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resumen de cuentas de hadas , materia desarrollo infantil
Tipo: Resúmenes
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¡No te pierdas las partes importantes!
Autora: Valeria Fontana Suntic C.I: 4.120.142- Fecha de entrega: Docente: Elika Capnikas Nemirovsky
**1. Resumen……………………………………………………………Pág. 4
madurez que este atravesando así como también contribuye a desarrollar fantasías y mecanismos de defensas que le van a permitir alcanzar una salida a esos conflictos propios de la edad. El niño manifiesta temores que le resultan difíciles de revelar en la vida y que lo plasma por ejemplo el ver un dibujo, o inclusive que le narren una y otra vez la misma historia. Provendría de una realidad externa pero el niño lo viviría como suyo lo cual le resultaría menos angustioso. Necesita encontrar lo que sabe o no de su identidad a través de contenidos que son socialmente aceptados. Los temas más frecuentes que aparecen son la ausencia materna o paterna (es difícil que aparezcan las dos figuras juntas), la fantasía en contra cara de la realidad, la muerte, la exaltación de la fuerza del hombre y la belleza de la mujer. Palabras claves : mecanismos de defensa, conflictos, cuentos de hadas, fantasías.
“Había una vez...” es una de las frases más conocidas en el mundo y que aún hoy seguimos escuchando, la cual no diferencia sexo ni edades. Tanto los cuentos de hadas como los libros suelen utilizar este tipo de comienzo para relatar una historia. Estos cuentos tradicionales van a permitir, en parte, el desarrollo personal del niño, contribuir a la maduración del mismo así como habilitar un espacio de proyección y elaboración de conflictos propios del desarrollo infantil. Un elemento importante a destacar de los cuentos es la marcada distinción de los sexos. Por un lado observamos a las princesas, bellas, dulces, exaltando la feminidad, débiles debido a la presencia constante del príncipe que es el que la salva de la muerte, de los maleficios y peligros. También encontramos el estereotipo de bruja y madrastra, ambas con características similares, entre las que encontramos: malvada,
destacando la fealdad, la envidia y sobretodo aparece en sustitución de una madre fallecida como en los cuentos de Blancanieves y la Cenicienta. Mientras tanto, la figura del hombre resalta la fortaleza, seguridad, belleza y perfección. Ya Freud, en la conferencia 33° “La feminidad” plantea que cuando hablamos de masculino y femenino por regla general atribuimos lo “activo” al hombre, dejando en una actitud de pasividad a la mujer. (p.106) Podríamos caracterizar la feminidad como la inclinación por metas pasivas. Esto no es idéntico a la pasividad, sino que puede ser necesario un gran monto de actividad para alcanzar una meta pasiva. La niña pequeña es menos agresiva que el varón y necesita que le demuestren ternura, por eso adopta una actitud más dependiente y dócil. Una diferencia que encontramos en ambos sexos es que a pesar de que se encuentren en la misma edad, la niña resulta ser más inteligente y viva que el varón ya que sus investiduras de objeto poseen una intensidad mayor a las de él. En un principio debemos admitir que la niña pequeña es como un pequeño varón. La vagina aún no ha sido descubierta como el órgano femenino. (Freud, p.109) Hemos llamado libido a la fuerza pulsional de la vida sexual. Esta dominada por la polaridad masculino-femenino. Adjudicamos a la feminidad un alto grado de narcisismo, la cual influye sobre su elección de objeto y despierta en la mujer esa necesidad intensa de ser amada por sobre la de amar.
Presentaremos a continuación un paralelismo correspondiente al marco cultural donde fueron creados los cuentos que han cobrado gran importancia a lo largo de la historia. Por un lado destacamos los Hermanos Grimm enmarcados en la época alemana del 1700-1800; y Walt Disney, estadounidense nacido en Chicago en el año 1901. Los Hermanos Grimm es el nombre usado para referirse a los escritores Jacob Grimm (4 de enero de 1785, Hanau (Hesse, Alemania) - Berlín, 20 de septiembre de
Los cuentos de los hermanos Grimm han sido muy populares desde sus orígenes. En el siglo XX su fama creció gracias a la generalización de la lectura infantil. El cine de animación ha aprovechado este hecho para llevar a la pantalla algunas películas que parten de cuentos de los Grimm; así, Walt Disney produjo en 1937 la película Blancanieves y los siete enanitos , en 1950 La Cenicienta , en 1959 La Bella Durmiente , si bien éstas dos últimas películas se basan también en las dos versiones de los dos cuentos que escribió el francés Charles Perrault ( 1628 - 1705 ). Walt Disney nació el 5 de diciembre de 1901 en Chicago, Illinois. Tuvo la infancia típica del hijo de un granjero. Su padre, Elias Disney (1859-1941), de antepasados irlandeses, había llegado a Estados Unidos desde Canadá y se había instalado en Chicago en 1888 poco después de contraer matrimonio con la maestra de escuela Flora Call (1868-1938), natural de Ohio, de antepasados alemanes. Figura capital de la historia del cine de animación infantil, está considerado un ícono internacional gracias a sus importantes contribuciones a la industria del entretenimiento durante gran parte del siglo XX, famoso por personajes como el Pato Donald o Mickey Mouse. Los estudios Disney colaboraron estrechamente con el gobierno, produciendo películas educativas y de formación militar, así como otras encaminadas a elevar la moral en la retaguardia. A finales de la década de 1940, el estudio se había recobrado lo suficiente como para continuar con la producción de nuevas películas: La Cenicienta (que fue en vida la película favorita de Walt Disney) fue el primer auténtico largometraje producido por los estudios Disney desde Bambi , en 1942. Siguieron Alicia en el país de las maravillas (1951) y Peter Pan (1953). Ambos filmes fueron muy criticados por edulcorar las obras originales —de Lewis Carroll y de James M. Barrie respectivamente—, descartando todos sus elementos perturbadores y convirtiéndolas en fábulas intrascendentes e inocuas. Tras la huelga de 1941, Disney sentía una profunda desconfianza por los sindicatos. En 1947, durante los primeros años de la Guerra Fría, testificó ante el Comité de Actividades Antiamericanas y denunció a Herbert K. Sorrell, David Hilberman y William Pomerance, antiguos empleados y activistas sindicales, como agitadores comunistas. Disney explicó que la huelga de 1941 había formado parte de una estrategia del Partido Comunista de los Estados Unidos para ganar influencia en Hollywood. Si Disney tuvo simpatías por los regímenes fascistas, las desechó en cuanto su país entró en guerra contra el Eje. Durante el conflicto bélico colaboró con el gobierno realizando varios filmes de propaganda, entre los cuales destaca el cortometraje Der Fuehrer's Face , en el cual aparecen caricaturizados Hitler, Mussolini e Hirohito y que termina con una auténtica oda a las virtudes de la democracia.
Disney ha sido tildado a veces de antisemita, argumentando que los judíos aparecen como personajes estereotipados y malévolos en algunos cortometrajes de la década de 1930, particularmente en Los tres cerditos (1933). Luego de haber realizado un breve recorrido por la vida de ambos creadores, no podemos olvidar que son considerados los fundadores de los cuentos infantiles tradicionales. Por su parte, los Hermanos Grimm han sido creadores de la mayoría de los cuentos que hemos expuesto pero fue luego, Waly Disney quien los adaptó a la lectura infantil y al cine.
Bettelheim en su libro “Psicoanálisis de los cuentos de hadas” (1977), propone que los mitos y los cuentos de hadas poseen varios rasgos en común, dentro de los que podemos destacar que se plantea un problema central, el héroe, y podría expresar de manera simbólica un conflicto interno y una posible resolución. Si bien el los cuentos podría llegar a figurar temas religiosos y seres sobrenaturales, en los mitos estos abundan. Constantemente se realiza la distinción entre los dioses y los mortales y además el mito suele ser una tragedia no así sucede con los cuentos, que siempre encontramos los finales felices. Los mitos narran desgracias y suelen ser pesimistas. Plantean el problema no de forma sutil como si sucede en los cuentos. Si bien los conflictos de los cuentos son irreales, el desarrollo de la historia hace que sucedan de manera casual e inclusive cotidiana. Los mitos sirven para construir una parte de la personalidad, permite la constitución y satisfacciones de las demandas del super yo. Mientras que por otro lado, los cuentos de hadas satisfacen los deseos del ello integrándolas a su yo, además de exponer soluciones a los conflictos que se van desarrollando pero siempre se hace de una manera que no está explícita. Estos últimos se presentan de manera sencilla y sutilmente sugieren la solución del conflicto que la historia presenta. “…el cuento de hadas proporciona seguridad, da esperanzas respecto al futuro y mantiene la promesa de un final feliz. Por esta razón, Lewis Carroll lo llamó un regalo de amor, término difícilmente aplicable a un mito”. (Bettelheim, 1977.p.32). Una característica que encontramos en los títulos de los cuentos es que figura el nombre descriptivo del protagonista, como por ejemplo La bella y la Bestia, El patito
Éste no logra cumplir con el cometido y la abandona en el bosque dejándola a merced de los animales, matando en cambio a un ciervo. La reina permanece fijada a un narcisismo primitivo y un estadio oral donde le pide al cocinero que cocine las partes que le trajo el cazador, pensando que estaría comiendo a Blancanieves. O también en Hansel y Gretel cuando la bruja desea comerse a los niños, etc. 4.2 El efecto del cuento en la vida del niño Un cuento para que sea enriquecedor en la vida del niño debe de mantener la atención del mismo. Despierta en él ansiedades y permite desarrollar su intelecto y personalidad al mismo tiempo que le ofrece posibles soluciones a los problemas que se le presentan, claro que desde un plano inconsciente ya que si lo haría de manera consciente le generaría angustia. “Al hacer esto, el niño adapta el contenido inconsciente a las fantasías conscientes, que le permiten, entonces, tratar con este contenido”. (Bettelheim, 1977,p.12). Los cuentos de hadas muestran a los niños la realidad de la existencia humana, de hecho relatan sucesos de una forma que hacen que lleguen a ser cotidianos, como por ejemplo cuando Caperucita Roja va a visitar a su abuela y se topa con el lobo. Tratan de demostrar que las dificultades de la vida son inevitables, y que uno debe de enfrentarlas para dominar los obstáculos y salir victorioso. El niño selecciona un cuento no por similitud de la historia con su vida, suele suceder que nunca coincide pero si busca a partir de esto solucionar problemas que le resultan incomprensibles a nivel consciente. Bettelheim (1977) plantea que el niño no teme hacer surgir sus contenidos inconscientes ya que como toda historia (mas allá de lo que pueda suceder) garantiza la solución de que siempre “vivirá feliz para siempre” Uno de los temas que más se repiten en el principio de las historias es la muerte de un progenitor, éste quizá sea el temor más grande de todo niño y como tal ocurre en la vida real. Otro elemento que podemos destacar dentro de los cuentos es el carácter ominoso. Freud en su texto “Lo ominoso” de 1919 lo define como lo que “pertenece al orden de lo terrorífico, de lo que excita angustia y horror”. (p.219).
Se logra un efecto ominoso cuando se borran los límites entre la fantasía y la realidad, es decir cuando algo frente a nosotros se presenta como real pero que pertenecía al orden de la fantasía. La muerte aparente y la reanimación de las princesas con un beso resultaron ser representaciones con un gran contenido ominoso. Es un hecho recurrente en los cuentos tradicionales, entre ellos Blancanieves y La bella durmiente. En el mundo de la ficción no son ominosas muchas escenas; discrepando con lo que ha de ocurrir en la vida real, no producirían el mismo efecto. Los cuentos infantiles no provocan en el niño sentimientos angustiosos, lo comprende y por lo tanto, se despreocupa. 4.3 La importancia de la fantasía en los cuentos El niño se despreocupa de los conflictos que suceden en los cuentos ya que si bien el puede sentirse identificado con alguno de éstos, ocurre que no siente culpa de éstos pensamientos. Cuando el pequeño se identifica con el héroe de la historia puede sentir, por ejemplo, que él también puede derrotar a los gigantes e inclusive hacer todo lo que él desee. El niño satisface sus deseos a través de la fantasía. El pequeño se siente adaptado a la realidad y al lenguaje de los cuentos y no tanto a la realidad que lo rodea. (Bettelheim, 1977) Es frecuente que el niño mezcle la realidad con la fantasía, al momento de jugar si bien se encuentra en el patio de su casa, él puede imaginar que esta adentrándose a un bosque oscuro escapándose de los gigantes, en la mayoría de los casos este ejemplo se puede aplicar a que se escapa de los padres. Si bien no deja de ser un juego, pero lo que destacamos es que él toma elementos de los cuentos y los conforma a su realidad. En el correr de la historia, el niño puede identificarse con un personaje, luego cambiar a un segundo que sea destructivo, sentirse cómodo con un tercero, relacionarse con un cuarto, es decir, el pequeño se va a ir adaptando a las necesidades que le surjan en diferentes momentos que esté atravesando. Una particularidad de los cuentos es que los principios siempre se remontan a un tiempo que no es el ahora. Podemos encontrar: “Había una vez”, “Érase una vez”, “Hace muchos años, en un lejano país”. Estos inicios significan que la historia que está por comenzar no pertenece a la realidad cotidiana. En dichas historias se narran peligros en bosques oscuros, castillos embrujados, de forma simbólica nos encara a un misterio que está por ser revelado.
El diccionario de Laplanche, Pontalis. 1983, define la Fantasía como “guion imaginario en el que se haya presente el sujeto y que representa, en forma más o menos deformada por los procesos defensivos, la realización de un deseo y, en último término, de un deseo inconsciente”. (p.138) Se manifiesta a partir de fantasías conscientes o sueños diurnos, fantasías inconscientes subyacentes a un contenido manifiesto y, en última instancia, fantasías originarias. Freud reveló que la importancia de la fantasía se hallaba en la etiología de la neurosis. Éste abandono la postura que en un principio admitió: la realidad de las escenas infantiles patógenas halladas en el transcurso del análisis. Pero luego, se aboca a denunciar que la realidad material de esas escenas no es otra que la realidad psíquica. La expresión realidad psíquica no es sinónimo de mundo interior, sino que constituye una forma de existencia que resulta imposible confundirla con la realidad material. En “La interpretación de los sueños” (1900), Freud describe a las fantasías basándose en el modelo de los sueños diurnos; analizándolas como formación de compromiso y demuestra que su estructura es asimilable a la del sueño. Estas fantasías son utilizadas por la elaboración secundaria -siendo ésta un factor del trabajo del sueño- aproximándose a la actividad en vigilia. En el apartado VII de “La interpretación de los sueños” , propone una línea de pensamiento distinta en donde la fantasía aparece en íntima relación con el inconsciente, pero este en el sentido tópico de la palabra. Dicho de otro modo, ciertas fantasías ligadas al deseo inconsciente y que se hallan en el punto de partida de la formación del sueño: la primera parte que conduce al sueño se realiza de forma progresiva, es decir, desde las escenas o fantasías inconscientes hasta el preconsciente. Las fantasías enmarcadas por el psicoanálisis condujeron a Freud a postular la existencia de esquemas inconscientes que trascienden las vivencias individuales y se transmitirán de forma hereditaria. Estas son las que llamaremos fantasías originarias.
5.1 Fantasías originarias El psicoanálisis reconoce a la vida intrauterina, escena originaria, castración, seducción, como estructuras fantaseadas típicas que se caracterizan por ser organizadoras de la vida de la fantasía, independientemente cuales hayan sido las experiencias personales del individuo. Según Freud, la suma de estas fantasías constituiría un dominio transmitido filogenéticamente; todas ellas refieren a los orígenes. En un principio, podemos denominar la escena originaria como “acontecimientos reales, traumatizantes, cuyo recuerdo se halla en ocasiones elaborado y enmascarado por la fantasía”. (Laplanche, Pontalis. 1983.p.143) En la escena originaria se haya el origen del sujeto; en la fantasía de castración el origen de la diferencia de los sexos, y en las fantasías de seducción encontramos el origen de la sexualidad. La evolución de la escena originaria al concepto de fantasías originarias se desarrolla de forma pareja con la delimitación del concepto de fantasía. Freud abandonó una primera concepción que se abocaba a la búsqueda de la etiología de la neurosis en los traumas infantiles contingentes, sustituyéndola por otra que, viendo el precursor del síntoma en la fantasía no reconocería en éste mas realidad que la de expresar una vida pulsional en forma imaginaria que en líneas generales se hallaba determinada biológicamente. Desde un principio el mundo de la fantasía aparece dotado de una consistencia, una organización y una eficacia que se expresa a partir del término realidad psíquica. Lo que se denomina fantasías originarias se encuentran de modo general en los seres humanos y no siempre se refieren a escenas vividas realmente por el individuo sino que exigiría una explicación filogenética. 5.2 La fantasía de muerte desde Klein La obra de Melanie Klein se inicia con la articulación de la teoría de Freud y de Karl Abraham. Su experiencia se aboco al estudio de los niños a partir de la técnica del juego. Estos a través de él descargaban su agresión mediante la selección de juguetes y tipos de juego que desarrollaban. Melanie Klein concibe el desarrollo personal como la superación de tempranas etapas de la niñez además de la superación de los conflictos que las mismas conllevan, dentro de las cuales podemos presentar la ansiedad, la culpa, lograr un equilibrio entre
siente que el objeto persecutorio puede aniquilarlo generando una ansiedad de tipo persecutoria. Klein sostiene que el ser humano posee dos instintos básicos, uno relacionado a la vida o amor y el otro con la muerte u odio. Dos posiciones son las que a Klein le interesan; dichas oscilan en la vida psíquica del niño. Se definen a partir de la relación del niño con el objeto. La primera se desarrolla durante los primeros tres o cuatro meses de vida. Esta es la posición esquizo- paranoide. Y por otro lado, la posición depresiva. Dicha posición comienza entre los cuatro y seis meses. 5.3 Posición esquizo-paranoide Hanna Segal, en su libro “Introducción a la obra de Melanie Klein” (1979): “Klein había puesto el énfasis en los aspectos ideales y persecutorios de la relación de objeto temprana y en un principio la denominó «posición paranoide». En 1942 introdujo la expresión «esquizo-paranoide» para subrayar la coexistencia de la escisión y de la ansiedad persecutoria. Para proporcionar una estructura conceptual a sus muchos criterios y observaciones acerca del desarrollo temprano, utiliza la teoría freudiana de las pulsiones de vida y muerte, a modo de base teórica.” (p. 73) En cuanto a la primera posición y debido al temor que esto conlleva, el niño lleva a cabo técnicas de escisión en el que el odio se proyecta hacia el primero objeto de relación que posee, que es el pecho materno. Éste pasaría a ser el pecho malo y los sentimientos de amor serán proyectados al pecho gratificante, es decir, el pecho bueno. El yo del pequeño se encuentra escindido y el tipo de relaciones que mantiene con los objetos son parciales. Un pecho bueno o un pecho malo que amenaza y que es odiado. Las fantasías que el niño experimenta en este periodo son persecutorias. La relación que revela el yo del niño tendrá una doble significación con respecto del pecho bueno o malo. El primero simboliza la fantasía de ser amado y alimentado, y el pecho malo donde lo que predomina es la fantasía de privación y dolor. Luego de que el niño realiza esta proyección, el pecho bueno y malo son introyectados en la psiquis del niño generando ansiedades de tipo intensas y persecutorias. Dicha ansiedad se vive como miedo a la muerte, sería la pulsión de muerte en el individuo; lo vive como el miedo a su propia aniquilación. Debido al yo pobre del niño solo reconoce contenidos separados.
El yo del niño esta expuesto a los conflictos que suceden entre las pulsiones de vida y de muerte. Cuando se confronta a esa ansiedad el yo convierte a la pulsión de muerte en agresión, de este modo, el yo se escinde proyectando al exterior esa parte de la pulsión de muerte colocándola en el objeto original que es el pecho. Este pecho se experimentará como el pecho malo en tanto amenaza, lo cual genera un sentimiento de persecución. Frente a esa ansiedad se instrumentan mecanismos de defensas, dentro de los cuales destacamos la introyección, proyección, escisión, idealización y la identificación proyectiva. La introyección y la proyección son los dos primeros mecanismos que destacamos ya que a través de ellos el yo introyecta lo bueno y por otro lado proyecta al exterior lo malo. También sucede que el yo introyecte lo malo para poder controlar al objeto perseguidor así como también proyecte el objeto bueno al mundo externo para preservarlo de su propia agresión interior. La escisión se da en principio involucrando al yo y al objeto, por ende la primera escisión se da entre el pecho bueno y el pecho malo así como el objeto bueno y el objeto malo. La escisión permite al yo surgir del caos y ordenar experiencias internas y externas. Otro de los mecanismos que podemos mencionar como defensa a la ansiedad del yo es la idealización. El pecho bueno trata de transformarse en su ideal en el que la fantasía del niño es de gratificación. El yo del niño desea poseer al objeto bueno para identificarse con él de manera que rechaza lo indeseable y proyecta en él su libido lo que le sirve para resguardar al pecho bueno de sus ataques reales o fantaseados. Por último, la identificación proyectiva en el que el yo la puede dirigir al objeto malo para controlarlo, a su vez la puede direccionar hacia el objeto ideal, el pecho gratificante, para así evitar la separación. El pasaje de una posición a la otra solo sucede cuando el niño puede disminuir dicha ansiedad y se siente mas seguro con el pecho bueno. Cuando el niño puede experimentar mas vivencias buenas que malas y siente que el objeto ideal predomina por sobre los objetos perseguidores. Es decir, cuando predomina la pulsión de vida por sobre la de muerte. Cuanto más el yo se identifique con el objeto ideal menos son los mecanismos puestos en juego ya que la disociación cede y el yo es capaz de tolerar su agresión y por sobre todo, sentirla como parte de sí. Es a partir de los cuatro hasta los seis o siete meses cuando se van integrando objetos que le permitan superar el estado persecutorio viendo a la madre ya no en forma
5.5 Madre buena – madre mala en los cuentos La madre, aunque la mayor parte del tiempo se presente como protectora puede a su vez, convertirse en una madrastra cruel si es capaz de negarle a su hijo algo que éste desee. Un mecanismo importante a destacar es la disociación, es decir, disociar una persona en dos. Muchos niños necesitan de este tipo de mecanismo para considerar así a sus padres en un doble aspecto: uno benévolo y otro amenazador; sintiéndose sumamente protegido por el primero de ellos. Generalmente en los cuentos hayamos esta disociación de una madre buena, que normalmente esta ausente o muerta, y una madrastra perversa. Le permite al niño preservar una imagen de la madre buena cuando la madre real no lo es además de conservar la cólera y dirigirla solo a la madrastra sin poner en peligro la bondad de la verdadera madre. No debemos olvidar que la considera como a dos personas diferentes. “Mientras que la fantasía de la madrastra cruel conserva, de este modo, la imagen de la madre buena, el cuento también ayuda al niño a que no se sienta destruido al experimentar a su madre como una persona malvada”. (Bettelheim, 1977. p.76) La bruja, es otra creación de la imaginación y el niño le ha otorgado poderes mágicos, al igual que las hadas y los magos que son, en contraposición con la primera, la rencarnación de la madre buena en la infancia y de la madre mala de las crisis edípicas. Dos aspectos son los que podemos resaltar en el personaje de la bruja, por un lado aparece como una madre amorosa que todo lo concede y por el otro, como el ser despreciable que todo lo exige. Comúnmente sucede que el héroe del cuento se encuentra perdido en el bosque y es la bruja que lo atrae con sus poderes con el fin de satisfacerle sus deseos. Luego de concederle, la bruja niega obedecer sus órdenes y se vuelve en contra de él y lo convierte en un animal o en estatua de piedra. Lo priva de la cualidad humana. Podemos establecer una semejanza con la madre preedípica donde concede al niño sus deseos mientras el niño no insista en hacer las cosas a su manera y permanezca simbólicamente ligado a ella. Los “no” se hacen presentes a medida que el niño empieza a reafirmar su personalidad y su voluntad de actuar. Esta mujer, que al principio era la depositaria de toda su confianza, ahora comienza a generar desencantos en el niño. 5.6 El personaje bueno y el personaje malo
El malo siempre es castigado y nunca sale victorioso pero esto no significa que no proporcionen al niño experiencias morales. Si bien no dejan de ser un aspecto importante, el niño se identifica con el héroe ya que le resulta más atractivo las batallas a las que se va enfrentando y las cuales encontramos como resultado el triunfo. “ Además, las elecciones de un niño se basan mas en quién provoca sus simpatías o su antipatía que en lo que está bien o está mal” (Bettelheim, 1977.p.15). Algo a destacar en los cuentos de hadas es la presentación de los personajes, los mismos están muy bien definidos, encontramos la bruja, el dragón, la madrastra malvada como en el caso de Blancanieves; y por otro lado encontramos al héroe. En la mayoría de las historias el malo logra tener el poder pero por un período breve de tiempo, por ejemplo como en el cuento de Cenicienta con sus hermanas; pero pronto esa importancia es arrebatada por el bueno. El bien y el mal viven en un cuerpo, al igual que en la vida real. La única diferencia que podemos destacar es que en los cuentos una persona no es buena y mala al mismo tiempo como si sucede en la vida real. La irrealidad de los finales felices en los cuentos desfigura el mensaje real que se quiere transmitir al niño. La solución que ellos plantean sería que consiguiendo el amor de su amada piensa que pueden escapar de la angustia que lo persigue en toda la historia_._ Un concepto muy importante a destacar es la identidad; la podemos describir como un proceso desde el punto de vista afectivo/emocional y psicológico, y tomamos a los cuentos de hadas ya que estos son fundamentales para su apropiación. El pequeño examinan su propia imagen al enfrentarse a un espejo y se preguntan si lo que esta viendo es una imagen reflejada de él mismo o si hay alguien situado detrás del espejo. Estas interrogantes llevan al mismo a cuestionarse la existencia de polaridades, es decir, fuerzas malignas o benignas y es en los cuentos de hadas que ellos encuentran una respuesta; y el niño toma conciencia de las mismas a medida que la historia avanza. Estas polaridades están bien definidas con personajes claros pero una particularidad es que éstos carecen de nombre, y es por esto que le permite al niño conectarse con la historia, proyectando e identificándose. Esta identificación abarca todas las edades y ambos sexos. La ambigüedad de estos personajes hacen confundir al niño ya que para ellos no hay matices, por ejemplo la madrastra es buena o mala; el niño carece de una personalidad estable capaz de sobreponerse a estos claroscuros de la vida cotidiana. Un motivo que no hay que olvidar es que los cuentos los acercan a respuestas que están más cerca de lo fantástico que de lo real. Bettelheim (1977), propone: