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Resumen capitulo 18 - Guyton E Hall Tratado De Fisiologia Médica
Tipo: Resúmenes
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¡No te pierdas las partes importantes!
El control del sistema nervioso fundamentalmente afecta a funciones globales como:
La redistribución del flujo sanguíneo a las diferentes zonas del organismo.
Aumento o descenso de la actividad de la bomba cardiaca.
Control rápido de la presión arterial sistémica.
Los dos componentes del sistema nervioso autónomo son el sistema nervioso simpático, que es el más importante para el control de la circulación, y el sistema nervioso parasimpático, que contribuye a la regulación de la función cardíaca. La estimulación simpática causa vasoconstricción y aumenta la frecuencia y la actividad de bombeo por el corazón. Las fibras nerviosas vasomotoras salen de la médula espinal a través de los nervios de la columna torácica y de los primeros uno o dos nervios lumbares. Pasan hacia las cadenas simpáticas y después siguen dos rutas hacia la circulación:
La estimulación simpática de todas las pequeñas arterias y arteriolas aumenta la resistencia vascular y disminuye la velocidad del flujo sanguíneo a través de los tejidos. La inervación de los vasos grandes, en particular de las venas, hace posible que la estimulación simpática disminuya el volumen de estos vasos. Las fibras simpáticas también se dirigen hacia el corazón y estimulan su actividad, aumentando tanto la frecuencia como la fuerza de la bomba.
La estimulación parasimpática disminuye la frecuencia y la actividad de bombeo por el corazón. Aunque el sistema parasimpático es importante en el control de muchas otras funciones autónomas del cuerpo, su principal función en el control de la circulación consiste en provocar un importante descenso de la frecuencia cardíaca y un pequeño descenso de la contractilidad del músculo cardíaco.
‐ Los nervios simpáticos transportan una enorme cantidad de fibras nerviosas vasoconstrictoras y en menor cantidad vasodilatadoras. ‐ El efecto vasoconstrictor es más potente en: o Riñones o Intestinos o Bazo o Piel ‐ Menos potente en: o Músculo esquelético o Cerebro
Situado bilateralmente en la sustancia reticular del bulbo y en el tercio inferior de la protuberancia, conforma una zona denominada centro vasomotor, que transmite los impulsos parasimpáticos a través de los nervios vagos hacia el corazón, los impulsos simpáticos a través de la médula espinal y los nervios simpáticos periféricos hacia prácticamente todos los vasos sanguíneos del organismo. Aunque la organización total del centro vasomotor aún no se conoce con detalle, ciertas áreas parecen ser especialmente importantes. Una zona vasoconstrictora está situada bilateralmente en las porciones anterolaterales de la parte superior del bulbo. Las neuronas que se originan en esta zona secretan la noradrenalina y sus fibras están distribuidas por toda la médula, donde excitan las neuronas vasoconstrictoras del sistema nervioso simpático. Una zona vasodilatadora situada bilateralmente en las porciones anterolaterales de la mitad inferior del bulbo. Las fibras de estas neuronas inhiben la actividad vasoconstrictora de la zona C-1, con lo que provocan vasodilatación. Una zona sensitiva situada bilateralmente en los tractos solitarios de las porciones posterolaterales del bulbo y parte inferior de la protuberancia. Las neuronas de esa zona reciben señales nerviosas sensitivas principalmente a través de los nervios vagos y glosofaríngeos, y emiten señales eferentes desde esta zona sensitiva que facilitan las actividades de control de las zonas tanto vasoconstrictoras como vasodilatadoras, con lo que se consigue el control reflejo de muchas funciones circulatorias. La constricción parcial continuada de los vasos sanguíneos se debe normalmente al tono vasoconstrictor simpático. El tono simpático vasoconstrictor continuo provoca la constricción de la mayoría de los vasos sanguíneos. Normalmente, la zona vasoconstrictora del centro vasomotor transmite los impulsos continuamente hacia las fibras nerviosas simpáticas vasoconstrictoras de todo el cuerpo, provocando las descargas lentas de esas fibras, aproximadamente con un impulso por segundo. Este tono vasoconstrictor simpático mantiene un estado parcial de contracción en los vasos sanguíneos. Control de la actividad cardíaca por el centro vasomotor
Cuando es necesario disminuir la función de bomba a la porción medial del centro vasomotor envía señales hacia los núcleos dorsales motores adyacentes de los nervios
Mecanismos reflejos para mantener la presión arterial normal El sistema nervioso autónomo actúa para mantener la presión arterial en valores prácticamente normales a través de mecanismos reflejos de retroalimentación negativa. Sistema de control de la presión arterial mediante barorreceptores. Anatomía normal de los barorreceptores y su inervación Este reflejo se inicia en los receptores de estiramiento, conocidos como barorreceptores, situados en las paredes de arterias sistémicas de gran tamaño, en particular en las paredes del seno carotídeo y el arco aórtico. Las señales de los receptores del seno carotídeo se transmiten a través de los nervios de Herring hacia los nervios glosofaríngeos, y después hacia el tracto solitario de la zona del bulbo en el tronco del encéfalo. Las señales que proceden del cayado aórtico se transmiten a través de los nervios vagos hacia esa misma zona del bulbo. Respuesta de los barorrecptores a la presión arterial Los barorreceptores controlan la presión arterial de la siguiente forma: El aumento de la presión en los vasos sanguíneos que contienen barorreceptores aumenta la descarga de los impulsos. .Las señales de los barorreceptores entran en el tracto solitario, inhiben el centro vasoconstrictor del bulbo y excitan el centro parasimpático vagal. Los efectos netos sonla inhibición de la actividad simpática y la estimulación de la actividad parasimpática, que, a su vez, provocan: Vasodilatación de las venas y arteriolas. Descenso de la frecuencia cardíaca y de la fuerza contráctil del corazón. Este efecto provoca el descenso reflejo de la presión arterial como consecuencia tanto del descenso de la resistencia periférica como del gasto cardíaco. Control de la presión arterial por los quimiorreceptores carotídeos y aórticos: efecto del bajo nivel de oxígeno sobre la presión arterial Los quimiorreceptores son sensibles a la ausencia de oxígeno, al exceso de dióxido de carbono y al exceso de iones hidrógeno. Se localizan en dos cuerpos carotídeos, cada uno de los cuales se sitúa en la bifurcación de cada arteria carótida común, y en varios cuerpos aórticos adyacentes a la aorta. Siempre que la presión arterial cae por debajo de un nivel crítico, los quimiorreceptores se estimulan porque el descenso del flujo sanguíneo provoca la disminución del oxígeno y también la acumulación excesiva de dióxido de carbono e iones hidrógeno, que no se eliminan por una sangre que fluye lentamente. Las señales transmitidas desde los quimiorreceptores excitan el centro vasomotor, lo que eleva la presión arterial. Control del reflejo auricular de la frecuencia cardíaca (reflejo de Bainbridge) El aumento de la presión auricular también aumenta la frecuencia cardíaca, a veces hasta en un 75%. Una pequeña parte de este incremento se debe al efecto directo del aumento del volumen auricular para estirar el nódulo sinusal: El aumento de la frecuencia 40-60%, se debe a un reflejo nervioso denominado reflejo de Bainbridge. Los receptores de estiramiento de las aurículas que provocan el reflejo Bainbridge transmiten sus señales aferentes a través de los nervios vagos hacia el bulbo raquídeo. Después, las señales eferentes se transmiten de nuevo a través de los nervios vagales y simpáticos para aumentar la frecuencia cardíaca y reforzar
la contracción cardíaca. Este reflejo ayuda a prevenir el estancamiento de la sangre en las venas, las aurículas y la circulación pulmonar. Respuesta isquémica del sistema nervioso central: control de la presión arterial por el centro vasomotor del cerebro en respuesta a un descenso del flujo sanguíneo cerebral Cuando el flujo sanguíneo que se dirige hacia el centro vasomotor en la parte inferior del tronco del encéfalo disminuye lo suficiente para provocar isquemia cerebral, las neuronas vasoconstrictoras se excitan con fuerza. Cuando esto sucede, la presión arterial sistémica aumenta hasta los máximos niveles que pueda bombear el corazón Esta elevación en respuesta a una isquemia cerebral se conoce como la respuesta isquémica del sistema nervioso central. Respuesta de Cushing al aumento de la presión entorno al encéfalo La reacción de Cushing es una respuesta isquémica del sistema nervioso central que se produce como consecuencia del aumento de presión en la bóveda craneal. Cuando aumenta la presión en el líquido cefalorraquídeo hasta igualar la presión arterial, se inicia una respuesta isquémica del sistema nervioso central que provoca la elevación de la presión arterial hasta 250 mmHg. Esta respuesta protege a los centros vitales del cerebro de la pérdida de nutrientes en caso de que la presión del líquido cefalorraquídeo sea suficientemente alta para comprimir las arterias cerebrales. Si la isquemia cerebral es tan intensa que ni siquiera puede aliviarse con el incremento máximo de la presión arterial, las células neuronales comienzan a sufrir daños metabólicos y pueden quedar inactivas en un plazo de 3 a 10 min. Entonces disminuye la presión arterial.