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La ruptura del tendón de Aquiles, es el desgarramiento en fibras longitudinales irregulares de la unión musculotendinosao cerca de la inserción del calcáneo, representa el tercer lugar en la ruptura de los tendones mayores, después de las lesiones del manguito rotador y el cuadríceps. Desde la Grecia antigua ya se conocía esta patología, en guerreros y soldados. Ambrosie Paré, en 1575, fue el primero en describir la ruptura del tendón de Aquiles. En 1882 Maydl describió por primera vez la ruptur
Tipo: Diapositivas
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Universidad de Antofagasta Facultad Ciencias de la salud Carrera de Kinesiología
Alumna Interna:
Catherine Casanova U.
Profesor guía:
Klgo. Mauricio Herrera
ANTOFAGASTA - CHILE
Ruptura del Tendón de Aquiles
Introducción
La ruptura del tendón de Aquiles, es el desgarramiento en fibras longitudinales irregulares de la unión musculotendinosao cerca de la inserción del calcáneo, representa el tercer lugar en la ruptura de los tendones mayores, después de las lesiones del manguito rotador y el cuadríceps. Desde la Grecia antigua ya se conocía esta patología, en guerreros y soldados. Ambrosie Paré, en 1575, fue el primero en describir la ruptura del tendón de Aquiles. En 1882 Maydl describió por primera vez la ruptura del tendón de Aquiles en un alpinista. Albercht, en 1924, y Silversjold, en 1942, reportaron lesiones atléticas similares en bailarines, corredores y tenistas.
La ruptura del tendón de Aquiles, es una lesión de pacientes en edad productiva, se presenta en pacientes sedentarios, que han reanudado su actividad deportiva, sin previo calentamiento, estiramiento. Es frecuente después de la tercera década de vida. Si es reparado adecuadamente, la reincorporación al deporte es de 100%. El diagnóstico es difícil porque el deportista a veces continúa caminando. La flexibilidad y elasticidad del tendón es primordial para los atletas, ya que evita la ruptura del tendón.
Anatomía
Los músculos gastronemios se unen al sóleo en su porción distal para insertarse en el calcáneo formando el denominado Tendón de Aquiles. Los músculos gastronemios tienen la particularidad de ser biarticulares, es decir que sobrepasan dos articulaciones (la rodilla y el tobillo). La disposición de este grupo muscular bajo una extrema y rápida contracción excéntrica (rodilla en extensión y tobillo en dorsiflexión) produce una sobrecarga de distracción, la cuál ha sido referida como causante de la disfunción del tendón
En las áreas medias del tendón (lejos de sus sitios de inserción distal), éste rota internamente antes de llegar al hueso, es decir, que las fibras más posteriores se vuelven externas. Todo lo anterior resulta en un torque de tensión localizado, que puede ser el causante del proceso traumático.
El tendón está rodeado de una estructura denominada paratendón y no posee vaina sinovial. El paratendón es un tejido conectivo periten-dinoso que rodea por entero al tendón. Esta vaina peritendinosa consta de dos hojas: una interna o visceral y una externa o parietal, y que presenta ocasionalmente puentes o uniones entre ellas, denominadas mesotendones. Cuando existe fluido sinovial entre las dos hojas, se le denomina tenosinovia; si no, se le denomina tenovagina. El paratendón ha sido involucrado dentro del proceso patológico. Kvist 49, encontró severos cambios metabólicos en la peritendinitis con una proliferación de células miofibroblásticas patológicas.
El tendón se inserta distalmente en la porción inferior del calcáneo en la tuberosidad postero-superior. La bursa retrocalcánea es una estructura lubricadora normal, localizada entre el tendón y el hueso proximalmente a su inserción, existiendo frecuentemente una segunda bursa de ubicación subcutánea entre el tendón y la piel y que puede igualmente verse comprometida. Por lo tanto, las bursas como la tuberosidad calcaneana estarían involucradas como procesos inflamatorios en la disfunción distal del tendón.
La tuberosidad postero-superior del calcáneo puede encontrarse marcadamente prominente, lo que ha sido denominado como Deformidad de Haglund. Esta prominencia ósea asociada a una inflamación crónica de la bursa retrocalcánea puede mecánicamente horadar y químicamente erosionar el tendón de Aquiles en su inserción.
Suplencia sanguínea del tendón de Aquiles
La circulación del Tendón de Aquiles ha sido ampliamente estudiada identificando la anatomía microvascular así como las áreas de menor irrigación como "zonas de riesgo", en donde se presentan con mayor frecuencia las alteraciones inflamatorias seguidas de procesos degenerativos que predisponen a rupturas.
Carr y Norris , encontraron que el número de vasos sanguíneos varía a través de la longitud del tendón. Apreciaron que la mayor circulación se encuentra en el aspecto distal en su inserción en el calcáneo y que los vasos comienzan a disminuir tanto en número como en distribución a medida que el tendón de aleja de su inserción (4 cms. de distancia).
disfunciones del tendón de Aquiles distales, en el calcáneo. El pie pronado ejerce una fuerza rotacional interna a la tibia, mientras que la rodilla ejerce una fuerza de rotación externa a la tibia, por lo tanto, durante la fase media de apoyo el pie queda pronado por un período relativo durante el ciclo de la marcha. Así, mientras el pie queda pronado excesivamente, va ocurriendo extensión progresiva de la rodilla y el tendón de Aquiles sumará una fuerza inusual secundaria a estas fuerzas rotacionales contrarias. Estos autores, anotan que el sobre-entrenamiento lleva a una fatiga de los músculos de la pantorrilla con depleción del glicógeno almacenado y con un estiramiento excesivo se producirán microrup-turas del tendón. Para ellos, el 75% de sus casos de disfunción aquiliana, fueron debidos directamente a errores de entrenamiento.
James , definió "La carga de impacto acumulada del miembro inferior" como el producto de tres factores o principíos biomecánicos críticos, los cuales son requeridos para el adecuado funcionamiento de la extremidad:
Una excesiva o prolongada pronación durante la fase de apoyo, podría entonces impartir fuerzas de tensión aumentadas a todas las estructuras que soportan el pie. Es así, que una torsión tibial incrementada, trasmitirá más tensión rotacional a través de la rodilla. De ahí, que estos autores recomiendan el uso de ortesis para el control de la pronación final del pie, con lo cual se alivian las fuerzas de tensión.
Igualmente, la flexibilidad de las estructuras que conforman el tendón de Aquiles, juega para ellos factor importante en la prevención de la irritación e inflamación del paratendón y la cascada de efectos que le siguen. Por ello, el mantenimiento de la flexibilidad del Aquiles es una estrategia para prevenir la tendinopatía.
Epidemiología y comorbilidad
No existe un registro nacional para determinar la incidencia de esta patología, sin embargo, en Estados Unidos se ha estimado entre 7 y 18/100.000, constituyéndose en la tercera ruptura tendínea más frecuente luego del manquito rotador y el cuádriceps. Es más frecuente en hombres (1.3 a 19:1) entre los 30 y 50 años y al lado izquierdo (extremidad utilizada más frecuentemente en el rechazo). Existe una relación hombre:mujer 2:1 a 12:1. Se menciona que las
lesiones se asocian a actividad laboral, en estudios recientes indican que el 75% de la ruptura del tendón del Aquiles ocurre en atletas, en personas entre los 30 y 40 años de edad, que es más común en ciudades donde el trabajo es sedentario y disminuye marcadamente en el trabajo físico
Etiología
La etiología de las rupturas espontáneas del tendón deAquiles continúa siendo desconocida, pero las causas pueden ser simples o multifactoriales. Tres factores han sido involucrados en predisponer a un individuo a sufrir esta lesión.
Los factores de riesgo
Clasificación de lesión
Existen diferentes tipos de lesión, ya sea parcial o completa, de acuerdo al tiempo de evolución pueden ser: recientes, crónicas o inveteradas que son aquéllas mayores de 2 semanas de evolución cuando la ruptura es vieja, el tendón se retrae y el espacio entre los extremos rotos es ocupado por tejido cicatrizal y es difícil su reparación.
Valoración clínica
La valoración clínica del tendón debe contemplar la búsqueda intencionada de los siguientes signos.
Métodos de diagnóstico
Otros métodos auxiliares en el diagnóstico de la ruptura del tendón de Aquiles son:
2.- Tratamiento quirúrgico
El tratamiento ideal en las rupturas del tendón de Aquiles es el quirúrgico que puede ser de 2 maneras: abierto o percutáneo. El tratamiento percutáneo es técnicamente más demandante por lo que se realiza sólo en algunos centros. Estéticamente es mejor que el abierot pero se han reportado atrapamientos del nervio sural hasta en un 13% de los casos por lo que se ha inclinado, en general, al tratamiento abierto. Existen numerosas alternativas de tratamiento quirúrgico abierto y se ha intentado comparar los resultados entre las distintas técnicas quirúrgicas y los distintos materiales utilizados para la tenorrafia sin lograr conclusiones que apoyen a uno u otro. Las técnicas más comúnmente utilizadas son el punto tipo Kessler modificado o Bunnel con un material no reabsorbible. Si no existe un buen lecho para hacer la reparación se puede utilizar el tendón plantar delgado, flexor largo del hallux o el flexor largo de los dedos para reforzarlo. Los índices de reruptura del tendón con este tipo de tratamiento son los más bajos y, en general, son inferiores al 3%. En el postoperatorio se debe inmovilizar el tobillo en equino leve por 2 semanas sin carga, neutro por 2 semanas sin carga y, finalmente, en neutro con carga progresiva por 2 semanas para, posteriormente, recibir terapia kinésica.
Tratamiento kinésico
El proceso de reahabilitación debe seguir los siguientes pasos:
La fase de la inflamación finalizara una vez que se inicie la formación de tejido de granulación. Es en este momento cuando comienza el proceso adherencial y cicatricial parcial que aumenta la limitación funcional.
La actividad fibroblástica se iniciará cuando comience la fase reparativa. En este momento existe una gran actividad celular.
Le sigue la fase de remodelación produciendose la reorientación de la celularidad y por lo tanto, de las fibras colágenas. El movimiento restringido o libre, proporsional a mejor remodelación, Siendo la cicatriz aún débil, este movimiento debe ser procurado dentro de parámetros de limitación en cuanto a duración, intensidad y frecuencia (estrés controlado y vigilado).
Es bien conocido, que la inmovilización tiene efectos perjudiciales para el proceso de cicatrización en un tendón o músculo, comprometiendo su capacidad de resistencia. No así el movimiento controlado y vigilado, además de permitir la organización celular, promueve el aumento de la resistencia del tendón con disminución en la formación de adherencias.
Soma y Mandelbaum, presentan un protocolo de rehabilitación para las lesiones reparadas del tendón de Aquiles, insistiendo en la importancia de una progresión cíclica y no escalonada, para evitar el sobreuso como factor etiológico del problema y como inductor de la recaída o recidiva del dolor. Sin embargo, su protocolo puede ser considerado como retardado, par la efectiva y temprana rehabilitación de un paciente, principalmente si es atleta. No existen y no deben existir protocolos de rehabilitación retardados o acelerados; deben existir protocolos individuales que garanticen de manera personal las consecuencias de los logros esperados en cada paciente.
Fase 1: inflamación
Hielo: Su uso está indicado principalmente par el control de la inflamación. Además, por su efecto contrairritante sobre las terminaciones nerviosas periféricas, produce inhibición del dolor, mediante estimulación en la liberación de
comprometida. El ultrasonido 8fonoforesis) y la corriente galvánica (iontoforesis) aplicados de forma aislada o complementándose parece ser un excelente recurso terapéutico.
Laserterapia: El láser de baja potencia de helineón, tine una buena indicación en estas primeras etapas como antiinflamatorio, y el arsenuriogalio (infrarrojo) para el control del dolor. Cuando lo indicamos, preferimos no utilizar ambos láseres en la misma sesión para no inhibir sus efectos biológicos.
En la presencia de calcificacionesintratendinosas, es preferible no utilizar el helio- neón, por su efecto eutrófico y el riesgo de incrementar el tamaño de la misma.
2. Ortesis: de acuerdo a la evaluación clínica previa sobre el alineamiento mecánico del tobillo y del pie, deben formularese los respectivos soportes ortésicos correctivos (principalmentoe ante la presencia de pie pronado).
El uso de plantillas con realces en el talón, puede ser de ayuda en las primeras fases del tratamiento. No deben prolongarse en su uso, pues contribuyen a perpetuar la retracción de los gastronemios.
El uso de soportes externos comprensivos elásticos, no estan indicados pues suman un factor de trauma externo al problema. En los casos de síndromes flebíticos posinmvilización, alteraciones venosas periféricas o profundas o alteraciones de drenaje linfático puede indicarse preferiblemente medias de soporte venoso.
3. Movilización Manual: Puede estar indicado el masaje digital suave, el cual tiene un efecto estimulativo y sedativo, además de producir movilización en el tejido cicatricial. El masaje depletivo, también se indica para el drenaje del edema. 4. Soporte de carga: rara vez se impide el apoyo libre al paciente. Si se han controlado las deficiencias biomecánicas respectivas del miembro inferior, el apoyo debe permitirse, pues es la mejor manera de mantener y procurar la capacidad de respuesta propioceptiva de la extremidad. La respuesta involuntaria de los estabilizadores secundarios (músculos), cuando existe una alteración funcional en una articulación, previene la suplencia y sustitución, que en la mayoria de los casos retardan la recuperción funcional del paciente.
Se instruye al paciente sobre soporte de carga y traslados de peso a la extremidad contralateral, para disminuir carga y tiempo en el pie afectado.
La actividad de escaleras se reintruye, indicando al paciente al apoyo total en el paso de escalón para el ascenso. En las fases iniciales, el ascenso debe hacerse de paso a paso y no entre pasos y siempre debe ascender primero el pie afectado,
para no dejar atrás el mismo cuando se realiza al contratrio, lo cual produce un sobreestiramiento de las estructuras de la pantorrilla.
5. Ejercició terapéutico
Flexibilidad: Desde esta primera fase iniciamos con un programa de flexibilidad para los gastronemios. La mayoria de pacientes presentan retracción de la musculatura flexora de la rodilla, la pierna y el tobillo. Realizamos una valoración funcional y de retracción pretratamiento. En esta fase esta indicado enl trabajo de estiramiento activo, con rodilla flejada. Utilizando técnicas de facilitación neuromuscular propioceptiva, en una articulación dolorosa se indica preferiblemente el estiramiento seguido de relajación. A medida que progresan las fases de la rehabilitación y el solor es controlado, el estiramiento va seguido de relajación con contracción de los antagonistas (dorsiflexores del pie).
Arcos de Movimiento: Deben mantenerse si no hay pérdida o ganarse proporsionalmente a madida que avanza este proceso de rehabilitación. Debe valorarse la movilidad del tobillo y del retropie(articulación subastragalina). El trabajo activo para el tobillo debe ser vigilado y controlado siempre a favor de la gravedad en las fases iniciales. La eversión y la inversión en la subastragalina, pueden ser restituidas con ejercicios activos asistidos desde las fases iniciales. La progresiva ganancia en la flexibilidad del tendón de Aquiles, permite consecuentemente la restitución del movimiento subastragalino, y no al contrario.
Fortalecimiento: Se puede considerar que un músculo retraido es un músculo fuerte y esto no es cierto. Las tendinopatias del Aquiles se ven acompañadas de debilidad no sólo de los gastronemios y del sóleo, sino también de los antagonistas, lo cual causará la mayor disfunción biomecánica del tobillo. El dolor procura la sustitución en el patron de marcha tanto en la fase de apoyo, como en la de despegue. Por lo tanto el fortalecimiento isométrico inicial es necesario para garantizar una contracción entre agonistas y antagonistas, con contracción armoniosa, efectiva y económica.
Fase II: reparación
1. Electrotermoanalgesia: Utilizada con las mismas indicaciones que en la fase I, de acuerdo a evolución y control progresivo del dolor y la inflamación. 2. Hidroterapia: En esta fase el trabajo subacuatico tiene gran oimportancia, pues la actividad contra la presión hidrostátca y los ejercicios en contra de la línea de flotación favorecen el fortalecimiento muscular. El hidromasaje suave o en baño de remolino contribuye al drenaje del edema y a la movilización del tejido cicatricial.
Calor: El aumento de la temperatura local contribuye al aumento del metabolismo, lo cual favorese los procesos de remodelación. El uso de calor humedo y de rayos infrarrojos tienen además de un efecto sedativo, un efecto reparador tisular. Está indicado cuando el edema se ha controlado.
2. Hidroterapia: Se continúan los ejercicios de flexibilidad subacuáticos y se inician ejercicios de fortalecimiento con flotadores en contra de la línea de flotración. 3. Ortesis: se continúan las mismas medidas de control externo. 4. Movilización Manual: el dígito-masaje suave contribuyendo a la reorientación de las fibras colágenas y disminuye las adherencias alrededor del tendón. Igualmente, libera adherencias entre el tendón y el peritendón. 5. Soporte de carga: Se inicia la corrección del patrón de marcha, retirando el traslado de peso del miembro contralateral y aumentando la carga sobre el pie afectado. Se corrige el patrón y las sustituciones. Se incrementa la flexión de la rodilla homolateral para disminuir el efecto de resorte del talón al piso durante la fase de despegue (fuerza de reacción y carga). 6. Ejercicio terapéutico:
Flexibilidad : Se intensifican las series, los tiempos y las frecuaencias (según tolerancia y respuesta progresiva) de los ejercicios aplicados en la fase II.
Se inician ejercicios de cadena cinética cerrada con balancín acondicionado (Step Stretch), el cual permite el trabajo de flexibilidad tanto para el tendón de Aquiles cmo para los antagonistas. Se trabaja sincrónicamente fortalecimiento de los mismos grupos musculares, lo sual evita el arrastre muscular durante el estiramiento y el riesgo de lesiones. También, permite el trabajo de coordinación y equilibrio, condiciones que se encuentran alteradas en todo pasiente con una lesión osteomusculoarticular crónica. Véase Fotos 1 y 2.
Trabajo dimultáneo de flexibilidad, fortalecimiento coordinación y equilibrio balancín acondicionado (step stretch). Vista lateral.
Trabajo simultáneo de flexivilidad, fortalecimiento coordinación y equilibrio balancín acondicionado (step sretch). Vista posterior.
Arcos de movimiento: Se mantiene la movilidad articular conseguida, la cual es monitoreada periódicamente por test asticular.
Fortalecimiento: Se continúa el mismo diseño de ejercicios que en la fase II, incrementando las series, intensidad, duración y frecuencia. Se contraindica el uso de la bicicleta por perpetuar la retracción muscular de los flexores de cadera, isquiotibiales y gastrosóleos.
Fase IV: maduración de la cicatriz
Nombre: xxxxxxxxx xxxxxxxx Nº de ficha: XXXXXXX Edad: 29 años. Sexo: Masculino Fecha de nacimiento: 20 de agosto de 1978. Domicilio:xxxxxxxx. Estado civil: soltero. Ocupación: estudiante de ing. ejecución electrónica. Previsión: FONASA Tramo B Fecha de ingreso: 02/10/ Servicio: Semda. Diagnostico médico: ruptura con reconstrucción del tendón de Aquiles
Paciente refiere que hace más de 2 años y 6 meses aproximadamente, realizando práctica deportiva sintió un fuerte golpe y dolor en la zona del 1/3 distal de la