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Una reseña sobre el flujo de información de emergencias de salud pública de importancia internacional (ESPII) en la Región de las Américas durante los años 2007 y 2008. El texto describe el proceso de notificación y evaluación de eventos potenciales ESPII según el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) de 2005. Se analizan los resultados obtenidos y se examinan las necesidades de los países para la óptima aplicación del RSI.
Qué aprenderás
Tipo: Apuntes
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Región de las Américas: enero 2007 a mayo 2008 El Reglamento Sanitario Internacional (RSI) es un instrumento jurídico internacional de carácter vinculante para 194 países, entre ellos todos los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tiene por objeto ayudar a la comunidad internacional a prevenir y afrontar riesgos agudos de salud pública susceptibles de atravesar fronteras y amenazar a poblaciones de todo el mundo. El RSI está pensado para proteger la salud pública previniendo la diseminación de enfermedades con la menor interferencia posible en el tráfico y el comercio internacional. El nuevo Reglamento Sanitario Internacional [RSI (2005)] entró en vigor a partir del 15 de junio de 2007. Los países se comprometieron a notificar a la OMS, todos los eventos que ocurran en su territorio y que puedan constituir una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII). Para ello, cada país evaluará los eventos que se produzcan en su territorio, en base a un instrumento de decisión, y en un plazo no mayor de 24 horas desde que se haya evaluado la información concerniente a la salud pública, notificará a la OMS sobre la ocurrencia del evento, así como de la medida sanitaria aplicada (1). A los efectos del RSI (2005) se define como evento la manifestación de una enfermedad o un suceso potencialmente patógeno. Una emergencia de salud pública
naturaleza inusitada o imprevista del evento; posibilidad de propagación internacional del evento; y/o riesgo de que el evento suponga restricciones a los viajes o al comercio internacional. Los eventos que cumplen al menos dos de los cuatro criterios establecidos deberán ser notificados antes de 24 horas al Punto de Contacto de la OMS para el RSI (2005). El propósito de este artículo es describir las características de la notificación de potenciales ESPII en la Región a fin de examinar las necesidades de los países para la óptima aplicación del RSI (2005). Aunque el RSI (2005) entró en vigor a partir del 15 de junio de 2007, la mayoría de los Estados Miembros de la Región decidieron aplicar voluntariamente el Reglamento a partir de mayo de 2006; a los efectos de la presente publicación se describen los eventos registrados en la Región de las Américas desde el 1 de enero de 2007 al 31 de mayo de 2008. En este periodo se registraron un total de 111 eventos; 79 en 2007 y 32 en 2008, de los cuales 63 (56,8%) se determinó correspondían a potenciales ESPII. El mayor porcentaje de los eventos registrados fueron de la Subregión de Norteamérica (45); seguidos por la Subregión Amazónica (23), Centroamérica y Caribe (23) y Subregión del Cono Sur (20). La clasificación en estas cuatro subregiones, utilizadas en el presente documento, se corresponde a la clasificación establecida en las redes para la vigilancia de enfermedades emergentes y reemergentes (EER) en América Latina y el Caribe. Con relación a la información inicial sobre la ocurrencia de eventos, 75 de los 111, o sea más de dos tercios, fueron detectados inicialmente a través del sistema de Alerta de la OPS/OMS que abarca tanto la Oficina Central como las representaciones en los países. De ellos, 15 (13,5%) fueron informados por el CNE del país afectado y 21 (18,9%) por otras dependencias de los Ministerios de Salud y otras agencias gubernamentales. El sistema de alerta de la OPS utilizó varias fuentes de información
incluido medios de comunicación, comunicaciones personales, informantes claves, grupos de discusión en línea (on line) y páginas Web. Se observó una distribución similar en las cuatro subregiones en cuanto a procedencia de la información inicial sobre la ocurrencia de eventos, con una preponderancia del sistema de alerta de la OPS/OMS. El CNE y las otras dependencias del Ministerio de Salud fueron la secunda fuente mas importante a niveles similares en el Cono Sur, Centroamérica y Norteamérica, pero en la zona de Amazonas, el papel del CNE fue menor en comparación con las otras dependencias del Ministerio (figura 1) Fuente: Prevención y control de enfermedades transmisibles. CD/HSD/OPS.
Leptospirosis 3 4, Producto toxico 3 4, Malaria 3 4, Adenovirus 2 3, Rubéola 2 3, Tuberculosis 2 3, Otros* 4 6, TOTAL 63 100,
áreas donde no se detectaron casos previamente. Es necesario considerar el contexto donde ocurren los eventos al realizar la evaluación de riesgo. No se presentaron diferencias en cuanto a la sensibilidad de las diferentes fuentes de información inicial (CNE, otras dependencias del Ministerio de Salud y el sistema de alerta de la OPS) para detectar potenciales eventos ESPII. Se considera que las varias fuentes disponibles son complementarias y que la redundancia en la detección y notificación de eventos es una característica deseada en los sistemas de alerta y respuesta. Es aún limitada la participación de los CNE como conducto de la información inicial sobre la ocurrencia de eventos y la misma merece ser abordada con mayor detalle. Es necesario identificar los factores que influyeron en la actuación del CNE como proveedor de información inicial sobre la ocurrencia de un evento al Punto de Contacto de la OMS. Sin embargo, es importante destacar la amplia participación de los mismos en los procesos de verificación y evaluación continua de riesgo; sobre todo en el suministro de información relevante en relación al desarrollo de los eventos, así como a las medidas de control implementadas. En 24% de los 63 potenciales ESPII registrados requirió del apoyo técnico de la OPS ya sea en la investigación como en la contención de los eventos a nivel local. Es importante señalar, que en la mayoría de estos eventos (87%) la información inicial provino de las del Sistema de Alerta de la OPS. Los resultados de estos 17 meses de experiencia refuerzan la necesidad de acelerar las acciones tanto a nivel de los países como de la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud con miras a lograr el establecimiento de las capacidades básicas de alerta y respuesta en virtud de los compromisos asumidos en el RSI (2005). La efectiva implementación del RSI (2005) dependerá del desarrollo de las capacidades básicas de los países para detectar, evaluar y notificar eventos. Los países