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Orientación Universidad
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Resumen del curso de Linguistica de Ferninand de Saussure, Apuntes de Lengua y Literatura Gallega

Curso de linguistica de Saussure apuntes

Tipo: Apuntes

2018/2019
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Subido el 27/05/2019

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Daiana_Dovis97 🇦🇷

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SAUSSURE
INTRODUCCIÓN
Capítulo I. Ojeada a la historia de la lingüística
La ciencia que se ha constituido en torno de los hechos de lengua ha pasado por tres
fases sucesivas antes de reconocer cuál es su verdadero y único objeto:
Se comenzó por organizar lo que se llamaba la «gramática». Este estudio, está
fundado en la lógica y desprovisto de toda visión científica y desinteresada de la
lengua misma. se propone únicamente dar reglas para distinguir las formas
correctas de las formas incorrectas.
Después apareció la filología, que quiere sobre todo fijar, interpretar, comentar
los textos. La lleva a ocuparse también de la historia literaria, de las costumbres,
de las instituciones, etc. Usa el método que le es propio, que es la crítica.
El tercer período comenzó cuando se descubrió que se podían comparar las
lenguas entre sí. Este fue el origen de la gramática comparada. Todas las lenguas
pertenecen a la misma familia.
Hasta 1870, más o menos, no se llegó a plantear la cuestión de cuáles son las
condiciones de la vida de las lenguas. Se advirtió entonces que las correspondencias que
las unen no son más que uno de los aspectos del fenómeno lingüístico, que la
comparación no es más que un medio, un método para reconstruir los hechos.
La lingüística propiamente dicha, nació del estudio de las lenguas romances y de las
lenguas germánicas. Los estudios románicos inaugurados por Diez —su Gramática de
las lenguas romances data de 1836-1838— contribuyeron particularmente a acercar la
lingüística a su objeto verdadero.
Poco después de 1875, se formó una escuela nueva, la de los neogramáticos. Su mérito
consistió en colocar en perspectiva histórica todos los resultados de la comparación, y
encadenar así los hechos en su orden natural. Gracias a los neogramáticos ya no se vio
en la lengua un organismo que se desarrolla por sí mismo, sino un producto del espíritu
colectivo de los grupos lingüísticos. Al mismo tiempo se comprendió cuán erróneas e
insuficientes eran las ideas de la filología y de la gramática comparada.
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SAUSSURE

INTRODUCCIÓN

Capítulo I. Ojeada a la historia de la lingüística

La ciencia que se ha constituido en torno de los hechos de lengua ha pasado por tres fases sucesivas antes de reconocer cuál es su verdadero y único objeto:

  • Se comenzó por organizar lo que se llamaba la «gramática». Este estudio, está fundado en la lógica y desprovisto de toda visión científica y desinteresada de la lengua misma. se propone únicamente dar reglas para distinguir las formas correctas de las formas incorrectas.
  • Después apareció la filología, que quiere sobre todo fijar, interpretar, comentar los textos. La lleva a ocuparse también de la historia literaria, de las costumbres, de las instituciones, etc. Usa el método que le es propio, que es la crítica.
  • El tercer período comenzó cuando se descubrió que se podían comparar las lenguas entre sí. Este fue el origen de la gramática comparada. Todas las lenguas pertenecen a la misma familia.

Hasta 1870, más o menos, no se llegó a plantear la cuestión de cuáles son las condiciones de la vida de las lenguas. Se advirtió entonces que las correspondencias que las unen no son más que uno de los aspectos del fenómeno lingüístico, que la comparación no es más que un medio, un método para reconstruir los hechos.

La lingüística propiamente dicha, nació del estudio de las lenguas romances y de las lenguas germánicas. Los estudios románicos inaugurados por Diez —su Gramática de las lenguas romances data de 1836-1838— contribuyeron particularmente a acercar la lingüística a su objeto verdadero. Poco después de 1875, se formó una escuela nueva, la de los neogramáticos. Su mérito consistió en colocar en perspectiva histórica todos los resultados de la comparación, y encadenar así los hechos en su orden natural. Gracias a los neogramáticos ya no se vio en la lengua un organismo que se desarrolla por sí mismo, sino un producto del espíritu colectivo de los grupos lingüísticos. Al mismo tiempo se comprendió cuán erróneas e insuficientes eran las ideas de la filología y de la gramática comparada.

Capítulo II. Materia y tarea de la lingüística. Sus relaciones con las ciencias La materia de la lingüística se constituye por todas las manifestaciones del lenguaje humano, no solamente el lenguaje correcto, sino todas las formas de expresión. La tarea de la lingüística es: a. Reconstruir las lenguas madres de cada familia de las lenguas b. Buscar aquello que interviene en todas las lenguas y sacar leyes generales. c. Deslindarse y definirse ella misma. La lingüística tiene conexiones muy estrechas con varias ciencias y los límites que la separan de ellas no siempre se ven con claridad. Esto ocurre con la psicología social, por ejemplo, ya que en el fondo todo es psicológico en la lengua, incluso sus manifestaciones materiales y mecánicas, como los cambios fonéticos; y puesto que la lingüística provee a la psicología social tan preciosos datos ¿no formará parte de ella? Lógicamente, esta relación estrecha que la lingüística tiene con varias ciencias se debe a que las cuestiones lingüísticas interesan a todos aquellos que tienen que manejar textos (historiadores, filólogos, etc.). Más evidente todavía es su importancia para la cultura general: en la vida de los individuos y la de las sociedades no hay factor tan importante como el lenguaje. Sería inadmisible que su estudio no interesara más que a unos cuantos especialistas: de hecho, todo el mundo se ocupa del lenguaje, ya sea poco o mucho.

Capítulo III. Objeto de la lingüística Definir el objeto de estudio de la lingüística es algo sumamente difícil, ya que, a diferencia de otras ciencias que operan con objetos dados de antemano y que se pueden considerar en seguida desde diferentes puntos de vista, no es así en la lingüística. En esta ciencia, el objeto no precede al punto de vista, sino que es el punto de vista el que crea el objeto. Por otro lado, sea cual sea el punto de vista adoptado, el fenómeno lingüístico presenta dos caras que se corresponden, que son el sonido y la articulación bucal, los sonidos no existirían sin el aparato bucal. Así, se puede deducir que:

  • El sonido no es el que hace al lenguaje, es solamente el instrumento de pensamiento, y no existe por sí mismo, ya que necesita de los órganos.
  • El sonido forma con la idea una unidad compleja, fisiológica y mental.
  • El lenguaje tiene un lado individual y un lado social, no se puede concebir el uno sin el otro.

Al dar a la ciencia de la lengua su verdadero lugar en el conjunto del estudio del

lenguaje, hemos situado al mismo tiempo la lingüística entera. Todos los demás elementos del lenguaje vienen por sí mismos a subordinarse a esta ciencia primera, y gracias a tal subordinación todas las partes de la lingüística encuentran su lugar natural.

La actividad del sujeto hablante debe estudiarse en un conjunto de disciplinas que no tienen cabida en la lingüística más que por su relación con la lengua.

El estudio del lenguaje comporta dos partes:

  1. una, esencial, tiene por objeto la lengua, que es social en su esencia, independiente del individuo y su estudio es únicamente psíquico;
  2. (^) la otra, secundaria, tiene por objeto el habla, incluida la fonación, y es psicofísica.

Ambos objetos están estrechamente ligados y se suponen recíprocamente: la lengua es necesaria para que el habla sea inteligible y produzca todos sus efectos; pero el habla es necesaria para que la lengua se establezca. El habla es la que hace evolucionar a la lengua: las impresiones recibidas oyendo a los demás son las que modifican nuestros hábitos lingüísticos. Hay, pues, interdependencia de lengua y habla: aquélla es a la vez el instrumento y el producto de ésta. Pero eso no les impide ser dos cosas absolutamente distintas.

Modo en que se presenta la lengua y el habla:

  • La lengua se presenta a modo de acuñaciones depositadas en cada cerebro más o menos como un diccionario cuyos ejemplares, idénticos, fueran repartidos entre los individuos.
  • El habla es la suma de todo lo que las gentes dicen, y comprende: combinaciones
  • Individuales voluntarias, y actos de fonación también voluntarios, necesarios para ejecutar tales combinaciones.

Cuando se intenta hacer la teoría del lenguaje topamos con una primera bifurcación: hay que elegir entre dos caminos que es imposible tomar a la vez. Se puede conservar el nombre de lingüística para cada una de estas dos disciplinas y hablar de una lingüística

del habla; pero con cuidado de no confundirla con la lingüística propiamente dicha, ésa cuyo objeto único es la lengua. Saussure decide seguir el camino de la lengua.

Capítulo V. Elementos internos y elementos externos de la lengua Nuestra definición de la lengua supone que descartamos de ella todo lo que sea extraño a su sistema, todo lo que se designa con el término de «lingüística externa». Esta lingüística externa se ocupa, sin embargo, de cosas importantes, y en ella se piensa sobre todo cuando se aborda el estudio del lenguaje. Las lingüísticas externas son:

  • En primer lugar, todos los puntos en que la lingüística toca a la etnología, todas las relaciones que pueden existir entre la historia de una lengua y la de una raza o de una civilización. Las dos historias se mezclan y guardan relaciones recíprocas.
  • En segundo lugar hay que mencionar las relaciones entre la lengua y la historia política. Grandes hechos históricos, como la conquista romana, han tenido una importancia incalculable para un montón de hechos lingüísticos. La colonización transporta un idioma a medios diferentes, lo cual entraña cambios en ese idioma. La política interior de los Estados no es menos importante para la vida de las lenguas: ciertos gobiernos, como el suizo, admiten la coexistencia de varios idiomas; otros, como Francia, aspiran a la unidad lingüística.
  • En tercer lugar, las conexiones de la lengua con las instituciones de toda especie, la Iglesia, la escuela, etc. La lengua literaria sobrepasa por todas partes los límites que parece trazarle la literatura: piénsese en la influencia de los salones, de la corte, de las academias. Por otra parte, aquí se plantea la gran cuestión del conflicto que se alza entre la lengua literaria y los dialectos locales. El lingüista debe también examinar las relaciones de la lengua de los libros y de la lengua corriente; pues toda lengua literaria, producto de la cultura, llega a deslindar su esfera de existencia de la esfera natural, la de la lengua hablada.
  • Por último, todo cuanto se refiere a la extensión geográfica de las lenguas y a su fraccionamiento dialectal cae en la lingüística externa. El fenómeno geográfico está tan estrechamente asociado con la existencia de toda lengua; y, sin embargo, la geografía no toca al organismo interno del idioma. El estudio de todos estos fenómenos lingüísticos externos es muy fructífero; pero es falso decir que sin ellos no se pueda conocer el organismo lingüístico interno. La mejor prueba es que cada uno de ellos crea un método distinto. La lingüística externa puede amontonar detalle sobre detalle sin sentirse oprimida en el torniquete de un

Se olvida que se aprende a hablar antes que a escribir, y la relación natural queda invertida. Existen dos sistemas de escritura:

  1. El sistema ideográfico, en el cual la palabra está representada por un signo único y ajeno a los sonidos de que se compone (la escritura china).
  2. El sistema llamado «fonético», que aspira a reproducir la serie de sonidos que se suceden en la palabra. Causas de desacuerdo de la grafía y la pronunciación:
  • Primero, la lengua evoluciona sin cesar, mientras que la escritura tiende a quedar inmutable. De aquí que la grafía acabe por no corresponder ya a lo que debe representar.
  • En muchos casos, se han conservado grafías que ya no tienen razón de ser. En francés por ejemplo, se escribe mais y fait lo que los franceses pronuncian mè y f è.
  • Cuando un pueblo toma de otro su alfabeto, suele suceder que los recursos de ese sistema gráfico no se adaptan bien a la nueva función; entonces hay que recurrir a expedientes: por ejemplo, hay que servirse de dos letras para designar un solo sonido. Es el caso para la z (castellana actual]) de las lenguas germánicas: como el alfabeto latino no ofrecía ningún signo para representarla, se la representó con th.

Saussure denomina “inconsecuencias de la escritura” a las irregularidades que plantea la regla general de que a cada fonema le corresponde un grafema diferente. Puede suceder que un mismo fonema se corresponda con dos grafemas distintos como sucede con el fonema /b/ que en ciertos vocablos se escribe con “b” ( burro ) y en otros con “v” ( vaca ). O también puede pasar que un mismo grafema se corresponda con dos fonemas juntos (el grafema X se representa con /KS/); el grafema “h” que no representa a ningún fonema, etc.

La conclusión evidente de todo esto es que la escritura vela y empaña la vida de la lengua. Bien lo muestra la ortografía de la palabra francesa oiseau, donde ni uno solo de los sonidos de la palabra hablada (wazó) está representado por su signo propio: de la imagen de la lengua no queda nada.

Lo que fija la pronunciación de un vocablo no es su ortografía, es su historia. Lo único que hay que considerar, y lo que más se olvida, es la ascendencia de la palabra, su etimología.

Capítulo VII. La fonología El primer paso hacia la verdad es el estudio de los sonidos por los sonidos mismos. Fonología – fonética: La fisiología de los sonidos se suele llamar fonética. Este término nos parece impropio, y lo reemplazamos por el de fonología.

  • La fonética es ciencia histórica, que analiza acontecimientos, transformaciones, y se mueve en el tiempo. La fonología está fuera del tiempo, ya que el mecanismo de la articulación queda siempre semejante a sí mismo.
  • La fonética es una de las partes esenciales de la ciencia de la lengua. la fonología, en cambio, no es más que una disciplina auxiliar y no se refiere más que al habla. La escritura fonológica Una escritura fonológica debe procurar representar con un signo cada elemento de la cadena hablada. Sin embargo, no siempre se tiene en cuenta esta exigencia. Queda la cuestión de la lectura. Se lee de dos maneras: la palabra nueva o desconocida la deletreamos letra a letra; pero la palabra usual y familiar se abarca de una sola ojeada, la imagen de esa palabra adquiere para nosotros un valor ideográfico. El testimonio de la escritura sólo tiene valor a condición de ser interpretado. Cada lengua opera con un número determinado de fonemas bien diferenciados. La única realidad que interesa al lingüista es este sistema. Los signos gráficos no son más que la imagen cuya exactitud hay que determinar. Recursos que utilizamos para establecer el sistema fonológico:
  1. Los indicios externos, sobre todo el testimonio de los coetáneos que han descrito los sonidos y la pronunciación de la época. Pero esta fuente de información es muy poco segura, porque las descripciones se hacen con términos azarosos, sin rigor científico.
  2. Se pueden encontrar enseñanzas más seguras combinando estos primeros datos con los indicios internos, que clasificaremos en dos rúbricas: a. Indicios sacados de la regularidad de las evoluciones fonéticas. Cuando hay que determinar el valor de una letra, es muy importante saber qué es lo que ha sido en una época anterior el sonido que representa. Si, además del punto de partida,

sistema es inmutable; sólo sufren alteración ciertos elementos, sin atención a la solidaridad que los ata al conjunto.

Debido a la multiplicidad de signos, surgen dos ramas de la lingüística: sincrónica y diacrónica.

  • Sincronía: estudio de la lengua de acuerdo al aspecto estático.
  • Diacronía: fase de evolución de la lengua

La lengua es un sistema en el que todas las partes pueden y deben considerarse en su solidaridad sincrónica. El aspecto sincrónico prevalece sobre el otro, ya que para la masa hablante es la verdadera y única realidad.

Los métodos de cada orden difieren de dos maneras:

  • La sincronía no conoce más que una perspectiva, la de los sujetos hablantes, y todo su método consiste en recoger su testimonio; para saber en qué medida una cosa es realidad será necesario y suficiente averiguar en qué medida existe para la conciencia de los sujetos hablantes.
  • La lingüística diacrónica, por el contrario, debe distinguir dos perspectivas: una prospectiva, que siga el curso del tiempo, la otra retrospectiva, que lo remonte: de ahí un desdoblamiento del método. El estudio sincrónico no tiene por objeto todo cuanto es simultáneo, sino solamente el conjunto de hechos correspondientes a cada lengua; según lo requiere la necesidad, la separación iráhasta los dialectos y subdialectos, Si se habla de ley en sincronía, es en el sentido de orden y arreglo, de principio de regularidad, la diacronia supone, por el contrario, un factor dinámico por el cual se produce un efecto, un algo ejecutado.
  • Resumiendo: los hechos sincrónicos presentan cierta regularidad, pero no tienen carácter alguno imperativo; los hechos diacrónicos, por el contrario, se imponen a la lengua, pero nada tienen de general. CONCLUSIÓN: La lingüística sincrónica se ocupará de las relaciones lógicas y psicológicas que unen términos coexistentes y que forman sistema, tal como aparecen a la conciencia colectiva. La lingüística diacrónica estudiará las relaciones que unen términos sucesivos no percibidos por una misma conciencia colectiva, y que se reemplazan unos a otros sin formar un sistema entre sí.

Generalidades de la lingüística sincrónica:

  • El objeto de la lingüística sincrónica general es establecer los principios fundamentales de todo sistema idiosincrónico, los factores constitutivosde todo estado de lengua.
  • Todo lo que se llama «gramática general» pertenece a la sincronía, pues solamente por los estados de lengua se establecen las diferentes relacionesque incumben a la gramática.
  • Se podría decir también que la lingüística estática se ocupa de épocas; pero estado es preferible; el comienzo y el fin de una época se señalan generalmente por alguna revolución más o menos brusca que tiende a modificar el estado de cosas establecido.

Entidades concretas: son los signos lingüísticos y sus relaciones.

Principios:

  • (^) La entidad lingüística no existe más que gracias a la asociación del significante y del significado.
  • La entidad lingüística no está completamente determinada más que cuando está deslindada, separada de todo lo que la rodea en la cadena fónica. Estas entidades deslindadas o unidades son las que se oponen en el mecanismo de la lengua.

Método de delimitación : quien posee una lengua deslinda sus unidades con un método muy sencillo, por lo menos en teoría. Tal método consiste en colocarse en el habla, mirada como documento de lengua, y representarla con dos cadenas paralelas, la de los conceptos y la de las imágenes acústicas.

CONCLUSIÓN: La lengua presenta, pues, el extraño y sorprendente carácter de no ofrecer entidades perceptibles a primera vista, sin que por eso se pueda dudar de que existan y de que el juego de ellas es lo que la constituye.

Valores

El valor de todo término está determinado por lo que lo rodea. Cuando se dice que los valores corresponden a conceptos, se sobreentiende que son puramente diferenciales,

Las solidaridades sintagmáticas : casi todas las unidades de la lengua dependen de lo que las rodea en la cadena hablada, y de las partes sucesivas de que ellas mismas se componen. Es un producto, una combinación de dos elementos solidarios, que sólo tiene valor por su acción recíproca en una unidad superior. La totalidad vale por sus partes, las partes valen también en virtud de su lugar en la totalidad, y por eso la relación sintagmática de la parte y del todo es tan importante como la de las partes entre sí.

Entre los agrupamientos sintagmáticos, así constituidos, hay un lazo de interdependencia; se condicionan recíprocamente. En efecto, la coordinación en el espacio contribuye a crear coordinaciones asociativas, y éstas a su vez son necesarias para el análisis de las partes del sintagma.

Signo relativamente motivado

El principio fundamental de lo arbitrario del signo no impide distinguir en cada lengua lo que es decir inmotivado, de lo que no lo es más que relativo. Sólo una parte de los signos son absolutamente arbitrarios; en otros interviene un fenómeno que permite reconocer grados en lo arbitrario sin suprimirlo: el signo puede ser relativamente motivado. La noción de lo relativamente motivado implica:

  1. El análisis del término dado, por consiguiente, una relación sintagmática;
  2. La evocación de uno o varios términos, por consiguiente una relación asociativa.

No es esto otra cosa que el mecanismo por el que un término cualquiera se presta para la expresión de una idea. Hasta aquí las unidades se nos aparecen como valores, es decir, como elementos de un sistema, y nosotros las hemos considerado sobre todo en sus oposiciones; ahora reconocemos las solidaridades que los atan; solidaridades que son de orden asociativo y de orden sintagmático; ellas son las que limitan lo arbitrario.

La gramática y sus divisiones

La gramática estudia la lengua como sistema de medios de expresión; quien dice gramatical dice sincrónico y significativo. Incorpora a la morfología, sintaxis y lexicología.

  • Desde un aspecto asociativo, se puede decir que la suma de clasificaciones conscientes y metódicas hechas por el gramático que estudia un estado de lengua

debe coincidir con la suma de las asociaciones, conscientes o no, puestas en juego en el habla. Ellas son las que fijan en nuestro espíritu las familias de palabras, los paradigmas de la flexión, los elementos formativos: radicales, sufijos, desinencias, etc. Asociaciones del mismo orden, pero más amplias todavía, unen todos los sustantivos, adjetivos, etc., y fijan la noción de las partes de la oración. Las entidades abstractas descansan siempre en entidades concretas. Ninguna abstracción gramatical es posible sin una serie de elementos materiales que le sirvan de substrato, y a esos elementos es a los que hay que volver siempre, a fin de cuentas. Lingüística diacrónica Generalidades La lingüística diacrónica estudia las relaciones entre términos sucesivos que se sustituyen unos a otros en el tiempo. La fonética es el primer objeto de la lingüística diacrónica. Los cambios fonéticos El cambio fonético no afecta a las palabras, sino a los sonidos. Lo que se transforma es un fonema: suceso aislado, como todos los sucesos diacrónicos, pero que tiene por consecuencia el alterar de manera idéntica todas las palabras donde figure el fonema en cuestión; y en este sentido los cambios fonéticos son absolutamente regulares. Los fenómenos fonéticos están ligados a condiciones determinadas: no es la especie fonológica la que se transforma sino el fonema tal como se presenta en ciertas condiciones de contexto, de acentuación, etc.

  • Fenómenos fonéticos espontáneos: cuando se producen por una causa interna,
  • Fenómenos fonéticos combinatorios: cuando resultan de la presencia de otro o de otros fonemas.

Para distinguir bien lo que es espontáneo de lo que es combinatorio, hay que analizar las fases de la transformación y no tomar el resultado mediato por el inmediato. Si se intenta valuar el efecto de esos cambios, se ve en seguida que es ilimitado e incalculable, es decir, que no se puede prever dónde se detendrán.

La palabra recibe una interpretación nueva sin que cambie su forma.

La etimología popular no actúa, pues, más que en condiciones particulares y no afecta más que a las palabras raras, técnicas o extranjeras, que los sujetos asimilan imperfectamente.

La aglutinación

La aglutinación consiste en que dos o más términos originariamente distintos, pero que se encuentran juntos frecuentemente en sintagma en el seno de la oración, se sueldan en una unidad absoluta o difícilmente analizable. Entonces, la aglutinación es la la síntesis de los elementos del sintagma en una unidad nueva.