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Resumen capítulo IX La inteligencia atrapada de Alicia Fernández, Apuntes de Psicología Clínica

Resumen capítulo IX La inteligencia atrapada de Alicia Fernández

Tipo: Apuntes

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Alicia Fernández: “La inteligencia atrapada” Cap. IX Mirada y escucha

PSP

 Acerca de la mirada y escucha psicopedagógica

Sólo mirar desde el espacio transicional, de juego, confianza y creatividad, podrá gestar la mirada clínica psicopedagógica.

Ver al paciente como una persona que siente y tiene sentimientos.

Es importante contar con elementos teóricos y técnicos acerca de cómo intervenir, pero también tener una actitud clínica frente a la producción del paciente, Para poder interpretar, entender y acceder al discurso inconsciente. Generar una escucha activa que traspase los hechos empíricos para poder llegar a un verdadero significado de lo que se quiere transmitir.

Generar un diálogo sin juicio de valor o de culpa que ponga en un lugar de persecución a los padres, dejar de lado los prejuicios para que los padres se sientan es un espacio de confort para contar los hechos que realmente están pasando.

Los datos solos nunca remiten al saber, por el contrario suelen ocultarlo. Este se filtra por los resquicios del discurso lógico y por los lapsus. Por otra parte llegaremos al saber, nosotros y el paciente, más por el despliegue de una escena, que por la cronología de los datos.

Acerca de los datos evolutivos, es más importante el preguntar el “cómo” que el “cuándo”.

Para poder elucidar como se han entrelazado las significaciones que conforman la modalidad de aprendizaje, para precisar los anclajes etiológicos de posibles patologías, es decir, para la comprensión psicopedagógica, el preguntar cuándo aprendió a caminar, por ejemplo, generalmente resulta innecesario, mientras que el relato de los padres acerca de cómo se dio este aprendizaje suele tener un valor paradigmático.

 Cómo leer la producción del paciente o cómo lograr una escucha-mirada psicopedagógica

Cuando dice producción del paciente hace referencia al material diagnóstico (hora de juego, test, discurso de los padres, despliegue de acciones lúdicas, gráficas, discurso verbal), al acontecer del conjunto del tratamiento, a cómo descifrar el mensaje del juego, de na actitud, de un silencio, de un gesto. A cómo y desde dónde realizar un diagnóstico psicopedagógico e interpretar el síntoma en el aprendizaje.

Para comprender lo expresado por los padres, ya sea en el momento de consulta o en entrevistas familiares. Abrir un camino de encuentro con lo que trae el paciente a las sesiones o a los momentos individuales y que nos permitan leer articuladamente el acontecer grupal e individual de un paciente.

El discurso del niño es captado como un hecho experimental, es objetivado para ser sometido luego a juicio seguro del médico. De esta manera la producción fantasmática se transforma en producción literaria y escapa a todo análisis de la palabra.

Hablamos de lugar analítico, lugar de testigo y de actitud clínica, de la actitud del que escucha y traduce promoviendo un discurso mítico y no real. Lugar y actitud necesarias a todo terapeuta, que el psp deberá asumir. A su vez le es necesario incorporar aspectos que lo ayuden a dar cuenta de los nudos, trabazones y malos ligamentos entre la inteligencia y el deseo.

Se incorpora entonces a la actitud clínica:

A) Conocimientos acerca de cómo se aprende y acerca del organismo, cuerpo, inteligencia y deseo; B) Una teoría psicopedagógica: matriz teoría interpretativa que no es la suma de los anteriores conocimientos, sino una teoría que las abarca, surgida de la práctica con el problema de aprendizaje; C) Saber acerca del aprender y no aprender.

Necesitamos incorporar conocimientos acerca del organismo, del cuerpo y de la inteligencia y del deseo, los cuatro niveles que consideramos básicamente implicados en el aprender. Ubicándose el problema de aprendizaje en la intersección, acerca del inconsciente o acerca del organismo y del cuerpo, aisladamente no pueden dar cuenta del mismo.

Se requieren entonces conocimientos sobre teoría psicopedagógica. Teoría acerca de la práctica psicopedagógica. Para Sara Paín el problema de aprendizaje es nuestra plataforma de lanzamiento para construir una teoría psicopedagógica.

En el aprendizaje normal no existe este atrape de la inteligencia a partir del deseo; entonces es posible hacer lo que propone Piaget, dejar de lado la afectividad y trabajar con la estructura cognitiva. Se pueden hacer modelos teóricos y trabajar con el sujeto epistémico, que no es el sujeto de carne y hueso al que pretendemos ayudar.

El problema de aprendizaje pone en evidencia la necesaria interrelación de los niveles orgánico, corporal, intelectual y deseante a partir de su articulación sintomática. En el proceso de aprendizaje normal tal interrelación, al darse equilibradamente, puede aparecer en sus manifestaciones como si los niveles funcionasen con total autonomía. Además, dichos niveles pueden aislarse para el estudio del proceso de aprendizaje normal.

Esa teoría es epistemológica o psicología de la inteligencia pero no teoría psicopedagógica, pero no confundible con ella, cuyo fin es dar cuenta de la articulación inteligencia-deseo.

 Saber no es lo mismo que conocer

Con la sola inclusión de los conocimientos en la teoría psicopedagógica no logramos una escucha psicopedagógica, sino que es necesario incorporar además el saber psicopedagógico.

El conocimiento es objetable, transmisible en forma indirecta o impersonal; se puede adquirir a través de libros o máquinas; es factible de ser sistematizado en teorías; se enuncia a través de conceptos. En cambio, el saber es transmisible sólo directamente, de persona a persona, experiencialmente; no puede aprenderse a través de un libro, ni de máquinas, no es sistematizable (no existen tratados de saber); sólo puede ser enunciado a través de metáforas, paradigmas, situaciones casos clínicos.

El saber da poder de uso. No así los conocimientos.

A veces a pesar de las ganas de aprender, de lo consciente, de la integridad del organismo y de la ineteligencia, los deseos inconscientes y los fantasmas, se entrecruza con el aprender. Acontecimientos de la historia podrían estar también invirtiendo para que se genere el no aprender.

 El saber psicopedagógico

Se obtiene de dos vertientes: de la experiencia, “metiéndose en la tarea”, y a través del tratamiento psicopedagógico didáctico.

Posicionándose como observador o como juez es muy difícil conectarse con el saber.

Un espacio importante de gestación del saber psicopedagógico es el trabajo de autoanálisis de las propias dificultades y posibilidades en el aprender, pues la formación del psicopedagogo, así como requiere la transmisión de conocimientos y teorías, también requiere de un espacio para la construcción de una mirada y una escucha psicopedagógica a partir de un análisis de su propio aprender.

Lo que uno pretende hacer al otro hay que practicarlo consigo mismo, contactarse de las propias fracturas en el aprendizaje, con la historia de aprendizaje personal, con los personajes enseñantes y aprendientes de uno mismo, y ver cómo han jugado y siguen actuando.

Sólo la posibilidad de apropiarse (hacer propios los conocimientos) construye el saber. Incorporar los conocimientos, hacer el proceso de digestión de los mismos, supone incorporar los propios líquidos y sustancias digestivas, que no van a ser iguales a las de ningún otro, y transformarlas en parte del cuerpo. El saber permite apropiarse de los conocimientos y el aprender los supone.

Guía para lograr una escucha psicopedagogía

  1. Escuchar-mirar.
  2. Detenerse en las fracturas del discurso.
  3. Observar y relacionar con lo acontecido previo a la fractura.
  4. Descubrir el “esquema de acción subyacente”.
  1. Buscar la repitencia del esquema de acción

La insistencia del esquema de acción en su aparición nos va a permitir verificar si aquél, como esquema de acción elegido, es el punto de entrada importante. Buscaremos entonces en que otras situaciones, y con qué otros contenidos se repite el esquema de acción. La repitencia se va a buscar en la producción del paciente, pero además en la relación entre la producción del paciente y la de su familia.

  1. Interpretar la operación que conforma el síntoma

Fages señala que los indicios constituyen la red de los significantes inconscientes, la trama de ideas inconscientes de un sujeto. Los “esquemas de acción” forman o constituyen esa red y esa trama de ideas inconscientes de un sujeto, y es a esto a lo que tenemos que apelar tanto en el diagnóstico como en el tratamiento. Nosotros, como psicopedagogos, buscaremos las ideas inconscientes acerca del aprender, relacionándolas con la particular operación que constituye el síntoma.