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Se regalan dudas PDF, Esquemas y mapas conceptuales de Derecho

Se regalan dudas pdf akkwkskajskkaks

Tipo: Esquemas y mapas conceptuales

2019/2020

Subido el 19/09/2023

shantal-maldonado
shantal-maldonado 🇻🇪

4.7

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¡Descarga Se regalan dudas PDF y más Esquemas y mapas conceptuales en PDF de Derecho solo en Docsity!

A nuestras madres por ser mujeres valientes, por traernos al mundo y contestar nuestras primeras dudas. Y a nuestros padres que han sido siempre un puerto seguro mientras encontramos las respuestas.

Prólogo

¿Qué es lo que hace que Se Regalan Dudas tenga hoy una comunidad de millones de escuchas alrededor de todo el mundo?

Yo conocí a Lety y a Ashley el 17 de octubre de 2019, el día en que grabamos juntos un episodio. Jamás me imaginé, y supongo que ellas tampoco, que la conversación tan íntima que tuvimos los tres ese día, donde hablamos de nuestra vergüenza, de nuestro camino para encontrar el amor propio, de partes de nosotros que juzgábamos incorrectas, de nuestro perfeccionismo y de los estándares que perseguíamos en nuestra vida para ser aceptados, iba a ser la primera de muchas más conversaciones que existirían en el futuro. Casi un mes después de aquel encuentro, me convertí en su coach y tuve la oportunidad, por dos meses enteros, de conocer las partes más sagradas, íntimas y profundas de su historia. Y así fue como pude encontrar la respuesta a esta duda.

Desde el día uno que empezamos a trabajar pude ver la seriedad con la que ambas se toman su trabajo interno. Pude ver lo comprometidas que estaban en querer expandir su conciencia y en sanar su historia con la vergüenza que habían experimentado en su vida. No quedaba duda de que tenía frente a mí a dos mujeres con una misión muy especial en esta vida, y que estaban siendo congruentes y consecuentes con la misma. Vi a dos mejores amigas que estaban siempre dispuestas a escucharse con humildad y con compasión, ya

¿Cómo empieza

nuestra historia?

Nos conocimos casi desde que nacimos. Lety llegó unos meses antes a la Tierra y Ashley al principio del siguiente año. Dicen por ahí que existen grupos de almas que viajan por el universo sin separarse tanto, para así poder reencontrarse cuando es momento de bajar a una nueva vida. Estamos seguras de que nuestra historia es algo parecido.

Durante nuestra niñez nos cruzábamos. Nuestros abuelos fueron mejores amigos y nuestras abuelas jugaron canasta juntas hasta que no estuvieron más por aquí. Crecimos viendo el mismo mar, ese desde el que hoy escribimos. Pero no nos reencontramos hasta que éramos unas adolescentes confundidas, y luego jamás nos volvimos a soltar. Quienes nos conocen saben que, a estas alturas, podemos leernos la mente y la mirada. Somos nuestra mejor guía. Hemos ido y venido juntas por la vida. Siempre compartiendo todo: familia, dinero, amigos, espacios, calcetines, risas, comida, llantos, corazones rotos, las ganas de no poder estar quietas y nuestro amor incomprensible por el reguetón. No sabríamos cómo explicarlo, pero es como si nos hubieran repartido habilidades sabiendo que íbamos a estar juntas y entonces una dicta, mientras que la otra escribe; una tiene dislexia y la otra ganó un concurso de ortografía; una llora cuando la otra abraza; una corre, la otra sostiene; una duerme, la otra amanece

antes de que salga el sol.

El otro día pensábamos que de algo tenía que haber servido tanta intensidad con la que nacimos, cuestionamos y nos amamos. No es muy común encontrar conexiones así, y en aquel entonces no sabíamos que esto nos llevaría a crear Se Regalan Dudas, un proyecto que empezó como un podcast y que terminó por darle sentido y propósito a nuestras vidas. Jamás imaginamos poder pasar semanas frente a ese mismo mar en el que crecimos, escribiendo durante días, sin cansarnos la una de la otra. A lo que queremos llegar es que cuando empezamos este camino, sólo entonces entendimos por qué habíamos venido juntas a esta tierra.

Lo que más nos ha unido a lo largo de todos estos años, a pesar de ser tan diferentes, son las preguntas. Cuestionamos todo, todo el tiempo. Es una intensa necesidad de querer entender y profundizar en las razones detrás de todo. Durante años, las dudas nos empujaron al silencio y nos aislaron. Creíamos que algo estaba mal con nosotras, que no encajábamos en ningún sistema. No había religión, escuela, familia, amigos, orden político o discurso en el que nos fuera fácil convertirnos en uno más del grupo.

Es hasta hoy que nos damos cuenta de que no somos ni seremos las únicas que tenemos el corazón revuelto y la cabeza llena de dudas. Y que al final no es una maldición como algún día nos dijeron, sino que eso es precisamente lo que hoy nos tiene a nosotras escribiendo este libro y a ti, leyéndolo.

Si creemos que lo que pensamos o las cosas por las que pasamos son sólo nuestras, las posibilidades de que nos podamos unir entre nosotros son casi nulas. En algún momento se nos olvidó que cuando nos rompen el corazón a todos nos duele igual, que aprender a dejar

¿Qué mata

al amor?

perdonar? • ¿Pediste perdón? • ¿Qué

cosas hiciste creyendo que alguien iba a

aguantar todo? • ¿Tiraste la toalla antes de

tiempo? • ¿Te enamoraste del potencial en

lugar de ver lo que en realidad estaba

frente a ti? • ¿Preferiste lastimar antes de

que te lastimaran? • ¿Guardaste secretos?

• ¿Qué cargas le pusiste a la relación? •

¿Te hiciste responsable de tu parte? •

¿Amaste todo lo que había enfrente o

querías cambiar lo que veías? • ¿Buscabas

rescatar o que te rescataran? • ¿Fuiste

capaz

de comprometerte con la relación? • ¿El

amor lo puede todo? •

LETY:

Al amor lo matan las historias que nos contamos sobre él. Se asfixia con las expectativas que le colgamos. Se debilita con todas esas cosas no atendidas de nuestra propia historia que depositamos en la persona de enfrente, para que, con suerte, nos lea las heridas y se haga cargo de lo que no hemos tenido el valor de hacer.

Al amor lo matan las estructuras y nuestros intentos por meterlo en un calendario. Creer que tiene que verse y ser de una forma específica. Lo sofoca la falta de libertad y las ideas que tenemos en la cabeza, aprendidas casi siempre en otro lado. Se va muriendo las veces que no lo dejamos expresarse y convertirse en lo que quiera ser, cada momento en que pretendemos controlarlo. Lo matan las etiquetas y las veces que nos consideramos dueños de él. Cuando en su nombre celamos y creemos poseer a otra persona. Se muere de a poco cuando lo creemos eterno, cuando se nos olvida que es una elección de todos los días.

Al amor lo matan las asignaturas pendientes, los amores pasados que dolieron y seguimos arrastrando a otras relaciones, los recuerdos y los hubiera que no logramos poner en paz. Las barreras que construimos sobre los escombros y que muchas veces no dejan entrar a nadie. Lo mata la falta de honestidad, primero con uno mismo y luego con la persona que tenemos enfrente. Todas las veces que imaginamos un potencial en lugar de ver lo que en realidad es.

volver. Estoy convencida de que uno de los sufrimientos humanos más grandes es causado por la idea de que termine algo que nos trajo tanta vida. No logramos comprender sin que se nos salga el corazón del cuerpo que el amor como llega, a veces se va. Sin mucho aviso, sin mucho que podamos hacer.

Creo que existen amores de todo tipo. Existen amores que no se destruyen, no se mueven, no se van. Esos que pasan el tiempo, la distancia, las corrientes de la vida y son tan sólidos como el primer día. Estos son los amores que viven dentro de nosotros, que completan nuestra existencia y dan sentido a nuestra vida misma. Pero también existen amores un poco más intensos y más cortos. Amores que vinieron a sacarnos de algún lado, a mostrarnos algo, y ya. Ésa fue su misión. Amores que confundimos con alguien más, amores de fin de semana. Amores que duelen tanto que no podemos tener cerca. Amores que nos curan de otros amores, amores que vinieron por unos besos. Amores que olvidamos aunque antes no pudiéramos vivir sin ellos. Amores ausentes, amores que tenemos enfrente toda la vida y no reconocemos. Amores que preferimos dejar ir, y vivir con la nostalgia de que en algún universo paralelo estamos juntos. Amores de todo tipo, en todos lados y casi siempre a toda hora.

Cuando el amor se va nos deja con la idea de que murió. Para que se vaya basta con creer que éste lo puede todo y que es para siempre. Basta con pensar que el amor es algo que se da por añadidura, sin entender todas las partículas, átomos, tiempos y constelaciones que tuvieron que ponerse de acuerdo para que tú y alguien más, en algún determinado momento, se amaran. Poder amar y amar bien requiere de tantos factores y a la vez de ninguno que sea importante. Porque cuando uno ama, todo cobra sentido. La distancia siempre es corta, y el tiempo puede doblarse. Darlo por sentado, creer que siempre está:

lo mata, lo reduce a un sentimiento y no a un sentido de vida.

Pero a lo que quiero llegar es que no creo que el amor muera. Creo que el amor tiene temporalidad, tiene misiones, tareas que cumplir y luego… tiene que irse. Tiene que irse a andar a otros corazones, a otras camas. Entonces en sí el amor no muere, el amor anda libre por la vida corriendo de un lugar a otro aunque quisiéramos amarrarlo a la pata de la cama. En temporadas viene a visitarnos, en otras lo tenemos que buscar adentro. Pero el amor siempre está, y siempre vuelve.¶

Isabel Allende | 76 años | escritora | «Supongo que el amor muere por diferentes razones, según la persona. Para mí, que he vivido tan largo y tengo tres matrimonios, el amor muere por descuido, como las plantas. ¿Cómo nos descuidamos? Con las rutinas, el tedio de cada día, las épocas grises por las que todos pasamos, el trabajo al cual le damos prioridad y tantas otras preocupaciones y distracciones. También descuidamos el amor por impaciencia y deslealtad. Mi primer matrimonio duró 29 años y el segundo 28. En ambos casos cuidé mucho la relación por 20 años y los otros fueron de esfuerzo para remendar lo que ya estaba roto. No me cuesta nada enamorarme y casarme, pero me cuesta mucho separarme y divorciarme. Cada matrimonio fue una tremenda inversión de amor y me tomó años aceptar que había terminado y no podía salvarlo. Me casé hace poco (a los 76 años) y seguramente no alcanzaré a vivir esos 20 años mágicos de amor fresco; no tendré tiempo de matar el amor ni de dejarlo morir por inanición».

metas, cuando dejas de admirar a tu pareja y ambos empiezan a caminar en direcciones opuestas». Celia Cazarez | 30 años | abogada

«El amor en sí no muere... muere todo lo que lo sostenía: respeto, entrega, empatía, lealtad, compromiso y fidelidad». Anónimo

«El amor muere cuando se deja de decidir. El amor es una decisión constante. El amor no fluye nada más por obra de magia, sino que todos los días tienes que decidir amar y hacer feliz a la otra persona. Porque al principio lo sientes todo tan “mágico” y es tan fácil “amar”, pero eso es sólo la fase del enamoramiento. Después de años no despertarás con la misma emoción y las cosquillas en el estómago, y está bien, eso no significa que se acabó el amor. Mientras tú sigas decidiendo que esa persona es con la que quieres compartir tu vida, el amor no se acaba». Valeria Anduaga | 22 años | consultora

«El amor, por etimología, nunca muere. Si “murió”, entonces no era amor». Jennyfer Bennetts | 20 años | estudiante

«El miedo a sentirlo de verdad». Anónimo | 29 años | psicóloga

«El querer dejarlo morir. Una simple decisión. Un evento traumático, ya sea una traición o una desilusión». Anónimo

«El tener un concepto erróneo. El amor es libertad. Estar en una relación o con una persona que no te deja ser no sólo puede matar al amor, también puede matar una parte de ti, como tus sueños, por

ejemplo». Valeria Monge | 28 años | técnico en Telemática «El silencio en exceso». Aimée Olvera | 25 años | arquitecta

«Otro amor... No necesariamente tiene que ser una persona, puede ser un sueño, una nueva ciudad o uno mismo». Mariana Gaxiola | 26 años | redactora

«No creo que algo puntual sea lo que mate al amor, creo que siempre voy a amar a todos los que me acompañaron en mi vida de manera romántica; me enseñaron tantas cosas y me hicieron ver valor en mí donde antes no lo veía. Quizás haya fórmulas de parejas que duran más tiempo que otras; como una buena serie, algunas tienen sólo una temporada y son increíbles, mientras que otras pueden durar diez temporadas y siguen funcionando. Ambas están bien. En un momento la fórmula simplemente no sigue generando lo mismo y ya está». Lara Pombo

«La falta de confianza y vulnerabilidad. Para vivir el amor con todas las de la ley tienes que confiar en que va a funcionar, tienes que confiar en la otra persona y, sobre todo, perder el miedo a mostrarnos tal y como somos. Lo que mata al amor es la cantidad de fachadas que tratamos de poner para ser merecedores de amor. Quienes somos ya es suficiente». Daniela Rondón | 30 años | Ventas

«La expectativa en el otro, dar con la consigna de recibir. No sanar tus heridas». María José Cortés | 27 años | maestra

«Las relaciones, al igual que nosotros, crecen y maduran, y con ello comienzan a desarrollarse nuevas fases y, a su vez, con cada fase