAMIANA Y ALICIA GARRIDO LUQUE la que el texto de F. Allport se difundió. Por el contrario, las definiciones psicológicas del objeto de la disciplina fueron ganando cada vez mayor aceptación, situación que persis- te en la actualidad. Sirva como muestra de ello la definición que da un psicólogo como J. W. Sprowls en su texto de psicología social, en el que la define como «la ciencia de la conducta humana en la presencia real o imaginada de un individuo o grupo de individuos» (Sprowls, 1927: 39). El lector puede comprobar cómo la misma definición sigue predomi- nando en muchos de los textos psicológicos de psicología social que se publican en la ac- tualidad.
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